tag:blogger.com,1999:blog-64547368772642108992024-03-06T12:02:05.863-08:00LA HISTORIA DEL PARAGUAY DESDE LA COLONIA HASTA NUESTROS DÍASCONQUISTA Y COLONIZACIÓN - GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA (1865/1870) - PERIODO INDEPENDIENTE - DICTADURA Y REPRESIÓN - LIBROS DIGITALESPortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.comBlogger181125tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-90071722982377110802011-06-22T11:50:00.000-07:002011-06-22T11:51:34.525-07:00OSCAR PINEDA - CRONOLOGÍA BÁSICA DE LA INDEPENDENCIA PARAGUAYA - LA CASA DE LOS GOBERNADORES / Editorial DON BOSCO, 2011<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIBlQ1Wp8hWsy50bp140iSSSoEkRmZ0prHateLgyy-Zszd_9EKVP4MFaNq2B2_hjS1s656BYFsPBlxxEY8_kFKm-9eChBVpYWP5wlceGQrWGtC7e_7tKWe9mlQNSY88FtzEfsq_2oC-bc/s1600/oscar+pineda+cronologia+independencia+paraguaya+2011+tp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400px" i$="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgIBlQ1Wp8hWsy50bp140iSSSoEkRmZ0prHateLgyy-Zszd_9EKVP4MFaNq2B2_hjS1s656BYFsPBlxxEY8_kFKm-9eChBVpYWP5wlceGQrWGtC7e_7tKWe9mlQNSY88FtzEfsq_2oC-bc/s400/oscar+pineda+cronologia+independencia+paraguaya+2011+tp.jpg" width="400px" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>CRONOLOGÍA BÁSICA </strong><strong>DE LA INDEPENDENCIA PARAGUAYA</strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=873"><span style="color: red;">OSCAR PINEDA</span></a></strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>Editorial DON BOSCO</strong></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>Director: EDGAR RUIZ DÍAZ</strong></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong><a _cke_saved_href="http://www.editorialdonbosco.com/" href="http://www.editorialdonbosco.com/"><span style="color: red;">http://www.editorialdonbosco.com/</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong><a _cke_saved_href="mailto:gerencia@editorialdonbosco.com.py" href="mailto:gerencia@editorialdonbosco.com.py"><span style="color: red;">gerencia@editorialdonbosco.com.py</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>Asunción – Paraguay</strong></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>2011 (80 páginas)</strong></div><div style="text-align: center;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>PRESENTACIÓN</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>Oscar Pineda, un apasionado por la historia, no podría dejar pasar un acontecimiento tan significativo como el segundo centenario de nuestro querido Paraguay sin antes dejarnos este valioso documento que contiene los datos históricos más reveladores desde algunos años antes, durante y después de la gesta emancipadora que dio origen a la nación guaraní.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Esta obra, que inicialmente fue pensada para complementar su libro "CRONOLOGÍA BÁSICA DE LA HISTORIA PARAGUAYA", ha tomado cuerpo para convertirse en un libro distinto que tiene la peculiaridad de tomar un segmento importante de nuestra historia para acompañarnos a revivir los precisos momentos del alumbramiento de la nueva nación libre y soberana que entonces emergió, y que luego nos dejaron en herencia los próceres de la independencia.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>La riqueza de este libro radica en su practicidad. Los hechos son citados cronológicamente a modo de titulares de diarios, lo que hace aún más interesante su lectura y ayuda al lector a relacionar más rápidamente los sucesos históricos y a comprender el contexto en el que se desarrollaron. La secuencia de los hechos va teniendo un notable incremento en detalles a medida que se aproximan los meses y días previos a la noche de la revolución hasta llegar al 14 y 15 de mayo de 1811, donde el autor reconstruye esos memorables días narrando los episodios acaecidos, hora tras hora.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El ordenamiento cronológico de la historia de nuestra independencia, tal como nos lo presenta Oscar Pineda en esta obra, es concebido como una herramienta eficaz en manos del historiador y el pedagogo, y como información de conocimiento general para todo público. Al primero quizás le sirva como "ayuda memoria" o mapa orientador. El pedagogo podrá sacar provecho del material para estimular a los estudiantes, adolescentes y jóvenes anhelantes de ideales y sedientos de prototipos hacia donde proyectar su personalidad.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Este libro se impone como un vademécum necesario para todo ciudadano paraguayo que quiera llevar consigo el retrato de nuestro nacimiento como nación, y nos ayuda a transmitir a las generaciones venideras el patriotismo heredado de nuestros antepasados, que habiendo transcurrido doscientos años, sigue palpitando en el corazón de cada paraguayo amante de su tierra y de su cultura.</strong></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>EDGAR RUIZ DÍAZ</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Gerente Editorial Don Bosco</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>CRONOLOGÍA BÁSICA DE LA INDEPENDENCIA PARAGUAYA</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">1805 - 1811 - </span>Gobernación de Bernardo de Velazco y Huidobro.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">1806 - 1807 -</span> Invasiones inglesas al Río de la Plata.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">1806 - </span>Zarpa de Buena Esperanza en África, una flota inglesa de invasión. Toma rumbo al Río de la Plata. - 27 de Junio: Buenos Aires es ocupada por las fuerzas inglesas. - El virrey Rafael de Sobremonte y Núñez del Castillo, III Marqués de Sobremonte, huye con las cajas reales a Córdoba. - 12 de Agosto: Los contingentes rioplatenses recuperan Buenos Aires. - Agosto /Diciembre: Contingentes paraguayos, el primero compuesto por 534 hombres y el siguiente con 314 hombres, parten hacia el sur para defender el Río de la Plata. Los colores distintivos de las tropas paraguayas son el blanco, rojo y azul. Los vecinos de Asunción hacen un importante donativo consistente en 15.000 pesos en provisiones y fletes para la defensa del Plata.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">1807 -</span> Invasiones inglesas al Río de la Plata - Enero: Batalla de Buceo. - 3 de Febrero: Montevideo cae en poder de los ingleses. - Los vecinos de Asunción hacen un segundo donativo consistente en casi 8.000 pesos en efectivo. - Bernardo de Velazco parte para el Río de la Plata. En el tiempo de su ausencia se suceden dos gobernadores interinos. - Los ingleses son rechazados a la puerta de Buenos Aires. - El contingente paraguayo participa activamente en algunos de los más fieros combates. - Los ingleses son expulsados definitivamente de la zona de Montevideo y Buenos Aires - 24 de Diciembre: Asume como décimo virrey del Rio de la Plata Santiago de Liniers.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">1808 - </span>En España, tras el motín de Aranjuez, abdicación de Carlos IV en su hijo Fernando VII. Presionado por Napoleón Bonaparte, Carlos IV y Fernando VII secuestrados en Bayona, Francia, abdican en favor del emperador francés. El 2 de mayo se produce el levantamiento español en Madrid, que constituye el principio de la resistencia armada contra el poder francés que domina la península. - Napoleón nombra a su hermano José como rey de España, quien reinará hasta 1813 con el nombre de José I.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">1809 -</span>19 de Junio: Bernardo de Velazco vuelve al Paraguay luego de estar más de un año en la sede del Virreinato. - 24 de Mayo: Es nombrado el undécimo virrey del Río de la Plata, Baltasar Hidalgo de Cisneros.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">1810 - </span>21 de Mayo: El pueblo exige Cabildo abierto en Buenos Aires. El virrey concede el permiso para el día siguiente. - 22 de Mayo: Comienza a sesionar el Cabildo abierto en Buenos Aires. - 25 de mayo: Derrocamiento del Virrey del Río de la Plata Baltazar Hidalgo de Cisneros. Constitución de una Junta presidida por el Coronel Cornelio de Saavedra. Independencia de la Argentina. - 27 de Mayo: La Junta Provisional envía circulares a las provincias del virreinato exhortándoles a reconocer el nuevo gobierno y a enviar sus diputados a la antigua capital del virreinato. - 29 de Mayo: El Cabildo de Buenos Aires envía nuevo exhorto a las provincias. - 12 de Junio: Llega a Asunción el chasque especial con la información de los hechos ocurridos en Buenos Aires. - 21 de Junio: Arriba a Asunción, luego de pasar por Villa de Pilar, el coronel José Espínola y Peña, enviado por Buenos Aires al Paraguay con la misión de lograr el sometimiento de la intendencia. La misión fracasa principalmente por el triste recuerdo que se tiene de él y por su actuación prepotente y manipuladora. - 28 de Junio: Velazco publica un manifiesto donde convoca a una junta general para el 4 de julio. - 2 de Julio: El gobernador Velazco, ante la conmoción suscitada por la visita indeseada del Coronel Espínola y Peña, publica un bando que tiene como objetivo tranquilizar a la población. En la misma fecha se publica también la postergación de la junta general para el 24 de julio. - 10 de Julio: Llega a Asunción un correo, vía Uruguay, que dice que el Consejo de la Regencia era obedecido en toda España y que la situación de las tropas de ocupación napoleónicas eran pésimas. - Velazco ordena el arresto de Espínola y Peña y éste ante la agitación en su contra, huye apresuradamente hacia el sur y consigue, luego de algunos incidentes, llegar a la Argentina. En Buenos Aires aconseja la invasión del Paraguay. - 17 de Julio: Ante la insistencia de Buenos Aires, Velazco y el Cabildo informan a la Junta que han decidido celebrar un Congreso para tratar los últimos acontecimientos. - 24 de Julio: Congreso o Cabildo abierto (Junta general) que se reúne en el Real Colegio Seminario de San Carlos en Asunción con 214 delegados, para tratar la independencia argentina. Resuelve reconocer el Consejo de Regencia Español y guardar armonía y amistad con la Junta de Buenos Aires. - Según el Dr. Somellera, el Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia sostiene en dicho Congreso que el poder español ha caducado en América. - 30 de Julio: Velazco da a conocer a la población de las decisiones del Congreso e insta a la misma a prepararse a defender la provincia con las armas si fuera necesario. - 3 de Agosto: Al conocer las disposiciones del Congreso, Buenos Aires decide bloquear el comercio paraguayo y someter la provincia a la fuerza. - 8 de Agosto: Bando donde se prohíbe malgastar la pólvora en fuegos artificiales y que ahorren las municiones de armas de fuego. Se implanta una multa para los que infrinjan el toque de queda. - 9 de Agosto: A pesar de las disposiciones ya tomadas, la Junta de Buenos Aires envía una penúltima nota al Paraguay donde lo invita amenazadora mente a plegarse a su poder. Un delegado de Buenos Aires llega a Ñeembucú y allí se convence de que el Paraguay no se va a someter por las buenas al poder de la Junta. - 18 de Agosto: Velazco publica una circular donde despoja al Coronel Espínola y Peña de toda autoridad en la provincia y prohíbe cualquier tipo de comunicación con el aludido. - 19 de Agosto: Ultimátum de la Junta de Buenos Aires a las autoridades de la provincia del Paraguay. - 31 de Agosto: Es designado por el Consejo de Regencia, el décimo segundo virrey del Río de la Plata, Francisco Xavier de Ello, que ya no es reconocido por la Junta que gobierna en Buenos Aires, por lo que se instala en Montevideo. - El ejército argentino del norte se apresta a invadir el Paraguay. - Se conforma en Paraguay la Junta de Guerra presidida por Bernardo de Velazco en su cargo de brigadier y como segundos a los coroneles Antonio Zavala y Delgadillo y Gregorio Tadeo de la Cerda. Más atrás aparece el mayor Manuel Atanasio Cabañas. - Los paraguayos se presentan en los cuarteles para alistarse y pelear para contener la invasión. El Colegio Seminario es convertido en cuartel. Son ocupados los pasos sobre el Paraná. Velasco parte a Misiones con el objeto de requisar armas y preparar las defensas en el sur. - Corrientes detiene algunos barcos que se dirigían a Asunción - 8 de Setiembre: Se recibe en Asunción la información de que las ciudades peruanas dependientes de la Audiencia de Charcas no reconocen a la Junta de Buenos Aires. - 21 de Setiembre: Una flotilla paraguaya, al mando de José Antonio Zabala parte de Asunción para liberar los barcos tomados por Corrientes. - 22 de Setiembre: la Junta de Buenos Aires nombra al Gral. Manuel Belgrano comandante del ejército argentino encargado de invadir el Paraguay. - 27 de Setiembre: la Junta de Buenos Aires nombra al paraguayo Juan Francisco Agüero para que trate de convencer a los habitantes de la provincia rebelde a someterse a su poder. - Los correntinos son expulsados de la zona comprendida entre el Arroyo Hondo y el Paraná. - 30 de Setiembre: La flotilla paraguaya se presenta ante Corrientes y luego de arduas negociaciones libera las embarcaciones retenidas. -10 de Octubre: Todos los navíos están de vuelta en Asunción. - Octubre: Fray Fernando Caballero llega de Buenos Aires con ideas claramente emancipadoras. - 5 de Noviembre: José María Aguirre es arrestado en Villa Real de Concepción acusado de haber dicho públicamente palabras ofensivas en contra del gobernador y los españoles "que saquean el erario público" : Este hecho está considerado como uno de los primeros actos conspiraticios contra el poder español en la etapa inmediata anterior a la independencia. - El ejército paraguayo, por aquel entonces mantiene dos puntos de concentración de fuerzas: En Barrero Grande para las tropas provenientes del norte y en Yaguarón para las del sur. - 29 de Noviembre: El Gral. Manuel Belgrano envía delegados para tratar de ganar la simpatía de los habitantes de las Misiones. - 4 de Diciembre: El ejército de Belgrano llega hasta el Paraná frente a la isla de Apipé. Ese mismo día, Velazco sale de Asunción y se encamina a Yaguarón. Quedan como administradores de la Provincia los alcaldes Bernardo de Haedo, Antonio de Recalde y el regidor José Carísimo. - 6 de Diciembre: Belgrano envía una nota a las autoridades paraguayas instándolas al someterse a Buenos Aires. - 8 de Diciembre: Velazco decide esperar al ejército argentino en Yaguarón. - 12 de Diciembre: Pequeña incursión paraguaya en territorio dominado por Belgrano. - 15 de Diciembre: Belgrano ingresa en Candelaria, antigua capital de los pueblos jesuíticos, sin ninguna resistencia. - 17 de Diciembre: Belgrano decide traspasar el Paraná y lanza amenazas a quienes piensen en resistírsele. - 18 de Diciembre: Velazco publica un bando donde hace constar su firme propósito de resistir por la fuerza al ejército porteño de Belgrano. - En horas de la madrugada el ejército argentino traspasa el Paraná. Al amanecer están firmemente instalados en la otra orilla. - 19 de Diciembre: Se libran escaramuzas entre las fuerzas argentinas y un pequeño destacamento fronterizo paraguayo a la altura de Campichuelo. Sorteado este obstáculo las fuerzas porteñas se internan en territorio paraguayo. Los campesinos huyen a su paso dejando la tierra desierta, las cosechas recogidas y los establos sin animales. - Velazco mantiene correspondencia con Don Diego de Souza, Capitán Gral. de Rio Grande del Sur. Espera recibir apoyo material y moral de la princesa Carlota Joaquina, hermana de Fernando VII, Rey de España y esposa de Juan VI de Portugal. - 23 de Diciembre: Juan Manuel Grance, administrador de Yaguarón se presenta en el punto de concentración del ejército en dicho pueblo y comienza a propalar entre algunos oficiales propaganda a favor de los porteños. - 30 de Diciembre: Belgrano, desde su cuartel general de Tacuary, dicta un reglamento para el gobierno de los antiguos pueblos jesuíticos.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>LA CASA DE LOS GOBERNADORES</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>La Casa de los Gobernadores, símbolo del poder español en Paraguay, era un caserón ubicado en el espacio verde comúnmente conocido como Plaza de Armas de la ciudad de Asunción y que se encuentra enfrente al Centro Cultural de la República El Cabildo. Una primera parte de la Casa de Gobierno fue levantada por los jesuitas a mediados del siglo XVIII que lo querían usar como Casa de Retiro pero cuando éstos fueron expulsados en 1767 la propiedad pasó a manos de la corona. Los gobernadores de turno comenzaron a agregarles otras partes a lo que ya estaba hecho y así se terminó de construir en 1781 y tuvo sus primeras refacciones de importancia allá por 1805. Era una construcción importante, de una sola planta, en forma cuadrangular con aproximadamente 50 metros por cada lado y con un patio interior donde abundaban los naranjos. Toda la construcción se hallaba asentada sobre una especie de plataforma que sobresalía más de medio metro sobre el nivel de la calle y que cubría una superficie de 2.500 metros cuadrados. Su frente, que miraba a la bahía, y sus costados estaban rodeados de un imponente corredor que protegía del sol en el tórrido verano paraguayo y encima de la puerta principal destacaba de modo especial el escudo de armas de los reyes de España en relieve.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Fue allí donde Velazco fue intimado por los próceres de mayo la madrugada del 15 de agosto de 1811 y donde apuntaron los cañones libertarios al asomar el alba. La casona fue la residencia y oficina de gobierno de los últimos gobernadores que tuvo el Paraguay colonial y también lo fue de los primeros que tuvo el Paraguay independiente. El Supremo Dictador de la República, Rodríguez de Francia, vivió allí el cuarto de siglo que con mano férrea gobernó el Paraguay y le agregó algunos retoques a su fachada entre las que se encuentra el haber cambiado las columnas de madera de urundey, por otras de material. Cuenta la leyenda que a través de uno de los ventanales el Dictador observaba detenidamente cada una de las ejecuciones que tenía lugar al pie de un naranjo que se ubicaba a pocos metros del frente de la casona y que fuera mudo testigo de los tantos fusilamientos de esa tenebrosa era.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>En época de Don Carlos Antonio López, la residencia y escritorio presidencial se trasladó a otro edificio que fue levantado enfrente y entonces la antigua casona pasó a ser oficina de correos y de otras reparticiones gubernamentales. Una nueva refacción se llevó a cabo en 1855 lo que le permitió seguir siendo usufructuado normalmente para las funciones públicas. Casi con seguridad durante la ocupación militar aliada, tras la Guerra de la Triple Alianza, sufrió del saqueo de los vencedores. Aparte de eso, que evidentemente tuvo que surtir efecto en la construcción, se mantuvo casi intacto hasta la entrada del siglo XX cuando al finalizar la primera década fue demolida y removida hasta en sus cimientos para agregarse el terreno a la plaza que hoy en día vemos en el lugar.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Todas las imágenes y gráficos que aquí observamos de la Casa de los Gobernadores fueron elaboradas, arregladas y cedidas gentilmente por el Cap. Jaime Enrique Grau Paoli, miembro de número de la Academia Paraguaya de la Historia.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong><img _cke_saved_src="/userfiles/images/Oscar Pineda/oscar pineda casa de los gobernadores 01.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Oscar%20Pineda/oscar%20pineda%20casa%20de%20los%20gobernadores%2001.jpg" style="height: 350px; width: 500px;" /></strong></div><div style="text-align: center;"><strong><img _cke_saved_src="/userfiles/images/Oscar Pineda/oscar pineda casa de los gobernadores 02.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Oscar%20Pineda/oscar%20pineda%20casa%20de%20los%20gobernadores%2002.jpg" /></strong></div><div style="text-align: center;"><strong><img _cke_saved_src="/userfiles/images/Oscar Pineda/oscar pineda casa de los gobernadores plano.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Oscar%20Pineda/oscar%20pineda%20casa%20de%20los%20gobernadores%20plano.jpg" /></strong></div><div style="text-align: center;"><strong><img _cke_saved_src="/userfiles/images/Oscar Pineda/oscar pineda casa de los gobernadores plano y frente.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Oscar%20Pineda/oscar%20pineda%20casa%20de%20los%20gobernadores%20plano%20y%20frente.jpg" /> </strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>BIBLIOGRAFÍA GENERAL</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>AYALA QUEIROLO, VÍCTOR - Historia de la Cultura en el Paraguay - Asunción</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>BÁEZ, CECILIO - Historia Colonial del Paraguay y el Río de la Plata - Carlos Schauman Editor</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>BENÍTEZ, JUSTO PASTOR - La vida solitaria del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia, Dictador del Paraguay - 2da. Edición - Asunción 1984</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>BENÍTEZ, LUÍS G - Manual de Historia Paraguaya - Comuneros Benítez, Luís G - Historia Cultural - Reseña de su evolución en el Paraguay - Comuneros</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CARDOZO, EFRAÍN - Breve Historia del Paraguay - 2da. Edición - Servilibro 2009</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CARDOZO, EFRAÍN - Apuntes de Historia Cultural del Paraguay - 6ta. Edición Biblioteca de Estudios Paraguayos 1998</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CARDOZO, EFRAÍN -Afinidades entre el Paraguay y la Banda Oriental en 1811 - Biblioteca Bicentenario - Servilibro -Asunción 2009</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CARDOZO, EFRAÍN - La Proclamación de la República del Paraguay en 1813 - Biblioteca Bicentenario - Servilibro - Asunción 2009</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CARDOZO, EFRAÍN - Tensiones en la ideología de la Revolución emancipadora - Biblioteca Bicentenario - Servilibro - Asunción 2009</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CARDOZO, EFRAÍN- Historia del Paraguay Independiente- Servilibro 2009</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CHÁVEZ, JULIO CÉSAR - La Revolución Paraguaya de la Independencia - Intercontinental Editora 2010</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CHÁVEZ, JULIO CÉSAR - Compendio de Historia Paraguaya - Carlos Schauman Editor 1988</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CHÁVEZ, JULIO CÉSAR - El Supremo Dictador - Carlos Schauman Editor -Asunción 1985</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>GARAY, BLAS - La Revolución de la Independencia del Paraguay - Biblioteca Bicentenario - Servilibro 2009</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>GARAY, BLAS - La Junta Superior Gubernativa - Biblioteca Bicentenario - Servilibro 2009</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>GARAY, BLAS - El Primer Consulado - Biblioteca Bicentenario - Servilibro 2009</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>PINEDA, OSCAR - Cronología Básica de la Historia Paraguaya - Editorial Don Bosco 2da. Edición 2010</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>VARIOS AUTORES - Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia - Volumen XLVIII - Academia Paraguaya de la Historia - Asunción 2008</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>VARIOS AUTORES - Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia - Volumen L - Academia Paraguaya de la Historia - Asunción 2010</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>VARIOS AUTORES - Homenaje al Bicentenario de la Independencia - Tomo 1 - Academia Paraguaya de la Historia - Asunción 2010</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>VARIOS AUTORES - Homenaje al Bicentenario de la Independencia - Tomo 2 - Academia Paraguaya de la Historia - Asunción 2010</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>VARIOS AUTORES - Colección La Gran Historia del Paraguay - El Lector - Abc color - 2010</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>VERÓN, LUIS - La Independencia y su circunstancia - Los nombres de una gesta - Una gesta familiar - Artículos aparecidos en el diario ABC color - Editorial Azeta.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>WIKIPEDIA, la enciclopedia libre</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>COLECCIÓN JAIME ENRIQUE GRAU PAOLI (Gráficos sobre la Casa de los Gobernadores)</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>ARCHIVO NACIONAL DE ASUNCIÓN (Notas y bandos del Cuartel revolucionario y de la Junta Superior Gubernativa)</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>ÍNDICE</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>NOTA DEL 20 DE JULIO DE 1811</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>PRESENTACIÓN</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CRONOLOGÍA BÁSICA DE LA INDEPENDENCIA PARAGUAYA</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>PRIMERA NOTA DE INTIMACIÓN DE CABALLERO A VELAZCO</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>ACTA DE FORMACIÓN DEL PRIMER GOBIERNO (PROVISORIO) QUE TUVO EL PARAGUAY INDEPENDIENTE</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>BANDO DEL 9 DE JUNIO DE 1811</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>LOS PRÓCERES DE MAYO</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>PLANO DE AZARA</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>LA CASA DE LA INDEPENDENCIA</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>LA CASA DE LOS GOBERNADORES</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>BIBLIOGRAFÍA GENERAL.</strong></div><br />
<div style="text-align: center;"> <img _cke_saved_src="/userfiles/images/Oscar Pineda/oscar pineda cronologia independencia paraguaya 2011 ct.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Oscar%20Pineda/oscar%20pineda%20cronologia%20independencia%20paraguaya%202011%20ct.jpg" /></div><br />
<div align="center"></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-72159862031439857182011-06-02T14:02:00.000-07:002011-06-02T14:02:10.603-07:00IGNACIO TELESCA - CURAS, PUEBLO Y VATICANO. LA REORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA PARAGUAYA DESPUÉS DE LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA, 1870-1880 / FONDEC - CEPAG, 2006<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgINmqRpZL4c4CJS4C85L1803_3m5Wm0EVgXaEYSMwXEkRltuHYZEytEviyXco0iKnYiy0oCbO3Vv3pUb7Ozb92z_oniSh8nbAcXG6YHkJKHLrl80EMslDVlo9uzbxtuxptiy9zZLvzWgE/s1600/ignacio+telesca+pueblos+curas+y+vaticano+cepag+tp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400px" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgINmqRpZL4c4CJS4C85L1803_3m5Wm0EVgXaEYSMwXEkRltuHYZEytEviyXco0iKnYiy0oCbO3Vv3pUb7Ozb92z_oniSh8nbAcXG6YHkJKHLrl80EMslDVlo9uzbxtuxptiy9zZLvzWgE/s400/ignacio+telesca+pueblos+curas+y+vaticano+cepag+tp.jpg" t8="true" width="400px" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><span style="text-align: justify;"><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>CURAS, PUEBLO Y VATICANO </strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>LA REORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA PARAGUAYA </strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>DESPUÉS DE LA GUERRA CONTRA LA TRIPLE ALIANZA, 1870-1880</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=956"><span style="color: red;">IGNACIO TELESCA</span></a></strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong>FONDEC (FONDO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES)</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>CEPAG (CENTRO DE ESTUDIOS PARAGUAYOS ANTONIO GUASCH)</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Asunción, 2006</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diagramación: MARÍA ANGÉLICA LANERI</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño de Portada: RICARDO RUIZ DÍAZ</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Corrección: REBECA GONZÁLEZ GARCETE</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Impresión: AGR</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>I.S.B.N.: 99925-895-8-2</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Hecho el depósito que prescribe la Ley</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Derechos reservados conforme a la Ley</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Impreso en el Paraguay</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Printed in Paraguay</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>CONTENIDO</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>PRESENTACIÓN</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>LISTA DE ABREVIATURAS</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>INTRODUCCIÓN</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>I- LA REORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA PARAGUAYA, 1869-1877</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>II- LA MISIÓN DE DI PIETRO, 1878-1879</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>III - CURAS Y PUEBLO EN EL PARAGUAY</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CONCLUSIÓN</strong></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>ANEXOS DOCUMENTALES</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>PRESENTACIÓN</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>Una primera versión de esta obra la presenté en la Universidad de Oxford para obtener mi título de grado. La compartí con un público más amplio en el I Simposio Internacional sobre Religiones, Religiosidad y Culturas, llevado a cabo en la ciudad de Dourados, Brasil, en septiembre de 2004.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Lo que ahora presento es una traducción de la versión original, con algunos añadidos, fundamentalmente en lo que se refiere a la misión de Gregorio Benítez, cuyos manuscritos fueron publicados posteriormente gracias a la tarea mancomunada del FONDEC con la Academia de Historia. Se agrega también un amplio anexo documental, proveniente éste del Archivo Secreto Vaticano, entre otros.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Sin lugar a dudas, los archivos eclesiásticos son muy ricos para poder profundizar en una historia no sólo política e institucional, sino también, y sobre todo, social. Un uso interesante hizo ya Barbara Potthast en su libro ¿'Paraíso de Mahoma' o 'País de las mujeres'? Igualmente, el historiador francés Luc Capdeville ha trabajado las partidas matrimoniales posteriores a la guerra, descubriendo que las mujeres paraguayas sí se casaban, y muchas de ellas con miembros de las tropas brasileñas.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Sin embargo, los archivos eclesiásticos están aún casi sin explorar. El debate sobre la población previa y posterior a la guerra podría ganar mucho si alguien se tomase el trabajo de rescatar todos los libros parroquiales de bautismos, confirmaciones y defunciones. Es una labor ardua, pero necesaria. Asimismo, hoy por hoy, son los únicos archivos que se encuentran disponibles al investigador que quiera trabajar el período posterior a 1870.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Además de los archivos, una fuente inagotable son los periódicos de la época. Tanto la Universidad Católica como la Biblioteca Nacional tienen importantes colecciones. Sin embargo, el estado de conservación de los periódicos no es el ideal. En la biblioteca de la Universidad Católica se encuentran en mejor estado y pueden ser consultados, ya sea en su formato original o a través de microfichas. La Biblioteca Nacional posee una buena colección pero casi inutilizable porque al dar vuelta las páginas, éstas se destruyen. Si bien existen copias en microfilme, la máquina no funcionaba. Una tarea urgente es rescatar estos periódicos realizando ediciones facsimilares como se hizo con Eco del Paraguay, también con apoyo del FONDEO.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Aparte de la investigación en los archivos, fueron claves otras lecturas. Los trabajos de Harris Gaylord Warren, de Milda Rivarola y de Juan Carlos Herken, entre otros, fueron muy importantes para mí comprensión del Paraguay posbélico.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>La idea original de esta obra era explorar el universo de la religiosidad de la gente. Mi hipótesis era que, a pesar de la magnitud de la guerra, la población permaneció arraigada en su religiosidad, ya que ésta no se pierde en un corto plazo. Mi objetivo era entonces sumergirme en la vivencia religiosa de las personas. Sin embargo, me encontré con una doble dificultad. Por un lado, me veía en la necesidad de investigar primero la religiosidad previa a la guerra y, por otro, y más importante aún, los archivos consulta-dos, tanto el del Vaticano como el de la Arquidiócesis de Asunción y el de Villarrica, desgraciadamente no me brindaron los datos que yo necesitaba encontrar.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Una vez que pasé de una historia social, o de las mentalidades, a una más de corte institucional y/o política, sobre la reorganización de la Iglesia paraguaya, me encontré con que estaba en curso un debate sobre el resurgir del catolicismo a fines del siglo XIX en América Latina, siendo su punto culminante el Primer Concilio Plenario de la América Latina, llevado a cabo en Roma en 1899. El debate no es nuevo; siempre se discute si existe alguna manera de medir algo tan íntimo como la religiosidad, o si un país es más o menos cristiano. Siempre se suele mirar a la institución eclesial como centro de referencia. Si ésta está más activa es buena señal, sino, lo contrario. Pero una postura así nos remite al universo exclusivamente eclesiástico, entendiendo por esto la formalidad de la Iglesia como institución, y no a la vivencia de la gente. Además, el servicio eclesial no cambia a corto plazo porque haya habido una reorganización del estrato clerical. Sin lugar a dudas, como vamos a ver en este libro, la misión de monseñor Di Pietro fue excelente y se pudo encarrilar una situación anómala de la Iglesia paraguaya, además de reabrir el seminario y traer congregaciones religiosas. Sin embargo, la Iglesia paraguaya no experimentó ningún resurgir. Esto último, entonces, es el tema del presente libro. Esta obra, más que un capítulo cerrado, se presenta como una puerta de entrada a otras múltiples investigaciones.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Como estaba fuera del país, los contactos epistolares y electrónicos fueron muy importantes, y le agradezco a Milda Rivarola y a Thomas Whigham el apoyo que recibí de ellos cada vez que los consultaba. Este último y Ricardo Scavone Yegros leyeron la versión original, y ambos me animaron a publicar el trabajo.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Siempre fui bien acogido en los archivos y bibliotecas. Quiero agregar a las anteriormente citadas bibliotecas, a la del Museo Etnográfico Andrés Barbero. Este museo se ha convertido para muchos investigadores en un oasis, no sólo por la excelente biblioteca sino también por la calidez de la atención.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Por más de una década he formado parte de la Compañía de Jesús y esta investigación la realicé siendo jesuita. Así que mi vocación por la historia y por el Paraguay se la debo a ellos.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>En la Universidad de Oxford, Alan Knight me orientó en este trabajo y Nicholas Davidson fue mi tutor de estudios. Campion Hall y su comunidad me brindaron todas las facilidades para que no sucumbiera en la tarea. A todos ellos, más que agradecido.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Quiero agradecer también al FONDEC por la posibilidad que me brinda de publicar esta investigación histórica.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>LISTA DE ABREVIATURAS</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>AAA- Archivo Arquidiocesano de Asunción</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>ASV, AAEESS - Archivio Segreto Vaticano, Affari Ecclesiastici Straordinari</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>ASV, ANB- Archivio Segreto Vaticano, Archivio Nunciatura in Brasile</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>ASV, SS - Archivio Segreto Vaticano, Segretaria di Stato</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>P.R.O., FO- Public Record Office, Foreign Office</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>R.O. - Registro Oficial de la República del Paraguay</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>INTRODUCCIÓN</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>Débil como era, sin embargo, la Iglesia en Uruguay era mucho más fuerte que la de su vecino Paraguay, donde la Iglesia emergió de los horrores de la guerra en 1870 poco menos disminuida y desmoralizada que el resto de la población. Por las siguientes décadas, la Iglesia paraguaya que postrada y por lo general en silencio: olvidada por los conservadores, atacada ocasionalmente por los liberales y largamente ignorada por la historia (1).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>La historia de la Iglesia en Paraguay necesita aún ser escrita. Salvo la obra de Margarita Durán (2), que como bien indica el título, es mínima, y la de Fidel Maíz y Hermenegildo Roa (3), que tiene ya más de cien años de ser narrada, nada aún se ha producido para cubrir este hueco. Este libro, aunque breve, quiere ser una primera aproximación a la Iglesia en el Paraguay en el período posterior a la Guerra contra la Triple Alianza (4).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Para 1870 Paraguay había sido totalmente destruido después de una inmisericorde guerra contra Brasil. Argentina y Uruguay. Todo necesitaba ser reconstruido (5). Más de la mitad de la población había muerto y aquellos que sobrevivieron eran fundamentalmente mujeres y niños (6). La guerra no dejó institución sin tocar, y desde esta poco prometedora base tenía que iniciarse una reconstrucción, aunque la vida política no haya cambiado mucho. El concepto de un Estado patrimonial permaneció casi intacto, mientras que las estructuras familiares y las relaciones de géneros tampoco experimentaron grandes cambios. Una situación similar puede observarse en la Iglesia: aunque sólo un tercio de los sacerdotes sobrevivieron a la guerra, la tragedia no cambió realmente la práctica de la religión.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Obviamente, esto último necesita una investigación meticulosa y este trabajo pretende ofrecer un punto de partida examinando la reorganización de la Iglesia paraguaya en la primera década después de la guerra, y en particular en el rol que jugó el delegado apostólico. monseñor Angelo Di Pietro.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>La investigación se basa sobre fuentes que no fueron previamente utilizadas o apenas tenidas en cuenta.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Últimamente se viene hablando de un resurgimiento religioso al final del siglo diecinueve en América Latina, impulsado fundamentalmente desde el Vaticano (7). Sin embargo, el presente estudio pondría en duda dicha hipótesis al menos en el caso de Paraguay. Veremos que las problemáticas de la historia paraguaya se reflejaban también en la historia de la Iglesia. Aunque el pueblo en general seguía siendo eminentemente religioso, notaremos que esto no fue debido a una reorganización institucional, sino más bien a la manera en que la gente había aprendido a practicar su fe sin la asistencia de la institución.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>En la primera sección, el estudio se centra específicamente en la reorganización institucional de la Iglesia hasta el momento en que el gobierno envía una delegación a Roma en 1877. En la siguiente sección trataré la misión de Di Pietro, resultado de la previa delegación paraguaya a Roma. Como esta historia no ha sido hasta ahora tratada minuciosamente, tendré que adoptar un estilo más narrativo. La tercera sección ya se aparta de la narrativa institucional para discutir el día a día de la vida religiosa de los habitantes del Paraguay, tanto de los sacerdotes como de la gente.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>La política de la primera década de posguerra estuvo caracterizada por tres aspectos importantes: el establecimiento de un nuevo sistema político, la inestabilidad de dicho sistema y la interferencia extranjera en los asuntos inter nos del Paraguay. Asunción estuvo ocupada por las tropas brasileñas desde el 1 de enero de 1869 y, con la ayuda de exiliados paraguayos, instalaron un nuevo gobierno con una nueva Constitución siguiendo el modelo argentino. El grupo de paraguayos que formaron el nuevo gobierno se dividió en dos facciones de acuerdo a alianzas de familia. Otro grupo de paraguayos, formado por aquellos que habían luchado junto a López o habían sido enviados al exterior por el mismo López, también se las arreglaron para entrar en la arena política. La combinación de un sistema político impuesto desde arriba con conflictos internos entre la clase política paraguaya fue el caldo de cultivo ideal para una larga inestabilidad política. Ningún presidente pudo cumplir el término constitucional hasta 1886. Golpes, intentos de revoluciones y los asesinatos marcaron los diez años siguientes a la conclusión de la Guerra contra la Triple Alianza (8).</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>NOTAS:</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>1.- LYNCH: «The Catholic Church in Latin America, 1830-1930» en L. BETHELL: (ed.) The Cambridge History of Latín America, IV, p. 569. Weak as it was, however, the Chureh in Uruguay was stronger than that in neighboring Paraguay, where the Chureh emerged from the horrors of war in 1870 hardly less diminished and demoralized than the rest of the population. For the next decades the Paraguayan Chureh lay prostrate and usually silent, neglected by conservatives, occasionally attacked by liberals and largely ignored by history.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>2.- DURAN: La Iglesia en el Paraguay. Una historia mínima, Asunción, 1990.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>3.- MAÍZ, Fidel y Roa, Hermenegildo: Breve reseña histórica de la Iglesia de la Santísima Asunción del Paraguay, Asunción, 1906.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>4.- Los únicos trabajos en tratar este tema son los de: NÚÑEZ: «Evangelización en los 25 años de posguerra (1870-1895)», en La evangelización del Paraguay. Cuatro siglos de historia, Asunción, 1979, pp, 175-187; MELIÀ: «El fusilamiento del Obispo Palacios. Documentos vaticanos», Estudios Paraguayos, 21.1, 1983, pp. 25-50; HEYN: «Biografía y obras del padre Fidel Maíz», en MAÍZ: Etapas de mi vida, 3a ed. Asunción, 1996, pp. 217-290; y CHAKTRAIN: L'Èglise et les partis dans la vie politique du Paraguay depuis l'Indépendence, Universidad de París I, Ph.D. tesis, 1972.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>5.- Cf. RIVAROLA: Obreros, utopías & revoluciones, Asunción, 1993; KLEINPENNING: Rural Paraguay, 1870-1932, Amsterdam, 1992; HERKEN: El Paraguay rural entre 7869 y 1913, Asunción, 1984; WARREN: Paraguay, and the Triple Alliance: the Postwar Decade. 1869-1878. Austin, 1978, entre otros.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>6.- De acuerdo al cónsul inglés en Buenos Aires, la población paraguaya en 1872 era 231.796: 176.000 nativos, y 55.796 extranjeros; P.R.O., Foreign Office Papers, FO 59/35, Mac Donnell al conde de Granville, Buenos Aires, 2 agosto 1872. Más detalles en POTTHAST y WHIGHAM: «The Paraguayan Rosetta Stone: New Insights into the Demographics of the Paraguayan War, 1864-1870», Latin American Research Review 34.1, 1999, pp. 182-184.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>7.- IVEREIGH (ed.): The Politics of Religion in an Age of Revival, Londres, 2000.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>8.- Esta situación política ya ha sido tratada por otros autores de manera exhaustiva, Cf. WARREN: Paraguay and the Triple Alliance, y Rebirth of the Paraguayan Republic: the First Colorado Era, 1878-1909, Pittsburgh, 1985; LEWIS: Political Parties and Generations in Paraguayns Liberal Era, Chapel Hill, 1993; HERKEN: El Paraguay rural entre 1869 y 1913, Asunción, 1984; CABALLERO AQUINO: La Segunda República Paraguaya, Asunción: Arte Nuevo, 1985; ABENTE: «The Liberal Republic and the Failure of Democracy in Paraguay».</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>********************************</strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>LA REORGANIZACIÓN DE LA IGLESIA PARAGUAYA, 1869-1877</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>Después de la independencia, la Iglesia nunca tuvo en Paraguay la influencia social que tenía en otros países latinoamericanos. El Estado se arrogó para sí mismo el anterior patronato real. El doctor Francia cerró el seminario en 1820 y cuatro años más tarde suprimió las órdenes religiosas «por ser innecesarias y sin utilidad», confiscando sus pertenencias. Cuando Francia murió en 1840, sólo cuarenta y tres sacerdotes servían a las ochenta y tres parroquias que formaban la diócesis de Asunción, la única diócesis en Paraguay. El sucesor de Francia, Carlos Antonio López, reabrió el seminario y el Estado volvió a pagar los salarios de los sacerdotes, pero López controlaba la Iglesia, hasta el punto de escribir las cartas pastorales (9). Francisco Solano López continuó la política de su padre, y la Iglesia permanecía bajo el control del Estado. El último obispo de la sede de Asunción antes de 1870, Manuel Antonio Palacios, nombrado en enero de 1865, fue ejecutado por López durante la guerra en diciembre de 1868, por conspirar contra el presidente. Sin embargo, López contaba con elementos dentro de la Iglesia que estaban de su lado: dos sacerdotes, Fidel Maíz y Justo Román (10), estaban entre el jurado que sentenció a muerte al obispo Palacios (11).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El sacerdote capuchino italiano Salvador María de Nápoles (12), que era uno de los capellanes de las tropas brasileñas, caracterizaba a López -desde su parcial punto de vista- como el «Nerón americano» a quien el pueblo y el clero obedecían, y explicaba:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El capricho del Nerón Americano era la verdadera Constitución, y so pretexto de igualdad ante la ley, militarizaba el Sacerdocio, esclavizaba la Iglesia, [..] El sacerdote cargaba la espada o el fusil, vestía la camisa colorada; era en fin comisario de guerra, o fiscal de sangre en las sentencias de muerte. En el Clero, entre los Campeones no faltaron los pusilánimes y débiles, los espías y acusadores del finado Obispo, y de sus mismos hermanos!! [..] López tuvo el talento de destruir a la flor del Clero, que, sea dicho a su gloria, formaba la mayoría, y los mejores magistrados y hombres públicos, dejando en el suelo Nacional un puñado de hombres ignorantes (con pocas excepciones) y unos 25 clérigos de la misma ralea, con una sola excepción (13).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>En la confusa situación de 1869, algunos sacerdotes permanecieron con López hasta el final de su lucha, mientras que otros ya intentaban reorganizar la Iglesia en Asunción. El internuncio apostólico en Brasil, monseñor Domenico Sanguigui (14), recibió una carta firmada por tres sacerdotes paraguayos-Policarpo Páez, Claudio Arrúa y Cecilio Román- en Asunción el 2 de abril de 1869, pidiéndole que nombre a alguien para tomar la responsabilidad (15). El internuncio ya sabía desde enero acerca del fusilamiento del obispo Palacios por López (16). La cabeza de facto de la Iglesia en Asunción era Fidelis de Avola, uno de los seis sacerdotes capuchinos italianos que sirvieron como capellanes en el ejército brasileño. Desgraciadamente para la Iglesia paraguaya, estos extranjeros eran los únicos corresponsales del internuncio o, al menos, los únicos a quienes él creía. Cuando los sacerdotes paraguayos comenzaron a volver a la ciudad, éstos eran enviados junto a Avola por el ministro brasileño en Paraguay para que obtuviesen las facultades necesarias para realizar su ministerio. El internuncio utilizaba a los frailes capuchinos no sólo para informarse acerca del Paraguay, sino también para juntar sugerencias sobre los posibles candidatos para la sede de Asunción. Tanto Avola como Nápoles tenían en baja estima al clero paraguayo afirmando que ninguno de sus miembros era digno de ser nombrado obispo. Nápoles le comentó a Sanguigni que «aunque ellos [los sacerdotes paraguayos] eran razonablemente decentes, carecían de sano juicio y de la inteligencia necesaria para gobernar la Iglesia en estos tiempos espinosos». Propuso además que uno de los capellanes del ejército brasileño fuera nombrado obispo de manera interina". Desde Roma querían que Sanguigni nombrara a un paraguayo como vicario apostólico, y sugirió algunos posibles candidatos: Fidel Maíz, Vicente Moreno, Cecilio Román, Manuel Antonio Corvalán. Pedro León Caballero y José Teodoro Escobar (aunque estos dos últimos ya estaban muertos). Sin embargo, hay que añadir que el internuncio estaba también bajo la presión del gobierno brasileño para que no nombrara a ningún paraguayo como vicario, ni delegara el asunto al arzobispo de Buenos Aires (desde 1865 la diócesis de Paraguay había pasado a ser sufragánea de la de Buenos Aires). Por su parte, el arzobispo de Buenos Aires sostenía que el nuevo obispo debería ser un delegado papal. Finalmente, el papa Pío IX decidió dejar la cuestión enteramente al internuncio en Río de Janeiro. Sanguigni designó a Avola como vicario apostólico foráneo (18), designación que fue aprobada por el gobierno provisional paraguayo en diciembre de 1869. Un mes más tarde, Avola tomó posesión de la sede.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>En abril de 1870, Avola contaba sólo con diecisiete sacerdotes, todos ellos paraguayos, para poder enviar a las diferentes parroquias. Estos sacerdotes tenían que cubrir todo el país, por lo que casi todos ellos estaban a cargo de todo un departamento: «[...] Barrero Grande y su departamento, Vicente Moreno; Villa Rica y su departamento, Miguel de Dios Pinto; [...]» (19).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>En sus inicios, el clero paraguayo aceptó silenciosamente la autoridad de Avola: el padre Duarte, quien luego se convertiría en su feroz opositor, le envió a este último una carta alabando de esta forma:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>[...] sus virtudes, su celo paternal, y su alta influencia servirá de mucho ala Iglesia del Paraguay para recobrar su antiguo esplendor y sus legítimos derechos de que fue despojada por los déspotas que han gobernado esta República (20).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Tanto el clero como el pueblo estaban exhaustos por la guerra. La totalidad de los sacerdotes se habían unido en la lucha contra la Triple Alianza, no así la mayoría de la clase política asunceña, que había estado en el lado vencedor. Es materia de especulación si la gente estaba consciente o no de esta distinción; pero en las elecciones de 1870 para formar la asamblea constituyente, encarga-da de redactar la nueva constitución, siete sacerdotes fueron elegidos: Claudio Arrúa (por Luque), Pedro Juan Aponte (por Ihacangua), J. del C. Arzamendia (por Altos), Miguel Pintos (por Villarrica), Policarpo Páez (por Pilar), Jerónimo Ortiz (por Carapeguá) y José Ignacio Acosta (por Lambaré). Los cinco primeros pertenecían al Gran Club del Pueblo y los dos últimos al Club del Pueblo (21).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>En el ya citado reporte de Nápoles, se deja igualmente clara la dependencia de la Iglesia en el apoyo brasileño:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>La ocupación brasileña fue al principio más bien una medida prudente y acertada, porque dio lugar a nosotros, encargados por la Nunciatura Apostólica para establecer la regular administración de los SS. Sacramentos, y la Disciplina Eclesiástica, para congregar todo lo desparramado, y ordenar aquel caos insondable. Y en verdad, no sin sacrificios y fátigas increíbles, en poco tiempo se restablecieron, según los Cánones, más de 50 Parroquias (de las 103 que tenía la Diócesis) se abrió un Seminario para Eclesiásticos, y un Colegio Nacional en grandes proporciones (22).</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>NOTAS:</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>9.- Cf. DURAN: 1990, p. 43. Sobre la época de Francia y los López Cf. COONEY: «Independence, Dictatorship, and Fray Pedro García de Panes, OFM: Last Bishop of Colonial Paraguay (+ 1838)». Archivum Franciscanum Historicum, 68, Roma, 1975, pp. 421-449: «The Destruction of the Religious Orders in Paraguay, 1810-1824» The Americas 36:2, 1979, pp. 177-198; HEYN SCHUPP: Iglesia y Estado en el Paraguay durante el gobierno de Carlos Antonio López, 1841-1862. Estudio jurídico-canónico. Asunción: Biblioteca de Estudios Paraguayos, 1987; Iglesia y Estado en el proceso de emancipación política del Paraguay (1811-1853). Asunción: Editorial Don Bosco, 1991; NOGUÉS: «El general López en Roma». Historia Paraguaya, 1969-70; La Iglesia en la época del doctor Francia. Asunción, 1988; «El Provisor Roque Antonio Céspedes Xeria», Historia Paraguaya, 1958, pp. 45-64; GAONA, El Clero en la Guerra del 70, Asunción, n.d.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>10.- Ambos sacerdotes siguieron al Mariscal López hasta Cerro Corá, pero mientras que Maíz fue llevado prisionero al Brasil, Román fue degollado por las tropas brasileñas, después de caer López. Cf. GAONA, p. 24.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>11.- Cf. El dictamen formulado por estos sacerdotes en DURÁN, Margarita, Catecismo de San Alberto, pp. 3-37 del anexo.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>12.- Él utilizaba la versión castellana de su nombre.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>13.- Archivio Segreto Vaticano (ASV), Affari Ecclesiastici Straordinari (AAEESS), Paraguay, fascículo 135, Nápoles a Marini, Nápoles, 19 de julio de 1875, f. 79.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>14.- Fue internuncio desde 1863 hasta el 30 de enero de 1874. Hasta el arribo de monseñor Di Pietro, el delegado pontificio en Brasil tenía jurisdicción sobre el Paraguay.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>15.- ASV, Archivio Nunciatura in Brasile (ANB), fascículo 293, ff. 19-20, a Sanguigni, Asunción, 2 de abril de 1869.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>16.- El proceso de ejecución y su desarrollo en el Vaticano está excelentemente tratado en MELIÀ, «El fusilamiento del Obispo Palacios. Documentos Vaticanos», Estudios Paraguayos, 21.1, 1983, pp. 25-50.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>17.- Citado por MELIÀ, 1983, p. 34, a quien seguimos para el desarrollo del período 1869-70.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>18.- Normalmente, el vicario apostólico foráneo era designado por el obispo como su representante en un grupo de parroquias. En este caso, Avola era un representante del internuncio con algunos poderes episcopales, tales como conferir la confirmación.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>19.- ASV ANB, fascículo 293, f. 40, Avola a Sanguigni, Asunción, 21 de abril de 1870. Sin embargo, es importante no perder de vista que los nombramientos eran hechos por el Estado, como queda constancia en el Registro Oficial; el mes de septiembre de 1869 fue un mes de reorganización parroquial para el Estado: el 4 se nombra capellán de la parroquia del departamento de Tobatí al presbítero don Miguel de Dios Pintos: el 17, capellán de la parroquia de Itapé, al presbítero don Pedro Aponte; el 18, capellán de las parroquias Recoleta y Trinidad, al presbítero don Tomás Castelvi, capellán de la parroquia de San Roque, al presbítero don Claudio Arrúa, capellán de la parroquia de la Catedral, al presbítero don Policarpo Páez; el 22, capellán de la parroquia de la Villa Concepción y su departamento, al presbítero Cecilio Román; capellán de la parroquia de Barrero Grande, Caraguatay y Piribebuy, al ciudadano Manuel Vicente Moreno, el 23, capellán de las parroquias de Luque, Areguá y Limpio, al presbítero don Claudio Arrúa; el 24, capellán para la parroquia de la Villa del Pilar, al presbítero don Isidro Insaurralde, el 25, capellán de la parroquia de la Recoleta, al presbítero don Pedro Pablo Benítez; el 27, capellán de las parroquias de Yaguarón, Itá y Paraguarí, al presbítero don José María Velásquez; el 28, capellán de la parroquia de La Encarnación al presbítero don Gerónimo Becchis. Cf. RO, tomo I.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>20.- Archivo Arquidiocesano de Asunción (AAA), carpeta Avola, Duarte a Avola, Asunción, 22 de enero de 1870.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>21.- Cf. DECOUD, 1934.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>22.- ASV AAEESS, fascículo 135, Nápoles a Marini, Nápoles, 19 de julio de 1875, f. 79-80.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>*/*</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>A pesar de estos esfuerzos, ni el seminario ni el colegio duraron más de un año; y los extranjeros comenzaron a ser resentidos por el clero paraguayo. El padre Fidel Maíz, quien había servido como uno de los fiscales en los «tribunales de sangre» en donde fue ejecutado el obispo Palacios, volvió al Paraguay desde el Brasil el 5 de diciembre de 1870, habiendo justificado sus acciones bajo el comando de López ante el internuncio. Él era reconocido, tanto por amigos y enemigos, como el mejor educado entre el clero paraguayo, «el único sacerdote competente», decía Nápoles en su informe (23).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Avola y Maíz chocaron desde un inicio. El vicario foráneo no podía permitirle a Maíz volver al Paraguay como si nada hubiese pasado; Maíz había estado envuelto en la misma ejecución del anterior obispo. Sin embargo, Avola, como vicario foráneo, carecía de la autoridad para resolver dicha cuestión, aunque, yendo más allá de sus poderes, él trató de suspender a Maíz a divinis. De hecho, el 26 de diciembre el padre Fortunato José de Sousa, capellán también de las fuerzas imperiales y secretario de Avola, le escribe una nota en donde le comunica a Maíz que «estando acusado de hechos que acarrean graves censuras eclesiásticas ha de abstenerse de celebrar todo y cualquier acto del ministerio sagrado hasta ulterior resolución». De más está decir que el padre Maíz no se quedó atrás y al día siguiente contestó con otra carta, en donde manifestaba que hasta que no se le realice un juicio él seguirá ejerciendo su ministerio (24).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Avola temía la influencia de Maíz sobre el resto del clero, y con buena razón: el padre Ignacio Duarte, cura párroco de la iglesia de San Roque en Asunción, invitó a Maíz a predicar en su parroquia el 12 de febrero de 1871. Esto era en clara oposición a Avola, quien en el mes anterior había enviado una circular a los curas párrocos informándoles que el padre Maíz estaba suspendido. Este asunto generó un debate considerable en los periódicos de Asunción, y Avola comenzó a sentir claramente la oposición del clero nativo, quien trataba de forzar al gobierno para que se retracte del nombramiento de Avola. Su argumento era que el artículo 3°.- de la nueva Constitución Nacional establecía que: «la religión del Estado es la Católica, Apostólica, Romana, debiendo ser para-guayo el jefe de la Iglesia; sin embargo, el Congreso no podrá prohibir el libre ejercicio de cualquiera otra en todo el territorio de la República» (25), mientras que el artículo 102°.-, refiriéndose a los poderes del presidente, establecía que éste «ejerce los derechos del Patronato Nacional de la República en la presentación de Obispos para la Diócesis de la Nación, a propuesta interna del Senado, de acuerdo con el Senado Eclesiástico, o en su defecto, del Clero Nacional reunido» (26).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El presidente Cirilo Rivarola trató de revocar el exequátur de Avola, pero este último desconocía la medida de Rivarola hasta que el Vaticano nombrase a su sucesor (27). De hecho, Rivarola le retiró el exequátur el 10 de febrero de 1871 y para elegir a un nuevo Jefe de la Iglesia entre los miembros del clero nacional, el 21 de dicho mes convocó «a todo el clero nacional para una reunión que tendrá lugar el día 30 del próximo mes entrante ... con el fin de proponer una terna para el objeto indicado » 28</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Finalmente, el clero nacional se reunió en abril de 1871 y envió al gobierno una lista con tres candidatos para el obispado: Manuel Vicente Moreno (29). Feliciano Eliseche (30) y Blas Ignacio Duarte. El decreto presidencial lo deja claro:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El Presidente de la República.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Visto el Art. 3°.- de la Constitución y estando aprobada por el Senado la terna compuesta de los Presbíteros ciudadanos Manuel Vicente Moreno, Blas Ignacio Duarte y Feliciano Eliseche, presentada por el Clero Nacional reunido a convocación del ejecutivo para la presentación del Obispo de esta Diócesis, de conformidad con lo prescrito en el artículo 102, inciso 7°.- de la Constitución, en uso del derecho de Patronato que le acuerda dicho artículo: oído el parecer del Consejo de Ministros,</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>NOTAS:</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>23.- Ibíd., f. 82. Fidel Maíz en su Etapas de mi vida narra estos años a partir de la página 75.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>24.- MAÍZ, idem.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>25.- DECOUD, 1934, comenta que el artículo fue objeto de una larga discusión en donde los presbíteros presentes se opusieron, a la redacción del artículo, pero éste fue sancionado por una mayoría de 28 votos contra 17 (Cf. pp. 245-6). Avola había sido nombrado antes de la redacción de la Constitución.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>26.- DECOUD, 1934, aclara que en vez de «interna» debería leerse en terna, como de hecho fue la propuesta de Cayo Miltos. Este inciso fue aprobado por unanimidad, es decir que todos los sacerdotes presentes se adhirieron a la propuesta; pp. 292-3 Cf. MAÍZ, 1996, pp. 81-88.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>27.- Incluso el internuncio Sanguigni le escribía a Avola desde Río de Janeiro dándole autorización para confirmar y para dispensar de impedimentos en 10 casos de primer grado, además de afirmarle que su celo, dedicación, ernpeño por la causa de la religión es merecedor de todo elogio, y apruebo sin reservas sus actos. ASV, ANB, fascículo 297, Sanguigni a Avola, Río de Janeiro, 21 de octubre de 1871.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>28.- R.O., tomo 1, p. 171.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>29.- Manuel Vicente Moreno había sido ordenado sacerdote en 1849.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>30.- Al año siguiente, el padre Eliseche fue nombrado director del Colegio Nacional de la Asunción, 23 de septiembre de 1872, R.O., tomo 1, p. 360. El apellido Eliseche en otras ocasiones se lo encuentra con `z', Eliseche. Lo mismo ocurre con otros apellidos.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>*/*</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>DECRETA:</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>Art. 1º Nómbrase al Presbítero ciudadano Manuel Vicente Moreno para asumir la administración de este Obispado mientras sea definitivamente instituido y confirmado un nuevo Diocesano, que el Gobierno propondrá dentro del más breve término a la Santa Sede Apostólica.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Art. 2°.- En este intervalo el nombrado administrador ejercerá pleno jure toda la jurisdicción temporal de la Iglesia.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Art. 3°.- Comuníquese a quienes corresponda por el órgano respectivo, publíquese y dese al R. O.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Dado en la Asunción a los veinte y dos días del mes de septiembre de mil ochocientos setenta y uno.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>RIVAROLA.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>José S. Decoud (31)</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>Aunque el presidente Rivarola haya nombrado a Moreno como administrador de la diócesis, Avola continuaba ejerciendo los poderes. Las rivalidades crecieron durante los siguiente meses, y varios sacerdotes decidieron no aceptar la autoridad de Avola. En 1872, los sacerdotes paraguayos Blas Ignacio Duarte, Elíseo Díaz Canteros, Feliciano Elizeche y José María Núñez se negaron a aceptar los nombramientos hechos por Avola (32). Sin embargo, más que problemas doctrinales, lo que estaba en juego eran cuestiones políticas. La dominación brasileña era resentida por la población en general, e incluso más por el clero paraguayo, quienes se habían opuesto a los brasileños en la guerra. Tampoco era un problema de fácil resolución para la nueva elite política. Ellos se negaron a tomar una posición definitiva respecto al exequátur. A veces apoyaron al vicario en contra de los curas «lopistas», otras veces reaccionaron en contra de la dominación extranjera en asuntos eclesiales. Podemos ver en La Regeneración, el primer periódico que apareció en Asunción después de 1869, ejemplos tanto de artículos quejándose de los sacerdotes que apoyaron a López, como de artículos apoyando al clero paraguayo en contra de los capuchinos extranjeros.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El sacerdocio fue el primer elemento del despotismo; el primer sostenedor del déspota y el primer defensor de la maldad. El que ayer alzaba sus preces al cielo pidiendo gloria y larga vida para el tirano, no puede hoy entonar los himnos inmortales de la libertad 33.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Tenemos un clero paraguayo que puede muy bien llenar las Iglesias y parroquias, a qué pues admitir a capuchinos, a esos hombres arrojadlos por malditos de todo el mundo! (34)</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Mientras tanto, los sacerdotes paraguayos participaban activamente en las discusiones políticas del momento. Maíz estaba en contacto con Rivarola, quien lo apoyaba en contra de Avola. Cuando Rivarola cayó a fines de 1871, Fidel Maíz fue puesto en prisión. Luego Maíz, Jerónimo Becchis (35) y Blas Ignacio Duarte se ubicaron con Cándido Bareiro. Otros sacerdotes tuvieron que exiliarse cuando el intento de revolución que ellos apoyaban fracasó, coleo es el caso de Jerónimo Ortiz, quien tuvo que escapar a Argentina después de las revueltas de 1872-336. Al mismo tiempo que el clero paraguayo estaba envuelto en las discusiones políticas del momento, nuevos curas extranjeros llegaron al país, la mayoría de ellos expulsados de las diócesis vecinas de Argentina. Avola los fue enviando a las parroquias del interior, en donde quedó pronto en claro por qué habían sido expulsados. Pedro Antonio Cione, un sacerdote italiano, fue enviado a Capiatá, en donde fue acusado por su feligresía en enero de 1872 de golpear a una mujer en la sacristía, y dos meses más tarde «por hechos escandalosos y criminales» (39).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Cuando Cirilo Rivarola fue reemplazado al final de ese año, tanto el nuevo gobierno como parte del clero continuaron reconociendo a Avola como la cabeza de la Iglesia. En esta situación, el gobierno de Salvador Jovellanos decidió enviar a Gregorio Benítez 38 a Roma para pedir el nombramiento de Moreno como nuevo obispo de Asunción. A pesar de las protestas de Avola y del gobierno brasileño, Roma finalmente instruyó, el 1 de septiembre de 1873, al inter-nuncio Domenico Sanguigni que nombre a Moreno 39.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>La misión de Benítez, sin embargo, no estuvo exenta de complicaciones. Llegó a Roma el 1 de junio de 1873 y permaneció en dicha ciudad hasta el 7 de julio. Allí se dio cuenta de que el informante del Vaticano respecto al Paraguay era el mismo internuncio de Río de Janeiro, y de éste los padres capuchinos, en especial Fidelis de Avola (40). A esto se debe la reticencia de parte del papa Pío IX en nombrar a alguien del clero nacional para vicario administrador. La razón principal era que en el Paraguay no había sacerdotes capaces de ocupar el puesto de jefe del clero.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Sobre Moreno, de manera especial, tenían bastantes reparos, ya que se había inmiscuido en política y que al ser de carácter débil sería fácilmente manejado por Fidel Maíz. La difícil situación Benítez la comentaba en una carta a José del Rosario Miranda:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Cúmpleme advertir al gobierno que el señor capuchino Fidelis de Avola que se halla provisoriamente al frente de la Iglesia Paraguaya, ha dado a la Corte Pontifical los informes más tristes sobre el clero paraguayo, presentando a todos los sacerdotes como nulidades absolutas. Que ninguno de ellos es digno de ser colocado a la cabeza de la Iglesia del país. Por mi parte, comprendo perfectamente el verdadero móvil de los informes del señor capuchino. No obstante, espero convencer a Su Santidad y a sus Ilustres consejeros de la realidad de la situación. Al efecto, me ocupo de tomar las medidas necesarias. Entretanto, es de absoluta necesidad que el Gobierno de la República no acepte ninguna proposición de parte del Internuncio residente en el Brasil o del mismo fray Fidelis. Es preciso que el gobierno sepa hacer ejecutar y respetar la Carta Fundamental de la nación. Que responda netamente que no puede tratar de un asunto que ha sido objeto de una misión especial cerca del Santo Padre y que la nación se ha visto obligada a costear. Que hasta que reciba noticias del resultado final de las negociaciones de su plenipotenciario, no podría entablar discusiones ni aceptar proposiciones de ninguna especie (41).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Gregorio Benítez, en una exquisita labor diplomática, no dejó puerta sin tocar y no dudó en recurrir incluso al padre general de los jesuitas, el padre Bex, para solicitarle la ayuda necesaria para lograr su objetivo. Es importante notar que entre las razones más importantes esgrimidas por Benítez para la pronta designación de Moreno, estaba la de la anarquía reinante en la Iglesia paraguaya entre los sacerdotes y Fidelis de Avola.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Roma aceptaba nombrar a Daniel Sosa, cura de la Catedral, pero como vicario apostólico. Finalmente, y después de un largo trabajo de pasillos, Benitez consiguió que Pío IX autorice a monseñor Domenico Sanguigni, internuncio apostólico en el Brasil, para que proceda efectuar el nombramiento de dicho sacerdote Moreno al puesto referido, ad beneplacitum Santa Sedis, confiriéndole las facultades necesarias para poder ejercer el cargo que se, le confía, en bien espiritual de los fieles de aquella Diócesis.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El 1 de septiembre de 1873 se escribe el Breve en Río de Janeiro nombrando a Moreno como administrador de la diócesis del Paraguay y el 28 de octubre Jovellanos le da el pase (42).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El 27 de noviembre del mismo año, Moreno escribió su primera carta pastoral al clero y al pueblo dándoles a conocer su nombramiento como administrador apostólico de la diócesis de tal manera que ellos puedan «recurrir a mí con vuestras necesidades espirituales» (43). Primeramente, Moreno pidió al papa que excuse de todos los defectos canónicos que pudieron haber surgido por la anterior situación y le solicitó que escuche al clero paraguayo corno fiel intérprete de sus propios intereses. En clara referencia a Avola, él declaraba:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Ay! Se le ha negado aún el derecho de existir como corporación; y lo que es más, se ha sostenido como doctrina de la Iglesia Católica, que no merece ya tener un Pastor ó Prelado de su propia nacionalidad, si no es pasados 40 años! (44)</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Al mismo tiempo, el obispo Moreno reorganizó las parroquias nombrando vicarios foráneos y dándoles nuevas instrucciones (45).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Avola, finalmente, dejó el país junto con los demás sacerdotes capuchinos, con la excepción de Salvador de Nápoles, quien permaneció en su parroquia de Villarrica. Tan pronto como se enteró del nombramiento de Moreno, Nápoles le escribió inmediatamente al nuevo administrador reconociéndole «corno superior y padre», y dejándole claro que,</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>[..] si yo soy del hábito seráfico, no opinaba como aquel [Avola] que lo revestía y me mandaba ¡¡no poseía en muchos puntos las mismas ideas!! Mis amigos han sido, y que creo que aún lo sean, los RR. PP Duarte, Elizeche, Aponte, Gil, Sosa, Casco, Ortiz, Insaurralde, Maíz (aunque no lo conozca) y cuantos Sacerdotes sirven a esta Iglesia Paraguaya (46).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Además, Moreno recibió -como era de esperar- el reconocimiento de todos los sacerdotes paraguayos que habían tenido problemas con Avola y el gobierno. Desde su exilio en Villa Occidental (en ese tiempo bajo control argentino), el padre Acosta le envió una carta a Moreno presentándole su obediencia y declarando que,</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>[..] desde un principio he sido opuesto contra la administración perversa del mercenario Avola, y de los gobiernos pasados y actuales, y me he impuesto como una ley Sagrada, de llevar siempre una sistemática oposición, y una fuerte persecución contra ellos hasta morir ó hasta conseguir que un Sacerdote paraguayo venga a regir el destino de nuestra Iglesia'.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Desgraciadamente para la Iglesia paraguaya, Moreno murió siete meses más tarde, el 30 de mayo de 1874. Antes de morir nombró a su secretario, no otro que el padre Fidel Maíz, como administrador ad interim hasta que un nuevo obispo sea designado (48). El gobierno aceptó el nombramiento el 2 de junio y el 28 de julio de dicho año convocó al clero para el 10 de septiembre con el fin de elaborar una terna y presentar al papa a quien fuera electo 49. La terna electa y aprobada por el senado estuvo conformada por Fidel Maíz, Feliciano Eliseche y Gerónimo Ortiz.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Los siguientes tres años fueron los más difíciles de toda la historia de la Iglesia en el Paraguay de posguerra. En primer lugar, había dificultades canónicas: ¿podía Moreno, siendo sólo un administrador, delegar sus funciones en Maíz? Por otro lado, estaba la duda sobre la validez del nombramiento de Maíz por el gobierno. De acuerdo a las provisiones del patronato, dicho nombramiento era totalmente válido, pero Roma se negaba a reconocer la transferencia del patronato del reino español a las nuevas repúblicas independientes, aunque de hecho sí aceptaba pragmáticamente nombramientos gubernamentales, como fue el caso de Moreno. Pero el real problema era Maíz, su responsabilidad por la ejecución del obispo Palacios estaba todavía sin resolver. Quizá, si Moreno hubiese elegido otro sacerdote paraguayo, Roma habría aceptado al nuevo administrador. Aunque el clero había nominado a Maíz para ocupar la sede, ellos no formaban una unidad homogénea-como había quedado de manifiesto en la participación en la Asamblea Constituyente de 1870-. Antiguos amigos de Maíz, tales como Duarte, Insaurralde, Becchis y Jara, comenzaron a hacerle oposición y a enviar cartas al internuncio acusándole tanto de haber presionado a Moreno a firmar cuando éste estaba en su lecho de muerte, como de perseguir a todos aquellos curas que no estaban de acuerdo con él. Uno de ellos escribía:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Como tuve el honor de anunciar a V. E. Rma, jamás me he degradado hasta el punto de adherirme al cisma desgraciadamente iniciado en mi patria por el presbítero Fidel Maíz; y si hasta cerca de la última Pascua me mantuve cerca de mi curato de Villa del Pilar, fue con la más completa independencia de este Presbítero Maíz, prelado impuesto a la fuerza y anticanónicaniente por el gobierno de mi país.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Mas en la fecha arriba apuntada, habiendo caprichosamente pretendido Maíz separárseme de la parroquia conferida legítimamente por el Rmo. Vicario Apostólico Fray Fidelis de Avola, para colocárseme en otra, obligome darme de este modo adhesión al cisma; me negué resueltamente aceptarla, por cuyo motivo, siendo en gran manera perseguido por el gobierno que pretendía encerrarme en un calabozo, me determiné a emigrar clandestinamente de mi país, hallándome ahora en Corrientes.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Doy a saber a V E. Rma. este suceso con el objeto de manifestar mi constancia en el propósito de confesar la debida obediencia a V. E. y sobre todo al Padre Universal y Vicario de Jesucristo, de quien jamás me he apartado. Aquí espero las órdenes de V E. Rma. dispuesto a hacer de mi parte cualquier sacrificio por salvar mis esencias católicas, y cumplir con los deberes que incumben a todo sacerdote que cifra toda su gloria en el consagrarse hasta la muerte fiel a las doctrinas de la Iglesia Católica Apostólica Romana 50.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>NOTAS:</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>34.- Ibíd.. 20 de marzo de 1870.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>35.- Jerónimo Becchis fue reconocido por el gobierno de Rivarola como agente consular del rey, de Italia en Asunción, el 10 de agosto de 1871 (Cfr. R.O., tomo 1, p. 230), lo cual originará un descontento de Roma hacia Avola por dar tal autorización. El padre Becchis, de origen italiano, había llegado al Paraguay en 1855.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>36.- AAA, Notas Recibidas, 1870-4, Ortiz a Avola, Corrientes, 17 de abril de 1873. José Ignacio Acosta también fue suspendido por Avola por haber participado en el levantamiento de Caballero en 1873, Cf. la carta de Acosta a Avola desde Itá, el 7 de julio de 1873, en ídem.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>37.- Ibíd., Jefe Político de Capiatá a Avola, Capiatá, 16 de enero de 1872; Ferreira a Avola, Capiatá, 7 de marzo de 1872.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>38.- El nombramiento de Benítez como Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario es del 1 de julio de 1872, R.O., tomo I, pp. 339-340. Benítez, EN otras ocasiones, figura como Benítes.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>39.- La misión de Benítez a Roma se encuentra detallada en BENÍTEZ. Gregorio, Misión en Europa (1872-1871). Asunción: FONDEC - Academia Paraguaya de la Historia, 2002. Ver también el Anexo Documental.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>40.- Más claro lo deja Benítez cuando afirma: «Sin duda la observación de Su Santidad se fundaba en los informes de los capuchinos que pretenden mantener indebidamente su autoridad temporal en el Paraguay, a fin de monopolizar los principales puestos [...]». ídem, p. 448-9.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>41.- Ídem, 451.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>42.- R.O.. tomo I, pp. 484-485.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>43.- AAA, carpeta Moreno. Moreno a la Diócesis, Asunción, 27 de noviembre de 1873.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>44.- Moreno a Antonelli, Asunción, mayo de 1874, citado en MAÍZ y ROA, 1906, p. 39.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>45.- AAA, carpeta Moreno, Moreno a los sacerdotes, Asunción, 3 de marzo de 1874; y 23 de marzo de 1874.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>46.- AAA, Notas Recibidas 1870-1874, Nápoles a Moreno. Villa Rica, 16 de noviembre de 1873.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>47.- AAA, carpeta Moreno, Acosta a Moreno, Villa Occidental, 22 de noviembre de 1873.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>48.- Moreno había rehabilitado oficialmente a Maíz a través de una publicación oficial cl 23 de noviembre de 1873. Igualmente lo nombró su secretario. Cfr. MAIZ, 1996, pp. 91-92. El padre Maíz también había sido nombrado director del Colegio Nacional el 5 de marzo de 1874 en reemplazo del padre Elizeche. R.O. tomo 1, p. 517.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>49.- AAA, carpeta Moreno, In Nomine Domine. Amen. R.O. tomo 1, ver anexo.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>50.- ASV, ANB, fascículo 296, Insaurralde a Bruschetti, Corrientes, 16 de mayo de 1876, f. 135. Ver, además, ibid., fascículo 297, Becchis a Bruschetti, Buenos Aires, 3 de febrero de 1876, ff. 73-73; ibid., Duarte a Bruschetti, Asunción, 16 de agosto de 1875.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>*/*</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong>Los documentos consultados no ofrecen una clara explicación del porqué ellos cambiaron de posición. Maíz especula en su autobiografía que Duarte también ambicionaba convertirse en obispos (51). De hecho, cuando Aponte fue nombrado más tarde obispo, Duarte pasó a ser su secretario.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Por varios motivos, no sólo eclesiásticos, el presidente Jovellanos decidió enviar una misión especial a Europa. Higinio Uriarte, quien fue enviado a Roma, recién llega en septiembre de 18755, pero fracasó en hacer que Maíz fuera nombrado. Mientras tanto, cartas quejándose de Maíz habían llegado tanto a Río de Janeiro como a Roma. El internuncio Sanguigni había sido transferido a Portugal en enero de 1874 y se le encargó a su secretario Ferrini que hiciera las veces de nuncio hasta que el nuevo llegara. Sin embargo, Ferrini murió en febrero y otro secretario, Luis Bruschetti, lo sustituyó hasta septiembre de 1876, cuando finalmente llegó a Río de Janeiro el nuevo internuncio, César Roncetti. Todos estos cambios atrasaron y complicaron el proceso de normalización de la Iglesia paraguaya. Es más, el «consejero» en asuntos paraguayos en la Nunciatura de Río de Janeiro no era otro que Fidelis de Avola.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Cuando Uriarte retornó de Roma y su fracaso en dicha ciudad era ya conocido en Asunción, el gobierno propuso al padre Claudio Arrúa en lugar de Maíz como nuevo administrador (6 de diciembre de 1875) (55). El ministro de Relaciones Exteriores, Facundo Machaín, le reconocía a Bruschetti que en Paraguay se vivía una situación muy tensa por este tema, y que la población estaba dividida en bandos, algunos apoyando al padre Duarte y otros a Maíz, es por eso que le ruega:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>encarecidamente a Monseñor, quiera acceder al pedido que le hago como Ministro, instituyendo siquiera una autoridad meramente interina, aunque más no sea que para alejar definitivamente a Maíz y sin perjuicio de seguir trabajando en nuestro común deseo para lo cual me encontraré siempre firme y decidido como Hijo fiel de nuestra santa madre la Iglesia Católica (54).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El nuncio en Río, instruido por Avola (55), una vez más ponía sobre el tapete la antigua creencia de que ningún sacerdote paraguayo era digno de ser nombrado obispo y que, por lo tanto, no aceptaba la nominación de Arrúa. La situación ya estaba convirtiéndose imposible para Maíz. Una parte del clero estaba en contra suya, e incluso una gran parte de la población se le oponía. Maíz aceptó la situación y presentó su renuncia el 27 de abril de 18765. Sosa, el secretario de Maíz, fue el responsable de mantener la administración funcionando, pero él no hizo ningún nombramientos', y en tanto que Roma no nombrase un nuevo administrador, Maíz estaba técnicamente a cargo (58).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Las cartas enviadas a Roma y a Río de Janeiro hablan de una situación de caos: sacerdotes dejando sus parroquias (y algunos dejando incluso el país, como en los casos de Insaurralde y Becchis); y la gente solicitando autorización para abrir oratorios privados con el fin de evitar a los curas fieles a Maíz. En una carta abierta al clero paraguayo, Maíz acusó a Duarte y a Becchis de estar creando «la más deplorable división en el seno de la madre Iglesia, lanzando a muchas mujeres, pobres almas, hacia el público debate de un cisma religioso, mujeres que se han dejado engañar por un falso celo religioso» (59).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Roma había instruido a Roncetti que presionase al gobierno para que aceptara a un sacerdote extranjero como administrador ad ínterin, dándole incluso un nombre concreto: Fidelis de Avola (60). Roncetti, sin embargo, decidió pedirle al arzobispo de Buenos Aires que vaya al Paraguay para resolver la cuestión.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>De hecho, el obispo de Buenos Aires, monseñor Aneiros, ya estaba haciendo gestiones en Argentina para resolver la situación, como lo manifiesta la siguiente carta dirigida a Roncetti.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El Doctor Espinosa ha contestado a V E. la última en que se dignaba hablarnos del infeliz Paraguay.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>No he omitido ocasión de hacer algo a favor de esta desgraciada diócesis. Me han hecho algunas promesas y aun espero resultados. Últimamente me dijeron que Maíz no estaba en la capital), aun pareciera retirado. No tengo certidumbre ni explicación de esto.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El Sr. Ministro de Relaciones Exteriores de esta República Argentina a quien hablé varias veces, últimamente me dijo que le escribiera lo que me pareciese mejor hacer, aunque confidencialmente le he dicho que si el gobierno argentino protege y recomienda un comisionado que yo mande para tratar con aquel gobierno e inducirle que reconozcan al arzobispo nombrado por el Santo Padre en la erección del arzobispado de Buenos Aires, en la que se da por sufragáneo al Paraguay; podríamos tener alguna esperanza de hacer bien. Así trataríamos con aquel gobierno que se nombre legítimamente una autoridad eclesiástica y que se someta el P. Maíz. El Sr. Ministro me avisó que estaba tratando con el presidente el asunto después de mi escrito. Por tanto espero pronto alguna respuesta y tengo yo al Dr. Espinosa mi secretario con otro sacerdote para esta misión. Todo ello está ... y espero que V. E. se digne ordenarme lo que crea conveniente. Cuidaré de comunicar lo que ocurra (61).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El obispo porteño no fue, pero envió en su lugar a su secretario, el doctor Antonio Espinosa. Este último llegó a Asunción en el mes de diciembre de 1876 para discutir el asunto con el gobierno y el clero. Sin embargo, dado que la misión de Espinosa era persuadir al gobierno para que aceptara a un sacerdote extranjero como obispo, sus credenciales no fueron aceptadas por el gobierno. Espinosa se quedó hasta mayo sin ningún éxito, proveyendo un foco de continuo descontento. Al final de su estancia, él ya había sacado su conclusión: «o se nombra un vicario paraguayo, o la Iglesia paraguaya se pierde»''-, y le propuso al internuncio que se nombre a Castelvi o a Gill como administrador. También le propuso nombrar un vicario general que fuese un cura extranjero y supiese de derecho canónico. También le aclaraba que «no crea V. E. R. que al gobierno le importa el regularizar la diócesis en otra manera, más allá que por las complicaciones políticas que esto podría traerle al gobierno. El presidente es la cabeza, el hombre visible, de la francmasonería» 63. Desgraciadamente, Roncetti una vez más prefirió escuchar a sus «consejeros», Avola e Insaurralde. y declaró sin ambages; «le confieso honestamente a su excelencia que no me atrevería a señalar a ningún sacerdote paraguayo que fuera digno de tal posición» (64). De hecho, lo que Roncetti quería hacer era imponer una censura eclesiástica sobre la Iglesia paraguaya, pero la gente en Roma juzgó tal actitud como excesiva (65).</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El impasse estaba siendo cada vez más largo y el gobierno ya estaba preocupándose. Espinosa le comentó a Roncetti que el interés del gobierno no estaba sólo en la cuestión religiosa per se, sino que también estaba preocupado por las complicaciones políticas a las que podría llevar al gobierno si esto no se resolvía (66). En el mes de abril de 1877, el presidente Gill fue asesinado y el vicepresidente Uriarte, quien había estado en Roma dos años antes, asumió la presidencia.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>El 12 de julio de 1877, Uriarte convocó al clero nacional para que se reuniera el 12 de agosto para elegir una nueva terna. El 24 de agosto se elige a Claudio Arrúa como «jefe efectivo de la administración eclesiástica de esta Provincia». Finalmente, el 6 de septiembre, se envió una nueva misión diplomática a Roma con José del Rosario Miranda a la cabeza de la misma, la tercera en esta década.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>Una vez más, Maíz presentó su renuncia, pero esta vez se la envió también a Roncetti (67).</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>NOTAS:</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>51.- Cf. MAIZ: 1996, p. 109.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>52.- Jovellanos estuvo a cargo de la presidencia desde el 18 de diciembre de 1871 hasta el 25 de noviembre de 1874.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>53.- ASV, ANB, fascículo 297, Machaín a Bruschetti, Asunción, 6 de diciembre de 1875.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>54.- Id.. 7 de diciembre de 1875.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>55.- También le solicitó informes a Insaurralde, quien le habló mal de Arrúa, de los padres Daniel Sosa, Maíz y de Gill. ASV, ANB, fascículo 297, Insaurralde a Bruschetti, Corrientes, 6 de junio de 1876.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>56 «Memoria del Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública», La Reforma, Asunción, 2 de julio de 1876, Maíz, 1996, p. 99.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>57.- ASV, ANB, fascículo 293, Duarte a Roncetti, Asunción, 18 de septiembre (le 1876, y 28 de octubre de 1876, ff. 17-20.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>58.- La casi totalidad de los documentos referidos al periodo de Maíz al frente de la Iglesia paraguaya con sus respectivos análisis se encuentran en MAIZ, 1996, y en especial en el trabajo documental que realiza HEYN, 1996. Cfr, también BALZA, 1969.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>59.- MAÍZ, 1996, al Clero Nacional, Asunción, 30 de julio de 1877, p. 101. POTTHAST, 1996, nos llama la atención sobre el rol que les cupo a las mujeres en la reconstrucción de la sociedad.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>60.- ASV, AAEESS, Brasile, fascículo 188, Instrucciones a Roncetti, Roma, 21 de julio de 1876, f 26.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>61.- ASV, ANB, fascículo 296, Aneiros a Roncetti, Buenos Aires, 9 de agosto de 1876.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>62.- ASV, AAEESS, Paraguay, fascículo 136, Asunción, Espinosa a Roncetti, 24 de febrero de 1877, f. 28 r.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>63.- ASV, ANB, fascículo 297, Espinosa a Roncetti, Asunción, 6 de enero de 1877.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>64.-ASV, AAEESS, Paraguay, fascículo 136, Roncetti a Simeoni. Río de Janeiro, 28 de marzo de 1877, f 25.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>65.- Id., Roma, minuta a Roncetti, 8 de junio de 1877, ff 27-28; y 28 de diciembre de 1877, ff. 137-141.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>66.- ASV, ANB, fascículo 299, Espinosa a Roncetti, 6 de enero de 1877, f. 57.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>67.- MAÍZ, 1996, a Roncetti, Asunción, 25 de julio de 1877; al Ministro de Culto, 26 de julio de 1877, pp. 96-98.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong><img alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Ignacio%20Telesca/ignacio%20telesca%20pueblos%20curas%20y%20vaticano%20cepag%20ctp.jpg" /></strong></div></span><div align="center"></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-89777395766061277312011-05-16T16:31:00.000-07:002011-05-26T07:07:04.177-07:00JOSÉ MANUEL SILVERO ARÉVALOS - CECILIO BÁEZ (EL HOMBRE, EL PENSADOR, EL TESTIMONIO) / Editorial EL LECTOR, 2011<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb7w0t3Psc_OWxBgjZBoxydALCdP8i_WJOCQ40Ps37ArPp5qvo2COrTk5BRsz36X-Wrr9zxOds7he7uw24KXzUw_iofULtGNm18NImNeNhcF0_ovrfJMXNfMgUHpWvAR4cU8jnz17flOM/s1600/juan+manuel+silvero+cecilio+baez+el+lector+2011+tp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400px" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgb7w0t3Psc_OWxBgjZBoxydALCdP8i_WJOCQ40Ps37ArPp5qvo2COrTk5BRsz36X-Wrr9zxOds7he7uw24KXzUw_iofULtGNm18NImNeNhcF0_ovrfJMXNfMgUHpWvAR4cU8jnz17flOM/s400/juan+manuel+silvero+cecilio+baez+el+lector+2011+tp.jpg" width="400px" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><span style="text-align: justify;"></span><br />
<div align="center"></div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>CECILIO BAEZ</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=949"><span style="color: red;">JOSÉ MANUEL SILVERO</span></a></strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong>COLECCIÓN PROTAGONISTAS DE LA HISTORIA Nº 6</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>© Editorial EL LECTOR</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director General: PABLO LEÓN BURIÁN</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Coordinador Editorial: BERNARDO NERI FARINA</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director de la Colección: HERIB CABALLERO CAMPOS</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño de Tapa: DENIS CONDORETTY</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Corrección: RODOLFO INSAURRALDE</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>ISBN: 978-99953-1-133-9</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector I: 25 de Mayo y Antequera.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Tel. 595 21 491 966 - 493 908</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector II: San Martín c/ Austria.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Tel. 610 639 - 614 258/9</strong></div><div style="text-align: center;"><strong><a href="http://www.ellector.com.py/" target="_blank"><span style="color: red;">www.ellector.com.py</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><strong><a href="mailto:comercial@ellector.com.py" target="_blank"><span style="color: red;">comercial@ellector.com.py</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Esta edición consta de 15.000 ejemplares</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Asunción – Paraguay 2011</strong></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><br />
<div style="text-align: center;"><img alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Juan%20Manuel%20Silvero/juan%20manuel%20silvero%20cecilio%20baez%20retrato%20abc%20color%202011.jpg" /></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><br />
<span style="color: lime;"><strong>CONTENIDO</strong></span><br />
PRÓLOGO<br />
INTRODUCCIÓN<br />
<strong><span style="color: cyan;">I. EL HOMBRE</span></strong><br />
1. EL ADIÓS A UN AMIGO<br />
2. LA FAMILIA<br />
3. ¡POR QUÉ, CIELOS, NO MORÍ!<br />
4. LOS RESILIENTES<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>II. EL PENSADOR</strong></span><br />
1. EL ORIGEN DE SU PENSAMIENTO<br />
2. LECTURAS JUVENILES<br />
3. SUS IDEALES<br />
4. RELEVANCIA DEL PENSAMIENTO DE BÁEZ<br />
5. POSITIVISMO<br />
6. LOS GUARANÍES<br />
7. LA CRÍTICA A BÁEZ<br />
8. EL POLÍTICO<br />
9. EL IDEÓLOGO<br />
10. RECONSTRUCCIONISMO Y REGENERACIONISMO<br />
11. PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA<br />
12. OBRERO DESTACADO<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>III. EL TESTIMONIO</strong></span><br />
1. EL ÚLTIMO TRABAJO<br />
2. EL ADIÓS AL VENERABLE MAESTRO<br />
3. DR. CECILIO BÁEZ, CAAGUAZÚ<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>ANEXOS</strong></span><br />
<span style="color: cyan;"><strong>FUENTES CONSULTADAS</strong></span><br />
<span style="color: cyan;"><strong>EL AUTOR</strong></span><br />
<br />
<br />
<span style="color: lime;"><strong>PRÓLOGO</strong></span><br />
<div style="text-align: justify;"> Cecilio Báez es un hombre polémico y a la vez polifacético, destacado miembro de la intelectualidad paraguaya, fue uno de los primeros egresados del Colegio Nacional de la Capital. En forma aventajada egresó en la primera promoción de la entonces novel Universidad Nacional de Asunción.</div><div style="text-align: justify;"> El doctor José Manuel Silvero nos presenta en tres capítulos la vida, obra y pensamiento de un personaje que se destacó notablemente en cada una de las actividades que emprendió, ya sea en la cátedra o en la política, en la prensa o en la diplomacia.</div><div style="text-align: justify;"> En este sentido rescatamos la sinceridad del autor, cuando sostiene " la figura que me ha correspondido abordar es tan vasta y compleja que lo "mucho" que pueda intentar decir de ella siempre será muy "poco". Varios aspectos de su amplia producción no son desarrollados en este trabajo"</div><div style="text-align: justify;"> Uno de los principales aportes de este libro es el recuento de todos los hijos de Cecilio Báez y detalles de su vida que nos traen el ser humano más allá del político.</div><div style="text-align: justify;"> El volumen presenta también fotografías inéditas del propio doctor Báez como de su familia, imágenes que acercan al lector a una mejor comprensión del texto presentado por el autor y que hasta esta obra han permanecido inéditas bajo el cuidado de sus descendientes, a quienes agradecemos su prestancia y colaboración para con este proyecto editorial.</div><div style="text-align: justify;"> En otro apartado importante Silvero nos explica cómo el pensamiento de Báez se entronca con el Positivismo, corriente filosófica fundada por el francés Auguste Comte. En este sentido un aporte significativo es el detalle de las lecturas de libros fundamentales en la conformación del pensamiento de Cecilio.</div><div style="text-align: justify;"> Podemos afirmar con propiedad que el trabajo de José Manuel Silvero se encuadra en la biografía intelectual, la cual facilita el entendimiento sobre el modo de pensar de un personaje tan relevante a la historia como el doctor Báez.</div><div style="text-align: justify;"> Este libro es el primero que se aproxima a la biografía de una figura tan descollante en el desarrollo político y cultural del Paraguay de comienzos del siglo XX, y cuya impronta quedó firme durante muchos años en la enseñanza del Derecho y las Ciencias Sociales.</div><div style="text-align: justify;"> Agradecemos al doctor Silvero el esfuerzo y la reflexión realizados porque mediante este trabajo los lectores podrán conocer facetas desconocidas de la vida de Cecilio Báez. Destacamos que es la primera vez que se plantea la biografía de un hombre de quien mucho se habla pero poco se conoce. Este libro presenta una primera aproximación a un destacado intelectual, olvidado incluso por quienes se dicen sus herederos políticos.</div><div style="text-align: justify;"> Exhortamos al autor a que siga por esta senda, profundizando el estudio sobre Báez y su pensamiento, en la línea de ayudarnos a conocer el ambiente intelectual que se creó en torno a su figura.</div><div style="text-align: justify;"> Muchas veces observamos que existe un menosprecio hacia los pensadores paraguayos pues ni siquiera son estudiados en los programas oficiales de la enseñanza Media. Hacemos votos para que a través de esta colección la vida, la obra y el pensamiento de Cecilio Báez y de otros ilustres paraguayos sean conocidos y estudiados, con el fin de comprender la evolución de las ideas en el Paraguay y a través de la misma una nueva visión sobre nuestro pasado sea mucho más enriquecida.</div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>HERIB CABALLERO CAMPOS</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Asunción, marzo de 2011</strong></span></div><br />
<br />
<span style="color: lime;"><strong>INTRODUCCIÓN</strong></span><br />
<div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>La memoria parece grande por lo</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>que muestra en recuerdos, lo es mucho</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>más por lo que ciertamente esconde.</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Niceto Alcalá-Zamora</strong></span></div> <br />
<div style="text-align: justify;">Cabe como primera advertencia que la figura la cual me ha correspondido abordar es tan vasta y compleja que lo "mucho" que pueda intentar decir de ella siempre será muy "poco". Varios aspectos de su amplia producción no son desarrollados en este trabajo; sus ideas en torno a las relaciones diplomáticas, la filosofía del derecho, el arte, la religión, entre otros.</div><div style="text-align: justify;">La siguiente advertencia tiene que ver con mi condición de docente de Filosofía, probablemente haya restringido la visión a la hora de escribir un texto que un historiador -dependiendo de sus intereses- lo desarrollaría de manera más emocionante. Lo digo pues, para muchos de nosotros, la Historia siempre fue presentada como una actividad rebosante de praxis maniqueísta, donde las posturas embutidas eran colocadas en hormas bien separadas.</div><div style="text-align: justify;">Por eso el lector encontrará en estas páginas una serie de puntos que en principio, podrían no parecer muy relevantes; como por ejemplo, datos relacionados a los vástagos de Cecilio Báez. No obstante, es importante y enriquecedor ampliar la visión sobre cualquier autor al intentar mirar su grandeza desde perspectivas usualmente marginadas.</div><div style="text-align: justify;">Vale además señalar el hecho de que todas las posturas e interpretaciones son construcciones provisorias, siempre revisables. Por ello, la admiración por la obra y la praxis política de Báez, con seguridad me habrá limitado a la hora de juzgar o criticar con más detalles, fuerza y argumentos, sus potenciales contradicciones y paradojas.</div><div style="text-align: justify;">Por último, es mi deseo hacer saber que este trabajo no hubiese sido posible sin la generosidad, el concurso, la amabilidad y el trabajo incansable de Marjorie Paola Báez Ríos, quien con esmero, dedicación y absoluta entrega, honró la memoria de los Báez Allende -especialmente la de su padre Aníbal Cecilio Báez Recalde- poniendo a disposición documentos, fotos y datos de manera ordenada haciendo que el trabajo fuese más llevadero, novedoso y apasionante.</div><div style="text-align: justify;">Mi agradecimiento vaya también a la señora María Graciela Ríos Vda. de Báez Recalde, por las informaciones vertidas en las muchas conversaciones que mantuvimos; así como a Amadeo Nicolás Báez Ríos, a María Graciela Báez de Ramírez y a Astrid Desirée Báez Ríos, por el entusiasmo y la fortaleza que esparcían en las horas de trabajo.</div><div style="text-align: justify;">Y una mención especial merece el gesto fraterno del Arq. Hernán Báez Recalde, quien generosamente arrimó fotos y datos de muchísimo valor. A todos ellos y ellas, GRACIAS CON MAYÚSCULAS.</div><div style="text-align: justify;">Asimismo, quiero agradecer a mis compañeros de trabajo de la Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica/CEMIT de la Universidad Nacional de Asunción, ellos me han animado siempre en todos los emprendimientos y proyectos.</div><div style="text-align: justify;">La buena predisposición y el apoyo constante del Prof. Ingeniero Forestal César Cardozo Román, Director General de Investigación Científica y Tecnológica de la Universidad Nacional de Asunción, a mis iniciativas e investigaciones, es un gesto que reconozco y agradezco de manera muy especial.</div><br />
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<div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>I. EL HOMBRE</strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>1. EL ADIÓS A UN AMIGO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: right;"> "Cuando la desgracia es grande el dolor enmudece,</div><div style="text-align: right;">para que estalle la indignación o la cólera".</div><div style="text-align: justify;"> Con estas palabras, el 18 de diciembre de 1899, Báez despedía a uno de los intelectuales más lúcidos que tuvo el Paraguay. La muerte de Blas Garay había consternado a la sociedad paraguaya y muy especialmente al grupo de jóvenes estudiosos, que de alguna u otra forma, intentaban reponerse de la tragedia que había significado la Guerra del 70.</div><div style="text-align: justify;"> Su talento y exquisitez como orador y ensayista, hacían de Báez una de las figuras más notorias del entorno político, académico e intelectual de finales del XIX y la</div><div style="text-align: justify;">primera mitad del siglo XX. Quizás por ello, sus palabras llegaban al gran público de manera vibrante y casi siempre cargada de afirmaciones polémicas.</div><div style="text-align: justify;"> Luego de testar el grado de tristeza que inundaba a los amigos y parientes de Garay, Báez dejó en claro que sus palabras de orador no estarían adornadas de reproches ni maledicencias. Asimismo, recordaba inmediatamente que entre sollozos y suspiros se depositan en "hoyos siempre abiertos" venerados despojos de los deudos queridos.</div><div style="text-align: justify;"> Báez fue uno de los intelectuales que con claridad y sin miramientos ha descrito y denunciado toda laya de crueldad, amordazamiento de la libertad y de una educación mezquina y enteramente mediocre.</div><div style="text-align: justify;"> En ese sentido, reconoce la labor de Garay como ensayista, y puntualiza diciendo:</div><div style="text-align: justify;"> “... al Dr. Garay le es deudor el país de un gran servicio, él ha sido el primer paraguayo que acometió la labor patriótica de escribir un ensayo de historia nacional, y con una monografía de la República de los jesuitas, revelando hechos no conocidos antes por ningún historiador americano.”</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> Las últimas palabras del orador fueron de compromiso y de adherencia a la libertad y a su corolario más evidente, la Ilustración. Por ello, instaba a los intelectuales de aquel entonces a seguir la senda iniciada por Garay; a ser defensores de la causa del bien al tiempo de actuar como atletas del pensamiento para así ilustrar las conciencias de las multitudes y azotar el rostro de los sacrificadores del pueblo.</div><div style="text-align: justify;"> Su intervención culminó con una aleccionadora solicitud:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> "Jóvenes compatriotas, antes que el instrumento del crimen, recoged la pluma del escritor independiente, del ilustre periodista doctor Blas Garay."</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>2. LA FAMILIA</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> En 1862 el Paraguay estaba gobernado por Don Carlos Antonio López, siete meses antes de su muerte, el sábado 1 de febrero del mismo año, nacía en Asunción, Cecilio Báez González.</div><div style="text-align: justify;"> Hijo de Nicolás Báez, primer escribiente del Paraguay, trabajó para Don Carlos Antonio López. Razón por la que Cecilio Báez llegó a conocer muchos detalles de los López. Su madre fue Faustina González, quien, según Manuel Pesoa, realizó todo el recorrido de la "Residenta". Cecilio tuvo cuatro hermanos: Otoniel, Modesta, Restituta y Benjamín.</div><div style="text-align: justify;"> Por las venas de Cecilio corría, por un lado sangre de "escribiente" y por otro lado, de "político". Su abuelo paterno, de quien heredaría el primer nombre, Cecilio Ignacio Báez, fue diputado en el Congreso del 20 de junio de 1811; su amistad con el prócer Fernando de la Mora le acercó a la causa nacional.</div><div style="text-align: justify;"> La familia Báez se había afincado en el país a mediados del siglo XVII. Hay registros que dan cuenta de un tal sargento mayor Gerónimo Báez, regidor y propietario.</div><div style="text-align: justify;"> Con apenas ocho años de vida, el niño ya había experimentado el cambio de dos gobernantes y los avatares de una tremenda guerra que llenó de escombros y ruinas el país.</div><div style="text-align: justify;"> Cuenta el nieto de Cecilio Báez -el Arq. Hernán Báez Recalde- que la niñez de aquel, a pesar del cuadro desolador, fue feliz.</div><div style="text-align: justify;"> Cecilio fue un niño travieso en demasía. Acostumbraba a reunirse con sus amiguitos a cometer travesuras. Una de ésas inspiraciones del futuro presidente pasaba por blandir restos de un cabo de acero. Con golpes certeros acometidos en una piedra, él y sus gamberros compinches disfrutaban de las chispas producidas por el roce. Pero la alegría no duraría mucho tiempo, una chispa se instaló en el ojo derecho del niño dejándolo tuerto. Por ello, el rostro del intelectual se veía constantemente galano con algún tipo de gafas.</div><div style="text-align: justify;"> En uno de sus libros, Báez reconoce el sacrificio de sus padres y la difícil tarea que significó la crianza de los hijos en aquellas condiciones más que difíciles.</div><div style="text-align: justify;"> El escrito reza cuanto sigue:</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> "In Memoriam. A la venerada memoria de nuestros padres don Nicolás Báez y doña Faustina González de Báez, que sufrieron mucho y nos libraron de la muerte durante los amargos y dilatados días de la guerra del Paraguay, insensatamente provocada por el monstruoso Tirano Solano López."</div><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"> En 1887, a los 25 años de edad, antes de ingresar como estudiante a la Facultad de Derecho, se une a la caazapeña María Marcelina Allende Monges, quien contaba con 19 años.</div><div style="text-align: justify;"> La misma pertenecía a una familia pudiente de Caazapa. Contaba con un carácter firme como sus convicciones y solamente la Música podía reñir con su portentosa personalidad. Las reuniones y encuentros organizados por Marcelina se inundaban de hermosos valses que sonaban en una de las primeras vitrolas llegadas al Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> Marcelina destacaba además por su exquisito gusto por las joyas, al que Cecilio correspondía con obsequios de gran valor. Sin embargo, a pesar de su exquisitez y buen gusto, sobresalía su faceta de mujer hacendosa, siempre previsora, haciendo de sostén en el aspecto económico gracias a sus ahorros en tiempos de crisis.</div><div style="text-align: justify;"> A la muerte de los padres de Marcelina, Policarpo Allende y María del Rosario Monges, la gran devoción religiosa de la familia se tradujo en un gesto a tener en cuenta: la donación de sus tierras en Caazapá a sus criados y colaboradores.</div><div style="text-align: justify;"> Un dato interesante es la manera en que se dirigían los hijos e hijas a Marcelina. En varias de las cartas remitidas desde distintos lugares del mundo, ellos recurrían a la expresión "Mamita;", denotando respeto y profundo cariño.</div><div style="text-align: justify;"> Por su parte, Juana Bautista Allende, la "tía Juanita", como le llamaban los sobrinos y sobrinas, ayudó con cariño y esmero en la crianza de tan numerosa prole. La misma administraba una próspera tienda de telas en Caazapá, negocio de su propiedad. Allí, acostumbraban a pasar sus vacaciones los sobrinos y sobrinas.</div><div style="text-align: justify;"> El miércoles 28 de junio de 1899, luego de doce años de convivencia, Cecilio Báez se casó con doña Marcelina Allende. El acto fue bendecido por el presbítero Miguel Maldonado. Fueron padrinos, Manuel Raggio y la señora Engracia Allende. Asimismo, la escritura del contrato civil se firmó el 12 de febrero de 1900.</div><br />
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<div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>II. EL PENSADOR</strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>1. EL ORIGEN DE SU PENSAMIENTO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> De esa pléyade de intelectuales, la figura de Báez destacó por su aptitud para la docencia. Hugo Rodríguez Alcalá sostiene que desde muy joven se consagraría a la enseñanza, su verdadera vocación.</div><div style="text-align: justify;"> Cuenta Manuel Pesoa que, junto a José de la Cruz Ayala y otros jóvenes, formó parte del primer núcleo de jóvenes estudiantes que bajo la dirección del Dr. Facundo Machaín hicieron el curso preliminar de ingreso al Colegio Nacional, incorporándose oficialmente en el año 1878.</div><div style="text-align: justify;"> Se graduó con la primera remesa de bachilleres en 1882 y retiró su diploma el 10 de enero de 1888 para luego ingresar a la Escuela de Derecho y proseguir sus estudios universitarios.</div><div style="text-align: justify;"> El 15 de julio de 1893, el Rectorado de la Universidad Nacional de Asunción expedía los tres primeros diplomas de Doctor en Derecho y Ciencias Sociales, en este orden: Cecilio Báez, de 31 años; Gaspar Villamayor, de 28; y Emeterio González, de 29.</div><div style="text-align: justify;"> Desde su egreso de la Facultad de Derecho, dictó cátedras en la misma durante casi cincuenta años. El 25 de marzo de 1896 fue designado profesor de Historia, en la mencionada Facultad, y de Sociología en 1900.</div><div style="text-align: justify;"> Entre las responsabilidades que le cupo administrar figuran desde docente hasta el cargo más alto, el de Rector. Así, fue decano de la Facultad de Derecho en varias ocasiones y ejerció el Rectorado de la Universidad Nacional de Asunción totalizando 13 años de mandato. Su primer mandato se extendió desde el 31 de agosto de 1920 al 15 de junio de 1926. El segundo, del 23 de agosto de 1929 al 04 de septiembre de 1936.</div><div style="text-align: justify;"> El tercer y último periodo fue del 20 de agosto de 1937 al 18 de febrero de 1940. Finalizado su último periodo, fue nombrado "Rector Honorífico Perpetuo de la Universidad Nacional".</div><div style="text-align: justify;"> Durante su gestión se autorizó el funcionamiento de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas (1926) y se reformó el Plan de Estudios de la Facultad de Medicina. Asimismo, en 1936 el Poder Ejecutivo autorizó el funcionamiento de la Facultad Libre de Humanidades. Roque Vallejos advierte que Báez estaba en contra de lo que podría llamarse "el pensamiento guarará"; entendiéndose esto como una concepción confusa, improvisada, supersticiosa, anoética (mágica) de la realidad.</div><div style="text-align: justify;"> Como docente, Báez confiaba a la nueva generación reparar lo perdido e instaba a que, por medio de la educación, el trabajo, por la práctica de la libertad, por el concurso del elemento extranjero, pero principalmente por la educación, dejara de ser un rebaño humano y se erija en un pueblo consciente de sus derechos y que haga imposible la vuelta de las omnímodas y embrutecedoras dictaduras. Para Báez, el pensamiento guarará y el ma’êra no tenían cabida más que en un tiempo y coyuntura donde la fuerza bruta y la mediocridad se alían.</div><div style="text-align: justify;"> "Las viejas estructuras cargadas de imprecisiones y falsos saberes han convertido en cretino al pueblo y en un imbécil", repetía Báez.</div><div style="text-align: justify;"> Si hurgamos en la etimología del término imbécil podemos encontrar que imbecillis es aquel que carece de apoyatura, de criterios racionales para ordenar el estado de las cosas que rodea su mundo. Es decir, aquel que carece de instrucción.</div><div style="text-align: justify;"> Hugo Rodríguez Alcalá afirma que con Báez murió, en 1941, el superviviente de un Paraguay que quiso regenerarse por las ideas y las instituciones.</div><div style="text-align: justify;"> La ética ocupaba un lugar preponderante en sus reflexiones y discursos.</div><div style="text-align: justify;"> En ese sentido es importante rescatar la acotación de Vallejos cuando afirma que Báez odiaba la falta de Ética individual que los griegos denominaron ethos y que los latinos por boca de Cicerón semantizaron como moralis.</div><div style="text-align: justify;"> Odiaba también la ausencia de ética colectiva. Al parecer, como docente, se esmeró para que sus alumnos leyeran textos fundamentales y de autores prestigiosos que en aquel entonces propiciaban debates más que enriquecedores en torno a cuestiones éticas, científico-educativas y políticas. La claridad y el compromiso ético son virtudes que el lector atento podrá notar a lo largo de sus muchos escritos.</div><div style="text-align: justify;"> En el Prefacio a su obra SOCIOLOGÍA, Báez asumía que el texto no es un nuevo libro de sociología, sino un simple dictado de esta disciplina, formado con los extractos sacados de los autores consultados y con los resúmenes de sus conferencias, para ayudar a los estudiantes a rendir el examen de rito.</div><div style="text-align: justify;"> Báez, sin embargo, indicaba -demostrando un conocimiento acabado de la materia- que hay una abundante bibliografía sociológica. Esa abundancia hacía que los alumnos se perdieran entre tantas posturas y corrientes. Por ello, su texto contribuyó a resumir las posturas y sobre todo, a exponer de manera preferencial la doctrina positiva, por ser la que mejor satisfacía la aspiración del espíritu moderno a la unificación del saber y la explicación científica de las cosas, en aquel momento.</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>2. LECTURAS JUVENILES</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> En cuanto a su educación -factor clave de su liderazgo, tanto en la política como en la academia- rastrearemos parte de sus lecturas a fin de testar a cabalidad la majestuosidad de su erudición, sus principios, creencias y anhelos.</div><div style="text-align: justify;"> Es probable que las primeras lecturas hayan marcado profundamente la personalidad de Báez al punto de encontrar en su actuar, elementos, virtudes y acciones muy similares a las que han desplegado los autores de los que ha bebido en su juventud.</div><div style="text-align: justify;"> La lectura apasionada cala en el lugar más recóndito de todo estudiante atento y talentoso. Desde muy joven, Báez demostró pasión por los libros, por la lectura y por la operativización de sus conocimientos.</div><div style="text-align: justify;"> En el Colegio Nacional aprendió a valorar y a amar los libros. Una vez que culminó sus estudios secundarios trabajó como periodista y en ese ínterin adquirió una buena cantidad de libros. Su biblioteca llegó a albergar más de tres mil títulos de todas las ramas, especialmente los de Derecho Internacional.</div><div style="text-align: justify;"> Destacaba una colección detallada de publicaciones referentes al Paraguay en Latín, Portugués, Inglés, Francés y Alemán. Asimismo, contaba con una colección de mapas de la Colonia de Mouché y D'Orbigny. También albergó una gran colección de periódicos desde la época de Don Carlos: CABICHU'I. EL CÍVICO, EL CENTINELA, LA DEMOCRACIA, LA REPÚBLICA, entre otros.</div><div style="text-align: justify;"> Báez era muy ordenado y cuidadoso con sus libros, no los prestaba nunca y conocía la ubicación de cada texto en su extensa biblioteca. Varias veces Báez estuvo por Europa, en todos sus viajes aprovechó para munirse de libros de Filosofía, Sociología, etc.</div><div style="text-align: justify;"> En su época de estudiante del Colegio Nacional, según su propio testimonio, leyó una serie de textos a tener en cuenta; éstas son obras de los clásicos así como de los historiadores franceses.</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>3. SUS IDEALES</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> No podemos entender los ideales de Báez sin el contexto que le arropó y determinó de alguna forma sus ideas.</div><div style="text-align: justify;"> Cuando en la posguerra, su maestro de primaria le invitaba a escribir sus ideas con un trozo de carbón en un pedazo de madera, el ambiente de pobreza y desolación era tal que nadie podía imaginarse el futuro de ese niño cuya instrucción se desarrollaba bajo un frondoso árbol. La erudición y fecundidad como escritor de Báez no tendrían parangón.</div><div style="text-align: justify;"> Sus escritos e intervenciones juveniles no dejan de tener un peso importante en sus posturas. Sin embargo, la matriz del pensamiento de Báez, probablemente no esté muy alejada de las propuestas del Liberalismo y del Positivismo de inicios del XIX.</div><div style="text-align: justify;"> Cuenta Teresa Cañedo que al dar comienzo el siglo XIX, los países del continente sudamericano se irían independizando de la política de España bajo el estandarte ideológico del Liberalismo. De ahí que la constante sea el deseo de ruptura total, respecto de la que había sido durante tres siglos su cabeza rectora. La independencia conllevaba la desaprensión del tutelaje de España, olvido del pasado y construcción de una nueva América bajo el signo indiscutible de la libertad.</div><div style="text-align: justify;"> El triunfo de la constitución de corte liberal en los países emancipados es una clara muestra del valor que se le otorgaba a la libertad, inspirada, claro está, en la Constitución de los EE.UU. Es verdad que en el Paraguay el proceso fue distinto, pero las ideas liberales se impusieron nada más culminar la Guerra contra la Triple Alianza (1864-1870).</div><div style="text-align: justify;"> Pero, ¿bastó a los países emancipados con tener bases jurídicas importadas para asegurar el desarrollo y el autogobierno? Los inconvenientes sobraron a la hora de intentar por primera vez la compleja tarea de crear fórmulas para el gobierno, la gestión económica y financiera, la creación de recursos, la organización social, en fin, toda una lista de cuestiones imprescindibles para la consolidación de una nueva cultura.</div><div style="text-align: justify;"> Lo cierto es que los enfrentamientos ideológicos -y armados- entre liberales y conservadores, se sucedieron a lo largo y ancho del continente.</div><div style="text-align: justify;"> Las ideas, muchas veces, no coincidían con la realidad compleja y cambiante. Pero, a pesar del caos y la incertidumbre, los pensadores fueron vitales a la hora de organizar los países emancipados.</div><div style="text-align: justify;"> Pensadores no a la manera de Aristóteles o Hegel, sino de jóvenes preocupados por el destino de sus respectivas naciones. En el caso paraguayo, hay un nombre que se asocia al Colegio Nuestra Señora de Montserrat de Córdoba, José Gaspar Rodríguez de Francia.</div><div style="text-align: justify;"> El líder indiscutible de la independencia patria, como está visto, no coqueteó en demasía con las posturas liberales. Su estrategia se centró en salvaguardar al país de los "progresistas" cuyas ideas e intereses estaban muy contaminados de paternalismo y ambición.</div><div style="text-align: justify;"> Báez lo considera el fundador de la nacionalidad paraguaya. Sin embargo, dice claramente que el gobierno de Francia aterra más bien por su larga duración -de 26 años- por la falta absoluta de libertad, por la ausencia de garantías para los derechos individuales, por la incomunicación del país y por las largas prisiones que sufrían los reos del Estado. Pero no es cierto que fusiló a los personajes más conspicuos, ni a ningún otro, por el placer de asesinarlos.</div><div style="text-align: justify;"> Durante el gobierno de don Carlos Antonio López, tampoco las ideas liberales fueron muy apreciadas. Cuenta el propio Báez que Juan Bautista Rivarola en el Congreso General de 1841 sugirió la idea de dotar al país de una constitución política; pero el presidente López -que lo presidía y dirigía a su arbitrio- contando con el apoyo del comandante de las tropas, don Mariano Roque Alonso, no solamente interrumpió su discurso y le impuso silencio, sino que impugnó su idea por extemporánea y peligrosa diciendo que el país no estaba preparado para regirse por un código de esa clase, y que lo que necesitaba era un gobierno fuerte.</div><div style="text-align: justify;"> Luego de los gobiernos de los López y la tragedia del 70, las ideas liberales sonarán de lleno en el Paraguay. Para ser más exactos, luego de que los jóvenes intelectuales -surgidos en la Academia- hayan propiciado espacios para el debate.</div><div style="text-align: justify;"> Uno de estos jóvenes fue Báez, quien desplegó en su tesis de doctorado ENSAYO SOBRE LA LIBERTAD CIVIL, gran parte de las ideas del liberalismo que luego se consolidarían en el Paraguay. No obstante, a lo largo de varias décadas, Báez fue matizando sus posturas en función a los temas, las circunstancias y las coyunturas. Pero siempre manteniendo el núcleo libertario de la misma.</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>4. RELEVANCIA DEL PENSAMIENTO DE BÁEZ</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Milda Rivarola sostiene que la obra de Báez es básicamente histórica. De ahí que coincida con la tradición del XIX donde la condición de historiador estaba muy consustanciada con la del político. Al parecer, el hecho de conocer de modo íntimo la Historia del Paraguay le ayudó a criticar ciertos excesos y faltas, además de esbozar una doctrina ideológica.</div><div style="text-align: justify;"> La Historia en Báez tiene una importancia capital, pues, su conocimiento le reporta prestigio como docente, político y orador. Es decir, la Historia tiene en su derrotero intelectual una utilidad pública y una incidencia política gravitante. Por ello, la mayoría de los temas que Báez analizaba eran reinterpretados y argumentados desde la matriz del Liberalismo y el Positivismo que él profesaba. Esto es determinante, pues, en todas sus facetas se evidenció el influjo de su conocimiento histórico; en primer lugar, como docente, luego como político doctrinario y, por último, como moralizador.</div><div style="text-align: justify;"> Víctor Cousin afirmaba que la Historia apoyada sobre los trabajos acumulados de la erudición y la crítica, interroga todos los grandes acontecimientos, las grandes épocas, para arrancarles el secreto de las leyes que gobiernan el mundo moral.</div><div style="text-align: justify;"> Su adscripción a la escuela historiográfica metódica fue notoria, pues, analizando su obra, se puede advertir que la misma participa en gran medida de lo que el estudioso español Gonzalo Pasamar Alzuria expresa sobre la citada escuela. Desde la segunda mitad del XIX, el hallazgo de una específica metódica para la investigación, el conocimiento y la divulgación historiográficas se habían ido convirtiendo en el criterio central de delimitación de la incipiente disciplina.</div><div style="text-align: justify;"> Una metodología que en su sentido amplio nunca se confundió en un mero repertorio de técnicas, sino que pretendía ser el hilo conductor el cual asegurase un conocimiento claramente acumulativo, cuyas indagaciones susceptibles de ser aprendidas y enseñadas, fuesen criterio de autoridad disciplinar y deontológico; garantías todas ellas que debían asegurar a la Historia un valor político y social mediante su ubicación en un lugar central en el currículo de la instrucción pública.</div><div style="text-align: justify;"> Báez, en su libro CUADROS HISTÓRICOS Y DESCRIPTIVOS tensa un hilo invisible que teje sutilmente retazos de liberalismo y positivismo desde una perspectiva revisionista, con un claro interés pedagógico y deontológico (de las obligaciones).</div><div style="text-align: justify;"> En varios pasajes de la prolífica obra de Báez se puede notar el contraste entre la "luz" y la "oscuridad", los pares opuestos. Podemos decir, citando a Pasamar Alzuria, que: "el ideal de la Ilustración y del liberalismo de hacer de la Historia una forma de conocimiento que valore la identidad del presente y ayude al esbozo de la modernidad futura", fueron ideales que Báez perseguía con absoluta convicción.</div><div style="text-align: justify;"> En uno de los capítulos de LA TIRANÍA EN EL PARAGUAY (en el dedicado a la instrucción pública en el Paraguay) Báez manifiesta claramente que por carecer de una buena instrucción, el pueblo paraguayo no tiene todavía costumbres democráticas: “el pueblo campesino es muy ignorante. En el Parlamento no hay ideas, y la prensa nacional no cuenta ni con un solo órgano de principios.... por falta de un público leído que le dé vida. Esta es la verdad”. Continúa diciendo que la verdad, como ciertos remedios, tiene sus amarguras; pero hay que devorarlas con resignación, si queremos suprimir los males".</div><div style="text-align: justify;"> Remata su idea con tres líneas sintéticas, cargadas de liberalismo y espíritu progresista:</div><div style="text-align: justify;"> "Eduquemos al pueblo por la instrucción y por los actos de buen gobierno; porque un pueblo se desmoraliza por los atentados gubernativos, se corrompe por el despotismo, y se cretiniza por la falta de instrucción".</div><div style="text-align: justify;"> Por su parte, en CUADROS HISTÓRICOS Y DESCRIPTIVOS, una vez más, como siempre, deja ver su vena liberal afirmando que "la patria sin la libertad es una mistificación. Es una palabra sin sentido, ella no existe donde solo hay esclavitud o servidumbre y donde faltan las garantías de la justicia".</div><div style="text-align: justify;"> La patria es para Báez la sociedad organizada sobre un territorio cualquiera para la felicidad de los asociados, y el patriotismo consiste en el culto del honor y de la libertad del hombre, en el respeto del derecho humano, en el amor de nuestros coterráneos y de los demás pueblos, en el cumplimiento de nuestros deberes y en la veneración de las glorias nacionales.</div><div style="text-align: justify;"> Ahora bien, se muestra reflexivo y evita absolutizar el patriotismo en detrimento de la preciada libertad. Y lo hace a fin de argumentar, por un lado, las razones de los jóvenes que no combatieron en la contienda del 70, y, por otro lado, intentando evitar envenenar los corazones de odio y concitarse la enemistad de otros pueblos con palabras ofensivas. Finaliza: "con patriotismo y libertad, se reconstruirá la nación".</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>8. EL POLÍTICO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> El escritor español Azorín en su célebre obra EL POLÍTICO, nos recuerda que el fin que persigue el arte en el vestir es la elegancia. Pero la elegancia es casi una condición innata, inadquirible. No está en la maestría del sastre que nos viste; está en nosotros. Por eso, para Azorín, una persona verdaderamente elegante será aquella que vaya vestida como todo el mundo y que, a pesar de esto, tenga un sello especial, algo que es de ella y no de nadie.</div><div style="text-align: justify;"> El intelectual Hugo Rodríguez Alcalá, amigo de Báez, nos ha legado una descripción muy puntillosa y acabada del mencionado maestro:</div><div style="text-align: justify;"> "era un hombre erguido, de majestuosa presencia, siempre vestido de negro, la camisa blanca de pechera y cuello almidonados, tanto en invierno como en verano".</div><div style="text-align: justify;"> Cuando en 1887 se esboza fundar el Partido Liberal, el joven Báez movilizó a una buena cantidad de estudiantes a la hora de la firma del acta fundacional del 10 de julio de 1887. Con el nombre de "Centro Democrático" se fundó el partido que aglutinaba a excombatientes de la guerra contra la Tríplice, a algunos dirigentes de gremios y a una numerosa e inquieta juventud. Tres años después, en 1890, cambiaría la denominación Centro Democrático por "Partido Liberal". El primer presidente fue Antonio Taboada, el periodista José de la Cruz Ayala fue el primer secretario general y como redactor del acta fundacional actuó Cecilio Báez.</div><div style="text-align: justify;"> Tuvo Báez una vida política agitada y no exenta de polémicas. Fue candidato a Diputado por el XV distrito electoral en 1891; pero no pudo acceder al cargo por cuestiones de fraude. Ese mismo año, se encomendó a Báez la redacción del manifiesto de la Junta Revolucionaria que organizó el alzamiento del 18 de octubre. Ante el fracaso de la Revolución, se exilia en Formosa; allí, fomentó el periódico EL COMBATE y desde sus páginas reivindicó los principios del 18 de octubre de 1891.</div><div style="text-align: justify;"> Regresó al Paraguay y ultimó los detalles de su tesis doctoral, cuyo título ENSAYO SOBRE LA LIBERTAD CIVIL, denota claramente su preocupación e interés por la política.</div><div style="text-align: justify;"> Una vez conseguida la plaza de parlamentario, demostró sus dotes de orador y pensador avezado. Cuando en agosto de 1901, el gobierno de Emilio Aceval le nombró Delegado del Paraguay al Segundo Congreso Científico Latinoamericano, reunido en Montevideo, y Ministro Plenipotenciario en México, su reputación ya trascendía las fronteras. El periódico EL SIGLO, fundado por el intelectual positivista, el colombiano Salvador Camacho Roldán, se refería a Báez en estos términos:</div><div style="text-align: justify;"> "Al recibirse de su título el doctor Báez fue llevado a la Representación por el partido liberal en cuyas filas milita. En el Congreso el doctor Báez se mostró patriota y el primer orador parlamentario del Paraguay con frase galana, apasionada y ademanes simpáticos."</div><div style="text-align: justify;"> La participación de Báez en el Segundo Congreso Científico Latinoamericano fue notoria. Asimismo, fue muy destacado su concurso en la Segunda Conferencia Panamericana celebrada en México.</div><div style="text-align: justify;"> Una de las preocupaciones de Báez fue la necesidad de incorporar el arbitraje obligatorio a las normas del Derecho Internacional. En el congreso de México, los chilenos habían peticionado que no se tratara el tema, pues, tenían cuestiones de límites pendientes con Argentina, Perú y Bolivia. Gracias a la ayuda de los norteamericanos, a la hora de preparar el programa de la conferencia, se omitió la cuestión del arbitraje. Sin embargo, el representante paraguayo pronunció su famoso discurso el 2 de diciembre de 1901.</div><div style="text-align: justify;"> José Antonio Pérez escribió que en la ocasión Báez se consideró muy mortificado por aquella política tan traviesa y resolvió agitar la cuestión del arbitraje. El altivo tribuno, rompiendo con los serviles miramientos cortesanos, abogó por el derecho de los más débiles. Entonces, la tranquilidad del congreso -dice Pérez- se llenó de asombro por la audacia del delegado paraguayo, y luego concluyó por aplaudirle estruendosamente. La mayoría de los delegados, incluidos los norteamericanos, acudieron a saludarle y felicitarle por tan excelsa y valiente intervención.</div><div style="text-align: justify;"> El discurso agitó todos los cables y telégrafos. Los grandes diarios norteamericanos lo comentaron favorablemente, y a este propósito recordaron que treinta años atrás "the Little Republica of Paraguay" había asombrado al mundo en una contienda desigual.</div><div style="text-align: justify;"> Báez pronunció tres conferencias más en México. En una de ellas, el poeta Juan de Dios Peza motivado por las palabras de Báez sobre la tragedia de la guerra del 70, escribió su célebre CANTO AL PARAGUAY.</div><div style="text-align: justify;"> A su regreso a la Capital, la recepción fue multitudinaria. La ciudadanía lo llevó en andas y le brindó una bienvenida apoteósica en reconocimiento por su gran actuación. Pero a su vuelta, Báez se enfrentaba a varias cuestiones de gravedad. Por un lado, el dolor por la muerte de su pequeña hija Crimilda. Asimismo, debía hacer frente de nuevo a un impase electoral. Además de la polémica sostenida con Juan E. O'Leary, sobre la figura del mariscal Francisco Solano López.</div><div style="text-align: justify;"> En 1901 se había decretado las elecciones en los distritos del norte para cubrir una vacancia en el Senado de la Nación. Báez era el candidato del Partido Liberal y del Partido Colorado, José Segundo Decoud. Cuenta Manuel Pesoa que la ciudad de Concepción y los pueblos de Horqueta, Belén, Lima, Tacuatí, Itacurubí del Rosario y San Estanislao presenciaron el triste espectáculo de la coacción oficial y los liberales volvieron a ser víctimas de toda clase de violencias.</div><div style="text-align: justify;"> En aquella ocasión, Báez se dirigió al pleno del Congreso expresando su decepción y preocupación por la ausencia de institucionalidad.</div><div style="text-align: justify;"> "Teniendo necesidad de denunciar a este Tribunal esos hechos, que me fueron comunicados por mis electores, he solicitado de él que me concediera el derecho de comparecer, tanto a ese fin, como para demostrar la nulidad de las actas de mi adversario.</div><div style="text-align: justify;"> En presencia del naufragio de las instituciones, de la ruina de la libertad y de los conatos hacia la tiranía que impone el silencio, conservemos, señores Senadores, siquiera la libertad de la palabra. Esta preciosa conquista de los pueblos modernos nos servirá de consuelo en medio de nuestras grandes tribulaciones, tras la inmensa desgracia que hemos experimentado hace un poco más de treinta años."</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>9. EL IDEÓLOGO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> El filósofo paraguayo, Juan Santiago Dávalos redactó en el año 1967, un interesante estudio titulado CECILIO BÁEZ COMO IDEÓLOGO. El mencionado trabajo fue analizado y completado por Lorenzo Livieres Banks, quien, además de sus acertadas puntualizaciones sobre las apreciaciones de Justo Pastor Benítez.</div><div style="text-align: justify;"> Para Dávalos, Báez no fue un político, tampoco un intelectual ni mucho menos científico, sino un ideólogo: un ser híbrido, una mezcla de intelectual y político, ya que combina la teoría con la acción.</div><div style="text-align: justify;"> Entiende Dávalos por ideología como la falsa conciencia , e instrumento intelectual de la praxis política y por ciencia, como saber fundado, verificable y verdadero de las cosas. Desde esta óptica, Báez nunca fue un científico; sin embargo, echaba mano de conceptos y categorías científicas con la finalidad de revestir su discurso de un cierto halo cientificista y así otorgar poder y autoridad a sus ideas.</div><div style="text-align: justify;"> Cuando Dávalos se refiere al ideal racionalista-al liberalismo que tanto persiguió Báez, considera aquel que no era otra cosa que una utopía anti histórica, pues su meta, la instauración de una realidad esencial del hombre donde la racionalidad y la libertad campeen a sus anchas, simplemente no coincide con la realidad concreta del hombre.</div><div style="text-align: justify;"> Asimismo, la crítica de Dávalos resulta valiosísima a la hora de analizar y puntualizar el paradigma de Báez como una propuesta que desconoce las diferencias entre infraestructuras y superestructuras socioeconómicas latinoamericanas y europeas. Además, el filósofo tritura la idea arquetípica del deber ser, esa pretensión moralizante que se evidenciaba casi en todos los textos de Báez.</div><div style="text-align: justify;"> Pero lo que Dávalos no puede dejar de reconocer es la gran influencia de Báez en la Universidad Nacional y la preocupación de este por la educación del pueblo. No obstante, el filósofo considera que varios de los vicios, como el enciclopedismo y el diletantismo, son atribuibles a Báez.</div><div style="text-align: justify;"> Livieres Banks, por su parte, considera que la vasta obra de Báez tuvo un solo norte: exponer un nuevo tipo de pensamiento crítico para construir una nueva realidad sociopolítica; la sociedad paraguaya liberal moderna basada en la libertad y orientada al progreso y a la felicidad de sus integrantes según la clásica formulación.</div><div style="text-align: justify;"> Pero Livieres Banks, indica una serie de contradicciones en la praxis de Báez:</div><div style="text-align: justify;"> 1. Preconizó el análisis científico de lo dado empíricamente, pero el mismo se limitó a predicarlo, no lo practicó. No hizo ciencia sino hermenéutica histórica.</div><div style="text-align: justify;"> 2. Preconizó la primacía de la tarea de investigación para producir conocimientos, pero él y la institución universitaria solo difundieron y transmitieron de manera sintética y a grandes rasgos conocimientos ya firmes. Este es el origen que explica la costumbre de elaborar textos para panorámicos y sumarios para las cátedras.</div><div style="text-align: justify;"> 3. Preconizó la libertad de pensamiento pero difundió el suyo con extraordinaria pasión. Desconoció la realidad religiosa cultural del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> 4. Preconizó ideales de la modernidad, pero ignoró o rechazó las posturas más novedosas, muchas de ellas, críticas al positivismo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> En el quehacer político de Báez, Livieres Banks, presenta una lista de interrogantes a tener en cuenta:</div><div style="text-align: justify;"> 1. Si entendió bien la necesidad del poder político para hacer real su utopía libertaria y progresista, por qué esgrimió a ese efecto la filosofía política de Spencer, una clase de anarquismo que concibe la tendencia profunda de la historia humana, como una marcha de la sociedad política basada en status y en un gobierno que lo impone coercitivamente, a la basada en el contrato entre ciudadanos libres, con la consiguiente extinción de la coerción gubernativa, lo cual no era otra cosa sino la misma desaparición del poder político.</div><div style="text-align: justify;"> 2. Si buscó el poder político, ¿por qué utilizó en la tarea intelectual que le servía de medio, una forma de lenguaje tan inusual en nuestro país?</div><div style="text-align: justify;"> 3. Ese mensaje, que estaba dedicado al pueblo, ¿por qué es en esencia marcadamente antipopulista, no solo por el lenguaje declarativo del que se sirve, sino porque apela a una ética racionalizada, que él la cree de base científica, y exige un nivel de razonamiento en el destinatario que él mismo considera inexistente de hecho, ya que los sabía necesitado de educación?</div><div style="text-align: justify;"> Livieres Banks remacha su lúcida lista de cuestionamientos con una muy clara puntualización:</div><div style="text-align: justify;"> "Báez como político luchó por la libertad y como intelectual por difundir e imponer una fe bretona en la positividad comto-spenceríana, que en aquel entonces, ya estaba perimida."</div><div style="text-align: justify;"> Sin embargo, Livieres Banks reivindica a Báez y lo sitúa como un intelectual crítico en acción.</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>10. RECONSTRUCCIONISMO Y REGENERACIONISMO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Polemos en griego significa guerra, de ahí deriva "polémica", que podría entenderse como lo relativo a la guerra. Y la acepción encaja con el espíritu de la controversia que involucró a O'Leary y a Báez. Liliana Brezzo, historiadora argentina, se refiere al mismo en estos términos.</div><div style="text-align: justify;"> (...) 1902 fue un año crucial, al saltar a la palestra una polémica -la primera sobre la guerra contra Triple Alianza- que ilustra la pasión con que se ha vivido tradicionalmente la historia en el país. Entre el 16 de octubre de aquel año y el 14 de febrero de 1903 el joven periodista Juan O'Leary, de poco más de veinte años y el prestigioso abogado Cecilio Báez mantendrán desde las páginas de los diarios LA PATRIA y EL CÍVICO una controversia historiográfica inigualada, cuyas consecuencias han sido tan rotundas que llegan hasta el presente, aunque esto último no sea necesariamente motivo de entusiasmo.</div><div style="text-align: justify;"> La idea de regenerar el suelo patrio conectaba de manera perfecta con los conceptos y las categorías del positivismo en boga. Relegar y superar toda forma de opresión y eliminar todo atisbo de atraso intelectual, eran parte del programa regenerador que Báez defendió sin miramientos.</div><div style="text-align: justify;"> O'Leary por su parte defendía una postura más cercana a los valores nacionales y que conectaban con la idea reconstruccionista. Reconstruir la nación luego del saqueo y la deshonra.</div><div style="text-align: justify;"> Asimismo, la polémica giró en torno a la figura de Francisco Solano López, de su actuación y su responsabilidad como líder.</div><div style="text-align: justify;"> La polémica duró meses, se replicó luego de décadas y se instaló como matriz para interpretar el pasado. Impregnó en el espíritu de los paraguayos gracias a los textos de historia, una dicotómica visión del pasado, glorioso para unos y trágico para otros.</div><div style="text-align: justify;"> Por su parte Aníbal Orué Pozzo sostiene que sorprenden las posturas y argumentaciones desarrolladas y sostenidas durante esos meses, constituyan hoy las ideas hegemónicas a partir de las cuales se observa y se piensa gran parte del pasado del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> Lo cierto es que, Báez trascendió el ámbito estrictamente histórico y utilizó sus escritos como una herramienta más al servicio de sus ideales doctrinarios. Lo mismo lo hizo O'Leary.</div><div style="text-align: justify;"> Por ello, resulta interesante la crítica y la renovación de la historiografía paraguaya que durante décadas estuvo inundada de intereses y de interpretaciones preconcebidas.</div><div style="text-align: justify;"> Benítez se refiere a la visión de Báez en relación a la Historia y a su rol de doctrinario y pensador, expresando ideas más que iluminadoras; no compartimos algunos de sus juicios históricos demasiado concluyentes para abarcar toda la verdad.</div><div style="text-align: justify;"> "Podemos diferir de la filosofía que profesaba en la cátedra, pero es forzoso convenir en que el Doctor Cecilio Báez es el más eminente doctrinario que ha actuado en el periodo de formación orgánica de nuestra democracia. Y lo es también en el orden cronológico.</div><div style="text-align: justify;"> Antes de su aparición en el escenario -continúa Benítez-, las agrupaciones políticas carecieron de contenido doctrinario. Es el primero en enseñar y predicar en nuestro ambiente un sistema de política moderna, inspirado en el liberalismo inglés, con veleidades de Krausismo y muy inclinado hacia los constitucionalistas norteamericanos. Asimismo, fue desde 1887 el vocero del libre pensamiento y un fecundo profesor de positivismo que derramó sobre la opinión nacional, generosamente, los frutos de su talento. Tal es la posición del doctor Báez en el mapa de la cultura nacional", concluye Benítez.</div><div style="text-align: justify;"> Por su parte, las apreciaciones de Luis María Argaña distan bastante de las vertidas por Justo P. Benítez: "Báez -dice Argaña- nunca interpretó al Paraguay; siempre le vio a través del prisma filosófico del positivismo spenceriano, ya obsoleto en ese entonces. Concebía a la nación como una ficción cultural a la cual se le podía imponer una filosofía cualquiera, en este caso el liberalismo".</div><div style="text-align: justify;"> El Domingo F. Sarmiento de 1854, incapaz de comprender la realidad argentina, es el numen de inspiración de Báez y sus secuaces, alega Argaña. En relación a su interpretación del rol del Estado, el conocido político colorado expone de manera clara y concisa las dos posturas, la regeneracionista y la reconstruccionista. Para ellos -los regeneracionistas- lo civilizador es el Estado; el "corpus-juris" lo es todo; es la fuerza transformante en lugar de ser el resultado de las fuerzas transformadoras, como debe ser. De ahí que nunca vieron el fenómeno de la cultura sino como una imposición vertical. Lo mismo lo encontramos luego en Justo Prieto y otros grandes pensadores del liberalismo; y, a nuestra manera de ver, se inspira en una concepción similar el Dr. Adriano Irala Burgos, cuando ve al Estado francista como matriz del hombre paraguayo.</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>11. PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Báez ejerció provisionalmente la presidencia de la República del Paraguay en una época de mucha inestabilidad política. Según el doctor Washington Ashwell, los gobiernos se establecían y deponían a cañonazos. Juan Bautista Gaona había asumido el 17 de diciembre de 1904 gracias al triunfo logrado por la revolución y por el pacto asumido entre las dos facciones del Partido Liberal y los financistas de las operaciones revolucionarias.</div><div style="text-align: justify;"> El 09 de diciembre de 1905, Gaona fue sustituido por Cecilio Báez.</div><div style="text-align: justify;"> Una anécdota digna de reproducir es la relacionada a los primeros automóviles que arribaron al país en esta fecha. Comentan los herederos de Báez, que ante la presencia de los autos y la imposibilidad de cruzar la calle, el flamante Presidente de la República paraba el tránsito y con voz firme decía: "primero el hombre y luego la máquina".</div><div style="text-align: justify;"> Mucho se sorprendería Báez al observar que hoy en día poco o nada podría servir su osada pedagogía vial.</div><div style="text-align: justify;"> En su mensaje al Congreso Nacional (1 de abril de 1906), Báez expuso una serie de logros y "sucesos notables", varios de ellos relacionados con establecimientos de</div><div style="text-align: justify;">compañías e instituciones importantes como el Banco Paraguayo.</div><div style="text-align: justify;"> Sin embargo, en la primera parte de su alocución, Báez condensa la difícil situación que el país experimentaba políticamente, hablando al tiempo de abrigar un optimismo en cuanto a una utópica estabilidad.</div><div style="text-align: justify;"> Normalizada la situación política, dice Báez, después de la última contienda civil y restablecido el funcionamiento regular de las instituciones, se ha abierto para el país un horizonte nuevo:</div><div style="text-align: justify;"> "con el renacimiento de la confianza en las garantías acordadas por nuestras leyes a todos los intereses legítimos, nuevos capitales extranjeros han venido a sumarse a los ya existentes, mejorando sensiblemente su condición financiera, económica y social".</div><div style="text-align: justify;"> Vale la pena citar la última parte del mensaje de Báez, pues, al parecer, las ideas desarrolladas, estaban muy alejadas de la política real que se venía practicando. Una</div><div style="text-align: justify;">cosa es lo que se plasma en el papel -el papel lo soporta todo- y otra cosa la verdadera realidad. Báez, antes de cerrar su alocución clama por una política de conciliación entre los partidos: "El exclusivismo y la intransigencia no ha servido sino para ahondar el odio entre los ciudadanos y hacer perpetua la guerra civil", recordaba a los Diputados y Senadores. Remachaba sus ideas con un: "debemos lisonjarnos de haber desterrado de nuestra vida democrática la intolerancia política, propia de la época del caudillaje".</div><div style="text-align: justify;"> Sin embargo, el defensor de la libertad, el pensador más crítico del Paraguay, el enemigo de los caudillos, de la ignorancia madre de la rancia intolerancia política, cinco años después de haber pronunciado tan bellas palabras, apoyaba decididamente a un golpista como Albino Jara. Asimismo, lejos del mensaje del 1 de abril de 1906, en el año 1938; cuando actuaba de Ministro de Relaciones Exteriores, preguntaba todas las mañanas si todavía seguía siendo ministro.</div><div style="text-align: justify;"> Asimismo, el autor de EL POLÍTICO inmortaliza las palabras de Antonio Maura, pues a decir de este "las contradicciones, cuando son desvergonzadas mudanzas de significación por interés, por ambición, por una sordidez cualquiera, son tan infamantes como los motivos del cambio; pero yo os digo que si alguna vez oyese la voz de mi deber en contra de lo que hubiera con más calor toda mi vida sustentado, me consideraría indigno de vuestra estimación, y en mi conciencia me tendría por prevaricador, si no pisoteaba mis palabras anteriores y ajustaba mis actos a mis deberes".</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>12. OBRERO DESTACADO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Báez, sin lugar a dudas, fue un obrero destacado. Su actuación en varios escenarios le ha granjeado admiradores y detractores. Sin embargo, los unos y los otros concuerdan a la hora de valorar su extraordinario trabajo a favor de la patria.</div><div style="text-align: justify;"> A manera de recapitulación podemos recordar que formó parte del grupo de fundadores del Partido Liberal 1887, presidiéndolo en 1902.</div><div style="text-align: justify;"> Como político ocupó casi todos los cargos, fue Presidente de la República, Diputado, Senador, Presidente del Superior Tribunal de Justicia y Ministro de Relaciones Exteriores durante los gobiernos de: Juan Bautista Gaona, (1904-1905); Benigno Ferreira, (1906-1908); y Félix Paiva en (1937-1939). Bajo el mandato de Albino Jara (1911) actuó como Canciller.</div><div style="text-align: justify;"> Desde 1917, durante los mandatos de Manuel Franco y José Pedro Montero actuó como Ministro Plenipotenciario de la República del Paraguay ante los gobiernos de EE.UU., México, Inglaterra, Francia, Italia y España.</div><div style="text-align: justify;"> Fue Presidente del Tribunal Superior de Justicia en 1915 y 1916. Ejerció la docencia en la Universidad Nacional de Asunción durante 48 años, desde 1893 hasta 1941.</div><div style="text-align: justify;"> Destacado delegado paraguayo en el Primer Congreso Científico Latinoamericano en Montevideo, en 1901. Asimismo, fue designado delegado en el Congreso de Juristas en Río de Janeiro en 1914, así como de la Universidad Nacional de Asunción ante la Sorbona de París en el Congreso Universitario de Rectores en 1936 y 1937.</div><div style="text-align: justify;"> Su labor como Canciller y Ministro de la Conferencia de Paz y Límites en Buenos Aires en pos de la firma de paz, es una de sus tantas acciones recordadas y valoradas por el Paraguay. El 21 de julio de 1938 conjuntamente con el Gral. José F. Estigarribia, Luis Riart y Efraím Cardozo, pusieron término a la cuestión boliviana.</div><div style="text-align: justify;"> A lo largo de su vida, Báez recibió varias distinciones; por citar algunas: Hijo dilecto de la ciudad de Asunción, declarado por la Municipalidad de la Capital; Condecoración de la Medalla del Reconocimiento paraguayo otorgado por el Gobierno del Presidente Félix Paiva; Condecorado con la Orden Nacional al Mérito del Paraguay, Perú, Francia, México, Estados Unidos, Brasil, Inglaterra; entre otras. Además fue Rector Honorario y Vitalicio de la Universidad Nacional de Asunción, 1940.</div><br />
<br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>III. EL TESTIMONIO</strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>1. EL ÚLTIMO TRABAJO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Décadas habían trascurrido desde aquel lejano tiempo en que un joven decidido había deslumbrado a un exigente auditorio con una ponencia titulada INSTRUCCION Y RELIGIÓN, en el año 1886. En 1938, la preocupación de Báez se centraba en la firma del "Tratado de Paz, Amistad y Límites" con los bolivianos. Tras años de negociaciones, por fin se habían acordado los puntos para la firma tan ansiada.</div><div style="text-align: justify;"> Báez se había trasladado a Buenos Aires para el efecto en calidad de Canciller y Ministro de la Conferencia de Paz. La edad avanzada imposibilitaba a Báez sortear las numerosas escaleras del hotel donde se había hospedado. Un tropezón hizo que se fracturara la muñeca de la mano izquierda. En una carta de su hijo Teodoro a su hermana Arminda, aquél le pide a ésta, y a su madre, informes sobre el accidente. Se lamenta el hijo de Báez de lo acontecido y recuerda a la familia los cuidados que hay que prodigarle a la hora de subir y bajar las escaleras. Asimismo, expresa su preocupación por quienes le acompañan en su trajinar diario, preocupación que deja entrever un cierto descuido por parte de los demás integrantes de la comitiva hospedada en Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"> Lo cierto es que la herida no fue grave. Báez asistió a tan magno acontecimiento y estampó su firma en presencia del presidente argentino Roberto M. Ortiz, del canciller</div><div style="text-align: justify;">boliviano Eduardo Diez de Medina y el delegado ante la Conferencia, Enrique Finot. La comitiva paraguaya estuvo integrada por los delegados ante la Conferencia general José Félix Estigarribia, Luis A. Riart y Efraím Cardozo.</div><div style="text-align: justify;"> En una carta redactada por Báez a Efraím Cardozo donde aquel agradece a este por el detalle y el reconocimiento que había recibido por su actuación en la firma de paz.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">"Asunción, 9 de noviembre de 1938</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Señor</div><div style="text-align: justify;">Dr. don Efraím Cardozo</div><div style="text-align: justify;">Delegado del Paraguay a la Conferencia de Paz de Buenos Aires</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">He tenido el placer de recibir de Ud. una nota y un Busto mío en bronce comunicándome que este objeto es un obsequio que hace la nombrada Conferencia por mi eficiente actuación en la celebración del tratado de paz, amistad y límites con la República de Bolivia, firmado en esa ciudad el día 21 de julio del presente año.</div><div style="text-align: justify;">Es ocioso confesarle que me declaro deudor a la Conferencia por el hecho de dedicarme el Busto de que se trata, a pesar de reconocer que se debe a los Honorables Miembros que la componen todo el mérito de la obra diplomática que han realizado, con la colaboración, es cierto, de los Delegados de las partes contendientes.</div><div style="text-align: justify;">Al agradecerle a Ud., doctor Cardozo, por su benévola felicitación, le ruego quiera transmitir la expresión de mis simpatías a los Honorables Embajadores de la Conferencia, quienes me han dispensado un honor altamente significativo en nombre de los Gobiernos que representan.</div><div style="text-align: justify;">Salúdole de mi consideración distinguida.</div><div style="text-align: justify;">Cecilio Báez"</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> Otra muestra de reconocimiento y simpatía hacia la labor de Báez durante las negociaciones fue la caricatura que recibió como obsequio por parte de los demás Delegados. La obra corresponde al artista Riquelme Aguirre y data de 1938.</div><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: cyan;"><strong>2. EL ADIÓS AL VENERABLE MAESTRO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Para los que sostienen que la vida dura lo que las funciones vitales permiten, Cecilio Báez fallecía un día miércoles 18 de junio de 1941. Sus restos fueron velados en el Palacio de los López con honores de ex-presidente. En el cementerio de la Recoleta, destaca una plaqueta de mármol que sintetiza su gran trabajo: UNA VIDA CONSAGRADA.</div><div style="text-align: justify;"> A continuación reproducimos una carta de condolencias que de forma detallada sintetiza la obra de Báez en sus diferentes facetas.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> Dice así;</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">"Formosa, julio 2 de 1941</div><div style="text-align: justify;">Sr. Manuel Báez Allende</div><div style="text-align: justify;">Asunción</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Aquí va el más hondo, largo y estrecho abrazo para ti y todos tus hermanos, junto al duelo del hogar ilustre.</div><div style="text-align: justify;">Te hago mensajero igualmente ante tu señora madre y familia, de los sentimientos, inexpresables, con que este amigo de corazón del Dr. Cecilio Báez se asocia al dolor de la familia.</div><div style="text-align: justify;">Habría deseado tributar mi personal homenaje al hombre troncal de la república, cuya desaparición me toma en el exilio. Sin tiempo ni reconcentración bastante para ello, el acontecimiento tiene la virtud de embargar mi ánimo con emociones altísimas que no me es posible silenciarlas de ti ni de todos los tuyos, quisiera fuese como una ofrenda íntima.</div><div style="text-align: justify;">He aquí, agolpados en mi mente, tantos relieves imperecederos de la jornada del gran luchador. A despecho de cualesquiera distancias o disparidades en la visión del proceso patrio contemporáneo o histórico, percibo de pronto el vacío de aquella existencia insigne que tuvo siempre para miel calor paternal del progenitor de mi generación revolucionaria.</div><div style="text-align: justify;">El ciclo memorable de batallas civiles sin cuento que se cierra con el aliento de Cecilio Báez, dentro del marco de su tierra, por la gravitación tribunicia, nos trasporta al rol señero de Cicerón en la Roma de César y Pompeyo. Así quedará esculpido, con aristas plenas de síntesis filosóficas, en la valoración definitiva de su personalidad.</div><div style="text-align: justify;">Ultimo líder intelectual y popular del Paraguay de la post guerra de 1870, le cupo superar la cruzada tronchada del Dr. Facundo Machaín y de Don Juan Silvano Godoi, con la fundación primero en 1887 y el advenimiento, después en 1904 del llamado Partido Liberal, que acuñó con sus dogmas de la libertad del sufragio y de la prensa y de la ética universitaria al frente del Estado. Maestro por antonomasia de nuestra Facultad de Derecho, cuantos por allí pasamos y nos armamos para la arena del Foro o de la ágora ciudadana, recibimos de él la lección hecha libro en tantas ramas del saber o hecha cátedra en la directiva más completa de las ciencias sociales y jurídicas de los tiempos modernos.</div><div style="text-align: justify;"> Ahorro espacio a esta carta confidencial e improvisada, y omito páginas de oro que debe la república al privilegiado cerebro lo mismo que a la rara probidad de su mayor tribuno de la segunda era constitucional.</div><div style="text-align: justify;"> Y con la emoción de su eterna partida en mi mente y en mi corazón, te llamo a ti y a todos tus hermanos, sabiéndoos a todos tan intensos soldados de la Patria como él, y fraternalmente dilectos de mi amistad, y os digo que me fundo con vosotros en un solo sentimiento en la prueba recibida.</div><div style="text-align: justify;"> Y que estas breves líneas del exilio queden en vuestras manos como una fe y una consigna, del inmortal apellido.</div><div style="text-align: justify;"> Con mis pésames, extensivos a todos los tuyos, te abraza.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> Gomes Freire Esteves</div><div style="text-align: justify;"> Dr. Abogado. Brandzen"</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><br />
<span style="color: lime;"><strong>FUENTES CONSULTADAS</strong></span><br />
<div style="text-align: justify;">Bibliografía parcial de Cecilio Báez</div><div style="text-align: justify;">EL DICTADOR FRANCIA. FUNDADOR DE LA NACIONALIDAD PARAGUAYA, en LA ILUSTRACIÓN PARAGUAYA, pp. 122-125. Asunción. 1888.</div><div style="text-align: justify;">ENSAYO SOBRE LA LIBERTAD CIVIL. Asunción. Imp. de la Democracia. 1893.</div><div style="text-align: justify;">"LA CONFERENCIA DADA EN EL INSTITUTO PARAGUAYO POR EL DOCTOR CECILIO BÁEZ,SOBRE LOS TRABAJOS DE DEMARCACIÓN DE DON FELIX DE AZARA Y SUS ESTUDIOS ACERCA DE LA GEOGRAFÍA DEL PARAGUAY, SU FAUNA Y SU FLORA, en REVISTA DEL INSTITUTO PARAGUAYO, Nº 9, pp. 161-170. Asunción. 1897.</div><div style="text-align: justify;">ESTUDIO SOBRE LA HISTORIA DE ESPAÑA. Asunción. Talleres nacionales de H. Kraus. 1899.</div><div style="text-align: justify;">ESTUDIO SOBRE LA HISTORIA DE ESPAÑA. 2DA. PARTE. Asunción. Talleres nacionales de H. Kraus. 1903.</div><div style="text-align: justify;">INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA SOCIOLOGÍA. Asunción, Talleres nacionales de H. Kraus. 1903</div><div style="text-align: justify;">LA TIRANÍA EN EL PARAGUAY; SUS CAUSAS, CARACTERES Y RESULTADOS; COLECCIÓN DE ARTÍCULOS PUBLICADOS en "EL CÍVICO." Asunción, Tip. de "El País". 1903</div><div style="text-align: justify;">LOS ELEMENTOS DE LACIVILIZACION CRISTIANA; CARACTERES DE LA EDAD MEDIA. Asunción, Talleres nacionales de H. Kraus. 1903.</div><div style="text-align: justify;">THE PARAGUAYAN CHACO; OR, A BRIEF STATEMENT OF THE TITLES OF PARAGUAY ON THE OWNERSHIP OF THE TERRITORY OF THAT NAME; ACCOMPANIED BY THE MAP OF DR. DE MOUSSY. New York. 1904</div><div style="text-align: justify;">CUADROS HISTÓRICOS Y DESCRIPTIVOS. Asunción, Talleres nacionales de H. Kraus. 1906.</div><div style="text-align: justify;">HISTORIA DEL PARAGUAY: LAS LEYES DE EXTRANJERÍA, en REVISTA DEL INSTITUTO PARAGUAYO, N° 58, pp. 396-403. Asunción. 1909.</div><div style="text-align: justify;">DICTAMENSOBRE LASTIERRAS DE BARRANQUERA DE URIARTE. Asunción, El Cívico. 1909.</div><div style="text-align: justify;">ENSAYO SOBRE EL DOCTOR FRANCIA Y LA DICTADURA EN SUD-AMÉRICA. Asunción, Talleres nacionales de H. Kraus. 1910.</div><div style="text-align: justify;">RESUMEN DE LA HISTORIA DEL PARAGUAY DESDE LA ÉPOCA DE LA CONQUISTA HASTA EL AÑO 1880, SEGUIDO DE LA HISTORIA PARTICULAR DE LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA DESDE EL GOBIERNO DE DOMINGO MARTÍNEZ DE IRALA HASTA NUESTROS DÍAS. Asunción, Talleres nacionales de H. Kraus. 1910.</div><div style="text-align: justify;">EL ARTE. CONFERENCIA DADA EN LA UNIVERSIDAD NACIONAL EL 21 DE SEPTIEMBRE DEL PRESENTE AÑO EN HONOR LA FIESTA DE LOS ESTUDIANTES. Asunción. Talleres nacionales de H. Kraus. 1913.</div><div style="text-align: justify;">EL PARAGUAY MODERNO, Ó SEA, EL PARAGUAY ESTUDIADO DEL PUNTO DE VISTA GEOGRÁFICO, AGRÍCOLA, INDUSTRIAL, COMERCIAL Y ESTADÍSTICO: EN SU CULTURA GENERAL, QUE COMPRENDE LA INSTRUCCIÓN PÚBLICA, LAS INSTITUCIONES BANCARIAS Y DE BENEFICENCIA, EL MOVIMIENTO DEMOGRÁFICO, ETC. Trabajo realizado por el doctor Cecilio Báez; con la cooperación del señor don José Rodríguez Alcalá; Gaudencio Yubero, iniciador y editor propietario de la obra. Asunción, Talleres nacionales de H. Kraus. 1915.</div><div style="text-align: justify;">CONFERENCIAS DADAS EN LA UNIVERSIDAD DE NACIONAL DE ASUNCIÓN SOBRE EL DERECHO CONSTITUCIONAL. Asunción, Imprenta y librería La Mundial. 1917.</div><div style="text-align: justify;">PARAGUAY -BOLIVIA; SU CUESTIÓN DE LÍMITES. Asunción, J. M. Duarte & cía. 1917.</div><div style="text-align: justify;">COMPOSICIONES EN PROSA Y VERSO. Asunción, Imprenta España. 1918.</div><div style="text-align: justify;">CUESTIONES INTERNACIONALES. BOLIVIA-PARAGUAY. Imprenta Nacional. 1918.</div><div style="text-align: justify;">POLÍTICA AMERICANA. Asunción, Imprenta Zamphirópolos & cía. 1925.</div><div style="text-align: justify;">COMPOSICIONES POÉTICAS. Paris, J. Peyronnet. 1926.</div><div style="text-align: justify;">CURSO DE DERECHO INTERNACIONAL PRIVADO AMERICANO. Asunción, Imprenta Nacional. 1926.</div><div style="text-align: justify;">HISTORIA COLONIAL DEL PARAGUAY Y RIO DE LA PLATA. Asunción, Imprenta Zamphirópolos & cía. 1926.</div><div style="text-align: justify;">LECCIONES SUMARIAS DE DERECHO CIVIL; OBLIGACIONES--DERECHOS REALES—SUCESIONES-PRESCRIPCIÓN. Asunción, Imprenta Nacional. 1926.</div><div style="text-align: justify;">EL MARISCAL FRANCISCO SOLANO LÓPEZ. Asunción. 1926.</div><div style="text-align: justify;">LE PARAGUAY, SON EVOLUTION HISTORIQUE ET SA SITUATION ACTUELLE. Paris, F. Alcan. 1927.</div><div style="text-align: justify;">FILOSOFÍA DEL DERECHO. Asunción, Imprenta Nacional. 1929.</div><div style="text-align: justify;">HISTORIA DIPLOMÁTICA DEL PARAGUAY, PRECEDIDA DE UN ESTUDIO SOCIOLÓGICO DE LOS PUEBLOS MEDITERRÁNEOS QUE CONCURRIERON A LA FORMACIÓN DE LA NACIÓN ESPAÑOLA. Asunción, Imprenta Nacional. 1931-32.</div><div style="text-align: justify;">DERECHO INTERNACIONAL PÚBLICO. Asunción, Imprenta Nacional. 1936.</div><div style="text-align: justify;">INTRODUCCIÓN GENERAL AL ESTUDIO DEL DERECHO. 2. ed., autorizada por el Rectorado de la Universidad Nacional de Asunción, Imprenta Nacional. 1938.</div><div style="text-align: justify;">CURSO DE FINANZAS. 2. Ed. Asunción, Imprenta Nacional. 1938.</div><div style="text-align: justify;">BOSQUEJO HISTÓRICO DEL BRASIL. Asunción, La Colmena, s.a. 1940.</div><div style="text-align: justify;">EN TORNO AL GENERAL ARTIGAS, en REVISTA MILITAR Y NAVAL. No 25, pp. 210-19. Montevideo. 1944.</div><div style="text-align: justify;">ENSAYO SOBRE EL DR. FRANCIA Y LA DICTADURA EN SUDAMÉRICA. Asunción, Cromos/Mediterráneo. 1985.</div><div style="text-align: justify;">CECILIO BÁEZ: ANTOLOGÍA. Asunción, Archivo del Liberalismo. 1991.</div><div style="text-align: justify;">HISTORIA COLONIAL DEL PARAGUAY Y RÍO DE LA PLATA. C. Schauman Editor. 1991.</div><div style="text-align: justify;">LA TIRANÍA EN EL PARAGUAY. Asunción, Ñanduti Vive: Intercontinental Editora. 1993.</div><div style="text-align: justify;">ENSAYO SOBRE EL DR. FRANCIAY LA DICTADURA EN SUDAMÉRICA. Asunción, El Lector. 1996.</div><br />
<span style="color: lime;"><strong>OTRAS FUENTES</strong></span><br />
<div style="text-align: justify;">ÁLVAREZ, Mario R. LAS VOCES DE LA MEMORIA. Tomo V Asunción, Litocolor. 2005.</div><div style="text-align: justify;">ALZURIA Pasamar, Gonzalo. "LA INVENCIÓN DEL MÉTODO HISTÓRICO Y LA HISTORIA METÓDICA EN EL SIGLO XIX", en HISTORIA CONTEMPORÁNEA, N° 11, (Ejemplar dedicado a: La militarización de la política durante la II República), págs. 183-214. 1994.</div><div style="text-align: justify;">AMARAL, Raúl. LA FILOSOFÍA EN EL PARAGUAY. ANTICIPOS (1814-1918). Asunción, FONDEC: Intercontinental. 2010.</div><div style="text-align: justify;">AMARAL, Raúl. ESCRITOS PARAGUAYOS. INTRODUCCION A LA CULTURA NACIONAL. TOMO I. Asunción, Ediciones paraguayas. 2003.</div><div style="text-align: justify;">ARGAÑA, Luis María. HISTORIAS DE LAS IDEAS POLÍTICAS EN EL PARAGUAY. 411 Ed. Asunción, El Foro. 1983.</div><div style="text-align: justify;">ASHWELL, Washington. EL PENSAMIENTO DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS (1869-1947). Asunción, Medusa. 2010.</div><div style="text-align: justify;">AZORÍN. EL POLÍTICO. 3á Ed. Madrid, Espasa-Calpe S.A.1968.</div><div style="text-align: justify;">BÁEZ ALLENDE, AMADEO. EL GRAN ORIENTE DEL PARAGUAY. ANTECEDENTES HISTÓRICOS Y DOCUMENTOS (1717-1987). Tomo I. Asunción. 1988.</div><div style="text-align: justify;">BENÍTEZ, Justo Pastor. ENSAYOS SOBRE EL LIBERALISMO. Asunción, Archivo del Liberalismo. 1988.</div><div style="text-align: justify;">BENÍTEZ, Justo Pastor (h). INFLUENCIA DEL POSITIVISMO ENE L PARAGUAY. Asunción, NAPA. 1983.</div><div style="text-align: justify;">BURTON, Richard F. CARTAS DESDE LOS CAMPOS DE BATALLA DEL PARAGUAY. Buenos Aires, El Foro. 1998.</div><div style="text-align: justify;">BUZÓ GÓMEZ, Sinforiano. ÍNDICE DE LA POESÍA PARAGUAYA. Asunción-Buenos Aires, Editorial Indoamericana. 1952.</div><div style="text-align: justify;">BREZZO, Liliana M. EL PARAGUAY A COMIENZOS DEL SIGLO XX. 1900-1932. Asunción, Colección la Gran historia del Paraguay. El Lector-ABC. 2010.</div><div style="text-align: justify;">CABALLERO CAMPOS, Herib (Comp.) ANTOLOGÍA DEL PENSAMIENTO POLÍTICOY SOCIAL PARAGUAYO. VOL. I. Asunción, FONDEC. 2009.</div><div style="text-align: justify;">CABALLERO CAMPOS, Herib. GALERÍA DE RECTORES, en UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN. 120 AÑOS DE HISTORIA. VOL. II. Asunción, UNA. 2009.</div><div style="text-align: justify;">CARDOZO, Efraín. PARAGUAY INDEPENDIENTE. Asunción, El Lector. 1996.</div><div style="text-align: justify;">CARRERAS, Fernando A. LAS ELECCIONES DEL NORTE. COLECCIÓN DE DOCUMENTOS, ANTECEDENTES Y ARTÍCULOS DE LA PRENSA RELACIONADOS CON LA MISMA. FRAUDES, ABUSOS Y VIOLENCIAS DEL PODER OFICIAL. DISCURSO DEL DOCTOR CECILIO BÁEZ ANTE EL SENADO NACIONAL. Asunción, Imprenta de la Democracia.</div><div style="text-align: justify;">CAÑEDO-ARGUELLES F., Teresa. "EL PENSAMIENTO AMERICANO EN EL SIGLO XX", en Ramos Pérez, Demetrio (Coord.) AMÉRICA CONTEMPORÁNEA. Madrid, Ediciones Najera. 1987.</div><div style="text-align: justify;">CORRAL, Francisco. EL PENSAMIENTO CAUTIVO DE RAFAEL BARETT. CRISIS DE FIN DE SIGLO, JUVENTUD DEL 98 Y ANARQUISMO. Madrid, Siglo XXI. 1994.</div><div style="text-align: justify;">DÁVALOS, Juan Santiago. CECILIO COMO IDEÓLOGO. Asunción, Escuela Técnica Salesiana. 1967.</div><div style="text-align: justify;">DOMÍNGUEZ, Manuel. CARTAS AL DR. CECILIO BÁEZ SOBRE MARCELINO MENÉNDEZ Y PELAYO. Asunción, Nacionales de H. Kraus. 1902.</div><div style="text-align: justify;">GONDRA, Manuel. HOMBRES Y LETRADO DE AMÉRICA. Asunción, El lector. 1996.</div><div style="text-align: justify;">GONZÁLEZ, Natalicio. LETRAS PARAGUAYAS. Asunción, Cuadernos Republicanos. 1988.</div><div style="text-align: justify;">HORTON BOX, Pelham. LOS ORÍGENES DE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA. Buenos Aires, Nizza. 1958.</div><div style="text-align: justify;">LIVIERES ARGAÑA, Juan I. ANTOLOGÍA DE LA ORATORIA PARAGUAYA 1811-1967. Asunción, Escuela Técnica Salesiana. 1968.</div><div style="text-align: justify;">LIVIERES BANKS, Lorenzo. EL PROCESO HISTÓRICO-POLITICO PARAGUAYO. Tomo I. Asunción, Intercontinental. 2008.</div><div style="text-align: justify;">MÁRMOL, José. POLÍTICA INTERNACIONAL AMERICANA. CARTA-PRÓLOGO AL SEÑOR DOCTOR CECILIO BÁEZ. Montevideo, República Oriental del Uruguay, 1918.</div><div style="text-align: justify;">ORUE POZZO, Aníbal. PERIODISMO Y NACIÓN: PARAGUAY A INICIOS DEL SIGLO XX. Asunción, Arandura Editorial. 2008.</div><div style="text-align: justify;">Paraguay. CONSTITUCIÓN. ANTE-PROYECTO DE REFORMAS DE LA CONSTITUCIÓN, POR EL DOCTOR LUIS DE GÁSPERI. PRECEDIDO DEL PARECER DEL DOCTOR CECILIO BÁEZ. Asunción, Imprenta Nacional. 1931.</div><div style="text-align: justify;">PÉREZ, José Antonio. CECILIO BÁEZ. SU ACTUACIÓN POLÍTICA DENTRO Y FUERA DEL PAÍS. Asunción, El Cívico. 1907.</div><div style="text-align: justify;">PESOA, Manuel. FUNDADORES DEL PARTIDO LIBERAL. Asunción, Archivo del Liberalismo. 1990.</div><div style="text-align: justify;">PEÑA, Cristiam. FILOSOFÍA JURÍDICA EN CECILIO BÁEZ. UNA TEORÍA DEL PODER CONCILIADA CON LA LIBERTAD CIVIL, en: GONZÁLEZ DE BOSIO, Beatriz y ZANARDINI, José. (Comps.) ENSEÑANZAS DEL BICENTENARIO ANTE LOS DESAFÍOS GLOBALES DE HOY. REPENSADO EL CAMBIO PARA NUESTRA AMÉRICA. Asunción, CEADUC, pp. 231-248.2010.</div><div style="text-align: justify;">PLÁ, Josefina.1992. APUNTES PARA UNA HISTORIA DE LA CULTURA. Asunción ICI: RP Ediciones.</div><div style="text-align: justify;">RODRÍGUEZ-ALCALÁ, Hugo. LITERATURA PARAGUAYA. Asunción, Comuneros. 1971.</div><div style="text-align: justify;">RODRÍGUEZ-ALCALÁ, Hugo. ESTAMPAS DE LA GUERRA (POESÍAS). CON PROLOGO DE CECILIO BÁEZ. Asunción, Zamphirópolos. 1939.</div><div style="text-align: justify;">RODRÍGUEZ-ALCALÁ, Hugo. POETAS Y PROSISTAS PARAGUAYOS Y OTROS BREVES ENSAYOS. Asunción, Intercontinental. 1988.</div><div style="text-align: justify;">RIVAROLA, Milda. PENSADORES Y CORRIENTES POLÍTICAS EN EL PARAGUAY en, GONZÁLEZ DE BOSIO, Beatriz y DEVÉS-VALDÉS, Eduardo. (Comps.) PENSAMIENTO PARAGUAYO DEL SIGLO XX. Asunción, Corredor de las ideas: Intercontinental. 2006.</div><div style="text-align: justify;">SAMANIEGO DE CENTURIÓN, Stella. CECILIO BÁEZ, EL ILUSTRE PROFESOR DE LA FACULTAD DE DERECHO, en REVISTA DE LA FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES DE LA UNIVERSIDAD NACIONAL DE ASUNCIÓN. Asunción, UNA. 2010.</div><div style="text-align: justify;">SCAVONE YEGROS, Ricardo y Scavone Yegros, Sebastián (Comps.) POLÉMICA SOBRE LA HISTORIA DEL PARAGUAY / CECILIO BÁEZ, JUAN E. O'LEARY. ESTUDIO CRÍTICO DE LILIANA M. BREZZO. Asunción, Editorial Tiempo de Historia. 2008.</div><div style="text-align: justify;">SILVERO A., José Manuel y CÁCERES M., Sergio (Comps.) PENSAR, DISCUTIR Y ESCRIBIR. TRES AÑOS DE FILOSOFÍA EN EL CCEJS. Asunción, CCEJS. 2010.</div><div style="text-align: justify;">SILVERO A., José Manuel; GALEANO, Luis y RIVAROLA, Domingo. HISTORIA DEL PENSAMIENTO PARAGUAYO. Colección la Gran historia del Paraguay. Asunción, El Lector: ABC. 2010.</div><div style="text-align: justify;">VALLEJOS, Roque. "CECILIO BÁEZ. EL MAYOR INTELECTUAL DEL SIGLO XX", en BÁEZ, Cecilio. INTRODUCCIÓN AL ESTUDIO DE LA SOCIOLOGÍA. Asunción, El Lector. 2002.</div><div style="text-align: justify;">VV. AA. EL ESTADO GENERAL DE LA NACIÓN. Vol. I. Asunción, Archivo del Liberalismo. 1987.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>Fuentes on line:</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://lespelletan.pagesperso-orange.fr/coll1.htm" target="_blank">http://lespelletan.pagesperso-orange.fr/coll1.htm</a> <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/baez%20francia/%20indice.pdf" target="_blank">http://www.bvp.org.py/biblio_htm/baez%20francia/%20indice.pdf</a></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://www.archive.org/stream/latiranaenelpar00begoog#page/n4/mode/2up" target="_blank">http://www.archive.org/stream/latiranaenelpar00begoog#page/n4/mode/2up</a></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://www.resiliencia.cllopinexp/" target="_blank">http://www.resiliencia.cllopinexp/</a></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://letrasparaguayas.blogspot.com/" target="_blank">http://letrasparaguayas.blogspot.com/</a></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://www.portalguarani.com/" target="_blank">http://www.portalguarani.com/</a></div><div style="text-align: justify;"><a href="http://generalyegros.com/" target="_blank">http://generalyegros.com/</a></div><br />
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<span style="color: lime;"><strong>EL AUTOR</strong></span><br />
<div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">JOSÉ MANUEL SILVERO ARÉVALOS</span></strong> nació en San Juan Nepomuceno, en 1975. Es profesor de Lengua y Cultura Guaraní por el "Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní". Licenciado en Filosofía por la Universidad Nacional de Asunción. Diplomado en Estudios Avanzados en Filosofía, por UNIOVI (España). Diplomado en Políticas de Inclusión Social, IMF, CIRF, Universidad de Roma. Doctor en Filosofía por la Universidad de Oviedo (España). Es socio fundador de la Sociedad Internacional de Filosofía (Intersophia) y secretario del Centro Paraguayo de Bioética (CPB).</div><div style="text-align: justify;">Es autor de LECTURAS PARA UNA FILOSOFÍA DE LA EDUCACIÓN, Intersophia: España, 2003; NAMBRÉNA. ESCRITOS GUA’U DE FILOSOFÍA Y OTRAS VYRÉSAS, FONDEO: Asunción, 2009. Es compilador junto a Sergio Cáceres del libro PENSAR, DISCUTIR Y ESCRIBIR. TRES AÑOS DE FILOSOFÍA EN EL CCEJS, CCEJS: Asunción, 2010. Coautor con Luís Galeano y Domingo Rivarola de HISTORIA DEL PENSAMIENTO PARAGUAYO, El Lector-ABC: Asunción -parte de la COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY (Vol. 18, 2010) -.</div><div style="text-align: justify;">Algunas de sus ponencias fueron publicadas en obras colectivas, a saber: "BIOÉTICAS", en ANTROPOLOGÍA Y ÉTICA ANTE LOS RETOS DE LA BIOTECNOLOGÍA, Choza, J. y Pintos, Luz, Thémata: Sevilla, 2004; "LA ÉTICA EN LA GESTIÓN SOCIAL Y POLÍTICA", en CAMINANDO JUNTAS, VV.AA., El Foro: Asunción, 2005; "BIOÉTICA GUARANÍ" en, PENSAR EN LATINOAMÉRICA, Tudela, A. y Benítez, J., Jakembó: Asunción, 2006; "SIN COMIDA NO HAY PARAÍSO", en ACTAS DEL VI CONGRESO MUNDIAL DE BIOÉTICA, SIBI: Gijón-España, 2009; "LA UNIDAD ES EL MAL. EL LEGADO DE PIERRE CLASTRES", en ENSEÑANZAS DEL BICENTENARIO ANTE LOS DESAFÍOS GLOBALES DE HOY: REPENSADO EL CAMBIO PARA NUESTRA AMÉRICA, González de Bosio, B. y Zanardini, J., CEADUC: Asunción, 2010; "SOLIDARIDAD VS. ESTADO DE DERECHO. EL CASO DE LA GRATUIDAD EN LA SALUD PÚBLICA PARAGUAYA", en ACTAS DEL II ENCUENTRO MUNDIAL CATHOLIC THEOLOGICAL ETHICS IN THE WORLD CHURCH, Trento (Italia), 2010; "EL IMPERATIVO BIOÉTICO DE FRITZ JAHR", en ANNALI DI STUDI RELIGIOSI, Centro per le Scienze Religiose: Fundazione Bruno Kessler, Trento, 2011; "INCLUSIÓN SOCIAL" en REVISTA MERCOSUR.IT, Instituto MERCOSUR de Formación (IMEF), Montevideo, 2011.</div><div style="text-align: justify;">Colabora como columnista en el diario ABC Color.</div><div style="text-align: justify;">Actualmente se desempeña como Docente Investigador de Tiempo Completo de Dedicación Exclusiva en la Dirección General de Investigación Científica y Tecnológica de la Universidad Nacional de Asunción.</div><div style="text-align: justify;">Además publica en su blog: <a href="http://josemanuelsilvero.blogspot.com/" target="_blank">http://josemanuelsilvero.blogspot.com/</a></div><br />
<span style="color: lime;"><strong>ARTÍCULOS PUBLICADOS EN ABC COLOR SOBRE EL LIBRO:</strong></span><br />
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<span style="color: cyan;"><strong>LA BIOGRAFÍA DE CECILIO BÁEZ, EN UNA SERIE DE PROTAGONISTAS</strong></span><br />
<div style="text-align: justify;">Cecilio Báez es el título del libro que contiene la biografía del gran paradigma de la intelectualidad paraguaya y miembro de la célebre Generación del 900, escrito por el doctor José Manuel Silvero, que aparecerá el próximo domingo 10 de abril en el marco de la Colección Protagonistas de la Historia, publicada por la Editorial El Lector.</div><div style="text-align: justify;">La obra llegará a los lectores con el ejemplar de ABC Color y será una contribución esencial para conocer no solo a una personalidad sustantiva en el devenir cultural y político de la patria, sino una época extraordinariamente rica en acontecimientos y en individualidades de gran valor histórico. <br />
<br />
El doctor Cecilio Báez, presidente de la República entre el 9 de diciembre de 1905 y el 25 de noviembre de 1906, fue uno de los máximos exponentes de la intelectualidad paraguaya, representante de la Generación del 900. Maestro de la juventud. <br />
<br />
Nació en Asunción el 1 de febrero de 1862. Hizo el ciclo secundario de su enseñanza en el Colegio Nacional y luego estudió Derecho. El 15 de julio de 1893 recibió su título de doctor en Derecho y Ciencias Sociales. Fue uno de los tres primeros abogados recibidos en el Paraguay, junto con Gaspar Villamayor y Emeterio González. <br />
<br />
En 1896 fue designado profesor de Historia en la mencionada facultad y en 1900 enseñó también Sociología. El 10 de julio de 1887 participó en la fundación del Centro Democrático, más tarde conocido como Partido Liberal. Tras el malogrado alzamiento del 18 de octubre de 1891, se refugió, exiliado, en Formosa, Argentina. <br />
<br />
Regresó al país en 1892 y tuvo una activa participación en filas de su partido. Luego de la victoria liberal en la revolución de 1904 con la cual fue desalojado el Partido Colorado del poder, ocupó varios importantes cargos, entre ellos, el de presidente provisional de la República, desde el derrocamiento de su correligionario Juan B. Gaona, el 9 de diciembre de 1905, hasta la asunción constitucional de Benigno Ferreira, el 25 de noviembre de 1906.<br />
<br />
<strong>OTROS CARGOS PÚBLICOS</strong><br />
También fue ministro de Relaciones Exteriores con los presidentes Juan B. Gaona (1904), Benigno Ferreira (1906) y coronel Albino Jara (1911). Asimismo, fue ministro (embajador) ante los gobiernos de México (1903) y Gran Bretaña y Francia (1919). Durante el gobierno de Félix Paiva (1937-1939) participó en las negociaciones que culminaron con el fin de la contienda del Chaco y la firma del Tratado de Paz, Amistad y Límites con Bolivia, el 21 de julio de 1938, en Buenos Aires. <br />
<br />
En otros ámbitos de su actividad pública, se destacó como vocero de Derecho Internacional en reuniones realizadas en México, Chile y Cuba. En el primer país nombrado, tuvo en 1902 una relevante actuación defendiendo la tesis del arbitraje obligatorio. También ocupó la presidencia de la Comisión Internacional del Congreso de Jurisconsultos de Montevideo, en 1914. <br />
<br />
En el ámbito local, llegó a presidente de la Corte Suprema de Justicia. Entre las distinciones internacionales que recibió se cuentan: miembro de la Sociedad de Ciencias Sociales de Filadelfia; Estados Unidos; de la Academia de Historia de La Habana, Cuba, y de la Societé Academiqué D’Histoire International, de París, Francia.</div><div style="text-align: right;"><strong>5 de Abril de 2011</strong></div><div style="text-align: right;"><strong><a href="http://www.abc.com.py/nota/la-biografia-de-cecilio-baez-en-una-serie-de-protagonistas/" target="_blank">http://www.abc.com.py/nota/la-biografia-de-cecilio-baez-en-una-serie-de-protagonistas/</a></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>CECILIO BÁEZ FUE UNO DE LOS GRANDES INTELECTUALES</strong></span></div><div style="text-align: justify;">El libro “Cecilio Báez” será presentado este domingo con el ejemplar de nuestro diario, en un emprendimiento de la Editorial y Librería El Lector y ABC Color. El texto es fruto de la investigación del Dr. José Manuel Silvero. Cecilio Báez fue un hombre polémico y polifacético.</div><div style="text-align: justify;">El doctor Cecilio Báez, pensador, político, docente universitario, presidente de la República, fue uno de los intelectuales más importantes que dio el Paraguay. Su biografía, justamente titulada “Cecilio Báez”, escrita por el doctor José Manuel Silvero, aparecerá el próximo domingo con el ejemplar de ABC Color, en el marco de la Colección Protagonistas de la Historia, publicada por la Editorial El Lector. <br />
<br />
Cecilio Báez es un hombre polémico y a la vez polifacético, destacado miembro de la intelectualidad paraguaya, fue uno de los primeros egresados del Colegio Nacional de la Capital. En forma aventajada egresó en la primera promoción de la entonces novel Universidad Nacional de Asunción. <br />
<br />
En el prólogo de la obra, el doctor Herib Caballero, director de la Colección Protagonistas de la Historia, señala que el doctor José Manuel Silvero nos presenta en tres capítulos la vida, la obra y el pensamiento de una personalidad que se destacó notablemente en cada una de las actividades que emprendió, ya sea en la cátedra o en la política, en la prensa o en la diplomacia. <br />
<br />
En este sentido Caballero rescata la sinceridad del autor, cuando sostiene que “la figura que me ha correspondido abordar es tan vasta y compleja que lo ‘mucho’ que pueda intentar decir de ella siempre será muy “poco”. Varios aspectos de su amplia producción no son desarrollados en este trabajo”. <br />
<br />
Uno de los principales aportes de este libro, de acuerdo con lo señalado por el prologuista, es el recuento de todos los hijos de Cecilio Báez y detalles de su vida que nos traen el ser humano más allá del político. <br />
<br />
El volumen presenta también fotografías inéditas del propio doctor Báez como de su familia, imágenes que acercan al lector a una mejor comprensión del texto presentado por el autor y que hasta esta obra han permanecido inéditas bajo el cuidado de sus descendientes, a quienes agradecemos su prestancia y colaboración para con este proyecto editorial. <br />
<br />
Herib Caballero destaca que en otro apartado importante Silvero nos explica cómo el pensamiento de Báez se entronca con el positivismo, corriente filosófica fundada por el francés Auguste Comte. En este sentido un aporte significativo es el detalle de las lecturas de libros fundamentales en la conformación del pensamiento de Cecilio Báez. <br />
<br />
“Podemos afirmar con propiedad que el trabajo de José Manuel Silvero se encuadra en la biografía intelectual, la cual facilita el entendimiento sobre el modo de pensar de un personaje tan relevante a la historia como el doctor Báez”, apunta Herib Caballero. <br />
<br />
Resalta también que este libro es el primero que se aproxima a la biografía de una figura tan descollante en el desarrollo político y cultural del Paraguay de comienzos del siglo XX, y cuya impronta quedó firme durante muchos años en la enseñanza del Derecho y las Ciencias Sociales. <br />
</div><div style="text-align: right;"><strong>6 de Abril de 2011</strong></div><div style="text-align: right;"><strong><a href="http://www.abc.com.py/nota/cecilio-baez-fue-uno-de-los-grandes-intelectuales/" target="_blank">http://www.abc.com.py/nota/cecilio-baez-fue-uno-de-los-grandes-intelectuales/</a></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>CECILIO BÁEZ FUE PARTE DE LA GRAN GENERACIÓN INTELECTUAL</strong></span></div><div style="text-align: justify;">El doctor Cecilio Báez fue una de las cumbres intelectuales del Paraguay y como tal perteneció al llamado Novecentismo o Generación del 900, el más brillante grupo de pensadores que dio nuestro país en todos los tiempos.</div><div style="text-align: justify;">La biografía de Báez, contenida en el primer libro dedicado enteramente a él, aparecerá mañana domingo, con el ejemplar de ABC Color, en el marco de la Colección Protagonistas de la Historia, publicada por la Editorial El Lector. La obra pertenece al doctor en Filosofía José Manuel Silvero. <br />
<br />
La Generación del 900, incluido Cecilio Báez, contribuyó a preservar la identidad del Paraguay luego de la hecatombe que significó la Guerra contra la Triple Alianza.<br />
Esa denominación fue acuñada en 1950 por Juan Emiliano O’Leary, uno de los “novecentistas”, cuyos miembros nacieron inmediatamente después de la Guerra del 70 (1864-1870). <br />
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Según el profesor Raúl Amaral, el Dr. Gualberto Cardús Huerta (1878-1949) dejó indicado en 1922 el segmento temporal que comprendía a los nacidos entre 1870 y 1880, “en la década de escombros” (como él la denominó) y que tocaba a la primera posguerra.<br />
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<strong>CIERTA ANALOGÍA</strong><br />
Indicaba Amaral que este movimiento guarda ciertas analogías con otros similares y de la misma época del continente y asimismo con “el 80” argentino y “el 98” español. Pero lo que debe interpretarse por “novecentismo paraguayo”, agregaba el escritor y crítico, es no solo un agrupamiento de jóvenes que en el momento de su actuación pública –en la cultura o en las letras– tenían entre 18 y 25 años de edad, sino una posición de mayor validez. <br />
<br />
Debe recordarse que ellos ocuparon la mayoría de los espacios entre los comienzos del 900 y las vísperas de la Guerra del Chaco, de la que participaron en la defensa intelectual de la patria. <br />
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Se presenta, además, esta generación, asociada a la española del 98 –si bien no en todos sus aspectos– al incluir a precursores inmediatos, en el caso particular de Valle Inclán y Unamuno (1864 y 1866) y en el paraguayo de López Decoud y Domínguez (1867 y 1868), respectivamente. <br />
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Luego vienen los del 70 al 80 ya citados por Cardús Huerta, y hasta el 85, ciñéndose a términos más amplios. Pero en la realidad ese “novecentismo” domina por más de tres décadas la vida cultural paraguaya (1899-1930) y de modo especial el proceso literario. Se advierten influencias francesas, inglesas y en menor medida españolas. <br />
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La prosa produce el esteticismo de López Decoud y el tono poemático de Domínguez, en tanto que la poesía continuará con la herencia posromántica hasta las proximidades de 1910, sin desconocer el indudable impacto modernista. <br />
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Dos acontecimientos de importancia deben sumársele: la inauguración de la crítica por medio del ensayo de Manuel Gondra: “En torno a Rubén Darío” (1898-1899) y los inicios de la novelística naturalista representados por el libro “Ignacia”, de José Rodríguez Alcalá (1905). Otro hecho de trascendencia lo constituyó la quiebra generacional producida a partir del 17 de octubre de 1902 con la polémica histórica entre Cecilio Báez y Juan E. O’Leary. </div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;">9 de Abril de 2011</span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><a href="http://www.abc.com.py/nota/cecilio-baez-fue-parte-de-la-gran-generacion-intelectual/" target="_blank">http://www.abc.com.py/nota/cecilio-baez-fue-parte-de-la-gran-generacion-intelectual/</a></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><img alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Juan%20Manuel%20Silvero/juan%20manuel%20silvero%20cecilio%20baez%20el%20lector%202011%20ctp.jpg" /></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-34951534367465557902011-05-16T14:47:00.000-07:002011-05-16T14:47:06.444-07:00JULIO JOSÉ CHIAVENATO - LA GUERRA DEL PETRÓLEO - EL SUBIMPERIALISMO ARGENTINO DIRIGE LAS GARRAS A PARAGUAY - LA SHELL Y LA STANDARD OIL APARECEN EN EL DESIERTO DEL CHACO / Editorial PUNTO DE ENCUENTRO, 2005<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEOdJ0NIgfKimbUswH0V1ceTmAAHkVoFlGFyL4emwUCNGs6JIoHxM8nYwv6xi23MC5DPyqmyOlu0kSaxrYAhGlBG4CWcKyw5L8xPQwibxebah9ssTh-JVeuoFbAqLOJniBrlx-K15WBZI/s1600/julio+jose+chiavenato+la+guerra+del+petroleo+2005+tp1.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400px" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgEOdJ0NIgfKimbUswH0V1ceTmAAHkVoFlGFyL4emwUCNGs6JIoHxM8nYwv6xi23MC5DPyqmyOlu0kSaxrYAhGlBG4CWcKyw5L8xPQwibxebah9ssTh-JVeuoFbAqLOJniBrlx-K15WBZI/s400/julio+jose+chiavenato+la+guerra+del+petroleo+2005+tp1.jpg" width="400px" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><span style="text-align: justify;"><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>LA GUERRA DEL PETRÓLEO</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1681"><span style="color: red;">JULIO JOSÉ CHIAVENATO</span></a></strong></span></div><div align="center"><strong>Editorial PUNTO DE ENCUENTRO</strong></div><div align="center"><strong><a href="http://www.puntoed.com.ar/" target="_blank"><span style="color: red;">www.puntoed.com.ar</span></a></strong></div><div align="center"><strong>Buenos Aires – Argentina</strong></div><div align="center"><strong>2005 (221 páginas)</strong></div><div align="center"> </div><div align="center"><br />
</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>LA GUERRA DEL PETRÓLEO</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>PREFACIO</strong></span></div><div align="center"><br />
</div><div style="text-align: justify;">De 1932 a 1935 tuvo lugar una guerra fantástica en el centro de América del sur.</div><div style="text-align: justify;">Bolivia y Paraguay, dos países -que se cuentan entre los más pobres del mundo, lucharon empleando el más moderno armamento, anticiparon las técnicas y la estrategia de la Segunda Guerra Mundial, perdieron 90 mil hombres según estadísticas oficiales o 150 mil según observadores extranjeros, a pesar de que tenían población en cantidad diminuta.</div><div style="text-align: justify;">Para hacer la guerra, estos dos países insolventes, manteniendo a sus respectivos pueblos en la más absoluta miseria -en Bolivia se mataba el hambre mascando coca- recurrieron a un endeudamiento absurdo, cientos de veces superior a su capacidad de pago y, como consecuencia de esas deudas contraídas para adquisición de armamento, cayeron en una miseria que los ahoga hasta hoy.</div><div style="text-align: justify;">¿Por qué?</div><div style="text-align: justify;">Porque el trust del petróleo quería el petróleo del Chaco. La Standard Oil of New Jersey<sup>1</sup>, que llegó a Bolivia en la década del 20, representando un imperialismo salvaje y violentísimo, dominó al país y lo empujó a la guerra.</div><div style="text-align: justify;">La sociedad boliviana, en que el indio era un esclavo sin derecho tan siquiera de hablar su propia lengua, que tenía prohibición de conversar en las cercanías de un blanco, feudal hasta la raíz, con una oligarquía prepotente y venal, también necesitó de la guerra para recuperar el "honor nacional" y alejar la posibilidad de la revuelta popular que comenzaba a manifestarse, estimulada por dirigentes de la izquierda, contra una guerra "patriótica". En Bolivia se unieron los intereses de las oligarquías que necesitaban mantener el orden feudal, salvar al gobierno y conquistar un territorio, a los de la Standard Oil que, indiferente a cualquier otro motivo, quería -y lo obtuvo- el petróleo del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Paraguay, una nación tan pobre como Bolivia, aunque de potencial expoliativo (en otros términos, donde se podía robar) mucho menor, estaba igualmente sujeto al proceso de imperialismo brutal que se había impuesto en América del Sur. La Royal Dutch Shell, el trust petrolero inglés, estaba aliado a la Argentina -que dominaba al Paraguay con un subimperialismo grotesco y eficiente- y armó al Paraguay para la guerra.</div><div style="text-align: justify;">Bolivia y Paraguay luchaban por el petróleo. Los paraguayos eran el arma de la Shell aliada a la Argentina. Los bolivianos el arma de la Standard Oil, que tuvo igualmente la ayuda de Brasil.</div><div style="text-align: justify;">Pero la guerra del Chaco no podría ser reducida a explicaciones tan simples y debe ser interpretada desde sus más remotos orígenes, analizada la naturaleza de las sociedades paraguaya y boliviana, entendida considerando las contradicciones políticas y sociales de estos dos pueblos pobrísimos y, principalmente, desentrañada del frío e inescrupuloso proceso imperialista que el trust petrolero desarrolló sobre ambos pueblos. Este conocimiento servirá como ejemplar lección a los pueblos que luchan por su libertad.</div><div style="text-align: justify;">La guerra del Chaco es, igual que lo fue la guerra del Paraguay de 1864/70, una de las etapas más claras del proceso de expoliación que el imperialismo ha llevado a cabo en América del Sur. Es necesario descubrir sus causas, analizar sus efectos, mostrar a la luz la sociedad feudal boliviana en que hasta mediados del presente siglo el indio (85% de la población) era un esclavo en condiciones de vida peores que la del negro africano en el Brasil en el siglo pasado. Sólo así se podrán comprender las repercusiones actuales de esa guerra.</div><div style="text-align: justify;">En cuanto al Paraguay, donde la guerra tuvo resultados apuestos a los de Bolivia, sedimentó un proceso de militarismo que se apoderó del pueblo con regímenes duros que causaron más daños de todo orden que la misma guerra.</div><div style="text-align: justify;">Esta es la respuesta que el presente libro quiere ofrecer.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><sup>1</sup>Actualmente la Standard Oil of New Jersey cambió su denominación por Exxon.</div><br />
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</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPÍTULO V </strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>PARAGUAY ES UN MUERTO TOCANDO SU TRISTE ACORDEÓN</strong></span></div><div align="center"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>APENAS UN ALMA QUE LLORA</strong></span></div><div style="margin-left: 36pt;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">-Solano Rojas, el pasero ciego.</div><div style="text-align: justify;">-Pero ¿no dicen que murió?</div><div style="text-align: justify;">-Él sí. Pero el que toca ahora es su lasánima.</div><div style="text-align: justify;">-¡Aicheyáranga, Solano!- murmuró una vieja persignándose.</div><div style="text-align: justify;">La mole de la fábrica flotaba inmóvil en la oscuridad.</div><div style="text-align: justify;">Un perro ladró a lo lejos, como si ladrara bajo tierra.</div><div style="text-align: justify;">Dos o tres críos desnudos se revolvieron en los regazos de sus madres, junto al fuego. Uno de ellos empezó a gimotear asustado, quedamente.</div><div style="text-align: justify;">-Callate, m'hijo. Escucha a Solano. E'tá sólito en el Paso.</div><div style="text-align: justify;">El contrapunto de un guaimingüé, que rompió con su tañido la quietud del monte, volvió aún más fantasmal la melodía.</div><div style="text-align: justify;">El acordeón sonaba ahora con un lamento distante y enlutado.</div><div style="text-align: justify;">(…)</div><div style="text-align: justify;">Y nada hay tan poderoso e invencible como cuando alguien, desde la muerte, monta guardia y espera.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Solano Rojas, viejo combatiente de la Guerra Grande, dejó a su alma llorando el triste destino del Paraguay. El cuento de Augusto Roa Bastos (El trueno entre las hojas) es como el guaimingüé (urutaú, ave característica del Paraguay): un contrapunto sobre la situación del triste país guaraní -¡Aicheyáranga Paraguay!- violado como un cadáver podrido en manos de buitres internacionales. Un Paraguay destruido después de la guerra del 70 que de sí mismo, de digno e inviolable, no tuvo sino un Solano (¿López, Rojas?) muerto, haciendo a su alma arrullar la tierra con una triste canción.</div><div style="text-align: justify;">Hace ahora más de cien años que se percibe el sonido de un invisible acordeón tocado por un alma frustrada, que vierte el llanto paraguayo sobre la tierra, arrullando la tierra guaraní con una queja sorda. Sólo los hombres ligados a este triste país del guaimingüé pueden captar este sonido. Pero hasta hoy, a cien años de distancia de la Guerra Grande, en la tierra paraguaya no aparece la fuerza que libertará al país. El sonido triste del acordeón de Solano Rojas continúa en posición de guardia. Este espíritu de un Paraguay independiente, libre, que murió cuando Solano López cayó asesinado en Cerro Corá, ¿podrá algún día libertar al pueblo guaraní? ¿Por qué, a más de cien años de la muerte de su último líder popular, el Paraguay vive todavía -o más bien apenas vive- del quejido de un alma, en un estado de espíritu que no consigue materializarse en la gran fuerza social que podrá libertar a este pueblo?</div><div style="text-align: justify;">Las respuestas son múltiples y conducen a la destrucción del Paraguay por la Triple Alianza, que no era sino una extensión del imperialismo inglés en el Plata, destrucción que se proyectó a la expoliación del país, a su retaceo como predio de nadie, a la repartija de las tierras paraguayas a los grandes banqueros internacionales con sede en Ámsterdam, Nueva York y Londres, principalmente. Lo que Reclus afirmó en 1896 no fue una mera expresión lírica.</div><div style="text-align: justify;">De ahora en adelante ningún campesino paraguayo podrá cavar la tierra de su patria sin pagar una renta a los banqueros de Nueva York, Londres o Ámsterdam.</div><div style="text-align: justify;">Reclus sabía lo que afirmaba: la liquidación del patrimonio paraguayo, entregadas a los ingleses y norteamericanos -desde luego, con otros grupos colgados de los faldones- las tierras del país, muestra cómo las garras del imperialismo de Inglaterra penetraran tan a fondo en el escuálido cadáver paraguayo después de la destrucción total de 1870. El análisis de esa entrega de tierras conduce a la comprensión del drama del país: cómo, sesenta y dos años después de la gran derrota, los gobernantes de la nación -los traidores de Solano López- habrían de retacearla, cuando las cicatrices del pueblo guaraní todavía estaban sangrando, acabando por poner al país al servicio de la Royal Dutch Shell -que maniobraba al mismo tiempo dentro del gobierno argentino- y enfrentarlo a Bolivia en una guerra de campesinos transformados en héroes y mártires, con el pretexto de defender un trozo de territorio, contraponiéndose a la Standard Oil.</div><div style="text-align: justify;">Inconscientemente, millares de paraguayos y bolivianos perecieron en el Chaco defendiendo intereses de estas empresas petroleras.</div><div style="text-align: justify;">Pero es necesario adentrarse en la génesis del problema, que comienza con la total derrota del Paraguay en la guerra contra el imperialismo inglés (1864/1870), ejecutada por sus brazos armados en Sudamérica: Brasil, Argentina y Uruguay.</div><div style="text-align: justify;">En 1870, al hundirse la primera república económicamente autónoma de América del Sur, la nación perdía al mismo tiempo grandes extensiones de su territorio: 140 mil kilómetros cuadrados se dividieron el Brasil y la Argentina, que llevaron sus fronteras dentro del territorio guaraní. A pesar de esta pérdida, el gobierno títere que el Imperio del Brasil impuso a la nación destruida (había perecido el 75.75% de la población del Paraguay, sobreviviendo tan sólo 1.75% de los varones), se encargó de vender a los extranjeros las tierras de la nación. El pueblo paraguayo, que disponía de ilimitada extensión de tierras fiscales, se vio de repente, al poco tiempo de instalarse los gobiernos impuestos por la Triple Alianza, privado del derecho de cultivar esas tierras.</div><div style="text-align: justify;">La venta de tierras a grandes capitalistas extranjeros o a compañías que anunciaban vagamente que iban a "invertir" dinero en el país, manipulando posteriormente esas glebas adquiridas a precios increíblemente bajos, provocó serias consecuencias sociales: la primera, la expulsión del campesino labrador de la tierra, si no exactamente al concluir la guerra, a partir del momento en que, por pura y simple especulación, o en otros casos por la ocupación, los nuevos dueños extranjeros tomaban posesión de sus respectivas propiedades.</div><div style="text-align: justify;">Campesinos que desde tiempo inmemorial habían vivido en determinadas áreas, que jamás tuvieron dudas sobre la propiedad de la tierra heredada de sus abuelos y tatarabuelos, acostumbrados a cultivar los campos que en ocasiones formaban parte de las estancias de la patria creadas por el dictador Francia, se vieron de pronto expulsados. Perdían todo: la tierra de labor, las casas que habían construido y la tradición de generaciones de trabajo. Y la nación perdía también, víctima de la especulación y de la corrupción de los gobernantes, la propia producción ya que, habiendo salido el campesino de la tierra, ésta quedaba abandonada y convertida en elemento de especulación de los grandes capitales (generalmente bancos ingleses y norteamericanos).</div><div style="text-align: justify;">Obviamente, la constitución anterior a 1870 fue anulada. El Paraguay aceptó el Código Civil argentino como modelo. Los que asumieron el poder con la derrota de Solano López, casi en todos los casos eran traidores que habían sido -a través de sus padres y abuelos- víctimas de las confiscaciones de El Supremo (e1 dictador Francia, que en 1811, al asumir el gobierno prácticamente abolió la propiedad privada sobre grandes áreas de tierra en el Paraguay). Ahora retomaban el poder esos herederos, como títeres del imperialismo internacional y su primera ejecutoria como gobernantes, fue la venta de las tierras fiscales a los extranjeros y enseguida hicieron que esos mismos extranjeros adquirieran las tierras pertenecientes a los campesinos que vivían en ellas. Así actuando, esas transacciones ilegales o más bien dicho basadas en leyes antipopulares promulgadas y redactadas ex profeso, hicieron que la tierra permaneciese improductiva, acumulando valor en beneficio de grandes latifundistas que se instalaban en el país.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>SURGEN/LEYES PARA ROBAR TIERRA AL PUEBLO</strong></span><br />
<div style="margin-left: 36pt;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La vida del campesino paraguayo, que antes de la guerra contra la Triple Alianza era harta y fácil, tornó difícil. Terminada la guerra, la mayoría de los campesinos sobrevivientes regresaban a la tierra: hasta este momento la producción había recaído, casi exclusivamente, sobre la fuerza de trabajo de las mujeres. Pero la nueva situación duró poco tiempo: la tierra fue usurpada y los hombres se vieron forzados a refugiarse en el interior alejado, casi siempre hostil y sin comunicaciones. Las tierras productivas quedaron abandonadas, sin más función que devengar renta para los especuladores. El país cayó en el atraso y se hizo imposible retomar del antiguo desenvolvimiento. Esto no sucedió del día a la noche: ocurrió de a poco, pero de manera inexorable.</div><div style="text-align: justify;">Una serie de leyes sobre el uso de la tierra aseguró, cada día más, la expoliación del campesino paraguayo, y así los bosques y las tierras agrícolas, que antes fueran fuente de riqueza, dejaron de ser trabajados. Campos de pastoreo, bosques y yerbatales pasaron paulatinamente a manos de extranjeros, mientras las empresas nacionales eran anuladas. La desorganización y la corrupción de los gobiernos posteriores a 1870 determinaron la imposibilidad de todo tipo de trabajo libre: tal como lo afirmó Reclus, ningún paraguayo pudo ya remover la tierra con una azada sin pagar un tributo a los banqueros internacionales que, como aves de rapiña, se habían adueñado de la tierra.</div><div style="text-align: justify;">La venta de las tierras fiscales, es decir de las tierras del Estado que eran libremente utilizadas antes de la Guerra Grande, no se reduce a un negociado de hombres venales. La política de entrega de las riquezas nacionales al extranjero -riquezas que en el Paraguay de posguerra consistían exclusivamente en la tierra, ya que el país no tenía otros bienes- determinó una nueva estructura política que refleja las relaciones sociales entre el opresor y el oprimido. Surgieron entonces, como expresiones de esa política (lo que está demostrado con preciso rigor en La lucha por la tierra en el Paraguay de Carlos Pastore), los nuevos dueños del poder: los partidos políticos, el Colorado que hoy está en el poder, y el Liberal.</div><div style="text-align: justify;">Los partidos políticos sirvieron a una clase dirigente, hasta entonces desconocida como tal en el Paraguay, como instrumentos de la venta de tierras nacionales. Al término de la guerra, el Estado había quedado dueño de inmensas extensiones que podrían ser distribuidas a los campesinos, pero los gobiernos las vendieron a precios bajísimos a fin de dar satisfacción a la saña internacional y afirmarse en el poder mediante las garantías que recibían a su vez precisamente por esta entrega. Algunos de esos grandes lotes fueron entregados como pago de intereses devengados por empréstitos posteriores a 1870: entre otros casos, la The Anglo Paraguayan Land Company Limited recibió un enorme latifundio como pago de parte de esa deuda.</div><div style="text-align: justify;">Apareció la paradoja de que, cuando un paraguayo quiso cultivar una tierra en su país, tierra que poco antes fuera propiedad común o perteneciera al Estado, tenía que adquirirla a precios decuplicados, de banqueros y especuladores con sede en el extranjero, que la mantenían improductiva. La expresión de que los paraguayos eran "dueños originales" de esas tierras no es más que un eufemismo, puesto que el campesino jamás pudo volver a poseerlas; esas tierras se convirtieron en elemento de especulación y, en algunos casos, para producción pequeña y antieconómica mediante un trabajo semi-esclavo.</div><div style="text-align: justify;">Como el Paraguay no tenía oro ni plata, ni estaño o cualquier otro mineral que provocase la codicia colonialista, su gran riqueza era la tierra y con ésta los ríos como fuente de comunicaciones. De ahí la importancia del retroceso en el uso de la propiedad después de la derrota de 1870. Fue el poder político el creador de la oligarquía y esta evolución representa un retroceso de mucho mayor amplitud que lo que aparece mirando superficialmente los hechos.</div><div style="text-align: justify;">El Paraguay vivió un momento histórico sutilísimo. A la inversa de lo que ocurrió en todo el resto de la América del Sur, no fue una oligarquía dueña de grandes propiedades y riquezas la que llegó al poder, sino que los hombres seleccionados, por los vencedores de 1870 y elevados al poder a fuerza de guinche, precisamente por mérito de ausencia de moral y por cualidades óptimas de oportunistas -eran renegados que se habían aliado a las fuerzas de ocupación, más que simples colaboracionistas- que, detentando el aparato gubernamental, crearon las condiciones para la aparición de una oligarquía cuyo papel consistió en legislar en beneficio del invasor, formular leyes que permitieran la instalación del latifundio en manos de extranjeros y finalmente "comprando" retazos de tierra de esos mismos extranjeros.</div><div style="text-align: justify;">En otros términos: el latifundio había nacido jurídicamente en el Paraguay y de esta manera los grandes bancos ingleses y norteamericanos "compraban" prácticamente todo el país para después revender la tierra al mismo Paraguay...</div><div style="text-align: justify;">Este gran negociado ofrece ejemplos más que pintorescos, tal como el caso de la The Anglo Paraguayan Land Company Limited que recibió su latifundio -uno entre muchos ejemplos parecidos- como pago de deudas contraídas después de la Guerra Grande, lo que señala que los intereses de la deuda se convirtieron en posesión de grandes áreas de tierra (en febrero de 1896, la Anglo recibió las tierras a cambio de los intereses del empréstito de 1871 y 1872). La tierra llegaba prácticamente gratis, a cambio de mora e intereses y con valor calculado a precios bajísimos. Los nuevos dueños las revendían en grandes trozos, cuidando que el latifundio no se desfigurase. La Anglo recibió en esta ocasión nada menos que 21.780 kilómetros cuadrados.</div><div style="text-align: justify;">En cuanto a relaciones internas, las nuevas oligarquías estuvieron ubicadas en idéntica línea que los colonizadores españoles, que hasta la independencia del Paraguay y la subida al poder del dictador Francia, explotaban el trabajo esclavo indígena en beneficio del español: era pues un regreso en el tiempo, pero la nueva oligarquía actuaba de manera mucho más perjudicial que aquélla de los españoles.</div><div style="text-align: justify;">Este nuevo tipo de posesión de la tierra determinó las bases de la nueva sociedad paraguaya, y sobre esas bases se asentó la miseria del pueblo guaraní, imposibilitado de toda forma de progreso económico durante largos años, ya que la nación fue despojada de su fuente principal -y quizá única- de riqueza: la tierra.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>DESCARACTERIZANDO LA ANTIGUA LIBERTAD PERDIDA</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">El uso de la tierra era de tal importancia en el Paraguay, que ya en el siglo XVIII provocó la primera gran revolución en el país. Los indios se rebelaron contra los jesuitas y se produjo la Revolución Comunera que condujo a la expulsión de la orden religiosa del Paraguay. La organización de la República después de 1811, con el dictador Francia, se basó casi exclusivamente en la confiscación de tierras y en la institución de un sistema avanzado de producción agrícola, que se caracterizaba por las estancias la patria en que los campesinos laboraban libremente en las tierras fiscales. Después de la guerra contra la Triple Alianza, la desarticulación del sistema de propiedad colectiva representado por el uso de las tierras fiscales, fue lo que descaracterizó finalmente al Paraguay como nación libre. Es esta descaracterización como nación libre la que da un nuevo carácter al Paraguay posterior a 1870: el sometimiento del Estado a media docena de representantes del capitalismo internacional, que determina -para la mejor manipulación de los negocios a costa de los intereses nacionales- la existencia de dos partidos que perduran desde hace más de un siglo y que se oponen a cualquier reacción contra las influencias extranjeras, permitiendo que todo un pueblo sea sojuzgado y arrojado a la muerte cuando aparece un conflicto para resolver las pendencias y las ambiciones de los trusts internacionales, lo que vino a suceder en la guerra del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">No hay que desconocer, entretanto, que en la misma forma que Carlos Antonio López y Francisco Solano López no pudieron captar el mecanismo imperialista inglés que lanzó al Paraguay a una guerra de exterminio, pensando ambos que los enemigos directos eran el Imperio del Brasil y la Confederación Argentina, no todos los hombres que subieron al poder después del desastre de 1870 estaban en condiciones de comprender que hacían el juego a los usurpadores de la riqueza nacional. Algunos de éstos eran víctimas inconscientes de una estructura viciada.</div><div style="text-align: justify;">Los intereses internacionales estaban de tal manera incrustados en los negocios paraguayos que mecánicamente determinaban la sumisión del Estado a sus acreedores, precisamente a los acreedores que con la fuerza económica en las manos, se habían apoderado de la riqueza del país. Pero aquellos que permitieron esa situación -que se desenvolvió hasta alcanzar su más alto nivel desde 1885 hasta principios del siglo xx- actuaron de tal manera que hoy la penetración del capital inglés aparece desfigurada: es que esos entreguistas cedieron las tierras cuando estaban en el poder y las adquirieron más tarde como ciudadanos particulares. Es decir que la importancia mayor del dominio internacional de las tierras fiscales, no reside precisamente en la compra de tierras a bajo precio sino en que se especulaba sobre el valor de esas tierras: la compra y posterior venta hizo surgir de nuevo y en forma definitiva el latifundio en el Paraguay, con lo que tuvo su término el sistema que existió hasta la guerra de 1870, mediante el cual el campesino era dueño de su producción o cuando menos de la parte más importante de ésta en tierras de propiedad del Estado.</div><div style="text-align: justify;">Hubo un retroceso provocado por la derrota de 1870: la propiedad colectiva de la tierra, poco menos que socializada, evolucionó en los treinta años siguientes a un sistema feudal que perdura hasta hoy. Este sistema es base de la oligarquía que domina en el país y determina un tipo de política previsible sin fuerza para oponerse a las presiones internacionales. Genéricamente, ésta es la estructura, aun cuando el Paraguay trató en algunas ocasiones de reaccionar haciendo esfuerzos esporádicos.</div><div style="text-align: justify;">Es dentro de este cuadro ya estabilizado en 1887, el de un país irreversiblemente parcelado para la expoliación por los extranjeros y sus cómplices internos, que surgen los partidos políticos. Los personajes políticos se agrupan en torno a la defensa de la situación interna que les facilita el dominio sobre las propiedades de la nación. Así, en 1887 surge el Partido Colorado y, poco después, el Partido Liberal, los dos grandes núcleos de la política conservadora del Paraguay. La base, en ambos partidos, es la venta de las tierras paraguayas y el mantenimiento de un status quo al que recurrirán para la represión violenta de toda forma de oposición.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LA IZQUIERDA NO SE ORGANIZA EN UNA NACIÓN SIN PUEBLO</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Contrariamente a lo que ocurrió en Bolivia, la guerra del Chaco no desarticuló la estructura de la sociedad en el Paraguay, sino que, precisamente, la fortaleció, ya que el Paraguay "ganó" la guerra.</div><div style="text-align: justify;">En los comienzos del siglo actual el promedio de vida paraguaya era de veinticuatro años: ¡en medio de la miseria, el paraguayo vivía veinticuatro años! Casi toda la producción consistía en agricultura (todavía hoy la agricultura es la mayor fuerza económica, al mismo tiempo que el contrabando organizado) y la única resistencia posible del pueblo paraguayo residía en la cultura guaraní. Esta última fue la fuerza que mantuvo la cohesión de un pueblo aplastado por el hambre y por la miseria social absoluta, evitando que se hundiera en la total inercia, lo que ciertamente no pudo impedir que millares y millares de paraguayos, de una población ínfima, huyesen del país. Buscando oportunidades de sobrevivencia en la Argentina, Uruguay y el Brasil, o simplemente tratando de escapar del terror político, numerosa cantidad de gente se alejó de la tierra: el terror era norma en los dos partidos hasta 1935.</div><div style="text-align: justify;">Apenas si hubo manifestaciones de izquierda en el Paraguay durante el comienzo del presente siglo: no había tradición revolucionaria y tampoco proletarización. El Partido Comunista paraguayo fue fundado en 1928, pero no alcanzó a tener gran influencia en la vida nacional. Enseguida de su aparición, el PC lanza un periódico en Asunción (La Palabra) y surge un líder, Obdulio Barthe, que a la cabeza de un grupo revolucionario ocupa la ciudad de Encarnación. Allí lanza un manifiesto proclamando justicia social, reparto de tierras, división de las propiedades, etc. Pero en cortísimo tiempo los comunistas fueron dominados y el intento nada representó en la vida de la nación, aparte del insólito cartel de "revolución proletaria" sin consecuencias.</div><div style="text-align: justify;">Al contrario de lo que ocurrió en Bolivia, donde la izquierda influenciaría la vida política del país, no de inmediato, por cierto, pero sí politizando al pueblo para la lucha contra las oligarquías, en el Paraguay no ocurrió nada parecido. La miseria absoluta en que yacía el pueblo paraguayo, aun siendo así ejercía menos presión que la sentida por los bolivianos. La cultura guaraní fue la aliada del pueblo para la sobrevivencia pero también cómplice indirecta para evitar rebeliones probables. La cultura guaraní era la coca de los paraguayos, pues los indios guaraníes dejaron en la cultura paraguaya hábitos de alimentación e higiene que pudieron, gracias a su funcionalidad, suplir las deficiencias de la sociedad.</div><div style="text-align: justify;">El pueblo paraguayo vivía dentro de una extensión de tierra en régimen de sobrevivencias tribales, como los primitivos habitantes, marginados del sistema político. En este período se forjó, tal vez como derivación de la falta de hombres en el país (solamente 1.75% sobrevivió a la guerra), un extraño conformismo, que dejó poco espacio para que el pueblo, como masa, influyese en la política nacional.</div><div style="text-align: justify;">De esta manera, la política se convirtió en una actividad propia de los burócratas y de los cuarteles. Las "revoluciones" eran golpes y contragolpes, estimulados directa o indirectamente por militares o por políticos ligados a ellos. El pueblo apenas si hacía papel de espectador, ciertamente casi innecesario.</div><div style="text-align: justify;">No se debe atribuir este conformismo a la "naturaleza guaraní" del pueblo paraguayo, sino a la propia conformación de la sociedad de la época. No ha de olvidarse que en 1539 las mujeres indígenas se rebelaron en armas contra el invasor colonial y una de ellas, en el proceso de la lucha libertaria contra la dominación colonialista, llegó a matar a su marido español y lidera a las otras indias incitándolas a que hicieran lo mismo con sus respectivos hombres: los españoles tomaban mujeres como esposas y esclavizaban a los varones. Después de esto, ya en el siglo XVIII, estalló la Revolución Comunera. Y la Gran Guerra contra la Triple Alianza demostró que el pueblo guaraní lucha igual o mejor que cualquier otro pueblo del mundo cuándo hay un motivo por el que se ha de luchar.</div><div style="text-align: justify;">Pero ahora el Paraguay era sólo un gran latifundio, desfallecido por el hambre y la miseria, en manos de políticos empotrados en el poder. Ya no existía pueblo: el Paraguay ignoraba lo que es una masa popular.</div><br />
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</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPÍTULO VI</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>EL SUBIMPERIALISMO ARGENTINO DIRIGE LAS GARRAS A PARAGUAY</strong></span></div><div align="center"><br />
</div><span style="color: cyan;"><strong>EL SUBIMPERIALISMO ARGENTINO INVADE EL PARAGUAY</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">(...) Se me había quitado el sueño, y me entretuve en instruir a aquella pobre alma.</div><div style="text-align: justify;">Yo -Es tan difícil... Hay tantas potencias que mandan en el Chaco...</div><div style="text-align: justify;">Él -¡Cómo tantas! Bolivia y el Paraguay no más, huá...</div><div style="text-align: justify;">Yo - Eso es lo que usted ve, y lo que ven nuestros pútridos estadistas. No ven que la guerra del Chaco es una empresa de carnicería en que Bolivia y Paraguay se matan trabajando en beneficio de un trust anónimo que ha afilado la flecha del Paraguay. (...) Hay algo más: la oligarquía conservadora argentina que por medio de sus conductores Justo y Saavedra Lamas encendió el motor de la penetración territorial con vista al petróleo.</div><div style="text-align: justify;">El -¿Quiénes son Justo y Saavedra Lamas?</div><div style="text-align: justify;">Yo -Unos dignos caballeros porteños que no han oído un tiro en su vida, especialmente el general. Éste es pariente de don Carlos Casado, concesionario de casi todo el Chaco, y es también presidente de la Argentina. El segundo es un internacionalista, o sea, un doctor que busca su celebridad jugando a la guerra.</div><div style="text-align: justify;">Este es un diálogo entre dos muertos, en el fondo de sus tumbas: está en el cuento de Augusto Céspedes, Opiniones de dos descabezados, en el libro Sangre de mestizo. Los dos "descabezados" muertos en la guerra del Chaco, comentan la muerte. Uno de ellos explica por qué murieron y muestra una coincidencia: Carlos Casado, el mayor propietario del Paraguay, es un argentino emparentado con el presidente de la Argentina. Pero no es por mera coincidencia, sutilmente aprovechada en el cuento de Céspedes, que la Argentina acompañará al Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">El Paraguay es víctima de la rapiña no sólo europea. Su economía pasó a ser, con el avance del siglo, dependiente de la Argentina El capital extranjero proveniente de Europa y de Estados Unidos fue asumiendo formas de dominación a través de bancos, de manipulación de bonos, de títulos de la deuda pública y del mercado financiero y esta dominación fue haciéndose tradicional. En la producción agrícola e industrial, esta última bien incipiente, es el capital argentino el que se adelanta en el Paraguay y de esta manera ya en los años 20 es significativa la dependencia paraguaya de la Argentina.</div><div style="text-align: justify;">Las oligarquías facilitan la penetración del capital argentino. Este capital hace negocios, poniendo en movimiento el poco dinero disponible en el país, y por derivación pasa a influir en la política interna del Paraguay. Por otra parte, la Argentina siempre tuvo en el Brasil un gran oponente imperialista: ya al día siguiente de la victoria de la Triple Alianza, cuando el Paraguay fue dividido entre las dos potencias vencedoras, brasileños y argentinos se enfrentaron seriamente, como que la infiltración argentina en el Paraguay -particularmente en el Chaco- obedecía más que a la ambición de mayores territorios, a la creación y fortalecimiento de una barrera (que en este caso sería el Paraguay) contra las pretensiones brasileñas.</div><div style="text-align: justify;">En la década del 20 nacía ya, aunque incipiente, el estímulo argentino para la defensa del Chaco a toda costa, y este estímulo fue reforzado cuando la situación nacional se complicó con la política del gansterismo del petróleo, según se verá más adelante.</div><div style="text-align: justify;">De tal manera el capital argentino se infiltró en el Paraguay, que a partir de la década del 20 y aumentando gradualmente su presencia, todas las grandes empresas instaladas en el Paraguay eran argentinas. El transporte fluvial estaba en manos argentinas, especialmente en las de una gran compañía como la Mihanovich Ltd. En suma: según estadísticas específicas, el 80% de los productos que entraban y salían del Paraguay utilizaba los navíos de Mihanovich Ltd.</div><div style="text-align: justify;">No menos importantes que los fluviales eran los transportes ferroviarios, y el Ferrocarril Central del Paraguay tenía importancia no sólo por llevar productos -y en consecuencia riqueza sino también estratégica, en la penetración argentina en territorio paraguayo. Dado el volumen del transporte, el ferrocarril del que hablamos se convirtió en una de las mayores empresas argentinas que actuaban en el Paraguay, si bien sólo el 35% del tendido de vías corría en territorio paraguayo y el 65% en el argentino. Esto se dice porque el Ferrocarril Central del Paraguay no era propiamente una empresa argentina, pero el control accionario de ella por capitales porteños era absoluto.</div><div style="text-align: justify;">Al iniciarse la década del 30 la dependencia paraguaya de la Argentina había aumentado a nada menos que el 80% de su comercio exterior. Productos europeos y norteamericanos llegaban al Paraguay encarecidos, como reventa de los argentinos: por una ironía del destino, todavía en 1930 la Argentina desempeñaba el papel de submetrópoli, irradiando desde el Plata los intereses imperialistas que determinaron la guerra de la Triple Alianza en 1870.</div><div style="text-align: justify;">Naturalmente, con estas relaciones la política argentina influía directamente sobre el gobierno paraguayo. Los agentes de esa política, es decir, los capitales establecidos en el Paraguay, actuaban como un ejército económico de ocupación que aseguraba el desenvolvimiento del país hacia los intereses de ese ejército. Toda la legislación social y tributaria estaba hecha de modo a beneficiar a los capitales argentinos, ahora mayoritarios.</div><div style="text-align: justify;">Todo esto era fruto de la derrota en la Guerra Grande, que había impuesto un gobierno títere en Asunción, y culminaba con la ley del 28 de mayo de 1885 que autorizaba la venta de las tierras fiscales de la nación. Y será oportuno detenerse algo más en el problema de las tierras fiscales que fueron vendidas a los extranjeros, porque algunos datos pueden esclarecer el drama social que emergió de esa venta. Basta decir que en la región oriental del Paraguay, el Estado (en este caso, vale decir el pueblo) era dueño de 150.000 kilómetros cuadrados de los 161.013 de la región citada, y en consecuencia sólo había 11.013 kilómetros de propiedad particular, dividida en pequeñas parcelas. Mediante la ley de 1885 se vendieron hasta 1904, nada menos que 140.525 kilómetros cuadrados de tierras ubicadas en esta región, es decir, el 93,68% de las tierras fiscales.</div><div style="text-align: justify;">Lo más grave es que la mayoría absoluta de las tierras fue vendida "con" la población instalada en ella, población que, naturalmente, tenía plantaciones, animales y casas. De un día para otro, millares de campesinos fueron obligados a abandonar sus lares y transformados de hombres libres en esclavos, desprovistos de todo medio de sobrevivencia digna. Y esto ocurría, paradójicamente, en un país con mucha tierra apta para cultivo, en una nación en que faltaba gente y sobraba tierra: el gobierno instituía así un régimen feudal cuya base era (y sigue siendo) el latifundio.</div><div style="text-align: justify;">No estará demás admitir que esta política era parte de un plan de liquidación del Paraguay como nación libre, ya que -insistiendo en ello con riesgo de ser redundantes- la fuerza de la riqueza paraguaya estaba en la tierra, en su producción, y de ella provenía el total de las rentas del Estado.</div><div style="text-align: justify;">Es en ese período que comienza la emigración del campesino paraguayo. Y al mismo tiempo que salen paraguayos, entran extranjeros, aunque éstos lo hacen apenas "técnicamente": sólo aparecen los títulos de propiedad de las tierras. De esta forma apareció Carlos Casado, el gran latifundista argentino, adquiriendo nada menos que 55.000 kilómetros cuadrados -una superficie mayor que la del Estado de Espíritu Santo en el Brasil (45.597 km<sup>2</sup>), y que toda Bélgica (30.513 km<sup>2</sup>)- lo que representa, para sólo uno de los latifundistas, la posesión del 13,5% de la superficie total del Paraguay de hoy (406.752 km<sup>2</sup>).</div><div style="text-align: justify;">El Paraguay, feudal y retrógrado, era un lago petrificado de inmovilismo social. Pero mientras se producía este gran retroceso, la lucha por el petróleo derivaba a la crisis internacional de 1929 que comenzó a agitar, desde lejos, al olvidado país guaraní: entonces aparece y se agudiza aceleradamente, después de muchos años de marasmo diplomático, la disputa por la posesión del Chaco entre Bolivia y el Paraguay.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>EL PUEBLO SIEMPRE DEJADO DE LADO: LAS CUARTELADAS HUNDEN EL PAÍS</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Apartado el pueblo de la política, con las masas amorfas y en estado latente, son las cuarteladas (en algunas ocasiones, violentas) las que dan carácter a la lucha social en el Paraguay. Estas luchas se producen entre facciones de la clase dominante, con el objetivo de capturar el poder político o de afirmarse en él, sin pretender alterar la estructura feudal del país. Dentro del cuadro general, pocos sucesos se destacan: una pequeña mudanza de formas es la subida del Partido Liberal al poder, en 1904, sustituyendo al Partido Colorado.</div><div style="text-align: justify;">Las "revoluciones" paraguayas no fueron sino disputas militares con la colaboración de una u otra agrupación civil, y se sucedían cíclicamente. Con el sólo fin de verificar su naturaleza, destacaremos una de ellas: la de 1922, que algunos llaman pomposamente "guerra civil", tuvo como causa principal una denunciada "anarquía política" que el jefe de la guarnición militar de Paraguarí, coronel Adolfo Chirife, pretendió evitar levantándose en armas contra el gobierno de Eusebio Ayala. No tuvo ninguna consecuencia para el pueblo paraguayo, pero esa cuartelada sí llenó de sangre buena porción del país y una de sus efectos fue la interrupción del proceso de ocupación del Chaco, tal como había sido planeado, El gobierno tuvo que conducir su esfuerzo a sofocar la rebelión, lo que fue conseguido en 1923.</div><div style="text-align: justify;">Inconsecuente políticamente, desprovisto de propósitos definidos, sin tener nociones tan siquiera superficiales de su propia estructura social, los "revolucionarios" como éstos de 1922, en un país paupérrimo como el Paraguay, no podían alcanzar otro resultado que no fuera debilitar la posición estratégica en el Chaco, y esta realidad sería sentida en los años críticos de 1928 y 1932. La mayor pérdida fue la muerte de muchos soldados en una lucha sin sentido, soldados que se estaban formando profesionalmente, y la destrucción del ejército que habría de afrontar la guerra que se avecinaba. Las pocas armas que el ejército tenía se dañaron o se perdieron en esta lucha que, a su fin, no produjo un centímetro de cambio en la situación paraguaya. Para tener una idea de las pérdidas, será bastante con destacar que antes del movimiento armado de 1922 el ejército paraguayo contaba con 8.500 fusiles y al término del mismo sólo le quedaban 1.500.</div><div style="text-align: justify;">Los resultados más "prácticos" de la rebelión militar de 1922 fueron obligar a la exhausta economía paraguaya a destinar sus magras rentas a adquirir más armas... A lo que habría que agregar que todavía en 1924 el Paraguay carecía de todo crédito, ya que no habían sido rescatados los grandes empréstitos de la pos-guerra de 1870 (después de la lucha contra la Triple Alianza). El crédito anterior había sido obtenido por la venta de tierras fiscales. Ahora que la nación no tenía nada que entregar, era difícil la adquisición de más armas. (Posteriormente llegaron empréstitos y armas, en vísperas de la lucha armada en el Chaco, porque los trusts petroleros estaban interesados en el pleito). La corrupción había alcanzado tales límites que, en 1925, durante la presidencia de Eusebio Ayala, se denunció que de los raros empréstitos conseguidos en el exterior, apenas el 25% de su valor llagaba al Paraguay, y la mayor parte de este pequeño saldo era embolsado por los hombres del gobierno.</div><div style="text-align: justify;">No debe olvidarse que la derrota de 1870 impuso al Paraguay una deuda de volumen fantástico a favor de Brasil y Argentina. La existencia de esta deuda era una realidad y si nunca se canceló -porque sencillamente no podía ser pagada-la sola existencia de la deuda ya servía para constituir un descrédito en perjuicio del Paraguay. Y todavía más: las revueltas de las facciones militares y de las oligarquías consumían lo poco que el Paraguay conseguía reunir.</div><div style="text-align: justify;">De acuerdo a lo que ya se ha visto, las empresas extranjeras, actuando en el Paraguay e influyendo decisivamente sobre el gobierno -puesto que el país estaba sometido a la dependencia argentina (principalmente)-, se aseguraban grandes privilegios para eludir el pago de impuestos. En resumen, las "revoluciones" paraguayas, que no tenían ni siquiera el menor objetivo de alterar la estructura social, acentuaban al máximo la debilidad y la miseria de la nación.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LOS MILITARES AGITAN, PIENSAN EN GOLPES Y QUIEREN LA GUERRA</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">La efervescencia patriótica provocada por la pre-guerra en el Chaco se manifestó con matices diferentes en el Paraguay y en Bolivia. En Bolivia, las clases medias y los intelectuales pequeño-burgueses se echaron a la calle a exigir al gobierno una presencia bélica en el Chaco: querían la guerra de conquista para satisfacer el espíritu nacionalista que el propio gobierno había insuflado. Pero la masa popular, informada por los movimientos de izquierda acerca de la naturaleza imperialista de la guerra, había aprendido a desconfiar del belicismo del gobierno. Muchas manifestaciones populares exigían una solución pacífica para los conflictos que el gobierno afrontaba: ya se manifestaban en el terreno político los resultados de una cuidadosa concientización de las masas populares que los izquierdistas habían desarrollado a partir de la década de 1920.</div><div style="text-align: justify;">En el Paraguay, por el contrario, el pueblo no participaba de la problemática política de la nación. Cuando se hacía necesario, se recogía una falsa opinión pública que servía para justificar los actos del gobierno o, en otros términos, para prestar basamento político a las conveniencias de la clase dominante. De esta manera, la guerra del Chaco que se avecinaba no tenía una respuesta popular crítica. Surgían agitaciones, no populares, presentadas artificialmente como "opinión pública"; tenían lugar movimientos confusos, como el de la Liga Nacional Independiente, que acusaba al gobierno de incapaz de afrontar la guerra. La agitación provocada por la Liga llegó a tal punto que se produjo un choque en que cayeron muertos algunos de sus miembros. El gobierno acusaba de "radicales" a los dirigentes políticos, que pretendían la captura del poder y la verdad es que la acción movida por la Liga nunca fue clara: una consecuencia de la agitación provocada por esta confusa Liga Nacional Independiente fue la renuncia del presidente José P. Guggiari, el 23 de octubre de 1931, pero más importante que la renuncia de Guggiari (que retomó el cargo en 1932) fue la tentativa de algunos oficiales, en el Chaco, de apoderarse del fortín boliviano Yucra, con el designio de despertar la atención del pueblo paraguayo sobre la necesidad de la guerra.</div><div style="text-align: justify;">Rafael Franco estaba ligado a esos movimientos provocados o derivados de la acción de la Liga Nacional Independiente y a consecuencia de ello se dispuso a llevar a cabo un golpe contra el gobierno, pero fue impedido de hacerlo por algunos de los jefes comprometidos. En esta ocasión se trataba del mismo Rafael Franco que en 1928 había estado a punto de precipitar el estallido de la guerra, en la que el Paraguay habría sido inevitablemente derrotado porque no estaba preparado: el fortín boliviano Vanguardia, asaltado y capturado por los paraguayos, por órdenes de Franco, que será quien finalmente dé el golpe político en 1936. Estos hechos demuestran hasta dónde el pueblo paraguayo estaba alejado de la realidad política del país. Golpes y contragolpes, disputas políticas por el poder, aventuras irresponsables que podían lanzar a la nación a una guerra cuyo resultado ineluctable habría sido una amplia derrota, eran los objetivos de los militares y de las clases dominantes. El pueblo no estaba politizado por una vanguardia política con la finalidad de despertar su visión ni existía una fuerza social que presionase al gobierno hacia una dirección más racional.</div><div style="text-align: justify;">Esta situación iría a agravarse con la victoria. La derrota agudizó el sentimiento crítico del pueblo boliviano y la victoria paraguaya fortaleció el régimen dictatorial que se estableció en el país, aunque sin dejar de mostrar los viejos rasgos formales de "democracia" de tiempos del Partido Liberal. La victoria del Paraguay prestó aliento a la fuerza militar, que era una garantía del latifundio y ahora aparecía laureada de heroísmo, y todo para que prevaleciera el sistema socioeconómico de antes de la guerra. El pueblo paraguayo, fuerza real que obtuvo la victoria regando el Chaco con su sangre, no tuvo a nadie que le señalase la verdadera naturaleza del conflicto armado y de la propia sociedad paraguaya.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LA VICTORIA ILUSIONA AL PUEBLO Y FORTALECE AL FASCISMO</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Después de la guerra se exacerbó el nacionalismo militar. Los militares se encastillaron en el poder, lo que favoreció a las oligarquías latifundistas que explotaban el país. El fin de la guerra encontró en Paraguay una estructura del poder fortalecida. La caída del Partido Liberal dando lugar a un gobierno del Partido Colorado, no es más que una circunstancia formal, pero el hecho tiene un contenido de profunda significación: la sedimentación de la fuerza, ahora traducida en fascismo como método.</div><div style="text-align: justify;">Cuando la guerra del Chaco concluyó, en 1935, el nazi-fascismo estaba alcanzando la plenitud de sus valores propagandísticos en todo el mundo, y es en este momento que el fascismo paraguayo captura el poder, representado por el Partido Revolucionario Febrerista, bajo la jefatura de Rafael Franco, un irresponsable, ahora coronel y "súper-héroe" de la campaña del Chaco. Franco llevó a su gabinete algunos hombres como Bernardino Caballero, el ministro de agricultura cuyo sueño era implantar un Estado nazi igual al que conoció en Alemania, donde vivió veinte años. Estos hombres representaban el fin del viejo liberalismo-conservador del Partido Liberal e inauguraban en el Paraguay un largo período de gobiernos de fuerza.</div><div style="text-align: justify;">Esta fuerza se sedimentó en la guerra. Como ya se vio en renglones anteriores, Bolivia tuvo un fermento de rebelión durante la guerra del Chaco y la revolución popular estalló victoriosa en 1952. Este hecho es resultado, como más de una vez se dice en este libro, del trabajo de politización desarrollado por las izquierdas bolivianas. En cambio en el Paraguay, lo que sedimentó y fermentó durante la guerra fue el trabajo subterráneo del Partido Colorado, que deja a un lado los intereses populares y tiene como objetivo la captura aislada del poder en el momento en que sobreviniese la paz. Y la paz vino con la victoria, dando más fuerza al grupo que usó la propaganda nacionalista de bajo nivel para embotar todavía más al pueblo.</div><div style="text-align: justify;">El golpe que puso a Rafael Franco en el poder no fue una cuartelada común: tuvo la importancia de marcar, en un momento histórico decisivo, los rumbos que el Paraguay tomaría hasta hoy, porque el movimiento tenía un programa contrapuesto al marasmo político paraguayo. Naturalmente; este programa nunca habría de ser cumplido, como consecuencia de la confusión y contradicción que se produjeron de inmediato entre los componentes del nuevo gobierno.</div><div style="text-align: justify;">El programa era el siguiente:</div><div style="text-align: justify;">1) Gobierno por una junta Militar presidida por el coronel Rafael Franco;</div><div style="text-align: justify;">2) Una encuesta que permitiese un gobierno "del pueblo por el pueblo", mediante elecciones;</div><div style="text-align: justify;">3) Implantación de la justicia Social.</div><div style="text-align: justify;">Evidentemente, nada de todo esto era serio y nada fue cumplido.</div><div style="text-align: justify;">Los golpistas de Rafael Franco, si bien políticos de tipo tradicional, no tenían ninguna ligación con el pueblo. Ni siquiera la tenían los que se presentaron en la constitución del nuevo gobierno como "socialistas": Jóver Peralta, ministro de Justicia, se proclamaba socialista y hasta llegó a autocalificarse de "marxista". El canciller del breve gobierno de Franco, Juan Stefanich, representaba una vaga tendencia (que según él le pertenecía) a la "democracia solidarista". Los hombres fuertes del gobierno eran el ministro del Interior Gomes Freiré Estévez y el de Agricultura, Bernardino Caballero. Según afirmaciones de Stefanich, Freiré Estévez era declaradamente fascista, admirador de Mussolini. Caballero, apologista de Hitler que había vivido veinte años en Alemania, quería implantar el nazismo en el Paraguay. Vencieron las tendencias más "fuertes", aun cuando carecían de toda significación en tul gobierno de pocos meses, como resultó ser el de Franco, pero que eran en realidad muy poderosas para allanar el camino al poder al gran heredero del orden de cosas: el Partido Colorado.</div><div style="text-align: justify;">A partir de este momento, el Partido Colorado recoge las aspiraciones militares y se convierte en su portavoz. En Bolivia, por su parte, la derrota en la campaña dio origen a una "generación del Chaco" que, diez y siete años más tarde, condujo al pueblo a la destrucción del orden feudal. En el Paraguay, la victoria en la guerra sirvió para fortalecer la estructura del poder y de inmediato surgió un Estado casi con los mismos caracteres que el de Alemania nazi: sólo faltaron hornos crematorios, desarrollo industrial y, evidentemente, un pueblo que reaccionase contra las caricaturas de Hitler.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>FORMALIZACIÓN DEL ESTADO FASCISTA PARAGUAYO</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Un decreto de mediados de 1936 formalizó el Estado fascista. Los artículos 1' y 2' identifican a la Revolución con el Estado; los otros artículos establecen que nada será hecho en adelante sin la anuencia y la intervención del Estado; desde agremiaciones políticas hasta constitución y acción de entidades o sindicatos de trabajadores, etc. El mismo decreto creaba un "Comité de Movilización Civil" y, finalmente, instituye el sistema que perdura hasta los días actuales con pequeñas modificaciones. La policía que vigila al pueblo está organizada en los moldes de la Gestapo.</div><div style="text-align: justify;">La reacción popular fue mínima: aparte del hecho de no existir una izquierda organizada para oponerse al fascismo paraguayo, el Ministerio del Interior actúa con rígido control sobre la organización sindical, por sí misma muy débil. La sedimentación posterior de ese fascismo paraguayo se hizo más fácil por la maniobra política en que se vio enredado el general Estigarribia, el conductor de la victoria en el Chaco, por Justo Pastor Benítez, que lo llevó a la presidencia de la República. La ingenuidad política de Estigarribia permitió que se aliase a un fascista como justo Pastor Benítez, pero su honestidad personal podría ser un obstáculo al régimen de carácter policial que se instauraba en Paraguay. La muerte de Estigarribia, que ejercía una gran autoridad moral en la nación (lo que le valió la prisión después de la campaña, como veremos más adelante), puso en libertad los frenos morales que aún detenían a algunos militares. En suma: la victoria en el Chaco abrió de par en par las puertas para la escalada del fascismo paraguayo. El único freno podía ser Estigarribia, pero gobernó pocos meses y pereció en un accidente de aviación.</div><div style="text-align: justify;">De esta manera, el Paraguay era un país pobrísimo enfrentado a una guerra; tenía una estructura social cuya base es el gran latifundio; no existía política hecha por el pueblo; burócratas y oligarcas se unían a militares en permanentes disputas por el poder; la economía estaba controlada por agentes imperialistas, en especial por empresas argentinas. Todo esto influye en la política interna. A pesar de esta situación, si estructuralmente el Paraguay estaba sometido a esas condiciones, nada impediría que algunos hombres consiguieran una organización capaz de conducir la guerra a una solución ventajosa. Y es ésta la paradoja: una estructura retrógrada, resultante de la destrucción total de 1870 y la gran capacidad que se alcanza cuando aparece el peligro, para organizarse y afrontar la guerra que se va a hacer contra Bolivia. El motivo aparente es el Chaco; el fondo económico es el petróleo controlado por la Royal Dutch Shell y la standard Oil.</div><br />
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</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPÍTULO VII</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>LA SHELL Y LA STANDARD OIL APARECEN EN EL DESIERTO DEL CHACO</strong></span></div><div align="center"><br />
</div><span style="color: cyan;"><strong>EL CHACO: UNA VICTORIA DIPLOMÁTICA DEL RAQUITISMO PARAGUAYO</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">(,..) Su extensión, su aridez y monotonía oprimen el alma. Desde las orillas del Paraguay hasta las primeras estribaciones andinas, en balde se buscaría una nota de colorido en sus bosques silenciosos y magros, en sus campos cubiertos de espartillo amarillento y mustio, en sus arenales resecos. No hay pájaros cantores, no hay picadas cubiertas de techo verde, no hay lechos de hojarasca húmeda y fresca, no hay arroyos murmurantes con fondo de piedra. Solo extremos ásperos que rechazan al hombre y a los animales. Tierra calcinada y matorrales espinosos, árboles retorcidos; agua y barro (en verano), sequía y sed (el resto del año), serpientes y mosquitos, tábanos, arañas ponzoñosas, hastío y cansancio.</div><div style="text-align: justify;">Esto es el Chaco en que millares de paraguayos y bolivianos van a morir. Hostil, seco y trágico en la descripción del escritor paraguayo Antonio E. González. En esa tierra estéril y desértica, paraguayos y bolivianos dejarán la carne y los huesos, para alimento de serpientes y mosquitos, tábanos, arañas ponzoñosas....</div><div style="text-align: justify;">El Chaco Boreal, motivo aparente de la guerra, es una región árida, con cerca de 250 mil kilómetros cuadrados, ubicada casi en el centro de América del Sur. A pesar de ser casi un desierto, hay pantanos en las proximidades del río Paraguay y en esta zona la tierra es fértil, en algunos lugares hasta con bosques.</div><div style="text-align: justify;">Hacia el oeste, aproximándose a los Andes, comienzan las reservas de petróleo, cuyo potencial es guardado con el más absoluto secreto por las empresas multinacionales, las que, cuando aparecen intereses nacionales por explotarlos, suelen esparcir informaciones de que tales yacimientos serían de explotación "improductiva" y "antieconómica".</div><div style="text-align: justify;">El colonialismo español ignoró el Chaco, escasamente habitado y pobre en atractivos, y por esta causa sus fronteras no fueron definidas con precisión. Con la independencia dulas colonias, cada una de ellas pretendió una parte mayor para sí, y éste es el origen de las pendencias entre el Paraguay y Bolivia por la posesión del Chaco. Cada uno de los litigantes selecciona e interpreta los antiguos mapas o tratados que más favorecen su respectiva pretensión. Durante más de cincuenta años la diplomacia internacional se esforzó por hallar tina definición aceptable a ambos litigantes, sin resultado. Para asegurar lo que juzgaban su derecho, tanto el Paraguay corno Bolivia mantenían puestos militares avanzados. Varios tratados fueron casi perfeccionados, pero exigencias posteriores los hicieron olvidar y el pleito no fue definido.</div><div style="text-align: justify;">La verdad es que, con o sin derecho, el Chaco pasó a ser propiedad paraguaya, como ironía, después de 1870. Una "propiedad", porque no hacía parte de la nación: estaba olvidado, alejado del cuerpo del país.</div><div style="text-align: justify;">En 1879 se hizo el primer tratado de límites entre el Paraguay y Bolivia, que adjudicaba al primero casi la totalidad del Chaco. Paraguay se aprovechaba de la difícil situación de Bolivia frente al expansionismo chileno empujado por el imperialismo inglés en busca de guano y salitre -del que resultó la pérdida del litoral boliviano- y así obtuvo un acuerdo que le fue muy favorable. En la pretensión del Paraguay, que estaba saliendo de una situación de desastre total, prácticamente reducido a nada e incluso sin población, se ocultaba un interés argentino: Argentina veía en la apropiación paraguaya de la totalidad del Chaco una posibilidad concreta, y muy probable a corto plazo, de incorporar para sí el territorio recién conquistado. Bolivia, aplastada por la derrota y desmoralizada por la pérdida del litoral, fue-presa fácil de la diplomacia paraguaya escudada en el apoyo argentino.</div><div style="text-align: justify;">Cabe consignar con relación a este hecho que en esa misma época la Argentina se incorporó fajas de territorio en la Patagonia, aprovechándose de las dificultades en que se veían los chilenos, cuyo ejército estaba empeñado en la campaña contra bolivianos y peruanos.</div><div style="text-align: justify;">La conquista del Chaco por el Paraguay en ese año de 1879 tiene antecedentes interesantes. Brasil, tradicional aliado de Bolivia, no opuso resistencia a la transacción: ésta valía por una "compensación" a favor del Paraguay, ya que en 1870 grandes áreas de territorio paraguayo habían sido anexadas al Brasil. Y Paraguay estaba tan insolvente en esa época, precisamente en los momentos en que hallaba fuerzas para ganar diplomáticamente el Chaco, que tuvo que vender hasta los objetos de liturgia de sus iglesias para atender las necesidades más urgentes del Estado. Las garras del imperialismo argentino -lo mismo que las del brasileño- estuvieron presentes en todo momento para la expoliación, cuando la gran potencia matriz del imperialismo; Inglaterra, les cedía espacio para dar un zarpazo rapiñero.</div><div style="text-align: justify;">A no ser por el interés argentino que apoyaba firmemente al Paraguay, de manera alguna este último, totalmente aniquilado, habría estado en condiciones de obtener una victoria diplomática del volumen de aquella de 1879. A pesar de las discusiones e incidentes hasta el estallido de la guerra, muchos años después, los límites que perduraron entre Bolivia y Paraguay fueron básicamente los establecidos en el tratado de 1879, es decir: el Chaco en su casi totalidad pasó a pertenecer al Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">En el transcurso de esta situación el Paraguay-auxiliado por el capitalismo argentino- fue gradualmente ocupando el Chaco. Un ejemplo es la empresa argentina de Carlos Casado, que adquirió, como ya se ha visto, 55 mil kilómetros cuadrados de tierras en la región.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>BOLIVIA PIENSA OCUPAR MILITARMENTE EL CHACO</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">La conquista del Chaco por el Paraguay no se redujo a un acto meramente diplomático: después de la victoria incruenta, los paraguayos trataron de confirmar la posesión territorial estableciendo colonias agrícolas y algunas empresas. Por el contrario, Bolivia, en lugar de llevar colonos, prefirió invadir el territorio con puestos militares avanzados que pudieran servir de puntos de partida para una hipotética conquista. Fue un grave error táctico.</div><div style="text-align: justify;">El presidente Ismael Montes, naturalmente un militar, envió dos expediciones armadas con la misión de fundar fortines, y así, entre 1904 a 1909, fueron instalados Guachalla y Ballivián. Los gobiernos que sucedieron a Montes continuaron el avance a lo largo del río Pilcomayo, paulatinamente y de manera bien poco práctica. Pero el Chaco nada significaba para Bolivia, por lo menos para el pueblo y la economía: su posesión no era más que una ambición del gobierno, con la vaga esperanza de encontrar una salida al mar, perdida en la guerra contra Chile. Por parte de Bolivia no existió una estrategia meditada y resuelta, una línea de conducta inspirada en las realidades sociales de Bolivia con relación al Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Las iniciativas bolivianas tuvieron resultados artificiales. Ya hacia 1920, cuando la política de infiltración de Bolivia se hace más clara, los resultados prácticos son ilusorios. A mediados de ese año Bautista Saavedra asume el mando y es quien más fríamente delinea una política para el Chaco, como que antes de llegar al poder había afirmado que "no hay sino una política a seguirse con el Paraguay: el avance paulatino, la posesión metódica y progresiva del Chaco, hasta que un choque de intereses y de posesión traiga una solución aceptable para nosotros". Lo que pretende Saavedra es evidente: ocupar territorios, crear el hecho consumado y consolidar la posesión con una victoria militar. Y puso en ejecución la primera fase de su programa: ocupó territorio. Pero la fase posterior, conservar el territorio ocupado, por medio de la lucha armada, no fue posible. Las contradicciones de la sociedad boliviana, los choques y contra choques políticos y la pésima situación económica -era una nación al servicio de Patiño y de sus minas- no permitieron la coherencia de actitudes político-militares en la ocupación del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Para dar una idea precisa de la resolución de Bolivia de conquistar el Chaco por las armas, después de haberlo perdido diplomáticamente, basta transcribir la orden impartida por el presidente Saavedra a los militares el 21 de setiembre de 1922: "Hoy he dirigido un radiograma a Vd. (el coronel Oscar Mariaca Pando) para el establecimiento de nuevos fuertes en los fondos del Chaco, rumbo Este de los Esteros de Patiño, con el objetivo de impedir el avance expansivo del Paraguay y de asegurar nuestra soberanía en ese territorio".</div><div style="text-align: justify;">Por este mensaje se ordena a los oficiales bolivianos infiltrarse en el territorio del Chaco y fundar puestos militares a 99 kilómetros más allá de Nanawa, bautizándolos con nombres bolivianos de gran volumen histórico: Aniceto Arce, Presidente Saavedra y General Campero, además de ocupar las misiones evangélicas alrededor de Nanawa. Saavedra pensaba crear de esta manera una situación de hecho: posesión por ocupación y luego guarnición con tropas. Si tuviese que haber confrontación armada, Bolivia se habría adelantado estableciéndose en importantes puntos estratégicos. Pero desde el punto de vista militar la línea de acción determinada por Saavedra resultó positiva sólo teóricamente.</div><div style="text-align: justify;">La infiltración en el Chaco mediante puestos militares avanzados, en muchos casos con precarias ligaciones con las bases de abastecimiento y sin el amparo de una población civil, fue continuada por los gobiernos bolivianos posteriores al de Saavedra.</div><div style="text-align: justify;">Ahora veamos el proceso en el lado paraguayo.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>PARAGUAY ESTABLECE COLONIAS Y UBICA GENTE EN EL CHACO</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Paraguay lleva gente civil al Chaco. Aun cuando permite la invasión de empresas extranjeras, abre caminos para que surja una población viviendo y trabajando en el Chaco o, lo que es lo mismo, echando raíces y apegándose a la tierra. Antes que perder el Chaco, manteniéndolo íntegro en cuanto la posesión de las tierras por propietarios nacionales -lo que sería imposible en vista de la dependencia económica de la nación con relación al imperialismo internacional- prefiere "entregarlo" a la especulación de los extranjeros que allí se establecen. De no haber actuado de esta manera, ciertamente los territorios del Chaco paraguayo habrían quedado inexplorados y hoy estarían perdidos. Conscientemente, ante el visible peligro de la infiltración boliviana -lo que ponía en evidencia la resolución de Bolivia- promulgó una legislación específica que facilitaba el establecimiento de empresas (generalmente argentinas, explotadoras de tanino) y estimulando la permanencia de gente civil en el Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Así fue que los Mennonitas se establecieron en el Chaco. Constituían una secta religiosa protestante, con algunos dogmas que los volvieron odiados en Europa. Tenían prohibido prestar servicio militar -obligatorio en la mayor parte de las naciones europeas- y, naturalmente, no aceptaban luchar con armas (en la guerra). Repudiados por sus dogmas en casi toda Europa, emigraron procurando países que les garantizasen sobrevivencia sin herir sus creencias. Los que llegaron al Paraguay, destinados al Chaco, vinieron de Rusia y, lo mismo que todas las comunidades de conceptos rígidos y dogmáticos, tienen gran fuerza moral y son muy trabajadores. No es necesario poner de relieve que estas cualidades, agregadas a la satisfacción de verse respetados en sus dogmas, crearon en ellos la decisión firme de contribuir al desenvolvimiento del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">De 1926 a 1932, los Mennonitas se establecieron en tierras adquiridas al latifundista Carlos Casado: eran 634 familias con 4.699 personas, constituyendo 27 comunidades. Una ley especial del Paraguay los eximía del servicio militar.</div><div style="text-align: justify;">Era una ocupación efectiva del territorio, fijando gente en el Chaco y no estableciendo puestos militares aislados en el desierto, sin función social y política, a la inversa de lo que estaba haciendo Bolivia. La forma efectiva y racional en que Paraguay ocupaba el Chaco está descripta en La lucha por la tierra en el Paraguay, de Carlos Pastore:</div><div style="text-align: justify;">En 1927, había 55 colonias oficiales y particulares, y a fines de 1931, pocos meses antes de iniciarse las operaciones militares en el Chaco, la política de recuperación para el pueblo de las tierras enajenadas desde 1883, daba como resultado la organización de 77 centros rurales de producción agropecuaria, con una superficie total de 228.808 hectáreas, divididas en 17.697 lotes, que distribuidos entre la población campesina, favorecían a 100 mil almas aproximadamente.</div><div style="text-align: justify;">En el territorio en litigio, en que la lucha armada se desenvolvió, Bolivia no tenía sino algunos puestos militares avanzados y el Paraguay había instalado colonias, gente que vivía en esas tierras. Aparte de tener a su favor el reconocimiento internacional por el derecho de posesión, lo importante es que había paraguayos en el Chaco y de este hecho surgía la voluntad de resistencia, ya que para el hombre la pérdida del Chaco se traduciría en pérdidas de sus tierras. Pero todavía hay que agregar que la posesión de la tierra por el trabajo se traduce en ventajas tales como el conocimiento del terreno, el apoyo logístico y otras.</div><div style="text-align: justify;">Uno de los factores importantes para los desastres militares de Bolivia fue el desconocimiento casi total por parte de sus soldados y de su pueblo sobre el Chaco. Bolivia, con la vida económica y social concentrada en el altiplano, nada tenía que le atrajera en el Chaco: este desierto era hostil al hombre boliviano. Los paraguayos, en cambio, sentían al Chaco como "suelo patrio". Y de esta manera se produjo entonces una interesante paradoja dentro de las contradicciones internas de la sociedad paraguaya: Paraguay, víctima del imperialismo internacional, entregó sus tierras a banqueros extranjeros que posteriormente crearon un sistema feudal de latifundio. Pero fue precisamente esa cesión de tierras, facilitando la posibilidad de instalación de empresas extranjeras en el país, las que condujeron a estas empresas a invertir capitales en el Chaco, donde las tierras eran baratísimas y la mano de obra prácticamente nada costaba. Y es este impulso el que dio "sustancia nacional" al Paraguay para resistir en el Chaco. Fue esa política, inconsecuente en un comienzo, la que acabó siendo manejada con precisión a partir de la década del 20 y dirigida a crear núcleos poblacionales en el Chaco, que pudiesen servir de base para la resistencia ante el avance militar boliviano.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>APARECEN EN ESCENA DOS GIGANTES: SHELL Y STANDARD</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">A partir de la década del 20 el pleito del Chaco es valorado con enfoque marcadamente distinto por cada tino de los interesados: para el Paraguay, se trata de un territorio nacional que es necesario defender para mantener la integridad geográfica de la nación; para Bolivia, es una conquista a hacer, o una "reconquista" en la visión de algunos, con fuerte carga psicológica e irresistible presión emotiva. Desde el punto de vista boliviano, la conquista del Chaco restablecería "el honor nacional" herido con la derrota en el Pacífico. De ahí la frase que dio carácter a la propaganda de Daniel Salamanca, el más "guerrero" de los presidentes bolivianos: "Pisar fuerte en el Chaco".</div><div style="text-align: justify;">Estos planteos, ciertamente, no constituyen sino el aspecto formal. Por encima de las luchas y disputas regionales entre Bolivia y el Paraguay, el Chaco está bajo la atenta vigilancia de la Standard Oil y de la Royal Dutch, que necesitan el petróleo, puertos, oleoductos, etc., y tienen en vista un conflicto que se esfuerzan por hacer inevitable porque es la manera más rápida de alcanzar los objetivos que son precisos a sus intereses. Ambas empresas petrolíferas, hechuras de un único sistema de gansterismo, están actuando en todo el mundo donde aparece petróleo. Se alían a uno u otro país, empleando empresas filiales y testaferros, tal como en la Argentina y en el Brasil, y ayudan a provocar la carnicería que se avecina.</div><div style="text-align: justify;">El Chaco no es solamente un territorio disputado por dos naciones subdesarrolladas: si fuese así, la guerra no podía durar seis meses. Los organismos internacionales conseguirían detener a los beligerantes cortándoles la provisión de armas, es decir, negándoles financiamiento para gastos bélicos, pero el dinero suficiente para alimentar los gastos de guerra jamás fue negado a los dos países insolventes. Los banqueros ligados a la Standard y a la Shell se interesaban en proveer de dinero a Bolivia y al Paraguay, respectivamente, y en ocasiones en que el dinero es necesario con urgencia, cuando no hay tiempo para negociar empréstitos en los bancos ingleses o norteamericanos, será la propia Argentina quien los facilite, como lo hizo tres o cuatro veces con el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">Si la guerra del Chaco no tuvo como causa exclusiva o única el petróleo, fue posible sólo por el petróleo, lo que será desarrollado en un capítulo especial.</div><div style="text-align: justify;">La coyuntura internacional creaba condiciones "favorables" para la guerra en el Chaco: a partir de la crisis de 1929, como consecuencia de los problemas que la legislación en los Estados Unidos creaba sobre los trusts petroleros desde 1911, las empresas sintieron necesidad de expansión al extranjero y se extendieron al Oriente Medio y a América Latina. Todavía no se sabía que el Oriente Medio sería una mina de inmensos yacimientos y por tanto el Chaco se volvió una obsesión, especialmente para la Standard Oil del grupo Rockefeller y despertó igualmente la codicia de la Shell, que ya por entonces estaba actuando en la Argentina.</div><div style="text-align: justify;">Se sumaron a esto los desaciertos internacionales de Bolivia ante el militarismo paraguayo y tal vez de manera de provocar consecuencias más apresuradas apareció también la inestabilidad del gobierno de Daniel Salamanca. Sobre todos estos ingredientes, los intereses de los trusts petroleros. Del conjunto de esta acumulación de causas, sólo podría salir la guerra.</div><div style="text-align: justify;">Tomándose en consideración nada más que uno de los elementos, el petróleo, la guerra no sería posible: faltarían "incentivo" y financiamiento. Pero está el juego de intereses internacionales. Y el propio Daniel Salamanca decía en carta al jefe de estado mayor en 1932, que la guerra sería hecha por causa de "las complicaciones internacionales" y acusa al Paraguay de "atizar la tormenta internacional" que se armaba contra Bolivia.</div><div style="text-align: justify;">Antes de que Salamanca iniciara su propaganda guerrera, el presidente Siles ya proveía de combustible a la hoguera, incentivando el ambiente caldeado, que sería aún más inflamado por los intereses petroleros. En 1928, en un gran discurso que pronunció Siles en Oruro, este presidente boliviano dejó bien marcada la carga emocional que impulsaba la política exterior de Bolivia con relación al Chaco:</div><div style="text-align: justify;">Bolivia tiene una historia de desastres internacionales que debemos compensar con una guerra victoriosa, para que el carácter boliviano no se haga día a día más pesimista. Así como los hombres que han pecado deben someterse a la prueba del fuego para salvar sus almas en la vida eterna, los países como el nuestro, que han cometido errores de política interna y externa, deben someterse a la prueba del fuego, que no puede ser otra que la guerra con el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">La trascripción de este discurso de Siles en un capítulo que no trata todavía de la eclosión de la guerra, es sólo al efecto de destacar la alienación del pueblo boliviano y del propio gobierno, sobre el Chaco. Este territorio nada representa para Bolivia dentro del contexto geográfico, social y económico de la nación. Es apenas un medio de obtener una salida fluvial que lleve al mar, y esto cuando las reivindicaciones son más lúcidas. Si se prefiere, el motivo de autoafirmación nacional de "la honra herida" en la guerra del Pacífico sirve para que gobernantes de mente desviada y militares torpes invoquen la necesidad de una "prueba de fuego" para demostrar que no son cobardes ni débiles ni conducidos por estulticia...</div><div style="text-align: justify;">Todo esto no impide, ciertamente, el endurecimiento de una situación que conduce a la lucha armada y está actuando simultáneamente otro elemento poderoso: el petróleo. Sin el elemento-causa, representado por el petróleo, la salida al mar podría ser conseguida a través de esfuerzos del Brasil y de la Argentina, que prácticamente dominaban la política exterior del Paraguay y de Bolivia.</div><div style="text-align: justify;">Resumiendo: para desgracia del Paraguay y de Bolivia, el Chaco es una región geográfica en que hay petróleo. Y por este motivo, al mismo tiempo que los trusts niegan la existencia de este mineral en el subsuelo del Chaco, estos mismos trusts se encargan de financiar los respectivos ejércitos para que dos pueblos hermanos se maten a fin de engordar los lucros de la Standard Oil y de la Shell.</div><br />
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</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPITULO IX</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>EL TRUST PETROLERO: DE LA RAPIÑA DIPLOMÁTICA</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>AL PURO Y SIMPLE ASESINATO</strong></span></div><div align="center"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>QUIÉN PRETENDE NEGARLO, CONFIRMA LA INTERVENCIÓN DE LOS TRUSTS PETROLEROS EN LA PROVOCACIÓN DE LA GUERRA</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;">Yo. -La Standard, gracias a la estupidez de los políticos bolivianos, no se siente ligada a la guerra ni a la suerte de Bolivia, sino a las consecuencias que le convengan. La Standard, negro dios petrolífero, verá impasible morir a los indios bolivianos al pie de sus torres de acero, entretanto que el gobierno boliviano -que ante el mundo aparece como su socio- no sólo no recibe ayuda pecuniaria sino que debe comprar gasolina de la Argentina, el Perú y los Estados Unidos para defender esos pozos. ¿Qué le parece?</div><div style="text-align: justify;">Él. -Increíble. Esto no lo debe saber el doctor Salamanca.</div><div style="text-align: justify;">Yo. -Lo sabe, pero no le importa. Su inexpugnable egolatría le lleva a caer cándidamente en el lazo tendido por los agentes provocadores paraguayos. Mira en el conflicto del Chaco únicamente un alinderamiento entre Bolivia y el Paraguay y no el motor que empuja a los soldados guaraníes desde los bufetes de Buenos Aires contra los soldados bolivianos que, a su vez, defendiendo realmente un patrimonio territorial, resultan defendiendo virtualmente los petróleos de la Standard, gratis.</div><div style="text-align: justify;">Él. -(Con melancolía) Gratis... Así debe ser. Yo no he recibido un céntimo hasta el día de mi trágico fallecimiento. Yo. -El gobierno tampoco. La Standard se ríe de Bolivia, no aventura nada y espera el resultado de la guerra para negociar con el vencedor.</div><div style="text-align: justify;">Él. -¡Eso es intolerable! Dígame a quién hay que apretarle el cuello.</div><div style="text-align: justify;">Yo. -¿Sabe usted, desdichada osamenta, quién es la Standard? Algo múltiplo y ubicuo como los dioses de la teogonía hindú. En el terrible arcano de sus oficinas, ¿a quién ahorcaría usted, y por qué? La Standard no está obligada a sernos leal. Ella sólo puede ser fiel a sus pozos, y su gansterismo es tan peligroso para nosotros como lo son para el Paraguay los Casado, los Sastre y la Royal Dutch Shell.</div><div style="text-align: justify;">Una vez más Augusto Céspedes, en su diálogo de dos calaveras en el Chaco, explica la acción de la Standard con relación a la guerra. Y nada de positivo hay en que la calavera que no recibió un céntimo "hasta el día de mi trágico fallecimiento" pretenda apretar el pescuezo de alguien: La Standard Oil, "el negro dios petrolero", es inalcanzable para la rebelión de las calaveras...</div><div style="text-align: justify;">Existen muchas evidencias de la presencia de la Standard detrás de la guerra. Una de las más conocidas e interesantes es el empeño de testaferros como Spruille Braden en negar esta presencia. Antes, durante y después de la guerra, no son escasas las pruebas que ponen en claro la rapacidad de los trusts petroleros. La imprecisa aparición diplomática de Spruille Braden al frente de la delegación de los Estados Unidos en Buenos Aires, era denunciada claramente en Asunción como una tentativa de la Standard Oil de obtener ventajas en el tratado de paz que se estaba negociando. Muy poca gente consideraba a Spruille Braden como un diplomático: era sabido que siempre tuvo conexiones con la Standard Oil y, a pesar de esto, la delegación paraguaya jamás protestó procurando impedir la presencia de Braden en las conferencias de paz.</div><div style="text-align: justify;">El lenguaje de Braden en sus memorias es de un acucioso abogado de la Standard. Comentando la expropiación sufrida por el trust en Bolivia, expresa:</div><div style="text-align: justify;">Tengo razones para sospechar que Saavedra estaba detrás de este movimiento, pero de cualquier manera Hull envió dos mensajes a Finot (Nota: ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia) protestando por este acto. Finot me dijo posteriormente que si Hull hubiese insistido, las propiedades habrían sido devueltas de inmediato, particularmente porque la razón alegada para justificar la expropiación era, como mínimo, aparentemente deshonesta.</div><div style="text-align: justify;">Esta afirmación de Braden es digna de ser analizada desde varios ángulos. Primero, que al citar a Saavedra, es evidente que Spruille Braden reconoce en él -lo que vale decir, en la Argentina- un enemigo de la Standard, y esto conduce a admitir que Saavedra Lamas es un agente del enemigo real: la Royal Dutch Shell que se alió a la Argentina en el apoyo ofrecido al Paraguay. Segundo y no menos importante, es el hecho de que Braden acompañaba de cerca toda la acción de la Standard Oil en Bolivia y, lo que es todavía de mayor importancia, que trató todo el asunto directamente después de producido el hecho, con el ministro de Relaciones Exteriores de Bolivia. La importancia mayor está en que Finot, el ministro boliviano, conforme a la deposición de Braden, está alineado en los intereses de la Standard: habría sido suficiente, dice, que el secretario de Estado Cordell Hull insistiese y la expropiación habría sido cancelada de inmediato.</div><div style="text-align: justify;">El interés de Spruille Braden por el petróleo boliviano está demostrado por él mismo en sus memorias:</div><div style="text-align: justify;">Cuando ocurrió la segunda mudanza de gobierno en Bolivia (Nota: después de la guerra) el consejero militar de la delegación boliviana en Buenos Aires fue llamado a La Paz y nombrado ministro de Minas y Petróleo. En consecuencia, hice gestiones con el jefe de la delegación boliviana y el embajador para que me ofreciese un almuerzo con el nuevo ministro de Minas y Petróleo. El nuevo vicepresidente boliviano, que estaba también en Buenos Aires, también estaría presente. Para tener apoyo a mis argumentos, conseguí que mi colega brasileño, informado a tiempo, se hiciera igualmente presente.</div><div style="text-align: justify;">Como activísimo perro guardián de los intereses de la Standard Oil, Spruille Braden no podía perder la ocasión de insinuarse al nuevo ministro boliviano. Y, naturalmente, se hace acompañar con su aliado brasileño Rodríguez Alves (hijo) para apoyar sus argumentos. Y Spruille Braden continúa relatando:</div><div style="text-align: justify;">Pasamos toda la tarde, hasta casi las 5, discutiendo el asunto y ambos, el nuevo vicepresidente y el ministro, aceptaron procurar que se devolviese las propiedades a la Standard Oil. Informé esto a Washington y a los representantes de la Standard en Buenos Aires, pidiéndoles que lo hiciesen saber a sus ejecutivos en Nueva York.</div><div style="text-align: justify;">Es evidente que la paz del Chaco, "considerada" por Spruille Braden, persigue una meta principal: alcanzarla de manera de garantizar la integridad de la posesión de los pozos de la Standard Oil en Bolivia. Por cierto que Braden censura vehementemente la falta de energía de los ejecutivos de la Standard Oil para recuperar sus propiedades y así, cuando su amigo Ham Metzger, vicepresidente de la Standard Oil of New Jersey, pasó por Buenos Aires camino a La Paz, donde iba a negociar con el gobierno boliviano, escuchó de parte de Spruille Braden un duro sermón, porque se dirigía a la capital andina sin poderes suficientes para liquidar de una vez la cuestión:</div><div style="text-align: justify;">Le pregunté si iba como vicepresidente de la S. O. of New Jersey o de la Standard Oil de Bolivia y me contestó que viajaba sin ningún título y sin poder alguno. Le observé que ese comportamiento era perfectamente fútil: si pretendía llegar a alguna solución debía tener posición y poderes. Le expliqué con precisión mi acuerdo con el ministro de Minas y Petróleo y el vicepresidente, expresando a Ham que no había dudas de que las propiedades podían ser devueltas y la S. O. colocada de nuevo en el lugar que había ocupado anteriormente, sin otros gastos y sin problemas, y agregué que inmediatamente comunicaría esto a sus superiores en Nueva York.</div><div style="text-align: justify;">La evidencia surge con sólo leer lo escrito: Spruille Braden comprueba todo lo que se ha afirmado en este libro. Es un testaferro de la Standard Oil y pone de relieve, principalmente, que el servicio diplomático de los Estados Unidos está al servicio de los trusts petroleros norteamericanos. Y aún más; confirma que en el almuerzo con los bolivianos consiguió la devolución de las propiedades de la Standard Oil "sin otros gastos y sin problemas" y, como si faltara algo, agrega que el vicepresidente de la Standard Oil of New Jersey viaja a La Paz sin saber que todo el problema está solucionado y llega a Buenos Aires, donde se encontró con Braden y tuvo que escuchar su sermón, sin estar investido de autoridad para representar a la Standard Oil de Bolivia...</div><div style="text-align: justify;">Spruille Braden está tan íntimamente ligado a la cúpula del negocio petrolero que se permite tratar a Ham Metzger como a un chiquillo ingenuo y lo "despacha" para hacer su trabajo en La Paz, encargándose él, Braden, personalmente, de llevar a conocimiento de sus patrones en Nueva York que todo está solucionado.</div><div style="text-align: justify;">Pero además de lo que se ha dicho, hay todavía algo más, mas, siempre revelado por Spruille Braden.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LA DIPLOMACIA DE LOS ESTADOS UNIDOS ES MÁS REALISTA QUE EL REY: SU MAJESTAD ES LA STANDARD</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Ham Metzger se mostró muy incompetente para retomar el petróleo de los bolivianos. Braden dice en sus memorias que durante varios meses "se olvidó" de la Standard y de sus problemas en Bolivia, ya que había dejado todo acomodado con el nuevo gobierno boliviano. Cuenta que, habiéndose encontrado con el ministro de Minas y Petróleo de Bolivia en una recepción, escuchó con la sorpresa consiguiente, decir al ministro:</div><div style="text-align: justify;">Señor embajador, he procurado varias veces dar solución al asunto de la S. O. y aún tengo la aceptación a todas las condiciones para que la S. O. retome su antiguo status quo. Pero cada vez que tenía arreglado el problema con el gabinete y el Congreso para aprobar el acuerdo sugerido, no fije posible llevarlo hasta el final. Estoy disgustado por no haber mantenido el acuerdo con Vd., pero la falta no es mía sino de las demoras y otros inconvenientes causados por la S. O.</div><div style="text-align: justify;">Se desprende de esta exposición, inclusive, la disculpa del lacayo boliviano que no pudo servir bien a su amo y se excusa. Braden queda irritado y, siempre en sus memorias -que más parece un mea culpa de la diplomacia del imperialismo del petróleo que los recuerdos de un diplomático al servicio de la nación que representa- cuenta lo que hizo:</div><div style="text-align: justify;">Aquella misma noche hice que Metzger viniera a la delegación en que yo me hospedaba. Me explicó que su empresa estaba dispuesta a aceptar ciertos pagos sustanciales al gobierno boliviano a fin de concertar una solución. Le expliqué que no había problema de ninguna clase y que todo el asunto podía tener solución sobre cualesquiera de tales bases. Informé a Washington de todas mis conversaciones. Pero de nuevo transcurrieron los meses y nada hizo la S. O.</div><div style="text-align: justify;">Una vez más queda en evidencia que Washington está interesada en el dominio del petróleo boliviano por la Standard Oil: el Departamento de Estado y toda la diplomacia actuante de los Estados Unidos están identificados plenamente con la Standard Oil. Y esto se prueba fácilmente con la deposición de Spruille Braden:</div><div style="text-align: justify;">Finalmente, después de que obtuvimos el Tratado de Paz y se pronunció el Laudo Arbitral, regresé a los Estados Unidos. Durante ese período provisorio, Summer Welles y algunos de nuestros oficiales en Washington intervinieron y forzaron un acuerdo nada satisfactorio sobre la Standard Oil.</div><div style="text-align: justify;">El lenguaje de Braden no es poco importante: "después que que obtuvimos el Tratado de Paz", comenta textualmente, lo que demuestra con claridad la disposición de los Estados Unidos, ya por entonces la nación que más interés tenía en el Chaco, pues la Standard Oil ya había recuperado el petróleo que se le había expropiado, e igualmente había conseguido una paz que satisfacía sus intereses. Pero la "velada acusación" de Braden a su jefe Summer Welles de que se había alcanzado un acuerdo menos ventajoso que el anteriormente concertado con el ministro de Minas y Petróleo, fue justificada posteriormente.</div><div style="text-align: justify;">En un almuerzo que sus patrones de la Standard Oil le ofrecieron (con la asistencia de todo el personal directivo y de su presidente), se quejaron de la "deshonestidad" de los bolivianos, que habían pedido elevadas compensaciones a cambio de entregar de nuevo el petróleo a los norteamericanos. Spruille Braden, conocedor del servilismo de los lacayos que siempre están a órdenes de los amos imperialistas traicionando los intereses nacionales, les explicó toda la historia. Según cuenta Braden, de ahí en adelante los directores de la Standard deberían tener cuidado de que en vez de "manejar tales cuestiones desde un escritorio de “Nueva York", tuviesen "un representante competente y debidamente autorizado en el país para tratar con ellos directamente". En este caso, los bolivianos, se entiende.</div><div style="text-align: justify;">Esta larga crónica de los acontecimientos, que muestra a Braden envuelto en los intereses petroleros que a su vez envuelven a Bolivia y al Paraguay, tan sólo pretende demostrar hasta qué punto sobraban razones para que la Standard Oil tuviera interés en financiar la guerra del Chaco, aunque fuera indirectamente. En renglones adelante se verá a la Royal Dutch Shell desarrollando idéntica tarea con el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">De no ser por estas intervenciones la guerra no habría sido posible, por la absoluta falta de dinero y, en todo caso, su duración no habría podido alcanzar más de seis meses, a no ser que paraguayos y bolivianos peleasen a pedradas...</div><div style="text-align: justify;">Las preocupaciones de Spruille Braden no se limitan ciertamente a la defensa de los intereses concretos de la Standard Oil: cuando intuye que hay un peligro hipotético en perjuicio del futuro de la Standard, Braden se adelanta a localizarlo y a anularlo. Por este motivo decía de Saavedra Lamas que éste usaba de la Conferencia de Paz con fines de intriga entre Bolivia y el Paraguay, si bien Braden no tuvo el coraje suficiente para denunciarlo como su opositor, es decir, como testaferro de la Royal Dutch Shell.</div><div style="text-align: justify;">¿Qué temía Braden? Pues precisamente temía que las intrigas de Saavedra Lamas llevasen a la Argentina (entiéndase: la Royal Dutch Shell) "a extender su control sobre todo el Chaco y aun a Bolivia". Es que Spruille Braden ha comenzado a detectar las acciones de Saavedra Lamas que podrían, conforme a sus temores, separar el Chaco tanto del Paraguay como de Bolivia, y facilitar la conquista argentina de los territorios petrolíferos.</div><div style="text-align: justify;">Hasta llegó a firmar un convenio con Bolivia, durante la conferencia, con referencia a un ferrocarril financiado por la Argentina, que partiendo de Yacuiba iría por el sudeste de Bolivia hasta Santa Cruz de la Sierra, la segunda ciudad mayor de Bolivia. Este proyecto fue estudiado por David Alvéstegui, jefe de la delegación boliviana, quien me dijo que era el primer paso para el desmembramiento de su país por la Argentina, lo que llevaría sin duda a una guerra general contra la agresión argentina.</div><div style="text-align: justify;">¿Por qué Spruille Braden se preocupa? Porque un hipotético desmembramiento como el anunciado conduciría a la pérdida de lo que la Standard Oil tenía ganado en Bolivia. Pero Braden encuentra aliados, porque el Brasil tiene también miedo, un miedo mórbido, a un avance argentino sobre Santa Cruz de la Sierra, región señalada por importantes yacimientos de petróleo y gas natural.</div><div style="text-align: justify;">Textualmente, comenta Braden:</div><div style="text-align: justify;">Rodríguez Alves se convenció de que Saavedra Lamas intentaba proponer un acuerdo territorial en el Chaco, hasta que pudiese asegurar al máximo la influencia argentina sobre el Paraguay y Bolivia. Especialmente el control argentino sobre Santa Cruz y las regiones petrolíferas (...)</div><div style="text-align: justify;">Ahora y siempre, el petróleo es el móvil de los actos de Spruille Braden, aun en los casos de un peligro hipotético. O de una amenaza cuya existencia se sospecha como factor negativo en el equilibrio tan necesario para el dominio de los trusts petroleros.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Finalmente, la acción de Spruille Braden, el representante del Departamento de Estado de los Estados Unidos en la conferencia de paz en Buenos Aires para gestionar un tratado entre el Paraguay y Bolivia, demuestra con una exactitud precisa y cristalina cómo son defendidos sin el menor escrúpulo los intereses de la Standard Oil. Pero las evidencias y pruebas no concluyen en Spruille Braden.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>BOLIVIA ESTÁ EN LAS MANOS DE LA STANDARD, AUN CUANDO HA EXPROPIADO LA EXPLOTACIÓN</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Bolivia ha pasado a convertirse en una presa de la Standard Oil a partir de 1920, cuando concedió a la compañía de Rockefeller cuatro millones de hectáreas para perforar pozos, y es precisamente éste el momento en que la situación litigiosa en el Chaco se desequilibra, tomando la tendencia hacia la lucha armada: las inversiones de la Standard Oil en el territorio que limita con el Chaco fortalecen la posición agresiva de Bolivia. La vieja reivindicación de una salida al mar, ahora se respalda en un fuerte aliado, la Standard Oil, que pretende exportar su petróleo. Pero esta reivindicación no expresa la verdad completa: la lucha que la Standard instiga y apoya no es tan sólo para asegurar una salida al mar, lo que sería una solución fácil, sino para la conquista de territorios donde se pudiese buscar más petróleo. Se podría preguntar por qué esa conquista es necesaria y por qué la empresa no trata simple y directamente con el gobierno paraguayo la explotación de petróleo en el Chaco. La respuesta es simple: el Paraguay tiene sus pretensiones, que están al servicio de la Royal Dutch Shell que, por su parte, se ha adueñado firmemente del país por intermedio del subimperialismo argentino. En carta a su embajador en Buenos Aires, Vicente Rivarola, el presidente del Paraguay Eusebio Ayala afirmó en 1934 que "existe la más seria sospecha de que la guerra del Chaco fue causada por la necesidad de dar una salida a los productos por un oleoducto controlado exclusivamente por la Standard Oil".</div><div style="text-align: justify;">Esta afirmación, hecha por el presidente del Paraguay, que hace más de dos años viene haciendo la guerra, es insólita: es una afirmación, en lenguaje directo, alertando al embajador que está actuando en el centro mismo de los acontecimientos, en el punto en que son resueltos los problemas del petróleo mientras los soldados paraguayos y bolivianos están tiñendo de sangre el suelo americano en beneficio del imperialismo más grotesco. El presidente Ayala, después de denunciar que la Standard Oil está influenciando a los países americanos (entre los cuales cita a Brasil) para apoyarla en la pretensión de asegurarse un puerto boliviano sobre el río Paraguay, afirma:</div><div style="text-align: justify;">Se piensa que para el Paraguay y para otros países vecinos la instalación de la Standard Oil en territorio propio del interlard sería una fuente de graves riesgos. Se sabe lo que ella ha hecho en otros países: corromper, explotar impiadosamente, no realizar sino obras que sirven al progreso de sus propias industrias, crear problemas sociales prematuros y luego llevar sus bártulos y mudarse a otra parte.</div><div style="text-align: justify;">Recuerda Ayala que se debe convencer a la Standard de que ella debe desistir de la idea boliviana de obtener un puerto sobre el río Paraguay, de que la Argentina no se opondría al paso de un oleoducto por su territorio. Y toca la herida, el peligro real, afirmando: "La salida por el Alto Paraguay del petróleo boliviano, colocará en malas condiciones de concurrencia a Yacimientos Petrolíferos Fiscales". Lo que se dice en otros términos: es el temor bien fundado de que la Standard Oil buscará anular la compañía petrolera incipiente en el Paraguay. Queda así bien claro por qué se está haciendo la guerra.</div><div style="text-align: justify;">En otro tópico de la misma carta, Eusebio Ayala agrega a Rivarola:</div><div style="text-align: justify;">La Standard Oil ayuda a Bolivia pero sin ánimo de inmiscuirse en la política. Bolivia posee alrededor de ocho millones de hectáreas de los más ricos terrenos petrolíferos. Se trata de una fortuna fabulosa que haría de la zona uno de los mayores centros de producción del mundo. La Standard Oil no reveló al gobierno boliviano toda la inmensidad de la riqueza del subsuelo.</div><div style="text-align: justify;">Veremos más adelante que el Paraguay poseía más datos sobre el petróleo boliviano que la propia Bolivia: el espionaje paraguayo consiguió en los escritorios de la submetrópoli argentina la información que era negada a los bolivianos. La actuación directa de la Standard financiando la guerra está demostrada por Eusebio Ayala también en el siguiente trecho:</div><div style="text-align: justify;">De los ocho millones de hectáreas, la Standard Oil tenía antes de la guerra concesiones sobre más o menos 600 mil (...) Durante la guerra adquirió la casi totalidad de los yacimientos, pagando grandes sumas que Salamanca invirtió en armamento.</div><div style="text-align: justify;">Hay mucho que se puede extraer de las afirmaciones de Eusebio Ayala: una de ellas es que, mientras luchaba formalmente contra las amenazas de "expropiación" que el gobierno boliviano haría de sus propiedades, la Standard compraba más tierras para explorar y explotar, y pone en claro por qué, como se vio anteriormente, Spruille Braden tuvo tantas facilidades que en un simple almuerzo -después de la guerra, en Buenos Aires- consiguió que el ministro de Minas y Petróleo devolviese las propiedades "expropiadas". Evidentemente, porque la Standard, financiando la guerra, pagó un alto precio y apenas recibía, en el momento preciso, su mercadería de vuelta. En una sola jugada la Standard Oil fortalecía "su" ejército y garantizaba al gobierno aliado las propiedades que le serían "expropiadas".</div><div style="text-align: justify;">Pero todas las transacciones en ese proceso imperialista de conquista de riquezas de la América Latina implican una serie de contradicciones que sólo hieren los intereses de los expoliados. Ahora continuemos con la importante deposición de Ayala:</div><div style="text-align: justify;">Entre el gobierno boliviano y la Standard Oíl no existe un perfecto entendimiento respecto de la explotación (de los Yacimientos petrolíferos). El primero desea que se explote cuanto antes y con el máximo rendimiento, con el objetivo de cobrar las regalías contratadas y fortalecer de esta manera sus finanzas. Por su lado, la Standard Oil no tiene el menor interés en una pronta explotación, siendo su propósito mantener los yacimientos bolivianos corno reserva para el futuro.</div><div style="text-align: justify;">Naturalmente, los intereses de Bolivia y los de la Standard se contraponen: el petróleo del Chaco sería mantenido como reserva para malos días futuros y esta era una política tradicional de los trusts petroleros, ahora más necesaria por la posibilidad evidente de un conflicto mundial, como en verdad ocurrió. Al respecto, no está demás acentuar que fue a consecuencia de informaciones seguras de que estallaría un conflicto mundial en Europa que Spruille Braden fue enviado a Buenos Aires para obtener un tratado de paz que hiciese permanecer el Chaco como reserva de petróleo de los Estados Unidos. Quien determinó esta política fue el propio presidente Roosevelt, según se confirma en el capítulo XIX de las memorias de Braden.</div><div style="text-align: justify;">Nada pues es casual: todo está muy bien previsto. Bolivia, ingenuo instrumento en manos del capitalismo internacional, tiene que someterse a los deseos de la Standard Oil y no explotar su petróleo. Por tanto, está condenada a la miseria y tiene que contentarse con la expoliación de su única riqueza: el estaño de la Patiño Mines, ya en la órbita de Wall Street.</div><div style="text-align: justify;">Y de igual manera en el Paraguay. La Standard Oil perforó pozos, descubrió petróleo en el Chaco paraguayo, pero cerró los pozos y los mantiene cerrados: ni siquiera informó al gobierno de sus potencialidades.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>UN CHANTAJE BOLIVIANO PARA CONSEGUIR DINERO DE LA STANDARD</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Resta ahora saber por qué Bolivia expropió a la Standard Oil o, mejor dicho cesó la concesión. La respuesta sólo se obtiene en el análisis de las contradicciones inherentes al sistema expoliativo impuesto a la América del Sur. La "expropiación" sólo fue comenzada a plantear en 1935, casi al final de la guerra. Carlos Calvo, embajador de Bolivia en el Brasil después de la separación del presidente Salamanca, entró en contacto con el representante de la Standard Oil en Río de Janeiro, Thomas R. Armstrong, y le pidió un préstamo. La Standard se negó y entonces vino la represalia de Tejada Sorzano, quien había sustituido a Salamanca en la presidencia, que se tradujo en la "expropiación" de la compañía norteamericana. La confirmación del hecho es descaradamente confesada en una declaración textual del presidente boliviano, quien con total ausencia de pudor habla del pedido de ayuda financiera a la Standard Oil por intermedio del representante diplomático en el Brasil y de la inconsecuencia de la represalia:</div><div style="text-align: justify;">El gobierno, ante la negativa de la compañía a ayudar al país económicamente, estima que la riqueza petrolífera del oriente boliviano, que se está defendiendo con extraordinarios sacrificios, debe quedar en beneficio del país y no en provecho de la Standard, tan notoriamente hostil a nuestra causa. Consecuentemente, tiene en proyecto una resolución que ahora está en estudio de especialistas jurídicos, para declarar la cancelación de los derechos de la compañía.</div><div style="text-align: justify;">Se destaca en esta exposición la claridad de la afirmación de Tejada Sorzano: "riqueza petrolífera del oriente boliviano (...) debe quedar en beneficio del país y no en provecho de la Standard". La amenaza boliviana, que tiene el peso de un chantaje, ineficaz, desde luego, porque ya la Standard ha obtenido lo que quería, se concreta el 13 de marzo de 1937 durante el gobierno del corrompido e irresponsable coronel David Toro, pero nada de todo esto es un hecho real. Como ya se vio, Spruille Braden tramó -es el término-1a devolución de todas las concesiones a la Standard.</div><div style="text-align: justify;">Este episodio sirve mejor para descubrir en beneficio de quien Bolivia defendía el petróleo cuando Tejada Sorzano pone al desnudo, humillantemente, la dependencia de Bolivia de los grandes financistas de la guerra...</div><div style="text-align: justify;">De todo esto se destaca también un hecho muy importante. Hacía más de un año que Bolivia ya tenía perdida la guerra. Continuarla servía solamente para hundir económicamente al país y para enlutar todavía más al pueblo. Habría sido más cuerdo que la paz fuese hecha un año antes, en junio o julio de 1934. La victoria del Paraguay era inevitable (Estigarribia la presentó como una ecuación matemática) y cuanto más durase la guerra más riesgos corría Bolivia de perder territorios. Sin embargo, de la situación de tener perdida la guerra, nunca impidió el financiamiento a los militares bolivianos para satisfacer sus mórbidos intereses.</div><div style="text-align: justify;">¿Y por qué no faltó ese dinero? Porque en 1934 la Standard Oil no tenía todavía definida su situación. La situación de Bolivia, considerada militarmente, estaba clara: la derrota era inevitable y ya irreversible, pero los intereses de la Standard Oil todavía corrían riesgos y por eso se continuó la guerra hasta límites insoportables, en cuanto era necesario definir sus derechos, principalmente en la falda de los Andes, como se verá más adelante, y se detuvo la guerra abruptamente, con el corte de todo financiamiento, cuando todo se había definido entre bastidores en favor del trust norteamericano.</div><div style="text-align: justify;">Toda la clásica máquina de rapiña del proceso expoliativo que se comete contra los pueblos latinoamericanos estuvo presente en esta sórdida lucha por el petróleo del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">El esfuerzo que se haga para negar la responsabilidad de la Standard Oil y de la Royal Dutch Shell en la eclosión y en el sostenimiento de la guerra, es pues enteramente inútil. Nada se gana -como la diplomacia norteamericana tanto se esfuerza- acusando de comunistas a todos aquellos que denunciaron la presencia de los trusts petroleros en el proceso de la guerra. Y para comprobar esta complicidad no es necesario apelar a los hechos escandalosos originados en esa guerra, entre otros el asesinato del senador Huey Pierce Long, que denunció en el Congreso de los Estados Unidos el 30 de mayo de 1934 las actividades criminales de la Standard Oil en la promoción de la guerra.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>EL SENADOR LONG DENUNCIA AL IMPERIALISMO Y ES ASESINADO</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Huey Pierce Long, sellador norteamericano, fue quien denunció en el Congreso de los Estados Unidos que el empréstito de 23 millones de dólares que Bolivia consiguió en 1928, que condicionaba una reducción del ejército boliviano (exigencia formal que jamás fue cumplida), sólo se hizo posible con el aval de la Standard Oil. También el llamado empréstito Dillon Reed tuvo origen parecido y llegó a Bolivia en el mismo año que el anterior, cuando se había resuelto desatar la guerra.</div><div style="text-align: justify;">La denuncia de Huey Pierce Long se hacía en 1934 y era expresada directamente desde la tribuna del Senado de los Estados Unidos. El senador Long detalló toda la trama de la obtención del empréstito, inclusive las cláusulas estableciendo la reducción del ejército para no levantar sospechas, con la intervención de la Standard Oil y de sus testaferros. En su denuncia del 30 de mayo de 1934 en el Congreso de los Estados Unidos, el acusador Long afirmaba:</div><div style="text-align: justify;">Deseo que me escuchen al respecto de lo que está ocurriendo con la guerra paraguayo-boliviana. Como sucede habitualmente, son las fuerzas de la finanza imperialista las responsables de la guerra. (...) Tengo en mis manos un breve memorando que muestra la significación de la guerra a que me estoy refiriendo. Sólo últimamente se practicó una explotación considerable del petróleo en lo que se conoce como "área del Chaco" en el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">(...) La Standard Oil Co. of New Jersey, corporación americana promotora de revoluciones en América Central, América del Sur y México, consideró necesario poseer territorios en el Chaco desde el momento en que deseó obtener concesiones de explotación de petróleo. El territorio del Chaco pertenece al Paraguay como resultado de antiguas convenciones y ha sido considerado como integrante del territorio de este último país desde tiempo inmemorial, tanto que prácticamente, no hay persona con uso de razón que pueda admitir cualquier duda sobre a quién pertenece el Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Pero, Sr. Presidente: se descubrió petróleo en el Chaco y en Bolivia. Parece que costará mucho dinero llevar el petróleo de la Standard Oil a la parte más profunda del río Paraguay y por este motivo esta empresa necesita instalar un oleoducto en dirección a las aguas navegables del citado río, pero no quiere admitir las condiciones exigidas por el gobierno paraguayo. </div><div style="text-align: justify;">Y no es solamente esto. El territorio del Chaco es también rico en recursos naturales y probablemente en depósitos minerales. Todo esto hizo que se desencadenara una guerra, ¿financiada por quién? La guerra es entre Bolivia, nación de unos 3 millones de habitantes, y Paraguay, cuya población no alcanza un millón, de los cuales una gran proporción está empleada, en ciertas épocas, en los países vecinos en tareas de siembra y recolección agrícolas. La Standard Oil Co. de los Estados Unidos y otros intereses a ella ligados, son culpables de promover esa guerra y de proveer de fondos a Bolivia, sin otro propósito, bajo el sol de Dios, que arrebatar el territorio de aquel pequeño país sudamericano al que Estados Unidos de América declaró dueño del Chaco. Una y otra vez, América ha juzgado el litigio y comprobado que el territorio en cuestión es paraguayo (...)</div><div style="text-align: justify;">¿Qué sucede? Sucede, según me informan personas que tienen motivo para conocer las cosas, que Bolivia, mediante la ayuda de la Standard Oil Co. se proveyó de abundante material de guerra y de los combustibles necesarios para una guerra ofensiva contra el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">El coronel de reserva del ejército de los Estados Unidos, Philip de Ronde, que vivió largos años en el Paraguay tomando parte en la guerra, comenta sobre el empréstito conseguido por la Standard Oil a favor de Bolivia, justamente cuando el mundo y particularmente el mercado financiero de Nueva York estaba en vísperas de una de sus mayores crisis:</div><div style="text-align: justify;">Ciertamente, los banqueros de Nueva York que adquirieron los bonos del empréstito boliviano y los pasaron al despreocupado público norteamericano de 1926 a 1929, se verían metidos en camisas de once varas para explicar cómo se habían embarcado en una empresa que los más bisoños negociantes sudamericanos se habían negado a aceptar. Desde algunos años antes las garantías del gobierno boliviano habían fallado en el pago de intereses y amortización del capital y su valor en la plaza había descendido a menos del 10%, lo que constituye un barómetro descendido de un problemático futuro. Y más: los prestamistas podían inquirir, con toda razón ¿cómo es que Bolivia, si de hecho no puede hacer frente a las obligaciones de los bonos del empréstito, puede lanzarse a una costosa guerra de agresión?</div><div style="text-align: justify;">La respuesta a la pregunta de De Ronde es simple: Bolivia solo conseguía los empréstitos, porque quien negocia e influye en el mercado financiero de Nueva York es la misma Standard Oil, que forma parte del grupo Rockefeller, el cual, entre otros institutos bancarios, manipula el Chase Manhattan Bank. En este caso específico, el famoso empréstito Dillon Reed que abrió las compuertas de la guerra, tenía como una ironía una cláusula por la cual Bolivia se obligaba a la reducción de sus fuerzas militares.</div><div style="text-align: justify;">En el episodio en que se denuncia a la Standard en el Senado de los Estados Unidos como promotora de la guerra, se verá una prueba más del gansterismo de los petroleros.</div><div style="text-align: justify;">Una denuncia de este orden era común en Bolivia, corría con facilidad en toda Europa y era motivo de charlas de esquina en Buenos Aires y en Asunción, pero la "opinión pública" de los latinoamericanos carecía de valor para los Estados Unidos. Ahora, si la Standard Oil era acusada como agente de guerra ante el pueblo de los Estados Unidos, la cuestión cambiaba de aspecto: sería peligroso para la propia empresa en sus relaciones con el gobierno de Roosevelt. Sería un gran escándalo y entonces se hace necesario acallar estas denuncias y, más que nada, silenciar al hombre que las hacía en el recinto del Senado.</div><div style="text-align: justify;">Y esto último fue llevado a cabo: poco tiempo después de hacer la denuncia pública, el senador Huey Pierce Long fue asesinado a tiros de revólver al descender las escaleras del Congreso en Washington. Los asesinos escaparon y nunca fueron encontrados.</div><div style="text-align: justify;">Sólo memos ingenuos y cínicos descarados podrían afirmar que no fueron los elementos de los trusts petroleros quienes lo hicieron matar: la "mafia del petróleo" había encontrado la solución extrema para acallar las denuncias, recurriendo simplemente al asesinato. Después danzó sobre el cadáver, propalando que Long era un "hombre venal" que ya había tenido varios enredos con la Standard Oil precisamente por esa venalidad, y poco después se hizo una cortina de silencio en la prensa. Naturalmente, la policía y el propio Senado no investigaron a fondo el asesinato.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LOS HECHOS PRUEBAN QUE LA STANDARD INSTIGO LA GUERRA</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Para comprobar que la Standard Oil era la principal interesada en la guerra, no es necesario recurrir a los "comunistas". Por el contrario, es suficiente con analizar y divulgar las declaraciones de personalidades alejadas de toda sospecha, ligadas al stablishment del petróleo y del gobierno de los Estados Unidos, al Paraguay y a Bolivia, para que la responsabilidad quede en claro. Si es verdad que los comunistas nunca consiguieron probar nada concreto sobre la Standard Oil en este terreno, siempre tuvieron la intuición de que el trust petrolero había hecho el papel de "el villano de la historia", y denunciaron vigorosamente al trust, aunque sin presentar pruebas concretas. Tal lo dicho por Tristán Marof:</div><div style="text-align: justify;">¿Por qué Bolivia está combatiendo en el Chaco? ¿Por "el honor nacional" como afirma el manifiesto de los intelectuales del 30 de junio de 1932? No: está luchando para obtener un puerto para el petróleo de la Standard Oil, y para defender los cuatro millones de hectáreas de su dominio contra los intereses de la empresa inglesa Rojal Dutch Shell. Nunca hubo una guerra tan estúpida y tan absurda como ésta.</div><div style="text-align: justify;">Otro "comunista", Tosé Aguirre Gaingsborg, afirmaba.: "(...) el Partido Republicano Genuino, manchado con la sangre de millares de víctimas, pasó a la historia como genuino representante del petróleo".</div><div style="text-align: justify;">En consecuencia, podemos prescindir de los "comunistas" y de la "izquierda" para probar la responsabilidad de la Standard: esas pruebas surgen del análisis de cartas y otros documentos de Spruille Braden, de Eusebio Ayala, de Daniel Salamanca y otros personajes. Y principalmente de los hechos que, interpretados con rigor, nos conducen siempre a la Standard Oil como promotora y como aval de los empréstitos que posibilitan a Bolivia hacer la guerra. Y ciertamente que para tener la certeza de la criminal actuación de la Standard no sería preciso más que citar el asesinato de Huey Pierce Long.</div><div style="text-align: justify;">En resumen, cuando el imperialismo inglés armó a Chile en 1879 para la conquista de territorios en que había guano y salitre, pertenecientes a Bolivia y al Perú, alejó a Bolivia del Pacífico y originó un drama todavía no resuelto hasta hoy. La pérdida del litoral marítimo avivó en el espíritu boliviano la ambición por el Chaco, donde se obtendría la soñada "salida al mar" y este impulso evolucionaría a obsesión nacional.</div><div style="text-align: justify;">A partir de la década del 20, cuando la Standard Oil se estableció en el país trayendo con su presencia toda la gama de contradicciones propias del imperialismo norteamericano y el conflicto con los intereses rivales de la Royal Dutch Shell, de hecho aparecen las condiciones materiales que permitirán hacer la guerra, sirviéndose de los pretextos históricos de la necesidad de una "salida al mar".</div><div style="text-align: justify;">La inestabilidad y flaqueza de los gobiernos bolivianos, igualmente reflejando las contradicciones de una oligarquía interna expoliadora, se prestan para ser manejadas fácilmente, mientras se sirven de la guerra como un recurso para no perder el poder; los campesinos y los mineros ya están alcanzando el punto lindante con la revolución nacional.</div><div style="text-align: justify;">En todo esto resalta con claridad un hecho concreto, que conducirá a Bolivia a la guerra: la profusión de empréstitos que financiarán su desventurado belicismo.</div><br />
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</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPÍTULO XVI</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>TODO HA CONCLUIDO:</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>EL PUEBLO QUE DIO SU SANGRE AHORA</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>TIENE PARA OFRECER SÓLO SU TRAGEDIA.</strong></span></div><div align="center"><br />
</div><span style="color: cyan;"><strong>PARAGUAY Y BOLIVIA: TÚMULOS DE SUEÑO, CEMENTERIOS DE ESPERANZA</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">"Monta guardia y espera. Y nada hay tan poderoso e invencible como cuando alguien, desde la muerte, monta guardia y espera".</div><div style="text-align: justify;">La frase de Roa Bastos, tomada de su cuento ya citado El trueno entre las hojas, es el único chispazo de esperanza que todavía resta a dos pueblos que ninguna otra cosa pueden hacer sino montar guardia y esperar.</div><div style="text-align: justify;">En el Chaco paraguayo cualquier viajero puede ver los pozos de petróleo lacrados por la Standard Oil. Puede sentarse en ellos, tomar fotografías y tocar con las manos las bocas cerradas de los pozos que la Standard Oil ha tapado y está manteniendo improductivos hasta el año 2006.</div><div style="text-align: justify;">Esta es la herencia mayor que recibió Paraguay: la pérdida de su petróleo. La nación fue condenada a la miseria, a no tener ninguna posibilidad de progreso que pudiese provenir de la explotación del petróleo, porque el 6 de octubre de 1944, por el Decreto-ley Nº 95.449, el Ministerio de Obras Públicas del Paraguay firmó con la Standard Oil Co. of California (una de las empresas de la Standard Oil of New Jersey) un contrato por el cual cede a la compañía de los Rockefeller el control absoluto del petróleo en un territorio de 80 mil kilómetros cuadrados en el Chaco Boreal. La empresa perforó cinco pozos, no informó al gobierno paraguayo de los resultados obtenidos y los lacró. Paraguay podría pensar nuevamente en el petróleo sólo a partir del 6 de octubre del año 2006, al expirar la concesión de 60 años a la Standard.</div><div style="text-align: justify;">Mientras transcurre este plazo, ni siquiera puede tener información oficial sobre la potencialidad de los pozos que están en su territorio. Se sabe que hay petróleo, y esto es evidente, pero se ignora en qué cantidad y si sería viable la explotación. Todo esto es un secreto que la Standard Oil guarda celosamente.</div><div style="text-align: justify;">Y ésta es la herencia: Paraguay es una tierra en que los "nativos" viven la vida más miserable de América del Sur, dividiendo sintomáticamente este trágico honor con Bolivia, al mismo tiempo que la Standard apadrina dictaduras y reserva el petróleo para su uso particular, ese petróleo que habría podido liberar económicamente al país.</div><div style="text-align: justify;">La renta per cápita del Paraguay en 1974 era de 512 dólares, pero la renta real no alcanza a 25 dólares mensuales, a pesar del informe oficial de que el salario medio del trabajador sea de 45 dólares mensuales,</div><div style="text-align: justify;">En 1974 el Producto Nacional Bruto del Paraguay era de 1.31 mil millones de dólares, suma que con relación a los 3 millones de habitantes pone en evidencia una terrible concentración de la renta en el país.</div><div style="text-align: justify;">Entre todos los países del mundo, el Paraguay es el que menos gasta en educación: solamente el 1,4% de su PNB es destinado a este rubro. En cambio, sólo en el ramo de Fuerzas Armadas, se gastó 36.1 millones de dólares, sin que sean conocidas las cifras empleadas en la policía política, la "seguridad del Estado", etc. (Paraguay gasta 4.6 veces menos que los Estados Unidos de Norteamérica en rubros para la educación, 2,1 menos que el Brasil, 6,7 menos que Cuba. Finalmente, es el país que gasta menos, proporcionalmente a su PNB, en educación, en todo el mundo...</div><div style="text-align: justify;">Este es el precio que el pueblo paraguayo está pagando por el heroísmo de los 40 mil muertos en el Chaco, la terrible herencia de una guerra imperialista en que la nación fue mero instrumento de los trusts petroleros.</div><div style="text-align: justify;">Bolivia tuvo una sola ventaja: la guerra del Chaco activó la politización popular, liderada por las vanguardias revolucionarias de la izquierda, que finalmente en dos grandes revoluciones -que todavía no han sido debidamente estudiadas- derribaron el orden feudal en dos etapas, en 1946 y 1952. Pero Bolivia, víctima del mismo imperialismo que el Paraguay, careció de fuerzas para soportar la reacción de los grandes intereses económicos mundiales y acabó sucumbiendo ante la codicia internacional.</div><div style="text-align: justify;">La miseria impuesta a Bolivia, analizado su enorme potencial -minería y varias clases de petróleo- es aún más trágica que la del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">El gran potencial boliviano está ahogado en los restos de una sociedad feudal que, si bien fue derrumbada, no pudo ser reemplazada por un orden mejor, porque las oligarquías nacionales vencidas acabaron por unirse a los invasores que maniobran desde Wall Street.</div><div style="text-align: justify;">Para 1974 la renta per cápita de Bolivia era la más baja de América Latina, inclusive inferior a la del Paraguay: 377 dólares. La población alcanza a 6 millones de habitantes y su PNB, una suma ridícula en relación al potencial del país, como que apenas si alcanzaba a 2.122 millones de dólares. La concentración de la renta es absurda y el 60 % del pueblo es analfabeto. Esta es la herencia de Bolivia.</div><div style="text-align: justify;">Lo único que ha quedado para el Paraguay y para Bolivia es la herida sangrando que el imperialismo internacional deja allí donde pasa: pueblos anestesiados por la miseria y la desesperanza.</div><div style="text-align: justify;">Nada despierta el entorpecimiento de estos pueblos. ¡Túmulos de sueño. Cementerios de esperanza...!</div><div align="center"><br />
</div><div align="center"><br />
</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>ÍNDICE</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>PREFACIO</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO I - BOLIVIA: UN PAÍS QUE PERDIÓ EL LITORAL Y MÁS DE LA MITAD DE SU TERRITORIO</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO II - EL PONGO, UN ESCLAVO DEL SIGLO XX QUE VIVIA PEOR QUE LOS ANIMALES</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO III - PATIÑO ARDE EN EL INFIERNO, EN TANTO DEJA ARRUINADA A BOLIVIA</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO IV - MINEROS E INDIOS SE REBELAN: COMIENZA A SURGIR UNA IZQUIERDA ORGANIZADA</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO V - PARAGUAY ES UN MUERTO TOCANDO SU TRISTE ACORDEÓN</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO VI - EL SUBIMPERIALISMO ARGENTINO DIRIGE LAS GARRAS A PARAGUAY</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO VII - LA SHELL Y LA STANDARD OIL APARECEN EN EL DESIERTO DEL CHACO</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO VIII - EL GANGSTERISMO INTERNACIONAL DETERMINA SUS VÍCTIMAS: LOS NATIVOS QUE DUERMEN SOBRE UNA CAPA DE PETRÓLEO</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO IX - EL TRUST PETROLERO: DE LA RAPIÑA DIPLOMÁTICA Al- PURO Y SIMPLE ASESINATO</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO X - LA TREMENDA RED DE EMPRÉSTITOS Y AGIO QUE FORJA LA MISERIA SOCIAL </strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO XI - SÚPER EJÉRCITOS PARA DOS NACIONES INSOLVENTES DE PUEBLOS POBRÍSIMOS</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO XII - LOS SOLDADOS MUEREN DE SED POR MILLARES: CUERPOS DESPEDAZADOS CUELGAN DE LOS ÁRBOLES. NADA DETIENE LA CARNICERÍA</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO XIII - DENTRO DE LA MISERIA HUMANA DE LA GUERRA, LOS PARAGUAYOS APELAN A LA CREATIVIDAD</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO XIV - TRES HOMBRES LUCHANDO ENTRE LA GRANDEZA Y LA MISERIA DE UNA GUERRA EN QUE LO ÚNICO IMPORTANTE TENÍA QUE SER EL PUEBLO</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO XV - EL GANGSTERISMO INTERNACIONAL DIRIGE SU RAPACIDAD AL JUEGO DIPLOMÁTICO</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CAPÍTULO XVI - TODO HA CONCLUIDO: EL PUEBLO QUE DIO SU SANGRE AHORA TIENE PARA OFRECER SÓLO SU TRAGEDIA.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong><img alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Julio%20Jos%C3%A9%20Chiavenato/julio%20jose%20chiavenato%20la%20guerra%20del%20petroleo%202005%20tp.jpg" /></strong></div></span><div align="center"></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-37458674797415550962011-05-16T12:58:00.000-07:002011-05-16T12:58:30.652-07:00VÍCTOR I. FRANCO - GENERAL PATRICIO ESCOBAR (ORÍGENES, ADOLESCENCIA Y ASCENSOS - CERRO CORÁ - EL POLÍTICO - EL LAUDO HAYES - LA MUERTE) / Editorial EMASA, 1974<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDbCY2ZQlUe4-mROZrcirXOBLFY8JjPeG6_62hH7gbbYo7aWXtSJUWAZbjpyR8L_aauzowaOGzsdajBGd9f0T04WEL-yBteCKImjZYZetn98iC8tkd9lOlkl6zU9nslYLv-WkKN1OvYiA/s1600/victor+franco+general+patricio+escobar+1974+tp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400px" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjDbCY2ZQlUe4-mROZrcirXOBLFY8JjPeG6_62hH7gbbYo7aWXtSJUWAZbjpyR8L_aauzowaOGzsdajBGd9f0T04WEL-yBteCKImjZYZetn98iC8tkd9lOlkl6zU9nslYLv-WkKN1OvYiA/s400/victor+franco+general+patricio+escobar+1974+tp.jpg" width="400px" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>GENERAL PATRICIO ESCOBAR</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=847"><span style="color: red;">VÍCTOR I. FRANCO</span></a></strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>DE LA ACADEMIA PARAGUAYA DE LA HISTORIA</strong></span></div><div align="center"><strong>Editorial EMASA</strong></div><div align="center"><strong>Asunción – Paraguay</strong></div><div align="center"><strong>1974 (177 páginas)</strong></div><div align="center"><br />
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</div><div align="center"><br />
</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>GENERAL PATRICIO ESCOBAR</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>P R Ó L O G O</strong></span><strong></strong></div><div align="center"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong> Desde los años dorados de la adolescencia conocí a Víctor Ignacio Franco. De inteligencia despejada, trabajador y de bondadoso espíritu, estudió con tesón, no obstante la lucha ingrata por mantener el decoro en el diario vivir. Nada le detuvo en su noble aspiración de enriquecer sus conocimientos. Así fue ascendiendo la escala de los cursos académicos, tanto en el cielo secundario como en el universitario. Doctor en Medicina y Cirugía, se dedicó al ejercicio de su profesión con altruismo, mitigando el dolor y prodigando generosamente el tesoro de su capacidad a los enfermos necesitados y desvalidos.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Pero este trabajo que ocupó y ocupa gran parte de sus horas, no le impidió seguir estudiando, ponerse al día en su especialidad de brillante traumatólogo y dedicarse a otras manifestaciones de la inteligencia. Víctor Ignacio Franco no solamente es un médico sino también un ilustrado humanista.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Impulsado por su constante inquietud cultural estudió la personalidad del sabio y eminente publicista español GREGORIO MÁRAÑON, médico, profesor universitario, ensayista, conferenciante y erudito historiador. Fruto de ello fue el libro que entregó a la estampa, intitulado "GREGORIO MARAÑON: EL GRAN MEDICO HUMANISTA".</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> En los últimos años, por otro lado, Franco se especializó en el estudio de historia del Paraguay, durante el lustro que duró la guerra contra la Triple Alianza. Sus horas de descanso empleó, para profundizar el conocimiento de aquel trágico pero glorioso período de nuestro pasado. A su dedicación se debe una rica serie de monografías, en las cuales desfilan las más heroicas figuras que honraron a la Patria, defendiéndola hasta el supremo sacrificio de sus vidas.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> En varias de estas monografías, publicadas en el diario "LA TRIBUNA", Franco se refirió al GENERAL PATRICIO ESCOBAR, rindiendo justicia a este glorioso soldado de la epopeya de 1864-1870, injustamente olvidado por las nuevas generaciones.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> PATRICIO ESCOBAR fue uno de los épicos guerreros que acompañó al Mariscal Francisco Solano López desde la Campaña de Corrientes hasta el trágico final de Cerro Corá. Alistado en Cerro León como soldado llegó al grado de Coronel al término de la guerra. Su trayectoria de soldado está aureolada por proezas singulares, figurando a la par de los más aguerridos paladines como Elizardo Aquino, Pantaleón Balmaceda, José María Bruguez, Basilio Benítez, José Matías Bado, Bernardino Caballero, Remigio Cabral, Avelino Cabral, José Eduvigis Díaz, José María Delgado, Bernardino Denis, Pedro Duarte, José María Fariña, Ignacio Genes, Pedro V. Gill, Antonio Luís González, Manuel Antonio Giménez –Cala’á-, Zoilo González, Pedro Hermosa, José Dejesús Martínez, Francisco José Vicente Mongelós, Romualdo Núñez, Florentín Oviedo, Francisco Pereira, Francisco Isidoro Resquín, Francisco Roa, Valois Rivarola, Germán Serrano, Felipe Toledo, Eduardo Vera, José Vallovera, y otros valientes, merecedores de la admiración y el reconocimiento de la posteridad.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Puede afirmarse que el momento estelar de la vida de PATRICIO ESCOBAR estuvo en el famoso pasaje del estero Ypecuá, después del desastre de Lomas Valentinas. La historia debe recordarle como el "HEROE DE YPECUA".</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Luego de vadear dicho estero con un insuperable sacrificio, ESCOBAR se presentó al Mariscal López en Azcurra ostentando once heridas. ¡Qué ejemplo de lealtad, de heroísmo y de amor a la Patria!</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Y así siguió la marcha penosa de nuestro Ejército a través de las selvas, bosques y montañas, realizando nuevas hazañas que adornan su guirnalda de Héroe. No decayó en la cruzada, no le venció el peso del infortunio y llegó a Cerro Corá.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Pero sus servicios a la Patria no terminaron con la guerra contra la Triple Alianza. Después de la gran tragedia comenzó otra etapa de su vida, la del político y la del gobernante.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Como político fue el hombre de consejo, tolerante, respetuoso de las leyes y siempre dispuesto a hacer el bien a propios y extraños, teniendo siempre como norte de sus acciones el bienestar de la Nación. No persiguió a sus compatriotas.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Como gobernante desempeñó la presidencia de la república en el período constitucional de 1886 - 1890 dando término completo a su mandato. Si grande fue como guerrero también fue grande en la obra de reconstrucción de la Patria. En esta noble labor nada tiene que envidiar a los que en una u otra forma, contribuyeron también al renacimiento de esa Patria destruida por la implacable saña del los enemigos. Su obra de gobierno es proficua y de indudable progreso para el país. ¡PATRICIO ESCOBAR fue un GUERRERO y un RECONSTRUCTOR!</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> El libro de Franco nos presenta todas las facetas de la ilustre personalidad del GENERAL PATRICIO ESCOBAR en las diversas etapas de su larga existencia. La obra está escrita en estilo claro y, acertado juicio crítico. Presenta, además, un acopio interesante de datos éditos e inéditos, fruto de una paciente investigación. Su importancia surge de la lectura de sus capítulos. Con el "GENERAL PATRICIO ESCOBAR" Víctor I. Franco presta un brillante servicio a la historiografía nacional rindiendo justicia a uno de los ciudadanos más esclarecidos de la República.</strong></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=878" href="javascript:void(0)/*426*/"><strong>R. ANTONIO RAMOS</strong></a><strong></strong></span></div><br />
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<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPITULO I</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>ORÍGENES, ADOLESCENCIA Y ASCENSOS</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Patricio Escobar nació el 17 de marzo de 1843, en San José de los Arroyos, en un paraje denominado "Caagüy-Ruguá", en una modesta y humilde choza campesina; fueron sus padres don José Escobar y doña Ana Bella Cáceres.</div><div style="text-align: justify;"> Era de cutis blanco, tostado por el sol de las serranías y campos de San José, de cabellos negros, ojos chicos también de colores negros. Aprendió las primeras letras en la escuela primaria de su pueblo natal.</div><div style="text-align: justify;"> En el año 1864, a los 21 años de edad, sentó plaza en el ejército, presentándose en el "Campamento de Armas" de Cerro León, cuyo comandante era el General Wenceslao Robles; le acompañaron sus hermanas y un hermano de nombre Andrés.</div><div style="text-align: justify;"> Alistado en el arma de infantería, partió con las tropas bajo el mando de Robles a la expedición de Corrientes... "Y en esos primeros encuentros con el enemigo, fue donde hizo su bautismo de sangre y probó el valor y temple de guerrero. En estos combates parciales efectuados por la columna expedicionaria, de cuyas penalidades y fatigas participó Patricio Escobar, es donde adquirió méritos para obtener ascensos. Por su noble y valerosa conducta, llamó la atención de sus jefes, que vieron en él, el joven de porvenir, que sólo pedía a la suerte la ocasión para cambiar la bayoneta del soldado por la espada de general".</div><div style="text-align: justify;"> De regreso de la Campaña de Corrientes a Humaitá, ascendió a Cabo 1º, el 1° de mayo de 1866, y el 2 del mismo año actuó en la batalla de Estero Bellaco, bajo las órdenes del Teniente José María Zelada, que comandaba el Batallón 36 de infantería, en cuya acción murió su comandante, quien recibió una herida en la frente. Después de esta batalla ascendió al grado de Sargento el 4 de mayo. Actuó en la batalla de Tuyuti, librada el 24 de mayo de 1866. Combatió luego en la de Sauce Boquerón, los días 16, 17 y 18 de julio de 1866 de una manera sobresaliente, distinguiéndose por su temeridad y arrojo.</div><div style="text-align: justify;"> La victoria de Curupayty -22 de Setiembre de 1866- donde lució su valor personal y su empuje, le valió el ascenso a Teniente Graduado (Alférez) el 24 del mismo mes y año. Dice el Coronel Crisóstomo Centurión: "Cosa rara. La victoria de Curupayty, no fue conmemorada con grandes ascensos, o con recompensas especiales de honor. Sólo hubo algunos ascensos entre las clases subalternas en su mayor parte: El Mayor Fernández, a Teniente Coronel, el del Sargento Escobar del Batallón 36 (hoy general), a Alférez; el del Sargento Agustín Cañete del Batallón 7 (actual Ministro de Hacienda), a Alférez; el del Sargento Gorgonio Rojas, a Alférez y de otros cuyos nombres no tengo presente".</div><div style="text-align: justify;"> "Después de la victoria de Curupayty, el único oficial que fue ascendido, fue el Comandante del Batallón 27, el Mayor Juan Fernández. Los otros ascendidos fueron Sargentos: Patricio Escobar, Agustín Cañete y Gorgonio Rojas, todos del arma de infantería. Estos eran los hombres que no durmieron desde el 4 de setiembre hasta el 22, que arrastraron piezas, que abatieron árboles, que abrieron la greda, que regaron con su sudor heroico la tierra de la victoria".</div><div style="text-align: justify;"> Después de recibir este ascenso pasó a prestar sus servicios en el Gran Cuartel General de Paso Pucú, designado Ayudante de Campo del Mariscal Presidente Francisco Solano López. Concordante con su modestia y sencillez personal, escribió una carta a una señora para comunicarle el haber sido honrado con la designación de Ayudante del Mariscal. La carta dice: "Cuartel General de Paso Pucú, diciembre 4 de 1867. Señora D. Ramona: al cabo de tiempo me cabe la honra de felicitar la importante vida de Ud. y participarle al mismo tiempo de la mía, que hasta el presente no he tenido ninguna novedad a Dios gracias, también le doy a saber que estoy con S. E. el Presidente en clase de Ayudante de Orden en el Cuartel General. Ud. servirá ordenarme como hijo propio en lo que considera útil. Reciban los más cordiales recuerdos de mi parte. Fdo.: Patricio Escobar. Hay una rúbrica".</div><br />
<div align="center"><span style="color: cyan;"><strong>ASCENSOS</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Respecto a los ascensos a los grados superiores, firmados por el Mariscal y el Ministro de Guerra y Marina, los despachos son dignos de mención: legibles hasta la fecha, fueron escritos de puño y letra con tinta negra, sobre cueros de ovejas, rasurados y firmemente planchados, conservando su tersura y su brillante color blanco nacarado, como perfectos pergaminos.</div><div style="text-align: justify;"> Los despachos fueron conservados y guardados por su hermana, Bonifacia, dentro de un estuche también de cuero, y, terminada la guerra los trajo desde Cerro Corá, hasta donde acompañó a su hermano Patricio. Las otras hermanas fallecieron en el transcurso de la guerra, como también su hermano Andrés, que murió combatiendo. Doña Bonifacia dejó de existir en Asunción, el año 1914, conocida familiarmente con el nombre cariñoso de la tía Boní y con quien se crió el benjamín de los hijos: don Luís, señor de prosapia y de abolengo que hasta ha poco tiempo vivía en su casona de la época colonial, conocida con el nombre de la Casa de las Virgen de la Asunción, practicando las virtudes heredadas de su padre.</div><div style="text-align: justify;"> Al dorso de los despachos se leía el juramento que con dos testigos firmaba el galardonado juntamente con la persona en cuyas manos se prestaba el juramento.</div><div style="text-align: justify;"> 2º Ascendió a Sub-Teniente 2° el 28 de julio de 1867, dado en el Cuartel General de Paso Pucú, firmado por el Mariscal y Vicente Barrios; prestó juramento en manos del mismo General Vicente Barrios.</div><div style="text-align: justify;"> 3° A Teniente 2°, el 14 de setiembre de 1867, dado también en Paso Pucú, y firmado por los citados anteriormente, y cumpliendo el juramento correspondiente.</div><div style="text-align: justify;"> 4° El ascenso a Teniente 1º, en el curso de la guerra se le extravió. Es el único que falta en la colección.</div><div style="text-align: justify;"> 5º A Capitán, el 29 de abril de 1868, en el Cuartel General de San Fernando, firmado por el Mariscal y el Secretario General de Campaña Luís Caminos. Prestó el juramento en manos del Brigadier Francisco Isidoro Resquín.</div><div style="text-align: justify;"> Transcribo el texto de un despacho: "EL CIUDADANO FRANCISCO SOLANO LOPEZ, PRESIDENTE DE LA REPUBLICA Y GENERAL EN JEFE DE SUS EJERCITOS. Atendiendo a la idoneidad y servicios de mi Ayudante de Campo Teniente 1° de Infantería ciudadano Patricio Escobar, le nombró Capitán de la misma arma, con los honores, sueldos, excenciones y privilegios que corresponde a este grado, con cargo del juramento nacional que prestará en manos del Brigadier Resquin y de que se tomará razón de esta Patente en la oficina correspondiente. Cuartel General de San Fernando, abril 29 de 1868. FRANCISCO SOLANO LOPEZ. El Secretario General de Campaña LUIS CAMINOS. Hay un sello que dice: República del Paraguay. Presidente. En el centro el escudo nacional".</div><div style="text-align: justify;"> El juramento se lee en el dorso del documento: "En el mismo día, mes y año, yo el infrascrito Brigadier General de la División del Sud, hice comparecer al ciudadano Patricio Escobar, nombrado Capitán de la misma arma por el Supremo Despacho que antecede del Excmo. Señor Mariscal Presidente de la República y General en Jefe de sus ejércitos, y le recibí el juramento nacional para entrar en posesión de su nuevo empleo y para constancia firma conmigo el promovido y dos testigos presenciales: Firmados: Francisco Isidoro Resquín. Patricio Escobar. Tgo.: Vicente Barboza. Tgo.: Nolasco Norja". El ascendido respondía: "Juro a Dios y a la Patria de defender y conservar la integridad, la libertad, soberanía e independencia de la República y de proceder fiel y legalmente en el empleo".</div><div style="text-align: justify;"> 6° A Sargento Mayor, el 24 de noviembre de 1868, dada en el Cuartel General de Pikysyry, firmado por el Mariscal y el Oficial 1° de Secretaría Juan Manuel Palacios. El juramento se realizó en la misma forma que el anterior.</div><div style="text-align: justify;"> 7° A Teniente Coronel, el 8 de enero de 1869, en el Cuartel General de las Cordilleras -Azcurra- con las firmas como el anterior despacho. En éste figura el nombramiento que le otorgó el Mariscal, en Azcurra cuando llegaba con las once heridas recibidas en Lomas Valentinas, y luego de cruzar el estero de Ypecuá: de "Caballero de la Orden Nacional del Mérito". El juramento prestó en manos del General Francisco Isidoro Resquín.</div><div style="text-align: justify;"> En el Campamento de Azcurra, el Mariscal formó las nuevas divisiones de su ejército, para marchar hacia Cerro Corá, las que llevaron los nombres de sus respectivos jefes: División Caballero: 5 Regimientos; División Franco: 3 Batallones; División del Valle: 3 Batallones; División Carmona: 3 Batallones y División ESCOBAR,: 4 Batallones.</div><div style="text-align: justify;"> 8º . Su último ascenso en el curso de la guerra contra la Triple Alianza, recibió el 16 de octubre de 1869, dado en el Cuartel General de Tandey, firmado por el Mariscal y el Ministro de Guerra y Marina Coronel Luís Caminos. Prestó el juramento en manos del General de División Francisco Isidoro Resquin. En el despacho figura su designación como Ayudante de Campo del Mariscal.</div><div style="text-align: justify;"> Con el grado de Coronel llegó a Cerro Cora, cayendo prisionero el 19 de marzo de 1870. Los brasileños lo condujeron a Río de Janeiro.</div><div style="text-align: justify;"> Después de la guerra; en la era constitucional fue ascendido al grado de General de Brigada el 16 de julio de 1874 por decreto firmado por el Presidente de la República Salvador Jovellanos, y a General de División el 6 de julio de 1876, firmado por el Presidente Juan Bautista Gill. En esta fecha formaba parte de los gabinetes en el cargo de Ministro de Guerra y Marina de ambos presidentes.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"> <img _cke_saved_src="/userfiles/images/Víctor Franco/mayor patricio escobar con heridas despues paseje ypecua.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Víctor%20Franco/mayor%20patricio%20escobar%20con%20heridas%20despues%20paseje%20ypecua.jpg" style="height: 799px; width: 500px;" /></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPITULO VII</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CERRO CORÁ</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> El Coronel Escobar había quedado encargado con su división de conducir las carretas que quedaron rezagadas por el pantanoso camino del Chirigüelo. Estando en este lugar, fue sorprendido por una columna brasileña de caballería, cuyo jefe le dijo: que el Mariscal había muerto y que, por lo tanto, debía rendirse y darse por prisionero. Escobar, con serenidad y presto aún al sacrificio y a dar la vida por la Patria, le contestó con altivez: "No me rendiré, sino después de recibir la confirmación por un oficial paraguayo de la muerte del Mariscal". En ese preciso momento llegaba al lugar el Teniente Villalba -antiguo ayudante del Mariscal- quien le refirió que: "Acababa de presenciar, subido en un árbol la muerte del Mariscal, y que éste, momentos antes de su inmolación, lo había despachado con una orden para el General Francisco Roa, de que apresurara la marcha a Cerro Corá, pues los aliados se acercaban a aquel lugar".</div><div style="text-align: justify;"> Ante esta confirmación Escobar ya no dudó. Con la tristeza del soldado leal, del combatiente heroico, anonadado, pero no vencido, y estando todavía con fuerza y patriotismo, ordenó a los componentes de su escaso y heroico resto de su división, de formar pabellones con las armas, y dirigiéndose con serenidad, con la frente alta, con voz serena y firme, expresó "que con sus tropas se entregaba como prisionero".</div><div style="text-align: justify;"> Entre tanto, marchaba Roa desde Punta Porá, aproximándose al lugar donde se encontraba acampado Escobar, en calidad de prisionero de guerra. Deseando éste evitar a Roa una estéril resistencia, púsose de acuerdo con el jefe brasileño de la custodia para avisar al General Roa, que el Mariscal había muerto y que se acercara a él. Comisionó con este objeto a su ayudante, el Alférez Camilo Zoloaga con doce jinetes.</div><div style="text-align: justify;"> En el momento en que éste conversaba con el General Roa, llegó un píquete brasileño. El General Roa solo, se dirigió entonces al monte. Seguidamente el General José Antonio Correa da Cámara -más tarde Mariscal y Vizconde de Pelotas- despachó una comisión el 2 de marzo de 1870, al mando del Mayor Vasco Acevedo Fleitas que llevaba de vaqueano a Andrés Gaona, con destino a la costa del Amambay, en donde se encontraba el Coronel Delvalle que había partido de Panadero el mismo día. Cuando la comisión llegó al lugar en donde se encontraban las carretas y los cañones del resto de la artillería del General Roa, éste salió del monte para darse por prisionero, sin ofrecer resistencia y en la firme convicción de la caballerosidad del enemigo triunfante; pero sin tener en cuenta el ofrecimiento hecho, fue cruelmente asesinado por orden del jefe brasileño.</div><div style="text-align: justify;"> En una nota escribe el Coronel Centurión: "Cámara ofreció primero a Escobar la comisión de acompañar a dicha comisión como baqueano, pero se excusó diciendo: "que había jurado no tomar armas nunca contra su patria". Esta contestación le mereció la recompensa de dos días de arresto; en lugar de él fue Gaona (Andrés)". "...El General Roa, no fue muerto en el campo de batalla, como asegura en su parte el General Cámara".</div><br />
<br />
<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPITULO IX</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>EL POLÍTICO</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Hemos visto que terminada la tragedia de Cerro Corá, el Coronel Patricio Escobar fue conducido prisionero a Río de Janeiro.</div><div style="text-align: justify;"> Vuelto a la patria en el año 1871, se dedicó a las rudas tareas de los yerbales del lejano Tacurú-Pucú, habilitado por una mano amiga. En este honrado trabajo está el origen de la modesta posición que dejó a sus hijos, acrecentada por esfuerzos que personalmente realizaba y que no abandonó hasta la víspera de su muerte.</div><div style="text-align: justify;"> Por su probidad y honradez llegó a ocupar el cargo de Administrador del establecimiento de los yerbales, y cuando abandonó este cargo para dirigirse a la Capital, recordó a un amigo que en la guerra fuera su Alférez en su misma División, Silvano Franco, respetable señor, oriundo de Barrero Grande -hoy Eusebio Ayala- a quien entregó la Administración.</div><div style="text-align: justify;"> En la era constitucional, durante la presidencia de su amigo, Silvano Franco, fue su colaborador desde una banca del Congreso Legislativo. Qué ejemplo de lealtad, y qué reciprocidad en el culto de la verdadera amistad!</div><div style="text-align: justify;"> En el curso de la post-guerra, Patricio Escobar sentía en su corazón y alma de patriota, que debía trabajar en la reconstrucción de la Patria desolada, en la que aún flotaba en su cielo azul, el humo de la pólvora, y se caminaba sobre las cenizas que dejaron los invasores, contemplando el espectáculo de las ruinas, y sintiendo las secuelas del despojo, del saqueo, del robo y de las violaciones de nuestras mujeres por las fuerzas imperiales de ocupación.</div><div style="text-align: justify;"> Su participación en la política comienza con este episodio, relatado por el Dr. César Gondra. "Es curioso el suceso, que lo determinó a abandonar sus quehaceres campestres y lo arrastró a tomar parte en las luchas políticas en que se debatía el país después del 70.</div><div style="text-align: justify;"> "Un improvisado Capitán N...... cayó, por los lugares en que, el entonces Coronel Escobar, se encontraba ocupado en sus trabajos rurales. Iba a objeto de reclutar gente para el gobierno.</div><div style="text-align: justify;"> "Este, imbuido de todos los prejuicios del oficialismo de la época, contra los que pelearon en defensa de la patria; y, envalentonado con sus extraordinarias facultades, hizo arrear como a cincuenta ciudadanos trabajadores, de los que apenas salvaron de la guerra que acababa de terminar.</div><div style="text-align: justify;"> "Todos fueron llevados ante él; y allí, después de informarse de las condiciones, procedencia, etc., de cada uno, los dividió en Compañías, haciéndoles formar de a dos en fondo.</div><div style="text-align: justify;"> "Ustedes", dijo después, a dos que eligió de cada grupo, "serán el uno, el Sargento y el otro el Cabo", "y... los demás soldados. Ahora, marchen para aquel galpón, hasta mañana!</div><div style="text-align: justify;"> "En esto, se adelantó de las filas, uno de los sindicados para soldado, el que, dirigiéndose al infatuado oficial, le dijo, en el tono más humilde posible: Señor, yo tengo un grado militar, soy el Coronel de la Nación Patricio Escobar: no puedo aceptar está puesto en que Ud. me coloca. Vaya a la fila, o sino.. . !</div><div style="text-align: justify;"> "El Oficial no concluyó la frase. El Coronel Escobar, se plantó frente a la tropa, y les dijo: Ustedes me conocen, son mis compañeros de ayer síganme... El Capitán fue maniatado y remitido a la Asunción a lomo de mula, con una carta explicativa de lo ocurrido.</div><div style="text-align: justify;"> "Ese día, nació quizá el primer revolucionario en el Paraguay, de la época que se ha dado en llamar constitucional; y, seguramente, un político más "malgré lui", a la usanza de entonces. Perseguido por aquel hecho, tuvo que alistarse entre los que combatían el orden de cosas constituidas".</div><div style="text-align: justify;"> Durante la primera magistratura de la nación de Salvador Jovellanos, ocurrieron los siguientes sucesos políticos: una revolución encabezada por el General Bernardino Caballero contra el ministro Benigno Ferreira, primeramente en la Capital el 18 de junio de 1873, y finalmente en Tuyutí -departamento de Villa Rica- siguió el movimiento armado promovido por Juan Bautista Gill desde el exilio. La revolución estalló en el mes de diciembre de 1873 y fue organizada por Bernardino Caballero, Cándido Bareiro, Germán Serrano, Patricio Escobar, Ignacio Genes, Juan B. Egusquiza, José Dolores Molas, Juan Alberto Meza, Cirilo Antonio Rivarola, los coroneles: Olmedo y Quintana, el mayor Juan P. López. Se estableció en Carapeguá el Cuartel General.</div><div style="text-align: justify;"> Después de esta revolución, el 19 de febrero de 1874 hasta el 31 de marzo del mismo año, el Coronel Escobar ocupó la Jefatura de Policía, siendo ministro del interior el General Bernardino Caballero.</div><div style="text-align: justify;"> En cuanto al símbolo rojo de la "Asociación Nacional Republicana" (Partido Colorado), dice Carlos R. Centurión:</div><div style="text-align: justify;"> " ...hemos podido averiguar el siguiente episodio, que tal vez explique su origen. La revolución encabezada por Cándido Bareiro y Bernardino Caballero, en 1873, tuvo su epílogo en un paraje llamado "Tuyutí", en el departamento de Villarrica o Guairá. Antes del combate, las fuerzas revolucionarias fueron formadas en la actual "Plaza Libertad" de Villarrica a fin de ser revistadas por los jefes de la revolución.</div><div style="text-align: justify;"> "Según afirma Cipriano Ocampos, soldado de aquella parcialidad, pocos momentos antes de la revista apareció el entonces Coronel Patricio Escobar, quien expresó a la tropa la necesidad de adoptar un distintivo que pudiera diferenciar a cada una de sus componentes de los "Acá - Morotí" (Cabeza blanca), comandados por Benigno Ferreira ministro del Interior. El Coronel Escobar opto por el color rojo. A ese efecto mandó requisar y apoderarse de todo género de ese color existente en la ciudad guaireña. Repartido entre los soldados, éstos se colocaron en forma de pañuelos en el cuello y como cintillo en el sombrero de paja. Tal el origen simbólico del actual distintivo partidario".</div><div style="text-align: justify;"> Existe otra versión sobre el distintivo, que no viene al caso mencionar.</div><div style="text-align: justify;"> El 27 de julio de 1885 se llevó a cabo en la capital una gran reunión de ciudadanos en la Plaza Libertad a objeto de constituir un club electoral llamado a organizar la primera campaña comicial. Se constituyó la entidad con la denominación de "Club del Pueblo", con la siguiente comisión directiva, compuesta de ciudadanos de todas las tendencias: Presidente: Dr. Benjamín Aceval; Vicepresidente: Sr. Fernando Saguier; Secretarios: Señores Cecilio Báez y José Ayala; Vocales: Sr. Cirilo Solalinde, Rosendo Carísimo, José Urdapilleta, José María Fretes, Emilio Aceval, Mateo Collar, Ignacio Ibarra, Felipe Torrens, Antonio Taboada, Juan B. Egusquiza, Héctor F. Decoud, Dr. Alejandro Audivert; Señores: Francisco Rivas, Antonio Zayas, Juan Bautista Rivarola, Antonio Codas, Marcos Morínigo, Salvador Herreros, José J. Goiburú, Abdón Alvarez, Rodolfo Saguier, Cleto Romero, Ángel Benítez, Inocencio Franco, Jesús María Carrillo y Pedro V. Gill.</div><div style="text-align: justify;"> Acto seguido, la nueva Comisión Directiva procedió a elegir los candidatos presidenciales para el quinto período constitucional, siendo designados por unanimidad el General Patricio Escobar y don Benjamín Aceval, para la integración del binomio; pero éste declinó el honor y propuso a José del Rosario Miranda para completar la fórmula.</div><div style="text-align: justify;"> El "Club del Pueblo" aceptó la indicación del señor Aceval y proclamó el nombre de ambos eminentes ciudadanos como candidatos a Presidente y Vicepresidente de la República para el quinto período constitucional.</div><div style="text-align: justify;"> "En aquella oportunidad el prestigioso vocero de la opinión pública, "La Democracia" dirigido por su fundador, el periodista Ignacio Ibarra, dedicó un elogioso artículo a Miranda, el cual puede considerarse como fiel expresión del pensamiento popular. Al hacer pública la proclamación de los candidatos, el "Club del Pueblo" organizó una manifestación que llegó hasta la casa particular del general Escobar y de José del Rosario Miranda. Fue entonces que el ex-convencional pronunció un elocuente discurso".</div><div style="text-align: justify;"> En un opúsculo titulado "El General de División Patricio Escobar", al final de la biografía dice: "APÉNDICE. En la síntesis biográfica del General de División don Patricio Escobar, que antecede; se dijo que se lo había llevado a la Primera Magistratura de la Nación, por el voto de los pueblos de la República, es decir, por el voto de sus conciudadanos, sin distinción de ideología política alguna, toda vez que en aquella época no existían partidos políticos organizados. Pero el año siguiente de su Presidencia, el 2 de julio de 1887, secundó el PARTIDO_LIBERAL para hacer la oposición a su Gobierno, acontecimiento que determinó al General Escobar a llamar a sus amigos y camaradas con quienes actuara en la revolución que había estallado el año 1874 contra el Gobierno de don Salvador Jovellanos, que salió triunfante en el combate librado con las tropas leales en "Campo Grande" y que terminó con el acuerdo o pacto celebrado entre el Gobierno y el Comité de la Revolución, constituido por los señores Bernardino Caballero, Patricio Escobar, Ignacio J. Genes, Germán Serrano, Cándido Bareiro y otros, habiéndose firmado el acta respectivo el 16 de febrero de aquel año. A estos amigos y compañeros fue que llamó el General Escobar, para comunicarles que acababa de fundarse un partido político de oposición al Gobierno y que, en consecuencia, consideraba necesario y urgente fundar, cuanto antes posible fuere, un partido que lo respaldara, que debía servir de apoyo y sostén de su Gobierno, en vista de la fundación del PARTIDO LIBERAL. Entonces fue que, de inmediato, se puso manos a la obra, y el 11 de Setiembre de 1887, se fundó oficialmente el partido político que debía servir de apoyo y sostén al Gobierno del General Patricio Escobar, apenas transcurrido dos meses y nueve días de la fundación del partido opositor. El partido del Gobierno que se fundó, recibió la denominación de "ASOCIACION NACIONAL REPUBLICANA", con el agregado de: "Partido Colorado", porque sus fundadores fueron los ex-revolucionarios del año 1874, quienes adoptaron como distintivo de sus soldados una boina o bonete colorado, para diferenciarlos de las tropas leales que usaban una boina o bonete blanco. De aquí provino la denominación de "Acapyta", con que se los distinguían a los revolucionarios y a las fuerzas del Gobierno.</div><div style="text-align: justify;"> De este modo fue como el Presidente de la República, General de División don Patricio Escobar, tuvo como respaldo de su Gobierno a la poderosa Asociación Nacional Republicana (Partido Colorado), que fue el Partido Oficial del Gobierno".</div><div style="text-align: justify;"> Toda la ciudadanía tenía fe en el General Escobar que iba a asumir la primera magistratura de la Nación. Así como fue un brillante visionario en sus concepciones guerreras, también prometía ser en la paz; pero sus concepciones ya no serán planes de guerra, sino de bienestar, de creaciones, de realizaciones, de sabias directivas para el encauzamiento del trabajo y del progreso en la empresa patriótica de la reconstrucción del país. </div><div style="text-align: justify;"> Este Héroe, que sobresalió por su valor en los cinco años de la cruenta guerra contra la Triple Alianza, supo servir también en la paz con honradez acrisolada y rectilínea conducta durante veinte y dos años, siete meses y veinte días, desempeñando con alto patriotismo, los siguientes cargos: Jefe de Policía de la Capital, desde el 19 de febrero de 1874 hasta el 31 de marzo del mismo año. Ministro de Guerra y Marina desde el 1° de abril de 1874 hasta el 6 de mayo de 1879 y desde el 12 de agosto de 1904 hasta el 17 de octubre del mismo año.</div><div style="text-align: justify;"> Presidente de la República en el quinto período constitucional, desde el 25 de noviembre de 1886 al 25 de noviembre de 1890 (período Ííntegro). Senador de la Nación desde el 1° de abril de 1891 hasta el 31 de marzo de 1897 y desde el 1° de mayo de 1889 hasta el 12 de agosto de 1904.</div><div style="text-align: justify;"> El General Escobar, es el único ciudadano que ocupó la cartera de Guerra y Marina en cinco períodos constitucionales, e interinó en tres períodos la cartera de Justicia, Culto e Instrucción Pública.</div><div style="text-align: justify;"> Ministro de Guerra y Marina en los siguientes gobiernos: Durante la presidencia de Salvador Jovellanos, 30 de marzo a 25 de noviembre de 1874. En la presidencia de Juan Bautista Gill, 25 de noviembre de 1874 a 12 de abril de 1877. A la muerte del presidente Gill, siendo presidente Higinio Uriarte, el General Escobar ocupó el Ministerio de Guerra y Marina desde el 12 de abril de 1877 a 25 de noviembre de 1878. En la presidencia de Cándido Bareiro desde el 25 de noviembre de 1878 a 7 de marzo de 1879. En la presidencia de Juan Antonio Escurra, interinó el Ministerio de Guerra y Marina desde el 12 de agosto de 1904 y ejerciéndolo en efectividad desde el 23 de setiembre al 17 de octubre de 1904.</div><div style="text-align: justify;"> Interinó el Ministerio de Justicia, Culto e Instrucción Pública, durante la Presidencia de Salvador Jovellanos, desde el 7 de junio a 25 de noviembre de 1874. Durante la presidencia de Juan Bautista Gill, desde el 18 de junio hasta el 15 de noviembre de 1875; y, en el mismo período, desde el 7 de diciembre al 20 del mismo mes de 1875.</div><br />
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<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPITULO X</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>DEVOLUCIÓN DE LOS TROFEOS POR EL URUGUAY</strong></span><strong></strong></div><div align="center"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> Corría el año 1885. Luís Freire Esteve en su obra: "El Paraguay Constitucional" 1870-1920, escribe: "Otro acontecimiento de gran significado para el Río de la Plata tuvo lugar en el mes de mayo; la devolución de los trofeos conquistados por los ejércitos orientales en la guerra con el Paraguay, bajo solemne decreto del Presidente Máximo Santos, en nombre del gobierno y del pueblo uruguayo.</div><div style="text-align: justify;"> "La nación entera se puso de pie, trasportada de la emoción que produjo en su espíritu aquel altísimo tributo del pueblo hermano, que ya recientemente nos condonara las deudas de guerra.</div><div style="text-align: justify;"> "El Congreso dictó una ley autorizando al P.E. a dirigirse oficialmente en nombre de la República del Paraguay al gobierno oriental, significando la gratitud imperecedera del país y a la noticia de haber zarpado de la rada de Montevideo la cañonera GENERAL ARTIGAS, portadora de las reliquias históricas devueltas al Paraguay, el P.E. lanzó el siguiente decreto.</div><div style="text-align: justify;"> "Decreto sobre recepción de los trofeos. Habiéndose comunicado oficialmente que el Gobierno de la República oriental del Uruguay ha determinado devolver los trofeos de guerra que posee, y con el fin de verificar la recepción de estas reliquias con toda la solemnidad que requiere un acontecimiento de ese género, notable por su rareza en la vida de los pueblos, y de manifestar al mismo tiempo la expresión de gratitud y simpatía a que el Pueblo y el Gobierno Oriental se han hecho acreedores con la Nación Paraguaya por ese nuevo acto de nobleza y de generoso desprendimiento que honra en alto grado a aquella República hermana: El Presidente de la República, acuerda y DECRETA:</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 1°. Inmediatamente de fondeada en el puerto de Asunción la Cañonera Oriental que conduce a su bordo la comisión portadora de los trofeos, será saludada por la plaza con veinte y un cañonazos y el himno oriental ejecutado por la banda de música, izándose la bandera de aquella nacionalidad en el asta bandera de la Capitanía del Puerto y arriándose la bandera nacional mientras dure la salva.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 2°. El día designado para el desembarco de los trofeos, una Comisión especial se trasladará a bordo de la cañonera oriental hasta el Palacio de Gobierno. Dicha Comisión se compondrá como sigue: Miembros del Superior Tribunal de Justicia, D. José del Rosario Miranda, Dr. D. Alejandro Audivert y D. Mateo Collar; Senadores: General D. Patricio Escobar, D. José González Granados y D. Juan Giménez; Diputados: D. José T. Sosa, D. Santiago Cardozo y D. Ildefonso Benegas; Presidente de la Municipalidad de la Asunción, D. Cirilo Solalinde, Director del Colegio Nacional, Dr. Benjamín Aceval; Presidente de la Junta de Crédito Público, D. Francisco Guanes; Administrador General de Aduanas, D. Ángel Benítez; Administrador General de Correos y Telégrafos, D. Manuel Ávila; Fiscal General del Estado, D. Juan G. Centurión; Defensor General de Menores, D. José Gaspar Vera; Director del Banco Nacional del Paraguay, Dr. Emilio Aceval y ciudadanos D. José de León y D. Pedro V. Gill.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 3º. Al desembarcar las reliquias, la cañonera nacional Pirapó empavesada hará una salva de veinte y un cañonazos.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 4°. El batallón de infantería de línea con su correspondiente banda de música se constituirá al puerto a solemnizar el acto del desembarco. La banda ejecutará el himno nacional al tiempo de llegar en tierra las reliquias y se rendirán los honores correspondientes al pasar las banderas por delante del batallón; y formándose éste en columnas por mitades, acompañará hasta el Palacio de Gobierno, donde habrá una guardia de honor con banda de música que ejecutará igualmente el himno nacional a la entrada a la plaza de Gobierno.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 5°. El Presidente de la República, acompañado de los Ministros del P.E., el Vice-Presidente de la República, S.E. Ilustrísima Sr. Obispo Diocesano, el Clero Nacional, los funcionarios del Estado y el Jefe de las diversas reparticiones públicas se hallarán presentes en el Palacio de Gobierno para el acto de la recepción.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 6°. La plaza de armas hará una salva de veinte y un cañonazos en el acto de verificarse la recepción en el Palacio de Gobierno.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 7°. Se invitará oportunamente y por donde corresponda a las Corporaciones Civiles, al Colegio Nacional, Seminario Conciliar, Escuelas Municipales y particulares y al pueblo en general a concurrir al puerto a objeto de solemnizar el acto del desembarco de las reliquias y a acompañarlas hasta el Palacio de Gobierno.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 8°. Terminada la ceremonia las reliquias se depositarán provisoriamente en el Ministerio de Guerra.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 9°. Una Comisión se encargará de organizar la marcha del acompañamiento y de disponer lo conveniente para que el acto se verifique con toda la solemnidad requerida. Esta Comisión se compondrá de los siguientes ciudadanos: D. Francisco Rivas, D. Pedro P. Caballero, D. Dionisio Loizaga, D. Cecilio Sáez, y D. Fernando Riquelme.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 10°. Declarase feriado para las Oficinas Públicas y sus dependencias el día señalado para la entrega de los trofeos.</div><div style="text-align: justify;"> Artículo 11°. Comuníquese y dese al Registro Oficial. Fdos.: CABALLERO. JUAN A. MEZA. PEDRO DUARTE. AGUSTIN CAÑETE. JUAN G. GONZALEZ".</div><div style="text-align: justify;"> Sigue diciendo Freire Esteves: "Varias comisiones fueron constituidas oficialmente para organizar la recepción de los Comisionados Orientales que venían con el GENERAL ARTIGAS y que eran las siguientes personalidades: General Máximo Tajes, Ministro de la Guerra del Uruguay, Dr. Carlos de Castro, D. Lindoro Forteza, Clodomiro Arteaga, y D. Nicolás Granada. En la tarde del 30 de mayo, la GENERAL ARTIGAS fondeaba en la bahía de Asunción.</div><div style="text-align: justify;"> "Toda su trayectoria en el litoral, había sido solemnemente consagrada por la apoteosis nacional. Las poblaciones en masa, hombres y mujeres, acogían, con lágrimas en los ojos, aquella delegación nunca vista en los anales del mundo, que venía a restañar las heridas de un drama americano en el viejo solar del Paraguay despedazado por la guerra.</div><div style="text-align: justify;"> "Tocóle al pueblo de Asunción, hacer las veces de toda la República, y prodigarse a los emisarios del gesto magnánimo en las más grandiosas protestas de gratitud. El gobierno lanzó un decreto especial, fijando el día 31 para el desembarco de los trofeos y su recepción oficial. El puerto de la capital se convirtió en una inmensa colmena donde se agolpaban, sin distinción, todas las clases sociales, a participar del loor popular a los hechos orientales. Pronto transcendieron otros detalles, más sugestivos, del acontecimiento.</div><div style="text-align: justify;"> "Súpose, que, momentos antes de zarpar de Montevideo la nave de los trofeos, el Presidente Santos estuvo a despedir la histórica Comisión, pronunciando en esa oportunidad una arenga en que evocaba las cenizas de Artigas que el Paraguay a su vez, había restituido -decía- a su tierra nativa; eran, pues, más hondas para el gobierno oriental las raíces de aquella confraternidad, que databan de las horas brumosas del nacimiento de la República y no precisamente del repentino discernimiento de las nuevas generaciones sobre el significado de la guerra con la Triple Alianza.</div><div style="text-align: justify;"> "Han de citarse las notas culminantes de aquel cuarto de hora de comuniones estrechas y vasto desahogo de un pueblo reconocido: fueron declarados ciudadanos paraguayos por el Congreso el Presidente Santos y sus Comisionados a la República, y nombrado aquél, General Honorario del Ejército Nacional; una Legación permanente quedó acreditada ante el gobierno oriental, designándose Ministro para desempeñarla al Sr. Juan J. Brizuela; la plaza San Francisco, que se arregló en esos días, se bautizó para lo sucesivo con el nombre de PLAZA URUGUAYA, amén de suntuosas fiestas ofrecidas por el gobierno y la alta sociedad en honor de los señores Comisionados.</div><div style="text-align: justify;"> "Finalmente llegó el retorno de la GENERAL ARTIGAS y la Comisión. La escena a que ella dio lugar, pudo dejar pálido todo cuanto anteriormente se había desarrollado en el país con motivo de la devolución de los trofeos. Otra monstruosa manifestación popular se había citado en el puerto, a despedir a los orientales. El Presidente de la República; todos los altos dignatarios; las damas más graneadas de la época; toda la población movible de la ciudad, hombres, mujeres y niños hicieron acto de presencia; y allí, cambiados los últimos discursos, cerrólos, como una explosión de la multitud, un VIVA AL PRESIDENTE SANTOS!, proferido en persona por el primer magistrado.</div><div style="text-align: justify;"> "La cañonera Pirapó y el cuartel de la Plaza, dispararon veinte y un cañonazos, al descender éste de la ARTIGAS, y rato después, zarpaba la nave aclamada por el pueblo paraguayo, entre vítores indescriptibles, no sin arrancar lágrimas de todos los ojos los saludos de despedida de sus jefes y soldados.</div><div style="text-align: justify;"> "Quedaba como reguero de los Comisionados orientales, otro gesto que ha de librarse del olvido: una oblación a la sociedad de Beneficencia, con cuya Presidenta, Sra. Carmen Gill de Cordal, cambiaran, con este motivo, notas de alta gentilidad, y otra, a la Presidenta de festejos sociales, Sra. Rosa Peña de González, con las cuales, se echaron las bases del actual Asilo de Mendigos de la Asunción".</div><br />
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<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPITULO XIII</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>EL LAUDO HAYES</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> En virtud del tratado de límites del 3 de febrero de 1876, firmado entre el Paraguay y la Argentina, se estipuló que el derecho al territorio comprendido entre el Río Verde y el brazo principal del Pilcomayo, inclusive la Villa Occidental, sería sometido a la decisión definitiva de un fallo arbitral, siendo designado para el efecto al Presidente de los Estados Unidos de América. Para representar al Paraguay ante el gobierno de Washington, el de Asunción, nombró, por decreto del 2 de agosto, al Doctor Benjamín Aceval, enviado extraordinario y Ministro Plenipotenciario. El 20 de marzo de 1878 el Dr. Aceval entregó en persona al Presidente de los Estados Unidos de América, la memoria y los documentos relativos a nuestros derechos sobre el territorio en litigio.</div><div style="text-align: justify;"> Ocho meses después, el 12 de noviembre, el árbitro dio su fallo, que resultó favorable a los derechos del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> El laudo dice así: "Legación de la República del Paraguay. RUTHERFORD B. HAYES, Presidente de los Estados Unidos de América. A todos los que la presente concierne. Salud. Por cuanto, de conformidad al Artículo 4° del contrato de límites entre la República Argentina y la República del Paraguay, de 3 de febrero de mil ochocientos setenta y seis, se estipuló que la propiedad o derecho al territorio comprendido entre el Río Verde y el brazo principal del Pilcomayo, inclusa la Villa Occidental, sería sometida a la decisión definitiva de un fallo arbitral.</div><div style="text-align: justify;"> Que, por el artículo 5° del mismo instrumento, las dos Altas Partes Contratantes, convinieron en elegir al Presidente de los Estados Unidos de América como Arbitro para resolver sobre el derecho de posesión al territorio mencionado. Que las Altas Partes Contratantes han dirigido sus invitaciones al árbitro dentro del término estipulado, invitaciones, que fueron aceptadas por él, y que así mismo han presentado á su debido tiempo las memorias y documentos, títulos, mapas, citas, referencias y todos los antecedentes que consideran favorables a sus derechos, conforme a lo convenido en los artículos VI y VIII.</div><div style="text-align: justify;"> Por tanto, hago saber que yo, Rutehford B. Hayes, Presidente de los Estados Unidos de América, habiendo tomado en debida consideración las referidas exposiciones y documentos, vengo en decidir por la presente que la expresada República del Paraguay tiene legal y justo título a dicho territorio situado entre los Ríos Pilcomayo y Verde, así como a la Villa Occidental comprendida dentro de él: en consecuencia, vengo en adjudicar por la presente a la expresada República del Paraguay el territorio situado entre el Río Verde y el brazo principal del Pilcomayo, incluso la Villa Occidental. En fe de lo cual, he firmado la presente de mi mano y hecho sellar con el sello de los Estados Unidos. Dada en triplicado en la ciudad de Washington, a los doce días del mes de noviembre del año de Nuestro Señor de mil ochocientos setenta y ocho y centésimo tercero de la Independencia de los Estados Unidos de América". (L.S.) R. B. Hayes. Por el Presidente: Wn M. Evarts, Secretario de Estado. Conforme: J. T. Sosa. Secretario".</div><div style="text-align: justify;"> Intenso fue el regocijo nacional al conocerse la noticia. En el mes de mayo regresó de Estados Unidos, el Dr. Benjamín Aceval, siendo portador del laudo.</div><div style="text-align: justify;"> En la Capital se constituyó una comisión popular especial de nacionales y extranjeros, con el objeto de organizar la recepción de homenaje a la llegada de nuestro plenipotenciario.</div><div style="text-align: justify;"> Cuando el barco que lo conducía apareció frente al Mangrullo -en esa época una necrópolis, hoy Parque Carlos Antonio López- los periódicos lanzaron boletines, globos aerostáticos que se elevaron en el puerto con la general alegría del público. Este tributó su cálido homenaje con nutridos aplausos al viajero. La comisión, acompañada de numerosa comitiva, se embarcó en una lancha para conducir al Dr. Aceval a tierra, donde se le dispensó un caluroso recibimiento, las ovaciones se repitieron con entusiasmo, se pronunciaron discursos, y un grupo de selectas damas de la sociedad le hizo entrega de una hermosa guirnalda de flores naturales; la ciudad fue embanderada en su honor y por la noche hubo una profusa iluminación.</div><div style="text-align: justify;"> Para la toma de posesión del territorio reconocido, el gobierno de la República, por decreto de fecha 13 de mayo nombró una comisión, como consta en el acta, que dice: "Acta de las Comisiones". Estando de acuerdo los Excmos. Gobiernos de la República Argentina y del Paraguay, el primero en entregar y el segundo en recibir la "Villa Occidental", sita en los territorios del Chaco, con aquella extensión que se determina en el laudo que dio el Presidente de los Estados Unidos de América en el arbitraje que fue sometido a su fallo, S. E. el Sr. Presidente de la República Argentina se sirvió autorizar al Secretario Gobernador Interino de los Territorios del Chaco, Dr. D. Luis Jorge Fontana, para practicar la diligencia de entrega, y el Señor Presidente de la República del Paraguay, a los señores D. Patricio Escobar, Dr. Benjamín Aceval y Don Higinio Uriarte, para la recepción.</div><div style="text-align: justify;"> "En consecuencia, y habiéndose trasladado las comisiones a la "Villa Occidental" acaban de llevar a efecto el acto de entrega y recepción hoy catorce de mayo de mil ochocientos setenta y nueve, y el gobernador de los territorios del Chaco, ha hecho saber en forma oficial a los habitantes de la "Villa Occidental" la diligencia practicada, y que desde este momento están bajo el imperio de las leyes paraguayas y la autoridad de esa República, tanto la villa como el territorio que el laudo determina. En fe de lo cual se ha extendido la presente acta, que es firmada por las comisiones argentina y paraguaya en dos ejemplares, uno para cada una de ellas, para los fines consiguientes: HIGINIO URIARTE, BENJAMIN ACEVAL, PATRICIO ESCOBAR, LUIS JORGE FONTANA".</div><div style="text-align: justify;"> Después de dar cumplimiento a lo estipulado en el acta antecedente, los comisionados elevaron al Ministro del Interior la siguiente nota: "Asunción, mayo 16 de 1879. Señor Ministro: La comisión especial nombrada por decreto del P. E. de fecha 13 del corriente, para tomar posesión del territorio reconocido como paraguayo por el arbitraje de Washington y de la Villa Occidental (hoy Villa Hayes) en él incluida, tiene el honor de dirigirse al señor Ministro dando cuenta del cometido. Embarcada el día designado, 14 del corriente, a bordo de la cañonera Fernández Viera de la escuadra brasilera, llegó a dicha Villa y fue recibida en la plaza por el señor Secretario Gobernador Interino de los territorios del Chaco, doctor Don Luis J. Fontana y conducida al edificio de la Gobernación.</div><div style="text-align: justify;"> "Tan pronto como los comisionados de ambos gobiernos se pusieron de acuerdo sobre los términos del acta que debía levantarse de la entrega y toma de posesión respectiva, se encaminaron a la plaza donde estaba enarbolada la bandera argentina, siendo las 12 horas del día. Una vez allí, y formadas las fuerzas paraguayas y argentinas, se hizo una salva de veinte y un tiros de cañón y la bandera argentina fue bajada por el mismo señor Secretario, Gobernador Interino, después de haber pronunciado breves pero elocuentes palabras alusivas al acto de entrega de aquel territorio. Inmediatamente después, la bandera nacional fue izada por los miembros de la comisión paraguaya, y saludada por otra salva de veinte y un tiros de cañón, pronunciando el Dr. Aceval un breve discurso a nombre de la comisión. Acto continuo, y al pie de la misma asta en que estaba enarbolada la bandera de la patria, fue firmada en dos ejemplares, el acta de la toma de posesión, cuyo original tiene la honra de adjuntar, para qué se sirva ponerlas en mano del ciudadano presidente de la República. Dichos ejemplares han sido también firmados por varios de los señores que estaban presentes que quisieron poner su nombre al pie del documento en que consta ese acto solemne.</div><div style="text-align: justify;"> "La comisión no puede terminar esta nota, sin hacer presente al señor Ministro, la manera cortés y delicada con que fue atendida durante los viajes de ida y vuelta, tanto por el señor Vasconcellos, encargado de negocios del imperio, cuanto por el señor comandante y oficialidad del FERNANDEZ VIEIRA. Con tal motivo, tiene el honor de saludar al señor Ministro con su distinguida consideración. PATRICIO ESCOBAR, BENJAMIN ACEVAL, HIGINIO URIARTE. Al Señor Ministro del Interior, GENERAL DON BERNARDINO CABALLERO".</div><div style="text-align: justify;"> Como si fuera un conjunto armonioso, este acto de enaltecedora significación coincidió con la gloriosa fecha de nuestra emancipación, y ese día de resplandor patriótico se enarboló la bandera tricolor en el mástil reluciente en reemplazo de la insignia azul y blanca; fue un día realmente de júbilo para la patria y de triunfo de la justicia americana. Una Ley del Congreso, sancionada y promulgada por el P. E. en fecha 13 de mayo -día antes de la recepción- dispuso que el territorio nacional del Gran Chaco, comprendido entre el Río Pilcomayo y Bahía Negra se denominara, DEPARTAMENTO OCCIDENTAL, y que la Villa Occidental debía ser la cabeza de ese departamento y la residencia de sus autoridades con la denominación de VILLA HAYES como homenaje de reconocimiento al eminente hombre que regía entonces los destinos de la gran república del norte. El eminente Manuel Gondra, refiriéndose a la justicia americana se expresó en estos brillantes términos: "HAY ALGO MAS GRANDE Y PODEROSO QUE LA ESCUADRA DE LOS ESTADOS UNIDOS, Y ES LA JUSTICIA DE LOS ESTADOS UNIDOS".</div><div style="text-align: justify;"> Una estatua, con el busto del Dr. Benjamín Aceval, se yergue con señorial prestancia a la orilla del río epónimo, como vigía perenne para recordar a las generaciones el reconocimiento del pueblo paraguayo y el respeto a la majestad de la justicia.</div><br />
<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CAPITULO XXVI</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>LA MUERTE</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Terminada la revolución de 1904, Escobar se retira de la vida pública y poco se le ve ya fuera de su casa.</div><div style="text-align: justify;"> Entrado en años, alternaba su estancia, habitando en su casona de la Calle 25 de Noviembre esquina General Díaz, o en su quinta en la Avenida José Félix Bogado, casa que existe hasta hoy en el fondo de las instalaciones de "Radio Guaraní" y conocida por mucho tiempo con el nombre de "Quinta Escobar", igual que su amigo, cuya residencia se conocía con el nombre de "Quinta Caballero", hoy convertida en un Parque.</div><div style="text-align: justify;"> Cuando el General Bernardino Caballero enfermó se recogió esta conmovedora versión de todos conocida: Cuentan testigos y familiares que cuando el General Caballero se sentía morir, mandó a otro amigo a decir a Escobar estas palabras: "oimé ye, la ne amigo omanota, jha ndereyata". Escobar, que estaba también enfermo, en su casa de la calle 25 de Noviembre, y próximo a la muerte, le hizo contestar: "Eré Caballero pe, dentro de poco nde seguita la ne amigo".</div><div style="text-align: justify;"> El General Caballero falleció el 26 de febrero de 1912, y a escasos cincuenta y dos días, el 19 de abril de 1912, siendo las doce y minutos de la tarde, moría el General Escobar, con ellos desaparecieron dos reliquias del pasado glorioso y con los mismos los últimos generales que con fidelidad acompañaron al Mariscal Francisco Solano López hasta el final heroico de Cerro Corá.</div><div style="text-align: justify;"> Los restos mortales del gran soldado fueron conducidos por disposición del Gobierno al Palacio Nacional, donde fueron velados con los honores correspondientes.</div><div style="text-align: justify;"> Un público de todas las clases sociales desfiló constantemente ante la capilla ardiente; todos guardaban un profundo silencio y en sus rostros se reflejaba la tristeza y el dolor ante la desaparición del eminente ciudadano, del héroe y del presidente que con honestidad y patriotismo dirigió los destinos de la Nación en el período legislativo de 1886 a 1890.</div><div style="text-align: justify;"> Los veteranos de la guerra grande, sus antiguos camaradas, sus soldados que llegaron con él hasta Cerro Corá, se hicieron presentes en el momento supremo y todos derramaron lágrimas ante el féretro del desaparecido. Delegaciones del interior del país también se hicieron presentes en ese instante postrero.</div><div style="text-align: justify;"> Un diario de la época, "EL IMPARCIAL", de fecha 22 de abril de 1912, se ocupó de las exequias del General Escobar. Transcribo la crónica que decía:</div><br />
<div align="center"><br />
</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>EL ENTIERRO DEL GENERAL PATRICIO ESCOBAR</strong></span></div><div align="center"><br />
</div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>IMPONENTE CEREMONIA</strong></span><strong></strong></div><div align="center"><br />
</div><div align="center"><strong><span style="color: cyan;">LOS DISCURSOS</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> "Las tropas argentinas de desembarco son aclamadas por el pueblo. El entierro del General Patricio Escobar, que se efectuó ayer, ha exteriorizado en todos sus detalles la intensidad del duelo público causado por la muerte del ilustre guerrero.</div><div style="text-align: justify;"> "Todas las clases sociales se confundieron en una misma elocuentísima manifestación de pesar. Ya en el velatorio se había puesto de relieve la unanimidad del sentimiento público, pues durante toda la noche del sábado y la mañana del domingo en que el cadáver permaneciera en la capilla ardiente instalada en el Palacio, fue enorme la cantidad de gente que acudió a velar los despojos del veterano.</div><div style="text-align: justify;"> "La capilla ardiente estaba adornada con sencillez, como correspondía a la existencia que llevó el que debía velarse en ella. Seis soldados uniformados de gran gala hicieron guardia de honor al cadáver durante todo el tiempo que permaneció en el palacio. El cadáver lucía las medallas de Tuyutí, de la Orden Nacional al Mérito de la Orden de Simón Bolívar y otras.</div><br />
<div align="center"><span style="color: cyan;"><strong>AL SALIR EL FERETRO</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> "A la hora señalada por la invitación, un gran público se aglomeraba en los alrededores del Palacio con el objeto de presenciar la ceremonia. El centro de la ciudad presentaba en ese momento una animación extraordinaria. De todos los barrios afluían a las calles por donde debía pasar el cortejo, numerosas caravanas de personas que acudían a ver el desfile, o tomar parte en él.</div><div style="text-align: justify;"> "El ataúd fue instalado en una cureña tirada por dos hermosas yuntas de caballos enjaezados de luto. La bandera nacional cubría el féretro.</div><div style="text-align: justify;"> "Una banda de músicos precedía al cortejo, ejecutando marchas fúnebres. Presidían el duelo los hijos del extinto de parte de la familia, el Presidente de la República y sus Ministros de parte del gobierno y los señores Rodríguez Santos, O'Leary, Gondra de parte del Partido Nacional Republicano. Estaban también en la comitiva de honor los ministros de Bolivia, del Uruguay, del Brasil, de Inglaterra, de Francia, de Alemania y de Italia; los secretarios de Legación; los Cónsules; el Almirante O`Connor y su Estado Mayor; el Comodoro brasileño y su Estado Mayor, y un gran número de funcionarios públicos. Una enorme muchedumbre prolongaba el cortejo por varias cuadras dando al acto un imponente acto popular.</div><br />
<div align="center"><span style="color: cyan;"><strong>LA MARCHA</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> "La comitiva se puso lentamente en marcha, tardando alrededor de una hora en llegar al Belvedere.</div><br />
<div align="center"><span style="color: cyan;"><strong>EN EL BELVEDERE</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> "Un público inmenso aguardaba en el Belvedere la llegada de la comitiva. Los trenes estaban ya dispuestos y muchos coches llenos de gente ya, no obstante de haber salido momentos antes varios convoyes.</div><br />
<div align="center"><span style="color: cyan;"><strong>A LA RECOLETA</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> "No sin muchas dificultades se organizó la marcha y enseguida los trenes emprendieron viaje a la Recoleta. Los coches iban atestados de gente. Muchos hicieron el viaje de pie en los estribos.</div><br />
<div align="center"><span style="color: cyan;"><strong>LOS MARINEROS ARGENTINOS</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> "Tendida la línea de parada frente a la Recoleta, la marinería argentina aguardaba la llegada de la comitiva. Llegó ésta y la voz del Teniente de Fragata Sáenz Valiente que mandaba la columna vibró dando la orden de presentar armas. Con la más perfecta regularidad cumplió la tropa la orden y ante el homenaje de los fusiles en alto, cuyas bayonetas brillaban al sol, descendió de un coche el cadáver del General Escobar.</div><br />
<div align="center"><strong><span style="color: cyan;">EN EL CEMENTERIO</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> "En el Panteón Militar, donde reposan los servidores ilustres de la Patria se había preparado sepultura para el extinto. Allí fue conducido el féretro a pulso por los señores: González Navero, Gondra, Schaerer, Dr. Escobar, Rodríguez Santos, O’Leary y Brugada. El venerable Padre Maíz, que vino de Arroyos y Esteros a asistir a su gran amigo, el General Escobar, cuando la enfermedad de éste se reagravó, rezó el responso ante el cadáver.</div><br />
<div align="center"><span style="color: cyan;"><strong>EL DISCURSO OFICIAL</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"> "El señor Eduardo Schaerer, Ministro del Interior, leyó el siguiente discurso en nombre del gobierno, haciendo elogio del General Escobar:</div><div style="text-align: justify;"> "Señoras, Señores,</div><div style="text-align: justify;"> "Nos reunimos en torno de estos despojos que son una reliquia nacional, para tributar el homenaje público debido a uno de los últimos sobrevivientes, que simbolizan toda una época de heroica abnegación.</div><div style="text-align: justify;"> "El General Patricio Escobar, que hoy desciende a la mansión del eterno reposo, después de una vida de constante batallar, era una de las figuras representativas de esa generación fatigada por el peso de sus épicas hazañas que solo se abate ante los decretos del tiempo y busca ya el regazo amoroso de la patria, para reclinar su frente llena de recuerdos.</div><div style="text-align: justify;"> "La nación entera sin distinción de clases ni opiniones, se inclina a su vez ante la tumba de sus grandes hijos, para recoger la herencia de sus esfuerzos y buscar nuevos alientos para las conquistas del porvenir.</div><div style="text-align: justify;"> "La mejor ofrenda que podemos remitir a la memoria de los héroes es congregarnos como un solo hombre al pie de sus mausoleos en testimonio de que sus esfuerzos no han sido estériles ni olvidados y de que si los recuerdos del heroísmo nos vinculan en el pasado, el deber y el reconocimiento nos congregan en el presente ante el altar de la patria, y la solidaridad de nuestros destinos nos llama y encamina al porvenir.</div><div style="text-align: justify;"> "Los rozamientos políticos y nacionales de otrora yacen sepultados bajo la capa del olvido, y del seno del pasado sólo se levantan las figuras, dignas de la consagración de la posteridad. Una nueva y vigorosa floración cubre el suelo regado ayer por la sangre de los héroes y en él se destacan y ostentan como lirios sagrados e inmarcesibles, el respeto de todos los ciudadanos y el cariño fraternal de los pueblos.</div><div style="text-align: justify;"> "Desconocidos ayer en el camino, como ocurre a veces con los ejércitos amigos, hoy marchan de nuevo unidos y reconciliados hacia un común destino de civilización y de progreso y asociados también sus banderas con caballeresca hidalguía a este duelo nacional.</div><div style="text-align: justify;"> "En nombre de Su Excelencia, el Señor Presidente de la República, y de su gobierno, deposito una corona de laureles sobre el féretro del General Patricio Escobar al formular los pésames de la Nación a sus deudos, trasmito sus reconocimientos a los distinguidos representantes de los gobiernos extranjeros, y en especial a los de los pueblos vecinos y hermanos, por las cariñosas demostraciones de afecto con que nos acompañan en nuestro duelo, honrando a la Patria en la persona de sus soldados beneméritos. He dicho".</div><br />
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<div style="text-align: center;"> <img _cke_saved_src="/userfiles/images/Víctor Franco/patricio escobar presidente de la republica victor i franco.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Víctor%20Franco/patricio%20escobar%20presidente%20de%20la%20republica%20victor%20i%20franco.jpg" style="height: 799px; width: 500px;" /></div><br />
<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>EL GRAN DISCURSO</strong></span><strong></strong></div><br />
<div style="text-align: justify;"><strong> O'Leary debía hablar después del señor Schaerer. Un movimiento de expectativa se observa en el público. Los que están cerca quieren aproximarse más y las últimas filas pugnan por llegar junto al orador. Todos quieren oír al elocuente historiador de la guerra. Y en medio de aquella ansiedad, O'Leary dice:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Señores:</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Ayer no más veníais a despedir en esta misteriosa entrada de la eterna vida a unos de los más gallardos soldados de nuestra patria. Lejos de aquí, en plena tierra extranjera, no pude acompañaros sino con el pensamiento; pero, en mi mundo interior, el querido muerto tuvo también sus fúnebres exequias. A cada cañonazo con que proclamabais vuestro duelo, respondía un latido de mi corazón, y cada nota de las fúnebres marchas que acompañaban vuestro paso en el tristísimo desfile tenía un eco lastimero en las intimidades de mi espíritu.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Yo tuve la visión de vuestro duelo y sentí la realidad de mi propio dolor, como si estuviera entre vosotros, frente a los despojos de aquel hombre que amé tanto y en cuya dulce y mansa persona creí ver siempre la síntesis humana de todas vuestras glorias y la encarnación de las más bellas virtudes de nuestra raza. Y cuando en medio de la noche, a la luz de los cárdenos fogonazos de la ronca artillería, entregabais a la madre tierra a esta nuestra tierra paraguaya, el cuerpo inanimado de aquel que con tanto heroísmo y con tan inquebrantable abnegación la defendiera... yo también, allá en tierra extranjera, en el silencio de mi retiro, abría mi corazón para sepultar su memoria, y, entre lágrimas y sollozos, murmuraba mi doliente despedida...</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Y bien, señores, ahora volvéis a este mismo recinto, acompañando a otro gran soldado de la patria vieja, que hasta aquí llega a descansar, por fin, de sus penosas fatigas. Esta vez la suerte quiere que pueda acompañaros, y que sobre esta tumba resuene mi palabra como un débil eco del inmenso duelo que acongoja, una vez más, al Paraguay.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Necesitaré, acaso, deciros quien fue este hombre que hoy nos deja para siempre?</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Volved la vista atrás, hundid la mirada en las entrañas del pasado, saltad sobre medio siglo de nuestra vida independiente, y, allá en los florecientes días que precedieron a la catástrofe, veréis surgir adolescentes, en medio de los relámpagos de una próxima tempestad, al que hoy anciano, triste y desengañado se pierde en la sombra de la muerte, llevando en su alma el luto de su generación infortunada. Debéis penetrar en aquel infierno de nuestro espantoso lustro, debéis recorrer todo aquel ciclo dantesco de nuestra historia, si queréis calcular lo que fue y comprender toda la grandeza de su vida.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "No era por cierto un vencedor famoso, como el General Díaz, ni le cupo en suerte dirigir las batallas colosales como el general Caballero que recogió sus cosechas de laureles; pero era un soldado leal, toda constancia, todo valor, que no conoció el descanso, ni se dejó dominar por los rigores de la miseria y del hambre en los días más tristes de nuestra desesperada resistencia.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Y si no hubiera en su vida militar tantas páginas que le aseguran la inmortalidad, bastaría recordar que en Cerro Corá mandaba una división de nuestro fantástico ejército el joven coronel Patricio Escobar, para que todos nos descubriéramos ante él, con respeto y admiración.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "La guerra es ingrata, y no a todos concede sus favores. Unos perecen oscuramente, en medio de las más grandes acciones, haciendo derroches de heroísmo, sin haber podido dar un paso adelante en la escala de honores; otros, igualmente intrépidos, pero más afortunados, avanzan con rapidez, y victorias y derrotas aumentan su figura, colmándoles de gloria. En nuestra Epopeya, sin embargo, todos los actores son igualmente inmensos, y es inútil querer medir su altura, ya que cada uno de ellos fue un gigante, cuyas proporciones escapan a nuestra limitada pequeñez presente. Pero aquella legión de titanes, forjadores de las más estupendas hazañas, marchó a la muerte, conducida en primer término, por aquel nuestro sublime Prometeo, cuyas entrañas roen todavía, allá en la empinada Cordillera, los hambrientos buitres de la calumnia y de la injuria, y luego después por un grupo escogido de seres superiores, que consiguieron sobresalir debido, más que a otra cosa, a su buena estrella, pues que el valor que les animaba fue siempre el mismo, en el jefe encumbrado como en el último recluta. Más, para llegar a abrirse camino y salir de la penumbra, hasta marchar de cara al sol. Cuánto sacrificio. Para poder colocarse a la cabeza de aquellos implacables suicidas y tener el honor de capitanearlas en su resuelta marcha hacia la tumba, cuánto esfuerzo, más aún, cuánta suerte!</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "No juzguemos, pues, a nuestros héroes por el renombre que le dio la fama solamente, o por los honores que pudieron conquistar, juzguémosles por la intensidad del dolor sufrido, por la duración de su infortunio. Si queréis conocerles a fondo, preguntad en que acciones estuvieron, donde cayeron prisioneros, hasta dónde llegaron, dónde sucumbieron. Y así, cuando se os diga que tal soldado fue de los que vencieron penurias y fatigas, no preguntéis más, porque ese hombre representa la última expresión, el arquetipo de la resistencia, de la abnegación y de la pujanza humana.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Los que vencieron penurias y fatigas son los que desde el Paraná a la remota Uruguayana, y desde Itapirú a los confines de nuestro territorio dejaron la señal sangrienta de su paso; son los qué triunfaron en el Sauce y Curupayty, los que asombraron al vencedor en Tuyutí; son los leones de Tatayibá, los que vencieron en Acayuazá, los que en canoas abordaron acorazados, los que hicieron prodigios en Ytororó y milagros en Avay. . . son los que en las Lomas Valentinas pelearon siete días, los que triunfaron en Diarte, los que con niños de once años libraron en Rubio Ñu la última batalla campal de nuestra guerra... Son los que escaparon a la masacre de Piribebuy y al degüello de Caaguy-yurú… son los que hicieron aquella última peregrinación a través de bosques y montañas, sombrío desfile de esqueletos, dolorosa vía crucis hacia Cerro Corá, siniestro Gólgota en que había de consumarse la crucifixión de un pueblo!</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Los que vencieron penurias y fatigas! Así rezaba aquel épico decreto, en el que López otorgó el último título de gloria, a sus últimos compañeros, a los que con él defendieron, palmo a palmo el suelo de nuestra patria, a los que con él cruzaron dos veces la Sierra de Amambay, para verlo caer, con la soberbia de un dios, en la postrera jornada!...</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Ya veis, señores, por qué os decía, que para glorificar a este soldado era suficiente recordar que comandaba una división de nuestro ejército en la hora final de la tragedia. No hace falta referir sus proezas cuando no había llegado a oficial, cuando era ayudante del supremo mandatario paraguayo, cuando ya jefe en Itá Ybaté acompaña al bravo Montiel en la memorable tarde del 21 de Diciembre de 1868, cuando mutilado por la metralla, modelo de lealtad, cruza con once heridas el ancho y profundo estero de Ypecuá, y al otro lado organiza el salvataje de los que le siguen, y se presenta en Cerro León, al frente de un pelotón de cadáveres ambulantes!...</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "No! Llegó a Cerro Corá, y basta!</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Pero no fue solamente un prócer de nuestra independencia amenazada. Fue también, como el General Caballero, un reconstructor de la deshecha nacionalidad. Y es inútil saber cual fue más grande, el soldado o el estadista, el guerrero o el civilizador.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Pensad, señores, en lo que era el Paraguay en aquellos lóbregos días que siguieron al horroroso descuartizamiento nacional, a aquella orgía de sangre, en que los vencedores redujeron a escombros todas nuestras grandezas pasadas, y en la que, como dijo el poeta, "no había en nuestro hogar sin lumbre sino hálito de muerte, miseria y soledad y servidumbre". Y recordad que este hombre fue de los que obraron el milagro de nuestra resurrección, desenterrando nuestras riquezas, nunca agotadas, fecundando nuestros campos, sembrados de sal, haciendo florecer, sobre la desolación y el exterminio, la paz y la esperanza.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Su labor es fecunda, su obra es vasta.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Presidente de la República en 1886, sucede en el mando al héroe de Ytororó, quien le entrega el país, que recibiera en ruinas repuesto de su trágica caída y en vías de una franca prosperidad. De su activa gestión presidencial solo hemos de mencionar su tenaz y plausible afán por levantar nuestro nivel intelectual. La instrucción pública absorbió toda su atención, y es justo reconocer que fue el mandatario que más hizo por difundirla. Baste recordar que es el fundador de la Universidad Nacional, de la Biblioteca Pública, de cinco colegios de segunda enseñanza y de numerosas escuelas de campaña; el creador de los dos consejos de educación y de la primera escuela graduada de señoritas en la capital; el que comenzó a organizar sobre bases científicas la enseñanza, facilitando el estudio en toda forma, hasta el extremo de introducir grandes cantidades de libros, para ser gratuitamente distribuidos entre los pobres. En este sentido, fue un civilizador, y varias generaciones le deben el pan intelectual que nutrió su cerebro. He aquí cómo, este modesto soldado, de instrucción limitada, si bien de chispeante inteligencia, fue, a su modo, y dentro del estrecho marco de su país y de su tiempo, el general Sarmiento del Paraguay. Este solo título bastaría para que fuese respetada su memoria y para que la niñez y la juventud viniesen, todos los años, a saludarle en su última morada, como a uno de sus primeros benefactores; pero su obra es fecunda, repetimos, y en este acto es imposible sintetizar siquiera todo lo que hizo. Su presidencia representa, indudablemente una época de verdadero progreso, en todos los órdenes de la vida nacional, dejando la República, al terminar su período, en plena paz y en pleno avance hacia un porvenir cada vez más venturoso,</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Después?... Ya lo sabéis! La anarquía asoma su repugnante cabeza, se encienden los enconos partidistas, comienza el retroceso. Desde entonces no hemos hecho otra cosa que descender, hasta llegar a los últimos límites de la miseria y del escándalo. Hemos amargado los días finales de su existencia, y, al dejarnos para siempre, lo despedimos con el vergonzoso espectáculo presente, casi disuelta la nacionalidad, devorándonos como fieras, mientras los mismos nubarrones de antes vuelven a oscurecer nuestros horizontes y rumores siniestros amenazan acabar con nuestra criminal insensatez... y quizás también con nuestra patria!.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Ante esta tumba, en la que van a sepultarse tantos recuerdos, tanta gloria alcanzada en defensa del terruño, tanto heroísmo y tanto dolor, pensemos cuán triste seria que, como fruto de nuestra demencia, nuestros hijos no nacieran ya paraguayos, y que la tierra que va a caer sobre estos despojos mortales acabase un día por ser tierra extranjera.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Que el gran caído ilumine nuestro espíritu y nos transmita una parte siquiera de su ardoroso patriotismo!</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Que el viejo prócer que se va ponga en nuestro corazón envenenado por el odio un poco de esa divina tolerancia que dulcifica la vida y acerca a los hermanos!</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Que él vele por esta pobre patria que estamos destrozando".</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> </strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> "Fuerzas de desembarco de la Armada Argentina -con el Contraalmirante O'Connor al frente- rindieron los honores de ordenanza en el sepelio, escribe Bray. El ejército nacional se hallaba en campaña. Sobre los desnudos flancos de las espadas argentinas -inclinadas reverentes ante el noble adversario de ayer- quebrándose los últimos rayos del sol de aquella tarde, cuando el General Patricio Escobar entró en la posteridad, con el patético simbolismo de un viejo estandarte desgarrado en la batalla".</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Sus restos fueron retirados del Panteón Militar donde se encontraban depositados y donde la nación le rindió los honores que merecía por sus insignes méritos. Después de esta injusticia fueron colocados en el panteón familiar. Ni una calle de la capital lleva su nombre. Como un homenaje a su esclarecida memoria, sus restos deben reposar en el Panteón Nacional de los Héroes, al lado de la urna que guarda los de su amigo y compañero de lucha en las lides guerreras y políticas: el General Bernardino Caballero. El General Patricio Escobar, es sin duda, un benemérito de la patria, tanto como heroico guerrero y esclarecido estadista.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> En la guerra del Chaco, un regimiento de Infantería, el R. I. Nº 19, ostentó su glorioso nombre.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Un importante centro de educación de la ciudad de Encarnación lleva el nombre de "Centro Regional de Educación General Escobar".</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong> Un pueblo sobre la vía férrea, después de Paraguarí, fundado el 30 de agosto de 1901, ostenta igualmente el nombre de Escobar, como un homenaje al héroe de Ypecuá.</strong></div><br />
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<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>Í N D I C E</strong></span><strong></strong></div><span style="color: cyan;"><strong>PRÓLOGO</strong></span><br />
<strong>I.- ORÍGENES, ADOLESCENCIA Y ASCENSOS </strong><br />
<strong>II- MISIONES CUMPLIDAS </strong><br />
<strong>III.- MISIONES EN HUMAITÁ Y EN EL CHACO </strong><br />
<strong>IV.- PASAJE DE YPECUÁ</strong><br />
<strong>V.- INTERCAMBIO DE GUERRERAS </strong><br />
<strong>VI.- EL INGENIERO Y MUERTE DE VENANCIO LÓPEZ</strong><br />
<strong>VII.- CERRO CORÁ</strong><br />
<strong>VIII.- DESCENDENCIA</strong><br />
<strong>IX.- EL POLÍTICO </strong><br />
<strong>X.- DEVOLUCIÓN DE LOS TROFEOS POR EL URUGUAY </strong><br />
<strong>XI.- PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA</strong><br />
<strong>XII.- OBRAS DE GOBIERNO </strong><br />
<strong>XIII.- EL LAUDO HAYES </strong><br />
<strong>XIV.- LOS PARTIDOS TRADICIONALES </strong><br />
<strong>XV.- EL GENERAL ESCOBAR SEGÚN CÉSAR GONDRA </strong><br />
<strong>XVI.- CÉSAR GONDRA</strong><br />
<strong>XVII.- EL INCENDIO DE LA IGLESIA DE LA ENCARNACIÓN</strong><br />
<strong>XVIII.- EL GENERAL ESCOBAR EN EL RECUERDO </strong><br />
<strong>XIX.- EL GENERAL ESCOBAR Y CARROS LELIO</strong><br />
<strong>XX.- DISTINCIONES </strong><br />
<strong>XXI.- LA CALUMNIA</strong><br />
<strong>XXII.- EL PACTO DEL PILCOMAYO </strong><br />
<strong>XXIII.- EL HOMBRE </strong><br />
<strong>XXIV.- LOS AMIGOS</strong><br />
<strong>XXV.- EL GENERAL ESCOBAR Y MONSEÑOR JUAN SINFORIANO BOGARÍN </strong><br />
<strong>XXVI.- LA MUERTE</strong><br />
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<div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>BIBLIOGRAFÍA</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>PEREZ ACOSTA, JUAN FRANCISCO: Carlos Antonio López, "Obrero Máximo", Labor Administrativa y Constructiva: Editorial "Guarania".. 1948. Impreso en la Argentina.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>PEREZ, ACOSTA, JUAN FRANCISCO. El Viejo templo de la Encarnación y su Reconstrucción. Homenaje al Rev. Juan Bernabé Colmán en el 88º de su natalicio. Buenos Aires. 1948.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>ÁLBUM GRÁFICO DE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY: Publicado bajo la dirección de Arsenio López Decoud. 1811-1911. Buenos Aires.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>ARCHIVO PARTICULAR DE LA FAMILIA ESCOBAR-ABENT'E.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>BOGARIN, JUAN SINFORIANO. Carta "Anécdota de Cerro Corá", dirigida al General Escobar. Archivo particular del autor.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>BRAY, ARTURO. Hombres y Épocas del Paraguay. Libro Primero. Tercera Edición. Niza. Buenos Aires. 1957.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CARDOZO, EFRAIM. Hace Cien Años. Tomos I-II-III-1967, 1968 y 1970. Editorial Emasa. Asunción.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CARDOZO, EFRAIM. Efemérides de la Historia del Paraguay. "Hoy en nuestra Historia". Ediciones Niza. Asunción, Buenos Aires. 1967.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CENTURION, JUAN CRISOSTOMO. Memorias o Reminiscencias históricas sobre la Guerra del Paraguay. Prólogo de J. Natalicio González. Notas del Mayor Antonio González. Editorial "Guarania". Tomos: II-III y IV.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>CENTURION, CARLOS R. Historia de la Cultura Paraguaya. Tomos I y II. Biblioteca "Ortiz Guerrero". Edición realizada en el año del sesquicentenario de la independencia Patria. Asunción, 1961.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>DECOUD, HECTOR FRANCISCO. Una Década de Vida Nacional, Sobre los escombros de la guerra 1869-1880. Tomo Primero. 1925,</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>DELGADO, MARIA JOSE. Carta contestación al General Escobar. Archivo particular del autor. </strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>"EL IMPARCIAL". Asunción, 22 de abril de 1912.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>"EL PORVENIR". Asunción, domingo 25 de enero de 1902.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>ESCOBAR PATRICIO. Discurso en el acto de prestar juramento ante el Congreso Legislativo como Presidente de la República, 25 de noviembre de 1886. Asunción, Imprenta "La Democracia".</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>FRANCO, VICTOR I. Aporte Cultural del Pasado. Revista del "Ateneo Paraguayo". Volumen 3, N°s. 4-5. 1972.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>FREIRÉ ESTEVES, LUIS. El Paraguay Constitucional 1870-1920. Empresa Gráfica del Paraguay. Buenos Aires. 1921.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>GARMENDIA, JOSÉ IGNACIO. Recuerdos de la Guerra del Paraguay. Primera y Segunda Parte. Quinta Edición corregida y aumentada. Casa editora Imprenta, Litografía y Encuadernación de Jacobo Peuser. Buenos Aires, La Plata - Rosario. 1891.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>GODOY, JUAN SILVANO. Monografías Históricas. Primera Serie. Buenos Aires. Félix Lajoune. Editor. 1893.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>GONDRA, CESAR. El General Patricio Escobar. Buenos Aires. 1912.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>GONDRA, CESAR. El General Patricio Escobar.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>GONZALEZ, J. GUILLERMO. Reminiscencias históricas de la Guerra del Paraguay. "Pasaje de Ypecuá". "La Democracia". Asunción. 1897.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>IMPRENTA NACIONAL. Invitación de la Comisión de Homenaje a Juan Bautista Alberdi.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>IMPRENTA NACIONAL, El Generad de División Patricio Escobar.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>JAEGLI, ALFREDO L. Albino Jara. Un Varón Meteórico. Talleres Gráficos Lumen. Buenos Aires. 1963.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>"LA PRENSA". Buenos Aires, 20 de abril de 1912.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>"LA RAZON". Buenos Aires, 20 de abril de 1912.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>LELIO, CARLOS. Publicación sobre el General Escobar. Archivo Particular del autor.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>MAIZ, FIDEL, Carta contestación al General Escobar. Archivo Particular del autor.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>O'LEARY, JUAN E. El Libro de los Héroes. Páginas históricas de la Guerra del Paraguay. Asunción. Librería "La Mundial". 1922.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>O'LEARY, JUAN E. Nuestra Epopeya. (Guerra del Paraguay 1864-1870) Biblioteca del Centro Estudiantes de Derecho. Librería "La Mundial".</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>RAMOS, R. ANTONIO. Archivo Particular.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>RESQUIN, FRANCISCO ISIDORO GENERAL. Datos Históricas de la Guerra del Paraguay con la Triple Alianza. 1875. Publicado por el Dr. Ángel Veneroso el año 1895. Buenos Aires. 1895.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>RETABLO ANTIGUO. Publicación Dominical de "La Tribuna".</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>RIQUELME GARCIA, BENIGNO. Vicente Mongelós: Un Coronel veinte añero. Publicación dominical de "La Tribuna", enero de 1967.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>TASSO FRAGOSO, AUGUSTO GENERAL. Historia da Guerra entre Triplice Alianza e o Paraguai. Impresa do Estado Maior do Exército. Río de Janeiro. 1934.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>THOMPSON, GEORGE INGENIERO. La Guerra del Paraguay. Traducción al español por Diego Lewis y Ángel Estrada. Segunda Edición por José Arturo Scotto. Tomos I y II. Buenos Aires. 1910.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>VON VERSEN, MAX. Historia da Guerra do Paraguai e Episodios da viagen na América do Sul. Traduccao do Dr. Manuel Tomás Alves Nogueira. Notta sobre esse trabalho pe lo General E. Da Cunha Mattos. 1934.</strong></div><div style="text-align: justify;"><strong>YUBERO, GUDENCIO. El Paraguay Moderno. Asunción, Talleres Nacionales. 1915.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong><img _cke_saved_src="/userfiles/images/Víctor Franco/estampilla patricio escobar dr zubizarreta fundacion una.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Víctor%20Franco/estampilla%20patricio%20escobar%20dr%20zubizarreta%20fundacion%20una.jpg" /></strong></div><div align="center"></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-20331512675132270442011-05-08T19:06:00.000-07:002011-05-08T19:06:16.206-07:00RICARDO SCAVONE YEGROS y LILIANA M. BREZZO - HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES DEL PARAGUAY / Editorial EL LECTOR, 2010<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixHCpShbt8rZP-CaDwXGBBawJimZWdlenl9tt6yLNlPB2r7gI06zodwVYBe6ou1cGy20ho4DPJ1ZqIe0V0w0Pe0OsjlfO9beFvgBSH0F0qFwhVmeLR5G1r0OV-cEK6CYbTE-040-UcMfY/s1600/liliana+brezzo+historia+relaciones+internacionales+el+lector+tp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400px" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEixHCpShbt8rZP-CaDwXGBBawJimZWdlenl9tt6yLNlPB2r7gI06zodwVYBe6ou1cGy20ho4DPJ1ZqIe0V0w0Pe0OsjlfO9beFvgBSH0F0qFwhVmeLR5G1r0OV-cEK6CYbTE-040-UcMfY/s400/liliana+brezzo+historia+relaciones+internacionales+el+lector+tp.jpg" width="400px" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><span style="text-align: justify;"><div align="center"><span style="color: lime;"><strong>HISTORIA DE LAS </strong><strong>RELACIONES INTERNACIONALES DEL PARAGUAY</strong></span></div><div align="center"><span style="color: lime;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1973"><span style="color: red;">RICARDO SCAVONE YEGROS</span></a><span style="color: red;"> </span></strong></span></div><div align="center"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1269" target="_blank"><span style="color: red;">LILIANA M. BREZZO</span></a></strong></div><div align="center"><strong>COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 19<br />
© Editorial El Lector<br />
Director Editorial: Pablo León Burián<br />
Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina<br />
Director de la Colección: Herib Caballero Campos<br />
Diseño de portada: Celeste Prieto<br />
Diseño Gráfico: Joel Lezcano Aguilar<br />
Corrección: Nidia Campos<br />
Portada: Detalle de caricatura de la<br />
Revista "Caras y Caretas", alusivo al acuerdo de 1929 e</strong><strong>ntre Paraguay y Bolivia<br />
Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98<br />
I.S.B.N. 978-99953-1-089-9<br />
El Lector I: 25 de Mayo y Antequera. Tel. 491 966<br />
El Lector II: San Martín c/ Austria.<br />
Tel. 610 639 - 614 258/9<br />
<a href="http://www.ellector.com.py/" target="_blank">http://www.ellector.com.py/</a><br />
Esta edición consta de 15 mil ejemplares<br />
Asunción-Paraguay 2010</strong></div> <br />
<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>CONTENIDO</strong></span></div><br />
<span style="color: lime;"><strong>PROLOGO</strong></span><br />
<span style="color: lime;"><strong>INTRODUCCIÓN</strong></span><br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>EMANCIPACIÓN POLÍTICA</strong></span><br />
El Paraguay en los tiempos de la independencia<br />
Desconocimiento de la junta de Buenos Aires<br />
El movimiento de mayo y el Congreso de junio de 1811<br />
Acuerdo con Buenos Aires<br />
La proclamación de la República en 1813<br />
Dictadura del doctor Francia y aislamiento internacional.<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL Y CONTROVERSIAS DE LÍMITES</strong></span><br />
Reinserción del Paraguay en el comercio y la política del Plata<br />
Declaración de independencia<br />
Reconocimiento del Brasil y alianza con Corrientes<br />
La gran alianza contra Rosas<br />
Reconocimiento de la Confederación Argentina<br />
Cuestiones de navegación y límites<br />
Apertura internacional restringida<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>LA GUERRA DEL PARAGUAY CONTRA LA TRIPLE ALIANZA</strong></span><br />
La cuestión oriental y la intervención del Paraguay<br />
El Tratado de la Triple Alianza<br />
Los demás países frente a la Guerra del Paraguay<br />
Los arreglos de paz y límites con el Brasil<br />
El arreglo de los límites con la Argentina<br />
Ajustes posteriores en materia de límites<br />
La deuda de guerra<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>RECONSTRUCCIÓN Y NUEVA CONTROVERSIA POR EL CHACO</strong></span><br />
Empréstitos, migraciones e inversiones<br />
Comercio exterior y relaciones vecinales<br />
La cuestión de límites con Bolivia<br />
Acuerdos transaccionales<br />
La controversia por el Chaco en las primeras décadas del siglo XX<br />
El Paraguay ante la Primera Guerra Mundial<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>GUERRA Y POSGUERRA DEL CHACO</strong></span><br />
Fricciones e incidentes previos a la guerra<br />
La diplomacia paraguaya durante la Guerra del Chaco<br />
La Conferencia de Paz y el Tratado de Límites con Bolivia<br />
Nuevos entendimientos con Argentina y Brasil<br />
La asistencia estadounidense, la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>LOS TIEMPOS DE STROESSNER Y LA TRANSICIÓN A LA DEMOCRACIA</strong></span><br />
Marcha hacia el Este y conflicto por el Salto del Guairá<br />
Los aprovechamientos hidroeléctricos en el río Paraná<br />
Anticomunismo y relaciones con los Estados Unidos de América<br />
Transición democrática y avances en la integración regional<br />
Nuevos y viejos temas de las relaciones vecinales<br />
Los Autores<br />
Fuentes Consultadas<br />
<br />
<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>PRÓLOGO</strong></span></div> <br />
<div style="text-align: justify;"> La Historia de las Relaciones Internacionales del Paraguay, es un enfoque novedoso que se presenta en este volumen XIX de la Gran Historia del Paraguay, y que indudablemente se constituye en un hito en la historiografía que se ocupa del tema en nuestro país.</div><div style="text-align: justify;"> La obra abarca desde la revolución de la Independencia hasta nuestros días, las relaciones que desplegó nuestro gobierno con los demás países. Se pueden observar claramente a lo largo de la misma como fueron cambiando los puntos de referencia, las preocupaciones y las necesidades del Paraguay en materia diplomática y comercial.</div><div style="text-align: justify;"> Los autores son reconocidos investigadores en la materia y ese conocimiento se vislumbra en cada comentario y en el análisis desplegado sobre los acontecimientos y procesos a lo largo de doscientos años de vida del estado paraguayo. Resalta la claridad de ideas con la que se abordan las cuestiones que hicieron al conflicto de la Guerra de la Triple Alianza, la Guerra del Chaco y otros.</div><div style="text-align: justify;"> Los autores estudian minuciosamente el complicado proceso por el cual el gobierno paraguayo buscó el reconocimiento internacional de su independencia política, así como la definición de los límites de la república, proceso que concluiría penosamente con la Guerra contra la Triple Alianza.</div><div style="text-align: justify;"> Tras aparentemente solucionar ese tipo de conflictos, la diplomacia paraguaya tuvo que desplegar todos sus talentos para lograr zanjar la controversia con Bolivia por la posesión del Chaco, proceso que nuevamente sería definido mediante un conflicto bélico. Posteriormente en el siguiente capítulo se investiga sobre las tratativas que concluyeron con la firma del tratado de Paz con Bolivia así mismo los autores se ocupan de estudiar las relaciones bilaterales del Paraguay con Argentina y el Brasil, al igual que la creciente cooperación estadounidense en el marco de la Guerra Fría, que marcaría definitivamente las relaciones internacionales paraguayas durante gran parte de la segunda mitad del siglo XX.</div><div style="text-align: justify;"> Finalmente, los autores investigan sobre la diplomacia durante el régimen de Stroessner y la transición a la Democracia, haciendo un claro énfasis en el proceso de integración regional, así como en lo que ellos denominan nuevos y viejos temas en las relaciones con los países vecinos.</div><div style="text-align: justify;"> Esta obra es más que relevante, y debemos agradecer a los autores por brindarnos la posibilidad de comprender algo más sobre las relaciones exteriores de nuestro país.</div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: cyan;">HERIB CABALLERO CAMPOS</span></strong></div><br />
<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>INTRODUCCIÓN</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> Hasta comienzos del siglo XX, el estudio y la explicación de los eventos internacionales parecían satisfactorios con la aplicación de los presupuestos de la Historia Diplomática, que se centraba en analizar el papel desempeñado por los hombres de gobierno. Desde esa perspectiva, la evolución de las relaciones entre los Estados dependía, sobre todo, de las decisiones y la actividad de los jefes de Estado, sus ministros, representantes y agentes; se ponía un gran énfasis en desentrañar o exponer sus caracteres, sus habilidades o sus errores. Sin desconocer la importancia de tales presupuestos, los historiadores comprendieron, en el nuevo siglo, que no podían basarse exclusivamente en ellos. Algunos especialistas en el campo de la historiografía afirman que el cambio de historia diplomática a historia de las relaciones internacionales se produjo al concluir la Primera Guerra Mundial, cuando en Gran Bretaña y Estados Unidos se promovió la formación de instituciones científicas para el estudio de las relaciones internacionales. Habría que esperar, no obstante, hasta las décadas de 1940 y 1950 para observar la consolidación definitiva del estudio de las relaciones internacionales, lo cual no dejó de influir en los historiadores dedicados a estos temas.</div><div style="text-align: justify;"> La figura central de esa renovación, el historiador francés Pierre Renouvin, sostuvo que: "Para comprender la acción diplomática, hay que tratar de percibir las influencias que orientan su curso. Las condiciones geográficas, los movimientos demográficos, los intereses económicos y financieros, los rasgos de la mentalidad colectiva y las grandes corrientes sentimentales son las fuerzas profundas que han ido formando la urdimbre de las relaciones entre grupos humanos y en gran medida han determinado su carácter. El hombre de Estado no puede desentenderse de ellas al decidir o proyectar; está sometido a su influencia y ha de calibrar necesariamente los límites que imponen a su actividad". Atraídos por este horizonte conceptual -aunque los resultados en nuestro caso sean aún muy modestos- hemos redactado esta brevísima Historia de las Relaciones Internacionales del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> Los estudios históricos sobre asuntos internacionales, analizados desde la perspectiva diplomática, tuvieron una atención destacada en el Paraguay. El interés por el proceso de la independencia, así como los antecedentes internacionales y las negociaciones posbélicas correspondientes a la Guerra contra la Triple Alianza y a la del Chaco concentraron una serie de esfuerzos meritorios. En el segundo tercio del siglo XX aparecieron documentadísimas investigaciones sobre esos procesos, como resultado del estudio de fuentes provenientes de archivos brasileños y argentinos, además del Archivo Nacional, de Asunción. Julio César Chaves publicó Historia de las relaciones entre Buenos Aires y el Paraguay; Hipólito Sánchez Quell, La diplomacia paraguaya de Mayo a Cerro Corá; R. Antonio Ramos, La independencia del Paraguay y el Imperio del Brasil, y Efraím Cardozo dejó dos importantes obras: Vísperas de la Guerra del Paraguay y El Imperio del Brasil y el Río de la Plata. Se publicaron también resúmenes o compendios dedicados a exponer distintos momentos de las relaciones internacionales del país, desde los presupuestos de la Historia Diplomática, como los textos de Historia Diplomática del Paraguay de Cecilio Báez, Luis G. Benítez y Antonio Salum Flecha.</div><div style="text-align: justify;"> A partir de 1989 y aun antes -cuando eran visibles los choques entre el régimen de Stroessner en su etapa terminal y el sistema internacional-, creció en el Paraguay el interés por los estudios sobre la política exterior y las relaciones internacionales. Por ejemplo, en esos momentos, el Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos decidió ampliar sus actividades constituyendo un programa de Relaciones Internacionales y comenzó a editar "Perspectiva Internacional Paraguaya", la primera publicación periódica especializada en la materia que tuvo el país. Estos primeros esfuerzos estaban enmarcados, según sus iniciadores, por el empeño de superar lo que entonces conceptualizaban como mediterraneidad cultural, una situación que, señalaban, resultaba más preocupante, incluso, que el aislamiento geográfico o internacional, pues entendían que "al encerrarnos en nosotros mismos, se torna casi imposible la comprensión del mundo exterior y sus exigentes reglas de juego".</div><div style="text-align: justify;"> Estos condicionantes han influido para que, en el presente, nos planteemos nuevos horizontes en el estudio de la historia de las relaciones internacionales del Paraguay, en el que apenas hemos dado algunos pasos. Resulta urgente estudiar la importancia de la emigración paraguaya y las repercusiones que tuvo en la política exterior, la actitud de Paraguay ante el proceso de integración regional, el papel del Poder Legislativo, los partidos políticos, los medios de comunicación y la opinión pública como elementos de control e influencia en la elaboración y ejecución de la política exterior, la mentalidad colectiva de la sociedad paraguaya frente a las relaciones internacionales del Estado, entre muchas otras cuestiones.</div><div style="text-align: justify;"> Por todo lo que hemos referido hasta aquí, los seis capítulos que componen este libro conforman apenas un esbozo de la historia de las relaciones internacionales del Paraguay. El proyecto impulsado por el diario ABC Color y la editorial El Lector permite que podamos ofrecer los resultados firmes, aunque no definitivos, de investigaciones que venimos desarrollando desde hace no pocos años. Se trata en suma de un trabajo de síntesis, con propósitos de divulgación, en el que se omiten por eso mismo las notas o referencias en cuanto al origen de las informaciones proporcionadas, las que pueden hallarse en otros trabajos nuestros o en la bibliografía que se incluye al final.</div><div style="text-align: justify;"> La organización de este estudio es esencialmente cronológica: desde el proceso de la independencia, en los comienzos del siglo XIX, hasta la transición a la democracia, en la última década del siglo XX y primera del XXI. Tal criterio, "como cualquier otro, presenta ventajas y desventajas. Entre las primeras debe señalarse que ayuda a seguir, con claridad y sencillez, el itinerario de las cuestiones internacionales. Entre las segundas, quizás deba observarse que limita el uso de conceptos como los de aislamiento, diplomacia restringida o política pendular, de gran utilidad para caracterizar sucesivos momentos de la política exterior paraguaya, pero que demandarían una problematización que excede los propósitos de esta obra. Por igual motivo, no se ha hecho una distinción muy precisa o rigurosa entre relaciones internacionales, relaciones regionales, relaciones inter-regionales, región internacional o regionalismo.</div><div style="text-align: justify;"> Mucho más se podría decir con respecto a las tareas necesarias para impulsar los estudios históricos sobre las relaciones internacionales en el Paraguay: en cuanto a su objeto, en cuanto a su metodología, en cuanto a los temas a estudiar. Se trata sin duda de un reto importante. Pero el comienzo es la mitad de la tarea.</div><div style="text-align: justify;"> Con esta convicción, ponemos en manos de los lectores este libro.</div><br />
<br />
<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>EMANCIPACIÓN POLÍTICA</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> La independencia del Paraguay fue determinada o, en todo caso, precipitada por factores externos. Desde una dimensión regional e internacional, puede sostenerse que el movimiento independentista paraguayo cobró impulso en medio de una complejidad de factores y agentes: ante la crisis de la monarquía hispánica, fue preciso definirse contra José Bonaparte, el rey impuesto por Napoleón, y mantener fidelidad a Fernando VII, el rey depuesto, considerar las apelaciones de las juntas revolucionarias de España, las del Consejo de Regencia, las de Carlota Joaquina, prestar atención al expansionismo portugués y, sobre todo, a los movimientos de Buenos Aires. Los dirigentes paraguayos tuvieron en un momento que confrontarse con la existencia de dos grandes centros de poder con pretensiones hegemónicas, -Buenos Aires y Portugal-, y optaron por constituir un Estado independiente. La decisión no se formalizó de un día para otro, sino que fue revelándose o consolidándose con el tiempo. El Paraguay fue independiente de hecho desde 1811, y de pleno derecho desde 1813, pero sólo gestionó o buscó el reconocimiento internacional de su independencia a partir de 1842, desplegando para obtenerlo una acción diplomática que alcanzó su objetivo en 1852.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>EL PARAGUAY EN LOS TIEMPOS DE LA INDEPENDENCIA</strong></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"> Desde la conquista hasta su emancipación política, el Paraguay formó parte del imperio colonial español. En 1810 era una intendencia dependiente del Virreinato del Río de la Plata, en la que, sobre todo durante el medio siglo anterior, se habían registrado grandes transformaciones administrativas, económicas y sociales. La creación del Virreinato rioplatense en 1776, el establecimiento posterior del régimen de Intendencias, la apertura del puerto de Buenos Aires y la eliminación de las restricciones internas al comercio, generaron en el Paraguay un crecimiento inusitado de las actividades productivas y del comercio con el exterior, que se dirigía principalmente hacia los puertos de Buenos Aires y Montevideo, por medio de la navegación de los ríos Paraguay y Paraná. No solamente se incrementó la extracción de la yerba mate, con la que hasta entonces había participado de manera preferente en el comercio regional, sino que nuevos productos, como las maderas, el tabaco y los cueros, adquirieron significación. Esto permitió que en las últimas décadas del siglo dieciocho se generalizara la circulación de moneda metálica y aumentara la oferta de productos manufacturados europeos en territorio paraguayo.</div><div style="text-align: justify;"> La población había pasado de los cerca de cuarenta mil habitantes que había en 1700, -en su mayoría indígenas y concentrados principalmente en torno a la ciudad de Asunción-, a más de cien mil habitantes, en su mayor proporción mestizos, que se distribuían en gran parte de la actual región oriental del país. Además de Asunción y de la Villa Rica del Espíritu Santo, las villas de Curuguaty y de Pilar en el nordeste y en el sur, contaban con cabildos. En el norte se había establecido la Villa Real de Concepción, y para contener el avance de los portugueses, y las incursiones de indígenas, se levantaron los fuertes Borbón en la margen derecha del Alto Paraguay y de San Carlos en la izquierda del río Apa. La protección militar facilitó la ocupación de las fronteras, y muchos paraguayos se aventuraron hacia el norte de la Villa Real y de Curuguaty en busca de yerbales para atender la demanda creciente de yerba mate.</div><div style="text-align: justify;"> Como territorio fronterizo con los dominios americanos de Portugal, el Paraguay había resistido por largo tiempo y con mucho esfuerzo los embates de fuerzas regulares</div><div style="text-align: justify;">e irregulares que venían desde allí, las que fueron empujando a los pobladores paraguayos desde el este hacia el oeste, en dirección al río Paraguay. En el siglo dieciocho, España dejó de lado el Tratado de Tordesillas de 1494, y accedió a reconocer la realidad de la ocupación portuguesa en Río Grande, la alta cuenca del Paraná, Mato Grosso y la cuenca del Amazonas. En 1750 fue suscrito, en tal sentido, el Tratado de Madrid; y luego, en 1777, el Tratado de San Ildefonso, que fijaron los nuevos límites mediante accidentes geográficos, que debían ser ubicados y demarcados en territorios todavía muy poco conocidos. De todos modos, la demarcación de los límites no pudo concretarse, y la indefinición dio lugar a nuevos avances y conflictos, como los provocados por el establecimiento por los portugueses en 1778 y 1790, respectivamente, de los fuertes de Alburquerque y Coimbra sobre la margen derecha del río Paraguay, entre los grados diecinueve y veinte de latitud meridional.</div><div style="text-align: justify;"> No únicamente con Portugal la Provincia del Paraguay tenía en las vísperas de su independencia indefiniciones en cuanto a los límites. En el sur, los correntinos, cruzando el río Paraná hacia la margen derecha, se fueron asentando en lo que se dio en llamar las lomas o campos de Pedro González, y establecieron una guardia en Curupayty, con el ánimo de proteger a los nuevos pobladores de invasiones de los indígenas chaqueños. A pesar de las reclamaciones paraguayas contra esta ocupación y el poblamiento paulatino de la región del Ñeembucú, sólo se recuperó la posesión de esas tierras cuando se produjo la ruptura entre los gobiernos del Paraguay y de Buenos Aires, a raíz de la conformación de la junta bonaerense en mayo de 1810.</div><div style="text-align: justify;"> En cuanto al territorio ocupado por las antiguas reducciones jesuíticas, en 1803 se constituyó el Gobierno Militar y Político de Misiones con los pueblos que hasta entonces se hallaban divididos bajo la autoridad del Paraguay y Buenos Aires. Ese gobierno quedó agregado al mando del intendente del Paraguay en 1805, y así se encontraba, cuando se desencadenaron los hechos que dieron lugar a la emancipación paraguaya. No obstante, existía un comandante de armas de Misiones, con autoridad directa sobre el territorio misionero, que formalmente dependía del gobernador-intendente del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> Además, otras materias interferían en las relaciones entre la provincia y la capital del virreinato. Estaba todavía latente el recuerdo de las cargas que en el pasado se impusieron a la producción paraguaya, como fue el privilegio de puerto preciso de la ciudad de Santa Fe, vigente a partir del siglo XVII para los artículos que procedían del Paraguay. Otra cuestión era la referida a los aranceles con que se gravaba en Buenos Aires la importación de yerba mate paraguaya. Estos asuntos se vieron actualizados -aunque no siempre de manera explícita- durante el proceso iniciado en 1810 y condicionaron la decisión en torno a la formalización de un nuevo pacto político entre Buenos Aires y Asunción.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>DESCONOCIMIENTO DE LA JUNTA DE BUENOS AIRES</strong></span><br />
<br />
<div style="text-align: justify;"> Estando así las cosas, se desencadenaron fuera del territorio del Paraguay los acontecimientos que provocaron su independencia. En 1808, el emperador de Francia forzó la transferencia del trono de España a su propia familia, manteniendo como prisionero al rey Fernando VII. Amplios sectores del pueblo español consideraron nula la abdicación, obtenida con violencia, y reafirmaron su reconocimiento al rey Fernando como legítimo soberano. Se constituyó una Junta Suprema Central para ejercer la dirección de los asuntos públicos en tanto el rey permaneciera detenido. En 1810, a raíz de la invasión francesa a Andalucía la junta Central pasó de Sevilla a Cádiz, donde poco después se estableció un Consejo de Regencia.</div><div style="text-align: justify;"> Los acontecimientos de la península provocaron diferentes reacciones en América. Predominó en principio la fidelidad al monarca y el rechazo al usurpador, pero se suscitó también la cuestión de por qué debían sujetarse los hispanoamericanos a autoridades como la junta Central o el Consejo de Regencia, establecidas sólo con peninsulares, y sin su intervención. La ausencia del rey produjo por tanto una situación de acefalía política, pues faltaba la autoridad suprema en la que se concentraban los vínculos constitutivos de la monarquía hispánica. Fue desarrollándose así una corriente que postulaba el derecho de los pueblos hispanoamericanos a gobernarse por sí mismos, en tanto el rey Fernando VII permaneciese en cautiverio, traducida en la formación de juntas que ejercerían con autonomía la autoridad en sus respectivos territorios. Las juntas americanas reemplazaron a las autoridades coloniales, y en general produjeron la división entre criollos y peninsulares en bandos opuestos, división que dio origen a la violencia y la revolución.</div><div style="text-align: justify;"> En este contexto, y ante la noticia de la huída de la junta Suprema Central de Sevilla a Cádiz, los vecinos de Buenos Aires desplazaron al virrey en mayo de 1810, y conformaron una junta Provisional Gubernativa, que pretendió asumir el gobierno del Virreinato del Río de la Plata en nombre y representación del rey Fernando VII. A poco de constituida, la nueva junta se dirigió a las ciudades, villas y autoridades del interior, anunciando su instalación y convocando a un Congreso General que debía resolver sobre el gobierno futuro de las Provincias del Plata.</div><div style="text-align: justify;"> En la ciudad de Asunción, el gobernador-intendente y el Cabildo de la ciudad, reacios a acatar la nueva autoridad, sometieron la comunicación de la junta a un cabildo abierto o junta general de vecinos, que se realizó en julio de 1810. A quienes concurrieron a esa reunión se les notificó, además de la noticia de la conformación de la junta de Buenos Aires, que con posterioridad se habían recibido informes sobre la legítima instalación del Consejo de Regencia. Ante esto, se resolvió reconocer y prestar juramento de fidelidad al Consejo de Regencia, mantener correspondencia y amistad con la junta bonaerense, sin reconocerle superioridad, y poner a la provincia en estado de defensa, alegando la amenaza portuguesa, pero precautelándola en realidad de la reacción de Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"> Al conocer la decisión del cabildo abierto asunceno, la junta bonaerense dispuso el bloqueo del Paraguay y el envío de una expedición al mando de uno de sus vocales, Manuel Belgrano, con el propósito de controlar la provincia. En el ínterin destacó al capitán Juan Francisco Arias para que procediese a "contactarse con figuras prominentes del elemento criollo paraguayo" y les explicara que el verdadero fin de la junta instalada en Buenos Aires "era mantener íntegros los derechos del Rey y salvar a estos territorios de la suerte corrida por la desgraciada España. Que los jefes españoles de esa provincia preferían sujetarse a cualquier potencia extranjera antes que ver a los naturales en goce de los derechos concedidos por Dios y por el Rey". Se trató de una misión secreta, que no estaba dirigida a las autoridades del Paraguay, sino a las figuras políticas destacadas. Arias no pudo entrar en territorio paraguayo pero envió, desde la ciudad de Corrientes, sendas notas a dos notables de la provincia, José Antonio Zavala y Delgadillo y Fulgencio Yegros, ambos militares, que podían facilitar la divulgación del propósito de la junta bonaerense de convocar a un Congreso para "definir, por medio de sus diputados, si es o no útil este gobierno [el de la junta] y cuál sea el legítimo sistema que deba ser adoptado".</div><div style="text-align: justify;"> Poco después, y habiendo resuelto ya la expedición militar de Belgrano, la junta porteña comisionó al abogado paraguayo Juan Francisco Agüero, en setiembre de 1810, con el objetivo de trabajar el ánimo de la provincia para provocar un levantamiento que facilitase la tarea de Belgrano. Sus instrucciones precisaban que debía explicar y recomendar a sus paisanos "las ventajas de nuestra unión y los males a que el Paraguay quedará expuesto, si continúa dividido, pues aislado y sin comercio sufrirá una ruina sin otro término que caer en la dominación de los portugueses que se aprovecharán de su indefensión". Agüero no logró la adhesión del Paraguay, apenas llegó a Asunción fue detenido y así permaneció hasta la noche del 14 de mayo de 1811 en que sería liberado.</div><div style="text-align: justify;"> De igual manera, la junta de Buenos Aires intentó el sometimiento del Alto Perú y la Banda Oriental, donde surgieron resistencias a su autoridad. El gobernador del Paraguay, por su parte, aceleró los aprestos militares. Se suspendió el tráfico fluvial y se ocuparon los pasos del Paraná, con lo que el Paraguay recuperó la posesión de las lomas de Pedro González. En contrapartida, no se pudo retener más que en parte el territorio de Misiones, porque el comandante de armas del mismo, se adhirió a la revolución, disponiendo la junta Gubernativa, en setiembre de 1810, que ese territorio saliese de la jurisdicción del Paraguay, y pasara a depender de Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"> La expedición comandada por Belgrano cruzó el Paraná en diciembre de 1810. En enero siguiente fue vencida en las proximidades de Paraguarí y obligada a retroceder hasta el río Tacuarí, en el sur, donde se libró la batalla decisiva en marzo de 1811. Derrotadas las fuerzas de Buenos Aires, los paraguayos les concedieron honrosa capitulación, y los antiguos adversarios confraternizaron amistosamente. La fuga del gobernador en los primeros momentos de la batalla de Paraguarí, los contactos entre la oficialidad y las tropas de ambos ejércitos con posterioridad a esa batalla, y los mensajes transmitidos con habilidad por Belgrano acerca de las intenciones de la junta bonaerense, permitieron que los combatientes paraguayos, en su mayor parte criollos, comprendiesen mejor el momento político por el que atravesaba el antiguo virreinato.</div><div style="text-align: justify;"> Probablemente comenzó a tomar cuerpo desde entonces la decisión de los oficiales que triunfaron en Paraguarí y Tacuarí de reemplazar a las autoridades españolas por un gobierno integrado con paraguayos. El gobernador-intendente de la Provincia, Bernardo de Velasco, apoyado e impulsado por los miembros del Cabildo de Asunción, buscó entonces evitar los contactos y contrarrestar las amenazas de la junta de Buenos Aires. En abril de 1811 se ocupó el puerto de Corrientes, con ese propósito y con el de facilitar las comunicaciones con Montevideo, donde se había instalado el nuevo virrey designado por el Consejo de Regencia.</div><div style="text-align: justify;"> Se procuró por otra parte el auxilio de los portugueses, dispuestos por su propio interés a apoyar a los españolistas del Plata. Hay que señalar en este sentido, que el Príncipe Regente de Portugal, junto con su esposa Carlota Joaquina de Borbón, hermana de Fernando VII, y su corte, se habían trasladado a América y establecido en 1808 en Río de Janeiro, a raíz de la invasión de su territorio continental por fuerzas militares francesas. Tal circunstancia, permitió que cobrase fuerza la idea de que la princesa Carlota Joaquina pudiese asumir la corona hispánica, y afirmar su autoridad sobre las colonias de América.</div><div style="text-align: justify;"> Ya en las primeras semanas de 1811 el gobernador Velasco había solicitado la cooperación de Portugal para evitar que las fuerzas de Belgrano apostadas en las orillas del Tacuarí recibiesen refuerzos. La ayuda no pudo concretarse, pero los contactos continuaron. En mayo de 1811 llegó a Asunción un emisario del Capitán General de Río Grande del Sur, el teniente Diego de Abreu, con instrucciones de concertar las condiciones para que tropas paraguayas se sumasen a las de Portugal a fin de accionar conjuntamente en Misiones y la Banda Oriental. La ayuda solicitada a los portugueses, pasaría así a constituirse en una alianza del Paraguay con Portugal o, más propiamente, en el sometimiento del Paraguay a Portugal. El Cabildo de Asunción y la alta burocracia provincial anunciaron que se impartirían instrucciones al comandante de las fuerzas paraguayas de la frontera para que obedeciera y siguiera las órdenes del Capitán General de Río Grande. Pero en vísperas de la partida del teniente Abreu, se desencadenaron los hechos que condujeron a la independencia del Paraguay.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>EL MOVIMIENTO DE MAYO Y EL CONGRESO DE JUNIO DE 1811</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> El acuerdo con Portugal fue pues, si no la causa determinante, el justificativo principal de quienes se levantaron en la noche del 14 al 15 de mayo de 1811. En la intimación que el capitán Pedro Juan Cavallero, jefe de los sublevados, remitió el día 15 al gobernador Velasco, se dejó constancia de que: "En atención a que la Provincia está cierta de que habiéndola defendido a costa de su sangre, de sus vidas y de sus haberes del enemigo que le atacó, ahora se va a entregar a una Potencia Extranjera, que no la defendió con el más pequeño auxilio, que es la Potencia Portuguesa, este Cuartel, de acuerdo con los Oficiales Patricios, y demás soldados, no puede menos que defenderla con los mayores esfuerzos". En realidad, desde tiempo atrás venía preparándose la sublevación, que obedecía a causas y motivaciones más profundas, y que debió adelantarse ante la inminente partida del teniente Abreu.</div><div style="text-align: justify;"> Los sublevados demandaron al gobernador, entre otras cosas, que ejerciera el gobierno asociado con dos diputados del Cuartel, hasta tanto llegasen "los demás oficiales de Plana Mayor" de la provincia, en cuyo momento se trataría y establecería "la forma y modo de gobierno". Después de las incidencias conocidas, el gobernador accedió a los requerimientos de los revolucionarios, y el 16 de mayo los revolucionarios indicaron como sus diputados a José Gaspar de Francia y Juan Valeriano de Zevallos, con quienes Velasco debía disponer las providencias de gobierno, "en la inteligencia de que este régimen deberá ser puramente interino hasta tanto que este Cuartel en unión con los demás vecinos de esta Provincia arregle la forma de gobierno".</div><div style="text-align: justify;"> Las nuevas autoridades asumieron sus funciones el mismo 16 de mayo, y con el gobernador Velasco emitieron al día siguiente un bando por el que comunicaron su instalación y declararon que ejercerían el gobierno provincial hasta que los vecinos de la provincia estableciesen "el régimen y forma de gobierno que debe permanecer y observarse en lo sucesivo". Desmintieron por otra parte que el gobierno así constituido y los oficiales sublevados tuvieran el propósito de "entregar o dejar esta provincia al mando, autoridad o disposición de la de Buenos Aires, ni de otra alguna y mucho menos el sujetarla a ninguna potencia extraña"; pretendían en cambio "sostener y conservar los fueros, libertad y dignidad" de la provincia, "reconociendo siempre al desgraciado Soberano [Fernando VII] bajo cuyos auspicios vivimos, uniendo y confederándose con la misma ciudad de Buenos Aires para la defensa común y para procurar la felicidad de ambas provincias y las demás del continente bajo un sistema de mutua unión, amistad y conformidad, cuya base sea la igualdad de derechos". Poco después, permitieron el retorno del teniente Abreu, llevando seguridades de que la Provincia del Paraguay deseaba mantener buenas relaciones con Portugal.</div><div style="text-align: justify;"> En pocas palabras, sin desconocer aún la autoridad del monarca cautivo, los paraguayos decidieron asegurar sus fueros, libertad y dignidad frente a Buenos Aires y Portugal. Desde los primeros momentos, quienes lideraron el movimiento de mayo de 1811 dejaron en claro que no tenían el propósito de someter la provincia a autoridades foráneas, optando en todo caso por constituir una confederación, como "sistema de mutua unión, amistad y conformidad, cuya base sea la igualdad de derechos".</div><div style="text-align: justify;"> El 28 de mayo siguiente, el gobernador y sus m asociados convocaron a la junta general. Antes de su reunión, la posición política que se estaba configurando en el Paraguay fue transmitida indirectamente a Buenos Aires. Si en el bando del 17 de mayo se enunció la idea de la confederación como base de unión con las demás provincias, el que se dictó el 30 de mayo para comunicar la evacuación de Corrientes, incluyó otro principio que se convertiría en un eje fundamental de la política exterior del Paraguay en los años subsiguientes, como era el de la no injerencia en las cuestiones internas de las otras provincias. Después de reiterar el propósito del gobierno paraguayo de "conservar la tranquilidad interior y la paz, unión y buena armonía con la ciudad de Buenos Aires y las demás del continente, siempre que pueda efectuarse de un modo digno y compatible con el decoro y libertad de esta antigua, vasta y respetable provincia de la Asunción", se declaraba lo siguiente: "así como [la provincia del Paraguay] no se entromete, ni se entrometerá jamás en el régimen interior de otras provincias, en la forma de su gobierno, o administración, en la provisión de sus cargos, ni menos en disponer de su debilidad o de sus fuerzas, tampoco consentirá que sin la asistencia, influjo o cooperación de sus representantes legítimos y sin la precisa igualdad de derechos, por las miras mal entendidas del interés común o solamente por la prepotencia y ambición o tomando ocasión de las convulsiones de una anarquía, [se] intente someterla, disponer de su suerte o hacerse el árbitro de su felicidad, despojándola anticipadamente de la verdadera libertad civil".</div><div style="text-align: justify;"> Con estos preliminares, y previa suspensión en el cargo y apresamiento del gobernador Velasco por considerarse demostrada su connivencia con los portugueses, se realizó la junta General o Congreso de junio de 1811. Tenía más las características de un Cabildo abierto que las de un Congreso representativo. Sus más de 250 miembros habían sido invitados por el gobierno, con excepción de seis diputados que representaban a las principales villas y poblaciones del interior. El Congreso aprobó por amplia mayoría la creación de una Junta Superior Gubernativa, presidida por Fulgencio Yegros e integrada con cuatro vocales. Pese a que de esta manera se estableció un gobierno propio y autónomo, constituyéndose el Paraguay de hecho en Estado independiente, se continuó invocando la fidelidad a Fernando VII, de manera puramente formularia. El Congreso de 1811 adoptó además otras decisiones que definían la política internacional a ser observada por la nueva junta Gubernativa. En primer lugar, se decidió que la provincia "no sólo tenga amistad, buena armonía y correspondencia con la ciudad de Buenos Aires y demás provincias confederadas, sino también se una con ellas para el efecto de formar una sociedad fundada en principios de justicia, equidad y de igualdad". El Paraguay reclamaría el libre comercio, la supresión del estanco de tabaco, y participaría del Congreso General, con la salvedad de que cualquier reglamento o Constitución adoptado por el mismo, sólo le obligaría después de ser aprobado por una junta plena y general de sus habitantes y moradores. Entre tanto, se gobernaría por sí mismo, "sin que la Excelentísima Junta de Buenos Aires pueda disponer o ejercer jurisdicción sobre su forma de gobierno, régimen, administración ni otra alguna causa correspondiente a esta misma provincia". Se suspendía finalmente "todo reconocimiento de las Cortes, Consejo de Regencia y toda otra representación de la autoridad suprema o superior de la nación en estas provincias hasta la suprema decisión del Congreso General que se halla próximo a celebrarse en Buenos Aires".</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>ACUERDO CON BUENOS AIRES</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> La primera comunicación del gobierno paraguayo a la junta de Buenos Aires desde los hechos del 14 y 15 de mayo fue despachada con fecha 20 de julio de 1811. En la nota, las autoridades paraguayas explicaron antes que nada los fundamentos de su constitución, señalando cuanto sigue: "No es dudable que abolida o deshecha la representación del Poder Supremo recae éste o queda refundido naturalmente en toda la Nación. Cada pueblo se considera entonces en cierto modo participante del atributo de la soberanía y aun los ministros públicos han menester su consentimiento o libre conformidad para el ejercicio de sus facultades. De este principio [...] se deduce ciertamente que reasumiendo los pueblos sus derechos primitivos, se hallan todos en igual caso y que igualmente corresponde a todos velar sobre su propia conservación". Tras referirse a los antecedentes y desarrollo del movimiento de mayo y el Congreso de junio, en la nota se consignaba que: "Este ha sido el modo como ella [la provincia] por sí misma y a esfuerzos de su propia resolución se ha constituido en libertad y en el pleno goce de sus derechos, pero se engañaría cualquiera que llegase a imaginar que su intención había sido entregarse al arbitrio ajeno y hacer dependiente su suerte de otra voluntad. En tal caso, nada más habría adelantado, ni reportado otro fruto de su sacrificio, que el cambiar unas cadenas por otras y mudar de amo". Pero la junta, en consonancia con lo resuelto por el Congreso, anunciaba la decisión de unirse con Buenos Aires y las demás ciudades en confederación, "no sólo para conservar una recíproca amistad, buena armonía, comercio y correspondencia, sino también para formar una sociedad fundada en principios de justicia, de equidad y de igualdad". Se transmitieron igualmente las demás resoluciones que guardaban relación con Buenos Aires, inclusive la de que hasta tanto se aprobara en junta plena lo resuelto por el Congreso General de las Provincias del Plata, el Paraguay se gobernaría por sí mismo, sin injerencia alguna de la junta bonaerense.</div><div style="text-align: justify;"> Se ha pretendido ver en la propuesta de confederación tan solo un recurso utilizado por el Paraguay para reafirmar internamente su independencia, sin romper con Buenos Aires, dada la significación que tenía el comercio con ese puerto, y la expectativa abierta por las promesas de que sería enteramente libre en lo sucesivo. Pero si bien la evolución de los acontecimientos parecería demostrar que efectivamente la opción paraguaya por la confederación no era sincera, no puede dejar de recordarse que justamente en los meses que siguieron a la revolución del Paraguay el centralismo de Buenos Aires -particularmente durante la gestión del Triunvirato, el órgano ejecutivo que reemplazó a partir de 1811 a la Junta de Gobierno y a la llamada junta Grande- se haría sentir con mayor intensidad, destruyendo prácticamente cualquier ilusión en cuanto a relaciones equitativas.</div><div style="text-align: justify;"> Sea lo que fuere, la revolución paraguaya se produjo en momentos adversos para la autoridad bonaerense tanto en el Alto Perú como en la Banda Oriental, y esto facilitó el reconocimiento precario de la situación creada en el Paraguay. El gobierno de Buenos Aires no acompañaba la idea de la confederación, pero encontraba en la apertura del gobierno paraguayo una oportunidad para asegurar su neutralidad e incluso su apoyo en las apuradas circunstancias por las que pasaba. Antes de recibir la nota del 20 de julio, pero quizás conociendo los bandos de mayo y la reunión del Congreso, despachó hacia el Paraguay en misión especial a Manuel Belgrano y Vicente Anastasio Echevarría, quienes debían abogar por la subordinación de los paraguayos a Buenos Aires, en aras del interés común. Se les autorizó empero a dejar de lado ese objetivo en caso de no poder alcanzarlo, y simplemente "unir ambos Gobiernos bajo un sistema ofensivo y defensivo contra todo enemigo que intentase atacar los respectivos territorios".</div><div style="text-align: justify;"> La junta paraguaya sólo permitió el arribo de Belgrano y Echevarría luego de recibir la respuesta de la junta de Buenos Aires a la nota del 20 de julio. Tal respuesta tenía fecha de 28 de agosto y estaba redactada en términos satisfactorios, pues expresaba que: "si es la voluntad decidida de esa Provincia [del Paraguay] gobernarse por sí y con independencia del Gobierno provisional, no nos opondremos a ello, con tal que estemos unidos y obremos de absoluta conformidad para defendernos de cualesquier agresión exterior". Desde luego, el reconocimiento de la independencia era limitado, pues se subordinaba a lo que resolviese el Congreso General.</div><div style="text-align: justify;"> En ese marco, la Junta Superior Gubernativa del Paraguay y los comisionados de Buenos Aires negociaron un tratado, que fue suscrito el 12 de octubre de 1811. Por el mismo, el Paraguay reafirmó su independencia y la posesión de territorios disputados, comprometiéndose en contrapartida a una problemática alianza, concebida en términos tan ambiguos que nunca llegó a cumplirse y sí a provocar desinteligencias entre las partes. En el tratado se determinó que el gobierno de Buenos Aires, de conformidad con su contestación del 28 de agosto, se allanaba a la independencia paraguaya y no pondría reparo al cumplimiento y ejecución de las resoluciones del Congreso de junio de 1811. Se estipuló también la extinción del estanco del tabaco, el pago en Asunción y no en Buenos Aires de la sisa y arbitrio por la yerba exportada, la cancelación de los impuestos al comercio en el lugar de la venta y la posibilidad de que Buenos Aires pudiera gravar en forma moderada la importación de los productos paraguayos. La alianza entre el Paraguay y Buenos Aires se acordó de la manera siguiente: "deseando ambas partes contratantes estrechar más y más los vínculos y empeños que unen y deben unir ambas provincias en una federación y alianza indisoluble, se obliga cada una por la suya no sólo a conservar y cultivar una sincera, sólida y perpetua amistad sino también de auxiliarse y cooperar mutua y eficazmente con todo género de auxilios según permitan las circunstancias de cada una, toda vez que los demande el sagrado fin de aniquilar y destruir cualesquier enemigo que intente oponerse a los progresos de nuestra justa causa y común libertad". En cuanto a los límites, se dejó al Paraguay en posesión del partido de Pedro González y del departamento de Candelaria, hasta tanto el Congreso General determinase "la demarcación fija de ambas provincias". De esta forma, el territorio misionero quedó dividido: los departamentos de Santiago y Candelaria permanecieron bajo la jurisdicción del Paraguay, y los de Yapeyú y Concepción, bajo la de Buenos Aires. El departamento de Candelaria comprendía tres pueblos en la margen derecha del Paraná y cinco en la margen izquierda del mismo río.</div><div style="text-align: justify;"> El tratado de 1811 empero sólo constituyó un paréntesis en los conflictos entre el Paraguay y Buenos Aires. La solicitud de auxilios para la adquisición de armas y municiones formulada por el gobierno paraguayo no fue atendida. El Paraguay tampoco accedió al requerimiento de tropas hecho por Buenos Aires, amparándose en la amenaza portuguesa contra su territorio. Serios incidentes se sucedieron durante el primer año de vigencia del tratado. El más importante de ellos fue provocado por la fijación en Buenos Aires de un impuesto al tabaco, que se aplicaría también al procedente del Paraguay, en violación de lo estipulado en 1811. La alianza, en consecuencia, no pudo consolidarse, y Buenos Aires comenzó a tomar medidas para presionar al Paraguay por medio de trabas a su comercio.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LA PROCLAMACIÓN DE LA REPÚBLICA EN 1813</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> En el segundo semestre de 1812, el Paraguay era la única provincia del Plata que practicaba de hecho la independencia absoluta. Así estaban las cosas, cuando el gobierno de Buenos Aires hizo pública la decisión de convocar una Asamblea General Constituyente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Fundándose en que la representación debía ser lo más completa posible para un Congreso de "tan alto carácter e importancia", invitaba a los vecinos libres y patriotas a elegir diputados. Según lo dispuesto, en su calidad de capital de provincia, a Asunción le correspondía elegir y enviar dos diputados.</div><div style="text-align: justify;"> Paralelamente a la llegada del llamamiento para la Asamblea, el estado de las relaciones entre Asunción y Buenos Aires, por las referidas cuestiones de auxilios y las medidas coercitivas impuestas al comercio paraguayo, se tensó aún más. La junta Gubernativa resolvió, entonces, no disponer el envío de diputados y asumir una actitud de expectativa. Estas circunstancias determinaron que, en los primeros meses de 1813, Buenos Aires acreditase una misión a cargo de Nicolás de Herrera. Se le instruyó que debía "expresar al gobierno paraguayo los sentimientos amistosos del gobierno de las Provincias Unidas y reiterar su firme adhesión a los principios y convenios que unen a los dos países", así como "persuadir de la necesidad y conveniencia del nombramiento de diputados a la asamblea que se halla funcionando [...], exponer las ventajas del vínculo de anexión, objeto preferente de la misión y tocar los resortes necesarios para determinar el envío de diputados". En el caso de que Paraguay se negase a esto último, Herrera debía promover el nombramiento de un plenipotenciario con quien se negociaría en Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"> Una vez presentadas las credenciales y expuestos los objetos de su misión, la junta acordó dejar al arbitrio y deliberación de la provincia la determinación de enviar o no diputados a la Asamblea General de Buenos Aires. Para ello convocó a un nuevo congreso que abrió sus sesiones el 30 de setiembre y al que asistieron, según consta en el bando correspondiente, mil diputados. En el transcurso de las deliberaciones se resolvió la redacción de un proyecto de Reglamento gubernamental, que fue aprobado el 12 de octubre. Compuesto de 17 artículos, en el primero se establecía "no enviar ahora diputados de esta provincia a la Asamblea formada en Buenos Aires". Asimismo, se dejaba investidos del gobierno a dos cónsules, "que se denominarán de la República del Paraguay", recayendo tal designación en las personas de Fulgencio Yegros y José Gaspar Rodríguez de Francia. Se establecía, asimismo, en el artículo decimocuarto, "como ley fundamental y disposición general, perpetua e invariable, que en lo venidero se celebrará anualmente un Congreso General de la Provincia [... para] tratar como pueblo libre y soberano lo más conducente a la felicidad general, a mejorar su gobierno si fuese necesario, y a ocurrir a cualquier abuso que pueda producirse".</div><div style="text-align: justify;"> Este Reglamento de Gobierno fue el primer instrumento adoptado como Ley Fundamental del Paraguay. Quedó así proclamada la República, la primera de Sudamérica, y se creó un nuevo sistema de gobierno. Surgió, de pleno derecho, el Estado Paraguayo y se rompió todo lazo con España y con Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"> Conocidas las resoluciones del Congreso, Nicolás de Herrera reiteró, en una serie de conferencias mantenidas con el cónsul Francia antes de dar por concluida su misión, la conveniencia de un nuevo tratado de alianza y comercio que asegurase las relaciones amistosas entre el Paraguay y las Provincias Unidas. Sin embargo, no fue posible avanzar en tal sentido y Herrera retornó a Buenos Aires con las manos vacías: sin diputados, sin alianza y sin auxilios.</div><div style="text-align: justify;"> Si se mira con atención la documentación reproducida en este relato, al desencadenarse los acontecimientos en 1810 los líderes paraguayos, al igual que otros dirigentes regionales, comenzaron por demandar igualdad más que independencia. Buscaron, en esos primeros momentos, la autonomía más que la separación, y se mostraron permeables a una unión política con las demás provincias del Río de la Plata; de hecho, ofrecieron la alternativa de la confederación. Sólo después, cuando sus demandas de autonomía y de igualdad fueron rehusadas, el Paraguay optó abiertamente por la emancipación política.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>DICTADURA DEL DOCTOR FRANCIA Y AISLAMIENTO INTERNACIONAL</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> Al breve gobierno de los cónsules Fulgencio Yegros y José Gaspar Rodríguez de Francia, sucedió la larga dictadura del segundo, que se extendió de 1814 a 1840. Las diferencias con el gobierno de Buenos Aires y su creciente hostilidad hacia la República del Paraguay, así como la inestabilidad generada por las luchas armadas en el litoral paranaense, que ponían en riesgo las operaciones mercantiles por las continuas intervenciones y vejámenes a la navegación fluvial, determinaron la reducción significativa del comercio del Paraguay con el exterior y una interrupción casi completa de los contactos formales con otros gobiernos. Se interrumpió también el comercio con los portugueses de Mato Grosso por el norte, y el antiguo Fuerte Borbón, transformado en Fuerte Olimpo, se constituyó en la última frontera del país en el Alto Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> El aislamiento se impuso, gradualmente, ante las amenazas externas y, en palabras del dictador Francia, para no tolerar trabas arbitrarias de "impuestos, registro, puerto preciso, derecho de tránsito u otra cualquier invención semejante sugerida por el espíritu de piratería y depredación que escandalosa y desaforadamente se ha querido introducir y acostumbrar". Se acomodaba, de todos modos, perfectamente al sistema de gobierno y los objetivos políticos del doctor Francia, centrados en "conservar la paz, la quietud y la tranquilidad interior y exterior", al igual que la independencia del país.</div><div style="text-align: justify;"> En realidad el aislamiento nunca fue total; el dictador Francia buscó armonizarlo con relaciones comerciales que permitieran satisfacer las necesidades mínimas del Paraguay. Así se pudo adquirir lo que necesitaba el país, como armas, textiles y metalurgia, pagando lo comprado en especie, principalmente con yerba mate, tabaco y cueros. Sólo una pequeña proporción de la yerba y el tabaco existentes se colocaba de esta manera, y la declinación de las exportaciones produjo un estancamiento muy notorio de las actividades económicas. El comercio quedó subordinado a objetivos políticos, y debía necesariamente atender en forma prioritaria los intereses del Estado.</div><div style="text-align: justify;"> Restringido, y prohibido después, el arribo de buques extranjeros hasta el puerto de Asunción, y limitadas a casos muy excepcionales las licencias para que embarcaciones paraguayas salieran del país, el dictador permitió en forma intermitente que comerciantes correntinos llegasen hasta el puerto de la Villa del Pilar. Se desarrolló por allí durante las décadas de 1820 y 1830 un intercambio mercantil modesto e irregular. Desde Corrientes, los productos del Paraguay eran reexportados hacia otros puertos del litoral y sobre todo a Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"> En la década de 1820 se habilitó también el pueblo de indios de Itapúa, sobre el río Paraná para el comercio con el exterior. Si Pilar estaba preferentemente destinada al comercio con correntinos, Itapúa (la actual Encarnación) lo estaba para comerciantes que venían del Brasil, lo cual no significaba que los productos paraguayos adquiridos allí fueran destinados necesariamente al mercado brasileño, pues en gran medida se dirigían hacia los del Plata. Para trasladarse hasta Itapúa, los mercaderes debían atravesar el territorio de las antiguas Misiones jesuíticas, entre los ríos Uruguay y Paraná, desde San Borja, en Río Grande del Sur. En los años anteriores esas tierras habían sido asoladas por los tenientes de José Artigas, por fuerzas militares provenientes del Brasil y por bandidos; pero a finales de 1821, tropas paraguayas volvieron a ocupar la margen derecha del Paraná, de donde habían sido desalojadas en 1815, y se hicieron fuertes en el territorio misionero, estableciendo guardias hacia el oeste, en San Miguel y la Tranquera de Loreto, para controlar e impedir el paso de los correntinos. El dictador Francia alegó los derechos del Paraguay sobre ese territorio hasta el río Uruguay, reclamado igualmente por la Provincia de Corrientes. En la década de 1830, el Paraguay construyó un recinto amurallado frente a Itapúa, en la margen izquierda del Paraná, antigua rinconada de animales durante la época de los jesuitas, que se conoció como Campamento de San José de la Rinconada o Trinchera de los Paraguayos, y que guardaba el cruce del río.</div><div style="text-align: justify;"> En Itapúa operó durante muchos años un comercio permanente, pero de poca monta, por las condiciones impuestas por el dictador y las dificultades derivadas de las largas distancias que había que recorrer. El trayecto entre la Trinchera de los Paraguayos y el puesto de Hormiguero, por donde se cruzaba el río Uruguay hasta San Borja, se efectuaba mediante caravanas de carretas, escoltadas a veces por fuerzas militares paraguayas, con el objeto de evitar que sean atacadas por bandoleros. De San Borja, la carga se despachaba principalmente a Porto Alegre o Montevideo, a través del puerto del Salto Oriental. La ruta terrestre era más costosa y peligrosa que la fluvial, y esto incrementaba en mucho los precios de los productos transportados por esa vía.</div><div style="text-align: justify;"> No cualquier paraguayo podía llegar hasta Itapúa para comerciar con los brasileños. Era necesaria una licencia o autorización del dictador, que en principio sólo se acordaba a los propios productores para comerciar la yerba y el tabaco cultivados por ellos mismos, en cantidades por lo general menores a las disponibles.</div><div style="text-align: justify;"> Si bien existió durante esos años un comercio mezquino con el exterior, la salida de paraguayos al extranjero se volvió prácticamente imposible. La correspondencia con el exterior fue suprimida, y las relaciones oficiales con otros países se redujeron a su mínima expresión. El Paraguay se mantuvo irreductiblemente neutral y prescindente en los conflictos y disputas que se sucedían en la región.</div><div style="text-align: justify;"> Las comunicaciones con el gobierno de Buenos Aires se interrumpieron por completo. Con el Brasil, se dieron algunos contactos. A mediados de la década de 1820, el Imperio envió un cónsul y agente comercial al Paraguay, con la finalidad de evitar cualquier entendimiento entre los gobiernos de Asunción y Buenos Aires, que amenazaba en esos momentos la posesión brasileña en la Banda Oriental, incorporada al Imperio como Provincia Cisplatina. El agente, Antonio Manuel Correa da Cámara, pudo llegar hasta Asunción en 1825 y fue recibido por el doctor Francia, quien le formuló diversos reclamos. Partió luego con el compromiso de obtener satisfacciones y ventajas para el Paraguay. Pero como regresó sin nada, debió permanecer casi dos años en Itapúa, sin obtener autorización para proseguir su viaje hasta Asunción. Finalmente, se le informó que el gobierno paraguayo consideraba inoportuna su misión, pues sus actos "no manifestaban sinceridad y buena fe". Tras el acuerdo entre el Imperio y las Provincias Unidas del Río de la Plata, y la independencia uruguaya, el interés brasileño en cultivar relaciones con el Paraguay disminuyó, sin perjuicio del comercio que se desarrollaba entre San Borja e Itapúa.</div><div style="text-align: justify;"> Al concluir el gobierno del doctor Francia, la emancipación del Paraguay no había sido reconocida formalmente por otros Estados, pero se había consolidado firmemente en el interior del país. Existía la conciencia de que se lo gobernaba desde Asunción, por funcionarios nacidos en el territorio de la República; y pese a que los límites territoriales no estaban definidos, sí lo estaban las zonas de frontera, donde los contactos con el exterior se efectuaban sólo con consentimiento del gobierno.</div><br />
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<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>GUERRA Y POSGUERRA DEL CHACO</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;"> En la década de 1920, la controversia con Bolivia por el Chaco Boreal se complicó aún más, con motivo de la progresiva ocupación militar del territorio en disputa. Los continuos choques entre patrullas y posiciones avanzadas fueron desgastando las relaciones bilaterales, y produjeron incidentes y rupturas. La opinión pública de los dos países reclamó repetidamente soluciones de fuerza que limpiasen el honor nacional ultrajado, y pusieran fin a lo que se calificaba como intransigencia del adversario para reconocer las pretensiones íntegras de cada país. Se intensificaron los preparativos militares. La guerra se consideró inevitable y estalló finalmente en 1932. Fue una nueva sangría para el Paraguay, que estaba rehabilitándose tras el desastre de la anterior conflagración. Las hostilidades sólo pudieron detenerse en 1935, y en 1938 se suscribió el tratado de paz y límites que puso término a la larga controversia. La diplomacia paraguaya, libre de esa preocupación, se ocupó preferentemente después de la guerra de asegurar condiciones más ventajosas para su comercio exterior y su desarrollo económico.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>FRICCIONES E INCIDENTES PREVIOS A LA GUERRA</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> En la década de 1920 las fuerzas del Paraguay y de Bolivia avanzaron sus posiciones militares hasta encontrarse en el interior del Chaco Boreal. En 1921, el Paraguay despachó expediciones y estableció el fortín General Delgado, en la zona del Pilcomayo, al norte de Bruguez y al sur del Estero Patiño. Bolivia reclamó, y el gobierno de Asunción consiguió con tal motivo reforzar su posición sobre las líneas del statu quo, señalando "que los piquetes paraguayos sobre el Estero Patiño [...] habían sido destacados para policiar posiciones de tiempo atrás ocupadas por el Paraguay, más de cincuenta leguas acá de la zona delimitada como litigiosa por el protocolo [de 1907]". De todos modos, la guerra civil de 1922 y 1923 determinó que se retiraran las guarniciones de los fortines Bruguez y Delgado. Tras concluir la rebelión, en 1924, se tuvo conocimiento de que las fuerzas bolivianas, que hasta pocos meses antes se habían mantenido en la margen izquierda del Pilcomayo al norte del Estero Patiño, estaban ya muy adentro del territorio chaqueño aproximándose hacia el río Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> En efecto, en 1922 el presidente Bautista Saavedra dispuso el establecimiento de nuevos fortines hacia el este del Pilcomayo. Se fundaron los fortines Muñoz y Saavedra,</div><div style="text-align: justify;">así como un puesto de vigilancia en Agua Rica. Después, el avance siguió hacia el norte levantándose los fortines Alihuata y Arce y los puestos adelantados Castillo y Yucra. La constatación de esta nueva realidad sorprendió al gobierno paraguayo a poco de concluida la guerra civil. La reacción comenzó a esbozarse durante la presidencia provisoria del doctor Luis A. Riart, pero se concretó firmemente durante el mandato de Eligio Ayala entre 1924 y 1928. El presidente Ayala describió la situación encontrada y la decisión consiguiente, en estos términos: "Mientras el pueblo paraguayo otra vez más se desgarraba a sí mismo, las fuerzas militares bolivianas usurpaban las tierras que habían quedado desamparadas de nuestra parte. El gobierno del Paraguay que surgió de entre los escombros dejados por la sedición se encontró con este drama [...]. Al cabo de muchos días de opinar incesante y continuo, el gobierno optó por esta decisión fundamental: ocupar el Chaco, urgentemente, y entre tanto formar el ejército, y adquirir el material indispensable para la defensa del territorio contra el evento de una agresión''.</div><div style="text-align: justify;"> El plan se cumplió sin aspavientos, con la mayor reserva posible. Gran parte de los ingresos y ahorros presupuestarios fueron destinados a la adquisición de armamentos y elementos militares, y a la organización de las instituciones castrenses. Se fue jalonando el interior del territorio chaqueño con pequeñas guarniciones militares, los fortines, que subsistían en precarias condiciones, en muchos casos muy cerca de los fortines bolivianos. En la segunda mitad de la década de 1920 comenzó a implementarse también uno de los mayores esfuerzos de colonización del interior del territorio chaqueño, con los mennonitas, bajo el amparo de una ley sancionada en el año 1921. Para la adquisición de armas y elementos militares el gobierno del presidente Ayala, animado del propósito de mantener el secreto, recurrió a la colaboración del gobierno argentino. Se acordó que el del Paraguay indicaría la clase y cantidad de armas que deseaba adquirir y el de Argentina dispondría que la Comisión Técnica de Adquisiciones que tenía en Europa, aconsejara los sistemas y métodos más ventajosos. Esta gestión pretendía también reforzar el "apoyo moral" del gobierno de Buenos Aires, para el caso de que el enfrentamiento en el Chaco se desencadenase antes de la llegada de los armamentos contratados.</div><div style="text-align: justify;"> Eusebio Ayala, quien se desempeñaba como ministro plenipotenciario en Estados Unidos, recibió el encargo de trasladarse a Europa para formalizar los primeros contratos. Sin embargo, resultó necesario que algún jefe militar paraguayo se hiciese cargo de estas gestiones. El presidente Eligio Ayala confió tal misión al general Manlio Schenoni, dando así por primera vez intervención a los militares paraguayos en el asunto. Explicó en tal sentido: "Algún choque [de los bolivianos] con nuestras posiciones podría producirse de un momento a otro. Guardábamos el secreto de estas gestiones a nuestros amigos más íntimos; los jefes y oficiales del ejército no sabían nada de ellas, y mientras de Europa no nos llegaban más que las informaciones de las dificultades, de los entorpecimientos y de los retardos de la adquisición, éramos acusados por todo el mundo, el ejército también, de indolentes, de traidores a nuestros deberes públicos. No será posible nunca traducir las torturas morales que padecíamos, en esos trances''.</div><div style="text-align: justify;"> El primer incidente serio provocado por la proximidad de las guarniciones militares se produjo en 1927, cuando fuerzas bolivianas detuvieron y dieron muerte al teniente paraguayo Adolfo Rojas Silva, en las proximidades del fortín Sorpresa. El incidente impulsó la reactivación de las negociaciones diplomáticas. Aceptados los buenos oficios que el gobierno argentino tenía ofrecidos desde 1924, en virtud de un protocolo suscrito en Buenos Aires en abril de 1927 por el diputado y ex ministro paraguayo en Bolivia Lisandro Díaz León y el canciller boliviano Alberto Gutiérrez, se realizaron en Buenos Aires conferencias entre delegados del Paraguay y Bolivia en los años 1927 y 1928. La delegación del Paraguay planteó como cuestión previa el restablecimiento del statu quo de 1907, pero la delegación boliviana rechazó la interpretación paraguaya en cuanto a los alcances y la vigencia de dicho statu quo. El sometimiento de la cuestión principal a un arbitraje de derecho tampoco pudo prosperar. El gobierno argentino propuso entonces el retiro por ambos países de los fortines más próximos y el establecimiento de una zona desmilitarizada, a fin de evitar choques en el territorio en disputa. Las delegaciones no pudieron ponerse de acuerdo en torno a esta propuesta y las conferencias se suspendieron sin resultado alguno.</div><div style="text-align: justify;"> En diciembre de 1928 tropas paraguayas atacaron y destruyeron el fortín boliviano Vanguardia establecido poco antes al norte de Bahía Negra. El incidente motivó la ruptura de relaciones diplomáticas; fuerzas militares de Bolivia, después de intentar sin éxito la toma del fortín paraguayo Galpón, -el más próximo a Vanguardia-, ocupó y retuvo el fortín Boquerón, en el interior del Chaco, a título de represalias. Los dos gobiernos, conscientes de que no estaban aún en condiciones de afrontar una guerra, sometieron el incidente a una Comisión de Investigación y Conciliación, que sesionó en Washington con representantes de Colombia, Cuba, Estados Unidos, México y Uruguay. En setiembre de 1929, la Comisión dispuso la reconstrucción del fortín Vanguardia por el Paraguay y la devolución del fortín Boquerón por parte de Bolivia, restituyendo el statu quo anterior a los hechos de diciembre. Se restablecieron además las relaciones diplomáticas.</div><div style="text-align: justify;"> No obstante, no se reanudaron las negociaciones para una solución pacífica de la controversia y los preparativos militares se intensificaron. En 1931, un entredicho entre las representaciones del Paraguay y Bolivia en Washington en torno a la llegada al Paraguay de dos modernas cañoneras que le aseguraban el dominio del río, provocó nuevamente la ruptura de relaciones. A finales de ese año, se consiguió instalar en la capital estadounidense una conferencia, bajo los auspicios de una Comisión de Neutrales, para discutir un Pacto de No Agresión, que conjurase los posibles enfrentamientos entre las guarniciones chaqueñas. Estando en curso esas negociaciones, se iniciaron las hostilidades en el Chaco.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LA DIPLOMACIA PARAGUAYA DURANTE LA GUERRA DEL CHACO</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> La causa principal de la Guerra del Chaco fue la larga y frustrante controversia diplomática en torno al dominio del Chaco Boreal, que conllevó la ocupación militar del territorio en disputa, y predispuso a la opinión pública de ambos países hacia la opción bélica. Desde luego, también entraron a tallar factores económicos. Los establecimientos forestales y ganaderos del Chaco, muchos de ellos pertenecientes a capitales argentinos, aportaban una parte muy significativa de los ingresos fiscales del Paraguay. Estaba además el petróleo, descubierto en los extremos de la parte occidental del Chaco, y cuya explotación había sido concedida por el gobierno de Bolivia a la Standard Oil, de Nueva Jersey. Las dificultades que encontró esta empresa estadounidense para extraer el petróleo boliviano por territorio argentino, reafirmaron la decisión del gobierno de Bolivia de asegurar un puerto propio sobre el río Paraguay, que facilitase la exportación de dicho producto. En 1931, ante la falta de respuestas, la empresa disminuyó la producción y empezó a retirar sus equipos y maquinarias. La restricción de las operaciones de la Standard Oil en la región era además un interés del gobierno de Argentina y de los capitales británicos que operaban allí.</div><div style="text-align: justify;"> Por otra parte, la situación interna de los dos países que se enfrentaron en el Chaco se había complicado mucho en los años previos al estallido de la guerra. En Bolivia, el gobierno del presidente Daniel Salamanca afrontaba desde 1931 una crisis política y económica muy delicada. Se ha sostenido que las decisiones adoptadas por él en cuanto a las acciones militares de 1932, a más de basarse en la confianza en las fuerzas propias y el menosprecio de las del adversario, estuvieron motivadas por el temor de que el colapso económico llevase a Bolivia hacia la anarquía social. Durante los años previos a la guerra, Salamanca había sostenido una posición radical en cuanto a la cuestión del Chaco, planteando que Bolivia mantuviese sus pretensiones sobre la totalidad del territorio chaqueño y lo ocupase efectivamente. Al asumir el gobierno, en 1931, dio instrucciones de "extender y consolidar la posesión boliviana, a todo el territorio no ocupado todavía por el Paraguay", con la orden expresa de "no provocar rozamiento alguno con las posiciones paraguayas".</div><div style="text-align: justify;"> Por la indebida aplicación de esas instrucciones, se produjo el hecho puntual que provocó el estallido de la guerra en junio de 1932, que fue el desalojo por fuerzas bolivianas del fortín paraguayo "Carlos Antonio López", situado a la vera de la laguna Pitiantuta. Tropas del Paraguay recuperaron la laguna en julio siguiente, y Bolivia, que presentó el hecho como una agresión inmotivada, ocupó los fortines paraguayos Corrales, Toledo y Boquerón, a fines del mismo mes. Se pensó que después de estas pretendidas represalias las gestiones diplomáticas pondrían término al incidente, como había ocurrido en el caso del fortín Vanguardia. Complementando los esfuerzos de la Comisión de Neutrales de Washington, los países del continente se dirigieron a los gobiernos del Paraguay y Bolivia el 3 de agosto de 1932, solicitándoles que sometieran la cuestión a un arreglo amistoso, y sentando la doctrina de que no se reconocería en América la validez de adquisiciones territoriales obtenidas por la fuerza de las armas. El Paraguay transmitió su adhesión a la doctrina y aceptó que la controversia se solucionase por medios pacíficos, pero Bolivia opuso reparos.</div><div style="text-align: justify;"> En su mensaje al Congreso, de agosto de 1932, el presidente boliviano respondió en forma indirecta argumentando lo siguiente: "No es posible que Bolivia se resigne a ser una nación perpetuamente enclaustrada [...]. Bolivia tiene en la vertiente oriental de sus montañas, grandes riquezas petrolíferas, con varios pozos ya perforados que podrían entrar en inmediata explotación. Harto necesita de esos recursos y se ve obligada a contemplarlos como riqueza estéril. Bolivia no puede llevar esos petróleos a la Argentina, porque este país, en vista de sus intereses, le cierra el paso con fuertes derechos protectores. El remedio natural y lógico sería el de construir un oleoducto al río Paraguay. Pero allí está la República del Paraguay, detentadora de territorios bolivianos, cerrándole también el paso. Bolivia no puede resignarse a vivir miserablemente como país aislado del mundo y tiene que buscar las condiciones necesarias a la plenitud de su vida".</div><div style="text-align: justify;"> Las hostilidades no pudieron ser detenidas, pese a que varias gestiones se efectuaron para tal fin entre 1932 y 1935, a impulsos de la Comisión de Neutrales de Washington (que lideraba el gobierno de Estados Unidos), los países vecinos y la Sociedad de Naciones.</div><div style="text-align: justify;"> En mayo de 1933, el Paraguay declaró el estado de guerra con Bolivia, a fin de hacer cumplir a los Estados limítrofes los deberes de la neutralidad. Pudo interrumpir</div><div style="text-align: justify;">de tal manera el aprovisionamiento a las fuerzas bolivianas por territorio argentino; pero no consiguió frenar el libre tránsito hacia Bolivia por Chile, en donde los bolivianos pudieron además contratar mineros para reemplazar al personal movilizado y oficiales para su ejército. El Paraguay aseguró en contrapartida el apoyo efectivo del gobierno argentino, del que obtuvo armas, municiones, elementos sanitarios y combustible, que resultaron fundamentales para la prosecución de las operaciones.</div><div style="text-align: justify;"> El fracaso de las gestiones de la Comisión de Neutrales y de los países vecinos para obtener el cese de fuego y la solución del conflicto por medios pacíficos, además de la formalización del estado bélico, determinaron una intervención más activa de la Sociedad de Naciones, de la que eran miembros tanto el Paraguay como Bolivia, y cuyo Pacto constitutivo obligaba a los dos países a no recurrir a la guerra. El Consejo de este organismo, que sesionaba en Ginebra, dispuso en mayo de 1933 el envío a Sudamérica de una comisión encargada de obtener el cese de hostilidades en el Chaco y, de ser posible, negociar un acuerdo para el sometimiento de la cuestión fronteriza a arbitraje. Una postergación solicitada por los beligerantes, demoró el viaje de los comisionados hasta los últimos meses de 1933. Las ilusiones de que la comisión de la Sociedad de Naciones pudiera conseguir la paz entre el Paraguay y Bolivia se desvanecieron a principios de 1934. En mayo de ese año, presentó su informe, en el que señalaba, entre otras conclusiones, que la medida práctica para terminar la guerra era evitar que ambas partes adquiriesen más armamentos y municiones. La Asamblea del organismo internacional adoptó en noviembre de 1934 recomendaciones para el arreglo del conflicto e impuso el embargo de armas a los beligerantes. El gobierno paraguayo declaró impracticables las recomendaciones de la Asamblea, y el infortunado trámite de la cuestión del Chaco ante la Sociedad de Naciones, concluyó con el retiro del Paraguay de dicho organismo en febrero de 1935, ante la decisión que aprobó de mantener a su respecto la prohibición de venta de armas, y de levantarla para Bolivia.</div><div style="text-align: justify;"> Las gestiones de paz se trasladaron entonces a Buenos Aires, donde en mayo de 1935 quedó constituido un grupo mediador con representantes de los países vecinos y de los Estados Unidos de América, bajo la presidencia del Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Carlos Saavedra Lamas. Días después llegaron a esa capital los cancilleres del Paraguay y de Bolivia y se adelantaron las negociaciones para poner fin a la guerra, en un contexto que parecía favorable. En efecto, durante el primer semestre de 1935 las acciones bélicas se estancaron y ninguno de los dos beligerantes se sentía capaz de obtener la victoria definitiva, mediante la rendición incondicional del enemigo.</div><div style="text-align: justify;"> El 9 de junio se alcanzó un acuerdo y el día 12 se suscribió el Protocolo de Paz, por el cual se acordó la cesación de las hostilidades, sobre la base de las posiciones alcanzadas por uno y otro ejército. Se decidió además la desmovilización de los combatientes, y el establecimiento de una Conferencia de Paz para resolver la cuestión de límites. Al mediodía del 14 de junio se ejecutó el cese del fuego en los frentes de batalla del Chaco. Una Comisión Militar Neutral fijó mediante hitos las posiciones en que se encontraban los contendientes. En los meses inmediatos se concretó la desmovilización de las fuerzas militares. Más de 54 mil bolivianos y 46 mil paraguayos dejaron el Chaco, quedando aproximadamente cinco mil efectivos por cada parte en el territorio chaqueño. Después de esto, la Conferencia de Paz declaró, en octubre de 1935, la terminación de la guerra.</div><div style="text-align: justify;"> En los tres años que duró el conflicto, el Paraguay movilizó unos 140.000 hombres, equivalentes a más del 15 por ciento de su población, y en torno a 36.000 de los movilizados murieron en el Chaco; Bolivia movilizó aproximadamente 200.000, de los que perecieron más de 50.000. Al finalizar la conflagración, Bolivia mantenía unos 2.500 prisioneros paraguayos y se calcula que el Paraguay capturó cerca de 21.000 prisioneros bolivianos, de los que más de cuatro mil habrían fallecido en cautiverio.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LA CONFERENCIA DE PAZ Y EL TRATADO DE LÍMITES CON BOLIVIA</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> La Conferencia de Paz del Chaco se instaló en Buenos Aires en julio de 1935, con la presencia de delegaciones del Paraguay y de Bolivia, así como de los países neutrales que habían integrado el grupo mediador (Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos de América, Perú y Uruguay). Según Efraím Cardozo, asesor y secretario general de la delegación paraguaya: "Pronto se vio que la Argentina y el Brasil, que llevaban la voz cantante entre los mediadores, estaban de acuerdo en impedir que el Paraguay cosechara todos los frutos de la victoria. Renacieron viejos temores, que se creían sepultados en Cerro Corá, y se decidió no reconocer al Paraguay su calidad de país vencedor. Cuando el 15 de octubre de 1935 la Conferencia formuló una propuesta de arreglo, éste incluía la cesión a Bolivia de una parte del río Paraguay y de cerca de la mitad del Chaco recuperado por las armas paraguayas. La indignación paraguaya fue grande. La propuesta fue rechazada con energía". Bolivia tampoco la aceptó.</div><div style="text-align: justify;"> La consideración de la cuestión de fondo fue postergada y la Conferencia se ocupó de la repatriación de los prisioneros de guerra. La diferencia muy sustancial en cuanto al número de los prisioneros que mantenía el Paraguay (unos 17.000) frente a los que quedaron en Bolivia (en torno a 2.500), daba al gobierno paraguayo un elemento de presión muy importante. Se argumentó por consiguiente que no cabía la liberación total de los cautivos hasta la conclusión de un tratado definitivo de paz. Las presiones de los mediadores fundadas en razones de carácter humanitario, y probablemente también las dificultades financieras del gobierno de Asunción, permitieron resolver la cuestión. Por un Acta Protocolizada, el Paraguay y Bolivia acordaron en enero de 1936 la devolución recíproca e inmediata de los prisioneros de guerra, con la fijación de una suma por los gastos de manutención, que obviamente dejaba un saldo sustancialmente mayor para el Paraguay. Se confirmaron además las medidas de seguridad en el Chaco sobre la base de las posiciones determinadas por la Comisión Militar Neutral, consolidándose así el nuevo estatuto territorial provisorio.</div><div style="text-align: justify;"> Los cambios de gobierno en el Paraguay y en Bolivia impulsaron a que la Conferencia de Paz buscase en el año 1936 mejorar el régimen de seguridad creado por él protocolo de 1935. En enero de 1937, el Paraguay consintió en liberar el tránsito para el comercio por el camino entre Santa Cruz y Villamontes, que en parte había quedado dentro de las posesiones que le fueron reconocidas provisionalmente. En abril siguiente se dictó una reglamentación sobre las funciones de control y vigilancia de la Conferencia en el Chaco, que no llegó a ejecutarse, por las diferencias de interpretación suscitadas en torno a sus cláusulas principales.</div><div style="text-align: justify;"> En 1937, un nuevo cambio de gobierno en el Paraguay, modificó la integración de la delegación paraguaya ante la Conferencia de Paz, que volvió a ser presidida, como en la primera etapa, por el doctor Gerónimo Zubizarreta. La nueva delegación objetó el reglamento de las funciones de control y vigilancia, por considerar que no se ajustaba a las disposiciones del protocolo de 1935, y se evaluó entonces la posibilidad de reglamentar el compromiso de "no agresión".</div><div style="text-align: justify;"> Efraím Cardozo, delegado del Paraguay ante la Conferencia en este periodo, ha sintetizado de la siguiente manera los hechos que tuvieron lugar en el año 1938, hasta la concreción del acuerdo final: "La Conferencia de Paz no insistió en nuevos reglamentos de seguridad y reanudó sus empeños para la solución del problema de fondo. El 25 de mayo de 1938, se incorporaron a su seno el canciller del Paraguay, Cecilio Báez, y el de Bolivia, Eduardo Diez de Medina. Se les propuso una línea de frontera que implicaba la cesión a Bolivia de un sector, si bien reducido, del litoral: el llamado "puerto psicológico". Rechazado el proyecto, se formuló otro en el que ya no aparecía esta concesión. Diez de Medina lo aceptó. Era la primera vez, en el litigio, que Bolivia renunciaba a su aspiración portuaria. Zubizarreta presentó una contrapropuesta con las líneas interiores más avanzadas; no fue aceptada por la Conferencia, que insistió en su plan [...]. Se sugirió como solución un arbitraje de equidad sobre la zona comprendida entre las líneas del Paraguay y de la Conferencia, esta última ya aceptada por Bolivia, a la cual en realidad quedaba reducido el litigio. Surgió una disidencia en la delegación paraguaya, donde nació la fórmula, pues Zubizarreta no la aceptó. El canciller Báez la apoyó una vez que supo que el general Estigarribia [ex comandante de las fuerzas paraguayas en el Chaco], accidentalmente en Buenos Aires en viaje desde Washington, la aprobaba, por considerar que los puntos esenciales de la posición jurídica e histórica del Paraguay quedaban salvados".</div><div style="text-align: justify;"> Así, en julio de 1938, luego de tres años de negociaciones se alcanzó un entendimiento, que permitió la suscripción en ese mismo mes del Tratado de Paz, Amistad y Límites entre las Repúblicas de Bolivia y el Paraguay. Se decidió que la línea divisoria entre ambos países debía ser establecida por medio de un arbitraje de equidad en base a las últimas propuestas aceptadas por cada uno de ellos. En realidad, los límites habían sido acordados previamente y el arbitraje constituyó sólo un procedimiento utilizado para hacer más aceptable el arreglo por las opiniones públicas de los ex beligerantes. En el Paraguay, el tratado fue sometido a un plebiscito, en el que votaron por su aprobación más de 135 mil electores, y en contra unos 13 mil. El Colegio Arbitral constituido por representantes de Argentina, Brasil, Chile, Estados Unidos de América, Perú y Uruguay dictó su fallo en octubre de 1938. Por el mismo, Bolivia preservó la zona petrolífera en el extremo occidental del Chaco, pero quedó excluida del litoral del río Paraguay al sur de Bahía Negra; y el Paraguay ratificó su dominio sobre la mayor parte del territorio en disputa.</div><div style="text-align: justify;"> La demarcación de los límites paraguayo-bolivianos demandó varios años. La Comisión Mixta constituida para el efecto por el artículo 5° del tratado de 1938 presentó la Memoria Final de sus trabajos recién en abril de 2009. En la oportunidad, los ministros de Relaciones Exteriores de los dos países, juntamente con el de la República Argentina que intervino en representación de los Estados mediadores, al tiempo de manifestar la conformidad de sus gobiernos con la labor cumplida, declararon concluidos los trabajos demarcatorios. Posteriormente, en junio del mismo año, se suscribió en la localidad chaqueña de Mariscal Estigarribia un Protocolo Adicional al Tratado de Paz, Amistad y Límites de 1938, por el cual se constituyó la Comisión Mixta Demarcadora de Límites, que ya no incluye representación de los mediadores, y se encargará de erigir en el terreno hitos de segundo y tercer orden, efectuar el control y el mantenimiento de los hitos, y abrir picadas que permitan la visibilidad entre los mismos.</div><div style="text-align: justify;"> La frontera paraguayo-boliviana está formada por once hitos principales que se extienden desde el río Pilcomayo (I, Esmeralda; II, 10 de Octubre; III, Villazón o Sargento Rodríguez; IV, 27 de Noviembre o Gabino Mendoza; V, Cerro Capitán Ustares o Coronel Cabrera; VI, Palmar de las Islas; VII, Coroneles Sánchez; VIII, Cerro Chovoreca; IX, Cerrito jara), hasta el río Negro (X, 12 de Junio) y sigue luego por el cauce de éste hasta su desembocadura en el río Paraguay en la denominada Bahía Negra (XI, Confluencia de los Ríos Negro u Otuquis y Paraguay).</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>NUEVOS ENTENDIMIENTOS CON ARGENTINA Y BRASIL</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> La conclusión de la controversia por el Chaco en 1938 y la afirmación del orden interno con la elección como Presidente de la República del general José Félix Estigarribia en 1939, permitió que el gobierno paraguayo se concentrase en la negociación de nuevos acuerdos con los países vecinos, destinados a impulsar su postergado desarrollo económico. El conflicto con Bolivia había obligado en gran medida a priorizar la buena relación con Argentina, en aras de la consecución del objetivo paraguayo de asegurar el dominio de ese territorio. Consagrada la paz y definidos los límites, el Paraguay podía buscar un mayor equilibrio en sus relaciones exteriores, y reducir la dependencia en que se encontraba respecto de la Argentina. Se inició así, -o cobró impulso, si se quiere-, lo que se designaría como la "política pendular" del Paraguay, que en realidad consistió en el aprovechamiento de las fricciones o rivalidades regionales para obtener ventajas en beneficio del país. Además, se incrementaron notablemente los lazos con Estados Unidos de América, que prestaría asistencia técnica y financiera al Paraguay, con un significativo impacto económico y político.</div><div style="text-align: justify;"> 1939 fue un año clave en tal sentido. Durante la visita al Brasil del presidente electo del Paraguay, José Félix Estigarribia, en junio de ese año, se suscribió un acuerdo en el que se sentaron las bases para la conexión ferroviaria y el intercambio cultural y económico entre ambos países. Se materializaron así intenciones esbozadas desde bastante tiempo atrás. Brasil se comprometió a proseguir la construcción de la vía férrea entre Campo Grande y Ponta Porá y a iniciar la construcción de otra entre Rolandia y Guaíra, y el Paraguay, a prolongar la vía férrea Concepción-Horqueta hasta Pedro Juan Caballero y a construir una más desde Asunción hasta el Salto del Guairá. El acuerdo constituía una comisión de ingenieros encargada de proporcionar elementos para estudiar la construcción, "en cooperación", de esta doble ligazón. Se decidió analizar también el mejoramiento del transporte fluvial, así como la facilitación del tránsito fronterizo de personas y productos, y el gobierno brasileño acordó becas y facilidades para estudiantes paraguayos.</div><div style="text-align: justify;"> De Brasil, Estigarribia pasó a la Argentina, donde en julio de 1939 se firmaron igualmente importantes acuerdos: el Tratado Complementario de Límites, que resolvió el diferendo sobre la delimitación territorial en la cuenca del Pilcomayo; y convenios sobre tráfico fronterizo; establecimiento de una agencia del Banco de la Nación Argentina en el Paraguay; exposición de producciones artísticas o industriales; intercambio de profesores, cultores del arte, las ciencias, periodistas y estudiantes; y facilidades de tránsito por territorio argentino de inmigrantes con destino al Paraguay. Antes de esto, en el mismo año 1939 el general Estigarribia, en su carácter de ministro plenipotenciario ante el gobierno de Washington, formalizó con el Secretario de Estado de ese país, el acuerdo por el que se concedió tres millones de dólares para la construcción de una carretera de Asunción hacia el este, en dirección a la frontera con el Brasil, y medio millón más para fortalecer las reservas del Banco de la República. Asimismo, el gobierno estadounidense se comprometió a enviar misiones técnicas para colaborar en la modernización del sistema financiero y la atención de la salud pública en el Paraguay. Con la cooperación estadounidense, y el acercamiento al Brasil en procura de alternativas para la comunicación con el exterior, se pretendía ciertamente disminuir la dependencia de Argentina, sin descartar la profundización y ampliación de las relaciones con este país que tanto representaba para el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"> Tras la inesperada muerte de Estigarribia, asumió la presidencia de la República el general Higinio Morínigo, quien gobernó el Paraguay de 1940 a 1948. Se dieron en ese tiempo grandes avances en las relaciones vecinales. En junio de 1941, el ministro de Relaciones Exteriores paraguayo Luis A. Argaña realizó una visita oficial al Brasil, y suscribió con su homólogo brasileño, Oswaldo Aranha, una decena de acuerdos. Por uno de ellos, se determinaron las condiciones para construir el ferrocarril de Concepción a Pedro Juan Caballero, con aportes del tesoro brasileño. Brasil concedió al Paraguay un depósito franco en el puerto de Santos y se establecieron comisiones mixtas para proponer las bases de un tratado de comercio y navegación, y estudiar los problemas de navegación del río Paraguay. Las afinidades ideológicas entre los gobiernos de Getulio Vargas e Higinio Morínigo estimulaban el estrechamiento de las relaciones bilaterales. Como Estigarribia en 1939, Argaña pasó en 1941 del Brasil a la Argentina y allí firmó un Convenio sobre Facilidades a la Navegación y otro que aclaraba disposiciones del Acuerdo sobre Dragado y Balizamiento del río Paraguay, concretando además un empréstito de veinte millones de pesos.</div><div style="text-align: justify;"> Más adelante, en agosto de 1941, por primera vez un presidente brasileño llegó al Paraguay. La visita de Getulio Vargas constituyó un acontecimiento extraordinario. Se formalizó el canje de ratificaciones de los acuerdos suscritos en junio anterior, y antes de que concluyera ese año, en noviembre, se inauguró en Asunción una agencia del Banco do Brasil. En 1942 llegó una Misión Militar brasileña para la instrucción de oficiales de caballería. Después, el Banco do Brasil concedió al Banco de la República del Paraguay un crédito por una suma equivalente a cinco millones de dólares para financiar un plan de obras públicas y de fomento de las industrias agropecuarias, con una tasa de interés excepcionalmente baja. Desde 1944 actuó en Asunción una Misión Cultural Brasileña, que contribuyó a la conformación de la Escuela de Humanidades, transformada luego en Facultad de Filosofía.</div><div style="text-align: justify;"> Argentina no quedó atrás. En agosto de 1942, condonó la deuda de guerra del Paraguay, dando lugar a que Brasil hiciera lo propio al año siguiente. Funcionó asimismo en el Paraguay una Misión Naval Argentina. En 1943, el presidente Morínigo visitó Brasil y Argentina, y realizó una gira continental que incluyó Estados Unidos, México, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Chile y Bolivia.</div><div style="text-align: justify;"> Se celebraron también nuevos acuerdos destinados a facilitar y estimular el comercio exterior paraguayo. En mayo de 1943 se firmó un Tratado de Comercio y Navegación con Brasil, que no llegó a entrar en vigencia, y en noviembre del mismo año, el Tratado de Comercio con Argentina, fundado en un sistema de preferencias arancelarias y en el reconocimiento mutuo del trato de nación más favorecida. Se constituyó asimismo una comisión encargada de considerar la ampliación de este tratado, hasta llegar a un régimen de unión aduanera total. En diciembre de 1943, el gobierno argentino concedió al Paraguay depósitos francos en Buenos Aires y Rosario.</div><br />
<span style="color: cyan;"><strong>LA ASISTENCIA ESTADOUNIDENSE, LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL Y LA GUERRA FRÍA</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;"> La concreción de la asistencia técnica y financiera de Estados Unidos al Paraguay, en 1939, dio inicio a un estrechamiento muy notorio de las relaciones bilaterales entre ambos países, que hasta entonces no habían sido muy intensas, fuera del interés demostrado por el gobierno estadounidense en la solución del conflicto por el Chaco Boreal, y de algunas inversiones en ganadería y frigoríficos. Para la concreción de tal asistencia predominaron en su momento las consideraciones políticas y de seguridad por sobre las objeciones de orden técnico. El gobierno de Estados Unidos quería apoyar al futuro gobierno de Estigarribia y al mismo tiempo neutralizar las simpatías que Alemania llegó a concitar en el Paraguay, especialmente entre los residentes alemanes y en una parte del alto mando de las fuerzas armadas.</div><div style="text-align: justify;"> La muerte de Estigarribia, en setiembre de 1940, interrumpió las negociaciones que estaban en curso para implementar un programa de cooperación mucho más ambicioso. De todos modos, su sucesor, el general Morínigo, aun cuando al principio no mostró igual determinación en cuanto al entendimiento con Estados Unidos y el rechazo al nazismo alemán, dio continuidad a la política desarrollada por Estigarribia, reconociendo obviamente el valor que tenía para el país la asistencia estadounidense. Mora y Cooney apuntaron que: "Entre 1941 y 1943, Washington abrió la llave de las donaciones e inició una ofensiva diplomática para obtener los medios de poder blando y duro necesarios para mantener al Paraguay dentro de su esfera".</div><div style="text-align: justify;"> El ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, permitió al presidente Morínigo reafirmar su opción por el buen entendimiento con Estados Unidos, despejando las dudas que existieron al respecto, aunque esforzándose por evitar que la adhesión oficial a la "causa de las democracias" le enajenase el apoyo de jefes militares que lo respaldaban y que sentían admiración por los alemanes. En enero de 1942, de conformidad con lo recomendado por la Tercera Reunión Consultiva de los Cancilleres americanos, el gobierno del Paraguay, -que hasta entonces había permanecido neutral en el conflicto-, declaró la ruptura de las relaciones políticas, comerciales y financieras con los gobiernos de Alemania, Italia y Japón.</div><div style="text-align: justify;"> A mediados de 1942, se aprobó un nuevo paquete de ayuda, destinado a financiar proyectos de obras públicas, agricultura, salud y desarrollo industrial. En diciembre del mismo año se acordó el establecimiento en el Paraguay del STICA (Servicio Técnico Interamericano de Cooperación Agrícola), que suministró asistencia técnica, recursos y capacitación para el desarrollo de la producción agraria. Al año siguiente se convino el envío por Estados Unidos de una Misión Militar Aérea, y poco después de otra Misión Militar con instructores para la Escuela Superior de Guerra. Las relaciones culturales se incrementaron y el comercio bilateral creció en forma extraordinaria. Naturalmente, la ayuda estadounidense no era gratuita; y el gobierno del Paraguay debió comportarse durante la guerra como un "buen amigo", aplicando las medidas que se estimaban necesarias para contrarrestar cualquier acción que pudiera ser favorable a los países del Eje (Alemania, Italia y Japón).</div><div style="text-align: justify;"> En febrero de 1945, cuando ya la Guerra Mundial se acercaba a su fin, el Paraguay se declaró en estado de guerra con las potencias del Eje, con lo que aseguró su intervención en las deliberaciones que se darían entre las Naciones Aliadas vencedoras, para conformar un nuevo orden internacional. El Paraguay fue en consecuencia uno de los fundadores de la Organización de las Naciones Unidas.</div><div style="text-align: justify;"> Tras la conclusión de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos presionó para que se llevase a cabo una apertura democrática en el Paraguay. El restablecimiento de las libertades públicas en el país duró muy corto tiempo. Entre marzo y agosto de 1947, se desarrolló una cruenta guerra civil en la cual el gobierno de Morínigo, -que contó con el apoyo del Partido Colorado-, se enfrentó a una gran parte de los jefes y oficiales del ejército, a los que se asociaron figuras destacadas de la Concentración Febrerista, del Partido Liberal y del Partido Comunista. La presencia de estos últimos permitió a la propaganda oficial presentar el movimiento como auspiciado y dominado por el comunismo internacional. El gobierno solicitó aviones, armas y municiones tanto a Estados Unidos como al Brasil para enfrentar la sublevación, pero ambos países decidieron mantenerse neutrales. El Brasil, gobernado en ese entonces por el general Eurico Gaspar Dutra, ejercitó una mediación que no dio resultados positivos.</div><div style="text-align: justify;"> Francisco Doratioto ha sintetizado las consecuencias de estos hechos para las relaciones exteriores del Paraguay, señalando que: "La negativa brasileña a proporcionar armamento a Morínigo y la insistencia en que las dos partes en conflicto negociasen contrastaba con la ambigua posición de Perón [el presidente de Argentina], que apoyaba, formalmente, los esfuerzos brasileños para iniciar una mediación pacificadora pero, en la práctica, cerraba los ojos ante el contrabando de armas procedentes de Argentina para las tropas de Morínigo o, incluso, las entregaba oficialmente. Con esto, Perón se apartaba del Partido Liberal, que tenía afinidades históricas con Argentina, pero era coherente con la ideología peronista, antiliberal y nacionalista autoritaria, que coincidía con la ideología de Morínigo y de sectores del Partido Colorado. Terminada la guerra civil, la influencia argentina sobre el gobierno paraguayo se fortaleció, en detrimento de las influencias brasileña y norteamericana". Las vinculaciones con el Brasil se enfriaron, pero fueron mejorando luego lentamente, "sin llegar a ser estrechas, con los colorados que se sucedieron en el poder hasta 1954".</div><div style="text-align: justify;"> Tras la guerra civil de 1947 la atención de Estados Unidos hacia el Paraguay disminuyó, sobre todo porque debió concentrarse en otras regiones. El gobierno paraguayo se alineó claramente del lado estadounidense dentro del nuevo orden bipolar, que tuvo a Estados Unidos y la Unión Soviética como cabezas de los sistemas de alianza conformados para regir el mundo de la posguerra. Como indicaron Mora y Cooney, el gobierno de Washington siguió de todos modos interesado en la estabilización política y económica del Paraguay, añadiendo que: "Con el programa [...] llamado Punto IV, mediante el cual Estados Unidos suministró ayuda económica y técnica para aliviar las dificultades financieras y la falta de desarrollo científico en los países en vías de desarrollo, la ayuda económica norteamericana llegó a 7,2 millones de dólares entre 1947 y 1953, y los préstamos de las entidades internacionales -sobre las cuales Estados Unidos tenía una influencia decisiva- alcanzaron los 6,6 millones de dólares. Era un importe considerable, dado que la ayuda anual norteamericana a América Latina durante aquel periodo no alcanzaba en promedio los 30 millones de dólares". El comercio entre el Paraguay y Estados Unidos era relevante. Las inversiones estadounidenses se ubicaban después de las argentinas, y se concentraban en sectores importantes como la explotación ganadera, la curtiembre y la exploración de petróleo.</div><div style="text-align: justify;"> Por lo demás, los gobiernos colorados mantuvieron entre 1948 y 1954 una firme posición anticomunista, aunque al gobierno de Washington le preocupaba más que esto la vinculación del Paraguay con el peronismo argentino, que se hizo muy estrecha durante la presidencia de Federico Chaves (1949-1954). Para el gobierno de Chaves, las buenas relaciones con Argentina le aseguraban el incremento de los ingresos económicos y el control de los elementos de oposición que residían mayoritariamente en territorio argentino. En 1949, se celebró un nuevo convenio con Argentina sobre comercio y régimen financiero.</div><div style="text-align: justify;"> Dentro de los planes de política internacional implementados durante la segunda presidencia de Juan Domingo Perón, que pretendían la unificación económica de los países americanos, la complementación que consolidara su desarrollo y la elevación de los medios de vida de sus habitantes, el gobierno argentino suscribió en agosto de 1953 con el del Paraguay un Convenio de Unión Económica, que reafirmaba los propósitos de cooperación ya expresados en el tratado de 1943. El convenio contemplaba la coordinación de políticas económicas y de planes para expandir la producción y asegurar la estabilidad de reservas, la concesión de facilidades para inversiones entre los dos países, acuerdos para actividades de exploración de minerales y petróleo, eliminación de impuestos sobre el comercio y facilidades para la importación de mercaderías de terceras naciones.</div><div style="text-align: justify;"> Así estaban las cosas, cuando se produjeron los acontecimientos que llevaron al poder al general Alfredo Stroessner.</div><br />
<div align="center"><span style="color: lime;"><strong>FUENTES CONSULTADAS</strong></span></div><br />
<div style="text-align: justify;">Ashwell, Washington. 1989. Historia Económica del Paraguay. Estructura y dinámica de la economía nacional 1870-1925, Tomo I, Asunción, Carlos Schauman.</div><div style="text-align: justify;">Bethell, Leslie. 1995. "O imperialismo británico e a Guerra do Paraguai". En: Marques, Maria Eduarda Castro Magalhães. A Guerra do Paraguai: 130 anos depois, Río de Janeiro, Relume-Dumará.</div><div style="text-align: justify;">Brezzo, Liliana M. 1997. La Argentina y el Paraguay 1852-1860, Buenos Aires, Corregidor.</div><div style="text-align: justify;">Brezzo, Liliana M.; Figallo, Beatriz J. 1999. La Argentina y el Paraguay. De la guerra a la integración, Rosario, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del Rosario.</div><div style="text-align: justify;">Brezzo, Liliana M. 2005. Aislamiento, Nación e Historia. La Argentina y el Paraguay. Siglos XVIII-XX, Rosario, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales del Rosario.</div><div style="text-align: justify;">Capdevila, Luc; Rodríguez Alcalá, Guido. 2005. Nueva Burdeos. Colonización francesa en el Paraguay, Asunción, Embajada de Francia.</div><div style="text-align: justify;">Cardozo, Efraím. 1961. El Imperio del Brasil y el Río de la Plata, Buenos Aires, Librería del Plata.</div><div style="text-align: justify;">Cardozo, Efraím. 1954. Vísperas de la Guerra del Paraguay, Buenos Aires, El Ateneo.</div><div style="text-align: justify;">Cervo, Amado; Rapoport, Mario (compiladores). 2001. El Cono Sur. Una historia común, Buenos Aires, Fondo de Cultura Económica.</div><div style="text-align: justify;">Chaves, julio César. 1966. "Dos misiones de la junta en los primeros días de la revolución. Misiones Arias y Agüero al Paraguay". En: Actas del IV Congreso de Historia Argentina y Americana, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, volumen IV</div><div style="text-align: justify;">Chaves, julio César. 1955. El Presidente López. Vida y Gobierno de Don Carlos, Buenos Aires, Ayacucho.</div><div style="text-align: justify;">Chaves, julio César. 1964. El Supremo Dictador. Biografía de José Gaspar de Francia, Madrid, Atlas.</div><div style="text-align: justify;">Chaves, Julio César. 1959. Historia de las relaciones entre Buenos Ayres y el Paraguay 1810-1813, Buenos Aires-Asunción, Nizza.</div><div style="text-align: justify;">Debernardi, Enzo. 1996. Apuntes para la Historia Política de Itaipú, Asunción, Editorial Gráfica Continua.</div><div style="text-align: justify;">Doratioto, Francisco. 2002. Maldita Guerra. Nova história da Guerra do Paraguai, Sao Paulo, Companhia das Letras.</div><div style="text-align: justify;">Fernández Estigarribia, José Félix; Simón G., José Luis. 1987. La sociedad internacional y el Estado autoritario del Paraguay, Asunción, Araverá.</div><div style="text-align: justify;">Freire Ribeiro, Pedro. 1965-1966. A Missão Pimenta Bueno (1843-1847), s. 1., Ministerio das Relações Exteriores.</div><div style="text-align: justify;">Herken Krauer, Juan Carlos; Giménez de Herken, María Isabel. 1983. Gran Bretaña y la Guerra de la Triple Alianza, Asunción, Arte Nuevo.</div><div style="text-align: justify;">Lacoste, Pablo (compilador). 2005. Argentina, Chile y sus vecinos, Mendoza, Caviar Bleu.</div><div style="text-align: justify;">Mercado Moreira, Miguel. 1929. El Chaco Boreal (Litigio boliviano-paraguayo), La Paz, Atenea.</div><div style="text-align: justify;">Mercado Moreira, Miguel. 1966. Historia Diplomática de la Guerra del Chaco, La Paz, Talleres Gráficos Bolivianos.</div><div style="text-align: justify;">Moniz Bandeira, Luiz Alberto. 2006. La formación de los Estados de la Cuenca del Plata, Buenos Aires, Norma.</div><div style="text-align: justify;">Moniz Bandeira, Luiz Alberto. 2004. Argentina, Brasil y Estados Unidos. De la Triple Alianza al Mercosur, Buenos Aires, Norma.</div><div style="text-align: justify;">Mora, Frank O., 1993. La política exterior del Paraguay (1811-1989), Asunción, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos.</div><div style="text-align: justify;">Mora, Frank O.; Cooney, Jerry W. 2009. El Paraguay y Estados Unidos, Asunción. Intercontinental.</div><div style="text-align: justify;">Pastore, Carlos. 1989. El Gran Chaco en la formación territorial del Paraguay, Asunción, Criterio Ediciones.</div><div style="text-align: justify;">Querejazu Calvo, Roberto. 1975. Masamaclay. Historia política, diplomática y militar de la Guerra del Chaco, La Paz, Los Amigos del Libro.</div><div style="text-align: justify;">Ramos, R. Antonio. 1972. Juan Andrés Gelly, Buenos Aires-Asunción, Talleres Gráficos Lucania.</div><div style="text-align: justify;">Ramos, R. Antonio. 1976. La independencia del Paraguay y el Imperio del Brasil, s. 1., Conselho Federal de Cultura - Instituto Histórico e Geográfico Brasileiro.</div><div style="text-align: justify;">Ramos, R. Antonio. 1959. La política del Brasil en el Paraguay bajo la dictadura del Dr. Francia, Buenos Aires-Asunción, Nizza</div><div style="text-align: justify;">Rosa, José María. 1970. Historia Argentina, Río de Janeiro, Oriente, Tomos V y VI.</div><div style="text-align: justify;">Ruiz Moreno, Isidoro J. 2008. Campañas militares argentinas, Buenos Aires, Claridad, Tomos 4 y 5.</div><div style="text-align: justify;">Rodríguez Alcalá, Guido; Alcázar, José Eduardo. 2007. Paraguay y Brasil. Documentos sobre las relaciones binacionales 1844-1864, Asunción, Tiempo de Historia.</div><div style="text-align: justify;">Sanz, Luis Santiago. 2000. "La política internacional, relaciones exteriores y cuestiones limítrofes (1810-1862)". En: Nueva Historia de la Nación Argentina, Buenos Aires, Planeta, Tomo 5.</div><div style="text-align: justify;">Sánchez Quell, 1964. La diplomacia paraguaya. De Mayo a Cerro Cora. Buenos Aires, Guillermo Kraft.</div><div style="text-align: justify;">Scavone Yegros, Ricardo. 2004. Las relaciones entre el Paraguay y Bolivia en el siglo XIX, Asunción, Servilibro.</div><div style="text-align: justify;">Schmitt, Peter A.,1990. Paraguay y Europa 1811-1870, Asunción, El Gráfico.</div><div style="text-align: justify;">Scobie, James. 1964. La lucha por la consolidación de la nacionalidad argentina. 1852-62, Buenos Aires, Hachette.</div><div style="text-align: justify;">Simón, José Luis (compilador). 1990. Política exterior y relaciones internacionales del Paraguay contemporáneo, Asunción, Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos.</div><div style="text-align: justify;">Soares de Souza, José Antonio. 1966-1970. A Missão Bellegarde ao Paraguai (1849-1852), s. l., Ministerio das Relações Exteriores.</div><div style="text-align: justify;">Tjarks, Germán. 1976. "Nueva luz sobre el origen de la Triple Alianza". En: Revista Histórica, Buenos Aires, Instituto Histórico de la Organización Nacional, Número 1.</div><div style="text-align: justify;">Warren, Harris Gaylord. 2009. Paraguay y la Triple Alianza. La década de posguerra: 1869-1878, Asunción, Intercontinental.</div><div style="text-align: justify;">Whigham, Thomas. 2009. Lo que el río se llevó. Estado y comercio en Paraguay y Corrientes, 1776-1870, Asunción, Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica.</div><div style="text-align: justify;">Whigham, Thomas L.; Casal, Juan Manuel. 2008. La diplomacia estadounidense durante la Guerra de la Triple Alianza. Escritos escogidos de Charles Ames Washburn sobre el Paraguay, 18611871, Asunción, Servilibro.</div><div style="text-align: justify;">Ynsfrán, Pablo Max. 1954-1958. La expedición norteamericana contra el Paraguay, 1858-1859, México-Buenos Aires, Guarania.</div><div style="text-align: justify;">Por razones de espacio, resulta imposible consignar todas las fuentes utilizadas o consultadas, que incluyen documentación inédita, y documentación publicada en memorias administrativas, colecciones de tratados o compilaciones de correspondencia diplomática, así como una gran cantidad de libros, folletos y artículos. Se mencionan apenas algunas obras, que pueden servir para profundizar el estudio de los temas tratados en este libro, por constituir buenas síntesis o, principalmente, por ser el resultado de investigaciones basadas en fuentes primarias. El libro inédito de Francisco Doratioto, Relafes Brasil-Paraguai. Afastamento, tensões e reaproximação (1889-1954), que aparecerá próximamente, ha sido fundamental para la redacción de los capítulos correspondientes a esos años.</div><br />
<span style="color: lime;"><strong> ARTÍCULOS SOBRE EL LIBRO PUBLICADOS EN </strong></span><a href="http://www.abc.com.py/" target="_blank">http://www.abc.com.py/</a><br />
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<span style="color: lime;"><strong>CÓMO REACCIONÓ EL PARAGUAY ANTE LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL</strong></span><br />
<div style="text-align: justify;">Cuando en 1914 estalló en Europa la Gran Guerra, el Paraguay no tuvo mayores problemas que resolver, luego de que se decretara su neutralidad en el conflicto. Como resultado de la Guerra contra la Triple Alianza, la presencia internacional del país era escasamente significativa. <br />
<br />
Así señala la apertura del capítulo dedicado a la reacción de nuestro país ante la Primera Guerra Mundial, en el libro “Historia de las relaciones internacionales del Paraguay”, que contiene pasajes de nuestra historia muy poco conocidos, como este de las primeras décadas del siglo XX, por ejemplo. <br />
<br />
En dicha obra, sus autores, Ricardo Scavone Yegros y Liliana Brezzo, retratan cómo se relacionó nuestro país con el mundo en sus diferentes etapas históricas. <br />
<br />
Este libro es el número 19 de la Colección La Gran Historia del Paraguay, de la Editorial El Lector, que se publicará con el ejemplar de ABC Color el domingo próximo. Se trata del penúltimo libro de la serie, que consta de 20 volúmenes. <br />
<br />
A continuación, un pasaje del capítulo dedicado por Scavone Yegros y Brezzo a la postura paraguaya ante la primera conflagración mundial (1914-1919). <br />
<br />
Condicionada su política exterior por el Brasil y la Argentina, los asuntos extrarregionales tenían limitada importancia para los dirigentes paraguayos. Mientras la guerra se mantuvo dentro del continente europeo, el Paraguay experimentó tan solo los efectos de la contienda en su vida económica: el conflicto mundial, interrumpiendo las comunicaciones y los intercambios, originó una difícil situación por la brusca y considerable disminución de los ingresos aduaneros, que constituían su fuente principal de recursos. <br />
<br />
Pero los nuevos acontecimientos, a partir de que Alemania declarara la guerra submarina sin restricciones, en enero de 1917, plantearon al gobierno del presidente Manuel Franco problemas de otro orden. Alemania notificó a los países neutrales que evitaran enviar sus naves a las zonas bloqueadas, ya que si lo hacían serían hundidas sin aviso previo. <br />
<br />
Los Estados Unidos rompieron sus relaciones diplomáticas con Alemania inmediatamente y notificaron de ello a los países neutrales el 5 de febrero, expresándoles su deseo de que adoptaran una actitud similar. <br />
<br />
Entre los países de la región, la Argentina respondió a Estados Unidos que su diversa situación geográfica, política y comercial la colocaba en condiciones distintas para afrontar y solucionar el problema suscitado por la nota alemana. A partir de ese momento se generó una situación tensa entre la Argentina, por un lado, y Estados Unidos y las potencias aliadas por el otro, que esperaban un apoyo abierto. La tensión se mantuvo durante todo el año 1917, durante el cual fueron utilizadas fuertes presiones para que el gobierno de Yrigoyen cambiara el rumbo de su política neutralista. En Estados Unidos y en Europa, excepto en Alemania, la actitud argentina fue duramente criticada, y se la contraponía a la del Brasil, que apoyó abiertamente a Washington. <br />
<br />
En el seno del Gobierno paraguayo, la posición del Gobierno argentino ante la contienda provocó la mayor atención. La respuesta a la nota en la que el representante estadounidense le comunicara la declaración de guerra a Alemania, había sido redactada en términos similares a la de la Argentina: “El Paraguay siente profundamente que procedimientos militares del imperio alemán opuestos a los principios y convenciones que fundan y reglan los derechos neutrales en la guerra marítima hayan obligado a los Estados Unidos de América a apelar a las armas para restablecer en ese respecto el orden jurídico por la reivindicación de aquellos derechos. En este concepto tengo el encargo de manifestar a Vuestra Excelencia que el Paraguay y su gobierno acompañan en estos momentos con la más viva simpatía a los Estados Unidos de América y al Gobierno americano”. <br />
<br />
La actitud de solidaridad moral, dentro de los deberes de la neutralidad, fue la que el presidente Manuel Franco juzgó que debía adoptar respecto a Estados Unidos y los demás gobiernos de América comprometidos en el conflicto. <br />
<br />
Con motivo de estos sucesos, el representante argentino en el Paraguay, José María Cantilo, conversó varias veces con el ministro de Relaciones Exteriores Manuel Gondra quien, además de muy conocedor de la política americana, se había manifestado desde el comienzo de la contienda gran admirador del presidente Woodrow Wilson y de su gobierno. <br />
<br />
La entrada de Estados Unidos en la guerra desplazaba, para Gondra, el eje de la misma, y hacía indispensable un “cierto grado” de solidaridad con el gobierno de Washington. Esta actitud, prestigiada por un hombre de su talla, encontró adhesión en muchos círculos. Para el 4 de julio, se proyectó en Asunción una manifestación de simpatía a los países aliados que, aunque llevada a cabo con prescindencia del gobierno, fue seguida de cerca por la Argentina.</div><div style="text-align: right;"><strong>10 de Agosto de 2010</strong></div><div style="text-align: right;"><strong><a href="http://www.abc.com.py/nota/166698-como-reacciono-el-paraguay-ante-la-primera-guerra-mundial/" target="_blank">http://www.abc.com.py/nota/166698-como-reacciono-el-paraguay-ante-la-primera-guerra-mundial/</a></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>LIBRO “HISTORIA DE LAS RELACIONES INTERNACIONALES DEL PARAGUAY”</strong></span></div><div style="text-align: justify;"> “Historia de las relaciones internacionales del Paraguay”, de los historiadores Ricardo Scavone Yegros y Liliana M. Brezzo, es un libro realmente apasionante y sumamente novedoso dentro de la historiografía nacional.<br />
<br />
La obra analiza el movimiento histórico de las relaciones internacionales del Paraguay desde el proceso de la independencia, en los comienzos del siglo XIX, hasta la transición a la democracia, en la última década del siglo XX y primera del XXI. <br />
<br />
Este es el volumen número 19, del total de 20, de la Colección La Gran Historia del Paraguay, de la Editorial El Lector, que llega al público domingo tras domingo con el ejemplar de ABC Color. <br />
<br />
Esta es la primera parte de una entrevista con Scavone Yegros y Brezzo, en la que ambos responden en forma conjunta sobre el enfoque de su trabajo, en el que enfatizan la importancia de analizar las relaciones internacionales en su conjunto, más allá de la simple historia diplomática. <br />
<strong> <br />
<span style="color: cyan;">–¿Cuál es la perspectiva desde la que analizan la historia de las relaciones internacionales del Paraguay? </span></strong><br />
–Los estudios históricos sobre asuntos internacionales, desde la perspectiva de la historia diplomática, han tenido una atención destacada en el Paraguay.<br />
<br />
El interés por el proceso de la independencia y los antecedentes internacionales y las negociaciones posbélicas correspondientes a la Guerra contra la Triple Alianza y a la del Chaco concentraron una serie de esfuerzos meritorios. <br />
<span style="color: cyan;"> <br />
<strong>–¿Cómo eran esos estudios?</strong> </span><br />
–Esos estudios analizaban las relaciones del Estado paraguayo con otros Estados, centrándose en el papel desempeñado por los hombres de gobierno, sus ministros, representantes y agentes. Sin desconocer la importancia de estos presupuestos, entendemos que esta perspectiva no es suficiente para comprender la riqueza del movimiento histórico de las relaciones internacionales del Paraguay. <br />
<br />
<strong>–¿Por qué?</strong> <br />
<br />
–Creemos, por ejemplo, que las condiciones geográficas, los movimientos demográficos, los intereses económicos y financieros, los rasgos de la mentalidad colectiva y las grandes corrientes sentimentales son fuerzas profundas que han ido formando la urdimbre de las relaciones entre grupos humanos y en gran medida han determinado su carácter.<br />
<br />
Por lo tanto, el hombre de Estado no puede desentenderse de ellas al decidir o proyectar; está sometido a su influencia y ha de calibrar necesariamente los límites que imponen a su actividad. <br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>–Ustedes sostienen entonces que, en el presente, la historia de las relaciones internacionales constituye un campo de estudio más amplio que el de la historia diplomática ¿Qué cuestiones referidas al Paraguay podrían mencionar que dan cuenta de esta renovación? </strong></span><br />
–En el presente se avizoran nuevos horizontes en el estudio de la historia de las relaciones internacionales del Paraguay, en el que apenas hemos dado algunos pasos.<br />
<br />
Resulta urgente, por ejemplo, estudiar la importancia de la emigración paraguaya y las repercusiones que tuvo en la política exterior, la actitud de Paraguay ante el proceso de integración regional, el papel del Poder Legislativo, los partidos políticos, los medios de comunicación y la opinión pública como elementos de control e influencia en la elaboración y ejecución de la política exterior, la mentalidad colectiva de la sociedad paraguaya frente a las relaciones internacionales del Estado, entre otras cuestiones.<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>–En el capítulo dedicado a la emancipación política paraguaya exponen que dicho proceso fue precipitado por factores externos y que la independencia no se formalizó de un día para el otro. ¿Cuál es el alcance de esta perspectiva?</strong> <br />
</span>–Desde una dimensión regional e internacional, puede sostenerse que el movimiento independentista paraguayo cobró impulso en medio de una complejidad de factores y agentes: ante la crisis de la monarquía hispánica, fue preciso definirse contra José Bonaparte, el rey impuesto por Napoleón, y mantener fidelidad a Fernando VII, el rey depuesto, considerar las apelaciones de las juntas revolucionarias de España, las del Consejo de Regencia, las de Carlota Joaquina, prestar atención al expansionismo portugués y, sobre todo, a los movimientos de Buenos Aires.</div><div style="text-align: right;">12 de Agosto de 2010</div><div style="text-align: right;"><a href="http://www.abc.com.py/nota/167990-libro-historia-de-las-relaciones-internacionales-del-paraguay/ANTICOMUNISMO" target="_blank">http://www.abc.com.py/nota/167990-libro-historia-de-las-relaciones-internacionales-del-paraguay/ANTICOMUNISMO</a></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>ANTICOMUNISMO Y RELACIONES CON LOS ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA</strong></span></div><div style="text-align: justify;">Historia de las Relaciones Internacionales del Paraguay”, de Ricardo Scavone Yegros y Liliana M. Brezzo, es el penúltimo libro de la Colección La Gran Historia, de la Editorial El Lector, que se publica hoy con la edición de ABC Color. Uno de los capítulos de esta apasionante obra se refiere a las relaciones con los Estados Unidos durante la dictadura stronista. <br />
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Los autores señalan que Paraguay reafirmó durante el gobierno del general Stroessner su alineamiento internacional –desde una posición periférica–, con Estados Unidos, la potencia predominante en el hemisferio americano. <br />
<br />
Tal alineamiento aseguró al país la continuidad de la asistencia técnica y financiera estadounidense. <br />
<br />
En los años críticos transcurridos entre 1954 y 1961, cuando Stroessner se esforzaba por consolidar su régimen, el monto total de la ayuda norteamericana (excluyendo la ayuda militar) y de los préstamos otorgados por instituciones crediticias internacionales controladas por Estados Unidos llegó a 53,2 millones de dólares (o sea 2,74 por ciento del producto interno bruto), con un promedio de 6 millones por año. Era una suma considerable, teniendo en cuenta que el Presupuesto Nacional Paraguayo era de 21 millones de dólares en 1959. El Paraguay figuraba entre los tres mayores beneficiarios de la ayuda estadounidense a América Latina en aquel periodo. En términos comparativos, el total de la ayuda norteamericana antes de 1954 alcanzó menos de diez millones de dólares. <br />
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<span style="color: cyan;"><strong>AYUDA MILITAR</strong></span><br />
En cuanto a la ayuda militar, su monto total llegó a casi 10 millones de dólares durante los años 1954-1959. Entre los años 1959-1961, cuando el régimen enfrentó varias acciones de insurgencia, la ayuda en camiones, armas pequeñas, artillería liviana, municiones y entrenamiento llegó casi a 5 millones de dólares. Es difícil imaginar cómo hubiera podido sobrevivir y consolidarse el régimen de Stroessner sin el apoyo político, económico y militar de Washington”. <br />
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Este apoyo incluyó también el asesoramiento prestado en los años 1956 a 1958, por parte del coronel Robert Thierry, a la Dirección de Asuntos Técnicos, que llegó a especializarse en la aplicación de sofisticados métodos de tortura a los opositores al gobierno acusados de comunistas. <br />
<br />
Las relaciones con Estados Unidos se mantuvieron cordiales incluso durante la administración del presidente Kennedy, que buscó a través del programa denominado “Alianza para el Progreso” fortalecer la democracia en el continente. En 1961, un enviado especial del Gobierno estadounidense, el embajador Adlai Stevenson, expresó al presidente del Paraguay que la obtención de asistencia financiera, en lo sucesivo, dependería de la presencia de la oposición en el Congreso “mediante elecciones libres”. A criterio de Mora y Cooney: “Aunque el mensaje público de Washington a Asunción ponía énfasis en las reformas estructurales, el propósito de la visita de Stevenson fue realmente una cuestión de imagen política, o sea, obtener concesiones de forma para justificar el apoyo político, económico y militar norteamericano”. <br />
<br />
“Durante los años críticos de la Alianza (1962-1966), el régimen de Stroessner recibió 41 millones de dólares de asistencia norteamericana; estos, sumados a los créditos blandos de bancos privados norteamericanos e instituciones crediticias internacionales controladas por Estados Unidos, alcanzaron los 73 millones de dólares. La ayuda militar (5,5 millones) elevó la suma total a más del 5 por ciento del producto interno bruto paraguayo”. <br />
<br />
La asistencia estadounidense continuó intensa durante el gobierno del presidente Johnson. El Paraguay sostuvo en esos años una sólida posición anticomunista y apoyó las iniciativas estadounidenses en los foros globales y regionales. Las coincidencias con Estados Unidos quedaron manifiestas en la actitud del gobierno de Asunción frente a la Revolución Cubana. <br />
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<span style="color: cyan;"><strong>EL CASO RICORD</strong></span><br />
A principios de la década de 1970, las relaciones paraguayo-estadounidenses se agriaron con motivo de las dilaciones y dificultades suscitadas en el proceso para la extradición del francés Auguste Ricord, residente en el Paraguay y reclamado por tráfico de heroína a los Estados Unidos. <br />
<br />
El caso afectó seriamente la imagen internacional del país y de su gobierno, a los que se vinculó con el tráfico de drogas ilícitas, pese a que el Paraguay ratificó en 1971 la Convención Única de las Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961, y adoptó en 1972 una ley para la represión del narcotráfico y la prevención y rehabilitación de la dependencia de drogas. <br />
<br />
Además, se intensificaron las denuncias por violaciones sistemáticas de los derechos humanos por parte del Gobierno paraguayo, formuladas por organismos no gubernamentales y en el propio Congreso de Estados Unidos. Esto condicionó un cambio radical en las relaciones entre el Paraguay y los Estados Unidos durante la presidencia de Jimmy Carter.</div><div style="text-align: right;">14 de Agosto de 2010</div><div style="text-align: right;"><a href="http://www.abc.com.py/2010/08/15/nota/169113-Anticomunismo-y-relaciones-con-los-Estados-Unidos-de-America/" target="_blank">http://www.abc.com.py/2010/08/15/nota/169113-Anticomunismo-y-relaciones-con-los-Estados-Unidos-de-America/</a></div></span><div align="center"></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-6862084472537393142011-05-05T08:06:00.000-07:002011-05-05T08:06:36.237-07:00R. ANTONIO RAMOS - MISIÓN DE PEDRO DE ALCÁNTARA BELLEGARDE - ALIANZA CON EL BRASIL DE 1850 / Separata de HISTORIA PARAGUAYA, 1981.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZiOGZeH41mmVSZInAeSJjafDAmSsWxDS9kzCKcRIQ150WfWMHHjdDAHayMLgjMdZ7MC-KZjgS0dam2YICvnjWz6UaOiYjBOww19HmwR8OzqmD6xcJTYDL0CNadKEwmbeMdUIbttHNDLQ/s1600/r+antonio+ramos+mision+de+pedro+alcandara+bellegarde+1981.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400px" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZiOGZeH41mmVSZInAeSJjafDAmSsWxDS9kzCKcRIQ150WfWMHHjdDAHayMLgjMdZ7MC-KZjgS0dam2YICvnjWz6UaOiYjBOww19HmwR8OzqmD6xcJTYDL0CNadKEwmbeMdUIbttHNDLQ/s400/r+antonio+ramos+mision+de+pedro+alcandara+bellegarde+1981.jpg" width="400px" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">MISIÓN DE PEDRO DE ALCÁNTARA BELLEGARDE</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">LA ALIANZA CON EL BRASIL DE 1850</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=878"><span style="color: red;">Por R. ANTONIO RAMOS</span></a></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Separata de HISTORIA PARAGUAYA</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Anuario de la Academia Paraguaya de la Historia</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Volumen XVIII</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Asunción 1981</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">MISIÓN DE PEDRO DE ALCÁNTARA BELLEGARDE</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">LA ALIANZA CON EL BRASIL DE 1850</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">Por R. ANTONIO RAMOS</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Brasil desde un principio reconoció la independencia del Paraguay como un medio de evitar la reconstrucción del virreinato del Río de la Plata. Las instrucciones de ANTONIO MANUEL CORREA DA CÁMARA, en su primera misión en nuestro país, le recomendaban hacer los mayores esfuerzos "tanto para conservar con seguridad la frontera como para separar las relaciones que hubiesen entre ese Gobierno y el de Buenos Aires, pues, la experiencia nos muestra cuánto conviene que jamás se liguen...". Era esta manifestación, sin lugar á dudas, el propósito de oponerse a que el antiguo virreinato se convierta en un estado capaz de contrarrestar la influencia o el poderío del Brasil.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Muerto el Dictador Francia, el Imperio buscó entablar nuevamente relaciones con el Paraguay. MANUEL CERQUEIRA LIMA, AUGUSTO LEVERGER, después BARÓN DE MELGAZO, y ANTONIO JOSÉ LISBOA, no pudieron llegar a nuestro país, el primero y el último, por la oposición de JUAN MANUEL DE ROSAS, dictador de Buenos Aires.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En 1843, JOSÉ ANTONIO PIMENTA BUENO fue designado Encargado de Negocios ante el gobierno de Asunción con la instrucción expresa de reconocer la independencia del Paraguay y evitar, en consecuencia, que la República entre a formar parte de la Confederación Argentina. Con Pimenta Bueno se inicia la serie de ilustres diplomáticos que representaron en Asunción al Imperio y después a la República, a saber: PEDRO DE ALCÁNTARA BELLEGARDE; JOSÉ MARÍA DE AMARAL; JOAQUÍN TOMÁS DE AMARAL, Vizconde de Cabo Frío; FRANCISCO ADOLFO DE VARNHAGEN, Vizconde de Porto Seguro; JOSÉ MARÍA DA SILVA PARANHOS, Vizconde de Río Branco; CÉSAR VIANNA DE LIMA, Barón de Jaurú; JUAN MAURICIO WANDERLEY, Barón de Cotegipe; DOMINGO JOSÉ GONZALVES DE MAGALHAES, Vizconde de Araguaya y Barón de Araujo Gondim; y, en nuestros días, JOSÉ DE PAULA RODRÍGUEZ ALVES, LAFAIETTE DE CARVALHO E SILVA, FRANCISCO NEGRAO DE LIMA, después Canciller de la República, GIBSON BARBOZA, también después Canciller, y FERNANDO RAMOS DE ALENCAR, un as de espada de la diplomacia de su país. Todo esto nos está diciendo la importancia que siempre atribuyó el Brasil al Paraguay.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">A fines de 1845 y en el curso de 1846 la amenaza de Rosas constituía un peligro que podría convertirse en una invasión al territorio de la República. En este caso tan grave para su integridad, el Paraguay necesitaba el apoyo del Imperio del Brasil a fin de defenderse de la agresión del dictador de Buenos Aires. El Presidente CARLOS ANTONIO LÓPEZ resolvió entonces enviar a JUAN ANDRÉS GELLY como Encargado de Negocios ante la Corte de San Cristóbal con el objeto fundamental de obtener ese apoyo, dada la difícil situación del Paraguay frente al fortalecimiento del poder de Rosas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En Río de Janeiro Gelly presentó al Barón de Cayrú dos proyectos de tratados: uno de alianza ofensiva y defensiva, y otro de límites. Este último no fue considerado, no así el de alianza, que en definitiva el Consejo de Estado resolvió que no podía ser aceptado por innecesario, ineficaz y peligroso, pero la diplomacia y los hombres de gobierno estimaban que la independencia del Paraguay era fundamental para la estabilidad del Imperio. Igualmente esa independencia como la de la República Oriental del Uruguay sostenían que era necesaria para mantener el equilibrio entre el Brasil y la Confederación Argentina. De ahí que el vecino del Este siempre juzgó de gran interés para su política internacional el papel del Paraguay en el desenvolvimiento de las relaciones de los países integrantes del cono sur del continente.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Gelly se encontraba todavía en Río de Janeiro cuando se informó de que la Corte de San Cristóbal había resuelto destacar un nuevo Encargado de Negocios al Paraguay. El nombrado fue el Coronel de Ingenieros PEDRO DE ALCÁNTARA BELLEGARDE. La designación no se dio a conocer ni siquiera confidencialmente a Gelly, quien no se ofendió por esta falta de elemental cortesía. La importante novedad informó, a su vez, al Presidente López. Decía que Bellegarde llevaba instrucciones de prestar sus "conocimientos científicos" al Paraguay en caso de necesidad, y, agregaba que se trataba de "un sujeto recomendable a todos respectos, como hombre de mundo y de sociedad, y como militar".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Tal era el juicio que merecía a JUAN ANDRÉS GELLY el reemplazante de PIMENTA BUENO en Asunción. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Pedro De Alcántara Bellegarde nació el 3 de noviembre de 1807, en el barco "Príncipe Real"; en el que viajaba hacia el Brasil la corte portuguesa y bautizado recién el 3 de diciembre de 1808 en Río de Janeiro, siendo sus padrinos el Príncipe da Beira y la Infanta Isabel María. Su padre murió en 1810 de tisis pulmonar. En su orfandad tuvo la protección del Príncipe Regente Don Juan, protección que tuvo "poderosa" influencia en su vida. El, como su hermano, fueron destinados al ejército, tratándose de descendientes de militar.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Niño aún fue reconocido como cadete voluntario del Regimiento de Artillería. Su carrera no le ofreció obstáculos, su ascenso en la escala castrense favoreció sus condiciones de soldado disciplinado, trabajador, inteligente y estudioso. Del Regimiento de Artillería fue trasladado al Cuerpo de Ingenieros en 1826, donde alcanzó el grado de coronel en 1844. Profesor de la Academia Militar y de Marina, igualmente profesor y Director de la Escuela de Arquitectura de la Provincia de Río de Janeiro, y autor del "notable plano de la ciudad de Niteroi".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">JOSÉ ANTONIO SOARES DE SOUZA, eminente historiador y amigo, en su muy importante obra, densamente documentada, de tres tomos, "A MISSAO BELLEGARDE NO PARAGUAI", que venimos siguiendo, escribe: "Así, al ser nombrado representante del Brasil en el Paraguay, era Pedro de Alcántara Bellegarde sobradamente conocido no solamente como ingeniero sino también como profesor, que contaba con varias obras escritas". En su fecunda vida ascendió al grado de mariscal, habiendo ejercido las altas funciones de Ministro de Marina y de Guerra en el gabinete de conciliación, presidido por el Marquéz de Paraná, siendo, además, miembro fundador del Instituto histórico y Geográfico Brasileño.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El 8 de noviembre de 1848, ALCÁNTARA BELLEGARDE fue designado Encargado de Negocios y Cónsul General en el Paraguay. El cargo de adieto a la legación correspondió al teniente del mismo cuerpo de ingenieros, ANTONIO PEDRO DE CARVALHO BORGES.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El 15 del mismo mes, el Vizconde de Olinda subscribió las instrucciones que debían servir de norma al flamante diplomático. Soares de Souza estima que ellas constituían un documento interesante "por reflejar la perplejidad en que se encontraba el Gobierno Imperial ante la situación política del Río de la Plata, que evolucionaba hacia una solución enteramente favorable al General Rosas". Este dictador con sus continuas "amenazas y provocaciones" pretendía saldar cuentas con el Imperio.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"Era, pues, -agrega Soares de Souza- una buena política que el Brasil no se aislase, con la neutralidad hasta entonces seguida, y procurase en el continente, un aliado que sufriese las mismas amenazas por parte del Gobernador de Buenos Aires para que juntos calmaran o contrarrestaran la belicosidad del Dictador. Ese aliado podía ser solamente el Paraguay... Temía sin embargo, Olinda, al asumir una actitud clara a favor de la alianza, que lejos de mejorar la situación la empeoraría con la aparición inmediata de una guerra, que él se empeñaría a evitarla con todos los esfuerzos".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Bellegarde debía actuar con cautela, "teniendo en vista las posibilidades de invasión por parte de los ejércitos rosistas al Paraguay o al Brasil".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">De acuerdo con sus instrucciones debía viajar por Río Grande del Sur, prestando servicios de carácter militar a esa provincia, debiendo entenderse con el General Andrea "a fin de continuar viaje con toda seguridad". Pero la prosecución de su marcha dependía de los hechos siguientes; "invasión del Paraguay por las fuerzas argentinas"; la dirección "que tomasen estas mismas fuerzas" en aquella invasión y "revolución en el Paraguay a favor de la incorporación de la República como Provincia de la Confederación". Por todas estas hipótesis, el Vizconde de Olinda, consideraba que la misión era inútil y "hasta de graves implicaciones" por todo lo cual convenía que Bellegarde no anuncie el carácter de su investidura. "En consecuencia, Bellegarde debería suspender su viaje y esperar órdenes. Pero si la revolución en el Paraguay estallase después de haberse instalado, se retiraría inmediatamente".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Si la invasión rosista se verificase en territorio del Imperio, Bellegarde debía adelantar en lo posible su viaje, teniendo en cuenta que el Brasil entonces tendría necesidad de estrechar más sus relaciones con la República. No se sabía las intenciones futuras de Rosas, por lo tanto, agregaba Olinda en sus instrucciones, "conviene que nos preparemos para cualquier evento sin que todavía practiquemos acto que sirva de pretexto para una agresión al Brasil". En el caso de que las relaciones entre el Imperio y la Confederación Argentina se rompiesen, Bellegarde debía "esforzarse para que el Gobierno del Paraguay se declarase contra Buenos Aires, haciendo ver que con la guerra que hacía al Brasil pretendía, principalmente, la destrucción de la independencia del Paraguay".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Si la invasión o la guerra no se realizase, Bellegarde, una vez en Asunción, debía tratar de obtener la confianza del Presidente Carlos Antonio López, manifestándole el interés que tenía el gobierno imperial en la independencia del Paraguay y en la futura prosperidad de la República y sugiriéndole la adopción de medidas para mejorar la administración y el ejército, pero presentándole las ideas como si fuesen de carácter personal.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Olinda también se refirió a la misión de Gelly, pero decidió postergar para mejor oportunidad el entendimiento entre los dos países propuesto por el diplomático paraguayo. "La esperanza de un entendimiento con el General Guido, que despertase el disgusto del Dictador fue la directriz política de Olinda". De ahí, afirmamos nosotros, la perplejidad de esa política en mucho fortaleció la posición en la Corte de San Cristóbal del representante de Rosas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Bellegarde estaba autorizado a cancelar la legación en el Paraguay en casos extraordinarios, no especificados en sus instrucciones.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Soares de Souza, de quien recogemos los interesantes datos antes aludidos, expresa: "De los propios términos con que fueron redactadas las instrucciones se percibe el propósito del Gobierno Imperial de no disgustar a Rosas por el recelo de ser víctima de la agresión con que reaccionaría el argentino contra cualquier acto practicado por el Gobierno brasileño, fuera del molde consentido".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Ya en 1843, agrega el historiador citado, la alianza entre el Paraguay y el Brasil era juzgada indispensable. "En 1848 más que nunca se imponía esa alianza porque además de fortalecer a ambos Estados, tendría la virtud de enfriar un poco las amenazas con que Rosas se mofaba de sus vecinos".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El 25 de marzo de 1849, Bellegarde llegó a Encarnación, de donde pidió autorización para seguir a la capital. El Presidente López pidió información acerca de los poderes del diplomático brasileño. Bellegarde remitió, entonces su credencial. El 11 de abril partió del lejano puerto del Paraná, el 18 se encontraba en Asunción y al "día siguiente fue recibido por Don Carlos Antonio López".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Encargado de Negocios se dedicó a enviar un detallado informe, sobré el gobierno, la población y otros aspectos de la vida del Paraguay. De Don Carlos decía: "Es hombre de 50 años, de estatura mediana, bastante gordo, pero ágil y parece ser de raza pura castellana. Es muy trabajador y vigilante de todos los ramos de la administración, que conduce con mucho vigor, orden y severidad. Es de un carácter justiciero, más absoluto, arrebatado y sospechoso, pero destituido de doblez. Poco práctico en las relaciones entre los pueblos, cree que ellas se pueden modelar por las relaciones entre las personas, de manera franca, positiva y caballeresca".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Para Bellegarde, Asunción contaba con 12.000 habitantes; situada en una bahía del río Paraguay, presentaba un aspecto pintoresco, siendo su futuro promisorio; sus calles eran arenosas, sus casas de ladrillos y tejas, de un solo piso, salvo el palacio de gobierno, de dos plantas, que le pareció "de mediana grandeza", cercado de barandillas, sin gusto, y donde fue recibido; la catedral era el principal edificio de la ciudad.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En cuanto a la población de la República, Bellegarde estimaba que sería de 600 a 800.000 habitantes. "Prevalecía sobre el español el guaraní, la lengua más hablada, principalmente por las mujeres" y, agregaba el diplomático, "que nueve décimos de las paraguayas hablaban únicamente el guaraní. La instrucción pública se difundía con facilidad. Especialmente los jóvenes leen y escriben. En la capital existían aulas de latín y de filosofía, esta última establecida el 28 de octubre de 1843... ".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Bellegarde seguía diciendo: "He encontrado algunos jóvenes con buenos deseos de aprender alguna cosa, pero no hay libros, ni hojas periódicas, y, por tanto, no hay qué leer. Hay una publicación del gobierno, institulada EL PARAGUAYO INDEPENDIENTE, que desde abril de 1845 consta de 81 números y que es como un continuo manifiesto y sustentación de los derechos de la República a su independencia, al territorio que ocupa y a la libre navegación del Paraná y del Plata". </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En cuanto al pueblo anotaba: "Todo es manso. El terror a desagradar al Gobierno tiene acostumbrado a los paraguayos a no hablar de negocio alguno relativo a política o a la administración. El pueblo es alegre, amigo de las danzas y muy hospitalario. Hombres, mujeres y niños fuman cigarro... y no es raro ver gente bella".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El ejército estaba formado por unos 12.000 hombres, siendo Paso de Patria, en la margen derecha del Paraná, el campamento de mayor importancia, bajo el mando del General Francisco Solano López. Con relación al mismo opinaba: "Este joven de 22 años, hijo del Presidente de la República, no me parece indigno del puesto que ocupa; tiene bastante inteligencia; es muy dedicado a los estudios militares y dotado de gran energía y severidad en la disciplina; no habiendo entrado aún en acción es inexperto, un tanto vanidoso y no puede contar con la eficiencia, dada la formación apresurada de oficiales sin una habilitación previa". Pero la República disponía también de más de 20.000 guardias nacionales para luchar contra Rosas, "que se ejercitaban en ciertos días de la semana y ya algunos comienzan a maniobrar tolerablemente".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Para solventar este "aparato bélico" el Estado compraba la yerba mate de los productores "a razón de 5 reales por arroba de 25 libras y la vendía a 18 a los exportadores, esto es, compraba a razón de 50 reis de nuestra moneda por libra y vendía a 180". El derecho de importación oscilaba entre el 20 y 25 por ciento, aparte estaba lo recaudado en concepto de exportación.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Estado, además, era "el mayor propietario y el más fuerte comerciante". El tráfico internacional se realizaba por Pilar.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"El país estaba sólidamente organizado", el Presidente "ha consolidado y mejorado la obra que heredó del Dr. Francia". Bellegarde, a manera de una intriga, agregaba: "Es verdad que muy metódicamente López ha establecido su poder. Su hermano es el Obispo del país; su hijo mayor, que tiene 22 años, es el General en Jefe del ejército; y los hombres que puedan tener alguna influencia, han sido alejados con cautela".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Sostenía Bellegarde que "la separación del Paraguay de las Provincias Argentinas estaba definitivamente resuelta", que era más fácil la unión de la República al Imperio que a Buenos Aires. El Encargado de Negocios decía que la independencia constituía la cuestión fundamental del Paraguay, para cuya existencia de "hecho y de derecho el gobierno consideraba indispensable la navegación del Paraná y del Plata". El sentido de la independencia había penetrado hondo en el pueblo no obstante que éste no era "de carácter ardiente", pero que estaba "fortalecido por la costumbre de tantos años de aislamiento".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"Las instrucciones de Olinda -según Soares de Souza- coincidían con los anhelos del pueblo paraguayo, pues, encontrando Bellegarde tan inconsistentes las órdenes que le daban en esas instrucciones, al solicitar esclarecimientos del ministro, obtuvo como única respuesta la siguiente recomendación: "LA INDEPENDENCIA DEL PARAGUAY A TODA COSTA".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El mismo Soares de Souza sostiene que las instrucciones de Olinda no servían para llevar adelante la recomendación antes anotada. El Paraguay se encontraba sometido a un aislamiento forzado a causa de la hostilidad de Rosas, que le cerraba el camino para poder comunicarse con el exterior y obtener los medios necesarios para su defensa.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En esta circunstancia el Paraguay está "con centinela a la vista", lo que le ocasiona ingentes gastos para sostener su ejército, le priva de brazos para la agricultura; todo lo cual constituye "una presión enorme sobre la población". El Brasil debería contemplar esta situación del Paraguay y tener en cuenta "la importancia de su independencia y decidirse de una vez". El Paraguay necesita de auxilio y en el caso de una invasión, de una guerra en la que se hallare también comprometido el Brasil, aliviaría la ansiedad lamentable en que se halla. Por un lado tiene un enemigo que le niega su existencia política, con la mano sobre su garganta, y, "por otro, un amigo tibio que no le ofrece ventaja alguna... Es necesario establecer bien afirmaba Bellegarde- la importancia de esta República y la ventaja de nuestra influencia sobre ella, para que se comprenda bien, cuál es el interés que debemos tener y la intensidad de los sacrificios que debemos hacer".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Las ideas de Bellegarde eran bien claras. El Brasil no podía permanecer indiferente si el dictador de Buenos Aires pusiese en peligro la existencia soberana del Paraguay. En consecuencia, consideraba conveniente una alianza entre la República y el Imperio. De ahí que su permanencia en Asunción fue un "año de irresoluciones y de espera", como reza el título del Capítulo V del II tomo de la obra de Soares de Souza.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Olinda no se oponía a la independencia del Paraguay ni a la sustentación de la misma, siempre que no despertara el disgusto de Rosas, lo que podría provocar "una agresión al Brasil". Sus instrucciones fueron "vacilantes y tímidas". Sus recomendaciones a Bellegarde eran de "circunspección", "reserva" y "cautela". Decía al Encargado de Negocios que no debía dar "la menor esperanza a ese Gobierno de protección de parte del Imperio" para no envolverlo en una guerra, mientras pueda conservarse neutral en las disensiones de sus vecinos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Paraguay había ocupado las Misiones con un ejército a las órdenes de Wisner de Morgenstern, actitud que impresionó a Olinda. Bellegarde, en cambio, asumió una posición de discreto proceder, pero comunicó a Olinda la invasión paraguaya, mostrándose favorable a la misma, pero si el gobierno imperial no la apoyaba, agregaba que no la niegue "la más franca neutralidad y facilidad del comercio".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"Bellegarde llegó a Asunción -anota Soares de Souza- en un momento de descontento y desconfianza del Gobierno Imperial. López le recibió fríamente, no sólo por la falta de éxito de la misión Gelly sino también por la respuesta vaga que dio el Presidente Andrea al pedido de auxilio hecho por intermedio del Coronel Wisner. Además de eso Bellegarde agregaba lo siguiente: "mis instrucciones me obligaban a una conducta cautelosa y quizá misteriosa, especialmente antes de llegar aquí, lo que todo hizo que yo fuese recibido con mucha desconfianza".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Wisner cayó en desgracia, siendo reemplazado por el coronel Ojeda y el General López fue designado Comandante de la división expedicionaria. En agosto el Presidente López viajó hacia el sur y manifestó a Bellegarde que le esperaba en Paso de Patria. Con relación al Presidente, el Encargado de Negocios escribía: "Continúa tratándome siempre con afecto y consideración y creo que no conviene a los intereses del Gobierno Imperial que esté mucho tiempo distante de él, especialmente en esta coyuntura tan importante". En consecuencia pidió instrucciones para el caso de que se interrumpiese la comunicación con San Borja.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Olinda continuaba con su recelo acerca de la estabilidad del gobierno paraguayo así como también sobre la incorporación del Paraguay a la Confederación Argentina. Bellegarde se ratificó en sus juicios anteriores: "En efecto -expresaba- el Presidente es hombre de carácter firme, esclarecido y dotado de recursos, y si respecto de nuestro gobierno ha mostrado a veces desconfianza, ésta se ha desvanecido al paso que es ella constante y tenaz contra la Confederación Argentina. El pueblo en general, rudo y terco, le acompaña en esta desconfianza y muestra la misma aversión a los porteños...".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El historiador tantas veces aludido expresa: "Era unánime en todos los sentimientos de la independencia nacional, pero si no lo fuese, bastaba que lo sea del Presidente López para que todos le acompañasen sin discrepancia". "Hombres influyentes -proseguía Bellegarde- no hay aquí que puedan tener importancia, salvo los allegados al Presidente; su hijo el General López, muy querido en el ejército y generalmente de la población, acompaña a su padre o tal vez lo exceda, en el sentimiento de la Independencia Nacional. El Obispo, hermano del Presidente, es un pobre hombre; el clero no tiene influencia, Francia le dejó sin ella...". El pueblo era decididamente partidario de la independencia. Y "la estabilidad del gobierno de López estaba tan arraigada en el pensamiento del pueblo como la propia independencia".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El VIZCONDE DE OLINDA, afirma Soares de Souza, fue "el ministro brasileño que más pacientemente oyó las reclamaciones rosistas y el que más hizo para llegar a un acuerdo con el General Guido". El pacifismo del Ministro de Asuntos Extranjeros no fue coronado por el éxito. La intransigencia agresiva de Cuido le obligó a dimitir de sus altas funciones, pero no declinó en sostener su política de perplejidad en la creencia que así servía a los intereses del Imperio. Hasta poco antes de su retiro del gabinete insistió en sus recomendaciones a Bellegarde, manifestándole que al Paraguay convenía mantenerse a la defensiva, que la invasión a las Misiones sorprendió y aflige al gobierno imperial "por el interés que tiene en el bienestar y prosperidad de la República y por los sentimientos de par que lo domina".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En su "Memoria" Bellegarde refiere una conversación con Don Carlos sobre la tan mentada ocupación del territorio entre los ríos Paraná y Uruguay. A las preguntas del Presidente contestó: "1°) que no podía aconsejar la oportunidad política de esta medida (la ocupación), que además le parecía demasiado precipitada por considerar que el estado de espíritu en Corrientes no estaba preparado para ella; 2°) que como operación militar, la juzgaba buena, por ser fácil la ocupación; 3°) que, en cuanto a la conducta del Brasil en esta emergencia, sin hacerse cargo del derecho sobre el territorio ocupado, guardaría neutralidad en esta cuestión y los paraguayos serían tratados en nuestra frontera como amigos y aliados naturales".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En la opinión de Soares de Souza la respuesta satisfizo al Presidente López. quien, desde entonces, dio mayor confianza a su interlocutor, "cambiando enteramente el modo sospechoso con que había recibido" al diplomático imperial.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La misión Bellegarde, no obstante los recelos y la amplitud de los sucesos, se desarrollaba sin mayores inconvenientes. En sus contactos con Don Carlos demostró sus condiciones sobresalientes de diplomático, su don de gente y su capacidad para establecer una corriente de mutuo entendimiento entre el Paraguay y el Brasil, teniendo en cuenta fundamentalmente el peligro para ambos países que encerraban las provocaciones y las agresiones permanentes de Rosas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La misión de Gelly fracasó, el tratado propuesto de alianza ofensiva y defensiva no pudo concertarse. El Paraguay se encontraba entonces sólo frente al peligro rosista. El Brasil continuaba con su actitud indecisa, tolerando las asechanzas de Guido, por cuyo intermedio el dictador de Buenos Aires molestaba la tranquilidad del gobierno imperial, oponiéndose a la independencia del Paraguay. En estas circunstancias el gobierno de Asunción se dirigió al de Buenos Aires con la nota del 16 de octubre de 1849, subscrita por BENITO VARELA, ministro de Relaciones Exteriores. Por el documento se aplazaba la cuestión de la independencia hasta lo que resuelva el Congreso General de la Confederación Argentina.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La inesperada y sorprendente iniciativa produjo una fuerte como desfavorable impresión en el Brasil y en Montevideo. Bellegarde creía que el paso dado por el Presidente López se debió a la influencia de Gelly, a quien llegó a considerar de tendencia "rosista". El calificativo no se ajustaba a la verdad histórica. Gelly estuvo siempre entre los más decididos luchadores contra Rosas y desde Montevideo sostuvo con firmeza la independencia de su patria. Después de la "inconstante y versátil" política imperial no podía tener seguridad del apoyo de la Corte de San Cristóbal y en cuanto a Don Carlos, no puede dudarse de su inflexible actitud de mantener y sustentar la independencia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La nota del 16 de octubre de 1849 fue sólo un medio de ganar tiempo, de prepararse para enfrentar los graves sucesos esperados y de tratar de suavizar la intransigente política de Rosas. Así lo entendió Bellegarde, cuando decía a su gobierno: "creo poder afirmar que su intención cuando hizo la propuesta a Rosas (se refería al Presidente López) fue obtener por algún tiempo (durante las negociaciones) el comercio por Pilar y entonces proveerse a trueque de yerba mate y maderas de artículos bélicos de defensa y de productos comerciales para los almacenes y tiendas del Estado y después romper las negociaciones. Las ideas de sumisión a Buenos Aires no tienen acceso en el espíritu del Presidente; parece tener dominado al consejero de aquella propuesta y estudiando con atención se reconoce que las condiciones son irreconciliables".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Sin duda que eran irreconciliables. Rosas como respuesta a la nota del 16 de octubre, hizo declarar a la legislatura de Buenos Aires que se le autorizaba a "disponer sin limitación alguna de todos los fondos, rentas y recursos de todo género de la provincia, hasta que se haga efectiva la reincorporación de la Provincia del Paraguay a la Confederación Argentina". Por su parte, el Presidente López resolvió con fuerza indeclinable permanecer en la posición de gobernar un Estado libre e independiente.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los acontecimientos no favorecieron las pretensiones hegemónicas del "Tigre de Palermo". El Paraguay no pasó a integrar la Confederación Argentina.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Mientras tanto Bellegarde continuaba sus negociaciones en Asunción, en contacto con Don Carlos, sin perder la ocasión de remitir informes interesantes acerca de la situación paraguaya y de la política del Río de la Plata.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Presidente López manifestó al Encargado de Negocios que "su mayor deseo" era obtener la alianza del Brasil, pero se contentaría con "algún pacto", con tal que en él se afianzasen "el modo y la oportunidad del auxilio siempre prometido" no ya en términos generales, como hasta ahora, sino perentoriamente. "Si el Brasil (dijo el Presidente) no quiere o no puede hacer una alianza como deseo, al menos que me guarde las costas".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Ambos contratantes llegaron fácilmente a un acuerdo que incluía las bases para un entendimiento. Estas bases, compuestas de ocho artículos, las envió Bellegarde a su gobierno con observaciones que servirían para la formalización del convenio en preparación. Este sería solamente defensivo. Por la carencia ele tiempo no entramos a examinar cada una de sus partes, pero podemos afirmar que contemplaban las necesidades apremiantes de las partes contratantes y, por lo tanto, las bases satisfacían las preocupaciones de Bellegarde, quien deseaba ligar al gobierno paraguayo a la "marcha política" del Brasil, y no satisfecho con esta recomendación, la ratificó en estos términos: "En circunstancias tan importantes creo indispensable, como dejo expuesto, tratar de unir a este país a nuestro país".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Estas declaraciones de Bellegarde tenían indudable importancia, teniendo en cuenta que en ellas se mostraba partidario de la alianza con el Paraguay, pensamiento que coincidía plenamente con el deseo acariciado por el Presidente López desde la misión Gelly en Río de Janeiro.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En enero de 1850, Paulino despachó a "Carvalho Borges con órdenes a Bellegarde que modificaban completamente la política del Imperio en el Paraguay.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Todavía en febrero, volvía a escribir al Encargado de Negocios, informándole de ciertos hechos para que los explicase al Presidente López".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Paulino consideró que las bases enviadas por Bellegarde eran "muy estrechas". El ministro consideraba que ellas debían ser más amplias.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"La base primordial -decía- es unión de las fuerzas de ambos países para resistir a. Rosas y esa unión debe darse en todas las hipótesis en que sea necesaria y pueda resolver con más rapidez y facilidad los azares de la guerra en favor de la causa común del Brasil y del Paraguay".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">También el Emperador Pedro II era de parecer dar mayor movilidad a la alianza, opinión que Paulino tuvo en cuenta al redactar el proyecto de tratado que remitió a Bellegarde. Este constaba de quince artículos. En otra comunicación, el Ministro decía al Encargado de Negocios: "Nadie a excepción de Su Majestad, de los seis ministros y del Oficial Mayor de la Secretaría de Negocios Extranjeros, tienen conocimiento de estas negociaciones. Será guardado aquí el más profundo secreto... Excusado es recomendar a Vuestra Señoría que apresure cuanto pueda la solución de dichas negociaciones y también la remesa de la respuesta de mis notas porque el Gobierno necesita de aquella solución con la mayor urgencia para regular definitivamente su política y el desenlace de los negocios del Río de la Plata que se aproxima con la mayor rapidez". Con el proyecto de tratado también fue enviado a Bellegarde los correspondientes plenos poderes.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Las palabras del Ministro de Asuntos Extranjeros son sumamente significativas y expresan con indudable claridad el vivo interés que tenía el Imperio del Brasil de terminar con rapidez el obstáculo que ofrecía la inquietante agresión del audaz dictador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Paraguay mantenía una controversia con el Brasil por el territorio comprendido entre los ríos Apa y Blanco. El tratado de límites propuesto por Gelly en 1847 establecía la neutralización de esa zona, pero el convenio no fue concertado, lo que provocaba fricciones en la frontera, peligrando las relaciones entre los dos países.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En el curso de 1850, los brasileños fundaron sorpresivamente el fortín Pan de Azúcar o Fecho dos Morros, situado en la zona contestada. Este hecho inesperado estuvo a punto de dejar sin efecto, todo lo que con tanto trabajo y cuidado se venía tramitando para que el Paraguay y el Imperio se unan en un convenio para defenderse del peligro de Rosas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"La historia del fuerte brasileño Pan de Azúcar -escribe Soares de Souza- es una de las más inverosímiles que conocemos. De julio en adelante las noticias aumentan y se concreta en una lucha entre el Paraguay y el Brasil, en el justo momento en que el Gobierno Imperial acababa de expedir instrucciones y credenciales para un tratado de alianza entre las dos naciones. El Encargado de Negocios no se explicaba tal actitud en aquel momento y sin que se le diese conocimiento. Quedó, por unos días, sin saber qué hacer. El Gobierno Imperial en nombre de quien se iba a erigir el fuerte, ignoraba completamente la hazaña del Presidente de Mato Grosso, al cumplir una orden de 1847, dada en vista de sugestiones de Pimenta Bueno, datadas en 1845".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El gobierno por intermedio de Benito Varela comunicó a Bellegarde que el Paraguay, en defensa de sus derechos consultados, recurriría a las vías de hecho si las tropas brasileñas no desocupaban el fortín.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La noticia provocó la irritación del Presidente Carlos Antonio López. Bellegarde trató de calmarlo. La situación era extremadamente delicada. Bellegarde se empeñó en evitar el inminente choque. "De hecho su posición se tornaba cada vez más insostenible". Mantuvo varias entrevistas con Don Carlos. "He hablado con el Presidente en estos últimos días y he evitado tratar este asunto, -informaba a su gobierno- como tiene un genio muy fogoso, podría decirme alguna locura y después considerarse obligado a cumplir su palabra... Es delicadísimo tratar con un hombre de genio arrogante, habituado al ejercicio de un poder sin límite, sobre una población ignorante...".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En las entrevistas el Presidente López pidió al agente imperial que escribiera al comandante de la frontera. Ambos concordaron en recurrir a un expediente "honroso para ambas partes", llegando a este convenio: 1°) Bellegarde oficiaría a las autoridades de Mato Grosso para que suspendiesen la ocupación de Pan de Azúcar hasta nueva disposición del Gobierno Imperial; 2") el Gobierno paraguayo, mientras no se recibiese respuesta, no permitiría actos de hostilidad ni que las fuerzas expedicionarias pasasen más allá de Concepción; 3°) desocupado Pan de Azúcar las fuerzas paraguayas volverían a sus destinos anteriores; y 4°) como podría demorar la respuesta antes aludida o en el caso de una negativa del COMANDANTE DE FECHO DOS MORROS no se obligaría a esperar la solución del Presidente de Mato Grosso, en consecuencia, podría seguir la expedición demorada en Concepción.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Bellegarde escribió al comandante de la frontera JOSÉ JOAQUÍN DE CARVALHO y al Presidente de Mato Grosso JUAN JOSÉ DA COSTA PIMENTEL y también ofició, a Paulino, en la convicción de que con su actitud estaba prestando un señalado servicio al Imperio, en el preciso momento en que el Brasil se empeñaba en concertar una alianza con el Paraguay con la cual el Ministro de Asuntos Extranjeros iniciaba su vigorosa campaña contra Rosas que culminaría con la caída del tirano.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En esos días de alarmante inquietud, Bellegarde recibió las instrucciones y las credenciales para la negociación del tratado con el Paraguay, anota Soares de Souza. Con ellas recibió el proyecto de dicho tratado del cual sacó una copia y la presentó al Presidente López. El artículo 4° disgustó a éste, provocando un "verdadero escándalo", según afirma el citado historiador. Las negociaciones quedaron suspendidas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El 6 de setiembre, Carlos Antonio López contestó una nota de Paulino del mes de julio. Entre otras cosas, decía el Presidente: </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">"V. E. en conformidad a la política de sus antecesores, reconoce la comunión de intereses, y conveniencia de ligar los destinos del Brasil, y del Paraguay: pero Dios no permite que los Gobiernos del Imperio y de la República arriben del estado equívoco de una amistad sin garantías, ni vínculo.</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">"La tranquilidad que hasta hoy ha disfrutado mi Patria, se ve amenazada de una próxima tormenta que le tiene armada el intratable enemigo de la nacionalidad paraguaya.</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">"En esta lucha, el Paraguay se encuentra solo y tiene que ser fuerte en la Capital, y en sus vastas fronteras; no cuenta sino con sus propios medios, y éstos pueden ser apurados por el perpetuo bloqueo de los puertos de la República; pero está resuelto a sepultarse en sus ruinas, primero, que doblegar una rodilla al feroz salteador que quiere sojuzgarla. Cualquiera qué sean las ulterioridades de esta crisis, podrán aleccionar a los que presentemente no dan mucha importancia a la fuerza de las cosas. V. E. sabe que el momento perdido en política, ya no vuelve".</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Las palabras de Don Carlos eran claras, terminantes y de un impresionante patriotismo. Paulino no podía dudar de la firme decisión paraguaya en el sentido de que la República no permitiría, con el mayor vigor, la hegemonía de Rosas, actitud que favorecía la concertación de la alianza.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Bellegarde no se engañó con relación al Presidente López, afirma Soares de Souza. "Comprendió, desde luego, que la única cosa que se podría conseguir del paraguayo sería el de no aliarse con Rosas". De don Carlos decía al canciller imperial: "su gran orgullo le hace parecer que representa un papel heroico, luchando a un tiempo con Buenos Aires y con el Brasil y espera que de estas dificultades saque ventaja. Está pretensión vanidosa de querer que su gobierno desempeñe un papel en América le hace dar muchos pasos falsos".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En la "incalificable respuesta" del Presidente de la Provincia de Mato Grosso, éste se negó a acceder al pedido de Bellegarde. Se encontraba precisamente en ese momento en Pan de Azúcar, situado al sur de Olimpo a los 21°, 26' de latitud. "Era por demás vanidoso" el alto funcionario de Mato Grosso, anota Soares de Souza.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El 24 de septiembre Bellegarde comunicó a Varela la contestación de Pimentel, quien no comprendió la, responsabilidad que en ese momento tomaba sobre sí para poder prevenir un conflicto "que desgraciadamente se hace inevitable".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La disposición en que Pimentel ordenó su cumplimiento databa de 1847 y sólo dos años después se la puso en práctica. Lo curioso, además, era que Paulino, el Ministro de Asuntos Extranjeros, ignoraba "semejante orden".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Con la respuesta negativa de Pimentel, la expedición detenida en Concepción subió el río Paraguay hasta Pan de Azúcar o Fecho dos Morros. El comandante paraguayo ofició al brasileño -escribe julio César Chaves- "pidiéndole la desocupación del fuerte, mientras se definieran los límites, recomendándole no diese lugar a una alteración de la cordial amistad existente entre los dos países". El brasileño animado por la ignorancia del significado de lo que estaba haciendo e impulsado por la "vanidad", aprendida de Pimentel, contestó: "que obre lo que juzgare en su alcance". Los paraguayos atacaron entonces y sin mayores esfuerzos desalojaron a los intrusos y ocuparon el fortín.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Esta circunstancia movió a Bellegarde a dejar Asunción el 31 de octubre de 1850, llegando a Itapúa el 18 de noviembre. La legación imperial quedó acéfala.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En Río de Janeiro, Paulino aprobó la conducta seguida por Bellegarde, manifestándole que la desocupación de Pan de Azúcar no significaba la renuncia del Brasil al territorio contestado. Le prevenía que no era la oportunidad de entrar en discusiones sobre límites, ni en la "demostración de los derechos" del Brasil.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">También en la capital del Imperio las relaciones con Tomás Guido, representante de las agresivas pretensiones de Rosas, hicieron crisis... Paulino se negó a dar satisfacción a las presentaciones del diplomático argentino. El 2 de octubre Guido partió de Río de Janeiro. Todos estos sucesos fueron comunicados a Bellegarde con la orden de darlas a conocer al Presidente López y que si la negociación estaba rota, debía procurar "renovarla, manifestando que lo haría de por sí y de modo alguno por órdenes que proviniesen para el caso".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La gravedad de las circunstancias movió a Paulino a escribir un "notable mensaje" al Emperador, dándole cuenta de que los oficios que remitió a Bellegarde le podían ser entregados en Asunción o en Itapúa, o en el camino entre estas ciudades. "Es de creer que a la vista de estos despachos, -decía- regrese (Bellegarde) a Asunción, si de allí hubiese ya salido. Lo que mucho recelo es que haya algún conflicto entre la expedición paraguaya y las fuerzas brasileñas de Pan de Azúcar. Ese conflicto puede trastornar todo".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La preocupación de Bellegarde tenía indudable fundamento. El choque en Pan de Azúcar no tendría mayor significación, pero su trascendencia internacional impediría el acuerdo de alianza en tramitación, de gran importancia para terminar con las insolencias de Rosas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Don Pedro II, favorable al tratado con el Paraguay, expresó al Ministro de Asuntos Extranjeros: "Espero que las nuevas instrucciones encuentren todavía a Bellegarde en territorio del Paraguay y que a la vista de ellas retroceda, llevando consigo poderosos argumentos con que desvanezca la desconfianza de López".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Bellegarde recibió los despachos de Paulino en el camino y después de llegar a Itapúa, en los cuales le informaba de los sucesos que provocaron el retiro de Guido. Entre los despachas venía una dirigida a López. Bellegarde estimaba que las órdenes recibidas "harían impresión sobre el espíritu del Presidente y que tal vez llegase la oportunidad de volver a Asunción y ver si podía concluir el tratado". Escribió a Don Carlos, expresándole que estaba facultado para negociar. En "términos lisonjeros" éste le contestó manifestándole su deseo de que regresase a la capital.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El 19 de noviembre de 1850, el Presidente Carlos Antonio López contestó una nota de Paulino del mes anterior. Decía el primer mandatario paraguayo: "me ha sido grandemente satisfactoria la apreciada de V. E. de 11 de octubre pp., y en su mérito quedo dispuesto a tratar con el Ilmo. Sor Encargado de Negocios de S. M. el Emperador del Brasil, concurriendo cuanto pudiere para facilitar, y apresurar nuestras comunicaciones.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"V. E. me ha presentado el farol que necesitaba para conocer mi horizonte, y me ha despejado el camino, que no dejaba de presentarme dificultades más o menos serias. Cuanto que V. E. no estrañará esta franqueza.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"Soy grato a V. E. por sus importantes providencias y explicaciones satisfactorias sobre el incidente desagradable ocurrido en el contestado territorio fluvial, volviendo las cosas al estado anterior, hasta un arreglo amigable de límites...</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"La amistad y la correspondencia de V. E. son para mí prendas de inmenso valor; quiera pues V. E. continuar favoreciéndome con sus comunicaciones, la vez que le permitan sus grandes atenciones, con la franqueza y lisura que interesa la libertad de una correspondencia amistosa".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Bellegarde, dando cumplimiento a las órdenes recibidas, regresó a Asunción, donde entrevistó, sin pérdida de tiempo, al Presidente López, encontrándolo vivamente impresionado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El tratado de alianza defensiva se firmó el 25 de diciembre de 1850 y constaba de diez y siete artículos. Por el primero el gobierno imperial se comprometía a continuar interponiendo sus efectivos y buenos oficios para el reconocimiento de la independencia del Paraguay por las naciones que aún no lo han hecho. El segundo establecía textualmente: "El Presidente de la República del Paraguay y S. M. el Emperador del Brasil, se obligan a prestarse asistencia y socorro en caso en que la República y el Imperio sean atacados por la Confederación Argentina, o por su aliado en el Estado Oriental, coadyuvánse mutuamente con tropas, armas y municiones. Se ha de entender atacado uno de los dos Estados, cuando su territorio fuese invadido, o estuviese en peligro inminente de serlo". Por el tercero, ambos gobiernos se comprometían a auxiliarse recíprocamente para obtener la libre navegación del Río Paraná. Otros artículos se referían a las condiciones de cumplimiento de la alianza. Por el décimo cuarto, el Presidente del Paraguay se obligaba a coadyuvar con el Emperador del Brasil a mantener la independencia del Uruguay. La duración del tratado era de seis años y el canje de ratificaciones debía realizarse en Asunción. Un artículo separado dispuso que el convenio "permanecerá secreto".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Paraguay ratificó el acuerdo el 22 de abril de 1851 y el canje de las ratificaciones se realizó el 26: del mismo mes.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Es interesante destacar la disposición del artículo décimo cuarto. El mantenimiento de la independencia del Uruguay constituía una de las facetas de la política, del Brasil y principalmente en esta época cuando el Imperio iniciaba su campana contra Rosas, que pretendía extender su hegemonía no solamente sobre el Paraguay sino también en la margen izquierda del gran estuario. Ya en 1845, en la circular del 25 de noviembre, ANTONIO LIMPO DE ABREU, Visconde de Abaeté, afirmaba que la independencia de los dos países, era una condición necesaria para el equilibrio de los países de la cuenca del Río de la Plata, principio sostenido por el gobierno del Mcal. López en la célebre nota del 30 de agosto de 1864.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El secreto del convenio no pudo mantenerse. JORNAL DO COMMERCIO dio noticia de él en Río de Janeiro. También se ocupó del mismo el Comercio del Plata de Montevideo. Y en Asunción, El Paraguayo Independiente, en su N° 101 del 26 de abril de 1851, comentó como un feliz acontecimiento el haberse establecido, una liga entre el Paraguay y el Imperio del Brasil para alcanzar la paz y tranquilidad del cono sur de América, que permitirá la conservación del statu quo de las nacionalidades de la zona, sin temer el peligro de la destrucción de sus integridades respectivas. "En el día, -terminaba expresando- para nosotros, son idénticas las causas del Paraguay, del Brasil, y del Estado Oriental. Al transmitir esta importante noticia a nuestros conciudadanos, tenemos la confianza de que la aceptarán con entusiasmo, y estarán prontos como siempre a la voz de la Patria".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El tratado de alianza defensiva del 25 de noviembre de 1850 tuvo una influencia decisiva para el pronunciamiento de Montevideo y de las provincias argentinas de Corrientes y Entre Ríos, en la lucha contra Rosas, que culminó en la batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, con la caída de Juan Manuel de Rosas y su alejamiento para siempre de tierras americanas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Este convenio constituyó un triunfo de la diplomacia brasileña, capitaneada entonces por PAULINA JOSÉ SOARES DE SOUZA, después Visconde de Uruguay, así como también una victoria del Presidente CARLOS ANTONIO LÓPEZ, que mantuvo con patriótica firmeza la independencia del Paraguay.</span></span></strong></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-23264131770011491732011-05-04T08:46:00.000-07:002011-05-05T09:05:32.704-07:00ALFREDO VIOLA - CÁRCELES Y OTRAS PENAS - ÉPOCA DE CARLOS ANTONIO LÓPEZ / Editorial SERVILIBRO. Asunción, Paraguay, Agosto del 2004.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhu7iD80dBoEu2quI0fdM4sYIRwp3OTQ0yCv4bPsLfcP6S-dzwgo0IaCT6yop6i194YAL8po54MjkCLFZCKXo-rNkvtvAtTaYFGQGe2o-GHa9f94-Bd3SPg22jr1IzdyLrSx9bKqOIvEha8/s1600/alfredo+viola+carceles+y+otras+penas+carlos+antonio+lopez+tp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400px" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhu7iD80dBoEu2quI0fdM4sYIRwp3OTQ0yCv4bPsLfcP6S-dzwgo0IaCT6yop6i194YAL8po54MjkCLFZCKXo-rNkvtvAtTaYFGQGe2o-GHa9f94-Bd3SPg22jr1IzdyLrSx9bKqOIvEha8/s400/alfredo+viola+carceles+y+otras+penas+carlos+antonio+lopez+tp.jpg" width="400px" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">CÁRCELES Y OTRAS PENAS</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">ÉPOCA DE CARLOS ANTONIO LÓPEZ</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="color: red; font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=854">Estudios de ALFREDO VIOLA</a></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Editado con los auspicios del FONDEC </strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Editorial SERVILIBRO</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Pabellón "Serafina Dávalos"</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>25 de Mayo y México - Plaza Uruguaya </strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Telefax: (595-21) 444 770</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>E-mail: </strong></span><a href="mailto:servilibro@highway.com.py"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: red;">servilibro@highway.com.py</span></strong></span></a><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Dirección Editorial: VIDALIA SÁNCHEZ </strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Diagramación y Armado: GILBERTO RIVEROS ARCE </strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Corrección: ARNALDO NÚÑEZ</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Edición al cuidado del autor. </strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Asunción, Paraguay, Agosto del 2004. </strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>Hecho el depósito que marca la Ley N° 1328/98 </strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong>ISBN: 99925-79-47-1</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">ÍNDICE</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">RECORDACIÓN </span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">PRÓLOGO // CIERTA ACLARACIÓN // INTRODUCCIÓN </span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">Capítulo I: SE REORGANIZA LA JUSTICIA</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">1.- Decretos y leyes relacionados con la Administración de la Justicia // 2. Nombramiento del Primer Jefe de la Policía de la Capital // 3. Uniforme del Jefe de Policía y los Comisarios // 4. Encuentra resistencia y causa mofa en algunas personas el Reglamento de Policía // 5. Aplicación de las leyes y, en algunos casos, extralimitación en su aplicación // 6. Otras funciones del Jefe de Policía //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>7. Corre a cargo del Jefe de Policía de la Capital la adquisición de leña para los buques del Estado // 8. La Compañía de "Policianos" // 9. El General José Eduvigis Díaz // 10. El Presidente Carlos Antonio López buscó acelerar la Administración de la Justicia // 11. El Defensor General de Pobres reemplaza al Defensor de Naturales // 12. El Estatuto Provisorio para la Administración de la Justicia // 13. Juez Superior de Apelación // 14. Otros artículos de interés en el Estatuto Provisorio para Administración de la Justicia // 15. Reglamento para los Jueces de Paz // 16. Diversos Jueces son nombrados de acuerdo al Reglamento Provisorio para la Administración de la Justicia // 17. Disposiciones jurídicas establecidas en la ley que establece la Administración Política del Paraguay y demás que en ella contiene // 18. Atribuciones de un Comisionado General // 19. Funciones de un Administrador de las Temporalidades de un pueblo de indios // 20. Se nombra Procurador Fiscal en lo Criminal // 21. Son sancionados varios leguleyos //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>22. Reglamento de las Guardias Nacionales // 23. Las Guardias Nacionales cumplen el servicio de patrulla dentro de la ciudad // 24. Se especifican las sanciones a los militares que cometían crímenes graves // 25. Carrera de Palos, una forma de castigo impuesta a los militares // 26. Castigo a desertores // 27. Castigo a soldados ladrones y desertores</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">Capítulo II: CÁRCEL PUBLICA Y OTROS RECLUSORIOS. DIVERSOS DELITOS </span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">1.- La Cárcel Pública de Asunción y sentencias judiciales // 2. Otras sentencias y disposiciones del gobierno // 3. Reo condenado a muerte recupera su libertad // 4. Los Cónsules reglamentan el servicio de "guarda cárcel" // 5. Otros alcaides que se sucedieron en la Cárcel Pública // 6. Cambio del Encargado de la Cárcel Pública e inventario de este reclusorio //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>7. El Presidente Carlos A. López ordenó la seguridad externa de la Cárcel Pública // 8. No será recibida en la Cárcel Pública ninguna mujer con simple pena de arresto // 9. Mantenimiento de los presos //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>10. Otros lugares de reclusión en el interior de la República // 11. Inventario de la guardia de Quyquyó //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>12. Inventario de la cárcel de Ajos, hoy Coronel Oviedo //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>13. Se puebla la antigua región de Melodía // 14. Reos del Estado son enviados a poblar la Villa Occidental y otras localidades vecinas // 15. Fundación de Monte Sociedad, hoy llamado Benjamín Aceval // 16. Reos confinados a prestar servicio en la Fundición de Hierro de Ybycuí // 17. Elizardo Aquino es nombrado encargado de la fábrica de Hierro // 18. Aumenta el número de presos en la Fundición de Hierro // 19. Fuga de presos. // 20. Una medalla ignominiosa para los otorgantes como para quien la recibió // 21. El ingeniero Jardim completa la destrucción de la Fundición de Hierro de Ybycuí</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">Capítulo III: DIVERSOS DELITOS Y SUS CASTIGOS DURANTE EL GOBIERNO DE CARLOS A. LÓPEZ </span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">1.- El Juez de Paz de Villa Rica y su esposa son castigados // 2. Correntinos asilados en el Paraguay // 3. Castigos impuestos en Luque por el Juez de Paz // 4. Principales crímenes cometidos durante el gobierno de Carlos Antonio López // 5. Sentencias dictadas por los cónsules Carlos Antonio López y Mariano Roque Alonzo //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>6. Liberación de un preso // 7. Castigos desproporcionados, excesivos // 8. Castigo de azotes a reos civiles // 9. Autorizó el Presidente de la República a los Jueces Territoriales hacer azotar a los reos // 10. Otras personas castigadas a prestar servicios en los buques del Estado // 11. Mujeres de vida irregular y rateras expulsadas de Asunción // 12. Vago y jugador destinado a trabajos públicos y al servicio militar //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>13. Atropello "con disfraz de máscara" // 14. Abusos cometidos por ciertos Jueces de campaña // 15. Forma particular de cancelar lo hurtado // 16. Se revoca el castigo de azotes // 17. Carlos Antonio López no admite que nadie haga justicia por propias manos // 18. Vida efímera del Cuerpo Municipal // 19. Se nombran funcionarios judiciales y se reorganiza la Administración de la Justicia // <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>20.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>"Las garantías sociales son respetadas" // 21. Nombramiento de "dos hombres buenos" // 22. El Presidente de la República es juez privativo en las causas de seguridad interna // 23. Nombramiento de Jueces de Paz // 24. Reglamento para los Jueces de Paz // 25. Cláusula de extradición en el tratado firmado entre la República del Paraguay y el Imperio del Brasil // 26. Por borrachera son depuestos funcionarios judiciales // 27. Juez de Paz ebrio. // 28. El Juez Superior de Apelaciones es nombrado Vicepresidente Provisional de la República // 29. El Defensor General de Menores, Pobres y Esclavos Francisco de Paula Riera elevó al Juez Superior de Apelaciones las causas a su cargo //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>30. Se suprime el cargo de Alcalde Ordinario de Concepción //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>31. Supresión de la Alcaldía Ordinaria de San Isidro Labrador de Curuguaty // 32. Quiénes debían administrar la Justicia según el Presidente Carlos Antonio López // 33. Consejos u órdenes en materia de justicia dados por Carlos A. López con motivo de su reelección // 34. Otros lugares de prisión o confinamiento además de la Cárcel de Asunción // 35. Refundación de San Salvador de Tevegó // 36. San Salvador de Tevegó, lugar de destierro // 37.Por delincuente incorregible, un reo es desterrado a San Salvador de Tevegó // 38. Otros confinados, uno a San Juan Nepomuceno, la otra a San Salvador // 39. Otros casos más de destierro, entiéndase confinamiento // 40. Un esclavo del Estado, José Nolasco Mongelós, es destinado a la Villa del Salvador de Etevegó // 41. Otras localidades de confinamiento // 42. Personas confinadas al Fuerte Olimpo // 43. Carlos A. López declaró cesante a Carlos García // 44. Intenciones de establecer un penal en Tacurupucú // 45. Palabras contra Carlos A. López. Éste Juez y parte // 46. Malos funcionarios // <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>47. Los Cónsules amonestan a un Juez Comisionado // 48. Mala autoridad luqueña es multada //<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>49. Amonestó el Presidente de la República al Juez de Crimen // 50. Por incorrecta aplicación de castigo es reprobado un Juez // 51. Muchos suicidios // 52. Muerte violenta (suicidio) de Pedro Zavala // 53. Dos casos de suicidios // 54. Un suicidio originó dudas //</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">55. Suicidio de dos personas y castigo a una mujer // 56. Los restos de un suicida enterrados fuera de un lugar sagrado. Suicidio del pulpero José María Ríos // 57. Uxoricida y suicida // 58. "Horroroso crimen de suicidio" // 59. Varios casos de suicidios en un solo año en la Villa del Pilar // 60. Pena de cárcel a una persona que intentó suicidarse // 61. Un intento de suicidio y una autoeliminación relacionados con el sexo // 62. Se suicidó porque tenía "una llaga en su sexo” // 63. Casos de adulterio y sus sanciones // 64. Esposa cómplice en el asesinato de su marido // 65. Otro caso de adulterio y homicidio // 66. Un caso más de adulterio y homicidio // 67. Conmutación de la pena de muerte. Adulterio y homicidio // 68. Caso de adulterio con efusión de sangre // 69. Un marido engañado opta por quedarse con el esclavo amante de su esposa y no con ésta // 70. Casos de abigeato y sus sanciones. Dos menores abigeos son absueltos de la pena // 71. Delito de un menor de diez años y medio, inimputable // 72. Ordena el Juez de Paz de Saladillo que un padre castigue a su hijo menor por abigeo // 73. Castigo excesivo a un menor // 74. Asistencia estatal a los jóvenes pobres que se educan en las escuelas primarias y en la Academia Literaria // 75. Ubicación de más huérfanos insolventes para su educación // 76. Veinticinco azotes por el hurto de un pavo // 77. Pena de azote a un niño // 78. Castigo a otro menor // 79. Robos, mal entretenidos y niños vagos // 80. Casos de incesto // 81. Otro caso de incesto. Un padre con sus dos hijas // 82. Doble delito. Incesto y estupro // 83. Casos de estupro // 84. Estupro cometido por un maestro en una "escolera" // 85. Otro caso de estupro // <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>86. Estupro violento // 87. Intento de estupro // 88. Otro estupro violento </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">89. Reo de bestialidad y estupro // 90. La zoofilia no es delito // 91. Amancebamiento, bigamia y mal trato a esposas // 92. Se busca terminar con las uniones ilegítimas // 93. Bigamia // 94. Otros casos de bigamia // 95. Maltrato a esposas. Herida causadas por un hombre a su esposa // 96. Un hombre castigó violentamente a su esposa // 97. Una mujer fue sometida a un acto impúdico // 98. Infanticidio y abortos // 99.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Un caso de filicidio // 100. Aborto // 101. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Otro caso de aborto // 102. Abigeato // 103. Sanción a vagos, mal entretenidos y abigeos // 104. Incesantes robos en Villa Oliva // 105. Castigo mal aplicado a "soldados ladrones y cuatreros" // 106. No cesan los abigeatos // 107. Castigado y puesto bajo control //108. Indígenas "antisociales" de las ex Misiones Jesuíticas son enviados a poblar el norte del país. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">Capítulo IV: SENTENCIAS DE MUERTE. INDULTOS</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">1.- Confirmaron otra sentencia de muerte // 2. Fusilamiento por la espalda // 3. Indultos dictados por Carlos A. López // 4. Penas impuestas a los violadores de los decretos leyes durante el gobierno de Carlos A. López // 5. Castigo a militares, ladrones y desertores // 6. Militar apresado por irresponsable, indolente y mentiroso // 7. Soldado destituido y carrera de cien palos // 8. Continúan las deserciones y las carreras de palos // 9. Condenado por intento de deserción // 10. Castigo a un soldado ratero // 11. Penas a militares ladrones // 12. Siguen las deserciones // 13. Propaganda contra el gobierno y malos funcionarios. Un reo de Estado // 14. Los comprometidos de la rancia línea nacionalista, ellos o sus descendientes serían los integrantes de la Asociación Paraguaya y de la Legión Paraguaya // 15. Se revoca una sentencia de muerte dictada en el año 1819 // 16. Pascual Urdapilleta y Mariano Antonio Molas // 17. Una opinión desfavorable a una disposición de Carlos A. López originó un proceso judicial a un vecino de Paraguarí.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">PRÓLOGO</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En el introito que nos ocupa se invierten un tanto los papeles, pues en la generalidad es el maestro quien escribe en el portal de determinada obra, en este menester es un discípulo suyo quien desliza algunas líneas en torno a las "CÁRCELES Y OTRAS PENAS. ÉPOCA DE CARLOS ANTONIO LÓPEZ", la que se suma a las monografías sobre la temática de la penalogía en las obras: "CÁRCELES Y OTRAS PENAS EN LA ÉPOCA COLONIAL" y "CÁRCELES EN LA ÉPOCA DICTATORIAL", las dos últimas citadas se hallan insertas en el Anuario del Instituto de Investigaciones HISTÓRICAS "DR. JOSÉ GASPAR RODRÍGUEZ DE FRANCIA", N° X, Año X, 1993, cuya presidencia la ejerce en la actualidad el PROFESOR DOCTOR ALFREDO VIOLA, erudito conocedor y documentalista del Archivo Nacional de Asunción (A.N.A.) y cuya añeja institución es asidua y largamente frecuentada por el insigne investigador de nuestro glorioso pasado y en especial la correspondiente a la época del Paraguay Independiente.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Esta labor acrecienta el rico acervo bibliográfico del autor de marras y se trata de una elaboración histórica estrictamente documentada, tras la paciente consulta de centenares de infolios y legajos que se hallan en los repositorios del Archivo Nacional de Asunción (A.N.A.) y en las colecciones obrantes en la Biblioteca Nacional de Asunción (B.N.A.), cuya dirección otrora la ejerció a cabalidad y probidad, rasgos que lo caracterizan.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La trama de la obra en cuestión se halla urdida en cuatro capítulos, los que deben ser analizados con criterio histórico-filosófico desde el busilis, donde estriba la dicotomía: presión-libertad, haciendo hincapié en el concepto de Federico Hegel (1770-1831), quien aseveró que "la libertad no es un concepto abstracto, eterno, establecido de una vez para siempre, sino que siempre tuvo carácter histórico, y de que la libertad es conocimiento de la necesidad".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Es menester acotar que el gran filósofo dialéctico alemán sacó las conclusiones más arriba citadas dentro del marco de un análisis puramente teórico e idealista del problema y a la vez destacar el pensamiento actual del filósofo nipón Kenjiro Yanagida, quien escribe que "el contenido de la libertad del hombre radica en el conocimiento de las leyes del medio real que lo rodea y en su decidida acción, basada en este conocimiento y aplicada a la transformación del medio en beneficio propio". Agrega además que "la auténtica libertad radica en asegurar a todo el pueblo el derecho a la vida y el derecho al trabajo". Fueron estas premisas las que se hallaban acordes a las condiciones objetivas en la estructura económico-social vigente en el Paraguay bajo el régimen de Carlos Antonio López, "Obrero Máximo", como lo denominó Juan F. Pérez Acosta (1873-1966).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Después de esta breve incursión en el campo filosófico, pues no debemos soslayar el hecho de que somos hijos del "alma mater" que es la Facultad de Filosofía de Asunción (U.N.A.), sus numerosos alumnos y colegas esperamos que en un corto lapso de tiempo culmine su ardua tarea alrededor de una acabada historia que abarca hasta nuestros días, la que versará sobre Carcelería y Penalogía y cuyo hito se inicia precisamente con la culminación del gobierno soberano de Don Carlos Antonio López Insfrán, a cuya pluma se debe el lema patriótico que reza: "Las escuelas son los mejores monumentos que podemos ofrecer a la libertad".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">CÉSAR J. COLMÁN VILLAMAYOR</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">CIERTA ACLARACIÓN</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Durante el Segundo Gobierno Consular se reorganizó y dinamizó la administración de la justicia, si bien los delitos eran castigados severamente como entonces ocurría en los diversos países iberoamericanos. En particular los delitos cometidos por los militares que desertaban o robaban se punían con penas de palos o baquetas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Aclaramos que el término "baqueta" tiene varias acepciones, entre ellas la de palillo de tambor. Muchos años después, también los soldados recibían el castigo de carrera vaqueta, que consistía en recibir golpes dados por sus camaradas con sus cinturones o cananas pasando en medio de una fila de cien o más soldados.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En cambio, el castigo impuesto a los civiles durante ese mismo gobierno se llamaba de vaqueta y consistía en la flagela-ción impuesta al reo de cincuenta, cien y hasta mayor cantidad de azotes. Este castigo generalmente se cumplía al ingresar y al salir de la cárcel el que había delinquido. Provisto de un pase, debía presentarse al pueblo de su origen, para allí "estar a la mira de sus autoridades".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">INTRODUCCIÓN</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los cónsules CARLOS ANTONIO LÓPEZ y MARIANO ROQUE ALONZO crearon la Policía de la Capital, dotándola del llamado Reglamento de Policía, el que establecía ciertas funciones municipales en relación a la ciudad de Asunción.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Como primer jefe de la Policía de Asunción fue nombrado el ciudadano Pedro Nolasco Fernández, quien, además de sus funciones específicas, debía expedir licencias a las personas que las solicitaran para transportar cargas a los diversos puertos del litoral, y quedaba a cargo exclusivo del gobierno dar licencia para el comercio por los puertos de Encarnación y Pilar. El GENERAL JOSÉ EDUVIGIS DÍAZ, años después, fue figura destacada como Jefe de la Policía.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Otras innovaciones en materia judicial introdujeron los cónsules, el Defensor General de Pobres reemplazó al Defensor de Naturales, se estableció el ESTATUTO PROVISORIO DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA y el de JUEZ SUPERIOR DE APELACIÓN.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por un decreto se estableció el REGLAMENTO DE LAS "GUARDAS NACIONALES", en donde, entre otras cosas, se establecían los castigos a los que no cumplían con las estipulaciones de este Reglamento.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los castigos eran severos y estaban en relación a la situación política que en esos momentos estaba pasando nuestro país, como la negativa del Dictador Rosas a reconocer nuestra independencia y la libre navegación del río Paraná en su curso medio e inferior a los buques de pabellón paraguayo. Recordemos que en ese entonces (agosto de 1845) se estaba organizando la milicia en el país y que a fines de ese año varios miles de paraguayos se unieron a los correntinos para luchar contra Rosas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Este trabajo no se sustrae de dar una relación de la cárcel pública en esa época: libertad de presos que permanecían en ese reclusorio durante varios lustros, Reglamento del servicio de Guardia Cárcel, lista de alcaides, cantidad de grillos, grilletes, esposas, cepos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Las llamadas cárceles del interior estaban ubicadas en el edificio del juzgado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Otros reos eran enviados a poblar diversas regiones del país, en ocasiones acompañados por sus familias; cumplida la condena podían ser dueños de una parcela de tierra para así alcanzar una vida honesta.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La fundición de hierro de Ybycuí recibió a muchos reos que allí trabajaron en las diversas obras hasta que una vez purgado el delito podían quedarse a trabajar con sueldo pagado por el Estado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Diversos delitos y faltas señalan este trabajo, principalmente homicidio, abigeato, estupro, rapto de mujer casada, adulterio (entonces considerado delito), bestialismo, hoy llamado zoofilia y que ya no se castiga. En ocasiones los castigos eran desproporcionados a las faltas o delitos cometidos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En ciertos aniversarios patrios ciertos reos eran indultados.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Otros delitos sancionados fueron: amancebamientos, bigamia y maltrato a las esposas, filicidio, vagancia, incesto y necrofilia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se puede afirmar que la variedad de delitos tuvo vigencia en nuestro país así como ocurría en las naciones vecinas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">LA CRIMINALIDAD EN EL PARAGUAY ENTRE LOS AÑOS 1844-1861 </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">De acuerdo a un informe presentado por el súbdito austríaco Coronel de Ingeniería Francisco Wisner de Morgenstern en el año 1871 y publicado en la revista del Instituto Paraguayo en el año 1903, Año IV, N° 39, p. 765, durante los 17 años comprendidos entre 1844 a 1861, "la estadística de delitos y crímenes cometidos en toda la República ascendieron a (..) 3.281 presos, de los cuales 1.118 fueron destinados (confinados), 39 fusilados, 59 muertos en la cárcel y sueltos 2.065, que son 1.216 convictos, que da por año 67 reos en 1.200.000 habitantes".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El porcentaje de reos en relación al número se debe duplicar, pues Wisner de Morgenstern estuvo equivocado, y de ese modo la población paraguaya apenas alcanzaría 600.000 habitantes.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">CAPÍTULO 1</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: lime;">SE REORGANIZA LA JUSTICIA</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">1.- DECRETOS Y LEYES RELACIONADOS CON LA ADMINISTRACIÓN DE LA JUSTICIA</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Una serie de decretos dictaron los cónsules CARLOS A. LÓPEZ y MARIANO R. ALONZO, los que estaban relacionados con la administración de la Justicia. Algunos de estos decretos fueron pre sentados y aprobados en el Congreso Nacional inaugurado el 25 de noviembre de 1842. Entre éstos citamos el Decreto Reglamentario de Policía, el Estatuto Provisorio de la Administración de la Justicia y el Reglamento para los Jueces de Paz.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">"El Arreglo del Departamento de Policía de la Capital", decretaron los cónsules el 8 de marzo de 1843. (1) REPERTORIO NACIONAL N° 2 ASUNCIÓN. IMPRENTA DE LA REPÚBLICA. 1843.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por este decreto se nombró el primer Jefe de Policía de la Capital, designación que recayó en la persona de Pedro Nolasco Fernández.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El decreto "REGLAMENTARIO DE POLICÍA", convertido en ley, tiene cierta semejanza con ciertos autos afines dictados por Hernandarias, Lázaro de Ribera y otros gobernadores de la colonia.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Reglamento de Policía contó con treinta y seis artículos y versó sobre diversos temas: amurallamiento de los lotes de terrenos del centro de la ciudad, prohibición de embarazar el tránsito en las veredas con cualquier cosa al igual que en las calles, con materiales de construcción allí depositados, no debían hacer-se en ellas fogatas ni quemazones. No se debía galopar dentro de la ciudad. Estaban exceptuados del cumplimiento de este artículo los chaques del gobierno, tampoco se permitía andar a caballo sobre las veredas, salvo los casos de entrada o salida de las casas.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Asimismo, se prohibió por este decreto arrojar basuras, animales muertos y agua servida a las plazas; amarrar por un poste en las calles a caballos, vacas, y tener cerdos o cabras fuera de la casa; con cierta excepción se podían tener vacas en las viviendas de la ciudad -serían lecheras-, el decreto no aclara este punto. El propietario de perros bravos sueltos sería multado además del costo del daño que había causado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se prohibía portar armas tanto en la ciudad como en los pueblos del interior, bajo la pena de la pérdida del arma y dos meses de trabajo público. Se exceptuaban del cumplimiento de este artículo los carniceros.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Además se castigaba "por solo el acto de sacar cualquiera de dichas armas en peleas o en miras ofensivas" con seis meses a trabajos públicos. Toda persona que causare herida aunque sea leve será castigada con la pena de doce meses al trabajo público. Proferir palabras obscenas, escandalosas o insultantes en las plazas, pulpería o en cualquier lugar público significaba la pena de treinta días a trabajo público.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Todo acto en ofensa a la moral pública acarreaba un castigo de cuatro meses a trabajo público.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se prohibía que en las pulperías y en otros negocios públicos se realicen juegos de azar. La embriaguez en los lugares públicos acarreaba a sus actores una pena pecuniaria. Con relación a este castigo, señalamos que a principios de la colonia Hernandarias había impuesto a los borrachos la pena de que "sean puestos a un caballo flaco, las manos atadas, los pies también, y desnudos de medio cuerpo arriba llevarán 200 azotes con voz de pregonero." (2) AGUIRRE, JUAN F. DIARIO T. II. 1950. SEGUNDA PARTE. EN LA REVISTA DE LA BIBLIOTECA NACIONAL DE BUENOS AIRES, PP. 366-367.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El decreto dictado por los cónsules también recordó las borracheras de los indios payaguá que habitaban en las costas de la bahía y se propuso moderar esa costumbre.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se prohibió que se tenga, sin comunicar al Juez más cercano, a prófugos, sean éstos "hijos de familia", indios de pueblos, esclavos, vagos, etc.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se prohibía la compra de alhajas a jóvenes o esclavos si estos bienes no tuvieran una papeleta con la firma de sus dueños. Así mismo los esclavos huidos como los indios que habían abandonado sus comunidades debían ser prendidos y devueltos por los Jueces de Campaña. Estaba vigente la disposición dada a los Jueces Territoriales de todo el país con relación a los vagos, intrusos y mal entretenidos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los Jueces debían informar al gobierno cada 30 de junio y cada 30 de diciembre acerca de los delitos y faltas cometidos en sus distritos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La presencia por más de dos días de un extraño en Asunción le obligaba a que se presente al Encargado de la Policía de la Capital para informarle el motivo de su permanencia y el lugar de su posada.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Con respecto a los ruidos molestos, se prohibió, salvo permiso especial, lanzar cohetes o dar campanadas a deshoras en las iglesias.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se debía tener en los talleres una lista de los oficiales y aprendices, firmada por los respectivos maestros y rubricada por el Encargado de la Policía, lista que era necesaria para que los oficiales o los aprendices pudieran pasar de un taller a otro.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se prohibía la mendicidad de toda persona, salvo la de aquellas que eran pobres de solemnidad o con deficiencias físicas que le impidieran trabajar.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Esta prohibición no rigió para los presos insolventes de la cárcel, quienes podían seguir pidiendo limosna para su mantenimiento.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">No se permitió el agio, imponiéndose una multa a los carniceros especuladores, quienes de concierto presentaban poca demanda de reses para comprar barato el ganado vacuno y vender cara la carne.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El importe de las multas por el incumplimiento de este decreto debía ingresar a la Tesorería General, para invertirse en obras públicas. (3) A.N.A. S.H. V. 251 N° 12, 27-IV-1842.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">2.NOMBRAMIENTO DEL PRIMER JEFE DE POLICÍA DE LA CAPITAL</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por un decreto dictado por los Cónsules López y Alonzo fue nombrado el ciudadano PEDRO NOLASCO FERNÁNDEZ "Jefe de Policía con calidad de Jefe Político Interino". (4) A.N.A. S.H. V. 256 N° 4, 8-III-1843.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">De esta manera el citado ciudadano vino a constituirse en el Primer Jefe de Policía de la Capital. La dotación de la Policía entonces contó con sesenta "policianos" armados de tercerola y sable. Debían emplear caballos cuando lo exigía el servicio.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Tres comisarías fueron establecidas por este decreto, una para el distrito de la Catedral, otra para el de la Encarnación y la tercera para los de San Roque-Recoleta. Los comisarios de estos dos últimos distritos señalados, acompañados de dos "policianos" armados, debían concurrir diariamente a los mercados de la plaza de sus respectivos distritos para controlar la higiene, peso y medida de las mercaderías. Es decir, debían cumplir en parte las funciones del Fiel Ejecutor, quien siendo miembro del Cabildo corría con ese mandato. Al establecerse el Estatuto Provisorio de Administración de Justicia en el Congreso Nacional inaugurado el 25 de noviembre de 1842, el cabildo perdió importancia y unos meses después fue suprimido.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La Oficina Central de Policía debía tener de día una guardia de diez policías y un celador, y por la noche se duplicaba esa cantidad.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los Comisarios debían vigilar sus distritos y enviar patrullas desde la una de la noche hasta el día. Antes de la una de la noche la patrulla de ciudad quedaba a cargo de los militares de la tropa de línea.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El jefe de Policía y los comisarios debían inspeccionar y mantener de día y de noche el buen orden y sosiego públicos. Todo pasajero venido del exterior o interior del país debía presentarse al jefe de Policía y manifestarle su domicilio. La Policía además debía controlar las fiestas y el Jefe Político debía llevar la cuenta de cualquier moneda falsa y su introductor, y cobro de intereses desmedido por préstamos de dinero.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">11. EL DEFENSOR GENERAL DE POBRES REEMPLAZA AL DEFENSOR DE NATURALES</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En vista de un proceso criminal iniciado al indio FRANCISCO YERÓ, natural del pueblo del Carmen, quien ocasionó graves heridas y golpes con un tizón de fuego a su mujer Gregoria Yacaré, los Cónsules no aceptaron que tuviera participación el Defensor General de Naturales, pues dicho cargo se había suprimido en el Estatuto Provisorio de la Administración de la Justicia, por lo gravoso que era a los pueblos de indios que lo costeaban para una eventual causa criminal.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Como defensor de los indígenas debía actuar el Defensor General de Pobres "que no debe hacer distinción de colores de los insolventes, y en consecuencia sean blancos, indios o negros libres se personará en sus defensas con su título de Defensor General de Pobres, expresando el color y clase a que pertenecen sus clientes. </span><span lang="EN-US" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">(23) A.N.A. SEC. CRIM. V. 3 N° 22 C.B.T. II PP. 570-1, 16-XI-1843.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">12. EL ESTATUTO PROVISORIO PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LA JUSTICIA</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Otro importantísimo Estatuto Provisorio para la Administración de la Justicia decretó el Consulado, el que fue aprobado a igual que otros decretos por el Congreso Nacional inaugurado en el mes de noviembre de 1842. Este Estatuto, que contó con 82 artículos, estableció por el 1° que será uniforme en toda la República la administración de la justicia, y que provisoriamente sería ejercida por los Jueces de Paz, Alcaldes Ordinarios, Comisionados actualmente empleados en la campaña, Jueces en lo Civil y en lo Criminal, y un Juez Superior de Apelación. Otros artículos establecían que los Jueces de Paz debían regirse por un Reglamento, que en forma separada le tenía que hacer llegar el gobierno. No debían decidir en demanda superior a doscientos pesos. Debían nombrar accidentalmente en las causas o juicios de menores, de pobres de solemnidad y de esclavos "un defensor que represente las acciones y derechos de aquellos".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Era obligación de los Jueces de Paz perseguir a los vagos y delincuentes que cometan cualquier delito en sus distritos, debiendo remitirlos con las informaciones debidas al Juez de Crimen de la Capital, y en la campaña al jefe del partido o al Alcalde Ordinario donde hubiera.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Este Estatuto estableció los Juzgados de Paz en Asunción en los distritos de la Catedral, de la Encarnación y en el de San Roque, que también comprendía el de la Recoleta.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En la campaña continuaban los Alcaldes Ordinarios, con las mismas jurisdicciones que tenían, y se debían expedir en sus actuaciones con dos testigos a falta de escribanos. Los Alcaldes tenían jurisdicción en las causas criminales leves, pero en las graves debían enviar a los reos con sumario al Juez del Crimen de la Capital. También continuaban administrando justicia los Comisionados de partidos en casos que no excedían los cien pesos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Asimismo, el Estatuto Provisorio de Justicia estableció dos jueces en la Capital, uno para las causas civiles y otro para las causas criminales, como ya lo señalamos más arriba. Las obligaciones del Juez del Crimen eran conocer y ser Juez del Crimen en toda la República. Debía substanciar la causa por sí solo y con dos hombres, para dictar sentencia debía formar tribunal. Estos dos hombres debían salir a suerte de una lista de quince individuos que el gobierno debía nombrar al comienzo de cada año.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Era competencia del Juez del Crimen decidir en las causas de "vagos, de embriaguez pública, en las de robos, y en las de injurias, concediendo apelación en sus sentencias para ante el Juez Superior de Apelaciones".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se estableció además un Agente Fiscal, quien debía ser nombrado por el gobierno.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">13. JUEZ SUPERIOR DE APELACIÓN</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por el Estatuto Provisorio de Administración de Justicia se creó el cargo de Juez Superior de Justicia. Este debía ser elegido por el Presidente de la República entre los ciudadanos destacados y de honradez reconocida. EL Juez de Apelación tenía competencia en todas las causas civiles y criminales, a excepción de los siguientes crímenes, de los que era juez privativo el "Supremo Gobierno": de los de conmoción o conjuración contra el orden y tranquilidad pública, y en la de atentar contra la vida del Supremo Gobierno de la República". (24) REPERTORIO NACIONAL. ASUNCIÓN. IMPRENTA DE LA REPÚBLICA. N° 22, 1842.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Es decir que el Presidente de la República se reservaba, en caso de conspiración o intento de asesinarlo, el derecho de ser Juez y parte en el juicio.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">14. OTROS ARTÍCULOS DE INTERÉS EN EL ESTATUTO PROVISORIO DE ADMINISTRACIÓN DE JUSTICIA</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por el artículo 7° quedaron derogadas las penas de tormento y la confiscación de bienes. Si bien los castigos físicos continua-ron, tanto los de azotes para los delincuentes comunes, y a los soldados se les imponía el castigo de "carrera de palos", llegando en algunos casos hasta la carrera de "cuatrocientos palos", lo que veremos en la parte referente a castigos impuestos en esa época.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por el artículo 72 quedó derogada la Recopilación de las Leyes de los Reinos de las Indias, "como incompatibles con nuestra existencia política libre e independiente". Por el artículo siguiente se dispuso que continuarán vigentes las leyes de Castilla, las de las Partidas y las del Toro, siempre que no sean contrarias a nuestras leyes, y hasta tanto la República no sancione sus códigos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Desde la publicación del Estatuto Provisorio de la Administración de la Justicia, quedaron "suprimidos los Cuerpos Municipales de la República, debiendo pasar sus archivos a los alcaldes ordinarios del lugar y en Asunción a los jueces en lo civil y criminal".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">15. REGLAMENTO PARA LOS JUECES DE PAZ</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Otro aporte para la Administración de la Justicia lo dio el Consulado por un decreto dictado, por el cual se establecía el reglamento para los Jueces de Paz y creación de este cargo, cuyas funciones fueron establecidas, señalándose que los jueces que ocupaban esos cargos debían actuar como árbitros, como jueces o como conciliadores, "pero siempre en juicios verbales". En el primer caso debían proceder en las demandas sobre injurias leves y en las demás que no excedan de treinta pesos. En ambos casos el pronunciamiento se tenía que ejecutar sin apelación.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Como jueces tenían la atribución de actuar en las demandas que no excedan la suma de doscientos pesos; y como conciliadores tenían que participar en las demandas superiores a la suma de doscientos pesos y en los casos de injurias graves que admitan transacción sin perjuicio público.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Otro artículo del Reglamento del Juez de Paz estableció que cada juzgado contará con un libro foliado en donde constarían las diversas actas libradas referentes a los casos allí ventilados.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En las demandas, previo otros trámites, el juez debía bus-car la conciliación de las partes, si a esto no se llegaba, y seguido el proceso, y dictada la sentencia en las demandas que no excedan las suma de doscientos pesos, la parte agraviada podía apelar ante el Alcalde Ordinario en la campaña, o en la capital ante el Juez en lo Civil. Los Jueces de Paz debían enviar cada tres meses al Juez Superior de Apelaciones una lista de las causas que habían conciliado. Estos jueces duraban en sus funciones solamente un año. (25) IBÍDEM.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">16. DIVERSOS JUECES SON NOMBRADOS DE ACUERDO AL REGLAMENTO PROVISORIO PARA LA ADMINISTRACIÓN DE LA JUSTICIA</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En cumplimiento del Estatuto Provisorio de Justicia fueron nombrados varios jueces para llenar los cargos creados. Fueron nominadas las siguientes personas:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">•<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>BERNARDO JOVELLANOS - como Juez de Paz del Distrito de la Catedral</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">•<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>PEDRO P. VELÁZQUEZ - como Juez de Paz del Distrito de la Encarnación</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">•<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>RAFAEL BAZÁN - como Juez de Paz del Distrito de San Roque y de la Recoleta </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">•<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>DOMINGO SÁNCHEZ - como Juez en lo Civil</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">•<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>PEDRO DECOUD - como Juez en lo Criminal</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">•<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>JUAN JOSÉ ALVARENGA - como Juez Superior de Apelación </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por este mismo decreto varias personas más fueron nombradas como Jueces de Paz o Alcaldes Ordinarios en varias localidades del interior del país. (26) A.N.A. S.H. V. 256 N° 1, 12-I-1843.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">17. DISPOSICIONES JURÍDICAS ESTABLECIDAS EN LA LEY QUE ESTABLECE LA ADMINISTRACIÓN POLÍTICA DEL PARAGUAY Y DEMÁS QUE EN ELLA CONTIENE</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Esta ley, conocida también como la Constitución del año 1844, estableció entre otras cosas que "la facultad de hacer leyes, interpretarlas o derogarlas reside en el Congreso Nacional".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Asimismo, por otro artículo dispuso "que la aplicación de las leyes reside en los Jueces y Tribunales establecidos por la ley" y que eran atribuciones del Congreso Nacional "establecer Tribunales de Justicia y reglar la forma de juicios."</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Entre las atribuciones del Presidente de la República se determinó que era juez privativo de las causas reservadas en el Estatuto de la Administración de Justicia, como así también la de indultar o conmutar la pena capital de acuerdo al Estatuto inmediatamente arriba citado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Ya dentro del artículo 2° del Título X, de la ley aprobada en el Congreso Nacional realizado en el año 1844 que estamos estudiando, se estableció la igualdad de los hombres ante la ley, y "que ésta, bien sea penal, preceptiva o tuitiva debe ser una misma para todos, y favorecer igualmente al poderoso como al miserable." (27) A.N.A. S.H. V. 266, 13-III-1844.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El artículo siguiente determinó que "todos los habitantes de la República tienen derecho a ser oídos con sus quejas por el Supremo Gobierno de la República". En cumplimiento de este artículo el Presidente Carlos A. López estableció como días de audiencia al público los sábados.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Asimismo, que se ratificaban todas las leyes y decretos sancionados por el Soberano Congreso del año 1842.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Como último artículo del Título X dispuso el Congreso realizado en el año 1844 que "todo el que atentare o prepare medios de atentar contra la independencia de la República o contra la presente ley será castigado hasta con la pena de muerte, según la gravedad de su atentado. (28) IBÍDEM.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Es comprensible este artículo de la llamada Constitución del año 1844, teniendo en cuenta que entonces arreciaba la campaña del gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel Ortiz de Rosas, quien irracionalmente negaba la independencia paraguaya y el derecho de nuestro país a navegar libremente el río Paraná. Con esta serie de disposiciones legales, otras dictadas anteriormente y otras más que se fueron agregando con el correr de los años se fue administrando la justicia a lo largo del gobierno de Carlos A. López.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Es interesante señalar las atribuciones y obligaciones fijadas a los Alcaldes, a los Jueces Comisionados y a los Administradores de las Temporalidades de los pueblos de indios que aparecen en la designación de personas para ocupar estos cargos, que consignamos después.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">18. ATRIBUCIONES DE UN COMISIONADO GENERAL</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por un decreto del gobierno consular el ciudadano Luis Bernardo Benítez es nombrado Juez Comisionado de Ybytimí, su vecindad y jefe de las compañías urbanas. Sus atribuciones: conocer y determinar en las demandas civiles hasta el monto de 50$, asimismo en las criminales que no sean graves. En las demandas de casos graves debía establecer la información sumaria, y con ella enviar a los reos a los juzgados del gobierno. Debía celar y perseguir a vagos, mal entretenidos, jugadores; a todos éstos debía hacer que trabajen en la labranza o en otros trabajos útiles y, en caso necesario, debía entregarlos a personas honorables que los sujeten al trabajo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En los casos de urgencia podía admitir ante sí, y con la presencia de testigos, el otorgamiento de testamentos y codicilos, contratos de compraventa, permuta, registrar poderes, contrato público, etc.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Además debía fomentar la agricultura y el establecimiento de escuelas de primeras letras.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Este nombramiento no se diferencia mayormente de otros dictados desde la época colonial y durante el gobierno del Dr. Francia, responde a un modelo general usado por muchas décadas. Lo mismo ocurría en los nombramientos de Comandantes Militares y Jueces Políticos. (29) A.N.A. S.H. V. 247, N° 1, 20-IV-1841.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">22. REGLAMENTO DE LAS GUARDIAS NACIONALES</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Ante el bloqueo impuesto a nuestro país y la amenaza de invadirlo por parte del ejército del gobernador de Buenos Aires, Carlos A. López decretó la creación de las Guardias Nacionales, con el fin de que todos los ciudadanos puedan "defender la independencia, integridad y bienestar de la patria." (33) EL PARAGUAYO INDEPENDIENTE, N° 19, 30-VIII-1845. DECRETO DEL 26-VIII-1845.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Para este trabajo específicamente nos interesa la parte referente a las sanciones establecidas por las faltas y delitos cometidos por los integrantes de las Guardias Nacionales. El capítulo XIV estableció con el título "De los crímenes y penas en tiempo de paz". En el artículo 45: En los crímenes civiles los guardias nacionales son sujetos a las leyes nacionales. Artículo 46: Son crímenes puramente militares, y considerados simples cuando alguna circunstancia o consecuencia no lo agrave, los siguientes:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">1°)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Falta de aseo en los uniformes o armamentos;</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">2°)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Falta de atención en los ejercicios;</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">3°)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Omisiones en el servicio de guardia u otras diligencias;</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">4°)<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Demoras o pequeñas faltas en acudir prontamente al llamado de las armas, revistas o ejercicios.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los castigos establecidos por las faltas simples cometidas fueron: los de amonestación o represión, prisión de uno a tres días y servicio doblado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por el artículo LI fueron considerados crímenes militares graves:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">1.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El abandono o venta de armas;</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">2.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La embriaguez escandalosa;</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">3.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>El no cumplimiento o demora para el servicio a que fuere llamado;</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">4.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La desobediencia y mucho más la insubordinación;</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">5.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La deserción, principalmente en ocasión de servicio;</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">6.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>La negligencia, omisión o cobardía de importancia; </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">7.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>Todas las demás faltas puramente militares que son como graves, clasificadas en los reglamento del ejército en línea.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Las sanciones para estos crímenes estaban previstas en el artículo siguiente y prescribían: servicio sin sueldo en la tropa de línea, de treinta días a un año. Prisión de treinta días a un año. Servicio en obras de fortificaciones u otras semejantes de tres meses hasta seis meses. Baja del empleo a los oficiales inferiores. Dimisión simple o acompañada de prisión de un mes hasta un año a los oficiales.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por el artículo LIII se estableció que el crimen de resistencia y traición en todo tiempo será punido de conformidad de los reglamentos de primera línea. (34) IBÍDEM.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Como un complemento de las Guardias Nacionales, pocos días después el 1 de setiembre de 1845 don Carlos A. López decretó la creación de las Guardias Auxiliares. (35) EL PARAGUAYO INDEPENDIENTE. N° 20, 6-IX-1845.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Con relación a los castigos que imponía este decreto a los guardias auxiliares que cometían faltas o delitos graves relacionados con el servicio se homologaban a los establecidos en el decreto de la creación de las Guardias Nacionales. (36) IBÍDEM.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">23. LAS GUARDIAS NACIONALES CUMPLEN EL SERVICIO DE PATRULLA DENTRO DE LA CIUDAD</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Tal vez porque la mayor parte del ejército de línea estaba en campaña en Corrientes para luchar unidamente con los correntinos contra las tropas de Manuel Ortiz de Rosas, decretó Carlos A. López que el Batallón N° 1 de Cazadores de la Guardia Nacional facilite un contingente para la guardia de la cárcel y para patrullar las calles, iniciando el turno la primera compañía. El contingente debía integrarse con trece plazas con un oficial, a los que debían sumarse igual cantidad de tropa de línea. Las patrullas estarían formadas por ocho individuos, cuatro provenientes de las guardias nacionales y otros cuatro de la tropa de línea. (37) A.N.A. S.H. V. 272 N° 14, 14-II-1846.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Vemos de esta manera cómo la guardia nacional prestó servicios en defensa de la seguridad interior, durante esos difíciles años que le tocó vivir a la República.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">24. SE ESPECIFICAN LAS SANCIONES A LOS MILITARES QUE COMETAN CRÍMENES GRAVES</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Con intenciones de "conservar el lustre y honor de las armas de la República y sin mancha la honra del soldado", el Presidente Carlos A. López decretó que debían ser retirados del ejército, "del modo más afrentoso" todo soldado autor de delitos infamantes, y que entre éstos, después de la deserción, están el robo en el cuartel, campamento, cuerpo de guardia o en casa de vecinos en donde fueran alojados, y como esos crímenes son castigados en todos los países civilizados, estableció que todo militar que cometa uno de los delitos arriba señalados debía "sufrir dos carreras de baqueta por cincuenta hombres, una hora de exposición ante la tropa, atado a una picota con un letrero en letras grandes, que diga por LADRÓN, y cuatro años en obras públicas y zoquete". Por el artículo 2° de este decreto se duplicaba la pena arriba señalada a quien o quienes robaban municiones, armas, efectos de comisaría y parque.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Si el ladrón desertaba al interior del país agravaba la pena citada, debía sufrir cinco carreras de baqueta por cien hombres, luego debía ser expuesto a picota por dos horas y destinado a trabajos en obras públicas por diez años.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Si se hubiera empleado la violencia para robar rompiendo puertas, ventanas, muebles, etc., o se hubiese empleado armas, el reo "será desnudado de su uniforme en cuadro de su cuerpo, y enseguida fusilado, y colgado su cadáver por seis horas en una horca. (38) A.N.A. S.H. V. 282 N° 6, 18-I-1848.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El que desertare, a otro país, sea o no ladrón, debía ser desnudado y enseguida fusilado, y colgado su cadáver por seis horas en una horca.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">La deserción al interior del país, sin que medie causa de robo, se castigaba con cuatro carreras de baqueta por cien hombres y cuatro años en obras públicas con cadenas y zoquetes. Este decreto debía ser leído cada quince días durante tres meses, y así también a todos los reclutas en los actos en que se les lean las leyes penales. (39) IBÍDEM.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Este severo decreto se dictó en una hora de gran ansiedad que estaba pasando la República, cuando era inminente la invasión del Paraguay por las fuerzas de Buenos Aires, lo que obligó al gobierno nacional a extremar las medidas de seguridad en defensa de la independencia amenazada.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Fue por esa razón que unos meses después, ante el peligro citado, el Presidente López se estableció en el sur del país para supervisar los trabajos que se realizaban en los distintos campamentos y puestos militares allí establecidos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por esas mismas razones dio el Presidente Carlos A. López unas instrucciones reservadas al Jefe de Policía de Pilar, en donde previamente le aclaró que el Reglamento de Policía vigente era para defender el orden en épocas normales, pero que en vista del peligro de invasión a nuestro país por tropas enviadas por "el gobernador Rosas de Buenos Aires", y que este gobernador procuraría enviar al Paraguay "emisarios y agentes que vayan sembrando la división entre los paraguayos, haciéndoles creer a estos, que por mortificarlos, los tiene movilizados al servicio de las armas".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por consiguiente, le ordenó que no se descuide de ciertos extranjeros, quienes simulando ejercer sus funciones de médico, negociante o viajero vengan con la intención de debilitar la defensa, así mismo todo el control de los extranjeros lo deben hacer no sólo los policías, sino también todos los empleados públicos, e informarse de sus visitas, amistades y de sus conversaciones. De la misma manera debían proceder con algunos vecinos, e incluso con algunas mujeres, "especialmente de las mujeres livianas y vida relajada: pero es preciso tener mucho cuidado en escoger la clase de gente que se haya de emplear, porque hay el riesgo de que sean agentes de los emisarios que sirvan para engañar a los policías".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Además le ordenó que abra un registro de todas las personas que lleguen a esa Villa, ya sea ciudadano ó extranjero. (40) A.N.A. S.H. V. 282 N° 16, 13-VIII-1848.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Posteriormente se dictaron otros decretos que establecían diversas penas para los distintos delitos que debían sancionarse. De acuerdo a todos los decretos dictados acerca de la materia se imponían los castigos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Entre los diversos delitos cometidos que registran los volúmenes del Archivo Nacional de Asunción figuran: carrera de palos, multas, destinados a prestar servicio en los distintos buques de la armada nacional, confinamiento a diversas colonias penales, castigo a menores, condenas a obras públicas, destierro a prestar servicio militar en el destacamento del Salvador del Etevegó, destierro a otro pueblo, a trabajar en la fundición de hierro de Ybycuí, a cadena perpetua y pena capital.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">25. CARRERA DE PALOS, UNA FORMA DE CASTIGO IMPUESTA A LOS MILITARES</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Años antes de que Carlos A. López decretara la creación de las Guardias Nacionales y las Guardias Auxiliares, en donde en el capítulo relativo a la parte penal, entre otras cosas, estableció pena de carrera de palos, ya se imponía esta misma pena, como así también la de cárcel a los militares que habían cometido ciertos delitos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En una ocasión ordenaron los cónsules López y Alonzo que "el Guardia cárcel haga remachar una barra de grillos al reo Francisco Villalba" -ex comandante de la guardia de Santa Elena-, porque no tomó las precauciones necesarias al echar al potrero y permanecer sin vigilancia una partida de caballos que fueron luego robados por los indios. Se sumó a este acto de indolencia y la irresponsabilidad su "descarada falsedad de que nueve fusileros con un solo cabo se pusieran a perseguir a pie hasta una legua a los indios en número de catorce individuos y con lanzas." (41) A.N.A. C.B.T. II PP. 326-27 SEC. CRIM., 11-VI-1842.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Unos meses después los Cónsules ordenaron que el Comandante de Lanceros mande dar una carrera de doscientos palos al reo Juan Evangelista Samaniego. Para el efecto debía ser remitido de la cárcel al cuartel, una vez aplicada la pena debía ser devuelto a la penitenciaría, para que trabaje en las obras públicas con grilletes, durante dos meses.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Comandante de Lanceros tenía que recibir en la Tesorería de Hacienda el haber del reo, y entregarle, para lo cual debía poner a conocimiento del Ministro de Hacienda esta determinación de los Cónsules.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Se imponía este tipo de sanción por hurtos o peleas de los soldados.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">26. CASTIGO A DESERTORES</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En vista de las continuas ausencias de los soldados del Fuerte de San José, quienes saltaban las murallas, tanto de día como de noche para dirigirse a las casas donde vivían las familias de los brasileros emigrados, a esto se sumaban la demora de los comisionados a Itapúa, y las deserciones que no se observaban en otras tropas de las fronteras. En vista de esta situación que iba totalmente en contra de la disciplina que debía imperar en el servicio y la honra de los militares, los Cónsules decretaron la imposición del castigo "de cuatrocientos palos a cualquier individuo de la tropa que llegue a saltar la muralla del Campamento, si así ocurría de día, y siendo de noche, seiscientos palos".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los oficiales y sargentos que violaban el cumplimiento de lo que expresamente estableció este decreto debían ser inmediatamente arrestados y remitidos con una barra al delegado de Itapúa para ser pasados a las órdenes del gobierno.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El Comandante del Campamento de San José quedó autorizado a variar la hora de la revista de día y de noche; de esa manera se podía imprevistamente comprobar la ausencia de los soldados.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Dispusieron los Cónsules, de acuerdo a una comunicación que recibieron del Comandante del Campamento, que un soldado que estaba castigado en el cepo -otra forma de castigo, entonces en vigencia- por desobediencia de una orden del Comandante de dicho Campamento, y de otro soldado más, debían sufrir además el castigo de cincuenta palos, al que se sumaba el retiro del servicio, y luego enviado al Delegado de Itapúa para que quede preso hasta segunda orden.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por último establecieron los cónsules que se ponga a conocimiento de los emigrados que se habían establecido en las inmediaciones del Campamento, que toda complicidad con los soldados que vaya en contra del servicio acarreará el castigo correspondiente. (42) A.N.A. S.H. V. 247 No 8, 7-IV-1842.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Esta disposición de los Cónsules no dejaba de ser oportuna, pues graves debían ser las consecuencias ante los perjuicios que podían causar al servicio y seguridad de ese lugar estratégico de nuestra frontera las continuas ausencias y deserciones de los soldados que tenían que cumplir con regularidad el servicio. Estas medidas extremas adoptadas por los Cónsules en ese tiempo se justificaban, pues los emigrados correntinos que volvían a su tierra de origen, debido a las garantías que les ofrecía su gobierno, que incluso había enviado a Pilar una embarcación para llevarlos de vuelta, que si bien daba tranquilidad al gobierno nacional en sus relaciones con las autoridades de Corrientes, quedaba firme la presencia de los emigrados brasileños, y que de acuerdo a rumores que corrían se esperaba una intervención de los rebeldes republicanos contra ellos, como efectivamente ocurrió. Efectivamente los "que se titulan republicanos de Río Grande", quienes actuaron como salteadores, violando el derecho de gente, pero afortunadamente el Comandante del Campamento de San José con sus tropas lograron "escarmentar a esos descara-dos ladrones en su primer ensayo, dejando en el campo de batalla sepultados su Comandante y oficiales, cuyo escarmiento fueron a publicar los que fugaron mal heridos...". (43) A.N.A. S.H. V. 9, 26-IV-1842.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por tan importante victoria fueron felicitados el Comandante y las tropas paraguayos, lo que permitió recuperar más de mil caballos que eran de pertenencia de los emigrados brasileños. Como se esperaba un nuevo asalto de los republicanos riograndenses no se descuidó la guardia, ordenó Carlos A. López al Sub-delegado de Santiago que prepare cien hombres para acudir, si fuera necesario, como también había dispuesto que de Itapúa parta al Campamento de San José el ciudadano Daniel Pereira a ocupar el lugar del Teniente Benítez quien fue herido en la acción llevada a cabo contra los brasileños. (44) A.N.A. S.H. V. 253 N° 9, 26-IV-1842.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">27. CASTIGO A SOLDADOS LADRONES Y DESERTORES</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Durante su presidencia, Carlos A. López impuso diversos castigos a los soldados ladrones y desertores. A manera de ejemplo citamos algunos. Un soldado que prestaba servicio en Pilar, por haber hurtado un poncho, que luego se recuperó de un vecino y por sospechoso de otros hurtos fue condenado a sufrir el castigo de carrera con cien palos. El reo debía quedar en donde estaba arrestado -Pilar- y para hacerlo venir en la primera oportunidad. (45) A.N.A. S.H. V. 396 T.I. N° 1, 23-IV-1845.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Si grave falta era considerado el hurto cometido por los soldados, mucho más era el crimen de deserción. Ordenó el Presidente que "al soldado desertor José Pablo Pereira, del Campamento de San José se le aplique la pena de carrera de cuatrocientos palos, debiendo mantenérselo asegurado hasta segunda orden, haciendo entender a la tropa que es un delito capital que merecía otro escarmiento." (46) A.N.A. S.H. V. 247 N° 1, 26-V-1847.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt;"><strong><span style="color: lime;">CAPÍTULO II</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">22. EL PRESIDENTE DE LA REPÚBLICA ES JUEZ PRIVATIVO EN LAS CAUSAS DE SEGURIDAD INTERNA</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Ya se había aprobado en el Congreso General Extraordinario del 25 de noviembre de 1842 en materia judicial, el Capítulo IX del Estatuto Provisorio de Administración de Justicia, que guardaba relación con la seguridad pública, exceptuando de la competencia de los tribunales ordinarios los casos "de traición a la República, de los de conmoción o conjuración contra el orden y tranquilidad pública y en la de atentar contra la vida del Supremo Gobierno de la República...". En la ley que establece la Administración Política de la República del Paraguay y demás que en ella se contiene, más conocida como la Constitución de 1844, estas disposiciones fueron reservadas al Presidente de la República, constituyéndose así en un tribunal especial, lo que significaba darle al Primer Magistrado competencia en el Poder Judicial, en una constitución que había establecido la separación de los tres poderes del Estado, como así también que eran atribuciones del Congreso General "establecer Tribunales de Justicia y reglar la forma de los Juicios". (143) A.N.A. S.H. V. 266 N° 6. CONGRESO NACIONAL, 13-III-1844.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">23. NOMBRAMIENTO DE JUECES DE PAZ</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por este decreto fueron nombrados Jueces de Paz y Alcaldes de varias villas de la República y de Asunción que fueron: de la Encarnación, Ciriaco Peláez; de la Catedral, Policarpo González Garro; de San Roque, Marcelino Acosta y José Mongelós; dos jueces en razón de la gran extensión de ese distrito Juez de Paz de la Recoleta, Ramón Castelví, y de Lambaré de esta Capital, Juan Manuel Pedrozo; también fueron nombrados el Juez del Crimen y los miembros del Tribunal Superior de Apelaciones. (144) A.N.A. S.H. V. 266 Nº 16,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>18-IV-1844.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Estos nombramientos fueron realizados para reemplazar a los Jueces de Paz designados en fecha anterior. </span><span lang="EN-US" style="font-size: 14pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">(145) A.N.A. S. H. V 256 N° 1, 12-I-1843.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">24. REGLAMENTO PARA LOS JUECES DE PAZ</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los Jueces de Paz debían regirse por el Reglamento creado en fecha 24 de noviembre de 1842 por el decreto dictado por los cónsules López y Alonzo, y cuyos artículos establecían art. P: "los Jueces de Paz creados (...) funcionarán como árbitros, como jueces, o como conciliadores, pero siempre en juicios verbales". Por el art. 2°: Como árbitros procederán en las demandas sobre injurias leves y en las demás que no excedan de treinta pesos de valor. En ambos casos el pronunciamiento se ejecutará sin apelación. Art. 3°: Como Jueces conocerán en las demandas que no excedan dos-cientos pesos. Art. 4º: Como conciliadores ejercerán el oficio en las demandas que pasen de la cantidad expresada en el artículo anterior, y en las de injurias graves que admitan transacción sin perjuicio público. Art. 5º y sgtes: Establecían que cada Juzgado de Paz debía llevar un libro foliado en donde debía asentar el acta de los juicios de los dos artículos anteriores, es decir en las demandas que no excedan de doscientos pesos y en las conciliaciones que superen esa cifra y en las transacciones de injurias graves.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Presentada una demanda ante el Juez de Paz, éste deberá hacer comparecer a las partes e invitarlas a una conciliación. Dictada su sentencia en las demandas que no excedan un monto de doscientos pesos, la parte agraviada podía apelar ante el Alcalde Ordinario en la campaña, o en la capital ante el Juez en lo Civil.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Los Jueces de Paz debían enviar cada tres meses al Juez Superior de Apelaciones una lista de las causas que habían conciliado.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Debía durar el Juez de Paz solamente un año en sus funciones. (146) REPERTORIO NACIONAL ASUNCIÓN. IMPRENTA DE LA REPÚBLICA. N° 23, 1842.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">25.CLÁUSULA DE EXTRADICIÓN EN EL TRATADO FIRMADO ENTRE LA REPÚBLICA DEL PARAGUAY Y EL IMPERIO DEL BRASIL</span></strong> </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">En medio de la reorganización de la administración de la justicia, por un tratado firmado entre el Paraguay y el Imperio del Brasil el 7 de octubre de 1844, entre los diversos artículos, por el vigésimo octavo, se comprometieron las altas partes contratantes entregar a las personas acusadas "de crímenes de homicidio, infanticidio, bancarrota fraudulenta, moneda falsa, incendio y envenenamiento que se refugiasen o fuesen encontrados en el territorio de la otra con tal que el Estado que requiriere envíe al otro un sumario de crimen demostrativo de que existen pruebas bastantes para la prisión del criminal".</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por el artículo Vigésimo Nono se estableció que la prisión, manutención y extradición llevadas a cabo en cumplimiento del artículo anterior debían ser pagadas por el gobierno que había solicitado la captura.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Si bien este tratado no es el primero firmado por el Paraguay, sí es la primera vez que allí aparecen cláusulas referentes a extradición.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">26. POR BORRACHERA SON DEPUESTOS FUNCIONARIOS JUDICIALES</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por ese vicio fue depuesto el Alcalde Ordinario de San Pedro, porque "ha estado y sigue escandalizando a la Villa con sus frecuentes borracheras y al mismo tiempo entregado a juegos hasta el extremo de reducir el Juzgado a una mesa de juego." (147) A.N.A. S.C.D. V. 27, P. 136, 14-X-1847.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">27. JUEZ DE PAZ EBRIO</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Ante el peligro de una invasión de las tropas que estaban al servicio de Rosas, Carlos Antonio López se informó que la fuerza militar de indígenas que se estaba organizando en Carmen del Paraná, debido al consumo de bebida alcohólica -aguardiente-, no permitía el buen orden y disciplina.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">El mismo Juez de Paz de esa localidad dio el vergonzoso ejemplo de dejarse arrastrar borracho por las calles a su casa, no pudiendo conducirse por sí mismo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Por lo que el Presidente le ordenó al Comandante Militar de Encarnación que busque a la persona que pueda reemplazarlo, como así mismo le encargó que controle el consumo de aguardiente, juego de barajas, "y de todo lo que pueda corromper la moral y la subordinación militar". (148) A.N.A. S.H. V. 280 N° 28. Com. DE CARLOS A. LÓPEZ AL CDTE. MILITAR DE ENCARNACIÓN, 7-VIII-1847.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">De esa manera fue destituido el Juez de Paz de Carmen del Paraná.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="color: cyan;">28.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>EL JUEZ SUPERIOR DE APELACIONES ES NOMBRADO VICE-PRESIDENTE PROVISIONAL DE LA REPÚBLICA</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 14pt; mso-no-proof: no;">Con motivo de una inspección que pensaba realizar el Presidente de la República en la zona sur de la Región Oriental, ante el temor de una invasión porteña, nombró vicepresidente de la República a Juan José Alvarenga, quien era Juez Superior de Apelaciones, lo que había de significar graves perjuicios a la administración de la justicia, pues ese nombramiento trajo consigo la suspensión del despacho del Juzgado Superior de Apelaciones con calidad de que los recursos y asuntos que le pertenecen por el Estatuto de Justicia. (149) A.N.A. S.C. D. V. 27, P. 149, 9-XII-1847.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk-3X2Vcie5ZGls2xFF_OzDOxYa673NfpO5JlmaLaxLy6xSF46RU3O827FjeXHGgAmaDa1TaKarlDlQz4MouxFrZx7zP8wF_OkKIYZDKdC85e7Iq8FbGLDWIU6XUl624cnboVowlJfa2uG/s1600/alfredo+viola+carceles+y+otras+penas+carlos+antonio+lopez+ct.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="640px" j8="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhk-3X2Vcie5ZGls2xFF_OzDOxYa673NfpO5JlmaLaxLy6xSF46RU3O827FjeXHGgAmaDa1TaKarlDlQz4MouxFrZx7zP8wF_OkKIYZDKdC85e7Iq8FbGLDWIU6XUl624cnboVowlJfa2uG/s640/alfredo+viola+carceles+y+otras+penas+carlos+antonio+lopez+ct.jpg" width="392px" /></a></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-92168079795566528762011-01-06T12:44:00.000-08:002011-01-06T12:44:24.324-08:00ANGE-FRANÇOIS CASABIANCA - UNA GUERRA DESCONOCIDA: LA CAMPAÑA DEL CHACO BOREAL (1932-1935) - TOMO II / Texto: EJÉRCITO PARAGUAYO DESDE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA HASTA LA GUERRA DEL CHACO/ Editorial El Lector, 1999<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeF2jaQoiezBi_uKebm6SupDIAIxbo6-V9D_IMCuuCGffJX28NBMTD2RwBbE8GMsRTOvPALliPjvJLsU0QF1Dw6yl1rNBq3cJbcdaf0Tx-SKbOQyHP1OX2w2_C13Yg4QwxhrM-xcw-EEI/s1600/ange+francois+casabianca+la+campana+chaco+boreal+II.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" n4="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjeF2jaQoiezBi_uKebm6SupDIAIxbo6-V9D_IMCuuCGffJX28NBMTD2RwBbE8GMsRTOvPALliPjvJLsU0QF1Dw6yl1rNBq3cJbcdaf0Tx-SKbOQyHP1OX2w2_C13Yg4QwxhrM-xcw-EEI/s400/ange+francois+casabianca+la+campana+chaco+boreal+II.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>UNA GUERRA DESCONOCIDA:</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>LA CAMPAÑA DEL CHACO BOREAL</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>(1932-1935) - TOMO II</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1756"><span style="color: red;">ANGE-FRANÇOIS CASABIANCA</span></a></strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong>Traducción para este volumen</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>CRISTINA BOSELLI - JORGE ENCISO-</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>CYNTHIA FATECHA - ANGELA FERREIRA</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>(Bajo la coordinación de CRISTINA BOSELLI)</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>ANGE-FRANÇOIS CASABIANCA 1999,</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Editorial El Lector</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Telefax: 498 384 (Asunción)</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Diseño de Tapa: Ca'avo-Goiriz</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Compaginación y Armado de Página: Fátima Benítez</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Tirada: 1.000 ejemplares</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>ISBN 99925-51-24-0</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Hecho el Depósito que marca la Ley 94</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Impreso en el Paraguay - Printed in Paraguay</strong></span></div><div style="text-align: right;"><span style="color: cyan;"><strong>Asunción, 1999 (386 páginas)</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>"UNA GUERRA DESCONOCIDA: LA CAMPAÑA DEL CHACO BOREAL (1932-1935) VOLUMEN II"</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>ANGE-FRANÇOIS CASABIANCA</strong></span></div><div style="text-align: justify;">En este segundo volumen de su monumental tesis escrita para el doctorado en Historia Contemporánea del Instituto de Altos Estudios de América Latina de la Universidad de París III, que se publicará en siete tomos en total, el historiador francés Ange-François Casabianca realiza un pormenorizado estudio de la historia de los ejércitos de Paraguay y Bolivia, desde su creación, hasta llegar a los albores del conflicto chaqueño.</div><div style="text-align: justify;">Pero si en el Capítulo VII (que abre este volumen) traza una concienzuda y medular historia del ejército boliviano de 170 páginas, es al ejército paraguayo al que, a lo largo de dos capítulos, el VIII y el IX, dedica mayor atención, desplegando su historia en más de 250 páginas.</div><div style="text-align: justify;">Además de narrarnos el proceso de su creación, se detiene en un pormenorizado análisis, campaña por campaña y acción por acción, de la guerra del 70, en el capítulo VIII, antes de desarrollar, en el capítulo siguiente, el último de este tomo, el proceso de renacimiento de nuestro ejército y la preparación hasta llegar a las vísperas de la Guerra del Chaco. Esta obra del profesor Casabianca es notable no sólo por su volumen, sino por tratarse de un estudio que va más allá de la simple exposición de los acontecimientos de orden militar: realiza un análisis exhaustivo no sólo de las causas y consecuencias del conflicto, sino también de sus facetas desde el punto de vista ideológico, político, diplomático, social, económico, financiero y demográfico. Eso, dentro de un siempre extraordinario rigor científico y, sobre todo, un notable equilibrio y serenidad.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>ÍNDICE</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>CAPITULO VII :</strong></span> Historia del ejército boliviano y su preparación para la guerra del Chaco // - De la colonia a la independencia // - Nacimiento del ejército // - Primera invasión peruana (1828) // - Campaña de la Confederación (1835-1839) // - Segunda invasión peruana (1841-1842) // - De tratado de Puno a la guerra del Pacífico (1842-1879) // - La guerra del Pacífico (1879-1880) // - Campaña del Acre (1899-1903) // - Reforma de la era Montes y misiones militares extranjeras // - Implantación de la aviación // - De 1920 a la guerra del Chaco</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>CAPITULO VIII : </strong></span>Historia del ejército paraguayo desde su origen hasta la guerra de la Triple Alianza // - De la Colonia a la Independencia // - Nacimiento del ejército // - Período de la dictadura // - Obra de Francisco Solano López // - La guerra de la Triple Alianza</div><div style="text-align: justify;">a) Primicias, medios comprometidos y planes</div><div style="text-align: justify;">b) Fase ofensiva de los paraguayos</div><div style="text-align: justify;">1° Campaña de Mato Grosso</div><div style="text-align: justify;">2° Campaña de Corrientes</div><div style="text-align: justify;">3° Combate del Riachuelo</div><div style="text-align: justify;">4° Campaña de Rio Grande do Sul</div><div style="text-align: justify;">c) Fase defensiva de los paraguayos</div><div style="text-align: justify;">1° Futuro teatro de operaciones</div><div style="text-align: justify;">2° Reagrupamiento de los aliados</div><div style="text-align: justify;">3° Desembarco aliado (4/1866)</div><div style="text-align: justify;">4° Primavera y verano de 1866</div><div style="text-align: justify;">5° Entrevista de Yataity Corá</div><div style="text-align: justify;">6° Otoño e invierno de 1866</div><div style="text-align: justify;">7° Combate de 1867</div><div style="text-align: justify;">8° Forzamiento de Humaitá (2/1868)</div><div style="text-align: justify;">9° Conjura contra López</div><div style="text-align: justify;">10° Caída de Humaitá (7/1868)</div><div style="text-align: justify;">11° Campaña de Pikysyry (1868)</div><div style="text-align: justify;">12° Rodeo por el Chaco y caída de Asunción</div><div style="text-align: justify;">13° Campaña de las Cordilleras</div><div style="text-align: justify;">14° Último acto del drama</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">CAPITULO IX : </span></strong>El ejército paraguayo de la guerra de la Triple Alianza a la guerra del Chaco // - Postguerra y renacimiento del ejército // - Estabilización y enderezamiento (1924/26) // - Implantación de la aviación // - Intensificación del esfuerzo y crisis de 1928 // - De 1928 a la guerra del Chaco</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>CAPITULO IX</strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>EL EJÉRCITO PARAGUAYO DESDE LA GUERRA DE LA TRIPLE ALIANZA </strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>HASTA LA GUERRA DEL CHACO</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>POSTGUERRA Y RENACIMIENTO DEL EJÉRCITO</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Paraguay saldrá de la guerra de la Triple Alianza con un territorio arrasado y en ruinas, cuyo suelo no había sido cultivado durante meses. Su población, evaluada en 1864 en cerca de 800.000 almas igualmente repartidas entre los dos sexos, había sufrido pérdidas irreparables, no tanto debido a las operaciones militares como al "genocidio" llevado a cabo en su contra por el ejército brasileño bajo las órdenes del Conde d'Eu. Sabemos que el francés Chartrain evaluó a los sobrevivientes de la tormenta en 221.079 personas, de las cuales 106.254 mujeres, 86.079 niños de ambos sexos y 28.746 hombres, estos últimos principalmente personas mayores, inválidos o ciudadanos extranjeros, lo que conducirá a un porcentaje de pérdidas de 72.50% de la población.</div><div style="text-align: justify;">El brasileño Chiavenatto (157) llega a cifras y tasas más elevadas, con un total de 194.000 sobrevivientes repartidos en 180.000 mujeres y 14.000 hombres, dividiéndose éstos en 9.800 niños de menos de doce años y 4.200 mayores de los cuales la mitad no tenía 20 años. Lo que proporcionaría un total de 386.000 hombres y 220.000 mujeres abatidos o muertos de hambre y equivaldría al 95.50% de la población masculina, 55% de la femenina y 75,50% de la población global.</div><div style="text-align: justify;">La guerra será seguida de la ocupación total del territorio, esencialmente por el ejército brasileño, pues el contingente argentino no tardará en ser repatriado. El Conde d'Eu transmitirá el 16 de abril de 1870 en Humaitá, la comandancia de las tropas a Cámara, nombrado entretanto Barón de Pelotas, y volverá al Brasil. Los últimos ocupantes no dejarán Asunción hasta el 22 de junio de 1876, luego de la firma del último de los tratados de paz con el Paraguay. Financieramente sostenida por el vencido, la ocupación brasileña será muy rigurosa y quisquillosa. El ejército intervendrá en todo dentro de la vida política de un país que no tardará en conocer la violencia entre los raros partidarios de Solano López dejados en libertad, con los antiguos exiliados o "Legionarios" que reivindicarán el poder absoluto. Es así, entre otros ejemplos, que cuando el nuevo presidente electo, Facundo Machaín, declarará el 20 de setiembre de 1870, sólo dos días luego de su elección, la caducidad del "triunvirato" colocado bajo presión de los aliados un año antes, los brasileños ocuparán militarmente la "Casa de Gobierno" y destituirán al nuevo presidente a quien reemplazará Cirilo Antonio Rivarola, antiguo combatiente del ejército de López a quien abandonará en 1867 para unirse a sus adversarios.</div><div style="text-align: justify;">En el campo que estamos tratando, el militar, el ocupante no ocultará jamás su voluntad de oponerse a todo reconocimiento de una fuerza armada paraguaya, llegando hasta desarmar totalmente luego de arrasar la fortaleza de Humaitá, de la que poco quedaba, luego de que sufriera el impacto de más de 20.000 granadas de las aliados durante la guerra y reservando la misma suerte a la acería de Ybycuí luego de haberla desmantelado desde su captura en la primavera de 1869. Ellos se limitarán a tolerar, para ser ayudados en el mantenimiento del orden, la existencia de una fuerza de policía de algunos centenares de hombres.</div><div style="text-align: justify;">El único resultado positivo de la ocupación del Brasil será que, aunque su ejército no hará nada por oponerse a una anarquía creciente, evitará con su sola presencia la toma del poder por un "caudillo", lo que evitará al Paraguay caer en los desbordes que conocerán sus vecinos de Bolivia.</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, es cierto que esta presencia permitirá el retorno pacífico de los prisioneros de guerra y evitará como lo hemos dicho, a sus principales jefes, los generales Caballero y Delgado o a los coroneles Genes, Hermosa y Quintana, el juicio por "alta traición" que deseaba infligirles el "triunvirato".</div><div style="text-align: justify;">Con respecto a los prisioneros de guerra, agregaremos que el apaciguamiento de su fidelidad hacia Solano López no tardará en ganar sus espíritus y que a algunos de sus representantes de alto rango se les confiarán funciones oficiales o puestos importantes.</div><div style="text-align: justify;">Es así que Caballero será enviado en misión a Europa a su retorno del cautiverio y que el "legionario" Juan Bautista Gill, electo presidente en 1874 y asesinado 3 años más tarde, tendrá como secretario y hombre de confianza al Coronel Genes, héroe de los ataques y abordajes de los acorazados imperiales. A su retorno de Europa en 1873, Caballero se dedicará enteramente a la acción política creando el partido "colorado" y será Ministro del Interior en 1878, luego presidente de 1880 a 1886. Será reemplazado en la magistratura suprema por el General Patricio Escobar, otro antiguo miembro del ejército de López.</div><div style="text-align: justify;">Se puede situar el renacimiento del ejército paraguayo en el período que parte de 1880 y en el que el partido "colorado" se hará cargo del poder asumiéndolo en forma continuada hasta 1904.</div><div style="text-align: justify;">Poca cosa será hecha para el efecto en los primeros tiempos pues al país aún le faltaban hombres y, sus gobernantes, enfrascados en la "Primera Reconstrucción", debían afrontar problemas mucho más urgentes e importantes. Sin embargo, la presidencia de Caballero verá la construcción de nuevos cuarteles, hospitales reservados a los militares, la creación de "colonias" explotadas por los militares y la reinstalación de un pequeño contingente en el lejano puesto de Fuerte Olimpo, abandonado desde la guerra de la Triple Alianza. En 1888, un navío paraguayo se apoderará sin resistencia de Puerto Pacheco, edificado por el hombre de negocios boliviano Suárez Arana sobre el Río Paraguay, en los alrededores de Bahía Negra donde el Paraguay tendrá también un destacamento de tropas.</div><div style="text-align: justify;">No poseemos ninguna información, a falta de documentación sobre el trabajo de reconstitución del ejército entre 1880 y el final de la primera década del siglo XX, sino que a partir de los últimos años del siglo precedente y a fin de suministrar un marco válido a este ejército, el Paraguay enviará a sus mejores elementos a prepararse para sus puestos en el ejército chileno. Algunos de los participantes dejarán su nombre escrito en la historia militar, como los futuros generales o coroneles Manuel Rojas, comandante en jefe en 1931, Manlio Schenoni que será comandante en jefe, luego ministro de guerra y de la marina después de haber organizado y dirigido la Escuela Militar; Adolfo Chirife, que será igualmente ministro de guerra y de la marina antes de conducir a su país a una sangrienta guerra civil o Eugenio Garay, futuro ministro de guerra y de la marina y luego comandante de división en la guerra del Chaco. Luego de haber servido de 1897 a 1904, estos cuatro militares irán a proseguir su preparación en Alemania, donde de 1904 a 1908 serán afectados al 8° regimiento de infantería de Coblenza. Por otra parte, los dirigentes "colorados" de la época Procederán a la recuperación de la red telegráfica en la parte oriental del país y confiarán al italiano Andrea Scala, la reorganización del arsenal de Asunción.</div><div style="text-align: justify;">A la primera era “colorada” sucederá la del partido “liberal” que gobernará también sin interrupción hasta 1936.</div><div style="text-align: justify;">Se sabe que su presencia en el poder puede dividirse en tres grandes etapas, desde la anarquía a un estado de sitio prácticamente permanente entre 1905 y 1912, de alternancia entre crisis políticas y sublevamientos armados que desembocaran en la guerra civil entre 1912 y 1923, finalmente, la época de la estabilización seguida de una reforma bajo el impulso de Eusebio Ayala a partir de 1924. Los sublevamientos de 1908 y 1910 y las luchas fratricidas de 1912 y 1922-23, de las que ya se habló anteriormente, tendrán consecuencias por demás nefastas para el desarrollo del ejército.</div><div style="text-align: justify;">A inicios del siglo actual, éste no contaba más que con 1 batallón de línea y 1 escuadrón de caballería que formaban la escolta presidencial, ambos acantonados en Asunción, y las pequeñas guarniciones de los puestos del Alto Paraguay, re ocupadas en la época de Caballero.</div><div style="text-align: justify;">También podemos decir que el ejército paraguayo realmente comenzará a tomar cuerpo con la llegada a la presidencia, en 1906, del antiguo "legionario” Benigno Ferreira. Aunque no contaba más que con 1500 oficiales y soldados dirigidos por jefes que debían sus rangos más a su sumisión hacia el poder establecido que a sus propios meritos, Ferreira no dudará en dotarlo de un Estado Mayor General, calcado del de la Prusia imperial, y de armamentos modernos. Enviará a Europa en 1908 al Mayor Duarte que, debido a que el ejército paraguayo estaba entonces totalmente germanizado en sus armas, métodos y hasta en su tenida, en Alemania procederá a la adquisición de 5000 fusiles y 4 baterías Krupp de 105 mm, habiendo estas últimas causado serios daños probablemente debidos a la falta de preparación de los artilleros paraguayos más que a los vicios de fabricación.</div><div style="text-align: justify;">Pero el principal mérito de Ferreira será el de haber creado, en 1906, una Escuela Militar, instalada en Asunción, que tendrá no obstante una breve existencia pues será suprimida en 1908, luego de la rebelión fomentada por el mayor Jara con el apoyo de un cierto número de "cadetes" que regresaban de Chile.</div><div style="text-align: justify;">El esfuerzo de organización emprendido al inicio de la segunda década del siglo XX y continuo, a pesar de las vicisitudes conocidas por el ejército, conducirá a la división del territorio en cuatro zonas o regiones militares, instaladas en los cuatro rincones del país: la 1ra. y la más importante al norte, en Concepción; la segunda en el centro, en Paraguarí para poner a Asunción y al gobierno al resguardo de toda tentativa de sedición; la tercera en el sudoeste, en Humaitá y luego en Pilar; la cuarta en el sudeste, en Encarnación, y una quinta zona teniendo como sede a Villa Hayes que se agregó luego. La defensa nacional será reforzada con la creación en 1909 de una Guardia Nacional y de un Cuerpo de Voluntarios. Al año siguiente se dará un nuevo paso con una ley del 23 de diciembre que completará el decreto de aplicación del 14 de febrero de 1913, instituyendo el servicio militar obligatorio para todos los ciudadanos de 17 a 45 años residentes en la capital, las sedes de las zonas militares y las ciudades de Villarrica y Caazapá.</div><div style="text-align: justify;">Esta medida no tendrá sin embargo al menos en un primer momento, el alcance que deseaba proporcionarle la legislación, pues numerosas comisiones militares deberán ser enviadas a los centro del interior para verificar la aplicación de la ley.</div><div style="text-align: justify;">Esta reticencia de la población a cumplir con sus obligaciones militares podría explicar que en 1908, en la primera rebelión del Mayor Jara, que reincidirá en 1910 y luego en 1912, el ejército no pasará de 2000 hombres, principalmente repartidos entre Concepción, Asunción y Paraguarí.</div><div style="text-align: justify;">Sin embargo, en 1912, Jara llegará a concentrar entre Villarrica y Encarnación para marchar a la capital, 2000 hombres encuadrados en su mayoría por oficiales de carrera y hará frente a 5000 "leales" comandados por el General Patricio Escobar y el Teniente Coronel Chirife. El fracaso de Jara en mayo, en el combate de Paraguarí en el cual encontrará la muerte, traerá la depuración en gran escala de los oficiales que habían tomado partido por él, lo que reducirá los cuadros de un ejército que se había elevado a 3000 hombres, a 1 coronel, 4 tenientes coroneles y 40 mayores u oficiales subalternos, lo cual era manifiestamente insuficiente para satisfacer las necesidades.</div><div style="text-align: justify;">La misma insuficiencia encontraremos en el armamento de este ejército, pues la primera guerra mundial no le permitirá proceder ni a su renovación ni a su aumento. En 1920, disponía como artillería sólo de los cañones comprados a Krupp doce años antes, y su armamento individual se limitaba a 3500 viejos fusiles españoles llamados por los soldados "mata-paraguayos" debido a que eran propensos a estallar cuando eran utilizados.</div><div style="text-align: justify;">Estas insuficiencias no impedirán que el ejército, a iniciativa de su Estado Mayor, proceda desde la primavera de 1914, a un primer reconocimiento del territorio del Chaco entre los grados 56° y 59° de longitud oeste y hacerlo en diferentes ocasiones, especialmente en 1918 y 1919 en la zona del Pilcomayo donde instalará sus dos primeros fortines que recibirán los nombres de Dorado Nuevo y Gral. Bruguéz. Teniendo en cuenta el estado de preparación en el que se encontraba entonces el ejército, será necesario para él realizar mucho más que una primera toma de conciencia del problema que comenzaba a nacer en Bolivia, como una etapa de preparación para un eventual conflicto con esta última. Más aún porque poco después, sufrirá las consecuencias de la guerra civil de 1922-1923, en la que los oficiales de carrera tomarán de nuevo, en su gran mayoría, la posición de insurrectos.</div><div style="text-align: justify;">Hemos dicho más adelante que la guerra civil traerá una represión moderada, en el sentido de que ningún rebelde será condenado a la pena capital, pero sin embargo traerá la exclusión del ejército de los coroneles Chirife y Brizuela, 4 mayores y 34 oficiales subalternos. Todos elementos altamente calificados de los cuales algunos, luego de la amnistía y de obtener su reintegración en el grado, se distinguieron en la guerra del Chaco donde Brizuela comandará el III cuerpo de ejército. Por otra parte, la guerra civil traerá la supresión de las lra., 2da. y 5ta, zonas militares que habían sido centros motores de la sublevación.</div><div style="text-align: justify;">(157) Chiavenatto, op. cit., 149-151</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>PERÍODO DE ESTABILIZACIÓN Y REFORMA (1924-1931)</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Un primer esfuerzo de organización había sido hecho, poco antes de la guerra civil, por el General Schenoni que, a partir de diciembre 1922, asumirá la doble tarea de comandante en jefe y de ministro de guerra y marina. El promoverá en ese mismo año; la creación en Asunción de una unidad de ametralladoras pesadas, de una compañía de zapadores y de una Inspección de las Fuerzas del "Chaco Norte".</div><div style="text-align: justify;">Anteriormente, se había hecho un esfuerzo para la formación de los cuadros con el renacimiento, en 1916, de la Escuela Militar bajo el nombre de "Colegio Militar Mariscal Francisco Solano López", lo que prueba que el ostracismo hacia la persona de este último estaba ya alejado de los espíritus.</div><div style="text-align: justify;">Instalado en Capiatá, Schenoni se ocupará de la dirección de la reapertura en 1923, cuando será reemplazado por el Mayor Estigarribia, futuro comandante en jefe en el Chaco. De 1918 a 1932, pues será cerrado al estallar la guerra, el "Colegio Militar" verá la formación de diez y siete promociones con un total de 289 alumnos para el ejército de tierra y 10 promociones con un total de 63 alumnos para la marina (158), en las que figuran la mayoría de los jefes que se distinguirán en el Chaco. La evolución de la situación en este territorio acarreará además la creación por decreto del 27 de setiembre de 1927 de una "Escuela de Aspirantes" confiada al mayor de artillería, Camilo Recalde, que producirá entre 1928 y 1932 seis promociones con un total de 144 sub-tenientes de reserva (159); continuando su actividad durante la guerra del Chaco verá salir otras trece promociones, un millar de otros elementos del mismo grado, que serán afectados a las tropas de campaña o al estado mayor.</div><div style="text-align: justify;">Poco antes, un decreto del 8 de abril de 1927 había creado para la aviación una Escuela Militar de donde saldrán, de 1928 a 1930, 11 alumnos pilotos y 11 oficiales-mecánicos. Finalmente, la Escuela de Guerra será creada por decreto del 10 de agosto de 1929, quedando su dirección asegurada a partir de 1931 por una misión militar argentina que también se encargará de la escuela de aviación militar (160).</div><div style="text-align: justify;">Antes de enfrascarnos sobre la evolución orgánica en el curso de los años de la estabilización y reforma del ejército del Paraguay, examinaremos el intenso esfuerzo de reforma de sus cuadros que llevará a cabo en el curso de estos años con el concurso de misiones extranjeras y con el envío de sus mejores elementos a realizar pasantías en los grandes ejércitos extranjeros de la época.</div><div style="text-align: justify;">(158) Cnel. Luis Vittone. "La guerra del Chaco" Tomo I, p. 24-29 sin indicación del lugar ni fecha de publicación.</div><div style="text-align: justify;">(159) Vittone, op. cit., p. 46-49</div><div style="text-align: justify;">(160) Vittone, op. cit., p. 42-43</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>LAS MISIONES MILITARES EXTRANJERAS</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hasta 1914, mientras el ejército paraguayo será profundamente germanizado, apelará a Alemania para ayudarlo en su perfeccionamiento. Es así que una correspondencia a su departamento dirigida por el representante francés en Asunción, el Sr. Bélin en fecha del 6 de abril de 1913, nos hace saber que había contratado a título privado, pero para misiones que no detalla, dos tenientes alemanes: Richard Knaut, que será afectado a la I zona militar y Heinrich Knobloch a la II zona. En enero de 1914, esta vez sobre un plan oficial, el Paraguay solicitará una misión militar alemana. Comandada por el Capitán de infantería Von Scheinitz, ella estaba formada por el Teniente Von der Decken para la Infantería, el Teniente Irmer para la Caballería, el capitán Furbringer y el teniente Krempel para la Artillería; el Teniente Brever para Ingeniería y el Teniente Belgold para las armas automáticas, algunos de ellos habiendo pertenecido anteriormente a las misiones que su país mantenía en Argentina, Brasil y Chile.</div><div style="text-align: justify;">La misión alemana en el Paraguay se embarcará en Bremen el 4 de marzo de 1914 y será llamada de regreso el 5 de agosto siguiente con el advenimiento de la guerra mundial, por lo cual no tendrá prácticamente ninguna posibilidad de aportar la menor ayuda al ejército paraguayo.</div><div style="text-align: justify;">La importancia del papel jugado por Francia en la primera guerra mundial y su parte preponderante en la victoria de los Aliados, hará que el Paraguay piense en el ejército de ese país para ayudarlo en su esfuerzo para la reforma militar paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">El general Schenoni llegará a un acuerdo con las autoridades francesas para el envío de una misión de siete miembros provenientes de diferentes cuerpos que llegará al Paraguay en 1926 y permanecerá hasta 1930.</div><div style="text-align: justify;">Incorporada el 7 de junio de 1926 al ejército paraguayo y dirigida por el Teniente Coronel de infantería Joseph Coulet, esta misión contará además con el Capitán Roulin, luego el Capitán Detelin para la Caballería, el Capitán Raoul Langlois para la Artillería, el Capitán Louis Moulin para Ingeniería, el Capitán de Intendencia Charles Bellin, el Capitán de Aviación Louis Fromont y el Subteniente mecánico de aviación Louis Pommier, todos promovidos al grado superior "Honoris Causa" en el ejército paraguayo (161). Ella será acompañada por el material de artillería y 27 aviones llegados en piezas separadas y vueltos a ser ensamblados aquí por Pommier que realizarán su primer vuelo por los cielos de Asunción el 14 de mayo de 1927 en ocasión de la fiesta nacional(162).</div><div style="text-align: justify;">Debido a su composición, la misión militar francesa estará en posición, con gran satisfacción de los paraguayos, de abordar todos los campos de la actividad militar. Se la verá entonces preparar los nuevos reglamentos de instrucción para las tres armas que reemplazarán a los de origen alemán, en plena vigencia hasta ese momento, substituir como unidad de base el grupo de combate por el pelotón simple y perfeccionar los métodos de infantería, desarrollar la artillería, organizar sobre el plan de guerra los diferentes servicios anexos y de intendencia, formar pilotos y mecánicos de aviación así como operadores de radio destinados a la marina (163).</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, se inclinará muy especialmente hacia el perfeccionamiento de los alumnos salidos de la Escuela Militar y de la Escuela de Aspirantes para la creación de un "Centro de Perfeccionamiento Militar" y hacia la organización, en Asunción y Paraguarí, de sesiones regulares en las que, por grupos que no pasaban de 15 personas y en los que todos los oficiales de carrera deberán obligatoriamente participar, los oficiales de reserva podrán aprovechar la experiencia adquirida en la guerra mundial por parte de sus profesores que les harán participar de ejercicios en pleno campo, les formarán en el servicio del Estado Mayor, en el arte de la fortificación en campaña y en las tácticas defensivas adoptadas en la batalla de Verdún. También la misión militar francesa deberá el ejército paraguayo la adopción del mortero Stokes Brand, arma que revolucionará la táctica de combate de su infantería y será, en los primeros meses de la guerra del Chaco, un factor de sorpresa para un adversario que ignoraba su existencia.</div><div style="text-align: justify;">Una segunda misión militar francesa, igualmente de siete miembros, será enviada al Paraguay en abril de 1938 y por lo tanto luego de la guerra del Chaco. Comandada por el Teniente Coronel Petit, ella estará formada por los jefes de escuadrón Angenot, para la Caballería, y de Clermont para la Artillería y los comandantes de administración o de intendencia Barbier, Février, Mangin y Vignoles.</div><div style="text-align: justify;">Esta misión se dividirá luego del fracaso francés en 1940; Petit y Angenot volverán inmediatamente a las fuerzas francesas libres, mientras que Barbier, Clermont, Février, Mangin y Vignoles quedarán en Asunción hasta el desembarco americano en África del Norte en 1942, luego del cual volverán al ejército del General Giraud.</div><div style="text-align: justify;">Entre las dos misiones francesas, el Paraguay obtendrá, en 1931, la ayuda de una misión militar argentina encargada, como hemos visto, de la puesta en marcha de la Escuela de Guerra y del desarrollo de la Aviación. Dirigida por el Teniente Coronel Abraham Schweitzer, esta misión estará conformada por el Teniente Coronel Milán Quiroga, los mayores Lanus y Campero, el Capitán Souville y el Teniente Badaro.</div><div style="text-align: justify;">El inicio de la guerra, un año más tarde, hará que una única promoción de 10 miembros pueda seguir los cursos de esta misión, cuyo papel será modificado. Ella asumirá entonces, debido a las circunstancias, el doble papel de consejero militar de la alta comandancia paraguaya y de órgano de observación y de transmisión del Estado Mayor Argentino el que, aunque Buenos Aires optó por la neutralidad en el conflicto, seguirá siempre muy de cerca la evolución de la situación militar.</div><div style="text-align: justify;">(161) Cap. de Corbeta Juan Speratti: "Historia de la Armada Nacional (Périodo 1925-1937", Esc. Técnica Salesiana, As. 1972, p. 24-26</div><div style="text-align: justify;">(162) Henri Pitaud: "Les francais au Paraguay", Ediciones Biére, Burdeos y París 1955, p. 130</div><div style="text-align: justify;">(163) Zook: op. cit., p. 68</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>LOS BECARIOS EN EL EXTRANJERO</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Una vez que las circunstancias lo permitirán y por lo tanto luego del conflicto europeo, el gobierno de Paraguay retomará aunque a un nivel más elevado, su política inaugurada a finales del siglo XIX, de enviar al extranjero los mejores elementos de su cuerpo de oficiales. Esta política ya no tenderá sólo a la búsqueda de una formación, ya que los que se beneficiaban de ella podrán ser considerados como poseedores de una excelente formación, y no se limitará a los países vecinos, pues el perfeccionamiento buscado se realizará en los principales ejércitos victoriosos en la primera guerra mundial.</div><div style="text-align: justify;">Francia será elegida en primer lugar para recibir a los becarios paraguayos de los cuales el más prestigioso será José Félix Estigarribia, futuro comandante en jefe en el Chaco y Mariscal. Luego de haberse formado en Chile en 1911 en el regimiento de Infantería "Buin", luego como sabemos de haber dirigido en 1923 el "Colegio Militar" que llevaba el nombre de su ilustre predecesor en el mariscalato, Estigarribia, entonces Mayor, será enviado a Francia en 1924.</div><div style="text-align: justify;">Luego de pasantías en el 26° regimiento de Infantería de Nancy y en el 8º de Artillería de Metz, seguirá los recursos de la escuela de guerra de 1925 a 1927 y, a su retorno a Asunción, será nombrado Jefe del Estado Mayor General. Su sucesor en este puesto en 1930, Juan Bautista Ayala, será como mayor el que recibirá la formación más completa en Francia, pues servirá sucesivamente en el 158° regimiento de Infantería de Estrasburgo en 1926, en el 28° Dragones y en el 9° de Ingeniería de Le Mans y en el 61° de Artillería en Metz, antes de entrar a la Escuela Superior de Guerra de París en 1927.</div><div style="text-align: justify;">El Mayor Delgado, antiguo estudiante en Chile y que comandará el III cuerpo de ejército en el Chaco, seguirá cursos en la Escuela Superior de Guerra de 1930 a 1932. El Mayor Carlos José Fernández, futuro comandante del 1er. cuerpo de ejército del Chaco, servirá en 1926 en el 94° regimiento de Infantería de Bar-le-Duc, antes de ir a seguir los cursos de la Escuela de Guerra de Turín en 1927-1928, mientras que el Mayor Gaudioso Núñez que lo precederá en la dirección del 1er. cuerpo de ejército, irá a Francia de 1926 a 1929 y servirá en diferentes unidades militares.</div><div style="text-align: justify;">El Mayor Arturo Bray, voluntario en el ejército británico del cual saldrá como teniente durante la guerra mundial, será enviado a seguir cursos en el Centro de Estudios de Infantería de Versalles en 1927-1928. Luego de la guerra del Chaco, seis tenientes coroneles veteranos de la misma, Francisco Chávez, Leandro González, Amancio Pampliega, Alfredo Ramos, Luis Santiviago y Jorge Thompson serán enviados a Francia a finales de 1937 a perfeccionar sus estudios y allí se encontrarán con otros doce estudiantes paraguayos. Ramos y Santiviago seguirán los cursos de la Escuela Superior de Guerra de París, Pampliega los de la Escuela de Artillería de Fontainebleau, Chávez en la de Ingeniería de Versalles y Thompson en la de Intendencia, mientras que González será alumno de la Escuela de Guerra de Bruselas.</div><div style="text-align: justify;">Italia recibirá en la Escuela de Guerra de Turín al Mayor Recalde en 1930, Bélgica en la de Bruselas al Mayor Irrazábal de 1930 a 1932. Finalmente, el oficial de marina e ingeniero naval José Bozzano, será enviado de 1920 a 1925 a los Estados Unidos para especializarse allí en técnicas de construcción naval y aeronáutica y será nombrado, a su retorno, Director de los Arsenales de Guerra y de la Marina.</div><div style="text-align: justify;">El envío de estudiantes a los ejércitos de América del Sur será igualmente llevado a cabo entre las dos guerras mundiales, pero a un nivel más reducido que anteriormente y con el objeto de iniciarlos en las técnicas modernas más que en el perfeccionamiento, pues los beneficiarios serán principalmente los que luego irán a realizar perfeccionamiento en Europa. Los más conocidos de estos becarios serán, todos para Chile, los capitanes Recalde, que irá en misión de estudios e Irrazábal, enviado al 2do. regimiento de caballería "General Baquedano", luego a la Escuela de Aplicación de Caballería de 1923-1925, el Capitán Delgado a la Escuela de Aplicación de la Infantería de 1923-1926, los capitanes de caballería Ortiz Cabral y Federico Smith a la Escuela de Aplicación de sus armas en 1930-1931, el Teniente Caballero Irala que pasará dos años en el regimiento de Ingeniería "Aconcagua" y será el fundador de tal arma en el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">Igualmente hay que agregar un número de becarios en el ejército chileno, todos los candidatos paraguayos al Cuerpo de Intendencia, comenzando por el Teniente Sampson Harrison, que reorganizará la administración militar de su país a su retorno de una beca efectuada de 1923 a 1926 y que será comandante de esa repartición durante la guerra del Chaco(164).</div><div style="text-align: justify;">Los becarios enviados a la Argentina provendrán todos de la Escuela Naval de Asunción o de la Escuela de Mecánicos de la Marina, en número de 30 entre 1924-1932, de los cuales 7 seguirán los cursos de la Escuela Naval Argentina (165), especialmente el Oficial de Marina Manuel Aponte, creador de la Escuela de Mecánica y del Cuerpo Aero-Naval de hidroaviones, que será director del Departamento de la Marina Nacional en el Ministerio de Guerra y Marina a su retorno de la beca.</div><div style="text-align: justify;">La política inaugurada en 1923 de envío de los mejores elementos de su ejército como becarios en los grandes ejércitos de la época permitirá al Paraguay disponer, cuando estalle la guerra del Chaco, de un cuerpo de oficiales perfectamente preparado ante los problemas que presentará el conflicto.</div><div style="text-align: justify;">La evolución del ejército del Paraguay en los años siguientes a la guerra civil de 1922-1923 se realizará en función de dos datos fundamentales: la revelación que había tenido hacia 1920 de la existencia del problema del Chaco y en un segundo lugar, la decisión que tomará en 1924 de penetrar en ese territorio y establecerse allí de manera estable.</div><div style="text-align: justify;">Esta evolución ha sido objeto de estudio profundo del General Marcial Samaniego (166), que constituye nuestra principal fuente de información.</div><div style="text-align: justify;">La guerra civil de 1922-1923 dejará al país dividido con una situación económica y financiera muy grave y un ejército casi totalmente desintegrado, habiendo perdido la mayor parte de su material y de sus equipos. Ella arrastrará además la suspensión de la ocupación militar en el Chaco, iniciada luego de una misión de reconocimiento efectuada en este territorio en 1921 por el Capitán Juan B. Ayala que, al año siguiente, condujo al Ministerio de Guerra y Marina a transferir allí las tropas de la II zona militar de Paraguarí y de la III de Villa Hayes, transferencia que no impedirá el estallido de la guerra civil. La desmovilización y la depuración que seguirán a esta última, harán que el ejército sea reducido a tres batallones de Infantería respectivamente instalados en Concepción, Asunción y Paraguarí, tres escuadrones de Caballería acantonados en Cerro Torin, Paraguarí y San Ignacio de las Misiones, un pequeño regimiento "Acá Verá" de la escolta presidencial y la II batería de Artillería que mantendrá su guarnición en el "pueblo" de Cangó, hoy Gral. Artigas. No es necesario agregar que todas estas unidades estaban reducidas al mínimo de efectivos y pobremente equipadas.</div><div style="text-align: justify;">Al general Schenoni se le otorgará, en diciembre de 1923, el cargo de Ministro de Guerra y Marina, además del de Jefe de las Tropas leales victoriosas que ya poseía.</div><div style="text-align: justify;">El gobierno le encargará por decreto del 20 de abril de 1923 reconstruir el ejército levantando unidades verdaderamente operativas. Esta reconstrucción se hará con el concurso de militares de carrera tanto del reclutamiento como de los antiguos voluntarios movilizados, con excepción de los comandantes de las I, III y IV zonas militares, separadas del ejército por haber sido "cabezas" de la insurrección y oficiales que se habían adherido a este levantamiento.</div><div style="text-align: justify;">Schenoni comenzará por repartir las fuerzas terrestres en cuatro grandes categorías: infantería, destacamento de guarda fronteriza del Chaco, caballería y artillería, a las que se agregarán bajo su jurisdicción una flota de guerra formada por la nave-escuela "Adolfo Riquelme" y los pequeños "Triunfo" y "Coronel Martínez", así como los arsenales de guerra y marina y tres establecimientos militares de formación (Escuela Militar, Escuela de Aviación, Escuela de Enfermeros y Camilleros). Luego basará su organización sobre una unidad operativa que llamará "destacamento de campaña". Tres de esas unidades serán creadas, cada una comprendiendo tres batallones de infantería, un escuadrón de caballería, una batería de artillería, un destacamento sanitario, una sección de intendencia y una unidad de transmisiones.</div><div style="text-align: justify;">El destacamento de guardia fronteriza del Chaco será erigido como unidad autónoma, encargada de la protección de puestos de Fuerte Olimpo y Bahía Negra en el norte del territorio y de los fortines General Bruguez y General Delgado instalados en la región del río Pilcomayo.</div><div style="text-align: justify;">Sobre estas nuevas bases, el ejército paraguayo contará entonces, hacia 1924, con 91 oficiales y 2154 suboficiales y soldados para sus fuerzas terrestres, efectivo muy insuficiente en lo que concierne a sus cuadros, y 39 oficiales y 227 suboficiales y marineros para las navales.</div><div style="text-align: justify;">Pero Schenoni establecerá, en julio de 1924, un plan mantenido en riguroso secreto que tenía en vista formar un ejército de 4000 hombres que, a sus ojos, constituirá el marco necesario para la movilización de una fuerza total de 24 a 30.000 hombres (167).</div><div style="text-align: justify;">Para este efecto, un decreto del 16 de octubre siguiente transformará los tres "destacamentos de campaña" en cuatro regimientos de infantería, debiendo coexistir con unidades "no-enmarcadas" que eran los elementos de infantería que formaban la guarnición, la Compañía de Ametralladoras pesadas recientemente creada en Asunción y que contaba con 50 hombres, las guarniciones de Puerto Pinasco de 75 hombres y de Fuerte Olimpo de 17 y los dos pelotones de servicios de la aviación instalados en Campo Grande (Asunción).</div><div style="text-align: justify;">Según el decreto, el regimiento de infantería estaría conformado por 2 batallones de infantería de 2 compañías de fusileros, un pelotón de caballería y una compañía de ametralladoras pesadas por batallón, una sección de lanzallamas, un escuadrón de caballería de tres pelotones de lanceros y un pelotón de ametralladoras, una batería de artillería de cuatro piezas, un destacamento de transmisiones con dos puestos radiotelegráficos, una sección sanitaria y una sección de intendencia. Por razones de presupuesto, de falta de material y de insuficiencia de oficiales, sólo serán constituidos 3 regimientos, enumerados del 1 al 3, en lugar de los 4 previstos. El primer RI tendrá su base en Concepción y estará formado de los 1ro. y 2do. batallones; el 1ro. en Bahía Negra para llevar a cabo las misiones anteriormente atribuidas al "Destacamento de Guardia Fronteriza del Chaco" que será suprimido, el 2do. en Concepción con la infantería y los servicios mientras que los diferentes pelotones de caballería agrupados en el 1er. escuadrón se instalarán en San Estanislao.</div><div style="text-align: justify;">El segundo RI tendrá su base en Asunción y estará formado por los III y V batallones, el III en Villa Hayes y en el sector del río Pilcomayo, el V en la capital para la infantería y en Paraguarí para los otros elementos.</div><div style="text-align: justify;">El tercer RI tendrá su base en Encarnación y, a falta de oficiales como para asegurar el total de sus efectivos, será limitado al IV batallón de sólo dos compañías de fusileros, las secciones sanitaria y de intendencia, todas instaladas en Encarnación y el 3er. escuadrón de caballería que tendrá su base en San Ignacio. El cuarto RI sólo será formado dos años más tarde, en 1926</div><div style="text-align: justify;">(164) Coronel DEM Alfredo Ramos; "Semblanzas Militares", Criterio Ediciones, Asunción 1987, tomo I, passim.</div><div style="text-align: justify;">(165) Speratti: op. cit., p. 23-24</div><div style="text-align: justify;">(166) General de Div. Marcial Samaniego: "Situación de las Fuerzas Armadas de la Nación en el Decenio de la Pre-Guerra del Chaco", boletín N° 1 de 1984-85 de la Academia de Historia Militar del Paraguay, Estudio Gráfico, Asunción 1985, passim.</div><div style="text-align: justify;">(167) Zook, op. cit., p. 67</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>NACIMIENTO DE LA AVIACIÓN NACIONAL</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Si la Argentina será la 1ra, nación sudamericana en crear, en 1910, una Escuela de Aviación Militar, el primer avión que sobrevolará el cielo del Paraguay será, en 1912, el piloteado por el francés Paillette quien, en esta ocasión dará su bautismo de aire al Presidente Schaerer. Esto decidirá, el mismo año, al mayor Chirife que era entonces Ministro de Guerra y Marina, de dotar también a su país de una Escuela de Aviación. Se lo encargará a Silvio Pettirossi, hijo de emigrantes italianos nacido en Asunción en 1887, y le concederá una beca, destinada a permitirle ir a Europa para aprender a pilotear y proceder igualmente a la adquisición, en Francia, de un biplano Farman y dos monoplanos Blériot de 50 HP, así como de las piezas de repuesto necesarias que constituirán el embrión de la futura aviación paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">Llegado a Francia a finales de 1912, Pettirossi se inscribirá en la Escuela de Pilotaje creada en Reims por el Sr. Perdussim y tendrá entre sus instructores al futuro as francés de guerra, Védrines. Recibido en febrero de 1913 luego del examen de piloto con el diploma N° 1128 del Aero Club de Francia, Asunción lo nombrará subteniente destacado en servicio. Visitará luego los principales aeródromos franceses e italianos, efectuará cierto número de vuelos en territorio francés para formarse en la acrobacia aérea, hará los pedidos de equipamiento que le habían sido confiados y volverá a partir en marzo de 1914 hacia América del Sur con el francés Maurice Bequet, mecánico de formación pero además piloto diplomado, que contratará para ayudarlo en su tarea de organización de la escuela de aviación. Los dos hombres desembarcarán en abril en Buenos Aires al mismo tiempo que un monoplano comprado de Perdussim y que será montado aquí por Bequet. Con este avión Pettirossi participará en cierto número de exhibiciones acrobáticas aéreas en el Brasil y en el Uruguay, antes de ir a Chile para recibir el Farman y los dos Blériot comprados en Francia y que serán montados aquí por Bequet. Problemas mecánicos impedirán a Pettirossi llegar por aire a Asunción donde, por primera vez, el Paraguay verá la fabricación local de una hélice, lo que le permitirá efectuar, el 6 de diciembre de 1914 su primer vuelo sobre Asunción y San Lorenzo del Campo Grande. Esta actuación le valdrá ser premiado por el Aero Club del Paraguay, que acababa de ser creado, con la suma de 8000 pesos oro para comprar un avión destinado a la Escuela Militar que será bautizado "Paraguay".</div><div style="text-align: justify;">Lastimosamente Pettirossi no podrá ejecutar esta tarea, pues se matará el 17 de octubre de 1916 durante una prueba de acrobacia aérea en Argentina. Su muerte será un duelo nacional para el país y al retorno de su cuerpo a Asunción se le rendirán honores militares (168).</div><div style="text-align: justify;">Los acontecimientos de los que acabamos de hablar ampliamente harán que la escuela de aviación militar, aunque oficialmente creada por decreto del 22 de febrero de 1923, comience realmente a tomar cuerpo a partir de 1926 bajo el impulso del Capitán-piloto Fromont y del Teniente-mecánico Pommier de la Misión Militar Francesa, que en el curso de su estadía en el Paraguay formarán 35 pilotos y 40 mecánicos, los primeros elementos del nuevo ejército del aire, instalado en Puerto Sajonia, en las afueras de Asunción. Esta arma funcionará en un primer momento con material únicamente francés llegado en el barco que transportaba a la Misión Militar Francesa y ensamblado aquí.</div><div style="text-align: justify;">Se trataba de 27 aparatos, de los cuales 3 biplanos de motor rotativo Gnome y Rhóne de 80 CV, 2 monoplanos Morane-Saulnier 135 con motor rotativo Clerget de 120 CV y tres monoplanos Morane Saulnier 139 con motor rotativo Clerget de 130 CV que servirán para el aprendizaje de los pilotos, así como para su iniciación en técnicas de observación, de bombardeo y de combate aéreo.</div><div style="text-align: justify;">El ejército paraguayo del aire estará muy satisfecho con la calidad del material suministrado por Francia, pues le solicitará luego, en 1926 y 1927, siete aviones de caza Wibault con motor Lorraine de 45 CV y siete aviones biplanos de reconocimiento y de bombardeo Potez 27 igualmente equipados con motores Lorraine que serán instalados en las bases de los alrededores de Asunción.</div><div style="text-align: justify;">Desde estas bases, se dedicarán a un importante trabajo de reconocimiento del dispositivo y de las comunicaciones de los bolivianos en el Chaco, antes de entrar en acción en dos escuadrillas cuando estalle la guerra.</div><div style="text-align: justify;">Desde el inicio de ésta, el aviador argentino Vicente Almonacid, voluntario en 1914-1918 en la aviación francesa donde servirá a las órdenes del coronel Happe y será promovido a capitán luego de haber participado en el primer bombardeo nocturno sobre Alemania, estará nuevamente como voluntario en el ejército del Paraguay y recibirá el comando de su aviación.</div><div style="text-align: justify;">La posición geográfica del Paraguay interesará desde el comienzo, las compañías aéreas europeas buscarán implantarse en América del Sur para proceder allí al transporte de pasajeros y carga. La predisposición de Almonacid y del aviador francés Paul Vacher permitirá a la sociedad francesa Aéropostale, perteneciente al hombre de negocios Bouilloux-Lafont, ya instalada en la Argentina, firmar con la administración de correos de Asunción el primer contrato de transporte de correos con el Paraguay y la Aéropostale creará una filial local para asegurar el transporte entre Asunción y Buenos Aires con sus aviones Latécoére.</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, el interés del mundo de la aviación por el Paraguay le valdrá ser visitado por los más grandes nombres del espacio aéreo, el Conde de Vaulx, compañero de Santos Dumont, Costes y Le Brix venidos desde Buenos Aires con el "Point d'Interrogation" luego de haber atravesado el Atlántico, y los pilotos más prestigiosos de la Aéropostale, Mermoz y Marcel Reine, Guillaumet y SaintExupéry. Estos verán en el Paraguay el lugar ideal para establecer el pivot de las relaciones aéreas entre Europa y América del Sur. Pero el advenimiento de la guerra del Chaco impedirá éste proyecto que sólo hubiera podido beneficiar al Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(168) Mayor Leandro Aponte: "Pettirossi -Un sudamericano insuperado", Imprenta La Humanidad, Asunción 1960, passim.</div><div style="text-align: justify;">(169) Pitaud, op. cit., p. 149-151 (No encontrado en el texto!)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>INTENSIFICACIÓN DEL ESFUERZO MILITAR</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">A partir de 1925, el Paraguay presidido por Eligio Ayala, emprenderá un esfuerzo considerable para dotar al ejército, cuya organización se había mejorado sensiblemente con la acción de la misión militar francesa, de los equipos que siempre había tenido en cantidad insuficiente desde la guerra de la Triple Alianza.</div><div style="text-align: justify;">Este esfuerzo para el equipamiento del que hemos hablado en el capítulo anterior, acarreará de 1926 a 1932 un gasto global evaluado en 4.703.733 dólares americanos o 211.321.843 pesos de la época, de los cuales, 2 millones de dólares para los años 1926 y 1927 durante los cuales se solicitarán los pedidos de 24 cañones Schneider de 75 mm, de 7 cazas Wibault y de 7 bombarderos Potez para la aviación, recibidos en 1928 como las dos cañoneras "Humaitá" y "Paraguay", solicitadas a los astilleros navales de Génova por un precio global de 300.000 libras esterlinas y enviada en mayo de 1931.</div><div style="text-align: justify;">Esta política de armamento acarreará igualmente la compra de 7.500 Mausers belgas de la armería de Hersthal en 1929, 2.000 fusiles automáticos Madsen y, en visperas de la guerra bajo la presidencia de Guggiari, 24 morteros Stokes-Brandt por el precio de 67.581 dólares americanos (170).</div><div style="text-align: justify;">El refuerzo en la organización del ejército continuará. Schenoni elaborará en 1925 un plan que aceptará Eligio Ayala y que preveía la formación, a partir de los destacamentos de campaña y reagrupando todas las unidades existentes, de cuatro "grupos de combate" de 5.820 hombres cada uno, dotados de elementos de las tres armas y de aviación. Este plan se beneficiará de una ampliación de las dotaciones presupuestarias para el ejercicio 1925/1926, lo que permitirá al ejército aumentar sus efectivos, aumentar su implantación en el Chaco donde establecerá conexiones telegráficas entre el interior y las bases de Concepción y Villa Hayes y crear, por decreto del 15 de febrero de 1925, un Servicio General de Administración y de Intendencia Militar. Los efectivos de los regimientos de infantería serán aumentados hasta 1245 hombres para el 1er. RI, a una cifra ligeramente inferior para el 2do. que será transferido de Asunción a Paraguarí, mientras que los del 3ero, quedarán sin cambios a falta de poderles asegurar el marco necesario.</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, los efectivos de la marina pasarán a 26 oficiales y 111 suboficiales y marineros para el personal de embarque y 7 oficiales y 161 suboficiales y marineros para el personal de tierra.</div><div style="text-align: justify;">Un decreto del 16 de febrero de 1926 agrupará en Paraguarí los 3 escuadrones de San Estanislao, Paraguarí y San Ignacio, para formar el 1er. regimiento de Caballería "Valois Rivarola", formado por 22 oficiales, 35 suboficiales y 350 jinetes que constituían 3 escuadrones y una sección montada de ametralladoras cuyo comando será confiado al mayor Irrazábal, a su retorno de una larga beca de perfeccionamiento en Chile.</div><div style="text-align: justify;">Las 1ra. y 2da, baterías de Artillería serán igualmente retiradas de los regimientos de infantería a los que pertenecían para formar un grupo. La compañía, de ametralladoras pesadas y la guarnición de Fuerte Olimpo perderán su autonomía, la primera siendo transferida de Asunción a Paraguarí e integrada al II/5to. RI y la segunda pasando bajo la autoridad del 1er. RI. Los destacamentos del Chaco Austral, es decir del sector del río Pilcomayo, serán separados del III/2do. RI que operaba en el mismo sector antes que, en junio de 1927, todas las unidades del Chaco con excepción de la guarnición de Villa Hayes se encuentren bajo un único Comando unido a la 5ta. región militar de Villa Hayes y teniendo autoridad sobre las tropas de Bahía Negra, Fuerte Olimpo, Puerto Casado, Nanawa y fortines del sector del río Pilcomayo.</div><div style="text-align: justify;">Hacia 1926, los efectivos del ejército de tierra paraguayo se elevarán a 3517 hombres, es decir 3 generales, 210 oficiales superiores y subalternos y 3304 suboficiales y soldados.</div><div style="text-align: justify;">Una reforma más importante será el resultado de un decreto del 28 de diciembre de 1927 y de una resolución ministerial del 17 de febrero siguiente. El primero, concerniendo sólo a la infantería, confirmará el agrupamiento del ejército en regimientos, decidirá que éstos agreguen a su número de orden un título tomado de la historia nacional y fijará las dotaciones previstas en tiempos de paz y en caso de guerra para cada regimiento. La segunda, de alcance más general, otorgará poder al ministerio de guerra y marina para repartir el personal militar en función de las necesidades propias a la jurisdicción territorial del regimiento. Los cuatro regimientos que ya existían pasarán a ser el "Dos de Mayo" para el 1er. RI de 613 hombres en Concepción que cubría los fortines desde Puerto Pinasco a Nanawa, el "Ytororó" de 855 hombres para el 2do. RI en Campo Grande (Asunción) que cubría los sectores del Confuso y del río Pilcomayo, el "Corrales" para el 3er. RI de 667 hombres con base en Puerto Guaraní y que supervisaba el sector de Bahía Negra-Fuerte Olimpo-Puerto Casado, el "Curupayty" para el 4to. RI de 247 hombres instalado en Encarnación. Podemos constatar que debido a la tensión que se intensificada en el Chaco, toda la infantería paraguaya a excepción del 4to. RI "Curupayty" estaba distribuida en ese territorio.</div><div style="text-align: justify;">La misma razón acarreará la creación, por decreto del 24 de agosto de 1928, de nuevos regimientos, el 5to. RI "Gral. Díaz" de dos batallones y una compañía fuera de rango unida al efectivo de guerra de 1001 hombres y enviada a Bahía Negra, y el 6to. RI "Boquerón" en Villa Hayes con la enviada estructura pero solamente con 604 hombres.</div><div style="text-align: justify;">Esta razón conducirá luego al ministerio de guerra y marina a elevar el efectivo del regimiento de Infantería a 1001 hombres para los enumerados 1 y 2; 971 hombres para aquellos 3,4 y 6 y a llevar al 1er. RC "Valois Rivarola" a cuatro escuadrones montados y dos secciones de ametralladoras con un total de 1641 hombres. En fin, el Estado Mayor General será transferido en noviembre de 1928 de Asunción a Concepción y comenzará el envío al Chaco de refuerzos de infantería y camiones.</div><div style="text-align: justify;">(170) Zook, op. cit., p. 67</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">LA CRISIS DE 1928 Y SUS CONSECUENCIAS</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La tensión siempre latente en el Chaco alcanzará una sensible intensidad con el ataque paraguayo, el 25 de febrero de 1927, del fortín boliviano Sorpresa que causará la muerte del subteniente Rojas Silva en las filas de los atacantes. Ella alcanzará su punto culminante cuando, el 5 de diciembre de 1928, el Mayor Rafael Franco y las tropas del 5to. RI "Gral. Díaz" se apoderarán en el norte del Fortín Vanguardia, habiendo Franco realizado esta maniobra sin el acuerdo de su gobierno, que lo alejará del ejército.</div><div style="text-align: justify;">Aparte del 5to. RI "Gral. Díaz", el Paraguay sólo disponía en esa época en el Chaco, sin haberse terminado el movimiento de sus tropas, de 677 hombres del 3er. RI "Corrales" (V y VI batallones) repartido sobre la línea Bahía Negra-Fuerte Olimpo-Puerto Casado en el sector norte, de los 613 hombres del 1er. RI "Dos de Mayo" (I y II batallones) en el centro, en los fortines de los alrededores de Nanawa y Puerto Pinasco y de los 835 del 2do. RI "Ytororó" (III y IV batallones) sobre el río Pilcomayo y Confuso al sur, efectivos netamente insuficientes para hacer frente al grueso de las fuerzas bolivianas estimado en 7000 hombres por el estado mayor paraguayo, que en represalia por el ataque del Fortín Vanguardia, se apoderarán de los fortines paraguayos de Boquerón y Mariscal López. Ante el giro que tomaban las cosas, las autoridades de Asunción decretarán, el 16 de diciembre, la movilización de los reservistas de 18 a 24 años, creará el puesto de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas que será otorgado al general de división Patricio Escobar que será asistido por el Teniente Coronel Estigarribia, nombrándose Inspector General del Ejército al viejo General de Brigada Manuel Rojas.</div><div style="text-align: justify;">La movilización confirmará ser un fracaso total que pondrá en evidencia las debilidades de la organización del ejército en materia de agrupamiento, de equipamiento y de encaminamiento de los reservistas que, por otro lado, sólo serán 7 a 8000 en responder al llamado en lugar de los 30.000 esperados.</div><div style="text-align: justify;">Esto decidirá a Escobar a contemporizar en lugar de reaccionar ante las represalias bolivianas y a prever, en caso de ataque generalizado por parte de los bolivianos, una técnica defensiva con la cual la protección del territorio nacional se realizaría a una distancia de 10 a 15 kilómetros al oeste de la orilla del río Paraguay, sobre la línea que va de Bahía Negra a Villa Hayes y Puerto Galileo sobre el Pilcomayo y reposaría esencialmente sobre los hombres a caballo del 1er. RC "Valois Rivarola" que será transferido a Riacho Negro, frente a Concepción, recibiendo la increíble misión de tener que explorar el Chaco hasta Villamontes, es decir de punta a punta.</div><div style="text-align: justify;">La intervención de una comisión neutral restablecerá en el Chaco el "Statu-quo-ante" y traerá consigo un cierto número de medidas restrictivas en la organización paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">Un decreto del 9 de enero de 1929 pondrá fin a la movilización, otro del 19 de junio suprimirá el puesto de Comandante en Jefe, el 6to. RI "Boquerón" será también suprimido y sus elementos derivados al 3er. RI "Corrales", y los cinco regimientos que continuarán existiendo se verán reducidos al efectivo de los tiempos de paz. Como lo escribirá el americano Zook, luego de Vanguardia, el Paraguay vivirá "en clima de guerra" (171).</div><div style="text-align: justify;">Escobar, desde la toma del Comando, solicitará, aunque en vano, la creación de seis nuevos regimientos. A pesar del riesgo de ver la situación del Chaco volverse de pronto explosiva, el gobierno se limitará en un primer momento a la formación, por decreto del 13 de setiembre de 1929, en ese territorio, de un Comando del sector norte, instalado en Pto. Casado y disponiendo de los 4to. RI "Curupayty" y 5to. RI "Gral. Díaz; que será confiada al Teniente Coronel José Sánchez con la misión de custoriar el sector de Bahía Negra-Puerto Pinasco y que vendrá a reforzar un escuadrón del "Valois Rivarola".</div><div style="text-align: justify;">La realización de vías de comunicación emprendida en el Chaco traerá por otro lado la instalación en Paraguarí de una nueva compañía de zapadores de la cual saldrá el 1er. Regimiento de Ingeniería "General Aquino".</div><div style="text-align: justify;">Las autoridades de Asunción terminarán por rendirse ante las razones del inspector general de su ejército, el General Manuel Rojas, que a instancias de Escobar no cesaba de reclamar el aumento de efectivos y de dotaciones de materiales. Un decreto del 30 de junio de 1930 hará pasar al regimiento de infantería de 2 a 3 batallones, hará reaparecer al 6to. RI "Boquerón", creará dos nuevos regimientos de infantería, los 7° RI "24 de Mayo" y el 8° RI "Piribebuy", dará el nombre de "General Bruguez" al 1er. grupo de artillería de montaña, transformará la compañía de zapadores de Paraguarí en 1er. batallón "General Aquino" y rebautizará "Tacuary" y "Capitán Cabral" al "Adolfo Riquelme" y al "Triunfo". Un decreto ulterior, del 17 de junio de 1931, creará para resguardo del sector central del Chaco, la 1ra. división de infantería (1° DI) con los tres RI: 1er. "Dos de Mayo", 2do. "Ytororó", 4to. "Curupayty" y el 1er. batallón de zapadores "General Aquino" cuya comandancia será del sucesor de Rojas en la Inspección General del Ejército, Estigarribia, que será promovido a coronel en esta ocasión y tendrá igualmente autoridad sobre las tropas de Bahía Negra y Villa Hayes, lo que le otorgará la comandancia del conjunto de tropas instaladas en el Chaco. El 16 de julio siguiente, el escuadrón del "Valois Rivarola" instalado en Riacho Negro y el que fuera afectado al 4to. RI "Curupayty" serán agrupados para formar el 2do, regimiento de Caballería "Coronel Toledo", que será confiado al Mayor Tranquilino Ortiz Cabral e inmediatamente enviado a Puerto Casado para reforzar el primer DI.</div><div style="text-align: justify;">Schenoni que, había retomado el Ministerio de Guerra y Marina en 1929 luego de haber realizado la compra de materiales en Europa aprobada por Eligio Ayala, encargará en 1931 a su nuevo Jefe de Estado Mayor General, el Teniente Coronel Juan B. Ayala, diplomado de la Escuela de Guerra Francesa, establecer un profundo plan de exploración del Chaco y consolidar la posición del Paraguay en ese territorio. Ayala se consagrará con entusiasmo a esta tarea que traerá consigo la ejecución, en el Chaco, de un vasto programa de conexiones terrestres y radiotelegráficas entre los fortines y las bases, construcción de depósitos de víveres y municiones, reservorios de agua potable y de cuarteles, ya detallado anteriormente, siendo el único punto de su programa que no fuera llevado a cabo por razones de presupuesto el que contemplaba la construcción de una vía férrea Villa Hayes-Nanawa que habría facilitado ampliamente el transporte de las tropas.</div><div style="text-align: justify;">El jefe del Estado Mayor General presentará además un plan de adquisición de materiales de guerra permitiendo la puesta en marcha de 4 divisiones de infantería y una de caballería con un total de 45.000 hombres así como de organización de la retaguardia, pero por razones de presupuesto este plan será progresivamente reducido a 20.000, luego a 15.000 y finalmente a 10.000 hombres antes de terminar "guardado en el cajón".</div><div style="text-align: justify;">Hasta el estallido de la guerra, las unidades de infantería paraguaya contarán con los mismos efectivos que en tiempos de paz. 700 hombres para un regimiento de dos batallones, una compañía de ametralladoras pesadas de cuatro piezas, una sección de morteros de tres piezas y las secciones de sanidad e intendencia, estando constituido cada batallón de dos compañías de fusileros dotadas de 12 fusiles-ametralladoras.</div><div style="text-align: justify;">El regimiento de caballería contará con 350 hombres, formando 2 escuadrones de hombres a caballo dotados de 4 fusiles-ametralladoras, un escuadrón de ametralladoras pesadas de 4 piezas y un mortero y las secciones sanitaria y de intendencia. El único grupo de artillería contará con 150 hombres para sus dos baterías de 4 piezas cada una. Finalmente, el único batallón de ingeniería existente sólo contará con 75 hombres repartidos en 3 compañías, una de pontoneros, una de peones camineros y una ferroviaria pero estas compañías serán rápidamente aumentadas al doble en efectivos con el objeto de transformar el batallón en regimiento. Sobre estas bases, el ejército de tierra y las fuerzas navales del Paraguay aumentarán en junio de 1932 a 300 oficiales y 4300 suboficiales y soldados (172).</div><div style="text-align: justify;">Es en esta misma época que un destacamento boliviano que operaba en el Chaco Central, alcanzará el vasto casco de agua llamado "Gran Lago" bautizado "Laguna Pitiantuta” por los paraguayos y sacara su pequeña guarnición. Este será el origen de una guerra que no sorprenderá el Estado Mayor de Asunción pues sabía que era ineludible luego del problema del Fortín Vanguardia.</div><div style="text-align: justify;">Luego del ataque de la Laguna Pitiantuta, el Paraguay no tenía en el Chaco para hacer inmediatamente frente más que suprimir de la 1ra. DI (Coronel Estigarribia), creada el año anterior y no disponiendo más que de dos de los tres regimientos que le habían sido afectados, el 2do. RI "Ytororó" (Mayor José Vera) y el 4to. RI "Curupayty" (Mayor José A. Ortiz). Las disposiciones tomadas por el Teniente Coronel Juan B. Ayala permitirán reforzarla, en los días que seguirán, con el 2do. RC "Coronel Toledo" (Mayor Ortiz Cabral) enviado de Paraguarí y con el 1er. batallón de ingeniería "General Aquino" (Capitán Basiliano Caballero Irala), que se encontraba en Isla Poi y por lo tanto en el sitio. Las mismas disposiciones permitirán, con el arribo de los movilizados, poner rápidamente en pie otras 2 divisiones de infantería, la 2da. DI (Teniente Coronel Gaudioso Núñez) en Concepción con el 1er. RI "Dos de Mayo" (Mayor Paulino Antola) para cubrir la zona de Nanawa, el 3er. RI "Corrales" (Mayor José D. Melgarejo) y el 1er. RC "Valois Rivarola" (Teniente Coronel Manuel García de Zúñiga) proveniente de Paraguarí por una parte y, por la otra, el 3er. DI (Teniente Coronel José J. Sánchez) en Bahía Negra con el 5to. RI "General Díaz" (Teniente Coronel Félix Cabrera) que mantenía la guarnición de Bahía Negra, el 8° RI "Piribebuy" (Mayor Mario López Decoud) y el 3er. RC "Coronel Mongelós" (Mayor Federico Smith) que será constituida en un tiempo récord; todas estas diferentes unidades siendo comandadas por oficiales que jugarán un importante papel en la guerra.</div><div style="text-align: justify;">Además, el Paraguay podía igualmente disponer en forma inmediata del 1er. Grupo de Artillería "General Bruguez" instalado en Concepción, de dos escuadrillas de aviones Potez y Whibault concentradas en los alrededores de Asunción, y del conjunto de su Marina de Guerra que comprendía un batallón de fusileros-marineros más tarde transformado en 1er. regimiento de infantería de marina "Riachuelo", una compañía de ametralladoras afectada a la defensa costera, la cañonera "Tacuarí" y los avisos "Capitán Cabral" y "Teniente Herreros", a los que vinieron a agregarse las cañoneras "Humaitá" y "Paraguay" y dos hidroaviones comprados en Italia y recibidos en mayo de 1931.</div><div style="text-align: justify;">El conjunto de estas fuerzas alcanzará un total de un poco más de 10.000 hombres suficientes para oponerse a los 7000 bolivianos que operaban en el Chaco en primera línea.</div><div style="text-align: justify;">(171) Zook, op. cit., p. 67</div><div style="text-align: justify;">(172) Mayor Antonio González: "La guerra del Chaco", Sáo Paulo 1941, sin indicación de editor, p. 17.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>PREPARACIÓN DE LA GUERRA</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Es casi un hecho que el Paraguay al igual que Bolivia no considerarán, durante años, la posibilidad de recurrir a las armas por la posesión del Chaco. Por otra parte, es no obstante cierto que Bolivia se preparará para esta eventualidad antes que el Paraguay. Pero estas dos verdades no nos impedirán seguir integralmente la tesis de numerosos autores paraguayos, especialmente el Mayor Antonio E. González a quien debemos uno de los mejores estudios de la guerra del Chaco (173), tesis que retomará el norteamericano Zook, para quien el Paraguay entrará en esta guerra sin la menor reparación previa.</div><div style="text-align: justify;">El esfuerzo de organización de su ejército, cumplido por la misión militar francesa de 1926 a 1930 y luego por su homóloga argentina; el de equipamiento, a partir de 1926 bajo la presidencia de Eligio Ayala y luego bajo la presidencia de Guggiari hasta el momento de la guerra, son algunos los argumentos que se pueden contraponer a esta tesis de falta de preparación. Es por esto que nosotros estimamos que el Paraguay ira a las armas preparado para un conflicto, del que hemos dicho que las altas autoridades militares lo juzgaban un hecho desde 1926 y que si esta preparación no hubiera existido, no hubiera podido, a pesar del valor de sus soldados y de la competencia de sus jefes, obtener los triunfos que serán suyos desde el inicio de las hostilidades. En lo que a nosotros concierne, el único punto de incertidumbre es saber si su preparación para la guerra será superior o inferior a la de su adversario.</div><div style="text-align: justify;">Como lo hemos hecho con respecto a este último, examinaremos el estado de preparación del Paraguay desde el cuádruple punto de vista del territorio en el que su ejército deberá combatir, de los hombres con los que estará formado, de los medios puestos a su disposición y/o de los planes considerados por el Estado Mayor General.</div><div style="text-align: justify;">(173) Mayor Antonio González: "La guerra del Chaco", Sáo Paulo 1941, sin indicación de editor, p. 17.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>EL TERRITORIO</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El sector en el cual actuará el ejército paraguayo en los primeros meses de la guerra, será la zona de 250 a 300 kilómetros de extensión partiendo de la orilla del río Paraguay en dirección oeste, que ha sido descripta bajo el nombre de "zona fluvial oriental" en nuestra presentación del Chaco. Se trata de una inmensa llanura de 100 a 200 metros de altitud, sembrada de bosquecillos o “islas” y de vastos palmares, rica en pasturas y en plantación de quebracho que hacen de ella una región ganadera cuyo subsuelo está provisto de agua fresca y sabrosa proveniente de fuertes lluvias anuales como de esteros, lagunas y arroyos formados por el río Paraguay en el momento de las crecidas.</div><div style="text-align: justify;">En el borde oriental de esta zona, existían poblaciones más o menos importantes entre las que, desde el punto de vista estratégico, las principales eran, de norte a sur, Bahía Negra, Puerto Casado, Villa Hayes. Ellas constituían otras tantas bases de partida hacia el interior del Chaco, desde Bahía Negra hacia los fortines Galpón al noroeste y Coronel Bogado al suroeste; desde Puerto Casado hacia los fortines Toledo y Corrales al oeste y Falcón y Boquerón al suroeste; desde Villa Hayes y sus antenas avanzadas de los fortines General Bruguez y General Delgado hacia el norte-nordeste y Nanawa.</div><div style="text-align: justify;">El Chaco oriental disponía en esa época de una red de 1500 kms de caminos principales, construidos por el ejército bajo impulso de Estigarribia y de Juan B. Ayala o de las empresas privadas de la zona.</div><div style="text-align: justify;">Al norte, los de 60 y 40 km respectivamente uniendo Bahía Negra con los fortines Galpón y Coronel Bogado y el de 150 km que iba de Fuerte Olimpo al fortín Mayor Torres.</div><div style="text-align: justify;">En el centro, el de 300 km que partía de Concepción alcanzando en los bordes de la zona desértica del Chaco Central, la misión evangélica de Nanawa.</div><div style="text-align: justify;">Al sur, el camino de 350 km que iba de Villa Hayes al Fortín General Delgado y a Nanawa concluyendo en el Fortín Falcón (174).</div><div style="text-align: justify;">Esta red interna, la mayoría de las veces formada por vías inaccesibles a los vehículos, era completada por un conjunto de vías férreas, todas construidas por sociedades extranjeras instaladas en el Chaco. La vía férrea principal, de la que ya hemos hablado, era la de la compañía argentina Carlos Casado Ltda., teniendo su punto de partida en Puerto Casado y un recorrido de 160 kilómetros en dirección oeste, la cual, en el km 145, se encontraba con la ruta transversal proveniente de Isla Poí en dirección a los fortines Boquerón, Toledo y Corrales y a las colonias mennonitas. La línea de Puerto Casado jugará un papel de gran importancia en el transporte de los refuerzos, del reabastecimiento y en la evacuación de los heridos y prisioneros en el curso de los dos primeros años de la guerra. Las otras vías férreas del Chaco, de longitud menor y partiendo respectivamente de Puerto Pinasco, Puerto Sastre y Puerto Guaraní, serán igualmente utilizadas durante la guerra.</div><div style="text-align: justify;">La futura zona de combate en la cual, como hemos visto, la 1ra. DI de Estigarribia estaba instalada antes de las hostilidades, se encontraba, en línea recta, de Asunción y de Concepción, que serán los principales centros de concentración de los convocados, no más que a unos 300 y 200 kilómetros hasta el puerto de desembarque elegido y podía entonces ser alcanzada vía fluvial en unas 36 horas desde la capital y en menor tiempo desde Concepción.</div><div style="text-align: justify;">Del Río Paraguay al punto de encuentro en el Chaco, entre los cuales el principal será Isla Poí, el soldado paraguayo tendrá todavía unos 150 kilómetros a recorrer, efectuados a menudo por vía férrea pero también a tracción animal, medios que serán utilizados para el transporte de municiones y de víveres durante la batalla de Boquerón.</div><div style="text-align: justify;">El acceso al Chaco será pues mucho más fácil para el ejército paraguayo que para el boliviano. Recordemos que este último, para llegar a él, tendrá primeramente que pasar por lo que en un principio eran simples caminos de mulas, un recorrido topográficamente difícil que varía entre 750 y 120 kilómetros para alcanzar el límite oriental del Chaco, luego 200 a 300 kilómetros para alcanzar el teatro de operaciones. Así, el traslado desde el punto de movilización al frente exigirá 60 a 90 días para el soldado boliviano contra sólo 10 a 30 días para el soldado paraguayo, ventaja de la que sabrá sacar provecho el Estado Mayor Paraguayo.</div><div style="text-align: justify;">Otra ventaja para el Paraguay residirá, al menos en los dos primeros años de la lucha, en el hecho de que los soldados operarán en región llana, en condiciones naturales y con un clima al cual estaban habituados. No ocurrirá evidentemente lo mismo con el soldado de raza aymará o quechua que será trasladado de la altura y el frío de la alta meseta del Altiplano al fuerte calor de las llanuras bajas.</div><div style="text-align: justify;">(174) González, op. cit., p. 25-26</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>LOS HOMBRES</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El pueblo paraguayo constituye un grupo étnico que, luego del acertado mestizaje, ha sido siempre más homogéneo que el formado por el pueblo boliviano, fuertemente impregnado, en el momento de la guerra del Chaco, de una diferenciación entre las clases sociales. Diferenciación prácticamente inexistente en el Paraguay, lo que le permitirá a su ejército formar un cuerpo netamente más "democrático" que el de su adversario. Este carácter democrático ya se había manifestado durante la guerra de la Triple Alianza donde, entre otros ejemplos, un hombre como Caballero la iniciará como simple soldado y la terminará como general.</div><div style="text-align: justify;">Por naturaleza, el paraguayo es poco militarista, pues es profundamente individualista pero, proviniendo de una raza guerrera, puede fácilmente transformarse en militar. Resistente, fuerte para el trabajo y sobrio pues generalmente proviene de un medio rural, a veces tal vez le faltará cultura en el sentido propio de la palabra pero, en ningún caso, inteligencia natural ni espíritu de iniciativa, cualidades que demostrará en la guerra del Chaco como lo había hecho en la de la Triple Alianza.</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, el hecho de pertenecer a una nacionalidad bien definida que se ha visto fortificada con el correr de los siglos, nacionalidad de la que se siente orgulloso con justicia, determinará en él un patriotismo feroz que, al igual que sus precursores, lo hará adherirse sin restricción a la defensa de la patria cuando ésta se vea amenazada. De tal modo que cualquiera que fuese su rango en la jerarquía, el combatiente paraguayo del Chaco se revelará como un soldado sin par, lo que constituye una tradición en su historia nacional.</div><div style="text-align: justify;">Desde su arribo a la cabeza del Estado Mayor General, nos dice el Mayor González (175), el Teniente Coronel Juan B. Ayala hará proceder a un estudio profundo del potencial humano con el cual podía contar en caso de acontecimientos irreversibles.</div><div style="text-align: justify;">Este estudio alcanzará a un total de cerca de 150.000 hombres, con exactitud 148.000 que se repartían en la siguiente forma:</div><div style="text-align: justify;">- 300 oficiales activos, 150 para el ejército de tierra, 80 para la marina y 70 para los servicios auxiliares, ninguno de ellos contando con diploma del Estado Mayor, los dos tercios provenientes de la Escuela Militar y el último tercio de los cuerpos de tropa;</div><div style="text-align: justify;">- 300 oficiales en retiro o de reserva, 100 de ellos recibidos en la Escuela Militar o proveniente de cuerpos de tropa, los demás de los cursos acelerados o de tres meses de la Escuela de Aspirantes;</div><div style="text-align: justify;">- 200 suboficiales de los cuales el 60% poseía poca instrucción o era analfabeto, todos formados en los cuerpos de tropa o en la policía sin una real preparación;</div><div style="text-align: justify;">- 4000 conscriptos, bajo bandera en 1931;</div><div style="text-align: justify;">- 25 000 reservistas;</div><div style="text-align: justify;">- 120 000 hombres en edad militar y por lo tanto movilizables, de los que una gran parte será formado luego de la visita de incorporación.</div><div style="text-align: justify;">Este cuadro, tal vez voluntariamente oscurecido por el autor, no nos parece totalmente creíble. La afirmación según la cual ni un oficial activo era diplomado del Estado Mayor es contradictoria con las indicaciones del párrafo que hemos consagrado al envío al extranjero de becarios con miras a perfeccionar sus conocimientos profesionales.</div><div style="text-align: justify;">Es indudable que, entre los oficiales en actividad en 1931, al menos el Coronel Estigarribia, los tenientes coroneles Juan B. Ayala, Delgado y Recalde, los mayores Carlos José Fernández e Irrazábal habían seguido, en Bruselas, París o Turín, los cursos de la escuela superior de guerra, lo que automáticamente les daba, al menos en lo que concierne a Francia, el título de diplomado del Estado Mayor. Por otra parte, la Misión Militar Argentina había organizado una Escuela Superior de Guerra que sólo existirá un año, pero de la que se puede lógicamente pensar que se consagrará a la preparación, a un nivel elevado, de los cuadros y que lo mismo sucedía en las sesiones regulares a las cuales todos los oficiales de carrera debían participar, en el "Centro de Perfeccionamiento Militar" de la Misión Militar francesa.</div><div style="text-align: justify;">La guerra demostrará además que la formación de los oficiales paraguayos, activos o de reserva, a todo nivel, estaba lejos de ser superficial, pues, el manejo de los hombres no se improvisa.</div><div style="text-align: justify;">Durante la guerra en la que participarán más de 120 000 de esos conciudadanos, el Estado Mayor Paraguayo pondrá en funcionamiento las nuevas grandes unidades siguientes:</div><div style="text-align: justify;">- 3 Cuerpos de Ejército, I,II y III a los cuales se agregará hacia el final, un Cuerpo de Ejército de Reserva;</div><div style="text-align: justify;">- 6 divisiones de infantería enumeradas del IV al IX;</div><div style="text-align: justify;">- 13 regimientos de infantería; 9° "Ytá Ybaté", 10° "Sauce", 11° "Abay", 12° "Rubio Ñú", 13° "Tuyutí", 14° "Cerro Corá", 15° "Lomas Valentinas", 16° "Mcal. López", 17° "Yataity Corá", 18° "Pitiantuta", 19° "Gral. Escobar", 20° "Acá Yuasá", "Batallón 40";</div><div style="text-align: justify;">- 7 regimientos de caballería: 4° "Acá Carayá", 5° "Acá Verá", 6° "Gral. Bernardino Caballero", 7° "Gral. San Martín", 8° "Gral. Duarte", 9° "Capitán Bado", 10° "Coronel Oviedo";</div><div style="text-align: justify;">- 3 grupos de artillería: 2° "Gral. Roa", 3° "Cnel. Hermosa", 4° "Mayor Alberto Zayas";</div><div style="text-align: justify;">- 3 regimientos de ingeniería: 2° "Gral. Genes", 3° "Tte. Pereira", 4° "Aquidabán", que se agregarán al batallón de zapadores transformado desde el inicio de la guerra en el primer regimiento "Gral. Aquino"; (176)</div><div style="text-align: justify;">- 2 escuadrillas de aviación, una de caza y la otra de reconocimiento y bombardeo; </div><div style="text-align: justify;">- 1 regimiento de fusileros-marineros, el 1° "Riachuelo".</div><div style="text-align: justify;">A la cifra citada más arriba de 120 000 participantes paraguayos en la guerra se agregará cierto número de extranjeros, todos voluntarios contrariamente a lo que sucederá en el ejército boliviano, donde los combatientes de nacionalidad extranjera serán casi todos oficiales, sobre todo chilenos comprometidos por contrato. Los voluntarios extranjeros del ejército paraguayo más numerosos serán los argentinos, oficiales retirados o de reserva como Almonacid, ciudadanos argentinos que vivían en Paraguay o civiles provenientes de la provincia limítrofe de Entre Ríos. Estos últimos, excelentes jinetes de profesión, serán ante todo incorporados al 40 RC "Acá Carayá" en su mayoría, luego agrupados en el seno de una nueva gran unidad de caballería, el 7° RC al cual se le dará en su honor el nombre de "Gral. San Martín" y cuyo comandante será uno de sus compatriotas, el Mayor Domingo Aguirre. Se puede igualmente citar entre los voluntarios al hombre de Estado uruguayo, Luis Alberto de Herrera con cuyo nombre se llamará a un fortín y a una calle de Asunción o al norteamericano Philip De Ronde, coronel retirado del ejército de los Estados Unidos y único voluntario de este país a nuestro conocimiento, cónsul del Paraguay en Nueva York durante 25 años, nombrado teniente coronel HC y comandante segundo del 4° RC paraguayo "Acá Carayá" que ha dejado un libro sobre los recuerdos de campaña (177) y al diplomático chileno Gonzalo Montt Rivas que estará a la cabeza de una batería en la batalla de Nanawa.</div><div style="text-align: justify;">Finalmente, el Paraguay tendrá en sus filas a rusos blancos a los cuales nos hemos referido evocando la actividad en el Chaco de su representante más prestigioso, el General de División HC Juan Belaief, ex combatiente al lado de Denikine y de Wrangel de la guerra civil rusa, la que terminará como General de Brigada e Inspector General de la artillería blanca. Belaief estará en Paraguay a fines de 1924.</div><div style="text-align: justify;">Schenoni lo incorporará inmediatamente manteniéndole el grado, al mismo tiempo que a otros once antiguos oficiales y técnicos de origen ruso y lo enviará al Chaco con la misión de ganarse a los indios salvajes para la causa del Paraguay, explorar la región que era entonces prácticamente desconocida y descubrir los fortines bolivianos avanzados.</div><div style="text-align: justify;">Seguidamente, con el Capitán Emil Serebriakof y el Subteniente Aleksandre von Eckstein, también rusos, Belaief se lanzará a la exploración del Chaco Central dónde a comienzos de 1.931, descubrirá un importante manto de agua llamado "Gran Lago", más tarde bautizado "Laguna Pitiantuta". (178). Cuando la guerra estallará, Belaief invitará a los hombres de la pequeña colonia blanca de Asunción en edad de portar armas para servir a la causa del país que los había acogido. Su llamado será escuchado por 24 de ellos que llegarán a ser oficiales y varios darán su vida por el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(175) González, op. cit., p. 16-17</div><div style="text-align: justify;">(176) José Carlos Marcet: "Antecedentes, desarrollo y resultados de la guerra del Chaco", Ediciones Comuneros, Asunción 1974, p. 77-88.</div><div style="text-align: justify;">(177) Cnel. Philip De Ronde; "Paraguay, una pequeña nación valiente", GP Putnam's Sons, N. York 1935.</div><div style="text-align: justify;">(178) Coronel H.C. Alexandre von Eckstein: "Pitiantuta", Publicaciones de las FF AA. de la Nación, Asunción, 1986.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>LOS MEDIOS</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hemos visto anteriormente que, durante largo tiempo, todas las dotaciones del ejército paraguayo no bastarán para cubrir las necesidades del servicio en tiempo de paz. Es así que durante años, la artillería se limitará a 6 cañones Vickers y 6 cañones Krupp modelo 1907 de 75 mm que serán sin embargo transportados al Chaco y allí terminarán una carrera de cerca de 30 años, y la infantería no contará más que con 12.000 fusiles "mata paraguayos". Pero este estado de cosas será remediado por el intenso esfuerzo realizado a partir de 1926 y continuado hasta la guerra, con miras a dotar al ejército de un armamento suficiente para poder afrontar cualquier eventualidad.</div><div style="text-align: justify;">Entre 1926 y el ataque a Pitiantuta, sólo en lo que respecta a materiales de armamento, el Paraguay recibirá del exterior 17.363 fusiles y carabinas Mauser 1927 de 7,65 mm, seguidos de otros 10.000 luego del inicio de las hostilidades, 506 ametralladoras y fusiles ametralladoras daneses Madsen de 7,65 mm., 32 ametralladoras pesadas Colt de 7,65 mm., 37 ametralladoras Colt de defensa anti-aérea, 100 ametralladoras Maxims, 304 revólveres Browning de 9 mm, producidos por la fábrica belga de Herstal, 24 morteros Stokes-Brandt, 24 cañones Schneider de 75 mm y 8 de 105 mm, 37.574.000 cartuchos para armas individuales y 9800 granadas de mortero, 2 cañoneros y 3 "chatas", 8 aviones de caza Wibault, 7 Potez de reconocimiento y bombardeo, 3 aviones de la escuela Morane-Saulnier y 2 hidroaviones Savoia y Cant con sus morteros de recambio, material de transmisiones y de fotografías aérea, a los que se debe agregar 70 camiones y 75 carros de transporte montados o fabricados en el país (179). A este armamento de importancia nada despreciable, se agregará en el curso de la guerra nuevas adquisiciones del exterior ante las cuales la Argentina cerrará los ojos, a pesar de su posición neutral, y los materiales capturados a los bolivianos en el campo de batalla y reparados en los talleres de los arsenales para seguir funcionando.</div><div style="text-align: justify;">Los materiales capturados se elevarán a 25.000 fusiles, 250 ametralladoras pesadas, 1400 ametralladoras livianas, 600 fusiles-ametralladoras, 75 morteros y alrededor de 20 millones de cartuchos y 15.000 granadas de mortero (180), lo que permitirá renovar una parte importante del stock.</div><div style="text-align: justify;">Como ya lo hemos hecho para la armada boliviana, examinaremos lo que pasará en el momento de la guerra para su adversario y las dos grandes categorías de medios con los que éste contará, por una parte los materiales y por la otra los servicios auxiliares.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(179) General Marcial Samaniego: "Las fuerzas armadas de la Nación en el decenio de la preguerra del Chaco a la Victoria de Boquerón", Imprenta militar de las FF AA., Asunción, 1979, P.100-108</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>ARMAMENTO INDIVIDUAL</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los oficiales serán dotados en ciertos casos de pistolas Mauser, Colt o Browning y en otros de revólveres Smith & Wesson, cada uno recibiendo además, una pistola de alarma.</div><div style="text-align: justify;">La tropa se repartirá 2500 Mauser chilenos 1895 de 7 mm. y 1500 Mauser 1907 que serán atribuidos a la guarnición de Bahía Negra y que equiparán igualmente a los 4to. y 5to. RC "Acá Carayá" y "Acá Verá" antes de ser rápidamente puestos fuera de uso y retirados, 11.000 Mauser modelo 1927 de cañón largo de la fábrica de armas de Oviedo y 7.500 Mauser modelo 1930 fabricados por Herstal, estas dos categorías de Mauser, de excelente funcionamiento.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>ARMAS AUTOMÁTICAS</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los oficiales utilizarán principalmente la pistola-ametralladora Steyr-Solothurn S 1-100. Las ametralladoras, en número de 425 al inicio de la guerra, serán de 8 tipos diferentes, Colt MG 38, Vickers, Vickers Maxim y Maxim chilena para las pesadas, Madsen, Vickers Berthier y Brno para las ligeras, Schmeisser VPK para los fusiles ametralladoras.</div><div style="text-align: justify;">Las más corrientes serán las ametralladoras danesas Madsen 1926 con 250 piezas y las Colt MG 38 con 32, a las cuales se debe agregar 24 morteros Stokes-Brandt modelo 1929 de 81 mm, todos en perfecto estado.</div><div style="text-align: justify;">Como ya lo hemos dicho a propósito del ejército boliviano, la bala "dum-dum" sólo hará una breve aparición durante las hostilidades, pues los dos campos renunciarán voluntariamente a su utilización.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>ARTILLERÍA</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El ejército paraguayo debutará en la guerra con 14 cañones Vickers modelo 1907 de 75 mm. desprovistos de mira, lo que les volvía no aptos para el servicio, un cañón Vickers modelo 1907 de 76 mm. para la marina, 7 cañones Krupp modelo 1907 de 75 mm. sin lente pero utilizables y, en perfecto estado, 24 cañones Schneider modelo 1927 de 75 mm., 8 Schneider modelo 1927 de 105 mm., 6 Armstrong de 76 mm. y cañones antiaéreos Semak cuyo número ignoramos.</div><div style="text-align: justify;">Los cañones Schneider formarán tres grupos de dos baterías cada uno y constituirán la artillería de los tres cuerpos del ejército, los seis Vickers de montaña un quinto grupo, los Krupp un grupo autónomo que será utilizado en función de las necesidades del momento, mientras que de los 8 Vickers de marina, 5 de ellos constituirán la fuerza de defensa del punto estratégico de Bahía Negra, los tres restantes siendo montados sobre los "avisos" "Tacuary" y "Capitán Cabral", mientras que los 6 Armstrong asegurarán la defensa de Fuerte Olimpo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>LANZALLAMAS Y TANQUES</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No nos ha sido posible verificar si el ejército paraguayo dispondrá en el curso de la campaña de uno o de otro de estos medios de combate. Recordamos, por otra parte que, lo mismo que su adversario, se abstendrá de recurrir al empleo del gas químico.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>MUNICIONES</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El ejército dispondrá al inicio de 70.000 cartuchos para Mauser chileno 1895, 1.000.000 para Mauser 1907, 23.500.000 para los otros fusiles y las diferentes categorías de ametralladoras, 9800 granadas para los cañones Schneider, 4400 para los Krupp y los Armstrong, 2000 para los Vickers y 2400 granadas de mortero (181).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>DIVISIÓN MILITAR DEL TERRITORIO</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La relativa proximidad del teatro de operaciones en los primeros años de la guerra, hará que el Paraguay no siga el ejemplo de Bolivia que, como hemos visto, dividirá su territorio en tres zonas sometidas, cada una, a la autoridad militar.</div><div style="text-align: justify;">El Paraguay será, una vez declarada la movilización, dividido en dos zonas que, por otra parte, correspondían a su aspecto geográfico. Por un lado, del Río Paraguay hacia el este, una "Zona Interior" donde se encontraban la totalidad de los departamentos que formaban entonces la república, cuyas capitales serán otros tantos centros de movilización pero que, por lo demás, continuarán dependiendo de la autoridad civil.</div><div style="text-align: justify;">Por otro lado, del Río Paraguay hacia el oeste y consecuentemente englobando sólo el Chaco, una "Zona de Operaciones", poco poblada además de las tropas que allí se encontraban y que serán enviadas, zona que estará bajo la autoridad única del Comandante del Ejército en Campaña. Conviene señalar de paso que, contrariamente a Bolivia donde el presidente Salamanca chocará desde el principio con sus comandantes del Chaco debido a una tendencia bastante fuerte de interferir en sus responsabilidades, la cohabitación del poder civil con la autoridad militar funcionará en el Paraguay de manera satisfactoria durante toda la guerra, pues los dos responsables sabrán situarse en sus esferas de acción respectiva.</div><div style="text-align: justify;">Por su comprensión y coordinación de la política de guerra y de la estrategia superior, la acción del binomio Eusebio Ayala- José Félix Estigarribia recordará la del binomio Bismarck-Von Moltke en la guerra franco-prusiana de 1870-1871.</div><div style="text-align: justify;">Siendo Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas en virtud de la Constitución, el Presidente Eusebio Ayala, a pesar de inclinarse hacia una solución negociada del conflicto, dejará las manos libres en el plano militar al Comandante del Ejército en Campaña. Su principal preocupación, además de aquellas relacionadas con la política extranjera, será entonces organizar la "Zona Interior" con el objeto de asegurar no sólo la vida de la población civil sino además las necesidades de todo orden de su ejército. Poco antes de la llegada de Eusebio Ayala a la presidencia, el 26 de julio de 1932, una "Dirección General de Economía y Abastecimiento" había sido creada con</div><div style="text-align: justify;">la misión de movilizar las múltiples y dispersas fuerzas económicas del país y de mantener y, si fuera posible, elevar, a pesar de la falta de mano ocupada por la movilización, el nivel de productividad especialmente en el campo de la agricultura y de la ganadería.</div><div style="text-align: justify;">Esta primera medida de carácter estrictamente económico, será seguida, igualmente en julio, de la reconstitución pues ya había existido en el momento de la movilización de 1928, de una "Junta Nacional de Aprovisionamiento" que será un nudo vital entre la Dirección de la Economía y el soldado del frente, luego de la creación de un "Consejo General de Economía y Abastecimiento".</div><div style="text-align: justify;">Dotado de los más importantes poderes pues éstos cubrían el abastecimiento, el comercio, la ganadería, el transporte, los talleres, la contabilidad y la tesorería del país, este organismo será encargado de la coordinación de los diferentes esfuerzos emprendidos para asegurar el suministro regular de combustible al ejército, de armas, de vestimenta, de alimentos y de medicamentos, lo que facilitará ampliamente la tarea de la Intendencia General Militar. Finalmente, Eusebio Ayala creará una "Junta Nacional de Auxilios" cuyo objetivo será estar pendiente de la suerte de las familias de los movilizados, especialmente aquellas que la ausencia del jefe de la familia había reducido a la miseria y que el 31 de diciembre de 1933 alcanzaban el número de 6579. La actividad de la "Junta de Auxilios" y la generosidad individual permitirán otorgar en víveres, vestimenta y recursos pecuniarios a estos desfavorecidos entre setiembre de 1932 y enero de 1936 más de 8.000.000 de pesos de la época.</div><div style="text-align: justify;">El mejor ejemplo de los resultados económicos de la política de guerra de Eusebio Ayala nos es suministrado por los arsenales de guerra y marina, instalados en las afueras de Asunción y dirigidos por el Capitán de Corbeta José Bozzano.</div><div style="text-align: justify;">Sus 9000 obreros, trabajando 24 horas sobre 24 en tres equipos y 7 días a la semana, a los cuales se agregaban 2000 auxiliares, fabricarán las cureñas de cañones, los chasis camiones, 300.000 granadas de mano, granadas para mortero, bombas para los aviones Potez e incluso una decena de morteros, repararán las armas descompuestas, formarán millares de choferes sin olvidar la adaptación a las necesidades de la guerra en lo que respecta a carrocerías para 2308 vehículos civiles que serán requisados.</div><div style="text-align: justify;">Es así que sólo la fabricación en el curso de la guerra de 300.000 granadas de mano, alcanzará a 3.600.000 pesos más o menos, mientras que la compra en el exterior de la misma cantidad de granadas se situará en alrededor de 90.000.000 de pesos (182).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(181) Ríos, op. cit., p. 126-127</div><div style="text-align: justify;">(182) Seiferheld, op. cit., anteriormente, p. 190-221, passim.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>DIRECCIÓN DE ETAPAS</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">No parece que, por razones de proximidad al teatro de operaciones como hemos dicho anteriormente, el ejército paraguayo haya tenido necesidad de organizar, al menos en la "Zona Interior", un verdadero servicio de etapas. En efecto, el civil convocado por la movilización general, limitada primeramente a 10.000 civiles ya instruidos para poder tener en cuenta las posibilidades del momento para armarlos, tendrá un proceso de incorporación bastante flexible, llevado a cabo por el Teniente Coronel Juan B. Ayala y el Estado Mayor General, a partir de las conclusiones sobre la desastrosa movilización general de 1928.</div><div style="text-align: justify;">El convocado se acercará primeramente por sus propios medios y a menudo a caballo o a pie, a un centro de su departamento cuya indicación le había sido notificada en su domicilio, donde será recibido por los delegados designados para el efecto por la autoridad militar.</div><div style="text-align: justify;">Estos delegados encaminarán a los movilizados por grupos que irán de 20 a 200 personas según la importancia del reclutamiento local, a la estación ferroviaria o al puerto fluvial más próximo, que los conducirá al centro de agrupamiento del cual dependían. El Estado Mayor General había previsto 8 centros de agrupamiento: Puerto Casado, Puerto Pinasco y Villa Hayes en el Chaco; Concepción, Paraguarí, Villarrica, Pilar y Encarnación en la zona oriental, disponiendo todos ellos de carpas, cocinas, reservorios de agua potable, instalaciones higiénicas y oficinas.</div><div style="text-align: justify;">En los principales de ellos, por uno de los cuales el movilizado debía obligatoriamente pasar, Puerto Casado, Puerto Pinasco, Concepción y Asunción, será instalado en el jardín zoológico o en el estadio de fútbol, el mismo pasará la revisión médica para determinar su aptitud o no para servir pues, en el primer caso, será vacunado contra la viruela y el tifus antes de recibir un uniforme verde-olivo, sombrero del mismo color de alas anchas al que la guerra del Chaco hará famoso, una frazada de algodón y un par de borceguíes de cuero que muchos de ellos calzarán por primera vez en su vida.</div><div style="text-align: justify;">Para los hombres de la tropa, la destinación a una unidad de combate o a los servicios auxiliares será hecha por una comisión militar en función de las declaraciones del interesado; la comisión no buscará verificarlas sabiendo que el soldado no mentiría sobre ellos pues él debería luego justificarse ante sus camaradas y jefes.</div><div style="text-align: justify;">Entre la llegada del movilizado al centro departamental y su destinación correrán más o menos quince días, ocho de los cuales pasados en el centro de agrupamiento donde seguirá, además, un breve ciclo de instrucción militar teórico y práctica. Luego se producirá el embarque hacia el Chaco y la llegada a Puerto Casado, de donde se dirigirá hacia el interior, al cuartel general del ejército en campaña instalado en el punto de agua Isla Poí, llamado entonces Villa Militar, para recibir sus armas antes de unirse a su unidad. Esta última parte del trayecto se hará generalmente por vía férrea de Puerto Casado hasta Punta Rieles, en el km 145 de la línea, y de allí en camión o a pie hasta alcanzar Villa Militar, a unos cuarenta kilómetros al sudoeste de Punta Rieles.</div><div style="text-align: justify;">El Servicio de Etapas existirá verdaderamente en el Chaco en Puerto Casado, con una dirección general comandada por un mayor asistido por 50 oficiales de administración y en Villa Militar con una inspección general dependiente del Comandante del Chaco, siendo comandada por un teniente coronel y dividida en 10 secciones dirigidas por otros tantos oficiales administrativos.</div><div style="text-align: justify;">Desde el principio de la guerra, la Dirección General de Etapas procederá a la instalación de cuatro estaciones de etapa. La más importante de estas estaciones será la del Fortín Coronel Martínez, al sur de Punta Rieles, con un teniente coronel jefe de guardia y 38 oficiales de administración. Las otras tres estaciones serán las de Casanillo, entre Punta Rieles y Villa Militar, Pozo Azul en la misma zona y Pozo Colorado, 30 kilómetros al oeste del Fortín Orihuela sobre la ruta a Nanawa.</div><div style="text-align: justify;">A las estaciones se agregarán un depósito principal en Puerto Casado, administrado por 34 oficiales de administración, y un depósito de menor importancia en el km. 220 (183).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(183) "Gran Enciclopedia Fotográfica de la Guerra del Chaco", obra colectiva publicada en ocasión del 50° aniversario de la guerra, Asunción, sin indicación de editor, p. 162-163.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>TRANSPORTES</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hasta la guerra, la parte más habitada del Paraguay, la zona oriental, prácticamente ignorará el tráfico de ruta a falta de vías verdaderamente accesibles a los vehículos de cuatro ruedas, si bien es cierto que allí los camiones y automóviles privados serán poco numerosos y generalmente de modelo antiguo.</div><div style="text-align: justify;">El transporte de mercaderías como de personas se hacía esencialmente por carretas, por vía fluvial y, accesoriamente, por vía férrea. La zona poseía dos de ellas solamente, las dos estrechas, una de 35 kilómetros uniendo al norte de Concepción a Horqueta y la otra del "Central Paraguayo", la más importante con sus 370 kilómetros de largo, creada en la época de Carlos A. López, yendo de Asunción a Encarnación y pasando por las principales aglomeraciones del interior.</div><div style="text-align: justify;">El "Central Paraguayo" será ampliamente utilizado en el curso de la movilización, y durante la guerra transportará a más de 500.000 soldados paraguayos y 60.000 prisioneros bolivianos, entendiendo estas cifras que cada soldado o prisionero hará más de un viaje en un sentido como en el otro.</div><div style="text-align: justify;">La situación del transporte por ruta era mejor en el Chaco, pues el ejército, bajo el impulso de los teniente coroneles Estigarribia y Juan B. Ayala y las compañías extranjeras allí instaladas habían construido caminos, el primero para unir sus puntos fortificados, las segundas para las necesidades de sus explotaciones agrícolas o forestales.</div><div style="text-align: justify;">Pero se trataba, en todos los casos, de caminos de tierra apisonada y sin revestimiento que se prestaban más al paso de carros tirados por bueyes que al de vehículos con motor. El ejército del Chaco no disponía de estos últimos más que en pequeñas proporciones: para el regimiento, un único camión que servía sobre todo para el transporte de los medios de la intendencia o de la sección sanitaria; para la división, dos camiones. Por otra parte, si el Chaco estaba dotado de algunas vías férreas entre las cuales la principal era la de Carlos Casado Ltda., partiendo de Puerto Casado, todas estas vías eran propiedad de sociedades extranjeras.</div><div style="text-align: justify;">Finalmente, el transporte fluvial entre la zona oriental y el Chaco estaba igualmente en manos de empresas extranjeras, especialmente la argentina Mihanovich Ltda. que prácticamente contaba con el monopolio de la navegación sobre el río Paraguay además de sus tierras en el Chaco, donde se dedicaba a la ganadería y a la explotación del quebracho.</div><div style="text-align: justify;">Todo estaba para ser organizado entonces en lo que concierne a los transportes y Juan B. Ayala y sus colaboradores del Estado Mayor General se consagrarán plenamente a ello.</div><div style="text-align: justify;">La necesidad de asegurar el envío al Chaco de los movilizados y del abastecimiento necesario y luego dirigirlos enseguida al teatro de operaciones era la primera urgencia a resolver. Ella estaba, como acabamos de verlo, subordinada a la buena voluntad de las sociedades extranjeras. Antes de decidir expropiarlas o nacionalizarlas, como lo solicitará una parte de la prensa nacional, el gobierno juzgará preferible tratar con ellas, teniendo en cuenta que eran en su mayoría argentinas y que el gobierno de Buenos Aires se mostraba abiertamente favorable a la causa del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">Esto conducirá a una serie de acuerdos de transporte en el Chaco con las compañías Mihanovich y Casado Ltda. y tendrá como resultado permitir, a un ritmo de 3 o 4 viajes cotidianos por la línea de Puerto Casado que tendrá un papel de primer plano en la movilización, el transporte hacia el frente de mil hombres por día. El transporte fluvial de estos hombres será confiado a la marina de guerra, que además de sus propias naves, podrá disponer en virtud de los acuerdos, de una decena de navíos mercantes que habían sido objeto de un préstamo al Estado paraguayo de parte de sus propietarios extranjeros, pero que navegaran siempre bajo comando y bandera paraguayos. En razón de su lentitud y de su insuficiente espacio, los navíos mercantes serán sobre todo destinados por la marina nacional al transporte de equipamientos, víveres y ganado, rara vez al de personas, transporte que será llevado a cabo con escolta de "chatas" armadas de la marina guerra El transporte de hombres será sobre todo efectuado por las modernas cañoneras "Paraguay" y "Humaitá", que embarcaran a 1200 hombres por viaje y efectuarán el trayecto Puerto Sajonia, Puerto Casado en 36 horas, mientras que el mismo recorrido necesitaba 10 horas más para los navíos mercantes (184).</div><div style="text-align: justify;">Si agregamos un día y medio para el transporte fluvial y medio día para alcanzar el interior del Chaco por vía férrea, al promedio de 15 días entre la incorporación del movilizado y su partida desde el centro de agrupamiento, llegamos a un total de 17 días necesarios para que el soldado paraguayo llegue a la zona de combate, mientras que se necesitarán 90 días para el soldado boliviano, es decir cinco veces más.</div><div style="text-align: justify;">Esta ventaja tendrá una gran importancia en la evolución de los acontecimientos en el curso de los primeros meses de la guerra.</div><div style="text-align: justify;">Otra urgencia que Juan B. Ayala tendrá que resolver será la constitución de un parque de vehículos de transporte. Como en Bolivia, ante todo procederá a la requisición de aquellos destinados al transporte público que sólo serán 62, luego los pertenecientes a los particulares, mientras se esperaba recibir los camiones que serán comprados en el exterior, sobre todo en la Argentina. Los vehículos requisados serán transformados en vehículos blindados y equipados en los talleres de los arsenales, que a un ritmo de cinco unidades por hora, reacondicionarán 2308 vehículos, en su mayoría inmediatamente enviados al Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Los mismos talleres extenderán su actividad a la construcción de carrocerías de repuesto para los camiones y de carros de campaña de cuatro ruedas que podían transportar una carga de 3 toneladas, copiados de aquellos utilizados por los colonos mennonitas para sus trabajos. Si la mula y el carro tirado por bueyes serán aún utilizados al inicio de las operaciones, ellos serán rápidamente reemplazados por camiones capaces de transportar 3 a 5 toneladas a una velocidad horaria de 20 km; el carro continuará siendo utilizado como auxiliar y sobre todo en épocas de lluvias que volvían a las rutas intransitables para los vehículos.</div><div style="text-align: justify;">Un primer refuerzo de 50 camiones cuyo blindaje será realizado en los arsenales, llegará de la Argentina en Setiembre de 1932. Será seguido de la adquisición de camiones Chevrolet y sobre todo Ford, esta vez blindados, que serán enviados desde su recepción al Chaco y transportados por el ferrocarril de Puerto Casado a su lugar de servicio, asegurando a lo largo de toda la guerra, transportes de todo tipo así como la evacuación de miles de heridos, enfermos o prisioneros. Si no contamos con cifras precisas sobre la importancia que el parque automotriz tendrá durante la guerra, podemos sin embargo tener una idea indicando que, sólo los navíos mercantes "Holanda", "San Francisco" y "Dayman" transportarán al Chaco en 1933 y 1934, 1580 camiones, al mismo tiempo que 331.000 toneladas de víveres y armamentos y, en un sentido o en otro, 43.000 pasajeros (185).</div><div style="text-align: justify;">El aumento del parque automotriz creará una necesidad siempre creciente de choferes y mecánicos. Su formación estará a cargo de la dirección de arsenales de guerra y marina de donde saldrán miles de nuevos choferes. El papel jugado por los choferes en la guerra les valdrá merecidamente el nombre de "Choferes del Chaco", otorgado a una de las principales arterias de Asunción.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(184) Speratti: op. cit., p. 69-70.</div><div style="text-align: justify;">(185) Speratti, op. cit., p. 56-57</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>SUBSISTENCIA</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La actividad de la Dirección General de Economía y Abastecimiento, creada el 26 de julio de 1932 y de sus tres secciones, "Economía Nacional", cubriendo la agricultura, la ganadería y las industrias; "Aprovisionamiento", encargada de compras de medios de transporte; "Juntas de Campaña", estableciendo planes de producción interna, permitirá, gracias al trabajo de las mujeres, niños y hombres mayores que reemplazarán la mano de obra movilizada, mantener la producción agrícola a su nivel de los tiempos de paz y aún aumentarla en cierto sectores. Este será el caso del algodón, cuya cosecha pasará de 2.771.000 en 1933 a 7.992.000 kg. en 1935, así como la del trigo, cuyos excedentes serán exportados en procura de divisas que serán utilizadas para las compras en el exterior destinadas al ejército. Las necesidades de éste en combustible para camiones y aviones serán ampliamente cubiertas por la Argentina del Presidente Justo, que proveerá además el fuel-oil y el kerosén necesarios.</div><div style="text-align: justify;">Para sintetizar, en el plano de la guerra, los resultados de la economía paraguaya de la época, podemos decir que ella estará siempre lista para proveer a los combatientes de armas, municiones y abastecimiento.</div><div style="text-align: justify;">Desde el principio, el soldado recibirá una ración diaria que comprenderá: 700 g de carne fresca o congelada, 70 g de maíz, 80 g de porotos, 50 g de harina, 50 g de arroz, 60 g de azúcar, 30 g de sal, 30 g de yerba mate, 30 g de jabón y 300 g de galletas de fabricación nacional. En comparación, el soldado boliviano, será menos favorecido recibiendo 300 g de carne fresca, 80 g de carne seca, 300 g de cereales, 200 g de pan o harina, 50 de azúcar, 30 de sal y 5 de yerba mate o de café (186). A pesar de su sobriedad, el indio boliviano siempre encontrará insuficiente su ración y acosará al cocinero de su unidad pidiendo en un español mal hablado: “Yo repete, yo repete”, lo que le valdrá ser comúnmente llamado con el vocablo “repete” por sus compañeros de armas criollos o mestizos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>INTENDENCIA</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sabemos que el servicio de intendencia será por mucho tiempo rudimentario en el ejército paraguayo y que la misión militar francesa será la primera que tratará de organizarlo. Esto acarreará la creación, en el seno del Estado Mayor General, de un Departamento de Administración Militar que formará la 5ta. oficina, luego una Intendencia de Destacamentos del Chaco. El Departamento de Administración Militar será luego la Intendencia General de Guerra cuya misión será organizar todos los servicios del ejército, las compras, al interior o al exterior del país, de víveres, equipamiento, combustibles, lubricantes, materiales de guerra y materiales de comunicación destinados al ejército y la creación de depósitos.</div><div style="text-align: justify;">Desde el inicio de la guerra, y a lo largo de su desarrollo, la Intendencia General de Guerra actuará en estrecha colaboración con la sección "Aprovisionamiento" de la Dirección General de Economía para todo lo concerniente a víveres y equipos destinados al Chaco. Su personal de carrera bastante reducido será reforzado por los oficiales de administración de reserva movilizados, por los agentes contadores del Estado, y aún por estudiantes de la Escuela Nacional de Comercio del último curso.</div><div style="text-align: justify;">La Dirección de la Intendencia General de Guerra será confiada al Intendente Militar Sampson Harrison, formado en la armada chilena, que creará un cuerpo perfectamente estructurado y eficaz. Agregará a sus funciones el cargo de servicios generales del ejército en operaciones.</div><div style="text-align: justify;">En el marco de sus funciones, Harrison instalará en el cuartel general de Villa Militar un Servicio General de Intendencia confiado a un Intendente General y prolongará su organización, a un nivel más restringido, siendo así los cuerpos de ejército, las divisiones y los regimientos dotados de compañías de intendencia.</div><div style="text-align: justify;">El Servicio General de Intendencia comprenderá secciones especializadas en el control de víveres y forrajes enviados por los agricultores del interior, oficinas encargadas de los que iban al Chaco o volvían de él y, lo que jamás había existido antes, talleres de costura y de zapatería que fabricarán las vestimentas militares y los calzados por millares. Harrison obtendrá además, para satisfacer las necesidades del ejército, la disposición luego de su requisición, de un cierto número de pequeñas industrias especializadas, principalmente en herramientas y construcción.</div><div style="text-align: justify;">Su organización de partida consistirá en un depósito central, instalado en Villa Militar, donde serán recibidos los envíos y luego repartidos en función de las necesidades entre los depósitos anexos establecidos en Villa Hayes, en los km 180 y 262 y en la orilla del Río Negro. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(186) Seiferheld, op. cit., p. 254</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>ARREGLO Y MANTENIMIENTO DE VÍAS Y CONSTRUCCIONES</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Sólo se harán en el Chaco, pues en la zona oriental continuarán siendo realizados por la administración civil, a pesar de la reducción de efectivos luego de la movilización.</div><div style="text-align: justify;">En el Chaco continuarán siendo confiados al cuerpo de Ingeniería. Su primera unidad, que será el 1er. regimiento "Gral. Genes", será creada en 1930 en Villa Hayes con un único batallón de 10 oficiales y 77 soldados enviados en agosto del mismo año a la región de Isla Poí. A pesar de la precariedad de los medios de los que disponía, este batallón esquelético llegará, en pocos meses, a construir o instalar construcciones para oficiales, campamentos para la tropa, cocinas de campaña, caballerizas, polígonos de tiro, reservorios de agua potable y a erigir, frente al fortín, un muro de protección de 50 m de largo por 25 de ancho y 1 a 3 m de profundidad.</div><div style="text-align: justify;">Poco antes de la guerra, será encargado de reforzar la protección del Fortín Boquerón con un cerco de alambre de púa de 6 kilómetros de extensión y de 5 metros de altura, además de una serie de fosos.</div><div style="text-align: justify;">En la guerra serán creados cuatro regimientos de ingeniería con un millar de efectivos por unidad: Su actividad será extremamente diversificada, tratándose especialmente de la apertura a machetazos de caminos o picadas de aproximación al adversario o de desplazamiento lateral en el interior de las líneas; la perforación de pozos, la instalación de obras de defensa, de puestos de comando, de depósitos de municiones, de sitios para armas automáticas, de refugios antiaéreos, sin olvidar el abastecimiento de agua de las unidades en acción.</div><div style="text-align: justify;">En la medida en que las circunstancias lo permitirán, la ingeniería participará igualmente en tareas relativas a la Dirección de Comunicaciones que terminará por contar con más de 3100 hombres para mejorar, reforzar y explorar las vías de comunicación más utilizadas creando otras nuevas. Esto, aún continuando con la instalación de fortificaciones, de trincheras y de pistas de aterrizaje en las zonas conquistadas, construcción de puentes sobre los ríos para facilitar el tránsito de vehículos y de nuevas rutas de terraplén. Estas nuevas rutas, todas dirigidas hacia el oeste como la de Villa Militar-Nanawa realizada en 45 días, o la de Fortín Carayá-Platanillos de 100 km cuya construcción tomará tres meses, permitirán el acceso de los vehículos motorizados a las cercanías de la línea de combate.</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, el cumplimiento de estas diferentes tareas no impedirá a los zapadores intervenir en numerosas oportunidades en los combates (187).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>ARSENALES</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Ya se ha hecho alusión al papel de los arsenales en la guerra. El Capitán de Corbeta José Bozzano, ingeniero naval formado en los Estados Unidos, tendrá a su cargo la dirección de los mismos. El potencial de fabricación del cual dispondrá será reforzado por el de los talleres privados especializados, entre los cuales el más importante será el astillero naval San Isidro que, además de su personal, pondrá sus propios navíos a disposición del país como un préstamo temporal.</div><div style="text-align: justify;">Ocho mil ingenieros y obreros en total, como ya lo hemos dicho, participarán en el esfuerzo de guerra del Paraguay. Este personal cumplirá las tareas más diversas, tanto para las necesidades del frente como para las de la retaguardia.</div><div style="text-align: justify;">Repartido en veinticuatro secciones especializadas y con la ayuda de técnicos nacionales y extranjeros, asegurará al mantenimiento y la reparación de máquinas, navíos e instrumentos de precisión, extenderá su fabricación a explosivos, calderas, camas para hospitales, embarcaciones de poco arqueo y, como sabemos, tendrá a su cargo la formación de choferes y mecánicos.</div><div style="text-align: justify;">Con el objeto de limitar las pérdidas de tiempo en la ejecución de las prestaciones requeridas por el ejército, Bozzano instalará en el Chaco mismo, bajo la dirección del Capitán de Fragata Schoeling, un pequeño arsenal que podrá ejecutar en el sitio la mayor parte de los trabajos de mantenimientos y reparación (188).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(187) Teniente Coronel Basiliano Caballero Irala; "Acción de nuestros zapadores durante la guerra del Chaco", Edic. Comuneros, E. Rolón, As. 1981, passim.</div><div style="text-align: justify;">(188) Speratti: op, cit., p. 77-83</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>TRANSMISIONES</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Las transmisiones se limitarán hasta la guerra a una red telefónica y telegráfica que unía a partir de 1925 Concepción con Puerto Casado, Bahía Negra y Fortín Orihuela extendida más tarde a otros fortines principales bajo las órdenes del Teniente Coronel Juan B. Ayala y, a nivel de regimiento, a la sección de transmisiones dotada de dos puestos: emisor-receptor.</div><div style="text-align: justify;">Una vez más, todo deberá ser organizado. La presencia entre los movilizados de numerosos agentes de la administración de correos y telégrafos, pondrá al ejército en condiciones de crear una dirección de transmisiones en cada cuerpo y, en las divisiones, una sección especializada asegurando la unión entre las unidades de infantería y artillería. Ella permitirá además la instalación en el Estado Mayor del Comando del Ejército en Campaña de un organismo especialmente encargado de las claves y el descifrado de las mismas. El Paraguay será poderosamente ayudado por la Argentina en la organización de sus transmisiones. Desde el inicio de las hostilidades, el servicio criptográfico argentino procederá al descifrado sistemático de los mensajes codificados bolivianos que serán inmediatamente retransmitidos al Estado Mayor Paraguayo y, a menudo, completados con notas de orientación o directivas sobre la conducta a adoptar, establecidas por el Estado Mayor Argentino. Por otra parte, el ejército argentino pondrá inmediatamente a disposición del paraguayo especialistas para ayudar a la creación de su propio servicio de clave y descifrado (189).</div><div style="text-align: justify;">La enseñanza de estos especialistas será ciertamente provechosa pues, a su vez, el servicio paraguayo no tardará en descubrir el misterio de las claves de los bolivianos, que tomarán bastante tiempo antes de darse cuenta de ello.</div><div style="text-align: justify;">Para guardar mejor el secreto sobre las operaciones, Estigarribia decretará por decisión del 28 de mayo de 1933 que todas las comunicaciones oficiales o privadas, por cable o por teléfono, y que todos los mensajes directos o cifrados que emanaban del ejército o recibidos por él deberían ser hechos en adelante empleando la lengua guaraní.</div><div style="text-align: justify;">Esta disposición facilitará mucho la comprensión entre los soldados y sus jefes, pues todos los paraguayos conocen el guaraní aunque no conozcan el español. Por el contrario, ella volverá muy difícil la tarea a los servicios de escucha bolivianos, entre quienes el guaraní era prácticamente desconocido (190).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(189) Carlos Pastore: "Relación histórica y sociológica de episodios de la guerra del Chaco", Criterio Edic., Asunc. 1987, p. 8</div><div style="text-align: justify;">(190) Pastore: op. cit., p. 61 y 71</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>SERVICIO DE SANIDAD</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Hasta la guerra, el Servicio de Sanidad se limitará a un sólo Hospital militar, en Asunción, mitad en ruinas, con personal reducido, sin verdaderos medios ni materiales y disponiendo sólo de dos ambulancias rudimentarias (191).</div><div style="text-align: justify;">En el Chaco, los regimientos sólo contaban con una pequeña sección sanitaria, compuesta sobre todo de enfermeros igualmente desprovistos de los medios esenciales. Sin embargo, su organización estaba prevista por la misión militar francesa que la había calcado del ejército del cual provenía. Ella previa dotar al regimiento de cuatro médicos y de una ambulancia quirúrgica lo que, para la única división de tres regimientos creada antes de la guerra, representaba un mínimo de doce médicos y tres ambulancias. Si aplicamos las dotaciones reglamentarias a los tres cuerpos de ejército de tres divisiones cada uno que participarán en la guerra, se alcanza, además del personal sanitario a un total de 108 médicos de los que el ejército debía disponer a partir de su entrada en campaña. Lo que resultaba materialmente imposible pues, en esa época, el país sólo contaba en todo su territorio con 194 médicos nacionales de los cuales 24 de edad avanzada y un cierto número de ellos en un estado de salud que los hacía no aptos para servir, y 25 médicos de nacionalidad extranjera, a los que el acceso al frente estaba en principio vedado. Estos últimos terminarán sin embargo por ser admitidos, igual que los médicos nacionales que ejercían en el extranjero y que vendrán como voluntarios.</div><div style="text-align: justify;">Por las razones que acabamos de exponer, la reglamentación oficial será pues abandonada y reemplazada por una nueva organización en la que todo deberá ser creado. Esta organización será obra de dos eminentes médicos, los doctores Cándido Vasconcellos, futuro Jefe del Servicio de Sanidad del Chaco y Juan Francisco Recalde. La insuficiencia de médicos será cubierta reemplazándolos por enfermeros en los batallones, por estudiantes de últimos curso de medicina en los regimientos, previendo en principio un sólo médico por división (192).</div><div style="text-align: justify;">Los enfermeros y camilleros de carrera, cuyo número era muy limitado, recibirán el refuerzo de los reformados y de los enfermeros voluntarios pertenecientes a hospitales civiles, en el primer caso, jóvenes que aún no alcanzaban la edad de incorporarse y hombres que ya la habían pasado, en el segundo. Estas medidas permitirán, por ejemplo, dotar inmediatamente a la II DI, que se formará desde agosto de 1932 en Concepción con dos regimientos de infantería (1er. "Dos de Mayo" y 3ero. "Corrales") y un grupo de artillería (1er. "Gral. Bruguez) de un cuerpo sanitario de 2 cirujanos, 20 médicos diplomados o auxiliares, 11 farmacéuticos y biólogos, 8 dentistas, 3 veterinarios, 43 enfermeros, 134 camilleros y 2 ambulancias de campaña (193).</div><div style="text-align: justify;">Pero esta dotación durará poco tiempo pues, con la formación de nuevas grandes unidades, la mayoría de sus componentes serán progresivamente retirados para unirse a estas nuevas unidades. Tanto es así que el efectivo médico de las unidades de primera línea será siempre insuficiente para asegurar, sobre todo en zonas desérticas, los primeros auxilios a los heridos y enfermos para los cuales se tendrá además, en razón de la insuficiencia de camiones y ambulancias, el problema de su evacuación.</div><div style="text-align: justify;">Las largas esperas provocadas por las frecuente indisponibilidad de medios de transporte, pues las distancias alcanzaban centenas de kilómetros que estos últimos deberán recorrer para alcanzar la vía férrea de Puerto Casado serán en muchos casos la causa de agravamiento del estado de salud de los pacientes evacuados hacia el interior. Una estadística oficial del Hospital Militar de Asunción nos indica que 130.000 evacuaciones del frente serán realizadas de las que 104.000 o sea 75% se trataba de enfermos y 34.398 o sea 25% de heridos graves y que 17.107 soldados o el 12% de evacuados, morirán en los diferentes hospitales de la capital (194). Es posible pensar que al menos una parte de esos decesos pudiera ser imputada a las interminables horas de espera en el frío glacial o en el intenso calor del Chaco, como a las que se requerirán para atravesar el territorio.</div><div style="text-align: justify;">Los hospitales paraguayos del Chaco se dividirán en tres categorías: hospitales del frente, hospitales de evacuación y hospitales de etapa, todos instalados en tiendas en los primeros momentos.</div><div style="text-align: justify;">Los hospitales del frente, entre los cuales los primeros serán el de Villa Militar, Trébol dotado de 100 camas, Isla Poí y Benjamín Aceval serán establecidos en los alrededores de las zonas de combate con el objeto de administrar lo antes posible cuidados de primeros auxilios a los heridos y contarán cada uno, como mínimo, con un médico, dos cirujanos, dos estudiantes de medicina y un enfermero jefe. El elevado número de heridos en los primeros combates, sobre todo en el Fortín Boquerón donde será más de 110, llevará rápidamente al servicio de sanidad a crear nuevas unidades sanitarias con el objeto de descongestionar los hospitales del frente y permitir a los practicantes realizar un trabajo más calmo.</div><div style="text-align: justify;">Estas nuevas unidades serán los hospitales de evacuación, de los cuales el primero será el de Casanillo abierto en el momento de la batalla de Boquerón, que serán igualmente instalados cerca de las zonas de combate con un personal idéntico al de hospital del frente y a los que serán dirigidos los heridos menos graves y susceptibles de ser evacuados más rápidamente.</div><div style="text-align: justify;">Con el alargamiento de las líneas de comunicación, resultado de la progresión terrestre de las tropas, será necesario crear nuevos hospitales del frente y de evacuación, y prever cerca de cada servicio de etapa, una antena que constituirá el hospital de etapa.</div><div style="text-align: justify;">Desde los hospitales del frente y de evacuación, los heridos graves serán evacuados en camiones en la medida de las disponibilidades de estos últimos sobre el km 145 de la vía férrea por la cual llegarán a Puerto Casado y, las urgencias, a partir de 1933 por medio de un avión sanitario Breda adquirido con este objetivo.</div><div style="text-align: justify;">Llegados hasta las orillas del río Paraguay, los heridos y enfermos serán hospitalizados en el hospital regional de Puerto Casado o más a frecuentemente embarcados en el navío-hospital "Cuyabá" para ser dirigidos hacia uno de los tres hospitales regionales, Concepción, Salvador o Asunción, a los cuales se agregará durante la guerra un hospital de 100 camas construido en Filadelfia por la comunidad menonita. El centro de hospitalización y tratamiento más importante será el de Asunción que, además del hospital militar central, dispondrá del hospital civil "San Lorenzo" dotado de un banco de sangre, del hospital "María Auxiliadora" y de un cierto número de centros instalados en las iglesias o en las escuelas, todos bien equipados luego de la compra de materiales gracias a la generosidad pública.</div><div style="text-align: justify;">No poseemos datos en cifras de las principales causas de deceso sobrevenidas en el frente, pero la abundante literatura generada por la guerra nos permite estimar que las pérdidas en combate y por lo tanto debidas al fuego, serán probablemente menores que las de otras causas. Además de las esperas interminables bajo todo tipo de clima antes de poder atravesar el Chaco que ya hemos mencionado, lo cual acarreará complicaciones pulmonares mortales, debemos citar insolaciones provocadas por un calor oscilante entre 38 y 40 grados, disentería, gangrenas debidas a la falta de medicamentos para combatirlas.</div><div style="text-align: justify;">Pero la causa principal de los decesos sobre todo en los dieciocho meses de la guerra en la que el alargamiento considerable de las líneas de comunicación tendrá como corolario la insuficiencia de abastecimiento por falta de transportes, será el agotamiento psicológico de numerosos soldados por falta de alimentos y aún más de agua potable. El Chaco, al que el periodista británico Julian Duguid calificará con justicia de “Infierno verde”, probará que era el "campo de desolación" del cual hablaban los españoles de la conquista.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(191) Antonio E. González: op. cit., p. 18</div><div style="text-align: justify;">(192) Prof. Pedro de Felice: "La atención de los heridos en el Chaco y en la región oriental durante la guerra con Bolivia", Historia Militar del Paraguay, boletín N° 11984-85 de la Academia de la Historia Militar del Paraguay Estudio Gráfico, Asunción 1985, p. 89-91.</div><div style="text-align: justify;">(193) Sergio E. Recalde: "1932-1935, La sanidad militar en la guerra del Chaco", Talleres Graf. ORBIS, As. 1981, p. 104-107</div><div style="text-align: justify;">(194) De Felice: op. cit., p. 104</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>OTROS SERVICIOS</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El comandante del ejército paraguayo contará en sus filas con un Maestre General del Cuartel situado bajo la autoridad directa del comandante de las tropas y del cual dependía la administración general y los transportes. Este puesto ya había existido en el ejército francés en la época de la monarquía, siendo el Maestre General del Cuartel responsable de la tesorería de los cuerpos.</div><div style="text-align: justify;">No pensamos que el Estado Mayor Paraguayo se haya inspirado en este precedente sino más bien de la época en la que la organización del ejército era un calco de la germánica, donde el Maestre General del Cuartel estaba en tercer rango de jerarquía luego del emperador y el jefe del "Oberkommando".</div><div style="text-align: justify;">La justicia militar será ejercida en primera instancia por los tribunales de instrucción de los cuerpos del ejército y, en instancia apelativa, por el tribunal militar de apelación o el auditor general de guerra según el caso a ser juzgado.</div><div style="text-align: justify;">El comandante en jefe del Chaco tendrá además, bajo su dependencia directa, al Primer Regimiento del Tren encargado de los transportes, el Servicio de Códigos y Cifras, el Servicio Topográfico, la Capellanía General, el Servicio Veterinario y de Remonta y el Depósito de agrupamiento de ganado de Puerto Pinasco.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>EL PLAN</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Seguimos con dificultad la afirmación de ciertos autores según la cual el Paraguay entrara a la guerra del Chaco “a tientas”, es decir sin el menor plan; lo que nos parece impensable pues estaba expectante ante el estallido de la guerra con Bolivia desde la decisión de ésta en 1924 de internarse en el Chaco de establecerse allí de manera estable, aún pudiendo admitirse que su falta de recursos financieros le hacía llevarlo a cabo más moderadamente de lo que hubiera deseado. Por otra parte, estos autores omiten, conscientemente, las numerosas hipótesis de trabajo efectuadas antes de la guerra, las cuales vamos a tratar, por no hablar más que de un plan de guerra entre los cuales el mejor, lo sabemos por experiencia, no puede ser más que aquél que establecerá en el momento de las hostilidades el Estado Mayor luego de un profundo estudio del teatro de operaciones y de la situación respectiva de los beligerantes.</div><div style="text-align: justify;">El esfuerzo considerable del gobierno a partir de 1925 para aumentar el ejército, el de mejoramiento de los cuadros previo envío de los mejores elementos como becarios a los grandes ejércitos extranjeros, la política ininterrumpida de compra de materiales, son algunos de los elementos que nos incitan a pensar que, estos diferentes esfuerzos fueron acompañados a un nivel superior por el establecimiento de un mínimo de medidas previstas para mantener la presencia del Paraguay en el Chaco; lo que nos parece lógico y que de hecho se realizará como lo prueban los estudios realizados en esta materia por los Generales Escobar y Schenoni en un primer momento y el Teniente Coronel Juan B. Ayala más tarde.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>PLANES ESCOBAR Y SCHENONI</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La primera previsión que conocemos con respecto a las medidas de defensa del Chaco, ha sido establecida en agosto de 1924 por el General de División Patricio Escobar que será nombrado Comandante en Jefe en 1928 en el momento del problema del Fortín Vanguardia y por el Coronel Manuel Rojas, que ocupará la misma función cuando estalle la guerra del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Verdaderamente no se puede calificar este estudio de un plan en el sentido literal del término, pues ha sido ejecutado teniendo en cuenta la organización del ejército sin tratar la estrategia ni la táctica a ser adoptadas.</div><div style="text-align: justify;">Pero tiene el mérito de mencionar por primera vez las condiciones óptimas en las que el ejército debería afrontar una guerra con Bolivia. El mismo prevé, en efecto, que los 4000 hombres de las tres armas, formando cuatro brigadas que representaban el ejército de la época, debían llegar a ser el esqueleto de un cuerpo más importante que, por efecto de la movilización recibirían en un primer momento el refuerzo de 780 oficiales y 11.600 suboficiales y soldados, los que serían repartidos entre las cuatro regiones militares existentes. Escobar y Rojas proponían además, para acentuar el esfuerzo de la preparación de la guerra, la creación de un estado mayor general, escuelas de aspirantes de reserva, de suboficiales y de administración militar y el compromiso por contrato limitado de oficiales extranjeros especializados en diferentes técnicas.</div><div style="text-align: justify;">Al año siguiente, en 1925, el General Schenoni, ministro de guerra, realizará un estudio de la misma, naturaleza de los que hemos hablado anteriormente. Si bien este documento permanecerá, al igual que el primero, como "letra muerta" por razones de presupuesto, sin embargo preverá la actuación de cuatro grupos de combate, cada uno de cuatro regimientos desde las distintas direcciones operacionales que tenían por bases a Bahía Negra, Puerto Guaraní-Fuerte Olimpo, Puerto Casado y Villa Hayes y terminar la campaña en el fortín boliviano Ballivián con 50.100 hombres.</div><div style="text-align: justify;">La parte relativa a las necesidades de material del ejército para llegar a esto será, no obstante, aprobada en el Consejo de Ministros y traerá consigo el programa de compras que ya conocemos.</div><div style="text-align: justify;">A pesar del abandono de las medidas militares consideradas por Schenoni, durante su ministerio comenzará el más importante esfuerzo para poner en estado de defensa al Chaco. Este se basará en la construcción de las líneas de fortines Pitiantuta Coronel Bogado-Galpón al norte y General Caballero-Mcal. López-Nanawa-Falcón Boquerón-Corrales al sur; la apertura de 700 kilómetros de nuevas vías de comunicación, la extensión de redes telefónicas y telegráficas a los principales fortines y la edificación de cuarteles en Paraguarí, Asunción, Concepción y Bahía Negra.</div><div style="text-align: justify;">Todas las disposiciones que acabamos de resumir no tendían sin embargo a tomar la iniciativa en la guerra, sino a preservar lo ya adquirido. Pues el Estado Mayor del Paraguay basándose en la diferencia de población entre su país y Bolivia y sobre una convicción errónea de la superioridad en lo que respecta a organización del ejército boliviano luego de la estadía del general alemán Kundt en Bolivia quedará bastante tiempo convencido de la imposibilidad de afrontar favorablemente a este adversario, lo que será desmentido por los hechos, juzgando en consecuencia preferible no incurrir en la responsabilidad de la guerra tomando la iniciativa.</div><div style="text-align: justify;">Sin embargo, será después de la desastrosa movilización de 1928 que el estado mayor paraguayo comenzará a considerar la elección de una estrategia en el Chaco. Esta le será impuesta por el poder civil para el cual las preocupaciones diplomáticas deberán estar antes que las militares. Recordemos que una nota del estado mayor del 2 de enero de 1929 que será aprobada por el jefe de la misión militar francesa considerará, teniendo en cuenta las deficiencias en la preparación del ejército reveladas por la reciente movilización, establecer la defensa del "territorio nacional" que ella limitaba sólo a la zona oriental, a lo largo de una línea instalada entre 10 y 15 kilómetros al oeste del río Paraguay y yendo de Bahía Negra a Villa Hayes, de donde ella se bifurcaba en ángulo recto hacia el oeste para alcanzar el Río Pilcomayo a Puerto Galileo.</div><div style="text-align: justify;">Esto implicaba abandonar la defensa de las colonias mennonitas a pesar del importante papel que ellas tenían en el aprovisionamiento de los contingentes del Chaco. Por otra parte, la misma nota preveía no dejar más allá de la línea elegida sino pequeños destacamentos de cobertura encargados de observar los movimientos de los bolivianos y no teniendo que proceder sino para casos de rápidas incursiones en campo enemigo.</div><div style="text-align: justify;">Esta concepción de la defensa del territorio procedía igualmente del complejo de inferioridad con respecto al ejército boliviano que a pesar de todo no era compartido por todo el mundo. Se sabe que se enfrentará a una fuerte oposición de parte de ciertos altos jefes militares y por parte de una opinión más sensibilizada ante el problema del Chaco. Uno de sus violentos detractores será al decir de sus "Memorias", desde el principio, el Teniente Coronel Estigarribia que era jefe del estado mayor general en 1929.</div><div style="text-align: justify;">Estigarribia, buen conocedor del Chaco, estimaba que la decisión tomada no haría más que permitir al adversario boliviano alcanzar sin mayores dificultades la orilla oriental del río Paraguay, lo que significaba su objetivo deseado. Contrariamente a esto, él estimaba que convenía ante todo impedir la reunión de los diferentes coroneles lanzados hacia este objetivo, lo que no podía ser hecho más que a la mayor distancia posible del río y, de preferencia, en los alrededores de Nanawa, por lo tanto a 300 kilómetros al oeste de Concepción. Su opinión era entonces de tomar la ofensiva en forma preventiva y obrar ya por las líneas interiores, ya a partir de una posición central para interponerse entre dos o varias columnas adversarias y destruirlas poco a poco o simultáneamente. Estigarribia no se extenderá sin embargo sobre los medios ni la organización logística de los que se debía disponer para conseguir la meta que él indicaba.</div><div style="text-align: justify;">También el Teniente Coronel paraguayo Antonio E. González, autor de una obra sobre la preparación del Paraguay para la guerra (195) estima que las concepciones estratégicas de Estigarribia no irán más allá de una expresión verbal, pues el Teniente Coronel Juan B. Ayala que lo sucederá en la dirección del estado mayor no encontrará rastros de ellas en los informes que heredará al hacerse cargo de sus nuevas funciones.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">ACCIÓN DEL TENIENTE CORONEL JUAN B. AYALA</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Nombrado para el puesto de jefe del estado mayor el 31 de diciembre de 1930, Ayala recibirá del General Schenoni, ministro de guerra, la orden que debía mantenerse secreta “de explorar el Chaco en todos los campos para iniciar un periodo de actividades que no debería finalizar".</div><div style="text-align: justify;">Esto significaba claramente reunir todos los datos políticos extranjeros y nacionales, industriales y comerciales, económicos y financieros que pudieran permitir el establecimiento de un plan de campaña y prever igualmente los planes de adquisición de materiales y de organización logística que tal decisión acarrearía.</div><div style="text-align: justify;">El Teniente Coronel Juan B. Ayala antiguo becario de la Escuela Superior de Guerra de París donde seguirá las enseñanzas del General Giraud, se consagrará a esta tarea con un pequeño equipo competente y bien compenetrado. Se pondrá a trabajar sin preocuparse demasiado de la pequeña parte de la opinión pública que se oponía a la guerra, de las reticencias del gobierno que seguían esperando llegar a una solución pacífica y de las dudas del comandante del ejército, el General de Brigada Manuel Rojas, hombre de edad avanzada y por lo tanto poco predispuesto a la aventura que, por otra parte, no había puesto jamás los pies en el chaco.</div><div style="text-align: justify;">Su trabajo desembocará en el establecimiento de tres documentos enumerados del 1 al 3 que nosotros llamaremos planes aunque ellas no correspondan a verdaderos planes de guerra, pues contienen y proveen todos los elementos necesarios para el establecimiento, en el momento dado, del plan de guerra, del que hemos dicho que debe ser determinado sólo cuando se inicien las hostilidades.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">PLAN N° 1</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Basado en cierto número de principios y de deducciones de gran interés, este plan establecido en los primeros meses de 1931 estudia las posibles direcciones del ataque adversario y la actitud que debería tener el ejército paraguayo en cada uno de los casos previstos.</div><div style="text-align: justify;">Parte del principio de que la preparación de un plan de defensa debe, en primer lugar, tener en cuenta las intenciones del adversario, aún siendo difícil, en una guerra, prever de antemano todas las posibilidades de acción y que los problemas deberán ser resueltos a medida que ellos se presenten en función de las circunstancias y las posibilidades de cada adversario.</div><div style="text-align: justify;">Este plan estima que Bolivia optará por la ofensiva, debido a sus pretensiones sobre el Chaco, a su aspiración a un puerto libre sobre el río Paraguay y al refuerzo de material de su ejército.</div><div style="text-align: justify;">Admitiendo la ofensiva, el problema es entonces imaginar cuales serán las probables zonas de invasión.</div><div style="text-align: justify;">La imposibilidad de llevar efectivos y materiales en número importante fuera de los caminos actualmente conocidos hace que estas zonas se delimiten geográficamente de manera muy clara y son, de sur a norte, las de Asunción, Concepción, Puerto Casado y Bahía Negra. Asunción, objetivo preferido del presidente boliviano Salamanca, exigirá para su ejército medios de transportes enormes y los conduciría al embudo de esteros que forman al sudeste los ríos Paraguay y Pilcomayo. El ejército boliviano estará entonces obligado a actuar frontalmente con frágiles fuerzas móviles y reservar su masa principal para un ataque contra los flancos o la retaguardia paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">Este ataque le obligaría a prolongar previamente hacia el sudeste la vía férrea de Puerto Pinasco para poder realizar una maniobra envolvente y construir nuevos caminos para efectuar la misma sobre los flancos, exigencias que hacían poco probable un ataque hacia Asunción. Hacia Concepción, éste era realizable en tiempo normal, pero imposible en época de lluvias.</div><div style="text-align: justify;">Si a pesar de todo éste era realizado, el ejército paraguayo debería afrontar primeramente una fuerza móvil de apertura y concentrar su masa a lo largo de la vía férrea de Puerto Pinasco, lanzando en un segundo momento, con los refuerzos llegados desde Asunción, una acción conjunta de doble envolvimiento, o al menos, caer sobre la retaguardia del adversario y amenazar sus líneas de comunicación. Esto sólo sería posible prolongando la vía férrea de Puerto Pinasco en dirección a Nanawa y construyendo caminos de unión entre esta vía férrea y la actual ruta que unía Concepción con Nanawa.</div><div style="text-align: justify;">Todas las contrariedades indicadas llevan a considerar las hipótesis Asunción y Concepción menos probables que las de Puerto Casado y Bahía Negra. Cabeza de línea de una vía férrea estratégica y punto de salida de una importante región agrícola y ganadera, Puerto Casado era a todas luces el objetivo que el comando boliviano debería elegir primeramente. Los autores del plan fundamentan esta opinión sobre la perturbación que un avance boliviano en esta zona acarrearía a la movilización de las reservas paraguayas para la cual Puerto Casado era la principal vía de acceso al Chaco; sobre la actividad de exploración de los bolivianos en el sector y sobre su proyecto de crear desde su fortín Suárez Arana, un camino hacia los esteros de Fuerte Olimpo. El Paraguay debía entonces imperativamente defender sus posiciones actuales y llevar a cabo en el Chaco un verdadero combate efectuando movimientos sobre los cuales resultaba difícil anticipar, pero que debían inexorablemente estar unidos en su concepción y en su ejecución a las dos vías férreas existentes.</div><div style="text-align: justify;">En consecuencia, para obtener éxito era necesario prolongar la de Puerto Casado hasta Fortín Toledo y la de Puerto Pinasco hacia Campo Esperanza o entonces, según el caso, la septentrional de Puerto Sastre hacia los esteros de Fuerte Olimpo y Fortín Toledo.</div><div style="text-align: justify;">Un avance sobre Bahía Negra parecía casi seguro, pues los bolivianos tenían pretensiones sobre esta desembocadura fluvial cerca de la cual habían instalado Puerto Pacheco, del cual el Paraguay se había apoderado en 1888, y disponían en la zona de su V DI manteniendo sus fortines septentrionales. Era necesario entonces que Bahía Negra fuera igualmente puesta en posición de defenderse y prever en consecuencia el refuerzo de su guarnición y la situación simultánea más al sur en Fuerte Olimpo, de al menos un batallón de infantería para servir de reserva exterior.</div><div style="text-align: justify;">En conclusión, el plan declara que las hipótesis más reales eran que el adversario tendería su esfuerzo a la vez hacia Bahía Negra y hacia Puerto Casado y emplearía su caballería para proteger su avance mediante acciones de hostigamiento más al sur en dirección a Concepción y Puerto Rosario. Este avance sería afrontado en las condiciones previstas, defensivamente en Bahía Negra que sólo era un teatro de operaciones secundario y ofensivamente con la masa operacional reunida de antemano en Puerto Casado y que debería actuar en colaboración con los defensores de los fortines, sobre los ejes de Puerto Casado-Fortín Boquerón o Concepción-Nanawa. Se recomendaba a esta masa no iniciar, en principio, batallas frontales y maniobrar contra los flancos y la retaguardia del adversario.</div><div style="text-align: justify;">Se puede constatar que este Plan n° 1 prevé con exactitud los acontecimientos futuros, con excepción del avance hacia Bahía Negra, cuya realización era prácticamente imposible debido a las condiciones geográficas y climáticas que parecen ser ignoradas por los autores y sobre las cuales volveremos.</div><div style="text-align: justify;">Basado sobre los principios fundamentales de la estrategia que son: reagrupar las fuerzas para constituir una masa operacional y orientar esta masa en la dirección más ventajosa, tendrá una consecuencia inmediata con la decisión del estado mayor de crear en el Chaco esta masa operacional en la primera DI en Puerto Casado y de repartirla en función de las acciones a prever.</div><div style="text-align: justify;">Los tres regimientos de infantería que formaban el 1er. DI "Dos de Mayo", el 3ro. "Corrales" y el 4to. "Curupayty", serán instalados cerca de las vías férreas de Puerto Casado y Puerto Pinasco, para poder actuar sobre Nanawa así como en defensa de su base y el 1er. RC "Valois Rivarola" del otro lado del río, en San Salvador, Puerto Max y Coronel Risso entre Puerto Casado y Concepción con el ferrocarril de Puerto Pinasco como eje de las operaciones.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>PLAN Nº 2</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Este plan de mediados de 1931 constituye la respuesta por escrito del Teniente Coronel Juan B. Ayala a una solicitud del Ministro de Guerra, Raúl Casal Ribeiro, sobre las medidas de defensa tomadas en el Chaco en caso de ataque por sorpresa por parte del ejército boliviano</div><div style="text-align: justify;">El plan retoma de manera más concreta y profunda las disposiciones previstas por el plan N° 1 e insiste en la necesidad de prever una actitud defensiva en el norte del territorio y agrupar la fuerza operacional en el centro.</div><div style="text-align: justify;">A los ojos del Estado Mayor, el espíritu ofensivo de sus tropas no es suficiente para compensar la superioridad de su adversario en materiales, lo que les obliga casi invariablemente a optar por la estrategia en el plano defensivo y por la táctica en el plano ofensivo.</div><div style="text-align: justify;">Reteniendo el sector de Puerto Casado como el más importante, este sector debía disponer para su defensa de tropas de cobertura, de medios de maniobra y de una fuerza principal con la cual se iniciará la batalla que decidirá la suerte del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Las tropas de cobertura están constituidas por un regimiento de caballería de dos escuadrones, en vías de formación. Con base en Isla Poí, deberá cubrir los fortines Boquerón, Corrales, y Toledo y prepararse para una serie de resistencias sucesivas antes de reunirse en el campo de batalla que será elegido por el Alto Comando. Los elementos movibles de maniobra son suministrados por el 1er. RC "Valois Rivarola" que será instalado en el km. 160 de la vía férrea de Puerto Casado o en cualquier otro lugar que no presentará problemas para su abastecimiento, a partir del cual estaría en posición de alcanzar su zona de actividades futuras sin pérdida de tiempo.</div><div style="text-align: justify;">Desde el inicio de las hostilidades, debería asegurar la cobertura de las colonias mennonitas y del flanco derecho de la 1ra. DI, y tendría por misión crear una amenaza permanente contra las líneas de retaguardia del adversario y no atacar a fondo hasta el día de la batalla decisiva.</div><div style="text-align: justify;">La fuerza principal es la infantería de la 1ra. DI, que se concentrará en un punto desde donde ella podrá ejercer en las mejores condiciones, la defensiva estratégica como la ofensiva táctica. Para la defensa, destinará a uno de sus regimientos que se resguardará detrás de sólidas fortificaciones y, con los otros dos, atacará uno de los flancos del adversario y, de ser posible, su línea de comunicación.</div><div style="text-align: justify;">Para llegar allí, se necesitará utilizar como efectivo de guerra al primer RI "Dos de Mayo", proporcionar a los tres regimientos un apoyo de artillería y organizar la protección de las líneas de comunicación.</div><div style="text-align: justify;">Estas medidas permitirían contrarrestar a los efectivos bolivianos reunidos entre su fortín Arce y el río Pilcomayo, cuya importancia es conocida por el autor en el momento de redactar el documento.</div><div style="text-align: justify;">Un aumento de las tropas bolivianas a 12 o 15.000 hombres por ejemplo, obligaría a la fuerza principal paraguaya a tener que maniobrar con el objeto de atraer al adversario hacia el punto elegido para el lanzamiento de un ataque que se realizaría en colaboración con la II DI en vías de formación.</div><div style="text-align: justify;">Ayala juzga que debido a la independencia que le proporciona su alejamiento geográfico, el sector norte se debe limitar a la defensiva activa. Conviene, desde entonces prever con suficiente tiempo sus dotaciones en hombres y en medios y, en consecuencia, llevar sus efectivos de tiempos de paz a tres batallones de infantería y reforzarlos con la artillería moderna. Este sector será apoyado en la defensa de sus costas fluviales por la marina de guerra, que deberá igualmente realizar cierto número de demostraciones tendientes a atraer el mayor número de las fuerzas adversas hacia el norte.</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, para distraer a estas últimas de las operaciones realizadas en otros sectores e intensificar el desastre que ellas encontrarán a la hora señalada, Ayala planea constituir unidades autónomas que, en colaboración con la marina actuarían en el interior de las líneas enemigas en los sectores de Puerto Casado, del curso superior del río Confuso y de Bahía Negra y cuyos objetivos finales serían los fortines bolivianos de Vitriones y Vanguardia y Puerto Suárez.</div><div style="text-align: justify;">Examinando la situación actual del enemigo, Ayala llega a la conclusión de que si su ejército cuenta con seis divisiones de infantería en tiempos de paz, en el Chaco sólo existe una división, la V DI que opera en la zona del Pilcomayo y pequeños destacamentos esparcidos, lo que para él es insuficiente para poder pensar en una ofensiva.</div><div style="text-align: justify;">Por otra parte, la movilización a través de Bolivia necesitaría al menos dos meses antes de que ella pudiese concentrar y organizar en el Chaco una masa suficiente para atacar. Si el ejército boliviano tiene sobre el paraguayo la ventaja de un material más importante, sus puntos débiles residen en la falta de cohesión entre sus elementos constitutivos y en la gran extensión de sus líneas de comunicación, pues una guerra en el Chaco será una guerra de comunicaciones.</div><div style="text-align: justify;">Para concluir, Ayala estima que el plan de guerra más apropiado será el que establecerá el comandante en jefe al inicio de las hostilidades, luego de haber estudiado cuidadosamente el teatro de operaciones y la situación respectiva de los beligerantes.</div><div style="text-align: justify;">Debido al hecho de que se deberá combatir en un desierto inhóspito y que la capacidad de transporte del ejército paraguayo es aleatoria al momento de su respuesta, no puede presentar sino hipótesis, las más posibles entre las que pueden ser presentadas. Pero él mantiene su opinión según la cual el Paraguay debe adoptar la defensiva estratégica y la ofensiva táctica y, desde el inicio de las hostilidades, movilizar todas sus fuerzas y estudiar con el mayor cuidado la zona hacia la cual dirigirá su masa de maniobra principal.</div><div style="text-align: justify;">Las indicaciones del Plan n° 2 de Ayala que, más que otra cosa, eran previsiones para el futuro, serán retomadas por el alto comando en su instrucción número 2 del 29 de julio de 1932, establecida entonces luego del inicio de las hostilidades, por la cual declara que "la intención del alto comando es buscar la batalla con la totalidad de nuestras fuerzas (1ra. y 2da. DI, y 1er. 3er. RC) en la dirección en la que se encuentra el grueso del ejército enemigo. De acuerdo con esta idea directriz, es de gran importancia que la primera DI evite envolverse en una acción aislada, contra fuerzas que, sabemos, son superiores".</div><div style="text-align: justify;">Esta decisión será confirmada, dos días más tarde a Estigarribia que realizaría el ataque al Fortín Boquerón caído entretanto en manos bolivianas, mientras que la 2da. DI aún no había sido reagrupada.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>PLAN N° 3</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se trata de un documento escrito de 14 páginas elaborado en los primeros meses de 1932. El mismo aporta datos más completos con respecto a los planes n° l y n° 2 sobre el probable teatro de operaciones, la organización y las intenciones del enemigo, pero ninguna modificación en lo que concierne a la estrategia o a la táctica a adoptar y continúa predicando la adopción, en materia de organización del ejército, de una fuerza móvil en el ala izquierda de su dispositivo de defensa, del agrupamiento de su masa principal en el centro y de una actitud defensiva en el ala derecha.</div><div style="text-align: justify;">Un conflicto armado con Bolivia resultaría esencialmente de un objetivo político, que es la supremacía sobre el Chaco Boreal. Las operaciones acarreadas_por este objetivo se desarrollarán en la zona cercana a la línea de los fortines de los dos ejércitos con el objeto de alcanzar las orillas del río Paraguay para Bolivia y los contrafuertes orientales de los Andes, para el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">Las bases de retaguardia de este último estarán sobre el río Paraguay las bolivianas mucho más alejadas, distantes en línea recta alrededor de 800 kilómetros.</div><div style="text-align: justify;">La vida comienza a ser difícil de soportar a partir del río Paraguay, aún cuando las fuerzas paraguayas cuentan actualmente con todos los ríos y arroyos que confluyen con él desde el oeste, pues sus aguas son saladas. El combate se llevará a cabo en una inmensa llanura salitrosa en su mayor parte y recubierta de palmeras y montículos que se extiende hasta el río Parapití al norte, a la montaña de Charagua, en el centro y al sur, hasta el Pilcomayo que desciende del macizó andino en el noroeste y se une al río Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">Las condiciones de vida son mejores en la región del río Pilcomayo que limita a la Argentina pero la viabilidad es igual a la de las otras dos zonas debido a frecuentes desbordes del río Pilcomayo provocados por el deshielo de los Andes. En el plano práctico, las condiciones generales del Chaco traerán consigo un tipo de combate particular, pues la eficacia de las armas livianas sólo es efectiva a media distancia y raramente alcanza los 1000 metros. La guerra será entonces de movimientos, de combates móviles y de ataques por sorpresa no sólo para aniquilar al adversario, sino además para apoderarse de sus depósitos de víveres y de agua potable y de sus comunicaciones.</div><div style="text-align: justify;">Bolivia no se encontrará ciertamente en ventaja en el Chaco y no encontrara allí el medio favorable para sus tropas, pues descender desde las cimas hasta los esteros y desiertos sin tener efectivos en número suficiente para emprender una guerra es una empresa casi imposible. Por el contrario y por múltiples razones, su Altiplano puede ser considerado como invencible.</div><div style="text-align: justify;">Según las informaciones obtenidas, el teatro de operaciones sería dividido en tres sectores. Al norte, un sector secundario formado por la línea Fuerte Olimpo-Bahía Negra; en el centro, el sector principal entre la vía férrea de Puerto Casado y el camino que va de Concepción a Nanawa por el Fortín Orihuela; al sur, entre los ríos Confuso y Pilcomayo, otro sector de importancia secundaria.</div><div style="text-align: justify;">Al inicio de las hostilidades, los bolivianos deberían atacar primero al norte para tentar la captura de los fortines Patria y Galpón, antes de salir entre Fortín Patria y Bahía Negra y asaltar el último.</div><div style="text-align: justify;">El sector del centro, que es a la vez el más importante y el más extendido, ofrece la desventaja de contar con malos caminos que las grandes lluvias transforman en lodo y esteros y de ser un desierto sin agua en el período de sequía.</div><div style="text-align: justify;">Es probable que, desde el inicio, los bolivianos busquen apoderarse de Nanawa con el objeto de asegurar la cobertura y la protección de sus líneas de comunicaciones y puede que traten igualmente de tomar el Fortín Boquerón con miras a echar mano sobre la principal vía férrea del Chaco. Luego mantendrían Nanawa y Boquerón con los destacamentos de cobertura con el objeto de proteger la movilización y la concentración de sus fuerzas, lo que valía también para el ejército paraguayo. Pero de una manera general, si los dos beligerantes procederán correctamente y de manera idéntica sobre el plan operacional, los bolivianos siempre estarán en desventaja debido a la precariedad de sus uniones con su base de Fortín Muñoz y con el resto del país.</div><div style="text-align: justify;">La lucha en los montículos y esteros del sector central será terrible y sin resultados susceptibles de decidir la suerte de la guerra además del caso de agotamiento de uno u otro campo.</div><div style="text-align: justify;">En el sector meridional, es muy posible ver al adversario lanzar un destacamento de caballería muy al norte del río Pilcomayo con el objeto de explorar la región. Luego de haber estimado lo que debería ser el plan de los bolivianos, Ayala se inclinará sobre lo que serían las operaciones paraguayas. Recuerda que el plan general de guerra definido por el Jefe del Ejército en Campaña, luego del estudio de las diferentes hipótesis sobre los proyectos del adversario, no debe ser considerado como definitivo. En lo que concierne a la concentración de tropas, la composición de grandes unidades y la localización de reservas generales, este plan debe poder adaptarse en todo momento a las variaciones que podría traer aparejado el desarrollo de las primeras operaciones y las particularidades de su teatro de ejecución.</div><div style="text-align: justify;">En el Chaco, al principio, la línea de separación entre los dos campos deberá ser aquella sobre la cual se realizará la concentración de tropas y se instalarán las posiciones de defensa de los elementos de cobertura. Luego será necesario, durante las primeras maniobras de campaña, acumular fuerzas en puntos bien determinados para poder caer sobre el adversario con la superioridad de medios. Esto implica poder desplazar rápidamente las grandes masas y cambiarlas de dirección de ataque sin ser impedido por los obstáculos naturales. Puede que el terreno del Chaco sea favorable al ejército paraguayo o que no lo sea. En el primer caso, será necesario tomar la ofensiva en la dirección elegida con el máximo de las fuerzas que puede consentir la configuración del terreno y los medios de transportes de los que se dispone. En caso contrario, habrá que estabilizar el frente principal y buscar la superioridad numérica, disminuyendo severamente los efectivos de los sectores secundarios luego, cuando esta superioridad sea obtenida, llegar a la victoria atacando con vigor luego de una activa preparación. Si al inicio los bolivianos tenían superioridad numérica a lo largo de la línea de separación y si la falta de caminos y de medios de transporte hacía difícil la concentración del ejército paraguayo, era preferible que este último adoptase primeramente una actitud de defensiva activa hasta que el despliegue estratégico de sus fuerzas estuviera terminado y luego pasar a la ofensiva.</div><div style="text-align: justify;">Ayala termina indicando que para realizar sin obstáculos la movilización, la concentración y el despliegue estratégico de las fuerzas paraguayas, así como la formación de los servicios de retaguardia y constitución de nuevas unidades de reserva estratégica, es prioridad de primer orden aumentar los efectivos de tropa de cobertura instaladas en los cuatro puntos estratégicos de Bahía Negra, Fuerte Olimpo, Fortín Boquerón y Nanawa. En su opinión, estos efectivos deberían alcanzar a 2500 infantes y 4 cañones en Bahía Negra con un elemento de reserva en fuerte Olimpo, 2500 infantes y 4 cañones en el Fortin Boquerón y en Nanawa y 500 a 600 hombres a caballo en los fortines meridionales General Aquino y General Caballero lo que implica aumentar a 10.000 hombres el actual efectivo de paz que se eleva a 4711 hombres (196).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(196) General de Brigada Juan B. Ayala: "Planes de Operaciones en la guerra del Chaco", sin indic. del editor, Asunción 1969, p. 44-62</div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-35082896675736229992010-12-31T07:17:00.000-08:002010-12-31T07:17:38.894-08:00RAFAEL ELADIO VELÁZQUEZ - LA LEGISLACIÓN DE INDIAS - SISTEMA LEGISLATIVO DE AMÉRICA COLONIAL - REAL PROVISIÓN DEL 12 DE SETIEMBRE DE 1537 / Fuente: BREVE HISTORIA DE LA CULTURA EN EL PARAGUAY<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLXdoIZReFQUX8RCujarftyKaXWTYAurz_NYZDGvyi-dpbS233MaWz5v39EbJotKMwPuUiq6_emf6kTVR2EU2y2Jku6a-9641TjtjAkfqFXmUu5pRmhIrl5CVFiyTMFinDUz8La36xItg/s1600/rafael+eladio+velazquez+la+legislacion+de+indias.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" n4="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLXdoIZReFQUX8RCujarftyKaXWTYAurz_NYZDGvyi-dpbS233MaWz5v39EbJotKMwPuUiq6_emf6kTVR2EU2y2Jku6a-9641TjtjAkfqFXmUu5pRmhIrl5CVFiyTMFinDUz8La36xItg/s400/rafael+eladio+velazquez+la+legislacion+de+indias.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>LA LEGISLACIÓN DE INDIAS</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>Obra de RAFAEL ELADIO VELÁZQUEZ</strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>SISTEMA LEGISLATIVO DE AMÉRICA COLONIAL. ORGANIZACIÓN DEL IMPERIO ESPAÑOL: ORGANISMOS RADICADOS EN ESPAÑA; AUTORIDADES TERRITORIALES; LAS INTENDENCIAS; EL CABILDO; LA JUSTICIA; RESPONSABILIDAD DE LOS FUNCIONARIOS.</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">SISTEMA LEGISLATIVO DE AMÉRICA COLONIAL</span><span style="color: cyan;"></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La incorporación de América a las posesiones españolas determinó la implantación en la misma de las leyes fundamentales de la metrópoli: rigió pues, en este continente el derecho público y privado español.</div><div style="text-align: justify;">La diferencia de las condiciones de vida en el Nuevo Mundo y los problemas peculiares de una empresa conquistadora y de afirmación de un nuevo poder determinaron que se dictara gran número de normas especiales, exclusivas de América, las cuales por su calidad y contenido dieron nacimiento a una rama aparte del derecho positivo español, el Derecho Indiano.</div><div style="text-align: justify;">Halla este su origen en las Capitulaciones de Santa Fe, pactadas en abril de 1492 entre los representantes de los Reyes Católicos y Cristóbal Colón. Determínanse en ellas los fines de la expedición proyectada, las recíprocas obligaciones y los respectivos derechos de la corona y del descubridor, se convienen los procedimientos a emplearse y se echan las bases de un sistema de gobierno y administración.</div><div style="text-align: justify;">En general, las numerosas capitulaciones suscritas en el siglo XVI por la monarquía, a favor de los diversos descubridores y conquistadores, constituyeron las primeras formas del ordena miento jurídico de la sociedad que comenzaba a asentarse en América. Además de dichas capitulaciones, que eran instrumentos de carácter excepcional, el Rey tenía otros medios, ordinarios, de reglamentar los diversos órdenes de la vida colonial.</div><div style="text-align: justify;">La Real Provisión y la Real Cédula eran las formas más usuales de expresar su voluntad. En esencia, éstas eran cartas o comunicaciones que el soberano dirigía a uno o a varios de sus vasallos. Por la naturaleza misma de la monarquía absoluta, firme desde el siglo XVI en Europa, todas las expresiones de la voluntad del monarca tenía fuerza obligatoria en sus dominios. La Real Provisión era más solemne que la Cédula y se reservaba para casos especiales: nombramientos de funcionarios, confirmaciones de mercedes y disposiciones muy importantes. Cuando las cédulas o provisiones constituían reglamentos generales, recibían el nombre de Ordenanzas.</div><div style="text-align: justify;">Como se las consideraba cartas del Rey a sus súbditos, las cédulas y provisiones eran remitidas originales a sus destinatarios. Si éstos eran varios, se libraban tantas como fuesen necesarias. Mas, antes de su remisión a América, tales disposiciones eran copiadas y registradas en unos libros llamados Cedularios y no tenían vigencia si no iban rubricadas por los consejeros de Indias. En caso de contradicción entre el documento original y la versión asentada en el correspondiente cedulario, primaba esta última. El sistema se prestaba a confusiones y, especialmente por el gran número de resoluciones que se dictaban anualmente, Pronto hubo dificultades prácticas para determinar claramente qué normas regían en cada caso y cuáles ya se hallaban derogadas. A mediados del siglo XVI, pasaban de doscientos los libros cedularios conservados en los archivos españoles.</div><div style="text-align: justify;">Desde 1560 y con la mira de facilitar la recta administración de la justicia, funcionarios del Consejo de Indias -e ilustrados juristas trabajaron en el ordenamiento de este cúmulo de leyes, seleccionando las que mantenían su vigencia y agrupándolas por materia. El Presidente D. Juan de Ovando y Godoy y el letrado Antonio de León Pinelo se distinguieron en esta tarea. Una serie de circunstancias infortunadas, propias de la aguda crisis por la que en el siglo XVII atravesó la monarquía española, impidió que por más de cien años la empresa fuera llevada a feliz término.</div><div style="text-align: justify;">Finalmente, por provisión del 18 de mayo de 1680, el Rey Carlos II puso en vigor la Recopilación de las Leyes de los Reinos de las Indias, que desde entonces sirvió de canica fuente del derecho público vigente en América. Dividida en nueve libros, la referida colección contiene 6.346 leyes, agrupadas en 218 títulos. Los referidos nueve libros se ocupan de organización religiosa, regulación y organización política, descubrimientos y régimen municipal y de las fundaciones, minería, organización y procedimientos judiciales, condición jurídica y social del indio, hacienda indiana y régimen impositivo, buenas costumbres y derecho penal, navegación, comercio y migraciones.</div><div style="text-align: justify;">La recopilación fue publicada en 1681, en cuatro volúmenes de gran formato. Para asegurar su difusión, se ordenó que todo funcionario que pasara a América con un empleo llevara consigo un ejemplar, además de los que se remitieron a todos los gobiernos y tribunales.</div><div style="text-align: justify;">La administración española se caracterizaba por un acentuado centralismo. Como consecuencia de ello, la legislación indiana era minuciosa y prolija, y había cédulas y provisiones referentes a problemas de muy relativa importancia, cuya solución bien hubiera podido quedar a cargo de las autoridades locales.</div><div style="text-align: justify;">Dos leyes relativas al Paraguay revisten particular interés, por su influencia en el proceso formativo de nuestra nacionalidad.</div><div style="text-align: justify;">La Real Provisión del 12 de setiembre de 1537 facultaba a los conquistadores del Paraguay y Río de la Plata a designar gobernador interino en caso de que D. Pedro de Mendoza no hubiese designado sustituto legal o éste hubiese fallecido sin hacerlo a su vez. Esta norma, que no figura en la Recopilación de 1680 por haber quedado derogada mucho antes, fue aplicada de modo revolucionario en diversas ocasiones durante el proceso comunero de los siglos XVII y XVIII.</div><div style="text-align: justify;">La otra la constituyen las Ordenanzas del visitador D. Francisco de Alfaro, sobre el buen tratamiento de los indios, dictadas en 1611, confirmadas por el Rey en 1618 e incorporadas a la Recopilación de Indias, en su Libro VI (1)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>ORGANIZACION DEL IMPERIO ESPAÑOL</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Desde los días del descubrimiento, la corona española fue estableciendo autoridades políticas, administrativas, judiciales y militares, en sus posesiones americanas o para régimen de éstas. Algunas, de atribuciones extensivas a toda América, tenían asiento en España, en tanto que otras, de varia competencia y jurisdicción, hallaban sus respectivas sedes en los dominios ultramarinos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">ORGANISMOS RADICADOS EN ESPAÑA. </span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Dos instituciones muy importantes radicaron en la península. Eran ellas el Real y Supremo Consejo de las Indias y la Casa de la Contratación de las Indias. En el siglo XVIII, se les sumó la Secretaría de Despacho Universal de Marina e Indias.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Consejo de Indias, que funcionaba en la Corte -desde el reinado de Felipe II, en Madrid-, fue establecido el 1º de agosto de 1524, siendo Fray García de Loaysa, Obispo de Osma y más tarde Cardenal, su primer Presidente. Desde unos años antes, se había formado en el seno del Consejo de Castilla una junta o comisión especial para atender los asuntos americanos. Integraban el Consejo de Indias un Presidente y cuatro Consejeros. El número de éstos aumentó después a ocho. Otros funcionarios de jerarquía eran el Gran Canciller de Indias, el Fiscal (en el siglo XVIII, hubo dos), los Secretarios (del Perú, el uno, y de la Nueva España, el otro), y el Escribano de Cámara de Justicia. Ejercían un cometido científico el Cronista Mayor de Indias, el Cosmógrafo Mayor y un Catedrático de Matemáticas. Tenía además el Consejo un agente en Roma, para gestionar los asuntos eclesiásticos americanos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Eran funciones del Consejo de Indias aconsejar al Rey en los asuntos de gobierno y administración, así como también en materia de patronato (relaciones con la Iglesia), proponer candidatos para los altos cargos y actuar de tribunal supremo en los recursos de súplica respecto de las fallos de las Audiencias de América. Todo el manejo administrativo y judicial del imperio español corría a su cargo. Preparaba los proyectos de resoluciones y los elevaba en consulta al Rey, el cual con su aprobación los convertía en Cédulas y Provisiones.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">(1) En 1962, facilitamos una copia de la primera versión de esta parte inicial del capítulo al Lic. Luis G. Benítez, autorizándolo a reproducirla en el manual que posteriormente publicó.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Consejo contó con organismos auxiliares: La Cámara de Indias, que no siempre funcionó y que debía expedirse en los asuntos de gracia y merced, la Junta de Hacienda, de corta duración, y la Junta de Guerra de Indias, para tratar los problemas de organización militar y de defensa de las posesiones españolas, asediadas por numerosos enemigos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En 1700, con Felipe V, accede al trono español la dinastía francesa de Borbón, e implanta el sistema administrativo de su país de origen. De esta manera, se establecen cinco Secretarías de Despacho Universal, unipersonales, que son antecedentes inmediatos de los ministerios. Una de ellas, la de Marina e Indias, descarga al mencionado Consejo de gran parte de sus atribuciones, aunque sin determinar su desaparición. Tal estructura, con algunas variaciones en el orden interno de las Secretarías, se mantiene hasta la Independencia.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La Casa de la Contratación, fundada el 20 de enero de 1503, tenía a su cargo la regulación y el control de la navegación, el comercio y las migraciones entre España y sus dominios ultramarinos. Como en estas materias regía un monopolio, la importancia de dicha institución fue muy grande. Organizaba las flotas que anualmente se dirigían a Nueva España y a Tierra Firme, y practicaba reiteradas "visitas" o inspecciones en los buques, para evitar el contrabando. De ella dependían los permisos para viajar a América o desde ésta, y era depositaria de los caudales y demás riquezas que se remitían a la metrópoli.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Con sede en Sevilla, y desde 1717 en Cádiz, la Casa de la Contratación era dirigida por tres Oficiales el Tesorero, el Contador y el Factor y la presidía un Consejo de Indias. Esta composición sufrió diversas alteraciones, al conferírsele cometido judicial y por otros hechos que se fueron produciendo con el tiempo. Además de los mencionados funcionarios, cabe recordar al Fiscal, a los Visitadores de Navío, al Piloto Mayor, al Cosmógrafo, al Correo Mayor y a los Escribanos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La implantación del comercio libre determinó la decadencia de la Casa de Contratación, y fue ésta suprimida en 1790.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>AUTORIDADES TERRITORIALES.</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En América, en la medida en que crecía y se asentaba el poder español, se fueron estableciendo diversos órganos de autoridades política y militar, con jurisdicción territorial.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los Adelantados, funcionarios característicos del período inicial, recibían su investidura de capitulaciones de descubrimiento, de conquista o de población, estipuladas con la corona. El empleo, cuyas atribuciones variaban en cada caso, era vitalicio y, a veces, hereditario por dos o más generaciones. Habitualmente, llevaba anejo el mando político, judicial y militar. Adelantados que ejercieron el cargo en el Paraguay y Río de la Plata fueron Pedro de Mendoza, Alvar Núñez Cabeza de Vaca, Juan Ortiz de Zárate y Juan Torres de Vera y Aragón, por real merced, los tres primeros, y por derecho de sucesión, el último.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Órganos permanentes de gobierno territorial, estabilizada ya la empresa conquistadora, eran el Virreinato, la Presidencia-Gobernación y la Gobernación.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los Virreyes eran los funcionarios de más alta categoría en las posesiones españolas. Se consideraba al Virrey como "otra persona del Rey", vale decir, como su representante personal y directo. En tal carácter, gozaba de honores casi regios, ejercía superintendencia sobre los gobiernos de menor jerarquía y podía cubrir personalmente las vacancias que en ellos se producían. Se desempeñaba, además, en calidad de Gobernador del territorio, Presidente de la Audiencia radicada en la ciudad cabecera de su distrito y Capitán General de las fuerzas militares y navales.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En los siglos XVI y XVII, hubo Virreyes en el Perú, con sede en Lima, y en la Nueva España, con capital en México. Durante la última centuria de vida colonial, se crearon dos nuevos Virreinatos, en la Nueva Granada, con cabecera en Bogotá, y en el Río de la Plata, cuyo asiento era Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se llamaba Presidente-Gobernador a la suprema autoridad de las provincias mayores, generalmente fronterizas o expuestas a ataques de enemigos. Investía las dignidades de Presidente de la Audiencia Pretorial de la ciudad donde radicaba y de Gobernador y Capitán General del territorio. Dependía directamente de la corona y, en algunos manuales, se lo suele mencionar con el solo título de Capitán General denominación desacertada pues tal jerarquía militar correspondía también a los Virreyes y a la mayor parte de los Gobernadores de las provincias menores. Hubo Presidente-Gobernadores en Chile, en Quito, y, entre 1663 y 1572, en Buenos Aires, así como también en otros territorios americanos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Las provincias menores, por 1o general no tan expuestas a ataques y acciones bélicas, tenían a su frente a un Gobernador, que en el orden territorial era la suprema autoridad política, administrativa y judicial. En esta situación, se hallaba el Paraguay, pese a constituir zona de frontera con los dominios portugueses y a las frecuentes incursiones de predatorias de éstos y de los indios del Chaco. Aunque no en todos los casos, los Gobernadores de muchas provincias menores investían también la dignidad de Capitán General, que llevaba anejo el mando superior en lo militar. Los del Paraguay, de Buenos Aires y del Tucumán, acumularon siempre ambas funciones y hubo entre ellos completa paridad jerárquica hasta 1762.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Los Gobernadores dependían directamente del Rey: del mismo recibían sus nombramientos e instrucciones y las órdenes que debían ejecutar, y a él rendían cuenta de sus actos. Sin embargo, mantenían vinculación con el correspondiente Virrey, a cuya autoridad de representante personal del monarca podían hallarse supeditados en determinadas circunstancias.</div><div style="text-align: justify;">Funcionarios de competencia local eran los Corregidores y los Alcaldes Mayores, sujetos directamente a la autoridad de los Virreyes. Muy difundidas estas dos instituciones en el Perú y en la Nueva España, respectivamente, no se aplicaron en el Paraguay, aun cuando aquí llegó a darse la primera de dichas denominaciones a otros auxiliares de la administración indiana.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>LAS INTENDENCIAS.</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En la segunda mitad del siglo XVIII, se fue extendiendo de modo gradual a todas las posesiones españolas de América el régimen de las Intendencias, de origen francés. El Intendente, sustituto de los antiguos gobernadores, corresponde a una época de progresiva centralización, de más eficaz organización administrativa y de especial atención a los asuntos económicos. Su vinculación y subordinación al Virrey se acentúa y es objeto de clara reglamentación. Cuenta el Intendente con un cuerpo jerarquizado de auxiliares y un Teniente Asesor Letrado comparte con él la responsabilidad de las cuestiones judiciales. La Real Ordenanza de Intendentes para el Virreinato del Río de la Plata fue sancionada en 1782 y dividió a éste en ocho distritos, uno de los cuales era el Paraguay. El sistema se mantuvo vigente hasta la Independencia.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>EL CABILDO.</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Cabildo es la institución municipal de origen español que funcionó en América y la única relativamente representativa. Había Cabildos de Españoles, en las ciudades y villas, y Cabildos de Indios, en los pueblos y reducciones de naturales, de menor importancia y autoridad que aquéllos. Integraban el Cabildo dos Alcaldes Ordinarios, de renovación anual, y un número variable de Regidores, que podían ser vitalicios o de mandato también anual, entre los cuales, algunos -el Alférez Real, el Alcalde Provincial de la Santa Hermandad, el Alguacil Mayor, el Fiel Ejecutor- tenían funciones específicas de carácter político, policial o económico. Los Alcaldes Ordinarios eran jueces de primera instancia de la ciudad y de su distrito, y sus fallos, apelables ante el Gobernador, ante la Audiencia o, en casos excepcionales, ante el propio Cabildo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se llamaba Cabildo Abierto a una junta general de vecinos o reunión consultiva o informativa de personas calificadas convocada por la autoridad política en caso de gran peligro o emergencia.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Cabildo de Asunción fue establecido e1 16 de setiembre de 1541 y ejerció notable y sostenida influencia en la formación de la nacionalidad y en las luchas comuneras. Hubo también Cabildos de españoles en la Villa Rica del Espíritu Santo y en las de San Isidro Labrador de Curuguaty y de Nuestra Señora del Pilar de Ñeembucú. Poco después de la Independencia, en 1812 y siguiendo instrucciones de la Junta Superior Gubernativa, U. Fernando de la Mora fundó el Cabildo de la Villa Real de la Concepción, Cabildos de indios los hubo en diversas poblaciones, aunque no en todas.</div><div style="text-align: justify;">La institución fue suprimida por el doctor Francia en 1824.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>LA JUSTICIA.</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En los dominios españoles, no rigió el sistema de separación de poderes, que se generalizó en una época bastante posterior: Virreyes, Gobernadores y otros funcionarios administraban justicia. Sin embargo, hubo también organismos especializados en materia judicial, las Audiencias. Eran éstas tribunales colegiados, integrados por Oidores, que entendían en grado de apelación en las causas antes ventiladas ante autoridades políticas y municipales. De sus fallos, podía recurrirse, aunque no siempre, al Consejo de Indias.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Existían tres clases de Audiencias: Virreinales, que radicaban en la capital de un Virreinato y eran presididas por el titular de éste; Pretoriales, cuyo Presidente actuaba a la vez como Gobernador y Capitán General del distrito; y Subordinadas, de cometido exclusivamente judicial. De estas últimas era la de La Plata o Charcas, a cuya jurisdicción perteneció el Paraguay hasta que en 1785 se instaló una virreinal en Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Desde 1794, funcionó en la capital del Virreinato un Consulado o tribunal de comercio, cuya autoridad se extendía al Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>RESPONSABILIDAD DE LOS FUNCIONARIOS.</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Todas las personas investidas de autoridad en América debían someterse, al término de sus funciones, al juicio de residencia, procedimiento que tenía por objeto esclarecer su actuación y determinar su responsabilidad civil, administrativa y criminal, por los abusos y contravenciones que hubieran podido cometer. En los empleos vitalicios, la residencia se substanciaba cada cinco años.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Disponían también la corona y las autoridades superiores de los recursos de la visita y la pesquisa, para ejercer permanente vigilancia sobre sus subordinados.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOGRAFÍA</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">A) OBRA GENERALES:</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">*. José María, Ots Capdequí, "Manual de historia del derecho español en las Indias" (Editorial Losada, Buenos Aires).</div><div style="text-align: justify;">*. C.H. Haring, "El Imperio Hispánico en América" (Ediciones Peuser, Buenos Aires).</div><div style="text-align: justify;">*. Ricardo Zorraquín Becú. "La organización política argentina en el período hispánico" (Editorial Perrot, Buenos Aires).</div><div style="text-align: justify;">*. "El sistema político indiano" (Revista del Instituto de Historia del Derecho, Nos. 5 y 6 - Buenos Aires, 1954 y 1955-56).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>B) MONOGRAFÍAS Y OBRAS ESPECIALIZADAS:</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;">*. Alfonso García Gallo, "Los orígenes de la administración territorial de las Indias" (Madrid, 1944).</div><div style="text-align: justify;">*. García Gallo, "La ley como fuente del derecho en Indias en el siglo XVI" (Madrid, 1951).</div><div style="text-align: justify;">*. Juan Manzano Manzano, "Historia de las recopilaciones de Indias" (2 tomos - Madrid, 1950-1956).</div><div style="text-align: justify;">*. Ernesto Shafer, "El Consejo Real y Supremo de las Indias" (2 tomos - Sevilla, 1935-1947).</div><div style="text-align: justify;">*. Zorraquín Becú, "Los Adelantados" (R.I. H.D. Nº 7 -Buenos Aires, 1957).</div><div style="text-align: justify;">*. Sigfrido A. Radaelli, "La institución virreinal en Indias" (R.I. H.D. Nº 5 - Buenos Aires, 1954).</div><div style="text-align: justify;">*. Carlos Molina Arguello, "E1 gobernador de Nicaragua en el siglo XVI" (Sevilla, 1949).</div><div style="text-align: justify;">Luis Navarro García, "Intendencias en Indias" (Sevilla, 1959). Efraín Cardozo, "El Chaco en el régimen de las Intendencias" (Asunción, 1930).</div><div style="text-align: justify;">*. Jorge Comadrán Ruíz, "La Real Ordenanza de Intendentes del Río de la Plata" (Anuario de Estudios Americanos, vol. XI, Sevilla, 1954).</div><div style="text-align: justify;">*. Carduzo, "La fundación de la ciudad de Asunción en 1541" (Buenos Aires, 1941).</div><div style="text-align: justify;">*. Zorraquín Becú, "La organización judicial argentina en el período hispánico" (Buenos Aires, 1953).</div><div style="text-align: justify;">Rafael Eladio Velázquez, "Formas especiales de sustitución de gobernador en el Paraguay" (Asunción, 1973).</div><div style="text-align: justify;">Velázquez, "Erección y transformaciones del Cabildo de Asunción" (Revista Chilena de Historia del Derecho, 1970).</div><div style="text-align: justify;">Velázquez, "Cabildos en el Paraguay" (II Congreso Venezolano de Historia, Caracas, 1974).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>APÉNDICE</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>REAL PROVISIÓN DEL 12 DE SETIEMBRE DE 1537, POR LA QUE SE FACULTA A LOS CONQUISTADORES DEL PARAGUAY Y RIO DE LA PLATA A ELEGIR GOBERNADOR INTERINO.</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Don Carlos, por la divina clemencia Emperador Semper Agusto, Rey de Alemania, Doña Juana, su madre, y el mismo Don Carlos, por misma gracia Reyes de Castilla, de León, de Aragón, de las Dos Sicilias, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las islas de Canarias, de las Indias, Islas y Tienta Firme del Mar Océano, Condes de Barcelona, Señores de Vizcaya y de Molina, Duques de Atenas y de Neopatría, Condes de Flances y de Tirol, etc., por cuanto vos Alonso Cabrera, nuestro Veedor de Fundiciones de la Provincia del Río de la Plata, vais por nuestro Capitán en cierta armada a la dicha Provincia, en socorro de la gente que allí quedó, que proveen Martín de Orduña y Domingo de Cornocá, y podría ser que el tiempo que Don Pedro de Mendoza, nuestra Gobernador de la dicha Provincia, difunto, salió de ella, no hubiese dejado Lugarteniente o el que así hubiese dejado, cuando vos llegaseis, fuere fallecido y al tiempo de su fallecimiento o antes no hubiese nombrado Gobernador, o los conquistadores y pobladores no 1o hubiesen elegido, os mandamos que, en tal caso y no en otro alguno, hagáis juntar los dichos pobladores y los que de nuevo fueren con vos para que, habiendo primeramente jurado de elegir personas cual convenga a nuestro servicio y al bien de la dicha tierra, elijan por Gobernador en nuestro nombre y Capitán General de aquella Provincia la persona que, según Dios y sus conciencias, pareciere más suficiente para el dicho cargo y la persona que así eligieren todos en conformidad, o la mayor parte de ellos, use y tenga el dicho cargo, al cual por la presente damos poder cumplido para que lo ejercite cuando nuestra merced y voluntad fuere; y si aquel falleciere, se torne a proveer otro por la orden susodicha; lo cual os mandamos que así se haga con toda paz y sin bullicio ni escándalo, apercibiéndoos que de lo contrario nos tendremos por deservidos y los mandaremos castigar con todo rigor; y mandamos que en cualquiera de los dichos casos que hallaréis en la dicha tierra persona nombrada por Gobernador de ella, le obedezcáis y cumpláis sus mandamientos, y le deis todo favor y ayuda; y mandamos a los nuestros oficiales de Sevilla que asienten esta nuestra carta en los nuestros libros que ellos tienen y que den orden como se publique a las personas que llevaréis con vos en la dicha armada. Dada en la Villa de Valladolid, a doce días del mes de setiembre de mil quinientos y treinta y siete años. YO LA REINA. Yo Juan Vásquez de Molina, Secretario de Sus Cesáreas y Católicas Majestades, la hice escribir por su mandato, y en las espaldas de la dicha Provisión de Su Majestad están escritas las firmas y nombres siguientes: el Doctor Beltrán, Licenciado Suárez de Carvajal, el Doctor Bernal, el Licenciado Gutierre Velázquez, Registrada: Bernal Darias, por Canciller, Blas de Saavedra, y se asentó lo siguiente:</div><div style="text-align: justify;">Asentóse esta Provisión Real de Sus Majestades en los libros de la Casa de la Contratación de las Indias del Mar Océano que es en esta muy noble y muy leal Ciudad de Sevilla, primero de octubre de mil y quinientos y treinta y siete años.</div><div style="text-align: justify;">(En esta versión, hemos modernizado la ortografía y extendido las abreviaturas).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>Fuente:</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>BREVE HISTORIA DE LA CULTURA EN EL PARAGUAY</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>Obra de RAFAEL ELADIO VELÁZQUEZ</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>© RAFAEL ELADIO VELÁZQUEZ</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>Impreso en el CENTRO DE PUBLICACIONES</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>Universidad Católica “Nuestra Señora de la Asunción”</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>Asunción-Paraguay</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>1999 (328 páginas)</strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=1248"><img _cke_saved_src="/userfiles/images/Rafael Eladio Velázquez/rafael eladio velazquez historia de cultura del paraguay.jpg" alt="" src="http://www.portalguarani.com/userfiles/images/Rafael%20Eladio%20Velázquez/rafael%20eladio%20velazquez%20historia%20de%20cultura%20del%20paraguay.jpg" style="height: 500px; width: 500px;" /></a></strong></span></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-75969737762494563212010-12-07T10:31:00.000-08:002010-12-07T07:11:51.516-08:00JULIO CÉSAR CHÁVES - LA REVOLUCIÓN PARAGUAYA DE LA INDEPENDENCIA / CAPÍTULO I. - LA REVOLUCIÓN DE MAYO (LA INICIACIÓN DE LA REVOLUCIÓN - EL CONGRESO DEL 24 DE JULIO - PREPARATIVOS BÉLICOS)<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS_4UPACwsxjVA0LdJJI3viV4Dg1RcZ9-SFAFpssSEltXnNC5kVdhPLv8sCGPlirmxlxbSQIUiV4Gl6fRRL63skue2AsglyMn1ljpMrkTZElZp3X0OQsmiHGpU7nTfF8U45g0thLHOVrQ/s1600-h/chavez+ju+indep.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5366534073868339410" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhS_4UPACwsxjVA0LdJJI3viV4Dg1RcZ9-SFAFpssSEltXnNC5kVdhPLv8sCGPlirmxlxbSQIUiV4Gl6fRRL63skue2AsglyMn1ljpMrkTZElZp3X0OQsmiHGpU7nTfF8U45g0thLHOVrQ/s320/chavez+ju+indep.jpg" style="cursor: hand; display: block; height: 320px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 320px;" /></a><br />
<div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>LA REVOLUCIÓN PARAGUAYA <span new="" times="">DE LA INDEPENDENCIA</span></strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><span new="" times="">RELATO Y BIOGRAFÍA DE LOS PROCERES</span></strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><span new="" times="">1811-SESQUICENTENARIO-1961</span></strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><span new="" times="">Introducción, comentarios y notas de</span></strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><span new="" times=""><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=381"><span style="color: red;">JULIO CÉSAR CHÁVES</span></a></span></strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><span new="" times="">Editorial Asunción</span></strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><span new="" times="">Impreso en Argentina, 1961</span></strong></span></div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">**/**</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;"><span new="" times="">ÍNDICE</span></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;"><span new="" times="">INTRODUCCIÓN</span></span></strong><span style="color: lime;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">CAPÍTULO I. - LA REVOLUCIÓN DE MAYO</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;">· <span new="" times="">La Iniciación de la Revolución / El Congreso del 24 de julio / Preparativos bélicos</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">CAPÍTULO II. - LA EXPEDICIÓN DE BELGRANO</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;">· <span new="" times="">El Paraguay ante la invasión / Batalla de Paraguarí / Victoria de Tacuarí / Negociación con el jefe porteño</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">CAPÍTULO III. - PREPARATIVOS REVOLUCIONARIOS</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;">· <span new="" times="">Descontento en la Provincia / Cavallero e Iturbe en Asunción / Trabajos subversivos en el mes de abril</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">CAPÍTULO IV. - EL MOVIMIENTO DEL 14 Y 15 DE MAYO</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;">· <span new="" times="">Del Plan de la Revolución / La Misión Abreu / Se descubre la Conspiración / Los Cuarteles / La Noche del 14 / La Alarma en la ciudad / Intimación de los revolucionarios a Velasco / Los motivos o causas del Movimiento / La mañana del 15: Las tropas y el pueblo en las calles</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">CAPÍTULO V. - EL NUEVO GOBIERNO</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;">· <span new="" times="">Nuevas exigencias del Cuartel / Elección de los Diputados Adjuntos / Bando del 17 de mayo / La Revolución en Itapúa y Corrientes / Fulgencio Yegros en Asunción</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">CAPÍTULO VI. - EL CONGRESO DEL 17 DE JUNIO</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;">· <span new="" times="">La carta de Carlos Genovés / La destitución de Velasco / La Asamblea / El Discurso del Gobierno / Voto de Mariano Antonio Molas</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">CAPÍTULO VII. - GOBIERNO DE LA PRIMERA JUNTA</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;">· <span new="" times="">La Nota del 20 de julio / Crisis interna / El Tratado del 12 de octubre / La obra de la Primera Junta / El Congreso de octubre de 1813. El Primer Consulado</span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">BIOGRAFÍA DE LOS PROCERES</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;">· FULGENCIO YEGROS</div><div style="text-align: justify;">· JOSÉ GASPAR DE FRANCIA</div><div style="text-align: justify;">· PEDRO JUAN CAVALLERO</div><div style="text-align: justify;">· MARIANO ANTONIO MOLAS</div><div style="text-align: justify;">· VICENTE IGNACIO ITURBE</div><div style="text-align: justify;">· FERNANDO DE LA MORA</div><div style="text-align: justify;">· ANTONIOTHOMÁS YEGROS</div><div style="text-align: justify;">· JUAN BAUTISTA RIVAROLA</div><div style="text-align: justify;">· MANUEL ATANASIO CAVAÑAS</div><div style="text-align: justify;">· FRAY FERNANDO CAVALLERO</div><div style="text-align: justify;">· MAURICIO JOSÉ TROCHE</div><div style="text-align: justify;">· FRANCISCO XAVIER BOGARÍN</div><div style="text-align: justify;">· JOSÉ AGUSTÍN MOLAS</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span new="" times="">BIBLIOGRAFÍAS PRINCIPALES</span></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">**/**</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;"><span new="" times="">INTRODUCCIÓN</span></span></strong><span style="color: lime;"><span new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">En volumen breve y sencillo presentamos a nuestros conciudadanos un relato de la revolución del 14 y 15 de Mayo y la biografía de sus principales autores.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">La mejor forma de honrar a los que nos dieron patria es saber de sus hechos, conocer sus ideas. Sólo así podremos ser fieles a sus mandatos y llevar al Paraguay a los grandes destinos por ellos soñados.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">En realidad poco o nada se ha estudiado de aquel movimiento y generalmente todo lo que sobre él se escribe o se dice, no sale de los lugares comunes, de las frases manidas, de los errores estereotipados. Pero apenas se adentra uno firmemente en él, apenas se exploran los documentos y se interpretan los hechos, surge en forma irreprimible un sentimiento de admiración para los hombres de Mayo.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">Se siente, se palpa lo que llamamos la grandeza de la revolución. Fue grande porque los próceres supieron salvan a la Provincia de graves peligros. Por un lado estaban los españolistas, los antiguos mandatarios que deseaban mantener al Paraguay bajo su cetro de hierro. En segundo término estaban los hombres de Buenos Aires que querían seguir con el dominio de la capital sobre todo el interior del Virreinato. Y en tercer lugar se presentó el vecino portugués en actitudes ambiguas y sospechosas.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">Frente a todos esos peligros y esas ambiciones los paraguayos actuaron así: derrotaron, acaudillando al pueblo en armas, a los porteños y les obligaron a cambiar de política, a usar la razón en vez de la fuerza. A los españolistas que pretendían usufructuar las victorias y los sacrificios del pueblo les quitaron el mando. A los portugueses los contuvieron en forma serena pero firme.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">En resumen salvaron al país de todos los peligros externos y dieron nacimiento a una patria libre y soberana.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">Cabe destacar que toda la transformación la cumplieron en forma pacífica y que no hubo derramamiento de sangre.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">En el proceso revolucionario nuestros próceres lanzaron ideas grandes, nobles y generosas como la de la confederación. Sus ideas, sus ideales, estuvieron impregnados del más hondo sentimiento continental. Sus autores probaron que eran no sólo grandes paraguayos, sino también grandes americanos.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">Estas breves reflexiones surgen del examen del proceso revolucionario. Creemos que todo el que lo estudie con ánimo desapasionado llegará a idénticas conclusiones.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">Las aspiraciones de los editores de este volumen quedarán ampliamente satisfechas si la lectura del mismo despierta en las nuevas generaciones en este año del sesquicentenario la admiración y la devoción hacia los fundadores, hacia los padres de nuestra nacionalidad.</span></div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">JULIO CÉSAR CHAVES - Enero de 1961.</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span new="" times="">**/**</span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">CAPÍTULO PRIMERO</span></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">LA REVOLUCIÓN DE MAYO</span></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">I. LA INICIACIÓN DE LA REVOLUCIÓN</span></span></strong><span style="color: cyan;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">El 25 de mayo de 1810 comenzó la revolución de la independencia en la ciudad de Buenos Aires, capital del Virreinato del Río de la Plata que integraba el Paraguay como una de sus Intendencias. Ese día fue derrocado el último virrey de estas regiones, don Baltasar Hidalgo de Cisneros y fue constituida una </span><span new="" times="">Junta presidida por el coronel </span></span><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">don Cornelio de Saavedra, jefe hasta entonces del regimient</span><span new="" times="">o de patricios. Alma de la Jun</span><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">ta eran dos fogosos revolucio</span><span new="" times="">narios, Juan José Castelli y Ma</span><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">riano Moreno.</span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">El nuevo gobierno desarrolló una extraordinaria actividad para implantar el nuevo sist</span><span new="" times="">ema y aplastar la reacción españo</span></span><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">lista que amenazó a la revolución en todo el Plata. Una de sus primeras medidas fue el envío</span><span new="" times="">de circulares a todas las auto</span><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">ridades del interior, pidiendo la designación de diputados al congreso que debía reunirse en la capital para fijar el régimen definitivo de gobierno.</span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span mso-fareast-font-family:="" new="" times="">Era muy importante la posición de la Intendencia del Paraguay, pues se trataba de la unidad más homogénea y poderosa de las que integraban el Virreinato. Trató desde el primer momento la Junta de Buenos Aires de atraer a su causa al Paraguay. Para conducir sus pliegos a Asunción eligió a un destacado paraguayo, el coronel de las milicias de costa abajo don José de Espínola y Peña. Espínola había tenido una larga actuación en su provincia natal, habiendo sido lugarteniente del penúltimo de los gobernadores, don Lázaro de Rivera. No era hombre querido por sus compatriotas, y por eso se consideró, </span><span new="" times="">casi unánimemente, como muy desacertada la elección. Su conducta posterior ratificó plenamente esta opinión.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Llegado a la Villa del Pilar convocó al cabildo y le obligó a reconocer y a jurar a la Junta de Buenos Aires. Provocó al mismo tiempo gran alarma en ese punto y en toda la campaña, pues habló imprudentemente de reclutamientos y de envíos de tropas al Plata. Pasó luego a Asunción donde arribó el 21 de junio poniendo en manos de las autoridades los pliegos que se le habían entregado.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">En una conversación privada manifestó Espínola que había sido designado comandante de armas de la Provincia y que tenía instrucciones secretas de los prohombres porteños para deponer al gobernador Velasco. Esta afirmación, vastamente difundida, aumentó la desconfianza y el recelo de la población.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Grande fue la alarma entre la gente del gobierno que veía extenderse en el Paraguay la idea revolucionaria y germinar los ideales de los comuneros. Se prepararon para combatir en todos los terrenos a la Junta de Buenos Aires. Se reunieron en el Cabildo los miembros de este cuerpo y el gobernador; consideraron que era de tal trascendencia la cuestión planteada en las notas de la Junta porteña, que se hacía necesario "explorar" la voluntad de la provincia. A tal efecto se convocó una junta general o cabildo abierto.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Aumentaba entretanto la alarma provocada por las declaraciones de Espínola. Muchos vecinos de la campaña abandonaron sus casas y se retiraron de los pueblos temiendo ser reclutados y enviados al Plata (Del Paraguay se habían despachado al Plata en años anteriores contingentes de tropas a Buenos Aires, la Banda Oriental y el Alto Perú. Varias de esos contingentes sufrieron contratiempos y padecimientos y por eso había en la Provincia una gran resistencia a que sus soldados saliesen fuera de ella.). Velasco tuvo que dar un manifiesto desmintiendo la versión y los rumores alarmistas y pidiendo a los paraguayos desechar "el vano temor".</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">La situación de Espínola causante de la alarma se hacía insostenible. Como medida de precaución el gobernador le ordenó que marchase confinado a Villa Real de la Concepción. Lejos de cumplir esta orden huyó hacia el Sur; pese a haber sido tenazmente perseguido consiguió abandonar el territorio paraguayo. Llegado a Buenos Aires, aconsejó al gobierno el envío de una expedición conquistadora, asegurando a la junta que tenía muchos partidarios en el Paraguay.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Diversa fue la reacción que provocó en Asunción la noticia de la destitución del Virrey Cisneros. Las altas autoridades provinciales, singularmente los miembros del Cabildo, se decidieron desde el primer momento a enfrentar a los revolucionarios. Tenían ellos información exacta de lo sucedido en la capital porteña, no solo por cartas provenientes de esta ciudad, sino también de Montevideo, punto que se comunicaba con la capital asuncena directamente por vía de las Misiones. El gobernador, el obispo y los cabildantes no vieron en la revolución del 25 de mayo sino un alzamiento frente a la Metrópoli y sus legítimos representantes. Si ellos aceptaban la remoción de Cisneros, decretaban la suya. A más, temían al pueblo paraguayo que mantenía vivo el recuerdo de la revolución de los comuneros, (La revolución de los comuneros encabezada por José de Antequera y Castro y Fernando de Mompox se prolongó de 1719 a 1735. Los comuneros sostuvieron que todo poder o mando deriva del pueblo.) precursora de la independencia americana.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">En cambio la revolución recibió favorable acogida en el elemento criollo. Muchos de éstos estaban unidos con los hombres de Buenos Aires por vínculos de amistad y de negocios. Desde el primer momento, la revolución tuvo ardientes partidarios en Asunción, en Villa Real de la Concepción y en otras poblaciones.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Otro sector importante era el de los criollos, partidarios en principio de la independencia, pero que recelaban de los designios de Buenos Aires. Graves cuestiones políticas y económicas separaban al Paraguay de su capital. Vejámenes pasados y conflictos presentes llenaban de recelo el alma provincial. Los criollos paraguayos que veían con alborozo la nueva de la revolución presentían sin embargo que podían caer bajo un despotismo aún mucho más duro que el de España. Y estaban decididos a no mudar de amo: el antiguo o ninguno. Adoptaron por eso una posición de expectativa viendo venir con serenidad los acontecimientos.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Debe considerarse también que no existía aquí el principal caldo de cultivo de todas las subversiones: un gobierno tiránico y deshonesto. Velasco había sido uno de los mejores gobernadores de los últimos tiempos. Era hombre justo, probo, bueno (Los gobernantes anteriores a Velasco, Joaquín de Alós y Lázaro de Ribera, fueron muy resistidos y combatidos por los vecinos). Can toda razón el pueblo paraguayo lo quería.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">En seguida que se recibieron las comunicaciones de la junta de Buenos Aires se reunió el cabildo bajo la presidencia del gobernador, resolviéndose convocar a un congreso general. Sin demora diose orden a las Villas para que enviasen sus respectivos representantes y se citó por medio de esquelas al obispo, a los miembros del cabildo eclesiástico y a los vecinos de distinción de la capital y campaña.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">II. EL CONGRESO DEL 24 DE JULIO</span></span></span></strong><span style="color: cyan;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times=""></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">En el Real Colegio Seminario de San Carlos se reunió el día 24 de julio el congreso provincial. Se dio comienzo al acto con la lectura del manifiesto del cabildo asunceno que hizo una reseña de los sucesos y dio cuenta de los documentos recibidos de la Junta de Buenos Aires. Inmediatamente se anunció que el día 10 de julio había llegado un correo general -vía Uruguay - Misiones- trayendo la noticia de que el Consejo de la Regencia (1) era obedecido en toda España y que era pésima la situación del ejército invasor de Napoleón. También se había recibido un oficio original del gobernador de Cádiz al obispo del Paraguay acompañado de una proclama de la Junta Superior de Cádiz a la América Española.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Sostenía el cabildo en su manifiesto que si la Junta de Buenos Aires había suspendido el reconocimiento del Consejo de la Regencia por falta de aviso oficial, el Paraguay que lo había recibido, debía acatar dicho Consejo sin pérdida de tiempo.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Hablaba también el cabildo de "una potencia que observaba los momentos de tragarse esta preciosa y codiciada Provincia", la cual había acumulado sus tropas a orillas del río Uruguay y terminaba aconsejando que como medida precaucional se armasen 6.000 hombres. La alusión del cabildo iba dirigida al vecino portugués que efectivamente había acumulado tropas en las fronteras de Misiones. Pero el objetivo principal del ejército a levantarse no era el de defenderse de los portugueses sino de Buenos Aires. Sabíase ya en Asunción de la expedición dirigida contra Córdoba y el Alto Perú y se esperaha una similar contra el Paraguay (5).</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Según testigos presenciales nadie pudo en la asamblea emitir libremente su opinión. Los partidarios de la independencia tuvieron que permanecer callados. En medio de aclamaciones el congreso votó: primero, que inmediatamente y sin disolverse esta Junta se proceda al reconocimiento y solemne jura del Supremo Consejo de Regencia; segundo, que se guarde armoniosa correspondencia y fraternal amistad con la Junta provisional de Buenos Aires suspendiendo todo reconocimiento de superioridad en ella hasta tanto Su Majestad resuelva lo que sea de su soberano agrado; tercero, en atención de estar acechando la potencia vecina, según manifiesta la misma Junta de Buenos Aires, se disponga en la mayor brevedad la reunión de una junta de guerra para tratar y poner en ejecución los medios de defensa; cuarto, que se comunique estas resoluciones al Consejo de Regencia y a la Junta Provisional de Buenos Aires.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">El mismo día se procedió al reconocimiento y jura del Consejo de Regencia con la solemnidad de rigor.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Velasco comenzó de inmediato los preparativos para la defensa de la Provincia. La junta de guerra presidida por el fue integrada por el coronel Pedro Gracia, los tenientes coroneles José Antonio Zavala y Gregorio Tadeo de la Cerda, el sargento mayor Manuel Atanasio Cavañas, el ayudante Juan de la Cuesta y todos los miembros del cabildo, contándose entre estos últimos los más acérrimos partidarios del régimen.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Comenzó el reclutamiento y la recolección de armas. El gobernador lanzó una proclama anunciando a los paraguayos que había llegado el momento de estar listos para responder al llamado de la patria. Se formó un cuerpo de urbanos; se recogieron armas y se destacaron delegados a la campaña para preparar la movilización.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Las autoridades asuncenas comunicaron por nota a la Junta de Buenos Aires las resoluciones del congreso del 24 de julio. En la capital porteña corrían las versiones más contradictorias sobre la posición paraguaya. Al principio la Junta decretó la apertura de los puertos al comercio paraguayo, pero al saber lo resuelto en el congreso de julio adoptó una serie de medidas agresivas: prohibió toda comunicación entre el Paraguay y Montevideo (3), ciudad a la cual culpó de la resistencia paraguaya; prohibió la entrada o salida de buques, efectos, personas, correspondencia con destino al Paraguay. Era el bloqueo.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Al mismo tiempo destacó en comisión confidencial al Paraguay al capitán Juan Francisco Arias; le encargó que se pusiese en contacto con los principales paraguayos y les manifestase cuál era el verdadero objetivo de la Junta: mantener ilesos los derechos del rey Fernando VII (4).</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Arias desde Corrientes dirigió sendas notas a dos jefes de la provincia: el coronel Zavala y Delgadillo y el comandante Fulgencio Yegros. Sus misivas no alcanzaron efecto alguno.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">(1). Como se sabe el Rey de España estaba cautivo en poder de Napoleón quien hizo nombrar a su hermano José como monarca español. El pueblo español lo resistió heroicamente. Se formó un gobierno interino y provisorio: fue el Consejo de la Regencia que se instaló en la Isla de León. En Buenos Aires se hizo la revolución del 25 de Mayo sosteniendo que el trono estaba acéfalo, que no había ningún gobierno provisorio y que los pueblos de América tenían derecho a formar el suyo.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">(2). La Junta había despachado con destino a Córdoba, Tucumán y el Alto Perú una expedición "auxiliadora" de los pueblos para asegurar su libre decisión. Su verdadero objetivo era reprimir cualquier resistencia y anular a los mandatarios españolistas del interior.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">(3). La ciudad de Montevideo se negó a reconocer a la junta de Buenos Aires y acataba, como el Paraguay, al Consejo de Regencia. Las autoridades de Montevideo trataron en toda forma de sostener y proteger a los gobernantes del Paraguay.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">(4) La Junta de Buenos Aires y casi todas las juntas que se formaron en el continente reconocían los derechos de Fernando VII, pero en el fondo trabajaban por una independencia absoluta de España.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">III. PREPARATIVOS BÉLICOS</span></span></span></strong><span style="color: cyan;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times=""></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Se aceleraban los preparativos de resistencia en el Paraguay. Se suspendió todo tráfico fluvial, se ocuparon los pasos del río Paraná; el colegio seminario de la capital fue convertido en cuartel. Velasco delegó el mando en el coronel Pedro Gracia, y marchó a las Misiones con el objeto de recoger armas y preparar la defensa. Desde el pueblo de Quiindy dirigió una circular a las autoridades anunciando que los paraguayos tendrían en él "el primer capitán y el mejor compañero".</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Pero los partidarios de la Junta revolucionaria se mostraban cada vez más activos. Criticaban duramente las resoluciones del congreso del 24 de julio y hacían circular noticias y versiones favorables a Buenos Aires. Un grupo de españolistas pidió en Asunción que se censurase la correspondencia para descubrir a los sediciosos.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Al saberse en Asunción que los barcos eran detenidos en los puertos del Sur, cundió la indignación; el gobierno -ejercido interinamente por el coronel Gracia- organizó una expedición para asegurar por la fuerza la libre navegación y liberar unos barcos que habían quedado detenidos en Corrientes. La formaron cuatro buques mayores y otros menores, y una fuerza de trescientos soldados. Iba como comandante de la expedición el coronel Zavala y Delgadillo.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">La flota se presentó frente a Corrientes. Zavala pasó una nota al teniente gobernador Galván afirmando que Asunción -madre de las ciudades del Plata- había sido insultada con la detención de sus barcos y exigió completa satisfacción. Acordó un perentorio plazo de una hora para la entrega de los barcos detenidos, sus embarcaciones y tripulaciones. Galván consintió que dos barcos paraguayos siguiesen río arriba.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">No hubo otra alteración del orden que el desembarco de la flota paraguaya de unos miñones (El cuerpo de miñones era el encargado de la custodia y vigilancia del gobernador Velasco. Los miñones eran mal vistos por los criollos) catalanes que anduvieron por las calles de la capital correntina profiriendo amenazas. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">El éxito alcanzado por la expedición envalentonó al régimen españolista de Asunción.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Proseguían con toda actividad los trabajos de los partidarios de la revolución. En setiembre fue descubierto un grupo cuyo plan era apresar al gobernador, al obispo y los principales capitulares imponiéndoles la pena de muerte. Fueron detenidos y confinados al lejano Fuerte de Borbón un padre franciscano llamado Baca, los señores Santiago Aráoz y Narciso de Echagüe y varios más.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">En Villa Concepción se reunía una peña revolucionaria encabezada por los curas José Fermín Sarmiento y Nicolás Ibarbals; los integrantes de este grupo no ocultaban su simpatía a la causa de Buenos Aires y criticaban abiertamente al gobierno de Velasco.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">Se mantenía por otra parte una activa correspondencia entre los revolucionarios de la capital porteña y sus partidarios del Paraguay (Como enlace entre los revolucionarios porteños y los paraguayos actuaba el naviero don José de María, quién con un barco llamado Monserrat hacía constantes viajes entre Buenos Aires, Asunción y Concepción).</span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL</span></span></span></strong><span style="color: lime;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times=""></span></span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">MARIANO ANTONIO MOLAS. - Descripción histórica de la antigua Provincia del Paraguay.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">PEDRO SOMELLERA. - Notas a la introducción que ha puesto el doctor Rengger a su ensayo histórico sobre la revolución del Paraguay.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">BLAS GARAY. - La revolución de la independencia del Paraguay.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">FULGENCIO R. MORENO. - Estudio sobre la independencia del Paraguay.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">CECILIO BÁEZ. - Historia diplomática del Paraguay. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">FRANCISCO WISNER. - El dictador del Paraguay Dr. José Gaspar de Francia.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">JULIO CÉSAR CHAVES. - El supremo dictador.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">JULIO CÉSAR CHAVES. - Un relato de la revolución del 14 y 15 de Mayo de 1811, en "El Diario", 15-V-1938.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">JULIO CÉSAR CHAVES. - Historia de las relaciones entre Buenos Ayres y el Paraguay.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">JUSTO PASTOR BENÍTEZ. - La vida solitaria del Dr. José Gaspar de Francia dictador del Paraguay.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">BENJAMÍN VELILLA. - La casa de la Independencia, en "La Tribuna", 20-VI-1960.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">BENJAMÍN VELILLA. - Antecedentes de la Independencia, en Boletín del Círculo de Jefes y Oficiales Retirados de las Fuerzas Armadas de la Nación.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">EFRAÍM CARDOZO. - Paraguay Independiente. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">EFRAÍM CARDOZO. - Una entrevista inédita en Tacuarí, en Historia Paraguaya, Vol. I.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">BENJAMÍN VARGAS PEÑA. - Vencer o Morir. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">BENJAMÍN VARGAS PEÑA. - Paraguay-Argentina. </span></span></div><div style="text-align: justify;"><span mso-fareast-font-family:="" new="" times=""><span new="" times="">CARLOS ZUBIZARRETA. - Cien vidas paraguayas.</span></span></div></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-61441942819597777462010-11-16T13:05:00.000-08:002010-11-17T10:06:13.354-08:00BERNARDO NERI FARINA / ALFREDO BOCCIA PAZ - EL PARAGUAY BAJO EL STRONISMO (1954-1989) - COLECCIÓN : LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, Nº 13 - © Editorial El Lector, 2010.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgX9d2IePyUjDenBmrDJj3AUSpz-U76gKuygN9rawxpQbBrm2SVQfefRr0_uTeYe8VDw-CkDsL3JN-mlxel1ygGuRnxT1RgrICESwU0zF_5uli1B0tERhSgxWsyKxZmCe5KlRayQOUlb8/s1600/alfredo+boccia+paz+bernardo+neri+farina+stronismo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" px="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjgX9d2IePyUjDenBmrDJj3AUSpz-U76gKuygN9rawxpQbBrm2SVQfefRr0_uTeYe8VDw-CkDsL3JN-mlxel1ygGuRnxT1RgrICESwU0zF_5uli1B0tERhSgxWsyKxZmCe5KlRayQOUlb8/s400/alfredo+boccia+paz+bernardo+neri+farina+stronismo.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>EL PARAGUAY BAJO EL STRONISMO (1954-1989)</strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1077"><span style="color: red;">BERNARDO NERI FARINA</span></a> /</strong></div><div style="text-align: center;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=587"><span style="color: red;">ALFREDO BOCCIA PAZ</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><strong>COLECCIÓN : </strong><strong>LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, Nº 13</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>© Editorial El Lector</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director Editorial: Pablo León Burián</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director de la Colección: Herib Caballero Campos</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño de portada: Celeste Prieto</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño Gráfico: Joel Lezcano.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Corrección: Nidia Campos</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Portada: Fotografía de Alfredo Stroessner.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Colección Bernardo Neri Farina.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Fotografías: Colección del Instituto y Museo Militar de Asunción</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>ISBN: 978-99953-1-085-1</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector I: 25 de Mayo y Antequera. Tel. 491 966</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector II: San Martín c/ Austria.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Tel. 610 639 - 614 258/9</strong></div><div style="text-align: center;"><strong><a _cke_saved_href="http://www.ellector.com.py/" href="http://www.ellector.com.py/"><span style="color: red;">www.ellector.com.py</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Esta edición consta de 15 mil ejemplares</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Asunción – Paraguay (2010 – 140 páginas)</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">CONTENIDO</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">PRÓLOGO</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">INTRODUCCIÓN</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ALFREDO STROESSNER Y SU TIEMPO :</span></strong> Quién era Alfredo Stroessner / General a los 36 años de edad Presidente de la República / La llegada de Stroessner al poder / El golpe del 54 / El contexto internacional</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">LOS PRIMEROS AÑOS DE GOBIERNO : </span></strong>La situación económica / La alianza con el Brasil / El apoyo de Estados Unidos / El fin del idilio / Nuevas fronteras agrícolas / El agua, el aire y los rieles / La política en los primeros tiempos del stronismo / Purgas en las Fuerzas Armadas / El dominio del Partido Colorado / La caída de Epifanio Méndez / La situación bajo control / La última resistencia colorada a Stroessner / La reacción de Stroessner / La oposición en aquellos tiempos / Adiós a las armas / El control del sector social</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">LA FORTALEZA DEL RÉGIMEN EN LOS '70 : </span></strong>El impacto de Itaipú / La corrupción / La decadencia de la educación / La estabilidad / La permisividad con Repsa / Refugio de delincuentes / Desde Australia / Stroessner y los nazis / El carnicero de Riga / Ruta de drogas / La corrupción como modelo</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13729"><span style="color: red;">EL TERROR EN LOS TIEMPOS DE STROESSNER :</span></a></span></strong> Sectores más perseguidos / La tortura / Desapariciones forzadas de personas y ejecuciones extrajudiciales / Exilio / Las víctimas mujeres / Violencia sexual / Ataques a comunidades / La Técnica / La prensa durante el stronismo / El papel de la Iglesia / Monseñor Rolón / La venida del Papa / Discurso de Juan Pablo II ante el presidente Stroessner / El final</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">UNA SOCIEDAD CAUTIVA DEL STRONISMO :</span></strong> <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13730"><span style="color: red;"><strong>La difícil consolidación / Las incursiones armadas / La fachada legal / El contexto ideológico / La violenta pax stronista / La estructura represiva / La década del setenta</strong></span></a> / El plan Cóndor / La década del ochenta / Los años finales / Las consecuencias del stronismo sobre la sociedad / El conocimiento de la verdad</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">FUENTES CONSULTADAS</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">LOS AUTORES</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">PRÓLOGO</span></strong></div><div style="text-align: justify;">Tras varios volúmenes nos vamos acercando a los tiempos recientes de la Historia Paraguaya, por lo tanto a procesos cuyos actores aún siguen con vida. El análisis del Paraguay bajo Stroessner, está desarrollado con rigor e investigación que caracteriza a los escritos de los dos mayores conocedores del tema, Bernardo Neri Farina y Alfredo Boccia Paz.</div><div style="text-align: justify;">El destacado periodista y escritor Bernardo Neri Farina, inicia el texto mostrando quién fue Alfredo Stroessner, y como logró asumir un poder casi omnímodo en la República del Paraguay por más de tres décadas. El autor nos describe minuciosamente el proceso por el cual Stroessner accedió al poder, así como el contexto internacional de la Guerra Fría que le permitió a consolidarse en él.</div><div style="text-align: justify;">El autor no deja de mencionar las transformaciones sociales y económicas que se produjeron en aquellos largos años, es así que analiza la apertura de las nuevas fronteras agrícolas, la corrupción como un sistema impuesto, el impacto en la economía de la construcción de la represa hidroeléctrica de Itaipú.</div><div style="text-align: justify;">Así mismo no deja y no se puede dejar de mencionar todo lo concerniente al aspecto represivo de un régimen que implantó el terror como mecanismo de persecución a quienes le enfrentaron, aunque sean grupos de campesinos, estudiantes, políticos o sencillamente gente de a pie.</div><div style="text-align: justify;">Neri Farina destaca el rol de la Iglesia Católica y por sobre todo de Monseñor Ismael Rolón quien fue uno de los símbolos vivientes de la lucha por la democracia en el Paraguay y de denuncia constante contra los abusos contra los Derechos Humanos, por parte de los organismos de seguridad.</div><div style="text-align: justify;">En la segunda parte del libro el doctor Alfredo Boccia Paz, analiza la sociedad cautiva del stronismo, y como el Paraguay vivió bajo un régimen que no tuvo el mínimo reparo en utilizar todos los medios a su alcance para consolidarse en el poder y luego establecer un régimen de represión, que como sostiene el autor se convirtió en una política estatal, que fue muy difícil de desmontar luego de 1989.</div><div style="text-align: justify;">El análisis de Boccia Paz discurre por décadas de tal forma demuestra como la represión del régimen cambió con el tiempo y por sobre todo con respecto a quien era el represaliado. En este sentido cabe señalar que la internacionalización de la represión se consolidó en la década del 70 con el nefasto Plan Cóndor que llenó de dolor y luto estas latitudes, las características de dicho proceso es analizado por el autor. Concluye refiriéndose a las consecuencias de la dictadura stronista en la sociedad paraguaya, al respecto afirma que dicho gobierno "...obstruyó la conciencia crítica y anuló a gran parte de la ciudadanía".</div><div style="text-align: justify;">Es más que recomendable la lectura de esta obra pues la misma nos permitirá comprender que muchos de los males de nuestra actualidad no son consecuencia del sistema democrático sino que son resabios de un sistema que anuló la ciudadanía e impidió el desarrollo de las instituciones republicanas.</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=679" href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=679"><span style="color: red;">HERIB CABALLERO CAMPOS</span></a></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">INTRODUCCIÓN</span></strong></div><div style="text-align: justify;">Casi toda la segunda mitad de la historia paraguaya del siglo XX está dominada por el prolongado gobierno de un solo hombre: el general Alfredo Stroessner. El stronismo se constituye en un periodo histórico bien definido no solo por el impresionante poder acumulado de manera omnímoda, sino por las peculiares características que mostró desde sus inicios dicha dictadura.</div><div style="text-align: justify;">Si bien se trata, sin dudas, de una autocracia que sometió las instituciones republicanas, fue también un gobierno sostenido por un partido político tradicional y que se esforzó en mantener el ritual democrático como una fachada presentable ante la mirada internacional. Fue justamente ésa, la coyuntura internacional de la época que le tocó atravesar, la que explica en parte, la larga duración de un régimen que encajaba perfectamente en la lucha ideológica, que dividía al mundo con dos visiones enfrentadas e irreconciliables. Stroessner fue un hijo regional de la Guerra Fría, a lo que sumó una inesperada habilidad para manejar los hilos de los intereses internos para mantener su larga hegemonía.</div><div style="text-align: justify;">Su asunción al poder se produjo en momentos en que el país estaba sumido en una profunda anarquía y cuando aún se vivían las consecuencias trágicas que los vencedores de la cercana guerra civil de 1947 habían impuesto a los vencidos. Fue por eso que, al lograr imponer un cierto orden en la agitada vida política y militar de la época, el inicio de su gobierno fue saludado como auspicioso por diferentes sectores de la sociedad. Lo que no podía saberse entonces, era que comenzaba un prolongado periodo de autoritarismo que terminaría por arrasar con todo atisbo de pensamiento crítico o actividad contestataria.</div><div style="text-align: justify;">No puede negarse que con la obligada pacificación de los ánimos colectivos, Stroessner pudo realizar las obras de infraestructura que modernizaron en algo al paupérrimo Estado paraguayo. Además de las numerosas obras materiales -viales, edilicias, sanitarias, de electrificación, etcétera- su gobierno tuvo la visión de emprender una vigorosa "marcha hacia el Este" que rompía la secular dependencia económica con la Argentina y establecía un mayor equilibrio geopolítico al acercarse al Brasil.</div><div style="text-align: justify;">La economía paraguaya vivió sus años de mayor florecimiento durante la década del setenta, cuando el país llegó a tener un inédito crecimiento de su PIB anual durante muchos años consecutivos. Esto fue posible gracias a los ingresos generados por la construcción de la represa de ltaipú y por el "boom" de la exportación del algodón y más tarde de la soja. El Paraguay contaba, a lo largo de esos años, con una flota mercante y líneas aéreas nacionales e internacionales, que no sobrevivieron a la corrupción imperante en sus últimos años de gobierno y a los avatares de la complicada transición democrática que siguió al stronismo.</div><div style="text-align: justify;">El sistema económico y político instalado por el stronismo no era sustentable sin Stroessner. Él estaba en la indiscutida cúspide de una trilogía perversa -Gobierno, Fuerzas Armadas y Partido Colorado- que sustituía el funcionamiento institucional de los tres poderes en una democracia real.</div><div style="text-align: justify;">Si las obras materiales fueron el legado rescatable de los 35 años -equivalentes a siete periodos gubernamentales- de Alfredo Stroessner, queda un flanco impresentable ante la memoria de las generaciones futuras: la violación sistemática de los derechos humanos y la instauración de una corrupción sistémica que alcanzó niveles nunca antes conocidos en la historia paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">El autoritarismo impuesto por el stronismo se sumó a la larga saga de gobiernos de igual cuño en nuestro pasado. En muchos aspectos, la represión de Stroessner lo regló, lo perfeccionó e instaló el miedo como compañero habitual de las actividades cotidianas de dos generaciones de paraguayos. El balance de tantos años sin libertades públicas ni garantías constitucionales es demoledor. En el Paraguay hubo que crear ciudadanía a la caída de su gobierno. Fue ése un proceso lento y trabajoso que explica, en parte, la inusual duración de la transición posterior. Transición sobre la que el modo stronista de pensar siguió dejando su impronta por muchos años.</div><div style="text-align: justify;">Este trabajo pretende aportar una visión amplia y, hasta donde eso es posible, objetiva -aunque necesariamente incompleta- de ese periodo histórico aún cercano en el tiempo y sobre el cual se vuelcan aún miradas cargadas de pasión política.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD (ALFREDO BOCCIA PAZ)</span></strong></div><div style="text-align: justify;">Pese a sus logros en otros aspectos de la conducción del país durante 35 años, el stronismo ofrece un flanco poco defendible ante la historia: los excesos cometidos contra la población para mantener con puño inflexible su gobierno. Los militares y civiles que quedaron a cargo del poder durante los primeros meses de la transición no tenían demasiado interés en investigar un pasado en el que ellos habían sido protagonistas. Pero los esfuerzos por edulcorar la violencia del periodo anterior chocaron con una realidad que escapó a sus designios. Hubo cuatro hitos de la transición democrática paraguaya que resignificaron la imagen que la generación siguiente tuvo de ese periodo histórico.</div><div style="text-align: justify;">El primero de ellos fue tan predecible como incontrolable. Una de las condiciones insalvables del gobierno de Andrés Rodríguez para demostrar que tenía en verdad credenciales democráticas, fue la de tolerar una amplia libertad de prensa. Y eso ocurrió de manera, en general, irrestricta a partir de febrero de 1989. Y, con ella, aparecieron miles de voces - acalladas por décadas- de las víctimas y sus familiares, anhelantes de contar sus suplicios en los calabozos de la dictadura. La prensa -incluyendo a los, hasta entonces, muy oficialistas diarios Hoy y El Diario Noticias- dio amplio destaque a las atrocidades cometidas en los años anteriores. El año 1989 se llenó de publicaciones periodísticas que señalaban al régimen de Stroessner como un violador contumaz de los más elementales derechos humanos.</div><div style="text-align: justify;">Pero para las víctimas, eso no era suficiente. A pesar de que se habían iniciado numerosos juicios contra los responsables policiales y militares de torturas, detenciones ilegales y desapariciones, todos chocaban contra el mismo obstáculo: la falta de evidencias. La Policía de la transición democrática argüía que los archivos de la institución habían desaparecido en "los confusos hechos que siguieron al 2 y 3 de febrero de 1989". Todos los juicios se encontraban estancados. No había evidencias ni voluntad judicial. Pero la historia le haría un guiño a los emprendedores de la memoria.</div><div style="text-align: justify;">En la mañana del 22 de diciembre de 1992 fueron encontrados los archivos prácticamente completos de la Policía de Stroessner. Casi cuarenta años de historias ocultas emergían abruptamente con el sello de la verdad por haber sido escritas por los mismos autores de los crímenes, seguros de su eterna impunidad. Lo importante de esos papeles radica en los informes, fichas, estudios de inteligencia, listas de presos, libros internos vinculados a la represión social y política archivados por los jefes del Departamento de Investigaciones. Sin duda, la contribución más trascendente para este archivo fue la obsesión del sempiterno jefe Pastor Coronel por conservar todo, de forma meticulosa y, si fuera posible, en duplicado.</div><div style="text-align: justify;">El Centro de Documentación y Archivo del Poder Judicial, creado para preservar esos documentos contiene aproximadamente 700.000 folios distribuidos en más de 715 libros encuadernados, cerca de 1.000 archivadores y carpetas, más de 8.000 fichas de detenidos, listas de informantes confidenciales, cerca de 3.000 fotografías de detenidos, actos políticos, acontecimientos sociales y álbumes de fotos familiares incautados en allanamientos. Los libros "subversivos" incautados a los detenidos sumaban más de 1.500, además de cassettes con grabaciones de reuniones y paneles políticos, conferencias, homilías, discursos y programas radiales.</div><div style="text-align: justify;">Con la documentación aportada por estos archivos los argumentos de los abogados defensores de los torturadores y sus mandantes se derrumbaron como un castillo de naipes. Resultaba imposible negar pruebas que tenían el sello oficial de la institución encargada de la represión. Hasta el más timorato de los magistrados judiciales debió rendirse ante la evidencia de que era imposible no actuar.</div><div style="text-align: justify;">Uno de los casos emblemáticos de esos días fue el de Mario Schaerer Prono, un dirigente del movimiento clandestino denominado Organización Político Militar (OPM) que fue detenido en abril de 1976 en un enfrentamiento policial. Aunque numerosos testigos aseguraban que había entrado vivo y caminando al Departamento de Investigaciones, la Policía afirmaba que había sido muerto en la balacera que precedió a su captura. El hallazgo de su ficha, con su foto y sus antecedentes demostró que los familiares estaban en lo cierto cuando acusaban a la Policía de haberlo torturado hasta la muerte.</div><div style="text-align: justify;">Tantos fueron los casos dilucidados a partir de esos papeles que la lerda Justicia paraguaya pudo darse el lujo de hacer algo que no ocurrió muy rápido en los países vecinos: juzgar y condenar a los torturadores. Los que hacían el trabajo sucio en el Departamento de Investigaciones sufrieron penas de 20 y 25 años de cárcel. Tanto el jefe de Policía, el general Francisco Alcibíades Brítez Borges, como el jefe del Departamento de Investigaciones, Pastor Coronel, fallecerían años después en prisión. Además, muchísimos compatriotas que habían sido víctimas de la represión encontraron la posibilidad real de documentar su detención y los daños derivados de la misma. La nueva figura jurídica del hábeas data adquiría una utilidad concreta en los juicios de reparación e indemnización del Estado a dichas personas.</div><div style="text-align: justify;">Aparte del innegable valor jurídico de los "archivos del horror" -nombre que inmediatamente les dio la prensa-, existe un valor histórico irrefutable. Se encuentra allí casi medio siglo de historia oculta paraguaya. No menos importante, sin embargo, es su valor simbólico. Después de la aparición de estos archivos, la visión de la sociedad sobre lo que fue el stronismo cambió radicalmente. Las violaciones a los derechos humanos ya no podían ser negadas. Sin los archivos, la justificación de las luchas de las víctimas de la represión hubiera sido distinta. La declinación del pensamiento stronista, hasta convertirse hoy en una facción minoritaria del Partido Colorado, tiene que ver con el progreso de la institucionalidad democrática, pero también con el temor que despierta una vuelta al pasado de violencia representado por la dictadura. Los "archivos del horror" han sido fundamentales en la memoria de ese periodo.</div><div style="text-align: justify;">Los dos últimos factores tienen que ver con acontecimientos más recientes. La constitución de la Comisión de Verdad y justicia fue un logro de la sociedad civil que tardó quince años en concretarse -2004- y otros cuatro en producir su informe final -2008-, demoledor y doloroso. Por último, muy recientemente, una cuestión pendiente desde el fin de la dictadura parece haber tocado parcialmente a su fin: el lugar donde fueron enterrados los cuerpos de los desaparecidos durante la dictadura. El descubrimiento de decenas de tumbas anónimas en la Agrupación Especializada de Asunción y la posibilidad de su identificación gracias a estudios genéticos, ha reavivado la memoria de un pasado cargado de violencia y sectarismo y nos ayuda a comprender la necesidad de una convivencia más pacífica y democrática.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">FUENTES CONSULTADAS</span></strong></div><div style="text-align: justify;">*. ABENTE BRUN, DIEGO (Comp.). 1993. Paraguay en transición. Ed. Nueva Sociedad. Caracas.</div><div style="text-align: justify;">* ARDITI, BENJAMÍN. 1992. Adiós a Stroessner. La reconstrucción de la política en el Paraguay. Asunción, RP Ediciones - Centro de Documentación y Estudios.</div><div style="text-align: justify;">*. BARBOZA, RAMIRO. 1990. El ocaso de la tiranía (1986-1989). Editado por la Comisión de Defensa de los Derechos Humanos. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. BLANCH, JOSÉ MARÍA Y OTROS. 1991. El precio de la paz. Asunción, Ed. CEPAG (Centro de Estudios Paraguayos Antonio Guasch).</div><div style="text-align: justify;">*. BOCCIA PAZ, ALFREDO, GONZÁLEZ MYRIAM Y PALAU, ROSA. 1994. Es mí informe. Los archivos secretos de la Policía de Stroessner. Asunción, Centro de Documentación y Estudios y Servilibro.</div><div style="text-align: justify;">*. BOCCIA PAZ, ALFREDO, LÓPEZ, MIGUEL, PECCI, ANTONIO Y GIMÉNEZ, GLORIA. 2002. En los sótanos de los generales. Los documentos ocultos del Operativo Cóndor. Asunción, Servilibro.</div><div style="text-align: justify;">*. BOCCIA PAZ, ALFREDO, PALAU, ROSA Y SALERNO, OSVALDO. 2007. Paraguay: los archivos del terror. Los papeles que resignificaron la memoria del stronísmo. Asunción, Corte Suprema de Justicia - Centro de Documentación y Archivo para la Defensa de los Derechos Humanos.</div><div style="text-align: justify;">*. CARTER, MIGUEL. 1991. El papel de la Iglesia en la caída de Stroessner. RP Ediciones. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. CHIAVENATO, JULIO JOSÉ. 1980. Stroessner, retrato de una dictadura. São Paulo, Editora Brasiliense.</div><div style="text-align: justify;">*. COMISIÓN DE VERDAD Y JUSTICIA. 2009. Informe final. Síntesis y caracterización del régimen. Asunción, Ed. Comisión de Verdad y Justicia.</div><div style="text-align: justify;">*. COMITÉ DE IGLESIAS. Crisis mundial y recesión doméstica. Situación económica en 1982. Cuaderno de Investigación N°- 9. Departamento de Estudios. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. DA MOTA MENEZES, Alfredo. 1990. La herencia de Stroessner. Carlos Schauman Editor. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. FARINA, BERNARDO NERI. 2003. El último supremo. La crónica de Alfredo Stroessner. Asunción, Editorial El Lector.</div><div style="text-align: justify;">*. FERNÁNDEZ ESTIGARRIBIA, JOSÉ FÉLIX; SIMÓN, JOSÉ LUIS. 1987. La sociedad internacional y el Estado autoritario del Paraguay. Ed. Araverá. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. FLECHA, VÍCTOR-JACINTO Y MARTINI, CARLOS. 1994. Historia de la transición. Pasado y futuro de la democracia en el Paraguay. Asunción, Ed. Ultima Hora.</div><div style="text-align: justify;">*. FRUTOS NEUSSFAMMER, CRISTÓBAL. 1978. Álbum de oro de la segunda grandeza nacional. Stroessner. Un nombre para la historia. Su vida. Sus pensamientos. Sus obras. Asunción, Ed. Panorama. García Lupo, Rogelio. 1989. Paraguay de Stroessner. Buenos Aires, Ediciones B, Serie Repórter.</div><div style="text-align: justify;">*. GONZÁLEZ DELVALLE, ALCIBÍADES. 1984. Mi voto por el pueblo y otros comentarios. Volumen I. Edición del autor. Buenos Aires. González Delvalle, Alcibíades. 1998. Contra el olvido. La vida cotidiana en los tiempos de Stroessner. Asunción, Intercontinental Editora.</div><div style="text-align: justify;">*. HELFELD, DAVID Y WIPFLER, WILLIAM. 1982. Mbareté, ley superior del Paraguay. Nueva York, Ed. Liga Internacional de Derechos Humanos.</div><div style="text-align: justify;">*. JOHNSON, PAUL. 1989. La historia del cristianismo. Javier Vergara Editor. Buenos Aires/Madrid/México/Santiago de Chile. Lewis, Paul. 1986. Paraguay bajo Stroessner. México, Fondo de Cultura Económica.</div><div style="text-align: justify;">*. LEZCANO, CARLOS MARÍA. 1990. El régimen militar de Alfredo Stroessner. Fuerzas Armadas y política en el Paraguay 1954-1959. En: Síntesis Documental de Ciencias Sociales Iberoamericanas Nº 10.</div><div style="text-align: justify;">*. MARTINI, CARLOS. 1997. Alfredo Stroessner. En: Crónica histórica ilustrada del Paraguay. Ed. Quevedo. Buenos Aires.</div><div style="text-align: justify;">*. MASI, FERNANDO. 1989. Stroessner: la extinción de un modelo político en eh Paraguay. Ed. Ñandutí Vive/Intercontinental. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. MIRANDA, ANÍBAL. 1987. Estados Unidos y el régimen militar paraguayo 1954-1958. Documentos de fuentes norteamericanas. El Lector. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. MORENO, AUGUSTO. 1966. La época de Alfredo Stroessner. Valoración política, histórica y filosófica. Asunción, Comuneros</div><div style="text-align: justify;">*. PRIETO YEGROS, LEANDRO. 2002. Contra la mentira. La verdad sobre la vida en los tiempos de Stroessner. Asunción, Editorial Cuadernos Republicanos.</div><div style="text-align: justify;">*. RIQUELME, MARCIAL ANTONIO. 1992. Stronismo, golpe militar y apertura tutelada. Asunción, Ed. CDE/RP Ediciones.</div><div style="text-align: justify;">*. RIVAROLA, DOMINGO. 1991. Una sociedad conservadora ante los desafíos de la modernidad. Ediciones y Arte Editorial. Asunción Rodríguez Alcalá, Guido. 1990. "Testimonio de la represión política en Paraguay 1975-1989". Asunción, Comité de Iglesias, Serie "Nunca Más", Vol. 3.</div><div style="text-align: justify;">*. SCHVARTZMAN, MAURICIO. 1987. Contribuciones al estudio de la sociedad paraguaya. CIDSEP - Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. SILVERO, ILDE. 2001. Una historia sin fin: la lucha por la libertad de prensa en el Paraguay. Edición del autor. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. USAID. AID. History in Paraguay. A report on the Development Assistanse Program to Paraguay by the United States Agency for International Development (USAID) and its predecessor agencies 1942-1988.</div><div style="text-align: justify;">*. VITTONE, LUIS. 1975. Dos siglos de política nacional. Dirección de Publicaciones de las FF AA NN.</div><div style="text-align: justify;">*. YORE, FÁTIMA MYRIAM. 1992. La dominación stronista. Orígenes y consolidación. Seguridad nacional y represión. Base Investigaciones Sociales. Asunción.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">ARTÍCULOS PUBLICADOS EN ABC COLOR:</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: cyan;"><strong>LIBRO SOBRE EL TIEMPO DEL STRONISMO</strong></span></div><div style="text-align: justify;">El próximo domingo aparecerá, con el ejemplar de ABC Color, el libro número 13 de la Gran Historia del Paraguay, la colección editada por El Lector.<br />
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Se trata de “El Paraguay bajo el stronismo 1954-1989”, de Bernardo Neri Farina y Alfredo Boccia Paz. <br />
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En la introducción de su obra, los autores recuerdan que casi toda la segunda mitad de la historia paraguaya del siglo XX está dominada por el prolongado gobierno de un solo hombre: el general Alfredo Stroessner.<br />
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“El stronismo se constituye en un periodo histórico bien definido no solo por el impresionante poder acumulado de manera omnímoda, sino por las peculiares características que mostró desde sus inicios dicha dictadura”, apuntan Farina y Boccia Paz. <br />
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La de Alfredo Stroessner, si bien se trata, sin dudas, de una autocracia que sometió las instituciones republicanas, fue también un gobierno sostenido por un partido político tradicional y que se esforzó en mantener el ritual democrático como una fachada presentable ante la mirada internacional.<br />
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Fue justamente esa, la coyuntura internacional de la época que le tocó atravesar –según los autores–, la que explica en parte la larga duración de un régimen que encajaba perfectamente en la lucha ideológica que dividía al mundo con dos visiones enfrentadas e irreconciliables. “Stroessner fue un hijo regional de la Guerra Fría, a lo que sumó una inesperada habilidad para manejar los hilos de los intereses internos para mantener su larga hegemonía.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><strong>28 de Junio de 2010</strong></div><div style="text-align: right;"><strong> Fuente: <span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/nota/142682-libro-sobre-el-tiempo-del-stronismo/" href="http://www.abc.com.py/nota/142682-libro-sobre-el-tiempo-del-stronismo/"><span style="color: red;">LIBRO SOBRE EL TIEMPO DEL STRONISMO</span></a></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><span style="color: cyan;"><strong>EL PARAGUAY BAJO STROESSNER ES EL TEMA DE COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA</strong></span><br />
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<div style="text-align: justify;">Bernardo Neri Farina y Alfredo Boccia Paz han publicado varias obras sobre la dictadura de Alfredo Stroessner y el stronismo. Ahora se juntaron para escribir un libro, “El Paraguay bajo el stronismo 1954-1989”, que es el volumen número trece de la Colección La Gran Historia del Paraguay, y que aparecerá al público el próximo domingo con el ejemplar de ABC Color. <br />
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El gobierno de Alfredo Stroessner se inició oficialmente el 15 de agosto de 1954 y en aquel momento pocos pensaban que llegaría a tener la duración que tuvo: casi 35 años. Recurrentemente, surge la pregunta: “Cómo logró mantenerse tanto tiempo en el poder”. En ese sentido, Stroessner rompió una tradición paraguaya de sucesiones constantes y violentas de gobierno y de golpes y asonadas que hacían cambiar súbitamente al inquilino principal del Palacio de López. Hubo veces en la historia del Paraguay en que la población no sabía siquiera quién era el presidente de la República o que había un nuevo presidente porque el que estaba antes había sido echado. <br />
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Boccia Paz y Farina describen situaciones, narran hechos y hurgan en acontecimientos en la búsqueda de respuestas a tantas preguntas que todavía existen sobre la era de Stroessner. En el libro que aparecerá el domingo hay una historia bien compactada, de manera que sobre todo los jóvenes tengan una visión amplia acerca de quién fue Alfredo Stroessner y cómo fue su régimen. <br />
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“El Paraguay bajo el stronismo 1954-1989” es un libro muy útil para seguir manteniendo la memoria viva sobre una época reciente pero que tiende a ser olvidado en algunos aspectos. <br />
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Los autores citados trazan un relato desprovisto de juicios de valor tajantes, de manera que sean los propios lectores quienes vayan construyendo su criterio sobre el stronismo a partir de la descripción fiel y veraz de los hechos. <br />
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Al hablar de Stroessner y el stronismo se corre el riesgo –dada la cercanía del tiempo– de ceder a la tentación de la adjetivación descalificatoria o el denuesto fácil. Sin embargo, Bernardo Neri Farina y Alfredo Boccia Paz demuestran en esta obra todo su oficio de escritores interesados en servir al público a través de sus investigaciones, más que expresar simplemente sus propias opiniones sobre lo que ambos vieron y vivieron particularmente durante aquellos años. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><strong>29 de Junio de 2010</strong></div><div style="text-align: right;"><strong>Fuente: <span style="color: red;"><a href="http://www.abc.com.py/nota/143213-el-paraguay-bajo-stroessner-es-el-tema-de-coleccion-la-gran-historia/"><span style="color: red;">EL PARAGUAY BAJO STROESSNER ES EL TEMA DE COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA</span></a></span></strong></div><div style="text-align: right;"><br />
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</div><span style="color: cyan;"><strong>DISTRIBUYEN UN LIBRO SOBRE EL STRONISMO</strong></span><br />
<div style="text-align: justify;">“Si conocemos cómo y por qué nos ocurrió el stronismo, quizás podamos entender mejor por qué hoy nos va así y qué caminos del futuro no deberíamos volver a transitar, señaló Alfredo Boccia Paz, al referirse al libro “Paraguay bajo el stronismo 1954-1989”, que aparece hoy con ABC Color, y del cual es coautor junto con Bernardo Neri Farina. <br />
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“El Paraguay bajo el stronismo” es el libro número 13 de la Gran Historia del Paraguay, la Colección editada por El Lector. <br />
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En un análisis de lo que representó aquel régimen que duró casi 35 años, Boccia sostuvo que dejó marcas en la manera de ser de todos nosotros. “Moldeó un perfil autoritario, intolerante y culturalmente eunuco que explica la mala calidad de la democracia que construimos después”.<br />
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<span style="color: cyan;"><strong>La mitad del siglo XX</strong></span><br />
En la introducción de su obra, Bernardo Neri Farina y Alfredo Boccia Paz recuerdan que casi toda la segunda mitad de la historia paraguaya del siglo XX está dominada por el prolongado gobierno de un solo hombre: el general Alfredo Stroessner. “El stronismo se constituye en un periodo histórico bien definido no solo por el impresionante poder acumulado de manera omnímoda, sino por las peculiares características que mostró desde sus inicios dicha dictadura”, apuntan Farina y Boccia Paz.<br />
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La de Alfredo Stroessner, si bien se trata, sin dudas, de una autocracia que sometió las instituciones republicanas, fue también un gobierno sostenido por un partido político tradicional y que se esforzó en mantener el ritual democrático como una fachada presentable ante la mirada internacional. Fue justamente esa, la coyuntura internacional de la época que le tocó atravesar –según los autores–, la que explica en parte la larga duración de un régimen que encajaba perfectamente en la lucha ideológica que dividía al mundo con dos visiones enfrentadas e irreconciliables. “Stroessner fue un hijo regional de la Guerra Fría, a lo que sumó una inesperada habilidad para manejar los hilos de los intereses internos para mantener su larga hegemonía. <br />
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<strong>Los autores</strong> </span><br />
-Bernardo Neri Farina, periodista y escritor, nació en Asunción en 1951. Se inició en el periodismo en los años 70. Fue jefe de redacción y director de diarios, radios, semanarios, revistas, periódicos digitales. Es también guionista de programas periodísticos de televisión. En el 2003 lanzó con la Editorial El Lector su primer libro: “El último Supremo: la crónica de Alfredo Stroessner”, que es hoy fuente de consulta para historiadores y politólogos y figura en catálogos bibliográficos de varias universidades del mundo. <br />
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En el 2006 publicó “Los pecadores del Vaticano”, colección de cuentos. La narración que da título al libro obtuvo ese mismo año el segundo premio en el concurso del Club Centenario. También en el 2006 dio a conocer el libro colectivo de cuentos “Pecados capitales”, con Ramiro Domínguez, Renée Ferrer, Alcibiades González Delvalle, Pepa Kostianovsky, Francisco Pérez-Maricevich y Helio Vera. En el 2008 presentó otro libro colectivo: “Los dilemas de Lugo”. En el 2009 ganó una mención en el concurso literario Elena Anmatuna.<br />
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Fue sucesivamente secretario de redacción de La Tribuna, director del diario HOY, del semanario La Opinión y de Radio Chaco Boreal. Fue colaborador del Suplemento Cultural del diario ABC Color. Actualmente es miembro del Comité de Calidad Editorial y editorialista del diario Ultima Hora. Es columnista de la página Web TV paraguaya.com, guionista de Bruno Masi Centro de Comunicación y responsable de Comunicación Corporativa en Ernesto García Comunicación Integral. Asimismo, es director editorial del Centro Cultural El Lector y colaborador de publicaciones nacionales e internacionales.<br />
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-Alfredo Boccia Paz es profesor titular de la Facultad de Medicina de la UNA. Se ha dedicado, además, a investigar nuestro pasado reciente. Entre otros libros, es autor (solo o en coautoría) de “Es mi informe - Los archivos secretos de la Policía de Stroessner”; “La década inconclusa. Historia real de la OPM”, “En los sótanos de los generales” y “Diccionario usual del stronismo”. Nació en Bella Vista (Amambay) en 1955. Es médico, especializado en hematología en universidades de Bélgica y España. Es profesor titular de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNA y ha publicado en el campo de su especialidad el libro Enfoque diagnóstico del síndrome anémico (Servilibro, 2006) y numerosos artículos en revistas científicas nacionales y extranjeras. <br />
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Paralelamente, ha tenido militancia gremial y política y se ha dedicado a investigar nuestro pasado reciente. Ha participado en las diversas manifestaciones estudiantiles en contra de la dictadura y ha pertenecido a los grupos contestatarios.</div><div style="text-align: right;"><strong>3 de Julio de 2010</strong></div><div style="text-align: right;"><span style="color: red;"><strong><span style="color: #f3f3f3;">Fuente:</span> <a href="http://www.abc.com.py/2010/07/04/nota/145551-Distribuyen--un-libro-sobre-el-stronismo/"><span style="color: red;">DISTRIBUYEN UN LIBRO SOBRE EL STRONISMO</span></a></strong></span></div><div style="text-align: right;"><strong> Edición digital: <span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py" href="http://www.abc.com.py/"><span style="color: red;">www.abc.com.py</span></a></span></strong></div><div style="text-align: justify;">.</div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-10771376972832156522010-11-09T08:04:00.000-08:002010-11-09T08:27:51.658-08:00DIEGO ABENTE BRUN - EL PARAGUAY ACTUAL 1ª PARTE (1989-1998) / COLECCIÓN LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, Nº 14 - © Editorial El Lector, 2010.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVIsA5ODPlR7-FhphjRNKPZxSyud1rd5RwTwprhN-1qbvHXNWmyr6niwO1KH8qsU3MCHVNkIAxOOUbReZD6u7UdXDCRndl18Q6J_LrSOp0MYi9C7xdx-wnuHXO_kB122_OGhCy4uWPMok/s1600/diego+abente+brun+paraguay+actual+1989+1998.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" px="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiVIsA5ODPlR7-FhphjRNKPZxSyud1rd5RwTwprhN-1qbvHXNWmyr6niwO1KH8qsU3MCHVNkIAxOOUbReZD6u7UdXDCRndl18Q6J_LrSOp0MYi9C7xdx-wnuHXO_kB122_OGhCy4uWPMok/s400/diego+abente+brun+paraguay+actual+1989+1998.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>EL PARAGUAY ACTUAL 1ª PARTE (1989-1998)</strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong>Obra de <a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1699"><span style="color: red;">DIEGO ABENTE BRUN</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><strong>COLECCIÓN</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, Nº 14</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>© Editorial El Lector</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director Editorial: Pablo León Burián</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director de la Colección: Herib Caballero Campos</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño de portada: Celeste Prieto</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño Gráfico: Joel Lezcano Aguilar</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Corrección: Nidia Campos</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Portada: Fotografía de la Convención Nacional Constituyente de 1992.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Archivo Fotográfico de ABC Color.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Fotografías: Archivo Fotográfico de ABC COLOR.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98</strong></div><div style="text-align: center;"><strong> ISBN: 978-99953-1-086-8</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector I: 25 de Mayo y Antequera. Tel. 491 966</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector II: San Martín c/ Austria.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Tel. 610 639 - 614 258/9</strong></div><div style="text-align: center;"><span style="color: red;"><strong><a _cke_saved_href="http://www.ellector.com.py/" href="http://www.ellector.com.py/"><span style="color: red;">www.ellector.com.py</span></a></strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong>Esta edición consta de 15 mil ejemplares</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Asunción – Paraguay (122 páginas)</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">CONTENIDO - PRÓLOGO</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">LAS TRIBULACIONES DE LA TRANSICIÓN: </span></strong><span style="color: cyan;"></span>El evento detonante y sus consecuencias /Una transición política en dos tiempos / El gobierno del General Rodríguez /Las elecciones del 1 de Mayo y la nueva arena política / La oposición se fortalece / Las elecciones de 1993 y el re-comienzo de la transición/La democracia y su tumultuoso comienzo / El gobierno de unidad nacional: oportunidad desperdiciada.</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">TRANSFORMACIONES ECONÓMICAS Y SOCIALES:</span></strong><span style="color: cyan;"></span> La transformación de la matriz socio-económica/La Transformacion de la Estructura /Socio-Económica Rural/La nueva orientación de la política económica/La agenda de la reforma económica del gobierno de Wasmosy /Las crisis financieras /Balance económico-social</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">LA TRANSFORMACIÓN DEL APARATO ESTATAL: </span></strong><span style="color: cyan;"></span>Capacidad estatal: fiscalidad y burocracia /Gasto público y masa salarial /Gasto público y nivel de remuneraciones /La transición y la reforma educativa/La transición y la política de salud/ El combate a la pobreza</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">CONCLUSIÓN</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">CRONOLOGÍA</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">EL AUTOR</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">FUENTES CONSULTADAS</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">PRÓLOGO</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">El volumen XIV de la Gran Historia del Paraguay abarca un proceso histórico muy reciente que fue vivido por la mayor parte de la población actual del Paraguay. Este tipo de análisis del pasado está enmarcado en lo que los teóricos de la historia denominan la Historia Reciente o incluso algunos consideran como válido denominar Historia del Presente.</div><div style="text-align: justify;">Ambas posiciones historiográficas se encuentran en discusión por quienes las aceptan como paradigmas válidos para la labor propiamente histórica mientras otros autores e historiadores consideran que el análisis de estos períodos, corno más pertinentes para los estudios sociológicos, politológicos o periodísticos.</div><div style="text-align: justify;">En este sentido la gran erudición y la consabida capacidad de análisis del Dr. Diego Abente, uno de los principales estudiosos del proceso de transicióna la democracia en el Paraguay, permitirá al lector comprender desde una perspectiva amplia y con desapasionamiento los hechos históricos transcurridos en la primera etapa de la transición paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">El Dr. Diego Abente Brun presenta una visión amplia y rigurosa de los complejos procesos que se iniciaron cuando el 3 de febrero de 1989 concluía la más larga dictadura de América Latina, la de Alfredo Stroessner.</div><div style="text-align: justify;">La obra está dividida en tres capítulos que abarcan el aspecto político, el socioeconómico y por último la transformación del estado durante el período del que se ocupa el presente libro.</div><div style="text-align: justify;">En cuanto al proceso iniciado en la noche de la Candelaria de 1989, el Dr. Abente sostiene que "El gobierno apuntaba hacia el establecimiento de una democracia suigeneris, con el Partido Colorado en el poder y las Fuerzas Armadas ejerciendo el rol de árbitro. La oposición, por su parte, utilizó los espacios de libertad recién conquistados para organizarse, competir y presionar por la vigencia de una democracia real".</div><div style="text-align: justify;">La capacidad de analista político del autor se despliega en toda su magnitud en este capítulo al analizar las características de un proceso que concluyó hace pocos añosy todos los elementos que permitieron con avances y retrocesos consolidar la democracia por primera vez en los doscientos añosde la vigencia del sistema republicano en el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">En lo referente a las transformaciones vividas durante la primera década de la transición, el autor sostiene "En el área rural se produjo una concentración de la propiedad y una desintegración de la pequeñapropiedad rural de gran magnitud y profundas consecuencias. En contraste, en el área urbana se produjo una disminución relativa del empleo en el sector formal donde se encuentran las empresas de mayor tamaño, y un aumento del empleo en el sector informal", dichos factores son analizados por el autor, de tal forma que permitirá al lector comprender los grandes desafíos que todavía hoy en día están pendientes de solución. Con datos estadísticos, explicados de forma clara, podemos entender los profundos cambios en la estructura económica y social de nuestro país en la última década del pasado siglo.</div><div style="text-align: justify;">El último capítulo analiza los aspectos vinculados al estado, en él estudian la relación entre las recaudaciones y el gasto salarial estatal. Los gastos referentes a saludy a educación y la evolución de dicho gasto así como la calidad del mismo. En otro apartado se ocupa de investigar el combate a la pobreza, y los desafíos que aún persisten en esa área pues como sostiene el autor, la pobreza extrema en Paraguay, es el "...el resultado de la partidización de las políticas públicas y de la perversa y generalizada presencia del clientelismo y la arbitrariedad".</div><div style="text-align: justify;">Este volumen permitirá al lector discernir desde una perspectiva científica e histórica los acontecimientos analizados, por lo tanto no sólo es recomendable sino necesariala lectura de este libro del Dr. Abente, pues facilita la discusión y por sobre todo, dando algo más de luz sobre procesos tan complejos que hasta hoy pocas veces han sido estudiados, desde fuera del fragor de la lucha política cotidiana.</div><div style="text-align: justify;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=679"><span style="color: red;">HERIB CABALLERO CAMPOS</span></a></strong><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">LAS TRIBULACIONES DE LA TRANSICIÓN</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">La transición a la democracia en el Paraguay formó parte de lo que Samuel Huntington llamó "TERCERA OLA" de democratización que empezó en República Dominicana y Ecuador en 1978. En total diez y seis países latinoamericanos "transitaron" del autoritarismo a la democracia en dicho período.</div><div style="text-align: justify;">La literatura académica ha explicado el surgimiento de las democracias apelando a diferentes variables. Las primeras teorías, siguiendo el trabajo pionero de Seymour Martin Lipset, enfatizaron el rol del nivel de desarrollo económico argumentando que las democracias surgían, o se consolidaban como argumenta Adam Przeworski, cuando los países alcanzaban determinado umbral de desarrollo económico.</div><div style="text-align: justify;">Otros estudios se centraron en el rol de la estructura social. En este caso, siguiendo el pionero trabajo de Barrington Moore autores como Larry Diamond, John Stephens and Evelyne Huber Stephens, and Dieter Rueschemeyer han ensayado diferentes hipótesis sobre el rol jugado por las distintas clases sociales.</div><div style="text-align: justify;">Algunos estudios, en cambio, han privilegiado el factor cultural, siguiendo los pasos de la famosa contribución de Gabriel Almond and Sidney Verba de principios de la década de 1960.</div><div style="text-align: justify;">Los trabajos más recientes como los de Valerie Bunce and Kristian Gleditsch, han prestado particular atención al llamado efecto de "difusión", esto es al carácter contagiosode la democratización en regiones contiguas. En este marco, también pueden inscribirse las interpretaciones que ponen el acento en el rol de los factores externos.</div><div style="text-align: justify;">Finalmente, otros autores han centrado su atención en la conjunción de las variables contingentes. En una temprana y lúcida contribución, por ejemplo, Dankwart Rustow explicaba el surgimiento de la democracia como una suerte de sub-producto de un prolongado e inconcluso impasse entre fuerzas profundamente arraigadas que no podían imponerse las unas a las otras. Este argumento es similar al desarrollado por Robert Dahl en su famosa Poliarquía cuando describía el espacio favorable para la democracia como aquél en que las élites en el poder concluían que el costo de represión excedía al costo de tolerancia. En esta misma tradición teórica se encuentra el más completo e influyente estudio de la democratización en América Latina, realizado por Guillermo O'Donnell. Philippe Schmitter y Laurence Withehead. De particular relevancia ha resultado el análisis de O'Donnell sobre las escisiones en las coaliciones gobernantes y las tensiones entre "duros" y "blandos".</div><div style="text-align: justify;">Aunque estas diversas contribuciones al estudio de la democratización pueden ser vistas a un cierto nivel como complementarias, o al menos como no mutuamente excluyentes, la perspectiva adoptada aquí es la de los autores mencionados en último lugar. Como se verá, este ángulo de análisis, esta mirada, privilegia los factores contingentes que son al fin de cuentas los que definen el curso de las coyunturas. Sin embargo, si el objeto de estudio fuese otro, por ejemplo la calidad de la democracia, sin duda el arsenal explicativo debería desplazarse y privilegiar las variables estructurales.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">EL EVENTO DETONANTE Y SUS CONSECUENCIAS</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La noche del 2 de febrero de 1989, fiesta de la Virgen de la Candelaria, el Paraguay contempló azorado el golpe militar que había sido sospechado, anunciado y soñado infinidad de veces pero que entonces, finalmente, estaba sucediendo. Como si fuese poco, la gente podía seguir por radio los principales acontecimientos. En las primeras horas de la mañanadel 3 de febrero, la ciudadanía se echó a las calles para celebrar no un golpe, sino algo mucho más profundo y significativo: la caída de la larga y cruenta dictadura stronista. El fin de la dictadura significaba muchas cosas, pero en su dimensión más esencial representaba el desmantelamiento de un sistema autoritario de dominación política basado en la identificación del Estado con el Partido Colorado y las Fuerzas Armadas, y en una estrategia de represión, control y cooptación estatal de la oposición política y de los actores sociales independientes.</div><div style="text-align: justify;">Como sucede a menudo en acontecimientos de esta naturaleza, no cabía duda acerca del sistema político que acababa de colapsar y de ahí la indescriptible alegría popular,pero que sistema lo iba a reemplazar, constituía todavía una incógnita. La proclama de los militares victoriosos fue clara y ambigua a la vez, ya que argumentaron que el golpe se había realizado en defensa de la democracia y por el respeto a los derechos humanos, pero también, y a la vez, para asegurar la unidad y continuidad del coloradismo en el poder. Se trataba, claramente, del inicio de un proceso de liberalización, pero no necesariamente de democratización stricto sensu.</div><div style="text-align: justify;">Hasta la fecha no hay datos concretos sobre el número de bajas en la noche de la Candelaria de 1989</div><div style="text-align: justify;">Este capítulo busca desentrañarla dinámica de la primera década de la transición y se divide en tres secciones. En la primera se analiza el cambio de las reglas del juego político, esto es la democratización propiamente dicha. En la segunda parte se examinan las transformaciones económicas y sociales, tanto las que respondieron primariamente a causas estructurales como aquellas que fueron producto de políticas públicas deliberadas. Así como la política no se desarrolla en un vacío sino que responde a condicionantes estructurales endógenos y exógenos, la misma también transforma realidades. Por ello en la tercera parte se analiza el impacto de la transición en el Estado, examinando los cambios en el aparato estatal y el impacto de las políticas públicas en el campo de la educación, la salud, y el combate a la pobreza.</div><div style="text-align: justify;">Una transición política en dos tiempos Aunque el momento en que sucedió y la forma como se produjo la caída de Stroessner pudo haber causado sorpresa, el proceso que siguió a su caída no hizo más que confirmar la tesis de que la era post-stronista iba a plantear al gobierno que le sucediese serios problemas para reconstituir una coalición gobernante y alcanzar un mínimo nivel de hegemonía. Las dificultades de acumular el poder necesario para impulsar un esquema de gobierno alternativo exigirían la adopción de una solución de compromiso en la cual deberían ser incluidos al menos algunos sectores liberalizantes. Esta apertura al interior de la coalición gobernante desencadenaría a su vez un proceso de liberalización que abriría las puertas a una eventual democratización. El post-stronismo se constituiría así en una coyuntura con alto potencial democratizante no necesariamente por la fuerza de los sectores democráticos sino por las altas chances de producir dicho resultado como sub-producto de la lógica que acaba de desencadenarse.</div><div style="text-align: justify;">En cierta medida la transición política paraguaya fue similar a la apertura brasilera que comenzó con el gobierno del General Ernesto Geisel. Iniciado por parte de la élite del gobierno como consecuencia de una división en la coalición gobernante, el proceso fue evolucionando como una típica transición desde arriba. Controlada por el gobierno en todo momento la transición no se basó en un pacto explícito y fue por lo tanto menos estructurada que las rupturas pactadas de Uruguay y Chile.</div><div style="text-align: justify;">La proclama de los militares victoriosos reflejó esta situación de manera evidente y tradujo claramente esta profunda contradicción. En esencia el comunicado anunciaba el compromiso del nuevo gobierno de respetar los derechos humanos, establecer una verdadera democracia, tratar con igualdad a todos los partidos políticos pero asegurando la continuidad del Partido Colorado en el poder, respetar a la Iglesia Católica y a la religión y modificar el sistema legal para garantizar la democratización.</div><div style="text-align: justify;">Se iniciaba la transición, es cierto, pero ¿transición a qué? ¿Cómo conciliar la democracia con el principio de la continuidad del Partido Colorado en el poder? Esta contradicción central marcó todo el período de gobierno del general Andrés Rodríguez.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">CONCLUSIÓN</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La transición política trajo aparejada cambios profundos y si bien el advenimiento de la democracia no fue fácil y su calidad deja mucho que desear, es indiscutible que sigue siendo el menos malo de los sistemas que haya experimentado la humanidad. Pero, ¿por qué entonces los resultados económicos y sociales han dejado tanto que desear? Las razones son varias y complejas, pero sin duda un factor fundamental es la baja calidad del proceso político en gran medida resultado de la mala alineación entre los incentivos que el mismo produce y los mejores intereses de la nación.</div><div style="text-align: justify;">La realidad política interpone al menos cuatro grandes obstáculos para el mejoramiento sustancial de la calidad de la democracia. Los mismos pueden ser resumidos como sigue:</div><div style="text-align: justify;">1. Un Poder Ejecutivo fuerte en el manejo del patronazgo y el clientelismo pero débil en sus prerrogativas de selección de políticas públicas y sujeto a un Congreso con poderes exagerados, tales como:</div><div style="text-align: justify;">• Levantar un veto presidencial por simple mayoría de ambas cámaras;</div><div style="text-align: justify;">• Levantar un pedido de tratamiento de urgencia por simple mayoría de cualquiera de las dos cámaras,</div><div style="text-align: justify;">• Aumentar la estimación de ingresos del Presupuesto General discrecionalmente y aprobar un presupuesto desagregado hasta el nivel del salario de un funcionarioparticular;</div><div style="text-align: justify;">• Modificar las leyes irrestrictamente, i.e. alterar una ley permanente a través de una temporal, como la ley de presupuesto anual, o una ley de ampliación presupuestaria, o modificar un código a través de una ley cualquiera, debido a la ausencia de una jerarquía de leyes;</div><div style="text-align: justify;">• Impulsar el juicio político al presidente sobre la base de "mal desempeño de sus funciones", i.e. introduciendo una analogía del voto de no confianza propio de los sistemas parlamentaristas en el marco de una constitución supuestamente presidencialista.</div><div style="text-align: justify;">2. Un Congreso que además de tener dichos poderes exagerados está caracterizado por:</div><div style="text-align: justify;">• Una gran fragmentación política;</div><div style="text-align: justify;">• Falta de reglas estrictas para presentar proyectos de leyes lo que produce una inflación de leyes, un deterioro de su calidad, y genera un poderoso incentivo para el intercambio de apoyos en leyes de carácter y alcance particularista;</div><div style="text-align: justify;">• Elección anual de autoridades hasta el nivel de miembros de comités lo que aumenta el incentivo para las negociaciones particularistas;</div><div style="text-align: justify;">• Excesiva discrecionalidad para regular aspectos puramente administrativos y poderes decisivos acerca de la constitución y el funcionamiento del Poder judicial.</div><div style="text-align: justify;">• Un sistema de elección de representantes por el sistema de representación proporcional D'Hondt (tanto para las primarias como para las nacionales) que garantiza la fragmentación, la indisciplina partidaria, y la falta de accountability;</div><div style="text-align: justify;">• Un sistema electoral que prácticamente asegura una automática mayoría opositora al Ejecutivo en todos los cuerpos legislativos (Congreso, Juntas Departamentales, Juntas Municipales) con lo que se agrava permanentemente el problema de gobernabilidad;</div><div style="text-align: justify;">• Un mecanismo electoral que no sirve ni para proporcionarrepresentaciónjusta e igual sobre labase de la proporcionalidad ni para el propósito central de producir mayorías que aseguren gobiernos estables.</div><div style="text-align: justify;">3. Un Poder judicial:</div><div style="text-align: justify;">• Altamente politizado, en el que todos los órganos relevantes, como el Consejo de la Magistratura y el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados están integrados también por diputados y senadores;</div><div style="text-align: justify;">• Una Corte Suprema con grandes poderes jurisdiccionales, incluyendo el nombramiento y la reelección de jueces;</div><div style="text-align: justify;">• Una enorme mora judicial que en el caso particular de las acciones de inconstitucionalidad puede ser visto como la consagración de la arbitrariedad como norma suprema;</div><div style="text-align: justify;">• Una figura de inconstitucionalidad que invita a ser usada para dilatar casos y que además, al funcionar solo inter-partes y no erga-omnes, implica que una ley o acto considerado inconstitucional lo es solo para el peticionante, pero no para el resto de los ciudadanos;</div><div style="text-align: justify;">• Una bajísima credibilidad en la opinión pública debido a los persistentes casos de corrupción, nepotismo, y tráfico de influencia.</div><div style="text-align: justify;">4. Un Estado:</div><div style="text-align: justify;">•grande pero ineficaz, con exceso de personal de baja calificación;</div><div style="text-align: justify;">• con instituciones excesivamente vulnerables a los intereses de los "rent-seekers" (rentistas) que desde el Congreso obtienen beneficios personales o sectoriales a cambios de apoyos en la discusión presupuestaria o en la legislación pertinente;</div><div style="text-align: justify;">• sin un verdadero sistema meritocrático;</div><div style="text-align: justify;">• con altos niveles de corrupción, duplicación de funciones, y altísimos costos administrativos (en promedio 90% de los ingresos tributarios son devorados por los rubros de salarios de los funcionarios activos y jubilaciones de los pasivos de laAdministración Central;</div><div style="text-align: justify;">• con baja capacidad técnica para desarrollar, implementar y evaluar políticas y baja auto-estima;</div><div style="text-align: justify;">• con muy baja capacidad de reforzar efectivamente un extremadamente complejo y extenso sistema de leyes, regulaciones y ordenanzas;</div><div style="text-align: justify;">• con una estructura de descentralización que introduce una gran ambigüedad acerca de las esferas de responsabilidad de los gobiernos sub-nacionales (gobernaciones y municipios) que poseen además muy baja capacidad administrativa para cumplir sus funciones;</div><div style="text-align: justify;">• con cuerpos legislativos (Juntas Departamentales y Municipales) que asumen virtuales poderes jurisdiccionales sobre la ejecución presupuestaria generando así un amplio y fértil campo para la corrupción y el tráfico de influencia;</div><div style="text-align: justify;">• con una estructura impositiva que promueve la "pereza fiscal" por parte de los gobiernos sub-nacionales;</div><div style="text-align: justify;">• sin reglas claras sobre los límites y procedimientos para la emisión de deuda.</div><div style="text-align: justify;">Con respecto al sistema electoral, una consideración especial merece el tema de las llamadas "listas sábanas", que ha generado considerable debate recientemente. Un análisisen profundidad del tema demuestra que aunque se pretenda dar al elector mayor poder, en realidad las opciones que se manejan inducen a una suerte de ilusión colectiva que ciertamente terminará produciendo una frustración mayor de la que ya genera el sistema actual.</div><div style="text-align: justify;">En efecto, el sistema de votación preferencial solo permitirá decidir al elector quién de los integrantes de la lista merece su mayor confianza. Sin embargo, al hacerlo el elector estará votando también por todos los otros candidatos puesto que estará optando por dicha lista. No podrá eliminar a quienes considere "indeseables" en dicha lista, puesto que el voto preferencial es solo positivo y no negativo. Elegirá simplemente el pedazo de la sábana que le gusta más. Y de yapa, se llevará el resto.</div><div style="text-align: justify;">El efecto del voto preferencial variará en relación inversamente proporcional a 1) el tamañode los cuerpos colegiados, y 2) el número probable de bancas a que pueda acceder cada partido.</div><div style="text-align: justify;">En cuanto al primer punto, en el caso de la Cámara de Senadores, su impacto será insignificante. En efecto, sus 45 miembros son electos en una circunscripción electoral nacional. Esto plantea un dilema de acción colectiva de solución casi imposible. En efecto, cómo hacer que un número significativo de electores coincida en UN candidato preferencial de una lista de 45 candidatos? Segundo, si tal cosa sucediera, harto improbable, ello cambiaria el lugar en la lista de solamente UN candidato, que probablemente esté de todas maneras en la parte "segura" de la lista.</div><div style="text-align: justify;">En cuanto al segundo punto, la relevancia del voto preferencial variará en función al número esperado de bancas por partido. Las últimas cuatro elecciones permiten estimar de manera aproximada el númeromínimo y máximo de bancas que le corresponderá a cada partido. Todos los candidatos de la lista que ocupan los lugares llamados "seguros", por estar por debajo del límite mínimo de bancas, tendrán su elección prácticamente asegurada independientemente de que el voto preferencial les ascienda o descienda un lugar en la lista.</div><div style="text-align: justify;">En el caso de la ANR y el PLRA que han obtenido entre 16 y 25 y entre 13 y 17 bancas respectivamente, se podría asegurar que todo candidato que ocupe los primeros 16 lugares en el caso del Partido Colorado y los primeros 13 lugares en el caso del PLRA tiene su elección prácticamente asegurada.</div><div style="text-align: justify;">A medida que disminuya el número de candidatos "entrables " el voto preferencial podría ser más efectivo. Casos intermedios son los de UNACE y Patria Querida, ya que tienen entre 7 y 8 senadores, pero es muy poco probable que un voto preferencial cambie el resultado.</div><div style="text-align: justify;">Solamente en los partidos más pequeños, con un solo Senador, un voto preferencial que favorezca al número 2 de la lista podría cambiar el resultado, si una gran mayoría de los votantes se decidiera por el candidato número 2 y no por el 3 o 4 o 5 o 45. Por esta misma razón el voto preferencial puedetener un efecto marginal en las elecciones para diputados en circunscripciones pequeñas.</div><div style="text-align: justify;">El efecto que sí se producirá con el voto preferencial es la personalización aun mayor de la política. Se corre el riesgo, sin duda, de que cada elección se convierta en una suerte de concurso de belleza. Cada candidato hará una campañapor sí y para sí, aunque tenga su elección asegurada, con lo que el dinero y los adinerados tendrán la ventaja. Y como el impacto sobre la representación en el más optimista de los escenarios será mínimo, se habrá agregado un problema más a los que ya existen.</div><div style="text-align: justify;">Pero el problema de fondo, el de la calidad de la representación seguirá pendiente, porque no se resolverá con fuegos de artificio sino con un debate serio sobre la reforma constitucional. La única manera de cambiar el sistema electoral de las llamadas listas sábanas es cambiando la Constitución. Y al cambiar la clausulaelectoral hay que estudiar también el cambio de los otros problemas que se han identificado más arriba. En ese conjunto debe incluirse la discusión de la cuestióncentral en materia electoral: ¿Es preferible un sistema de representación uninominal en distritos pequeños, o de representación plurinominal en distritos grandes? ¿No será mejor acaso un sistema mixto que combine la representación uninominal por distritos electorales pequeñosen las instancias en las que los intereses territoriales deberían prevalecer, como las concejalías municipales y las diputaciones departamentales, y un sistema plurinominal por listas cuando los intereses a representar sean generales?</div><div style="text-align: justify;">El mejoramiento de la calidad de la democracia supone, como mínimo, enfrentar estos problemas e introducir las correcciones necesarias. Ello requiere un debate ilustrado, es decir serio y fundamentado. El mismo, lamentablemente, está todavía ausente del escenario político. La discusión sobre la reforma constitucional ilustra esto de manera clara. Pocas veces ha habido un debate sistemático sobre los puntos arriba mencionados. Generalmente, cuando se habla de ella se menciona el tema de la re-elección, que es en el mejor de los casos apenas uno de los menos importantes, o el voto de loscompatriotas en el exterior, que lamentablemente, no pasa deser parte de una campañapolítica permanente en las internas de algunos partidos.</div><div style="text-align: justify;">Además, los cambios pocas veces son simplemente el resultado de las buenas intenciones o del más o menos acertado diagnóstico de técnicos y expertos. Para producirlos hace faltagenerar una demanda fuerte y sostenida de la sociedad. Hasta que ello suceda, y hasta que las elites dirigentes despierten y asuman un rol de agentes de cambio y progreso, la sociedad seguirá teniendo el sistema que su demanda, o falta de demanda, genere.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">FUENTES CONSULTADAS</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">ABENTE BRUN, DIEGO. 2006.Informe Sobre Estatalidad, Preparado para el Informe Sobre Desarrollo Humano (Asunción: Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo).</div><div style="text-align: justify;">-----------------.2005. "En conclusión: El malestar de la democracia o la democracia delmalestar?"en Diego Abente y Fernando Masi, eds, Estado, Economía y Sociedad: UnaMirada Internacional a la Democracia Paraguaya, CADEP, Asunción.</div><div style="text-align: justify;">---------------- 1999. "People Power in Paraguay", Journal of Democracy, 10, 6, April.</div><div style="text-align: justify;">---------------- 1995. "A Party System in Transition: The Case of Paraguay." In Scott Mainwaringand Timothy R. Scully, eds., Building Democratic Institutions: Party Systems in LatinAmerica. (Stanford: Stanford University Press).</div><div style="text-align: justify;">---------------- 1993. 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Panorama Social de América Latina (Santiago: CEPAL).</div><div style="text-align: justify;">COMISIÓN ECONÓMICA PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 2002. Anuario Económico para América Latina. (Santiago: CEPAL).</div><div style="text-align: justify;">COSTA, JOSÉ MARÍA Y OSCAR AYALA BOGARÍN, 1996. Operación Gedeón: Los secretos de un golpe frustrado (Asunción, Editorial Don Bosco)</div><div style="text-align: justify;">CORONEL, ROSA MARÍA. 2004. El Rol del Gasto Públicoen el Sector Salud, Tesis (en elaboración) para la Maestría de Gestión Pública CADEP-UCA.</div><div style="text-align: justify;">DAHL, ROBERT. 1971. Polyarchy: Participation and Opposition. (New Haven: Yale University Press).</div><div style="text-align: justify;">DIAMOND, LARRY JONATHAN HARTLYN, JUAN J. LINZ, AND SEYMOUR MARTIN LIPSET 1999. Democracy in Developing Countries: LatinAmerica. (Boulder, CO: Lynne Reinner).</div><div style="text-align: justify;">DIAMOND, LARRY AND LEONARDO MORLINO, eds. 2005. 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INFORME PARAGUAY, Asunción</div><div style="text-align: justify;">---------------- 2003. OBJETIVOS DE DESARROLLO DEL MILENIO. INFORME PARAGUAY, Asunción.</div><div style="text-align: justify;">PRZEWORSKI, ADAM, MICHAEL E. ALVAREZ, JOSÉ A. CHEIBUB AND FERNANDO LIMONGI. 2000. Democracy and Development: Political Institutions and Well-Being in the World, 1950-1990. (New York: Cambridge University Press).</div><div style="text-align: justify;">ROBERTS, KENNETH M. 2002. "Social Inequalities Without Class Cleavages in Latin Americans Neoliberal Era." Studies in Comparative International Development 36, 4 (Winter): 3-33.</div><div style="text-align: justify;">ROBLES, MARCOS. "Pobreza y Gasto Público en Educación en Paraguay"</div><div style="text-align: justify;">RUESCHEMEYER, DIETRICH, EVELYNE HUBER STEPHENS, & JOHN D. STEPHENS. 1992. Capitalist Development and Democracy. (Chicago: University of Chicago Press).</div><div style="text-align: justify;">RUSTOW, DANKWART. 1970. "Transitions to Democracy: Towards a Dynamic Model." Comparative Politics 2 (April): 337-363.</div><div style="text-align: justify;">SARTORI, GIOVANNI. 1976. Parties and Party Systems. (Cam-bridge: Cambridge University Press).</div><div style="text-align: justify;">STOKES, SUSAN C. 2001. Mandates and Democracy. Neoliberalism by Surprise in Latin America. (Cambridge: Cambridge University Press).</div><div style="text-align: justify;">THERBORN, GÖRAN. 1979. "The Travail of LatinAmerican Democracy" The New Left Review 1: 113-114.</div><div style="text-align: justify;">UNITED NATIONS DEVELOPMENT PROGRAM. 2004a. La Democracia en América Latina: Hacia una Democracia de Ciudadanos y Ciudadanas. (Buenos Aires: Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara).</div><div style="text-align: justify;">UNITED NATIONS DEVELOPMENT PROGRAM. 2004b. La Democracia en América Latina: El Debate Conceptual Sobre la Democracia. (Buenos Aires: Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara).</div><div style="text-align: justify;">VALENZUELA, ARTURO, 1997. The Coup that didn´t happen (en Journal of Democracy, 9, 1, January)</div><div style="text-align: justify;">VICE-MINISTERIO DE EDUCACIÓN, 2001. SNEPE, Informes de Pruebas Nacionales, Asunción.</div><div style="text-align: justify;">WEBER, MAX. 1997. Theory of Social and Economic Organization. (New York: Free Press).</div><div style="text-align: justify;">WILKIE, JAMES W. EDUARDO ALEMAN, AND JOSÉ G. ORTEGA. 2002. "Statistical Abstract for Latin America." (Los Angeles: UCLA-Latin American Center Publication).</div><div style="text-align: justify;">WORLD INTERNATIONAL PROPERTY ORGANIZATION. 2005. Patent Applications by Offices: 1985 to 2004. (Geneva: World International Property Organization).</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;">///</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: orange;">ARTÍCULOS SOBRE EL LIBRO EN EL DIARIO ABC COLOR</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">UNA OBRA DE DIEGO ABENTE BRUN - “EL PARAGUAY ACTUAL 1ª PARTE SERÁ LA PRÓXIMA ENTREGA”</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">“El Paraguay actual 1ª parte: 1989-1998”, de Diego Abente Brun, es el libro número 14 que prepara la Colección La Gran Historia del Paraguay, editada por El Lector y distribuida por ABC Color, para el próximo domingo 11 de julio.</div><div style="text-align: justify;">Esta colección entregó ayer al público su décimo tercer libro: “El Paraguay bajo el stronismo 1954-1989”, de Bernardo Neri Farina y Alfredo Boccia Paz.</div><div style="text-align: justify;">Los libros publicados hasta el momento dentro de la Colección La Gran Historia del Paraguay son: Los pueblos indígenas del Paraguay, de José Zanardini; La colonización del Paraguay 1537-1680, de Juan Bautista Rivarola Paoli; La provincia del Paraguay. Revolución y Transformación 1680-1780, de Ignacio Telesca; Proceso de la independencia paraguaya 1780-1813, de Herib Caballero Campos; El Paraguay durante los gobiernos de Francia y los López, de Beatriz González de Bosio y Nidia R. Areces; La Guerra contra la Triple Alianza, 1864-1870. Primera parte, de César Cristaldo; La Guerra contra la Triple Alianza. 1864-1870. Segunda parte, de Hugo Mendoza; El Paraguay de la posguerra, 1870-1900, de Carlos Gómez; El Paraguay a comienzos del siglo XX 1900-1932, de Liliana Brezzo; La Guerra del Chaco, 1932-1935, de Luis Verón; El Paraguay bajo el nacionalismo. 1936-1947, de José Carlos Rodríguez; La hegemonía colorada. 1947-1954, de Alcibiades González Delvalle (27 de junio); El Paraguay bajo el stronismo. 1954-1989, de Bernardo Neri Farina y Alfredo Boccia Paz.</div><div style="text-align: justify;">Las personas a las que les falta alguno de los números pueden acudir a los dos locales de El Lector (San Martín c/ Austria y 25 de Mayo y Antequera) o a ABC Color (Yegros c/ Herrera) para adquirirlo. También puede solicitar los libros a sus canillitas o a los distribuidores de su zona.</div><div style="text-align: justify;">Sobre el próximo libro de esta serie, “El Paraguay actual 1ª parte: 1989-1998”, el director de la Colección La Gran Historia del Paraguay, Herib Caballero, señala que “la gran erudición y la consabida capacidad de análisis del Dr. Diego Abente, uno de los principales estudiosos del proceso de transición a la democracia en el Paraguay, permitirá al lector comprender desde una perspectiva amplia y con desapasionamiento los hechos históricos transcurridos en la primera etapa de la transición paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">Agrega Herib Caballero que “el Dr. Diego Abente Brun presenta una visión amplia y rigurosa de los complejos procesos que se iniciaron cuando el 3 de febrero de 1989 concluía la más larga dictadura de América Latina, la de Alfredo Stroessner. La obra está dividida en tres capítulos que abarcan el aspecto político, el socioeconómico y por último la transformación del Estado durante el periodo del que se ocupa el presente libro”.</div><div style="text-align: justify;">4 de Julio de 2010</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><span style="color: red;"><strong>Fuente: <a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/nota/146004-el-paraguay-actual-1-parte-sera-la-proxima-entrega/" href="http://www.abc.com.py/nota/146004-el-paraguay-actual-1-parte-sera-la-proxima-entrega/"><span style="color: red;">“EL PARAGUAY ACTUAL 1ª PARTE SERÁ LA PRÓXIMA ENTREGA”</span></a></strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">UNA VISIÓN PROFUNDA SOBRE EL PAÍS DESPUÉS DE LA DICTADURA STRONISTA</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Este volumen, que es el número 14 del total de 20 a ser editados, llegará al público el próximo domingo, con el ejemplar de ABC Color, con un precio total (diario más libro) de 20.000 guaraníes.</div><div style="text-align: justify;">De acuerdo con lo señalado por el director de la Colección La Gran Historia del Paraguay, Herib Caballero Campos, en “El Paraguay actual” Diego Abente Brun presenta una visión amplia y rigurosa de los complejos procesos que se iniciaron cuando el 3 de febrero de 1989 concluía la más larga dictadura de América Latina, la de Alfredo Stroessner.</div><div style="text-align: justify;">La obra está dividida en tres capítulos que abarcan el aspecto político, el socioeconómico y por último la transformación del Estado durante el periodo del que se ocupa el mencionado libro.</div><div style="text-align: justify;">En cuanto al proceso iniciado en la noche de la Candelaria de 1989, el doctor Abente sostiene que “El gobierno apuntaba hacia el establecimiento de una democracia sui géneris, con el Partido Colorado en el poder y las Fuerzas Armadas ejerciendo el rol de árbitro. La oposición, por su parte, utilizó los espacios de libertad recién conquistados para organizarse, competir y presionar por la vigencia de una democracia real”.</div><div style="text-align: justify;">La capacidad de analista político del autor se despliega en toda su magnitud en este capítulo –dice Caballero Campos– al analizar las características de un proceso que concluyó hace pocos años y todos los elementos que permitieron con avances y retrocesos consolidar la democracia por primera vez en los doscientos años de la vigencia del sistema republicano en el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">En lo referente a las transformaciones vividas durante la primera década de la transición, Abente Brun sostiene: “En el área rural se produjo una concentración de la propiedad y una desintegración de la pequeña propiedad rural de gran magnitud y profundas consecuencias. En contraste, en el área se produjo una disminución relativa del empleo en el sector formal donde se encuentran las empresas de mayor tamaño, y un aumento del empleo en el sector informal”.</div><div style="text-align: justify;">Dichos factores son analizados por el autor de tal forma que permitirá al lector comprender los grandes desafíos que aún hoy en día están pendientes de solución. Con datos estadísticos explicados de forma clara podemos comprender los profundos cambios en la estructura económica y social de nuestro país en la última década del pasado siglo.</div><div style="text-align: justify;">El último capítulo del libro a ser presentado el domingo al público analiza los aspectos vinculados al Estado. En él, el autor explica la relación entre las recaudaciones y el gasto salarial estatal. Los gastos referentes a salud y a educación y la evolución de dicho gasto así como la calidad del mismo.</div><div style="text-align: justify;">En otro apartado Diego Abente se ocupa de analizar el combate a la pobreza y los desafíos que aún persisten en esa área pues, como sostiene el autor, la pobreza extrema en Paraguay, es “…el resultado de la partidización de las políticas públicas y de la perversa y generalizada presencia del clientelismo y la arbitrariedad”.</div><div style="text-align: justify;">Este volumen, de acuerdo con la visión de Herib Caballero, permitirá al lector comprender desde una perspectiva científica e histórica los acontecimientos analizados, por lo tanto no solo es recomendable, sino necesaria, la lectura de este libro del doctor Abente, pues facilita la discusión y, por sobre todo, da algo más de luz sobre procesos tan complejos que hasta hoy pocas veces han sido estudiados desde fuera del fragor de la lucha política cotidiana.</div><div style="text-align: justify;">Diego Abente Brun, Ph.D. en Ciencias Políticas (University of New Mexico), fue Profesor Vitalicio en Miami University. En 1992 renunció y regresó al Paraguay para dedicarse al servicio público. Fue senador, ministro y embajador.</div><div style="text-align: justify;">5 de Julio de 2010</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: red;">Fuente: <a href="http://www.abc.com.py/nota/146589-una-vision-profunda-sobre-el-pais-despues-de-la-dictadura-stronista/"><span style="color: red;">UNA VISIÓN PROFUNDA SOBRE EL PAÍS DESPUÉS DE LA DICTADURA STRONISTA</span></a></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">TRAS LA CAÍDA DE STROESSNER, LA ANR CONTINUÓ CON SU PODER CASI INTACTO.</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Diego Abente Brun es el autor de “El Paraguay actual 1ª Parte 1989-1998”, que saldrá a la venta el próximo domingo como parte de la Colección La Gran Historia del Paraguay. El mismo afirma que el gobierno de Rodríguez, al mismo tiempo de proclamar la implantación de una “democracia verdadera”, aseguró la continuidad del Partido Colorado en el poder, creando “una contradicción central”.</div><div style="text-align: justify;">Este libro, editado por El Lector, aparecerá con el ejemplar de ABC Color. He aquí la entrevista que sostuvo este diario con el analista compatriota.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Qué caracterizó al primer periodo de la transición bajo el gobierno del Gral. Rodríguez?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–El gobierno de Rodríguez surgió con el compromiso de respetar los derechos humanos, respetar a la Iglesia Católica y a la religión, tratar con igualdad a todos los partidos políticos, pero asegurando la continuidad del Partido Colorado en el poder, y establecer una verdadera democracia. Pero ¿cómo conciliar “una verdadera democracia” con la continuidad del Partido Colorado en el poder como principio? Esta contradicción central marcó todo el periodo de gobierno del general Andrés Rodríguez, que, en realidad, inició la transición a la transición. Su periodo puede ser mejor caracterizado como uno de liberalización. La transición en sentido estricto recién se dio en el periodo siguiente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Existía una voluntad real del gobierno en lograr la apertura democrática?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–El Gobierno apuntaba hacia el establecimiento de una democracia sui géneris, con el Partido Colorado en el poder y las Fuerzas Armadas ejerciendo el rol de árbitro. Pero como sucede a menudo estos procesos históricos, una vez que se inician, adquieren su propia lógica y siguen una trayectoria que no es necesariamente la anticipada por sus gestores. En ese sentido, el surgimiento de la democracia fue un subproducto, no un producto, del proceso iniciado el 3 de febrero.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Cuáles fueron las razones por las que no se acordó una transición pactada y por plazos?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–Por la correlación de fuerzas. Las transiciones desde arriba y no pactadas suceden cuando se dan correlaciones de poder como las del Paraguay entonces. La oposición no estaba aún en condiciones de forzar una ruptura pactada. Pero el Gobierno tampoco podía hacer lo que quisiese. Necesitaba la legitimidad que le daba la participación de la oposición y por ello fue haciendo concesiones a cuentagotas. Se trató en realidad de una liberalización a cuentagotas, aunque con el tiempo la oposición logró que el gotero funcionara bastante fluidamente.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–En cuanto a la promulgación de la Nueva Constitución de 1992, ¿en qué condiciones se dio su redacción?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–La Constitución surgió en el marco de la estrategia del Gobierno de “participación ahora, negociación después” y en las peores condiciones puesto que el Partido Colorado obtuvo 122 de los 198 escaños en las elecciones de convencionales de diciembre de 1991 y podía literalmente hacer lo que quisiese. Afortunadamente para el país, dos factores se conjugaron para darnos una Constitución mala pero democrática. Por un lado, las divisiones en el Partido Colorado, y por el otro, la lucidez y vocación democrática de sus mejores exponentes, algunos de los cuales habían sufrido también las consecuencias de la dictadura. Pero el riesgo fue enorme y el proceso se salvó por un pelo. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–Usted considera que en 1993 se dio el relanzamiento de la transición. ¿Por qué?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–Porque las transiciones culminan con procesos electorales libres, limpios y justos y la elección de 1993 fue libre, pero no fue justa ni limpia. Para empezar, el candidato que ganó las internas coloradas fue declarado perdedor y el que perdió, consagrado ganador. En segundo lugar, la oposición no tenía un control efectivo del proceso electoral. El mismo se encontraba dominado por la antigua Junta Electoral Central stronista en la que, con una mayoría de 6 a 3, sus representantes imponían su voluntad.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Fue grande la incidencia de ese factor?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–Los partidos nuevos no tuvieron acceso al proceso ni control alguno sobre el mismo.<br />
Los boletines de votos eran destruidos al concluir el acto comicial con lo que no podía producirse ningún tipo de verificación ni recuento.</div><div style="text-align: justify;">7 de Julio de 2010</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: red;">Fuente: <a href="http://www.abc.com.py/nota/147696-tras-la-caida-de-stroessner-la-anr-continuo-con-su-poder-casi-intacto/"><span style="color: red;">TRAS LA CAÍDA DE STROESSNER, LA ANR CONTINUÓ CON SU PODER CASI INTACTO</span></a></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">TRANSICIÓN CON UNA DEMOCRACIA FRÁGIL</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El libro “El Paraguay actual 1ª Parte 1989-1998”, se publicará mañana domingo con los ejemplares de ABC Color, en el marco de la Colección La Gran Historia del Paraguay, editada por El Lector.</div><div style="text-align: justify;">En la segunda parte de la entrevista mantenida con este diario, Abente Brun se refiere a esa etapa histórica de nuestro país.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿De qué forma afectó al desarrollo de la transición la maniobra sobre los resultados electorales en las internas coloradas de diciembre de 1992? </span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–La elección interna del Partido Colorado y subsecuentemente las elecciones generales de 1993 demostraron que la transición aún no había concluido. Solo podían ganar los elegidos del régimen, si por las buenas mejor y si no, pues por las malas. Faltaba el elemento central de una elección competitiva: la incertidumbre del resultado y el respeto al mismo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–La crisis de abril de 1996 ¿qué consecuencias tuvo para la transición democrática? </span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–Si bien la misma puso de manifiesto la fragilidad del proceso, su desenlace terminó fortaleciéndolo. Ese desenlace fue fundamental: de ahí en más resultaría sumamente difícil pensar en un golpe militar en el Paraguay y así fue con su réplica de opereta del año 2000, por ejemplo. Hoy día es prácticamente impensable un golpe militar.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–Este periodo concluye con un hecho luctuoso, un magnicidio y jóvenes asesinados en la Plaza de Armas de Asunción. ¿Cuáles fueron las causas de tanta violencia?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–La completa ruptura del sentido de ética pública y moral privada hizo que la lucha por el poder y el dinero se volviera desenfrenada. La ambición está siempre presente en los hombres, sea la llamada vocación de poder, sea el deseo de enriquecerse. Sin embargo, estas tendencias operan dentro de al menos tres tipos de límites.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Cuáles son esos tipos de límites?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–En primer lugar, el marco del derecho positivo. En segundo lugar, la dinámica social, que hace que las ambiciones de unos frenan o contrapesan las ambiciones de los otros. Finalmente, las sociedades cuentan con un marco de valores –históricamente surgido de las religiones– que distingue el bien del mal, y que castiga este último no solamente a través del derecho positivo, sino también a través de las sanciones morales de los ciudadanos y del sentido de culpa, o remordimiento de conciencia, del infractor. Este marco de valores fue destruido por la dictadura de Stroessner y enterrado en la transición. La sociedad perdió su tejido ético y moral. Ya nada estaba mal. Nada era reprochable. El “éxito” era la medida del bien. Así, con un marco jurídico bastardeado por décadas y ante la indiferencia generalizada de una polis anestesiada, la sociedad se convirtió en una selva en la que solo triunfaba el más fuerte o el más inescrupuloso. </div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–En lo económico, la década estuvo marcada por las crisis financieras. ¿Cuáles fueron los orígenes de la debacle del mercado financiero paraguayo? </span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–La crisis se originó en las malas políticas, algunas heredadas de la dictadura stronista y otras adoptadas por los gobiernos de Rodríguez y Wasmosy. Estas políticas promovieron la liberalización de los mercados financieros sin crear, antes, una adecuada estructura de supervisión. Además, la corrupción generalizada hizo que los sistemas de control, ya de por sí laxos, fueran casi inexistentes.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–Y el sistema sucumbió.</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–Los bancos operaban en negro a la luz del día, en sus propias oficinas, y hasta publicitaban estos negocios en los medios. Los requerimientos de capital y reservas se ignoraban alegremente. Las normas para préstamos relacionados se burlaban impunemente. El resultado fue hasta si se quiere lógico y el costo, enorme.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Quién terminó pagando los costos financieros de la crisis?</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">–Como sucede a menudo en estos casos, se privatizan las ganancias y se estatizan las pérdidas. El costo lo pagó el país. Pagamos todos. Y el precio fue enorme: la crisis costó al Paraguay entre 10 y 13% de su producto interno bruto.</div><div style="text-align: justify;">9 de Julio de 2010</div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: red;">Fuente: <a href="http://www.abc.com.py/nota/148860-transicion-con-una-democracia-fragil/"><span style="color: red;">TRANSICIÓN CON UNA DEMOCRACIA FRÁGIL</span></a></span></strong></div><div style="text-align: right;"><strong>Edición digital: <a href="http://www.abc.com.py/"><span style="color: red;">www.abc.com.py</span></a><span style="color: red;"> </span></strong></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-87247899544180980792010-11-08T09:31:00.000-08:002010-11-09T08:40:11.967-08:00JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ - EL PARAGUAY BAJO EL NACIONALISMO (1936-1947) / EDITORIAL EL LECTOR, LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, Nº 11 - 2010.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSx6VZLGYTFhT1pVMqzOq0rkXkVFxmg0wppvgOzrIUydWNCD4UAZON3A4IT7RQIOBTQ8orGC00D-j6xwcGS7fwjMCfGyA47s3TfXg9fAmlLbtjgz21Etun7lfz8PPizfF31pyQawc6Ns4/s1600/jose+carlos+rodriguez+el+paraguay+1936+1947+tapa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" px="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgSx6VZLGYTFhT1pVMqzOq0rkXkVFxmg0wppvgOzrIUydWNCD4UAZON3A4IT7RQIOBTQ8orGC00D-j6xwcGS7fwjMCfGyA47s3TfXg9fAmlLbtjgz21Etun7lfz8PPizfF31pyQawc6Ns4/s400/jose+carlos+rodriguez+el+paraguay+1936+1947+tapa.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>EL PARAGUAY BAJO EL NACIONALISMO (1936-1947)</strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong>Obra de <a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1697"><span style="color: red;">JOSÉ CARLOS RODRÍGUEZ</span></a><span style="color: red;"> </span></strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Enlace a datos biográficos y obras</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>en la GALERÍA DE LETRAS del</strong></div><div style="text-align: center;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;">www.portalguarani.com</span></a> )</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>COLECCIÓN</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, Nº 11</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>© Editorial El Lector</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director Editorial: Pablo León Burián</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Coordinador Editorial: Bernardo Neri Farina</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director de la Colección: Herib Caballero Campos</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño de portada: Celeste Prieto</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño Gráfico: César Peralta G.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Corrección: Nidia Campos</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Portada: Afiche Propagandístico del Gobierno del General Higinio Morínigo. </strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Instituto y Museo Militar de Asunción</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Fotografías: Colección del Instituto y Museo Militar de Asunción</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Hecho el depósito que marca la Ley 1328/98</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>I.S.B.N. 978-99953-1-083-7</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector I: 25 de Mayo y Antequera. Tel. 491 966</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector II: San Martín c/ Austria.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Tel. 610 639 - 614 258/9</strong></div><div style="text-align: center;"><strong><a _cke_saved_href="http://www.ellector.com.py/" href="http://www.ellector.com.py/"><span style="color: red;">http://www.ellector.com.py/</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Esta edición consta de 15 mil ejemplares</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Asunción – Paraguay</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>2010 (120 páginas).</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>CONTENIDO - PRÓLOGO</strong></span></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">CARACTERÍSTICA DEL PERÍODO : </span></strong><span style="color: cyan;"></span>Una mirada sobre las épocas / Economía y sociedad en transición / El malestar liberal</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">LOS COMANDANTES DERROCAN AL LIBERALISMO :</span></strong><span style="color: cyan;"></span> El golpe de estado / El plebiscito del ejército libertador / López en el Panteón de los Héroes / Política partidaria / Mundo del trabajo y reforma agraria</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><a href="http://www.portalguarani.com/detalles_museos_exposiciones.php?id=27&id_exposicion=107"><span style="color: red;">SEUDO-RESTAURACIÓN CONSITUCIONAL :</span></a> </span></strong><span style="color: cyan;"></span>Golpe depone a Franco, nombra a Paiva / Regencia y pacto militar liberal</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">EL HÉROE PRESIDENTE :</span></strong><span style="color: cyan;"></span> Nuevo orden cívico militar / La suma de los tres poderes / El legado jurídico</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"><a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13698"><span style="color: red;">EL ORDEN MILITAR SIN HÉROE :</span></a> </span></strong><span style="color: cyan;"></span>Celebridad sin gloria / La revolución nacionalista / El reflujo autoritario / La primavera democrática / Gloria y fatalidad el 13 de enero / Economía política del nacionalismo</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">EPÍLOGO - ANEXOS</span></strong><br />
<span style="color: cyan;"><strong>* </strong></span><span style="color: black;"><a href="http://www.portalguarani.com/detalles_museos_exposiciones.php?id=27&id_exposicion=106"><span style="color: red;"><strong>PROCLAMA DEL EJÉRCITO LIBERTADOR - ¡PARAGUAYOS!</strong></span></a> - <span style="text-align: justify;">Asunción, febrero 17 de 1936. </span><span style="text-align: justify;">Teniente Coronel, Dn. F.W. SMITH Teniente Coronel, </span><span style="text-align: justify;">Dn. CAMILO RECALDE.</span></span></div><div style="text-align: justify;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13696"><span style="color: red;">CRONOLOGÍA POLÍTICA 1936 - 1947</span></a></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">EL AUTOR - </span></strong><strong><span style="color: cyan;">FUENTES CONSULTADAS</span><span style="color: lime;"></span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
<br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">PRÓLOGO</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">En este volumen de la Gran Historia del Paraguay, el destacado sociólogo paraguayo doctor José Carlos Rodríguez, nos presenta un análisis de largo plazo sobre los años inmediatamente posteriores a la contienda chaqueña.</div><div style="text-align: justify;">Inicia la obra con un análisis sobre el contexto en el cual se desenvolvió el período inmediatamente anterior para luego analizar el surgimiento de un nuevo poder político en el ámbito paraguayo, el ejército. Ese ejército que volvió victorioso de los cañadones chaqueños y que se alió con los sectores políticos antiliberales para instaurar una nueva etapa política en el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">Dicha etapa es de la que se ocupa el doctor Rodríguez analizando los distintos elementos tanto a nivel local como internacional al igual que el apoyo de sectores de los más diversos a los nuevos poderes reales que asumieron el control de la república paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">El libro recorre amenamente los diversos elementos que hacen a este período desde el símbolo cambio de lugar de las reuniones y manifestaciones públicas en la capital, desde el monumento de la Constitución al entonces recién inaugurado Panteón de los Héroes, la disputa con el clero arquidiocesano por la inauguración de dicho monumento, así como la aparición de la preocupación social en las políticas del estado.</div><div style="text-align: justify;">Así mismo analiza detalladamente el surgimiento del liderazgo del general José Félix Estigarribia y el modo mediante el cual dicho general logró acumular la suma de todos los poderes como ninguna persona lo había hecho hasta entonces. Tras el trágico final de Estigarribia, el autor describe detalladamente el legado de dicho gobierno así como las peculiaridades del régimen instaurado por otro general, en este caso Higinio Morínigo, quien tuvo a los sectores conservadores y a la iglesia como sus principales aliados.</div><div style="text-align: justify;">Cabe señalar que este libro debe ser leído para comprender a cabalidad el desarrollo político paraguayo en la segunda mitad del siglo XX, pues fue en este período en el cual se configuraron políticamente las fuerzas que se disputarían durante varias décadas el control de la república y los actores de estos acontecimientos tendrían una decisiva influencia en los años siguientes.</div><div style="text-align: justify;">Se debe agradecer al autor por la brillante síntesis realizada sobre el período estudiado y por sobre todo por los novedosos enfoques con que analizó una de las tantas etapas de la historia paraguaya que fueron ninguneadas y sobre la cual hay mucho que estudiar y analizar aún.</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=679" href="javascript:void(0)/*265*/"><span style="color: red;">HERIB CABALLERO CAMPOS</span></a></span><a _cke_saved_href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=679" href="javascript:void(0)/*265*/"></a></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">CARACTERÍSTICA DEL PERÍODO</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">Referida al lapso de este tiempo (1936-1947), el título elegido por los editores, Paraguay bajo el Nacionalismo, deber ser entendido como El Paraguay gobernado por las Fuerzas Armadas Nacionalistas, ya que no se refiere exclusivamente al predominio de la ideología nacionalista.</div><div style="text-align: justify;">Una primera característica de este tiempo es, sin duda, el inicio del Nacionalismo como ideología predominante de Estado. El Paraguay seguirá bajo el nacionalismo por muchos años más. Hasta nuestros días, ésta sigue siendo la ideología dominante. Pero el inicio del predominio cultural nacionalista no es la única característica de esta época, sino apenas su aspecto ideológico.</div><div style="text-align: justify;">Una segunda característica de la época es su institucionalidad política. Durante el llamado periodo liberal, el príncipe del Estado, la institución gobernante había sido el partido político (sea el partido Liberal o el partido Colorado). En cambio, durante el lapso que acá estudiamos, en lugar del partido político, el gobierno del Estado fue capturado y administrado por las Fuerzas Armadas. Habiendo ganado la Guerra del Chaco, con ella ganaron prestigio, poder y la voluntad de gobernar al país. El Paraguay bajo el Nacionalismo se cierra con la guerra de 1947 porque dejó a las Fuerzas Armadas diezmadas por la derrota y las deserciones de los rebeldes. Los ganadores quedaron subordinados al partido Colorado.</div><div style="text-align: justify;">La tercera característica que define al tiempo estudiado, es el nuevo estatuto internacional. Durante el tiempo del Paraguay bajo el Nacionalismo el país cambió de órbita en la arena mundial, Paraguay se desplazó desde el vínculo privilegiado con Argentina, hacia el vínculo principal con Norteamérica y Brasil. Cultural, económica y políticamente el Paraguay había sido dependiente de las decisiones y los procesos del país porteño, única salida al exterior. Se decía que, cuando Buenos Aires estornudaba, Asunción se resfriaba. En el periodo estudiado tomó lugar el predominio de la diplomacia de los Aliados, en la II Guerra Mundial y de la Doctrina de la Seguridad Nacional, propuesta por los Estados Unidos en la Guerra Fría.</div><div style="text-align: justify;">Una cuarta característica puede ser considerada la más importante. Desde este tiempo, el Estado intervino más activamente en la regulación económica. Mundialmente la economía capitalista de mercado, después de la crisis del '30, se había transformado en economía mixta. Un proceso cuyo paradigma teórico se asocia al pensamiento económico de John Maynard Keynes. Localmente el Estado intervino más activa y permanentemente en el crédito, la moneda y la banca central así como en otros ámbitos.</div><div style="text-align: justify;">Se intervino en la formación de capital social, carreteras sobre todo, cuestiones sobre las cuales poco o nada había hecho el Estado liberal. Se intervino en el mercado de la tierra rural o Reforma Agraria, buscando el bienestar de la población nativa y no sólo la venida de los inmigrantes. Se intervino en el mercado laboral, para disolver las formas pre-capitalistas de dependencia, semi-esclavitud por deudas de los obreros mensú. Se intervino para fijar por ley salarios mínimos y modalidad de remuneración laboral, cuando antes el trabajo sólo se había regulaba por la oferta y la demanda plasmada a veces en los Pliegos de Condiciones firmados entre patrones y las Sociedades de Resistencia. Con todas estas medidas, se relativizó la libertad de contratación y el derecho a la propiedad privada.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">UNA MIRADA SOBRE LAS ÉPOCAS</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">El régimen liberal, iniciado con la debacle de la guerra del '70, terminó con otra guerra, la guerra del Chaco. Resulta paradójico que el apogeo del régimen, su mayor obra, la victoria en la guerra del Chaco, sea también una causa de su caída. Nunca había sido más eficiente el régimen liberal que en sus últimos años, y sin embargo, estaba siendo cada vez menos liberal y menos aceptado.</div><div style="text-align: justify;">Desde el punto de vista económico, el Paraguay había estabilizado sus finanzas, superando la crónica inestabilidad de la moneda y de los bancos. Había emprendido una guerra internacional que ganó sin más recursos que los del tesoro nacional. Las Fuerzas Armadas fueron constituidas, entrenadas y equipadas habiendo sido casi inexistentes hasta los primeros años del 1920. Se había establecido el sufragio secreto, las leyes electorales y, por primera vez, en 1928, hubo una primera elección semi-competitiva para presidente de la República, con un candidato opositor.</div><div style="text-align: justify;">Las libertades se habían expandido después de los años 20. Cada grupo parlamentario tenía su periódico, los sindica-tos también. En diferentes ciudades se editaban opiniones y noticias. Había tenido lugar un fortalecimiento económico del campesino. Finalmente parecía rendir frutos el constitucionalismo decimonónico. Pero las promesas incumplidas de la democracia liberal se acumulaban en forma irritante, al mismo tiempo que la creencia en los principios liberales y democráticos se debilitaba. Al final, el liberalismo atentó contra su propia obra, cancelando libertades adquiridas, con ello alentó a las fuerzas que después se revelarán contra él. Eso congeniaba con el espíritu del tiempo, en el cual la democracia se había derrumbado como proyecto político en los países emergentes de Europa continental, Rusia, Alemania e Italia.</div><div style="text-align: justify;">El crepúsculo de régimen liberal tiene un gran narrador en Eligio Ayala, muerto en 1930, quizás el mejor protagonista de su tiempo. Como ministro, Ayala había dominado un decenio de la política económica (1920-1930), creó las finanzas que hicieron posible la victoria en la guerra del Chaco. Fue presidente de la República, pensador y estadista. Había ganado una guerra civil (1921-22) sin declarar Estado de Sitio, haciendo alianza con los sindicatos marítimos para defender la Capital de la "criminal sedición burguesa", como decían los obreros del río. Su visión del pasado, presente y del futuro enlaza dos épocas, la conformada por el país cívico liberal que se terminaba, y la siguiente, por el país militar nacionalista que estaba adviniendo. En uno de sus escritos, La Política Agraria, Ayala dice que, "En el orden político hay todavía mucho por hacer, porque algo se ha hecho ya... En el orden económico todo está por hacer, nada se ha hecho todavía. Al contrario, todo se ha deshecho, desordenado, dislocado... En lo económico nos aproximamos al principio, iniciamos la organización de la producción agraria".</div><div style="text-align: justify;">Sobre el pasado más remoto de López y Francia, Eligio Ayala arrojó esa mirada liberal que iba a morir muy pronto: "En la época de las dictaduras, el Estado suplía la iniciativa privada, prescribía los productos a cultivarse y su cantidad. Los decretos de un déspota sin el más remoto presentimiento de ciencia económica decidían la plantación de naranjos, de algodón, el número de liños de mandioca o de maíz a sembrarse (...) Sin embargo, los pobres agricultores semidesnudos, carecían de arados y cultivaban la tierra con estacas y con las uñas (...) El estímulo del interés privado fue sustituido por el látigo, por feroces apaleamientos, por crueldades sanguinarias, el terror impuso la esclavitud y una especie de comunismo salvaje como régimen económico de producción".</div><div style="text-align: justify;">Sobre el pasado más cercano, de fines del XIX (1880-1830), Ayala criticaba a los propósitos liberales de fin del siglo XIX: "Y resolvieron vender las fértiles y valiosas tierras fiscales a precios exiguos; resolvieron destrozar, desperdiciar, arrojar, lo que constituía el fundamento mismo de la economía nacional, la más valiosa posesión de la nación (... ) Las leyes de colonización y del hogar iniciaron la reacción, una nueva intervención del Estado en la economía agraria (. ..) La venta de las tierras fiscales fue prohibida y se esbozó tímida e imperfectamente un sistema positivo de protección de la clase agraria productora" (...) "La experiencia, el imperio mismo de la realidad neutralizaron en el Paraguay también, tanto el paternalismo despótico, como el vago y equívoco liberalismo negativo en la producción agraria" (...) "la iniciativa privada en el Paraguay es impotente e inepta para realizar por sí sola el bienestar y la armonía social" (...) "El estado, por medio de una adecuada e inteligente política agraria, debe asistir a la iniciativa privada, debe condicionar el bienestar y la cultura de la población rural".</div><div style="text-align: justify;">En lo político, las cosas no ocurrieron como él lo esperaba, los actores en los cuales él confiaba, no fueron sus protagonistas: "En el orden político avanzamos hacia el fin" pensaba Ayala, porque se habían ido fortaleciendo la prensa, el parlamento, los procesos electorales, los tribunales. Pero estos procesos no fueron completados, ni continuados, sino interrumpidos, con la irrupción del nuevo gobernante, las Fuerzas Armadas. En el orden ideológico, su mirada tampoco será adoptada por la posteridad. Los que él llamaba déspotas, serán venerados como los héroes y su obra será reivindicada como el ideal de la nación.</div><div style="text-align: justify;">En el orden económico, las cosas ocurrirían en la dirección que comprendió Eligio Ayala, aunque con un impulso más limitado. Ya que no tendrá lugar la intervención del Estado en base al propio esfuerzo nacional, sino en base a nuevos vínculos internacionales asimétricos, que no estimularon los cambios internos necesarios para conformar mercados más eficientes y mayor productividad.</div><div style="text-align: justify;">La simbiosis entre la diplomacia norteamericana de la guerra fría y las dictaduras militares o cívico-militares locales, no permitió la emergencia de una ciudadanía capaz de ejercer control, exigir universalidad de los derechos e integridad en las políticas de desarrollo. No se conformó la fuerza de la opinión ni el poder de procesos comiciales libres. Tampoco se estableció el imperio de la ley ni una magistratura íntegra y autónoma. La reforma agraria se hará, de todas formas, pero junto al nuevo negociado de tierras fiscales.</div><div style="text-align: justify;">El nuevo programa de Estado, aplicado por los gobiernos militares, prefigurado por Ayala, tuvo resultados más modestos que los previstos por su visión. Se desarrollaría junto a la regresión política en el respeto a los derechos humanos y a libertades, con modesto éxito económico. Pero tuvo lugar un cambio de época como previno Eligio Ayala.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">ECONOMÍA Y SOCIEDAD EN TRANSICIÓN</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">Los conglomerados sociales habían cambiado en las dos últimas décadas del liberalismo. Si bien no hubo crecimiento sino un estancamiento de las exportaciones en pesos oro, entre 1918 y 1935, había crecido la importancia económica del campesino productor agrícola, desde el punto de vista comercial y exportador en relación al peso económico de los latifundistas.</div><div style="text-align: justify;">En 1918 el comercio exportador era en primer lugar ganadero (4,2 millones de exportación ganadera), en segundo lugar forestal (3,7 millones) y en tercer lugar agrícola (2,4 millones). En 1935 la exportación era en primer lugar agrícola (3,8 millones de exportación agrícola), en segundo lugar forestal (3,3 millones) y en tercer lugar, ganadera (2,1 millones). La ganadería y los obrajes forestales eran latifundistas, mientras la agricultura, minifundista.</div><div style="text-align: justify;">Fortalecido económicamente el campesino, eso contrastaba con su ínfima incidencia cultural y política. La mayor parte de los mismos ni figuraban en el registro de las personas. No tenía propiedad. De un millón de habitantes solo el 5% eran propietarios. Y culturalmente, los campesinos monolingües guaraní-parlantes eran muy poco considerados. Al contrario, los caudillos ganaderos, que estaban perdiendo su peso económico y social, mantenían una gran influencia política y cultural en los partidos tradicionales y en el gobierno.</div><div style="text-align: justify;">Una exitosa política estatista de guerra, un campesinado fortalecido por un manejo eficiente de la moneda y un ejército victorioso, estos hijos del liberalismo, se levantaron contra su progenitor, como excombatientes anti-partido, nacionalistas y revolucionarios durante el decline del pensamiento liberal de ese tiempo. Y si al contrario, en Paraguay no pudo prevalecer un proceso de democratización, es porque las libertades en Paraguay se habían desarrollado poco en forma muy parcial, y estaban en proceso de regresión, el ejército era demasiado poderoso y la discordia entre partidos, demasiado enconada.</div><div style="text-align: justify;">Los gobernantes liberales radicales, también habían capturado el poder a través de la fuerza, en la revolución del 1921 al 22. Pero, la gran diferencia entre 1922 y 1936 es que aquella revolución se había levantado en el nombre de la Constitución y de las instituciones democráticas, sin tematizar la cuestión social. La revolución del 36 se levantó en contra de la democracia, aunque a favor del cambio social.</div><div style="text-align: justify;">Los cambios ideológicos, los cambios en la sociedad civil y en la función estatal, influyeron en la rebelión y luego en la forma autoritaria que adquirió. El entorno mundial cumplió un papel determinante, porque el autoritarismo posterior a 1936 estuvo inmediatamente alentado y financiado por los poderes mundiales, que apostaban por dictaduras afines a sus intereses diplomáticos.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">CUADRO I</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">COMPOSICIÓN DE LAS EXPORTACIONES ENTRE 1918 Y 1935</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">(En millones de pesos oro)</div><div style="text-align: justify;">AÑOS – 1918 - 1935</div><div style="text-align: justify;">Ganadera - 4,2 - 2,1</div><div style="text-align: justify;">Forestal - 3,7 - 3,3</div><div style="text-align: justify;">Agrícola - 2,4 - 3,8</div><div style="text-align: justify;">Resto - 1,1 - 2,1</div><div style="text-align: justify;">TOTAL - 11,4 - 11,4</div><div style="text-align: justify;">Entre 1918 y 1935 las exportaciones provenientes de la agricultura (tabaco y algodón) tuvieron más crecimiento y peso relativo que las provenientes de la ganadería y de la explotación forestal. Pero el campesino no había incrementado su prestigio social. La sociedad que estaba muy influida por los empresarios latifundistas. La guerra dio importancia a los reclamos de los agricultores que se expresaron dentro del ejército.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">EL MALESTAR LIBERAL</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">La crisis mundial del 30 había llegado al Paraguay con un año de atraso, en 1931. Tuvo lugar en las vísperas de la guerra de Chaco, que estallará el año siguiente. El país ya velaba sus armas, pero, sin información, la ciudadanía imaginaba errores y hacia falsas acusaciones contra el gobierno ante el peligro de guerra cuando la economía paraguaya se estaba preparando y estaba destinada a financiar los costos del conflictos. Lo que no había era mecanismos legales de alternancia electoral, las votaciones se hacían con candidatos únicos oficialistas; sin medios de concurrencia aceptados por las partes, así era cada vez más insatisfactoria la mera tolerancia política.</div><div style="text-align: justify;">El gobierno liberal había visto claro el próximo estallido de la guerra internacional así como el aislamiento internacional del país. Contra un país tres veces mayor y más poblado, el Paraguay era visto internacionalmente como el seguro perdedor y no tenía una buena diplomacia. Había sido declarado 'Estado agresor' por la Liga de las Naciones y, salvo el respaldo Argentino, no contaba sino consigo mismo. Esto había llevado al gobierno a realizar una política económica de rigor, a sacrificar el consumo. Se estaban estimulando las exportaciones y se restringían las importaciones para ahorrar divisas que eran necesarios para el equipamiento bélico. El esfuerzo de guerra no había sido ni comprendido ni compartido por sus contemporáneos.</div><div style="text-align: justify;">A diferencia de la guerra grande (1865-70) en la cual se peleaba defendiendo la tierra habitada; en términos militares, demográficos, sociales y culturales, el Chaco nunca había sido conquistado ni poblado por el imperio español, y apenas había sido ocupado por la república. De ahí que el propio gobierno enardeciera la actitud de patriotismo y de nacionalismo. Había que alentar el ánimo de combate y al mismo tiempo aplacarlo, porque la probabilidad de éxito dependía de postergar la guerra hasta que mejoren el parque de guerra, los vínculos internacionales y las finanzas públicas.</div><div style="text-align: justify;">Repetidamente tratado de entreguista, el gobierno fue también considerado belicista, o guerrerista, como denunciaba la izquierda. En Montevideo se habían reunido sindicalistas del Paraguay y de Bolivia para declararle "guerra a la guerra". Una propuesta pacifista de éxito nulo. La consigna apoyada por el Cominter (Comisión de la III Internacional Comunista), proponía, en caso de conflicto, la insurrección general contra el capitalismo y sus gobiernos, así como la formación de los Co-mités Anti-guerreros que transformen la guerra internacional en revoluciones nacionales. Inspirados en una sensación de derrumbe del capitalismo ante la crisis mundial, los gremios obreros había emprendido un conato de rebelión en el mes de enero del 31, la que se cumplió en febrero. Durante esas pocas horas, en Encarnación se declaró la "Comuna de Encarnación", protagonizada por Obdulio Barthe, Facundo Duarte y Humber-to Amábile. En las pocas horas, y antes de emprender la fuga, los rebeldes declararon que las fábricas serían para los obreros y que las tierras serían para los trabajadores y los campesinos. La revuelta no tuvo heridos, salvo el fuego amigo y no letal contra de uno de los complotados.</div><div style="text-align: justify;">Ante las huelgas de Asunción y la rebeldía encarnacena, el gobierno había respondido con el Decreto 39.436, Ley de Defensa Social. Prohibió el funcionamiento de la mayor parte de los gremios, la federación de sindicatos del río, Liga de Obreros Marítimos, el gremio de los Albañiles, los Ebanistas, los Pintores, los Zapateros, los Ferroviarios, los Carpinteros de Rivera (astilleros). En lugar de vérselas con sus responsables y apelar a la justicia, el gobierno de José P Guggiari había decretado el Estado de Sitio, apresado a los gremialistas y cancelado los acuerdos obrero-patronales vigentes. Fueron deportados dirigentes obreros y se clausuraron los locales sindicales.</div><div style="text-align: justify;">El 20 de Marzo de 1931 Rafael Franco había intentado un golpe de Estado y fue enviado al exilio. La intentona no pasó a mayores, pero señalaba el propósito que después tomó cuerpo. El 23 de octubre junto a Adriano Irala, de la Liga Nacional Independiente, sectores disidentes del liberalismo, colorados, sindicalistas y comunistas realizaron manifestaciones pidiendo la defensa del Chaco y el cambio el gobierno. "Subimos a cañonazos y nos quieren sacar a pedradas", habría dicho a José P. Guggiari. Las manifestaciones terminaron siendo ametralladas frente a la casa de gobierno. Esta represión se va a inscribir en la memoria colectiva antiliberal como el gran acto que desmiente el compromiso democrático que daba prestigio a los liberales.</div><div style="text-align: justify;">El período de guerra fue una etapa de cambio del planteo de los gremios sindicales, en los cuales la Cominter de la III Internacional Comunista tenía influencia. De una posición internacionalista anti-guerrera los sindicatos pasaron a una posición de defensa del verde olivo como aglutinante nacional. El núcleo del movimiento obrero era el sindicalismo del río. La economía respiraba por el río y no podía prescindir de su movimiento. Sus gremios podían obtener apoyo internacional de los camaradas muy organizados de Argentina y Uruguay. Su peso se había acrecentado después que, apoyando a los radicales, habían defendido la capital y ganado la guerra civil del '22, que dio origen al predominio radical.</div><div style="text-align: justify;">En ese tiempo una profunda mutación ideológica del entonces Partido Nacional Republicano. El Nuevo Ideario Colorado de 1934, redactado por Natalicio González y Bernardino Caballero había recibido la influencia del fascismo europeo. El partido colorado abandonó el liberalismo político. "A la concepción liberal de la libertad, se opone la idea fecunda del orden como fundamento del Nuevo Estado... A la idea de la igualdad se opone el ideal de justicia social que deber estructurar el Nuevo Estado... El Estado liberal se halla instrumentado a las Grandes Empresas y el objeto de su política es el bien exclusivo de la plutocracia. El nuevo Estado debe independizarse del dominio del capital privado... A la sociedad liberal, estática, atomista, utilitaria, que convierte al pueblo en masa y provoca la creación de clases antagónicas, oponemos la Nueva Sociedad, dinámica, creadora, solidaria fundada en la ética social".</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">CUADRO II</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ESTADO DE SITIO EN LOS ÚLTIMOS AÑOS DEL LIBERALISMO</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">Años- Días de Estado de Sitio - % de días de Estado de Sitio</div><div style="text-align: justify;">1929 – 199 - 55%</div><div style="text-align: justify;">1930 – 195 - 53%</div><div style="text-align: justify;">1931 – 319 - 87%</div><div style="text-align: justify;">1932 – 211 - 58%</div><div style="text-align: justify;">1933 – 365 - 100%</div><div style="text-align: justify;">1935 – 365 - 100%</div><div style="text-align: justify;">Los últimos años del liberalismo, el país había pasado el 60% de los días en Estado de Sitio. Durante la guerra, había sido el 100% de tiempo. Se acumulaban conflictos, porque, con libertad de opinión, el ciudadano votaba, pero no elegía al gobernante.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">EPÍLOGO</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">Paraguay sólo pudo superar su opresión al recibir otra vez el influjo heterónomo de la diplomacia norteamericana y mundial, 42 años más tarde, cuando se logró la democratización que había sido cancelada. Mientras hubo guerra fría, el Paraguay no fue más que un guardia de frontera anticomunista, sin derecho a la autodeterminación interna ni externa. Un país pobre, miliciano, así como en tiempos del imperio español había sido un guardián de fronteras del imperio español en contra de las rebeliones indígenas y contra el lusitano.</div><div style="text-align: justify;">Estable, sumiso, atrasado, rural, incondicionalmente pro-norteamericano, pro-brasilero y anticomunista, la nueva sujeción tuvo algunas recompensas. Los préstamos y el asesoramiento técnico de la primera potencia del mundo favorecieron la modernización local. La población, a pesar de proseguir con la secular tendencia al exilio económico, se expandió a través de la apertura de caminos hacia el este y hacia el oeste. El nacionalismo cumplió uno de los sueños de sus adversarios liberales: lograr un desarrollo rural basado en labradores inmigrantes. Eso ocurrió con la venida masiva de brasileros, que poblaron la margen derecha del Paraná, y desarrollaron la producción masiva de soja sin resguardo de la ecología ni protección a la población nativa. Sin embargo, lejos de ser un país próspero, como otros que vendieron su alma al vencedor por necesidad o por ambición, el Paraguay permaneció siendo en parte un país lejano, pobre, ignorante, corrupto y olvidado. Con un saldo pobre en industrias, en igualdad, en modernidad, en integridad, en ciudades modernas, en educación, en libertades, en respeto a los derechos humanos. La revolución nacionalista, o nacionalista militar, no congeló el curso de la historia, pero tampoco resolvió los problemas que la impulsaron.</div><div style="text-align: justify;">Una conquista cultural del '36, sin marcha atrás, fue el debilitamiento de la discriminación contra la cultura popular y el imaginario aristocratizante, que tanto se imputó a los liberales. El poder militar y luego militar colorado fue anti-elitistas, el populismo suavizó la discriminación social contra el campe-sino y en general contra la población sin escolaridad y guaraní parlante monolingüe.</div><div style="text-align: justify;">Desde la estratégica platea del tiempo transcurrido, puede verse que, como lo plantean algunos de sus más lúcidos exponentes (Frutos), el Partido Colorado en realidad apenas pudo gobernar a causa de la dictadura heredada o sostenida. Cuando el Partido Colorado llegó a prevalecer (1947-1954) -el tiempo en que las FF. AA. estaban debilitadas por la guerra civil, que fue una guerra militar- el partido que gobernaba al fusil tenía inmensa dificultad con su propia institución partidaria y, por ende, para auto-determinarse y gobernar siguiendo sus propias normas y a sus propias jefaturas. Estos años de prevalencia colorada fueron años de inestabilidad política, indisciplina cívica y militar: una sucesión de presidentes auto-impuestos sin legalidad y depuestos con golpes de estado: Juan Manuel Frutos, Natalicio González, Raimundo Rolón, Felipe Molas López, Federico Chaves, Romero Pereira. Cuando el gobierno colorado logró estabilidad, sólo la consiguió sometido al dictador Alfredo Stroessner (1954-1989) 34 años más tarde, cuando el dictador fue derrocado por las Fuerzas Armadas, recién entonces, el Partido Colorado pudo realmente gobernar, con una administración del Estado colorada, estable y digna; no solo para los correligionarios sino para toda la ciudadanía, basado en la mayoría obtenida en elecciones libres, limpias y competitivas. Eso lo consiguió con la democracia, después que, otra vez, las Fuerzas Armadas, con aliento de la Embajada Americana, impulsaran la democratización del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">FUENTES CONSULTADAS</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">ABENTE BRUN, DIEGO (Comp.) (1993) Paraguay en transición, Caracas, Nueva Sociedad</div><div style="text-align: justify;">ARGAÑA, LUIS MARÍA (1983) Historia de las ideas políticas en el Paraguay, Asunción, El Foro</div><div style="text-align: justify;">BARCENA ECHEVESTE, O. (1983) La revolución de 1947. Concepción 1947. Cont. A la hist. Política..., Asunción, El Lector</div><div style="text-align: justify;">BELLANI NAZERI, RODOLFO (1945) Los campos de concentración en el Paraguay, Asunción, London & Riolleva</div><div style="text-align: justify;">BORDÓN, RODOLFO (1932) La penetración imperialista y la cuestión social en el Paraguay, Buenos Aires, 1932</div><div style="text-align: justify;">BRADEN, SPRUILLE (0) "Diplomáticos y demagogos" en Cuadernos Republicanos 19 a , Asunción, Cuadernos Republicanos</div><div style="text-align: justify;">BRAY, ARTURO (1957) Hombres y épocas del Paraguay. I y II, Buenos Aires, Nizza</div><div style="text-align: justify;">CAMPOS, LUIS (1985) Grandes Etapas del desarrollo agrícola del Paraguay, Paris mimeo</div><div style="text-align: justify;">CÉSPEDES RUFINELLI, ROBERTO (1983) El febrerismo. Del movimiento al partido, Asunción, s.l.</div><div style="text-align: justify;">COMITÉ PARAGUAYO (1932) América contra la guerra, Buenos Aires, s.l.</div><div style="text-align: justify;">DURÉ FRANCO, SIXTO (Cap. S.R.) (1987) La revolución de 1947 y otros recuerdos, Asunción, Histórica</div><div style="text-align: justify;">FREGOSI, RENEE (1997) Le Paraguay au XX Siècle, Paris, L’Harmattan</div><div style="text-align: justify;">FRUTOS, JULIO CÉSAR (2008) Progresismo republicano y las ideas liberales, Asunción, Medusa</div><div style="text-align: justify;">GALERNO, JOSE ANTONIO (1997) La posguerra del Chaco. En Crónica Ilustrada del Paraguay III, Buenos Aires, Quevedo</div><div style="text-align: justify;">GAONA, FRANCISCO (1987) Introducción a la historia gremial y social del Paraguay II y III, Asunción, R. Peroni y R.P.-CDE</div><div style="text-align: justify;">-----------, ----------------- (1954) La hegemonía argentina en el Paraguay, Asunción, s.l.</div><div style="text-align: justify;">GONZÁLEZ DELVALLE, ALCIBIADES (1987) El drama del 47. Documentos secretos de la guerra civil, Asunción, Histórica</div><div style="text-align: justify;">GONZÁLEZ, ANTONIO E. Mayor (1947) La rebelión de Concepción, Buenos Aires, s.l.</div><div style="text-align: justify;">IPES INSTIT. PYO DE EST. SOCIALES (1987) Ideología de los partidos políticos del Paraguay, Asunción, Cuadernos Republicanos</div><div style="text-align: justify;">KALLSEN, OSVALDO (1983) Historia del Paraguay contemporáneo, 1869 /1983, Asunción, s.l.</div><div style="text-align: justify;">LIVIERES GUGGIARI, LORENZO (1983) El financiamiento de la defensa del Chaco 1924/1935, Asunción, Arte Nuevo</div><div style="text-align: justify;">MACÍAS, SILVIO (1947) Morínigo y la horda roja, Buenos Aires, s.l.</div><div style="text-align: justify;">MIRANDA, ANÍBAL (1988) Partidos políticos y autoritarismo en Paraguay, Asunción, El Lector</div><div style="text-align: justify;">--------------, ---------- (1987) EE. UU. y el régimen militar paraguayo, Asunción, El Lector</div><div style="text-align: justify;">MORA, FRANK Y COONEY JERRY (2009) El Paraguay y Estados Unidos, Asunción, Intercontinental</div><div style="text-align: justify;">PAMPLIEGA, AMANCIO (1984) Misión cumplida, Asunción, El Lector</div><div style="text-align: justify;">PASTORE, CARLOS (1988) El Paraguay y la tiranía de Morínigo, Asunción, Cuad. Históricos 3</div><div style="text-align: justify;">PÉREZ ACOSTA, JUAN F (ATRIB) (1947) Panorama político del Paraguay, s.l., s.l.</div><div style="text-align: justify;">PRIETO YEGROS, LEANDRO (1985) El proceso de la dictadura liberal de 1940 (versión Documental), Asunción, Cuadernos Republicanos</div><div style="text-align: justify;">RAMOS, ALFREDO (CNEL) (1985) Concepción 1947, la revolución derrotada, Asunción, Histórica</div><div style="text-align: justify;">RIVAROLA, MILDA (1995) La contestación política al régimen de Morínigo. En historia paraguaya, Asunción, Historia Paraguaya, XXXV</div><div style="text-align: justify;">RODRÍGUEZ ALCALÁ, GUIDO (1987) Ideología autoritaria, Asunción, R. Peroni</div><div style="text-align: justify;">SEIFERHELD, ALFREDO M. (1985) Nazismo y Fascismo en el Paraguay I y II, Asunción, Histórica</div><div style="text-align: justify;">-------------------, ----- ------------. (1984) Conversaciones político-militares I al IV, Asunción, El Lector</div><div style="text-align: justify;">YNSFRÁN, EDGAR DR. (1947) La irrupción moscovita en la marina paraguaya, Asunción, s.l.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">FUENTES SINDICALES: AG ARCHIVO DE GAONA (Entre 1936-1947), Centro de Documentación y Estudios;</div><div style="text-align: justify;">DIARIOS: EL PAÍS; EL DIARIO, LA NACION, LA HORA; LA TRIBUNA; LA DEMOCRACIA; EL TIEMPO (Disponible entre el 1936-1947) Biblioteca Nacional</div><div style="text-align: justify;">LEGISLACIÓN: GACETA OFICIAL; REGISTRO OFICIAL, (Perio-do 1936-1947) Biblioteca Nacional</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">ARTÍCULOS PUBLICADOS EN ABC COLOR:</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ANALIZARÁN ETAPAS MENOS CONOCIDAS</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">El próximo domingo aparecerá el volumen número 11 de la serie: “El Paraguay bajo el nacionalismo, 1936-1947”, del sociólogo José Carlos Rodríguez. </div><div style="text-align: justify;">Esa es, sin lugar a dudas, una de las etapas menos conocidas de nuestra historia. En esa era se forjó el nacionalismo y ocurrió aquello de que los militares comenzaron a tener, de manera directa, una fuerte injerencia política.</div><div style="text-align: justify;">Justamente en 1936, un golpe militar derribó al gobierno liberal de Eusebio Ayala e instaló en el poder al coronel Rafael Franco, quien en ese momento se hallaba exiliado en Montevideo.</div><div style="text-align: justify;">El golpe había sido encabezado por el coronel Federico Weddel Smith.</div><div style="text-align: justify;">El gobierno del coronel Franco caería un año y pocos meses después, derribado por los propios militares que lo habían instalado en el poder. Tras él vendría un periodo de transición “civil” con la presidencia de Félix Paiva (tutelado, sin embargo, por las fuerzas armadas) y posteriormente el régimen del general José Félix Estigarribia (trunco por su muerte en un accidente de aviación) y luego la larga dictadura del general Higinio Morínigo, que duraría desde 1940 hasta 1948.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: cyan;">13 de Junio de 2010</span></strong></div><div style="text-align: right;"><span style="color: red;"><strong><span style="color: red;">Fuente: <a href="http://www.abc.com.py/nota/133948-analizaran-etapas-menos-conocidas/"><span style="color: red;">ANALIZARÁN ETAPAS MENOS CONOCIDAS</span></a></span></strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">EL NACIONALISMO EN NUESTRO PAÍS, TEMA DE PRÓXIMO LIBRO</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">Al respecto de “El Paraguay bajo el nacionalismo 1936-1947”, el historiador Herib Caballero Campos, autor del prólogo de la obra, señala que este libro debe ser leído para comprender a cabalidad el desarrollo político paraguayo en la segunda mitad del siglo XX, “pues fue en este periodo en el cual se configuraron políticamente las fuerzas que se disputarían durante varias décadas el control de la república y los actores de estos acontecimientos tendrían una decisiva influencia en los años siguientes”.</div><div style="text-align: justify;">“Se debe agradecer al autor –dice Caballero Campos– por la brillante síntesis realizada sobre el periodo estudiado y por sobre todo por los novedosos enfoques con que analizó una de las tantas etapas de la historia paraguaya que fueron ninguneadas y sobre la cual hay mucho que estudiar y analizar aún”. </div><div style="text-align: justify;">Por su parte, el autor, José Carlos Rodríguez, dice en el inicio del libro que la etapa analizada, que va desde 1936 hasta 1947, debe ser entendida como el Paraguay gobernado por las Fuerzas Armadas Nacionalistas, ya que no se refiere exclusivamente al predominio de la ideología nacionalista.</div><div style="text-align: justify;">Rodríguez puntualiza como una primera característica de este tiempo el inicio del nacionalismo como ideología predominante de Estado, que sigue incluso hasta nuestros días. El Paraguay seguirá bajo el nacionalismo por muchos años más.</div><div style="text-align: justify;">HASTA NUESTROS DÍAS.</div><div style="text-align: justify;">Una segunda característica de la época señalada por el prestigioso sociólogo es “su institucionalidad política”. Al respecto, José Carlos Rodríguez expresa que durante el llamado periodo liberal la institución gobernante había sido el partido político (sea el Partido Liberal o el Partido Colorado). En cambio –agrega–, “durante el lapso que acá estudiamos, en lugar del partido político, el gobierno del Estado fue capturado y administrado por las Fuerzas Armadas. Habiendo ganado la Guerra del Chaco, con ella ganaron prestigio, poder y la voluntad de gobernar al país”.</div><div style="text-align: justify;">El Paraguay bajo el nacionalismo se cierra con la guerra de 1947 porque dejó a las Fuerzas Armadas diezmadas por la derrota y las deserciones de los rebeldes.</div><div style="text-align: justify;">José Carlos Rodríguez nació en Asunción en 1948. Casado con Valeria, es padre de cuatro hijos, Alide, Carlos, Sofía y Alejando y abuelo de dos nietas, Kiomi y Hanae.</div><div style="text-align: justify;">Publicó sobre temas de sociología, historia, política y psicología. Psicólogo clínico y sociólogo, realizó estudios en Asunción, en la Universidad Católica de Asunción; en FLACSO, Buenos Aires y en la Escuela Superior de Altos Estudios de París, donde obtuvo su DEA (masterado) y su doctorado. Es profesor en la Universidad Católica de Asunción, trabaja como terapeuta, es asesor del Senado y del Ministerio de Hacienda. Fue coordinador de la investigación de la Comisión de Verdad y Justicia (Anive Haguã Oiko, informe final), sobre la violación de derechos humanos en tiempos del autoritarismo y el periodo ulterior. Hizo periodismo y militancia política sindical en tiempos del autoritarismo.</div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: cyan;">14 de Junio de 2010</span></strong></div><div style="text-align: right;"><span style="color: red;"><strong> <span style="color: red;">Fuente: </span><a href="http://www.abc.com.py/nota/134634-el-nacionalismo-en-nuestro-pais-tema-de-proximo-libro/"><span style="color: red;">EL NACIONALISMO EN NUESTRO PAÍS</span></a></strong></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">APARECERÁ UNA OBRA SOBRE POSGUERRA CHAQUEÑA</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">La Gran Historia del Paraguay, la colección bibliográfica editada por El Lector y distribuida por ABC Color, pondrá mañana a consideración del público el libro número once de los veinte que la componen. Se trata de “El Paraguay bajo el nacionalismo 1936-1947”, de José Carlos Rodríguez.</div><div style="text-align: justify;">Esta obra trata sobre la crucial etapa que se inicia inmediatamente después de la Guerra del Chaco, más precisamente con el alzamiento militar del 17 de febrero de 1936 encabezado por el coronel Federico Weddel Smith, que pondría al frente del Poder Ejecutivo al coronel Rafael Franco, héroe de la guerra y líder del sector denominado entonces franquismo y que en 1951 se convertiría en Partido Revolucionario Febrerista.</div><div style="text-align: justify;">El golpe militar fue acompañado por un variopinto grupo civil de políticos de diversa extracción ideológica. Hay que tener en cuenta que aquellos eran tiempos de preeminencia de los sistemas totalitarios europeos, el fascismo, el nazismo y el comunismo.</div><div style="text-align: justify;">José Carlos Rodríguez, sociólogo y escritor, analiza con detenimiento y con rigor histórico todo el proceso que se inicia en 1936 y culmina posteriormente en 1947 (aunque el tiempo tomado para el análisis es al solo efecto un corte cronológico).</div><div style="text-align: justify;">La irrupción del coronel Franco en el poder significa también la fuerte preeminencia militar en el gobierno, ya de una forma directa, cuando anteriormente los militares eran utilizados por los políticos en sus fines conspiraticios.</div><div style="text-align: justify;">El gobierno de Franco cayó en agosto de 1937 por obra también de los militares, que eligieron un sucesor civil: el doctor Félix Paiva, respetado catedrático universitario. Paiva hizo una transición hasta que asumiera constitucionalmente el general José Félix Estigarribia, el militar de mayor ascendencia en la época gracias a que había sido conductor del ejército que venció en el Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Estigarribia había sido apoyado por los comandos militares y contó también con el respaldo del sector joven del Partido Liberal, que impuso su criterio a los antiguos líderes partidarios a quienes no les hacía ninguna gracia que un militar (así fuera Estigarribia) fuera presidente de la República.</div><div style="text-align: justify;">La idea era que el Ejecutivo fuera ocupado por una persona con ascendencia y que pudiera poner “mano dura” ante el caos y la anarquía que reinaba en el país. A poco de asumir, Estigarribia se hace dictador mediante lo que posteriormente se llamaría en política un “autogolpe” y promulga la Constitución de 1940, de corte autoritario.</div><div style="text-align: justify;">Su muerte, en una tragedia aérea ocurrida en la localidad de Altos, frustra el experimento de Estigarribia.</div><div style="text-align: justify;">Nuevamente los militares deciden la sucesión y en una reunión que pasó a la leyenda por las características que tuvo, los comandos castrenses (sin ninguna participación civil) eligieron presidente de la República al general Higinio Morínigo, que se convertiría en el más largo del siglo XX antes de la llegada de Alfredo Stroessner. Morínigo gobernó el país desde 1940 hasta junio de 1948, cuando fue defenestrado estando ya electo su sucesor, Juan Natalicio González.</div><div style="text-align: justify;">El gobierno del general Morínigo tuvo características peculiares.</div><div style="text-align: justify;">Al mismo se refiere José Carlos Rodríguez, en esta parte de la entrevista sostenida por ABC Color con este autor, cuyo libro saldrá a la venta mañana domingo con el ejemplar de nuestro diario.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Qué caracterizó al régimen del general Higinio Morínigo?</span></strong><span style="color: cyan;"></span><br />
<strong><em>MORÍNIGO TIENE TRES ETAPAS.</em></strong></div><div style="text-align: justify;">1. La etapa sin y contra los partidos, que llevó a la disolución del Partido Liberal (según Amancio Pampliega quería disolver el Partido Colorado).</div><div style="text-align: justify;">2. La etapa con dos partidos, Colorado y Febrerista, que fue la llamada primavera democrática, en realidad un régimen de libertad total sin democracia institucional.</div><div style="text-align: justify;">LA ÚLTIMA.</div><div style="text-align: justify;">3. Etapa en que apoyó el copamiento colorado del ejército. Esta última etapa, que según la historiografía norteamericana fue apoyada por Truman, tuvo como resultado la más sangrienta guerra civil de nuestra historia, la llamada revolución del 47, y la hegemonía autoritaria del coloradismo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: cyan;">18 de Junio de 2010</span></strong></div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: cyan;">Fuente: </span></strong><strong><a href="http://www.abc.com.py/2010/06/19/nota/137206-Ma%C3%B1ana-aparecer%C3%A1-una-obra-sobre-posguerra-chaque%C3%B1a/"><span style="color: red;">APARECERÁ UNA OBRA SOBRE POSGUERRA CHAQUEÑA</span></a></strong></div><div style="text-align: right;"><strong><span style="color: cyan;"> Edición digital : <span style="color: red;"><a href="http://www.abc.com.py/"><span style="color: red;">www.abc.com.py</span></a></span></span></strong></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-59900077037333600852010-10-29T09:32:00.000-07:002010-10-29T05:54:11.860-07:00LUIS VERÓN - PEQUEÑA ENCICLOPEDIA DE HISTORIAS MINÚSCULAS DEL PARAGUAY - TOMO I / Edición digital: BIBLIOTECA VIRTUAL “AUGUSTO ROA BASTOS”<div align="justify"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisSmG4LAcrKrEPjyUgC7wyiskb1HERU24D2Mj6v7htjM1_jb_SVxQ0vUYPCUDx0nbvhdmpefQyYhq0SQiM0M-0b4wrjord6xYarQ20YIco2l6Rt6b-4pJwkhfCmFVUT61OzgjwtmWrFio/s1600-h/veron+luis+hist1.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5363921139254023858" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisSmG4LAcrKrEPjyUgC7wyiskb1HERU24D2Mj6v7htjM1_jb_SVxQ0vUYPCUDx0nbvhdmpefQyYhq0SQiM0M-0b4wrjord6xYarQ20YIco2l6Rt6b-4pJwkhfCmFVUT61OzgjwtmWrFio/s320/veron+luis+hist1.jpg" style="cursor: hand; display: block; height: 320px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 320px;" /></a><br />
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</div><div style="text-align: center;"><strong>“PEQUEÑA ENCICLOPEDIA DE </strong></div><div style="text-align: center;"><strong>HISTORIAS MINÚSCULAS DEL PARAGUAY”</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>TOMO I</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Obra </strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=575"><strong><span style="color: red;">LUIS VERÓN</span></strong></a></div><div style="text-align: center;"><strong>Prólogo de: JESÚS RUIZ NESTOSA</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Ilustraciones de: Carlos Sosa "CALO"</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>y Archivo “Surucu’a”</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>RP ediciones, </strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Asunción-Paraguay 1993</strong></div><br />
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<div style="text-align: center;"><strong>Este libro lo podrá leer íntegramente en su versión digital,</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>en la BIBLIOTECA VIRTUAL “AUGUSTO ROA BASTOS”</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>del CENTRO CULTURAL DE LA REPÚBLICA “EL CABILDO”</strong></div><div style="text-align: center;"><a href="http://www.cabildoccr.gov.py/?pagina=biblioteca"><strong><span style="color: red;">http://www.cabildoccr.gov.py/?pagina=biblioteca</span></strong></a></div><div style="text-align: center;"><strong>Enlace para ingresar al libro </strong></div><div style="text-align: center;"><a href="http://www.cabildoccr.gov.py/Pequena%20Enciclopedia%20de%20Historias%20Minusculas%20del%20Paraguay.pdf"><strong><span style="color: red;">PEQUEÑA ENCICLOPEDIA DE HISTORIAS MINÚSCULAS</span></strong></a></div><br />
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<span style="color: lime;"><strong>PRÓLOGO - AMOJONANDO LA MEMORIA</strong></span><br />
Los paraguayos sólo estamos para las cosas grandes: queremos resolver la guerra del Golfo Pérsico, la invasión de Panamá o dilucidar cuáles fueron los verdaderos alcances de los negociados del Banco Ambrosiano. Las cosas pequeñas, como ser de qué manera fue creciendo la ciudad en la que vivimos, cómo se fue transformando, de qué manera fue adquiriendo sus características distintivas -- y cómo las fue perdiendo-- esto no logra atraer nuestra atención y mucho menos despertar nuestro interés.<br />
Sin embargo cada vez que la piqueta se ensaña con algún antiguo edificio se escuchan los amargos lamentos venidos de numerosos grupos que parecen estar preocupados por la integridad de nuestra ciudad y lo necesario que es que ella mantenga ciertos rasgos distintivos de su personalidad. Esto, por los mismos motivos que el ser humano necesita mantener su personalidad con todas sus virtudes y todas sus contradicciones.<br />
¿Pero cómo podemos defender aquello que no conocemos? Con paciencia y, meticulosidad envidiables, Luis Verón se ha dedicado durante años a una de esas tareas “pequeñas” a las que miramos<br />
con un gesto despectivo pero que tanto añoramos en los momentos de necesidad.<br />
En estos tres años no ha hecho otra cosa que ir trazando un inventario de nuestra ciudad, fue rescatando nombres, fechas, datos estadísticos. En pocas palabras, fue amojonando la historia de esta ciudad, no la historia militar, no la de los golpes y contragolpes de estado, no las conspiraciones ni las asonadas. Por el contrario amojonó nuestra memoria con los datos simples, pequeños, cotidianos, quizá elementales, pero que hacen referencia a los hechos que lograron que esta ciudad adquiera una dimensión humana y se volviera habitable.<br />
Dicen que somos un pueblo muy apegado a la historia. Yo diría que al chisme ya que con harta frecuencia nos movemos en base al “dicen que... “, pero nunca con el dato preciso y documentado, tan fácil de encontrar siempre y cuando, rompiendo la modorra de la siesta tropical, aceptamos acercarnos a algún archivo, a alguna colección de diarios, o de revistas y busquemos allí la respuesta. Es lo que ha hecho Verón. A partir de este libro habrán de caer muchas leyendas, se disiparán falsas creencias y aparecerán nuevas historias, pero con una base de certeza y bastante proximidad.<br />
Contrariamente a lo que ocurre en los inventarios y en los trabajos de catalogación, Verón, personalmente, posee un sentido muy particular del humor, que lo vuelca, a su manera, en este trabajo, introduciendo ese elemento tan necesario y difícil de definir: ¿vitalidad, suspenso, amenidad, ritmo, o simplemente apasionamiento por lo que está haciendo?<br />
Antes de cerrar esta breve presentación quiero emitir un juicio extra literario. Ojalá que este mapa histórico de nuestra ciudad termine cumpliendo una función real y concreta ayudando a rescatar, a través del conocimiento, lo que necesitamos que sobreviva para que nuestra personalidad no termine diluyéndose en ese concepto espantoso y equivocado de “modernidad” por el cual hemos tenido que pagar, hasta el momento, un precio demasiado alto. <br />
<a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=548"><span style="color: red;"><strong>JESÚS RUIZ NESTOSA</strong></span></a> - As. diciembre 93<br />
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<span style="color: lime;"><strong>NOTAS DEL AUTOR</strong></span><br />
Estas “historias minúsculas”, comenzaron a aparecer en la Revista Dominical del diario ABC Color, en octubre de 1990, en una página semanal llamada “ENTÉRESE”. Su publicación fue casi fortuita, pues en ese entonces realizaba otras funciones en la revista y fue por iniciativa de la señora Marilín Parini que me propuse a buscar y meter las narices en libros, periódicos antiguos, documentos y cuanta publicación pudiera servir en mi trabajo.<br />
Hoy, estas historias mínimas se presentan al lector en formato de libro bajo el título de “PEQUEÑA ENCICLOPEDIA DE HISTORIAS MINÚSCULAS DEL PARAGUAY”. El nombre está concebido a propósito, pues el libro no aspira a ser una gran obra, sino apenas un modesto aporte a la ciudadanía, a través del cual se pretende recuperar para la memoria colectiva anécdotas curiosas y hechos casi desconocidos, mal conocidos u olvidados de nuestra historia, cosas que están allí nomás, a la vuelta de la esquina, a los pies de un monumento, en un somnoliento camino pueblerino o en algún olvidado balcón lleno de recuerdos.<br />
Las “historias minúsculas” que componen este primer volumen fueron publicadas entre octubre de 1990 octubre de 1992 y están ilustradas con dibujos realizados por el joven y consumado artista Carlos Sosa (Caló) y material gráfico del “Archivo Surucu’á”.<br />
** Agradezco a las personas e instituciones que colaboraron en la recolección de los materiales de información y en la posterior edición del libro, en especial a Susi y Blanca Diarte, que dedicaron esfuerzo y tiempo en la compaginación; al autor del prólogo, Jesús Ruiz Nestosa y al autor del comentario de contratapa Jorge Aguadé. <br />
LUIS VERÓN<br />
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<span style="color: lime;"><strong>LUGARES</strong></span><br />
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<span style="color: cyan;"><strong>ARECAYA</strong></span><br />
A unos veinte kilómetros de Asunción, entre las localidades de Mariano Roque Alonso y Limpio, se encuentra un lugar llamado ‘Arecayá”. El origen de este nombre se remonta a tiempos de la Colonia, cuando fueron ubicados en la zona los indios de la parcialidad de ese nombre.<br />
Los “arecayá” fueron indígenas pertenecientes a la familia lingüística guaraní, que vivían en la zona del río Jejui y se distinguían por su carácter indómito y belicoso. Desde que los conquistadores llegaron a la región, estos indígenas representaron un verdadero problema para los asentamientos coloniales, a tal punto que la fundación de “Villa Concepción del Arecaya” tuvo que ser abandonada por el constante asedio de los aborígenes.<br />
Vencidos por los españoles, fueron reducidos y se les obligó a establecerse en las cercanías de Limpio”, donde, con el correr de los años fueron absorbidos por la población local.<br />
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<span style="color: cyan;"><strong>EL MERCADO GUAZU</strong></span><br />
En la esquina de las calles Palma y Nuestra Señora de la Asunción funcionó -hasta la primera década del siglo- el célebre “Mercado Guazú”, un complejo edilicio cuya fachada principal, sobre la calle Palma, tenía una amplia y larga recoba.<br />
Este edificio fue demolido durante la administración municipal del que después fue presidente de la República, don Eduardo Schaerer (este señor fue un “demoledor consuetudinario”, pues también tiró abajo la casona que fue sede del gobierno colonial depuesto en 1811). Desde entonces, el mercado se instaló provisoriamente en la plaza donde se está construyendo el estacionamiento subterráneo.<br />
El “provisoriato” duró más de tres décadas, hasta que el mercado fue cambiado de lugar. Asunción contó con su primer mercado público hacia 1786, anteriormente la provisión de carnes se hacía a través de las “carneadas” realizadas por las familias capitalinas.<br />
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<span style="color: cyan;"><strong>DE TAL BARCO, TAL NOMBRE</strong></span><br />
Los nombres de los barrios asuncenos, generalmente derivan de los apellidos de las personas que antiguamente fueron propietarios de los lugares donde están ubicados. Muchos de los barrios capitalinos antaño fueron quintas de fin de semana o chacras, como por ejemplo el que actualmente es el populoso barrio “San Pablo” (ex “Stroessner”) que era conocido como “Bejarano Cué”, o el caso de “Villa Morra”, ex propiedad del Dr. Francisco Morra, incluso algunos se convirtieron en ciudades, como es el caso de “Zavala-cué” (Fernando de la Mora).<br />
El nombre del barrio “Sajonia”, no entra en esa generalidad. Tampoco se debe a que alguna familia de origen sajón haya habitado el lugar, sino al hecho -bastante curioso- que durante la “revolución de 1904, las fuerzas rebeldes artillaran el buque mercante “Sajonia” y zarparan de Buenos Aires con destino a Asunción.<br />
Según viejos relatos, el gobierno envió al encuentro del “Sajonia” al “Villa Rica” - también convenientemente artillado- que atacó sin éxito al buque rebelde y terminó encallado en costas argentinas. La tripulación del “Sajonia” se apropió del “Villa Rica” y los dos barcos vinieron nimbo a Asunción.<br />
Desde ese momento nació la fama del “Sajonia” y su sola mención provocaba temor entre la población que comenzó a llamarle “Vapor<br />
Pombero”.<br />
A mediados de agosto de 1904, el “Sajonia” forzó el paso artillado de Ita Pytá Punta y creó zozobra en la capital. Su presencia en los bajos del cementerio del “Mangrullo” (actual Parque Carlos A. López), originó el nombre del populoso barrio.<br />
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<span style="color: lime;"><strong>VERSIÓN PDF - GENTILEZA: BIBLIOTECA "AUGUSTO ROA BASTOS" DEL CENTRO CULTURAL DE LA REPÚBLICA "EL CABILDO"</strong></span><br />
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</div><a href="http://www.scribd.com/doc/39854877/Pequena-Enciclopedia-de-Historias-Minusculas-Del-Paraguay-De-LUIS-VERON" style="-x-system-font: none; display: block; font-size-adjust: none; font-stretch: normal; font: 14px Helvetica,Arial,Sans-serif; margin: 12px auto 6px; text-decoration: underline;" title="View Pequena Enciclopedia de Historias Minusculas Del Paraguay, De LUIS VERON on Scribd">Pequena Enciclopedia de Historias Minusculas Del Paraguay, De LUIS VERON</a> <div style="text-align: center;"><object data="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf" height="600" id="doc_386768135802792" name="doc_386768135802792" style="outline: none;" type="application/x-shockwave-flash" width="100%"> <param name="movie" value="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf"> <param name="wmode" value="opaque"> <param name="bgcolor" value="#ffffff"> <param name="allowFullScreen" value="true"> <param name="allowScriptAccess" value="always"> <param name="FlashVars" value="document_id=39854877&access_key=key-16345xgrjg23fpbcw88i&page=1&viewMode=list"> <embed id="doc_386768135802792" name="doc_386768135802792" src="http://d1.scribdassets.com/ScribdViewer.swf?document_id=39854877&access_key=key-16345xgrjg23fpbcw88i&page=1&viewMode=list" type="application/x-shockwave-flash" allowscriptaccess="always" allowfullscreen="true" height="600" width="100%" wmode="opaque" bgcolor="#ffffff"></embed> </object></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-81452350042041877322010-10-28T08:54:00.000-07:002010-10-28T08:54:37.590-07:00LILIANA M. BREZZO - ¡LA GRAN POLÉMICA CONTINÚA! DISCURSOS Y REPERCUSIONES DE LA DISPUTA ENTRE CECILIO BÁEZ Y JUAN O'LEARY SOBRE LA GUERRA DEL PARAGUAY / Referencia electrónica : http://nuevomundo.revues.org<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikMpdEGAEF3sPfH3UO-MKvqclHm9mtDJc3smEMiELe8gMiKjiGuo_DXei99YEpR-lE0pxXYs941_hugAIgAK58Y5TMHxVaTCVCLThYjtjOrnhqVyEakXTbu9DkcE8sJbshfNBjvyLluKY/s1600/liliana+brezzo+la+gran+polemica+continua+web.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" nx="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEikMpdEGAEF3sPfH3UO-MKvqclHm9mtDJc3smEMiELe8gMiKjiGuo_DXei99YEpR-lE0pxXYs941_hugAIgAK58Y5TMHxVaTCVCLThYjtjOrnhqVyEakXTbu9DkcE8sJbshfNBjvyLluKY/s400/liliana+brezzo+la+gran+polemica+continua+web.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>¡LA GRAN POLÉMICA CONTINÚA!</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>DISCURSOS Y REPERCUSIONES DE LA DISPUTA</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>ENTRE CECILIO BÁEZ Y JUAN O'LEARY</strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>SOBRE LA GUERRA DEL PARAGUAY</strong></span><strong></strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Ensayo de: <a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1689"><span style="color: red;">LILIANA M. BREZZO</span></a></strong></div><strong><div style="text-align: center;"><strong>(Enlace a datos biográficos y obras<br />
En la GALERÍA DE LETRAS del</strong></div><div style="text-align: center;"><a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;"><strong>www.portalguarani.com</strong></span></a><strong> )</strong></div><div style="text-align: center;"> </div></strong><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En Paraguay, 1902 fue un año crucial desde la perspectiva historiográfica al saltar a la palestra la primera polémica sobre la guerra contra la Triple Alianza. Entre el 16 de octubre de aquel año y el 14 de febrero de 1903 el joven periodista Juan O’Leary, de poco más de veinte años y el prestigioso abogado Cecilio Báez mantendrán desde las páginas de los diarios La Patria y El Cívico una controversia historiográfica inigualada. Este artículo da cuenta del contexto, de las epistemologías y de los argumentos que sustentaran uno y otro polemista; a continuación se examinan las consecuencias de la disputa en relación a la construcción de la memoria histórica paraguaya y de la actual práctica de la historia en ese país.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">From a historiographical perspective, 1902 was for Paraguay a crucial year as it was then that the first controversy about the war against the Triple Alliance took place. The young journalist Juan O’Leary, just over 20 years old, and the renowned lawyer Cecilio Báez, would keep an unparalleled historiographical controversy published in two newspapers La Patria and El Cívico from October 16th to February 14th of the said year. This article exposes the context, the epistemologies and the explanations sustained by both polemicists. Next, the consequences of the dispute are examined in relation to the construction of the Paraguayan historical memory, and the current historical practice in that country.</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">TABLA DE CONTENIDOS</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">*. <a _cke_saved_href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n1" href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n1">INTRODUCCIÓN</a></div><div style="text-align: justify;">*. <a _cke_saved_href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n2" href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n2">EL ESTALLIDO</a></div><div style="text-align: justify;">*. <a _cke_saved_href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n3" href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n3">LOS ARGUMENTOS</a></div><div style="text-align: justify;">*. <a _cke_saved_href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n4" href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n4">LAS CONTRADICCIONES</a></div><div style="text-align: justify;">*. <a _cke_saved_href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n5" href="http://nuevomundo.revues.org/48832#tocto1n5">LAS REPERCUSIONES</a></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;"><span style="color: cyan;"><strong>INTRODUCCIÓN</strong></span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1.- Es inocultable que en Paraguay el historiador ha jugado a lo largo de la centuria pasada y hasta hoy, un papel que en muchas ocasiones se extiende más allá del puramente “profesional”, adentrándose en otras esferas de la vida, como son la política y la mediática. En ese sentido 1902 fue un año crucial, al saltar a la palestra una polémica –la primera sobre la guerra contra la Triple Alianza- que ilustra la pasión con que se ha vivido tradicionalmente la historia en el país. Entre el 16 de octubre de aquel año y el 14 de febrero de 1903 el joven periodista Juan O’Leary, de poco más de veinte años y el prestigioso abogado Cecilio Báez mantendrán desde las páginas de los diarios La Patria y El Cívico una controversia historiográfica inigualada, cuyas consecuencias han sido tan rotundas que llegan hasta el presente, aunque esto último no sea necesariamente motivo de entusiasmo.</div><div style="text-align: justify;">2.- Si los argumentos que Báez sostuviera en el transcurso de la disputa fueron inmediatamente compilados en el tomo titulado La tiranía en el Paraguay (1903), no ocurrió lo mismo con los 37 artículos que produjera su joven contrincante. Esta exposición pretende recoger, en forma resumida, los resultados del relevamiento de los textos de Juan O’Leary diseminados en el diario La Patria, de su posterior estudio y del cotejo con los de Báez, con el propósito de analizar los contenidos de ese intercambio y ofrecer una relación sobre las actuales repercusiones en la memoria colectiva y en la práctica historiográfica en el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;"><span style="color: cyan;"><strong>EL ESTALLIDO</strong></span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">3.- La controversia no comenzó, como suele ocurrir en estos casos, por una cuestión intelectual o por distintos modos de concebir el pasado sino en relación con el clima político, social y económico que soportaba la sociedad paraguaya a comienzos del siglo veinte. Cecilio Báez y Juan O’Leary no polemizan en un restringido ámbito académico, sino que ventilan sus diferencias historiográficas a través de la prensa, en medio de la crisis del modelo socioeconómico impuesto en la posguerra y de la agonía del régimen colorado. El Estado paraguayo aparecía, al comenzar el siglo XX, débil, con agudos problemas de corrupción y había agotado sus mecanismos de generación de ingresos, fuera de la imposición al comercio exterior. Los recursos de la venta de tierra realizada a mediados de la década del 80, se habían gastado o dilapidado. Como es conocido, casi dieciséis millones de hectáreas de tierras públicas se vendieron en Paraguay a compradores en su mayoría extranjeros –argentinos y brasileños- entre 1885 y 1888. Los únicos ausentes fueron los obreros y los agricultores paraguayos, que con sus familias integraban casi el noventa por ciento de la población. Por otra parte, los ingresos del exterior eran imposibles, puesto que ni siquiera podía el gobierno cumplir sistemáticamente con el servicio de la deuda británica. Todo esto explica que para el año 1902 la distribución del ingreso que la actividad económica del país generaba era extremadamente desigual. La concentración desproporcionada de sus beneficios en un reducido número de comerciantes y exportadores y la marginación de la mayoría de la población a niveles de precaria subsistencia eran características salientes del comportamiento de la economía.</div><div style="text-align: justify;">4.- Es en este contexto en el que debe situarse el artículo titulado Optimismo y Pobreza. Las ganancias de los bancos. Males y Remedios, que Cecilio Báez publicó en el diario El País el 16 de octubre de 1902 y que desencadenaría la agria disputa con Juan O’Leary.</div><div style="text-align: justify;">5.- Pero si bien las condiciones socioeconómicas sirvieron de detonante, parece conveniente remarcar, a su vez, que Báez y O’Leary discutirán teniendo como telón de fondo un interesante clima cultural caracterizado por la eclosión de la primera élite de intelectuales paraguayos que se dedicarán a la Historia –que pasa a convertirse en disciplina erudita aunque no científica- en el marco de un sistema de relaciones personales y de la creación de un espacio institucional que fomentará la investigación del pasado.</div><div style="text-align: justify;">6.- En la penuria posbélica se irá conformando un grupo de jóvenes, primero en el Colegio Nacional de Asunción, a partir de 1877 y luego en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional, fundada en 1889, que iría asumiendo un rol decisivo en la cultura paraguaya. Nacidos en su mayoría en la primera década siguiente al cataclismo bélico, entre los principales exponentes de la que sería llamada la Generación del 900, estaban Blas Garay (1873-1899), Juan O’Leary (1879-1969), Manuel Domínguez (1868-1935), Fulgencio Moreno (1872-1933), Arsenio López Decoud (1867-1945), Ignacio Pane (1879-1920), Eligio Ayala (1879-1930) y Manuel Gondra (1871-1927).</div><div style="text-align: justify;">7.- Pues bien, los últimos años del siglo XIX encuentran al joven O’Leary en su trayecto intelectual iniciático. En 1898 figuraba ya entre los socios del Instituto Paraguayo, primer espacio de sociabilidad intelectual de la posguerra; poco después, cuando la institución organizó una peregrinación en homenaje al general José E. Díaz y una campaña para auxiliar a los veteranos de la guerra, el joven periodista estuvo entre los participantes más activos. <em>(Revista del Instituto Paraguayo</em> en el número 4 del año 1901) Paralelamente, comenzó a trabajar, junto a Enrique Solano López en la redacción de La Patria. O’Leary había nacido en Asunción el 13 de junio de 1879 y era hijo del argentino Juan O’Leary y de Dolores Urdapilleta, paraguaya. Hizo sus estudios secundarios en el Colegio Nacional y, aunque se matriculó en la Facultad de Derecho, no culminó la carrera. Con poco más de veinte años, pasó a dedicarse a la enseñanza de la Historia en el Colegio Nacional y a las actividades periodísticas en el diario La Prensa y luego en La Patria. En este último, a partir del 2 de mayo de 1902, principió la publicación de una serie de 26 textos sobre la guerra con la Triple Alianza bajo el título general de Recuerdos de Gloria (Se publicaron en La Patria entre el 2 de mayo de 1902 y el 7 de febrero de 1903. Su contenido se concentraba en los hechos de armas y batallas libradas durante la guerra con la Triple Alianza. Puede leerse su reciente compilación: Juan O´Leary, Recuerdos de Gloria, Asunción, Servilibro, 2008.)</div><div style="text-align: justify;">Considerados sus primeros escritos de índole histórica, tenían el propósito, en sus palabras, “de exaltar el heroísmo del pueblo vencido en una lucha desigual” y “exponer a las nuevas generaciones las hazañas de los héroes de la Guerra del Paraguay contra la Triple Alianza”.</div><div style="text-align: justify;">8.- Justamente cuando se divulgaban las primeras entregas de Recuerdos de Gloria, Cecilio Báez regresaba a Paraguay luego de su participación como delegado en la Segunda Conferencia Internacional Americana celebrada en México. Casi con cuarenta años, a diferencia del joven redactor, Báez era, en 1902, uno de los referentes intelectuales más destacados. Perteneciente a una antigua familia del país, había nacido el 1 de febrero de 1862 y cursado sus estudios secundarios en el Colegio Nacional. El 15 de julio de 1893, con 31 años de edad, obtuvo el doctorado en Derecho y Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Asunción. Para el año 1902 había ya publicado una serie importante de monografías desde el campo jurídico sobre cuestiones como La libertad civil, La ciudadanía y el pacto social, Derecho de familia. Había ejercido, asimismo, altas funciones públicas en el Parlamento como diputado, en 1896 y senador, en 1901.</div><div style="text-align: justify;">9.- Pues bien, hasta ese año, Báez había contado con el reconocimiento y la admiración del jovencísimo Juan O’Leary, quien además coincidía en su adhesión al mismo partido político.</div><div style="text-align: justify;">10.- Como apuntáramos, el 21 de mayo de 1902 Báez arribó desde México al puerto de Asunción; una delegación nutrida de representantes del gobierno y de instituciones culturales esperó su llegada y fue el joven periodista Juan O’Leary quien pronunció el discurso de bienvenida en nombre de los allí reunidos. De inmediato, el prestigiado diplomático se reincorporó a su actividad periodística en las columnas de El Cívico en las que divulgaría en los meses siguientes una serie de artículos sobre temas económicos; y, como ya adelantase, sería uno de ellos el que desencadenaría la agria disputa con O’Leary.</div><div style="text-align: justify;">11.- En efecto, a raíz de la difusión en la prensa del balance anual del Banco Territorial y de los consiguientes elogios por parte de algunas hojas periodísticas por las “significativas ganancias obtenidas”, el 16 de octubre Báez publica en el diario El País el artículo ya mencionado Optimismo y Pobreza. Las ganancias de los bancos. Males y Remedios. “Escribo, comenzaba diciendo Báez, bajo la penosa impresión que me produce la pobreza extrema del país”. Luego, en el desarrollo del artículo, se dedicaba a señalar la “desinformación” y la desigual mirada que ofrecían los diarios, en cuyas páginas “parecen querer reflejar que el Paraguay es el mejor de los mundos, porque todos prosperan y todo marcha bien” y, paralelamente, no cesan de denunciar “la carencia de alimentos o dan cuenta de agricultores que emigran por la miseria, la falta de justicia y de garantías”. Tal situación, sostenía, era compartida por los bancos, cuyas ganancias eran más ficticias que reales; de hecho la mayor parte de su capital estaba constituido por inmuebles o tierras, con lo cual operaban con un capital en numerario muy pequeño. Así, concluía:</div><div style="text-align: justify;">12.- En medio de un pueblo pobre, nadie puede prosperar en realidad. Por eso, al contemplar la pobreza del país, yo digo que todas las ganancias que se ostentan, son aparentes, máxime si se tiene en cuenta que entre nosotros no circula más que papel moneda, bastante despreciado.</div><div style="text-align: justify;">13.- Frente a éste estado social se proponía, a partir de esa entrega periodística, decir la verdad, “único medio para reconocer los defectos y vicios colectivos y luego corregirlos”. Y la verdad consistía, sobre todo, en denunciar las causas de esa postración:</div><div style="text-align: justify;">14.- Necesitamos la verdad en el gobierno, la verdad en la justicia distributiva, la verdad en el sufragio, la verdad en la apreciación de las cosas, la verdad en la instrucción, la verdad en todo. El Paraguay es un pueblo cretinizado por secular despotismo y desmoralizado por treinta años de mal gobierno. Cinco años de titánica lucha pudieron retemplar sus adormecidas fibras por el opio del despotismo. Por eso el pueblo paraguayo desplegó cualidades cívicas en los comicios, a raíz de la conclusión de la guerra; pero la disolución de las cámaras vino de nuevo a matar el naciente espíritu público y he aquí que el pueblo sigue siendo semejante a un cretino, a un ser sin voluntad ni discernimiento.</div><div style="text-align: justify;">15.- Como se lee, no es sólo el pasado, sino también la situación presente la que lleva a Báez a estas tremendas expresiones, es decir, el pueblo “cretinizado” es el resultado del despotismo francista y de los López, pero también de treinta años de gobierno colorado.</div><div style="text-align: justify;">16.- Al día siguiente, el diario La Patria, en un artículo sin firma titulado Habla el doctor Báez. El cretinismo paraguayo, criticó esas opiniones procurando mostrar, con datos y cifras, que la ganancia del Banco Territorial no era ficticia para dedicarse luego, mediante un acopio de pruebas, a demostrar la contradicción del actual discurso de Báez con los contenidos de artículos escritos en los pasados meses en los que se mostraba complaciente con las instituciones bancarias. Por supuesto, como era de esperar, las expresiones sobre el cretinismo paraguayo ocuparon el núcleo principal de la contestación, sobre las cuales, el autor se pronunció terminantemente:</div><div style="text-align: justify;">17.- Nos da vergüenza el reproducir estas palabras escritas por un ciudadano a quien, no hace mucho, hemos recibido con vítores, a quien hemos saludado como el representante legítimo de la juventud paraguaya. Pero éste título ya no le pertenece porque no puede una ilustración eximia, un personaje de la importancia del Dr. Báez, ser representante de cretinos, de seres sin voluntad ni discernimiento. Nosotros, que somos paraguayos, nosotros que para paraguayos escribimos, protestamos en nombre de todos nuestros conciudadanos indignados por las palabras del doctor Báez, a quien no concedemos derecho ninguno de llamarnos cretinos y cretinizados.</div><div style="text-align: justify;">18.- Así, en el contexto intelectual brevemente descrito y con estos antecedentes inmediatos, estalló la polémica.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;"><span style="color: cyan;"><strong>LOS ARGUMENTOS</strong></span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">19.- En respuesta a los cuestionamientos de <em>La Patria</em>, el 18 de octubre aparece en <em>El Cívico </em>el primero de los artículos de Báez de la serie sobre “La Educación” con el que inicia los escritos compilados luego en <em>La Tiranía en el Paraguay </em>en los que irá desarrollando un discurso histórico sobre el carácter y los resultados de la tiranía paraguaya con el terminante propósito de “advertir a la juventud y al pueblo sobre los peligros del patrioterismo y la mistificación/adoración del pasado”.</div><div style="text-align: justify;">20.- Respecto a la guerra con la Triple Alianza, Báez la explicará como un efecto del propio sistema tiránico, que tuvo su origen en la época colonial y se consolidara durante los gobiernos de Francia y de los dos López:</div><div style="text-align: justify;">La guerra se hizo de exterminio para el Paraguay, no solamente por obra de los aliados, sino también por obra del mismo López. Los déspotas siempre quieren aparecer como intérpretes de la voluntad nacional o sirviendo los intereses de la Nación. Cualquier hombre de sentido común comprenderá que López ni debió intervenir en el conflicto uruguayo-brasilero ni mucho menos provocar la guerra. Tal fue el desenlace de la tiranía paraguaya. Fue el sacrificio de todo un pueblo. El país quedó arruinado y desmembrado. Toca a la nueva generación reparar lo perdido, por la educación, por el trabajo, por la práctica de la libertad, por el concurso del elemento extranjero, pero principalmente por la educación, para que al rebaño humano lo reemplace un pueblo consciente de sus derechos, que haga imposible la vuelta de las omnímodas y embrutecedoras dictaduras.</div><div style="text-align: justify;">21.- Por su parte, O’Leary lo enfrentará con un discurso completamente opuesto desde las columnas de <em>La Patria, </em>centrado en un pasado heroico y glorioso, en el que la sociedad paraguaya vivía feliz y próspera hasta que una serie de causas exógenas la condenaron a su actual postración. Dedicará a cada episodio del acontecimiento bélico un artículo completo en un esfuerzo hermenéutico dirigido a mostrar “quien fue la mano negra que arrojó, sobre el Plata y el Paraguay, el huracán de muerte que hizo añicos de nuestra pasada grandeza y poderío”:</div><div style="text-align: justify;">Diremos que la intervención brasileña en el Uruguay y la guerra de 1865 fue el lógico desenlace de la política absorbente, de las miras ambiciosas del Imperialismo. En efecto, no de otro modo podían concluir las añejas pretensiones del único imperio de la América del Sud -verdadero parásito adherido al suelo del nuevo mundo- que en todos los momentos de su historia amenazó a sus vecinos y más que amenazó, asaltó con invasiones verdaderamente bárbaras, como las de sus mamelucos que han dejado triste memoria en los países limítrofes ¿Con qué país vecino no tuvo disensiones seculares por la cuestión de límites? ¿A qué país vecino no arrebató el Brasil inmensas zonas de territorio? <em>(La Patria, </em>21 de enero de 1903.)</div><div style="text-align: justify;">22.- A lo largo de este extenso tramo, O’Leary fue desplegando un conjunto de argumentos eficaces para mostrar que la guerra tuvo su origen en las maquinaciones del Imperio del Brasil y en la complicidad del gobierno argentino de Bartolomé Mitre.</div><div style="text-align: justify;">23.- Las repercusiones que tuvieron los respectivos discursos históricos entre la sociedad asunceña pueden medirse, entre otros modos, a través de las solidaridades que en el transcurso de la polémica fueron sumando uno y otro protagonista. Las páginas de <em>El Cívico</em> muestran, por ejemplo, que además de los responsables de dicha hoja y de afiliados al Partido Liberal, Báez contó con manifestaciones de adhesión por parte de un sector de la “juventud universitaria” y de la “juventud estudiosa” quienes le expresaron su admiración “porque ha tenido el patriotismo de sacar a relucir las causas de nuestro abatimiento presente, como único medio de comenzar la obra de la dorada regeneración nacional” a la vez que no dejaban pasar la ocasión para protestar contra la propaganda de <em>La Patria</em> hacia el doctor Báez, a quien definían como “espejo de la generación presente” y a quien aquella hoja pretendía “arrancar la radiante diadema de la popularidad”.</div><div style="text-align: justify;">24.- También O’Leary mereció adhesiones de otro sector de la “juventud universitaria”. Sin embargo, según hemos podido constatar hasta el momento, el más fuerte y eficaz respaldo lo recibió de parte del joven vicepresidente del Paraguay, Manuel Domínguez, quien el 29 de enero de 1903, en plena efervescencia dialéctica, dictó una conferencia en el <em>Instituto Paraguayo</em> titulada <em>Causas del heroísmo paraguayo</em>, con el propósito de sumarse a la refutación contra Báez. En su exposición, Domínguez desarrolló un discurso a partir de un <em>apriorismo nacionalista</em> que penetrará en la cultura histórica paraguaya a lo largo de todo el siglo veinte. Hará referencia, por ejemplo, a la estatura del habitante del Paraguay como algo digno de destacar, adjudicándole una estatura media de 1,72 centímetros. Basándose en juicios de Buffon y Demersay, Rengger, Du Graty y Thompson, aseguraba que la del paraguayo “es a menudo superior a la de los europeos, que los habitantes pertenecen a una raza superior por su estatura y por su capacidad mental y […] es superior a los vecinos en lo intelectual y en lo físico”. El Paraguay era, por lo tanto, una nación con sello original y castizo, que se había adelantado a sus hermanos en ser una cosa aparte; “desde el primer paso de la independencia, existió el alma de la patria”. El joven vicepresidente sostiene en su conferencia la imagen histórica de la <em>Edad de Oro</em> correspondiente al período de 1844-1865, rebosante de bienestar, riqueza y poder militar:</div><div style="text-align: justify;">¿Cuál era la situación del Paraguay en 1864? Era la <em>edad de oro</em> de la agricultura y la ganadería. Paraguay producía más que cualquier otro pueblo americano. Había llegado al <em>maximum</em> de producción con el <em>minimum</em> de consumo. El pueblo, sin necesidades superfluas era feliz en su sencillez. No había miseria ni pobreza. Le llamaban el pueblo más feliz de la tierra. Y en un pueblo así, ¡cuidado con poner a la patria en peligro! porque en ella está el hogar. Hasta las criaturas y la mujer bella y suave han de empuñar bayonetas.</div><div style="text-align: justify;">25.- Y se concentra luego en argumentar que fue la guerra que llevó la Triple Alianza al Paraguay la que destruyó esa arcadia:</div><div style="text-align: justify;">El Paraguay era superior a cada aliado como <em>Nación.</em> No era como la República Argentina, una amalgama heterogénea de porteños y provincianos, federales y unitarios, que se odiaban a muerte; no estaba como el Brasil fraccionado en republicanos e imperialistas, en señores y millones de esclavos. El Paraguay era una unidad política, quizás la más compacta y homogénea que se vio jamás, con una sola voluntad, con un solo sentimiento: en el momento del peligro común se levantaría como un solo hombre.</div><div style="text-align: justify;">26.- En resumen: “El Paraguay era superior al invasor como raza y en las energías que derivan de esa raza: en inteligencia natural, en sagacidad, en generosidad, en carácter hospitalario, hasta en estatura. (<em>La Patria, </em>Asunción, 3 de Enero de 1903. ) Pero lo que realmente Domínguez deseaba demostrar era que el heroísmo paraguayo, sobre todo durante la guerra, se sustentó no en la insensibilidad al dolor como producto de la barbarie o en el miedo al tirano, sino, precisamente, en la raza del paraguayo que “fue mestizo pero fue haciéndose blanco en la cruza sucesiva, blanco <em>sui generis</em> en quien hay mucho de español, bastante del indígena y algo que no se encuentra ni se ve ni en el uno ni en el otro separados”. (<em>La Patria, </em>Asunción, 3 de Enero de 1903.)</div><div style="text-align: justify;">27.- En respuesta, Cecilio Báez le dedicó a Domínguez un texto titulado <em>Rectificaciones a la conferencia del Dr. Domínguez</em> a fin de demostrar que el vicepresidente había faltado a la verdad científica y a la verdad histórica. En primer lugar, estaba lo que sostuviera respecto a la superioridad del paraguayo en estatura debido sobre todo a la alimentación y al clima. Aunque Báez coincide en lo que a ese promedio se refería, le recordaba “que no necesariamente un hombre alto es superior a otro; al contrario, en los países más civilizados, la altura tiende a disminuir”. Luego estaba la afirmación según la cual “el paraguayo es superior a sus vecinos en lo intelectual”; Báez argumentaba, por su parte, la total ausencia de producción intelectual ¿qué obra literaria o científica ha producido hasta ahora un paraguayo?; tal nulidad debía atribuirse a que el cerebro paraguayo nunca “ha podido pensar a causa de la tiranía, ni el alma paraguaya ha sentido a causa del terror”.</div><div style="text-align: justify;">28.- Mientras que Domínguez se complacía en recostarse en la felicidad en que vivía el pueblo paraguayo durante el gobierno de Carlos Antonio López, Báez se preguntaba ¿Se puede ser feliz bajo el terror, en ausencia de toda garantía, y de toda libertad? Y mientras que el vicepresidente hablaba de la fecundidad de la mujer, de la potencia nutritiva de la mandioca y otras cosas por el estilo para explicar las causas del heroísmo paraguayo, el experimentado abogado le endilgaba no haber dicho ni una sola palabra sobre los funestos efectos de la tiranía que trajo la guerra del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">29.- Lo que sí puede afirmarse, según los testimonios disponibles, es que la polémica traspasó los límites de los ámbitos académicos y universitarios, enfrentando a quienes apoyaban, a su manera, a uno y otro. Natalicio González refiere que “las discusiones se prolongaban en el hogar. En los cafés, los concurrentes defendían sus ideas a botellazos, con tazas y sillas. Grandiosas manifestaciones populares recorrieron las calles, aclamando a uno y otro bando, a uno y otro de los polemistas”. (Natalicio González, <em>Letras Paraguayas</em>, Asunción, 1988)</div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;"><span style="color: cyan;"><strong>LAS CONTRADICCIONES</strong></span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">30.- Los últimos textos –del 13 y del 14 de febrero de 1903- de O’Leary en esta “ardiente polémica”, como él mismo la calificara, traen a colación una cuestión por demás espinosa y sobre la cual apenas se puede añadir, por el momento, algo que no sean consideraciones frágilmente fundadas. Como la punta de un iceberg surgen las contradicciones discursivas y las mutaciones en las posiciones intelectuales e ideológicas de Cecilio Báez pero también, aunque de forma indirecta, en las de O’Leary. Este último se dedica a demostrar en sus últimos artículos contra Báez, el giro discursivo de su experimentado contrincante mediante la reproducción parcial de un conjunto de trabajos de índole histórica que aquél divulgara tiempo antes de la polémica en la prensa asunceña en los que había argumentado que el Brasil y Buenos Aires siempre habían mantenido una política de usurpación y absorción respecto del Paraguay y del Uruguay. Luego de hacer un recorrido por los intríngulis diplomáticos paraguayo-brasileños durante el siglo diecinueve hasta la guerra, Báez concluía que: “arruinado y consumadas las usurpaciones, he aquí que argentinos y brasileros pretenden convencernos de que son nuestros amigos, que nos quieren mucho, que nos desean todo bien, etc., etc. Aquellos hechos y estas sangrientas burlas provocan, naturalmente, la indignación y el odio de todo buen paraguayo”.</div><div style="text-align: justify;">31.- ¿Cómo compaginar sus ideas de ayer con las de hoy? ¿Cuándo decía la verdad?, preguntaba O’Leary. En los siguientes artículos que transcribe - <em>El Paraguay en peligro</em>, <em>Rectificación histórica, Guerra aduanera, El Paraguay y Chile</em>,<em>El porvenir del país. La política del Río de la Plata, Consideraciones sobre la política del doctor Francia y El Paraguay y Mitre-</em> se mostraba la misma línea discursiva del anterior; Báez sostenía que el verdadero pueblo paraguayo jamás podría estar de parte de la Argentina, “nuestra pérfida enemiga”, mientras “conservase en su poder un palmo de los inmensos territorios que nos ha usurpado y que si no usurpó más fue gracias a la oposición del Brasil, nuestro franco enemigo”, aunque hubiese sido este último el que “trajo la guerra al Paraguay”. Báez calificaba a la Triple Alianza como “la más infame coalición de que se tenga memoria en los anales del mundo… plan de asesinato de un pueblo, bajo el pretexto de liberarle de un tirano”, que “la ambición del Brasil y de la República Argentina fue siempre poseer tierras del Paraguay para cosechar los mismos productos que los nuestros, de manera de hacernos ventajosa competencia y reducirnos a triste extremidad” y que los gabinetes de Buenos Aires y de San Cristóbal se entendieron a lo largo de la primera mitad del siglo diecinueve más de una vez para conquistar el Paraguay y el Uruguay.(En las transcripciones que ofrece O’Leary de estos artículos de Báez no se indica la procedencia ni la fecha en que fueron difundidos. Datos disponibles permiten asegurar que, en efecto, Báez había divulgado, antes de 1902, en diversas publicaciones, sus ideas históricas. Entre los textos anteriores a ese año, figuran los ya citados artículos sobre Francia en La Ilustración paraguaya (1888), conferencias dictadas en el Ateneo Paraguayo sobre la independencia paraguaya en los años 1885 y 1886, artículos insertos en el diario La Democracia, en 1891 y en periódicos de la provincia argentina de Formosa como El Combate, en la que estuvo exiliado por algún tiempo luego del fracaso de la revolución de 1891. Véase el listado que se anexa en Cecilio Báez, Política Americana, Asunción, 1925)</div><div style="text-align: justify;">32.- ¿A qué había obedecido este giro historiográfico? El mismo O’Leary había sostenido en el inicio de la polémica que “los viajes, el trato con la gente más civilizada (léase no cretina) el espectáculo de pueblos cultos e instituciones grandiosas, variaron totalmente su personalidad. Después de su primer viaje a Buenos Aires volvió amigo de Mitre y partidario de la Argentina. Después del segundo viaje volvió enemigo del Paraguay, aunque quiera disimularlo”.</div><div style="text-align: justify;">33.- Pero si Báez había argumentado en el pasado que la nacionalidad paraguaya había sido muy combatida desde los albores de su independencia y que a no ser por “la fuerza enérgica de los dos primeros dictadores, no se salvaría tal vez de las asechanzas de sus tradicionales enemigos” para desdecirse luego, en 1902, al sostener que “la guerra se hizo de exterminio para el Paraguay, no solamente por obra de los aliados, sino también por obra del mismo López”, la posición intelectual y política de O’Leary también quedaría, a partir de la polémica, en entredicho.</div><div style="text-align: justify;">34.- Como se conoce, el joven bachiller adhirió al comienzo de su vida pública al Partido Liberal, mostrando diferencias con el coloradismo. En el texto que dedicara a la batalla de <em>Acayuazá </em>en la serie <em>Recuerdos de Gloria, </em>además de resaltar el heroísmo de Bernardino Caballero, explicando que “las sombras de su vida de político no impedirían que incluya su nombre en estos recuerdos dedicados a los días gloriosos de nuestra historia guerrera”, declara explícitamente lo siguiente:</div><div style="text-align: justify;">Milito en las filas de la oposición. Mi partido tiene sus mártires que cayeron combatiendo a la agrupación política que preside el general Caballero. Pero esto no impedirá que en este día lo presente a nuestros compatriotas como un bravo, como una hermosa reliquia de ese pasado en que se destacan gigantescas las figuras de tantos y tantos héroes. Me lo impone un deber de gratitud. (La Patria, Asunción, 17 de julio de 1902. Reproducido en Juan O’Leary, Recuerdos de Gloria…cit., página 49.)</div><div style="text-align: justify;">35.- Pero si a mediados de 1902 sostenía esta adhesión política, poco tiempo después pasaría a constituirse en una de las figuras más destacadas del Partido Colorado, que lideraran los jefes militares de López durante la guerra, y a dedicar el resto de su vida a la exaltación del Mariscal Francisco Solano López. Esta campaña intelectual no le impediría, sin embargo, la aceptación, en los años siguientes a la polémica, de cargos públicos importantes durante los gobiernos Liberales (1904-1936), identificados, según el propio O’Leary, con el <em>legionarismo, </em>que tanto combatiera. Por ejemplo, en 1911 aceptaría la designación del presidente Albino Jara para el cargo de Director del Colegio Nacional. Asimismo, cuando en 1925 debió interrumpir su tarea docente por razones de salud, el joven presidente liberal Eligio Ayala, lo salvaría, según sus propias palabras, de un incierto futuro, designándolo primeramente cónsul en Madrid y más tarde Encargado de Negocios en España.</div><div style="text-align: justify;">36.- Existen otras pruebas que muestran también la conversión intelectual de O’Leary. En 1898 había publicado en un periódico estudiantil un texto dedicado a describir las penurias que su madre padeció durante la guerra a causa de Francisco Solano López. En efecto, acusada de traición a la patria, había sido condenada al destierro perpetuo en los extremos del país. Durante ese peregrinaje sus hijos habían fallecido de hambre. El recuerdo de estos padecimientos le hicieron estampar a O’Leary en aquel tiempo, un juicio lapidario:</div><div style="text-align: justify;">¡Ah, madre querida, tú me enseñaste a perdonar! Tú no guardas rencores para nadie. Pero a pesar de todo, siento agigantarse el odio inmenso que llena mi alma: odio hacia el tirano y odio hacia los lobos hambrientos que se desparramaron en nuestra tierra e hicieron añicos de nuestra nacionalidad… Para tus verdugos y para los verdugos de nuestra patria, perdóname madre mía, mi odio es eterno.</div><div style="text-align: justify;">37.- Sin embargo, veinte años después, en 1918, en un artículo que publicara con su firma en <em>La Patria</em>, explicaría –de manera poco convincente- que aquel texto no había sido sino un “ingenuo salmo infantil” en el que hablaba el sentimiento, sin reflexión. Sostenía ahora que “ese grito de odio es falso”:</div><div style="text-align: justify;">Es el ambiente el que gravita en mi alma infantil poniendo en mis palabras lo que sólo es realidad en el alma atormentada de los que necesitaban justificar su traición, de los que vinieron con el invasor, de los patricidas que le ayudaron en el degüello de cinco años. Ese odio es el odio de los vencedores que aniquilaron al Paraguay, pero no pudieron arrebatarle su gloria, que acabaron con el Héroe, pero no pudieron suprimir su grandeza. Ese odio no era mío, no era yo el que condenaba, yo que desconocía los misterios de nuestra historia y que no podía entrever la verdad en medio de la mistificación triunfante. Ese odio era un odio reflejo que venía de los que acababan de poner fuera de la ley al Mariscal López, figurándose, arbitristas de la historia, que con un decreto se hace el juicio de la posteridad y que una ley rencorosa ha de absolverlos para siempre. Cuando escribí estas líneas aún no había despertado del todo la conciencia nacional, aún seguíamos condenándonos, repitiendo los anatemas de la Alianza… Debo decirlo con algún orgullo, aún no se habían publicado los <em>Recuerdos de Gloria”.</em> El hombre tacha también esas y otras palabras del niño. En el tirano que abomina confunde la tiranía, vuelvo a repetirlo. El tirano que decretó el éxodo y que mató de hambre a mis hermanos en las inclementes serranías, no era un hombre. Ese hombre, enloquecido por un delirio patriótico, en medio del estrépito de las batallas, no supo siquiera del dolor de mi madre y de sus incontables penurias. El tirano no era él, era la guerra y eran los tiempos duros que se vivían. Él mismo era una víctima, sufría lo que sufría su patria, como habría de sucumbir con él. (“A mi madre” en <em>La Patria, </em> Asunción, 28 de enero de 1918)</div><div style="text-align: justify;">38.- Y acababa el texto exculpando a López de los sufrimientos de su madre y borrando lo que había escrito dos décadas atrás.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;"><span style="color: cyan;"><strong>LAS REPERCUSIONES</strong></span></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">39.- En la disputa quedó planteada, además, una cuestión de fondo –aunque no de manera explícita- que interesa mucho resaltar por su influencia en la actual práctica de la historia en Paraguay: el papel de la historia y del historiador en la sociedad. Juan O’Leary endilgará a Báez, en sus escritos, de haberse convertido en enemigo del Paraguay luego de “dos viajes a la Argentina que cambiaron su personalidad” y que habrían transformado su posición ante el pasado: “ahora defiende a los legionarios, a los traidores de Paraguay convirtiéndose en prototipo del legionarismo y entusiasta de la Legión paraguaya”. Y acabará por calificarlo, por este nuevo discurso, como un “traidor”. Así, por ejemplo, al recordarle que, mientras en un enfrentamiento que había tenido años atrás con el argentino Adolfo Carranza,biógrafo del granadero paraguayo coronel Bogado, en respuesta a un artículo en el que Carranza había menospreciado a la nacionalidad paraguaya,se había puesto como un demonio, en esos momentos había cambiado radicalmente su discurso. O’Leary explica que “en aquella época [a Báez] le daba por fingirse muy patriota, muy enemigo de brasileños y argentinos, muy partidario de los tiranos, muy admirador de Alberdi, etc., etc.”. Parece sostener entonces que si ser patriota contenía tales adhesiones, quien admitiera simpatías hacia los brasileños y los argentinos, cuestionase a los tiranos y asumiera una posición crítica sobre Alberdi sería considerado entonces un ¿traidor a la patria?</div><div style="text-align: justify;">40.- Si se leen unos y otros artículos de la polémica es posible distinguir, sin embargo, que ambos contrincantes inscriben su campaña sobre el pasado a favor de la construcción de una <em>historia patriótica</em> y de la <em>verdad histórica.</em> En el artículo del 14 de febrero de 1903 titulado “La historia como arma de combate”, O’Leary dirá, por ejemplo:</div><div style="text-align: justify;">Vamos a seguir todavía presentando nuevos argumentos para que al fin de esta campaña la verdad histórica, triunfando definitivamente se afiance en la conciencia nacional, poniéndose a cubierto, para siempre, de las irrupciones de los bárbaros del interior, de los que, a cada momento, amenazan ahogarnos bajo el peso de sus pasiones desbordadas […] el peor de nuestros enemigos reconocerá, por lo menos, que don Cecilio es un refinado farsante, para el cual la historia es un arma de combate y de venganza baja y rastrera.</div><div style="text-align: justify;">41.- También Báez asumía su campaña a favor de una historia patriótica pero a la vez postulaba una “historia sincera”, un concepto que se refiere, en este caso, a una mirada hacia el pasado en la que, junto a lo positivo, se hace examen sobre los errores. Sinceridad sería aquí opuesto a mistificación. En su <em>Carta a la Juventud</em>, dirigida a responder las solidaridades que recibiera a lo largo de la disputa, ofrece pistas que amplían este concepto y la función que le otorga a la Historia:</div><div style="text-align: justify;">El estudio de la historia es pues el medio más idóneo para despertar el espíritu cívico de los ciudadanos [...] La verdad debe decirse a toda costa, porque solo la verdad es edificante. Sin embargo, no faltan falsos patriotas que enseñan que no debemos decir la verdad contra el crédito del propio país […] ¿Qué mal hay en decir que el despotismo ha embrutecido al pueblo paraguayo, anulando su sentido moral y su sentido político? ¿Qué mal hay en decir que el tirano López ha acometido al Brasil y a la Argentina sin causa justificada, acarreando al país su ruina y el exterminio de sus habitantes.</div><div style="text-align: justify;">42.- Estas definiciones no pueden ocultar, sin embargo, las fuertes polarizaciones de que adolecen ambos discursos históricos. Si Báez mostraba un pasado lleno de infelicidad y servidumbre que había que superar mediante una enseñanza de la historia que ayudara a asumir los errores, O’Leary sólo veía heroísmo, sacrificio, grandeza moral y eterna gloria sin cuestionamiento alguno.</div><div style="text-align: justify;">43.- Como es conocido, Juan O’Leary venció a Cecilio Báez y ambos acabaron enemistados luego de la disputa. No hemos hallado pruebas de que, en adelante, mantuvieran una relación cordial no obstante sus diferencias historiográficas.</div><div style="text-align: justify;">44.- Báez continuó en los años siguientes hasta su muerte, el 18 de junio de 1941, al frente de sus cátedras de Revista de la Historia y de Sociología en la carrera de Derecho de la Universidad Nacional de Asunción, en la que también ejerció el cargo de rector. Desempeñó, asimismo, importantes funciones oficiales: fue canciller con los presidentes Gaona (1904), Ferreira (1906), Jara (1911) y Paiva (1937) y presidente provisional del Paraguay entre 1905-06, luego que fuera depuesto Juan B. Gaona y. sobre todo, seguiría escribiendo y publicaría más de cincuenta libros, conferencias, artículos, opúsculos; una extensa producción entre las que figuran: <em>Cuadros históricos y descriptivos </em>(1906),<em>Resumen de la historia de Paraguay </em>(1910),<em>Ensayo sobre el Dr. Francia y la dictadura en Sudamérica</em> (1910), <em>Principios de sociología </em>(1921),<em>Política americana </em>(1925),<em>Curso de Derecho Internacional Público Americano </em>(1926),<em>Curso de Derecho Internacional Privado </em>(1926), <em>Historia diplomática de Paraguay</em> (1931).</div><div style="text-align: justify;">45.- O’Leary, por su parte, se convertirá en el favorito de Clío. Su primera obra monográfica sería <em>La guerra de la Triple Alianza</em> publicada en el Álbum Gráfico de la República del Paraguay, en 1911, de la que se desprenderían posteriores interpretaciones históricas recogidas en <em>Nuestra Epopeya </em>(1911),<em>El Mariscal Solano López </em>(1920),<em>El libro de los héroes </em>(1922)y en 1929 <em>El Centauro de Ybycui. Vida heroica de Bernardino Caballero en la guerra del Paraguay.</em></div><div style="text-align: justify;"><em>46.- </em>Toda la escritura de la memoria colectiva en Paraguay, hasta el presente, está impregnada de las orientaciones provistas por Juan O’Leary a lo largo de la polémica.</div><div style="text-align: justify;">47.- Pues bien, según entiendo, el éxito de O’Leary ha conducido, sin embargo, a la historia en Paraguay, a un verdadero atolladero del que parece no poder zafar aún, prisionera de una serie de apriorismos y de rígidos moldes que determinan aún su práctica en el país. En primer término he de insistir en algo ya dicho: a diferencia de lo que suele ocurrir en los debates entre historiadores, el debate entre Báez y O’Leary no contribuyó a la consolidación de la disciplina histórica en el sentido que ninguno basó sus argumentaciones en experiencia en los archivos.</div><div style="text-align: justify;">48.- Los planteamientos nacionalistas para hacer historia identificados con O’Leary no han permitido, por otra parte, una renovación temática y metodológica suficiente. Por supuesto, es necesario adentrarse en el espíritu de la época en la que el historiador y quienes compartían sus supuestos –Manuel Domínguez, Ignacio Pane, Arsenio López Decoud- comenzaron la práctica historiográfica, circunstancias socioeconómicas y culturales que favorecieron la eclosión de un tipo de historiador comprometido no sólo con su oficio sino también con su Nación. Su labor fue, en ese sentido, una labor constructiva, de reparación o restitución de la memoria colectiva. Mas éste empuje no devino luego en nuevas vías para el conocimiento del pasado, profundidad en las técnicas de investigación y enriquecimiento de las metodologías. Al contrario, esta motivación nacionalista produjo la proliferación de planteamientos simplistas o lo que suele denominarse un <em>victimismo historiográfico</em>, es decir, un modo de hacer historia en la que se exaltan o se enaltecen todos aquellos aspectos que se identificaban con la esencia de la Nación. Esa tendencia de exaltación de lo propio y recelo ante lo foráneo ha conducido, repito, a la historiografía paraguaya, a un callejón sin salida: la consideración de la propia nación como algo específico, especial, absolutamente original.</div><div style="text-align: justify;">49.- De aquí deviene una cuestión crucial que quizás sea necesario afrontar con urgencia: la función del patriotismo en la historiografía. ¿Hasta qué punto debe influir el amor por la propia nación en el ejercicio de la historia? ¿Deben los historiadores analizar el hecho histórico partiendo de unos presupuestos nacionales? ¿Tiene el historiador una especial responsabilidad en la formación y la consolidación de una nación, de una patria, de un país?</div><div style="text-align: justify;">50.- Parece oportuno entonces, comenzar el debate –siempre enriquecedor- que se produce en la búsqueda del equilibrio entre nacionalismo y rigor histórico, entre patriotismo y libertad.</div><br />
<div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">Referencia electrónica : LILIANA M. BREZZO,</span> « ¡La gran polémica continúa! », <em>Nuevo Mundo Mundos Nuevos</em>, Coloquios, 2009, [En línea], Puesto en línea el 13 enero 2009. URL : <span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://nuevomundo.revues.org/48832" href="http://nuevomundo.revues.org/48832"><span style="color: red;">http://nuevomundo.revues.org/48832</span></a></span><a _cke_saved_href="http://nuevomundo.revues.org/48832" href="http://nuevomundo.revues.org/48832"></a> . Consultado el 28 octubre 2010.</strong></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-81774156761862536332010-10-27T15:02:00.000-07:002010-10-27T15:06:59.814-07:00ZULMA ESPÍNOLA GONZÁLEZ - HISTORIA ECONÓMICA DEL PARAGUAY (1811-2010) - COLECCIÓN : LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 20 / EDITORIAL EL LECTOR, 2010.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNtfPB574TlGFsT_VutMRvJhzC9NqvT06XbCOBmngGSlgnPkKWm5b_ou8EldwbKTUnjeuG1z9QUz7cQ4tUElfFobvasr4cUiztIVwxIl3g434jZPuoinI-iJptTQYB-qHgAIS72Bs6AH0/s1600/zulma+espinola+gonzalez+historia+economica+tapa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" nx="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiNtfPB574TlGFsT_VutMRvJhzC9NqvT06XbCOBmngGSlgnPkKWm5b_ou8EldwbKTUnjeuG1z9QUz7cQ4tUElfFobvasr4cUiztIVwxIl3g434jZPuoinI-iJptTQYB-qHgAIS72Bs6AH0/s400/zulma+espinola+gonzalez+historia+economica+tapa.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong>HISTORIA ECONÓMICA DEL PARAGUAY (1811-2010)</strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong>Obra de <a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1689"><span style="color: red;">ZULMA ESPÍNOLA GONZÁLEZ</span></a>.</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>(Enlace a datos biográficos y obras<br />
En la GALERÍA DE LETRAS del</strong></div><div style="text-align: center;"><a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;"><strong>www.portalguarani.com</strong></span></a><strong> )</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>COLECCIÓN : LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY, 20</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>© Editorial El Lector</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director Editorial: Pablo León Burián</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Director de la Colección: Herib Caballero Campos</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño de portada: Celeste Prieto</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Diseño Gráfico: Joel Lezcano Aguilar</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Corrección: Nidia Campos</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Portada: Caricatura de Plácido Casaús </strong></div><div style="text-align: center;"><strong>sobre la venta de tierras públicas a fines del siglo XIX</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Hecho el depósito que marcha la Ley 1328/98</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>ISBN: 978-99953-1-092-9</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector I: 25 de Mayo y Antequera. Tel. 491 966</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>El Lector II: San Martín c/ Austria. Tel. 610 639 - 614 258/9</strong></div><div style="text-align: center;"><strong><a _cke_saved_href="http://www.ellector.com.py/" href="http://www.ellector.com.py/"><span style="color: red;">www.ellector.com.py</span></a></strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Esta edición consta de 15 mil ejemplares</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Editorial El Lector,</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>Asunción-Paraguay 2010 (123 páginas)</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: lime;"><strong>CONTENIDO - PRÓLOGO - INTRODUCCIÓN</strong></span></div><div style="text-align: justify;">LAS PRIMERAS MEDIDAS ECONÓMICAS EN LA PRIMERA REPÚBLICA : El Monopolio Estatal y la economía de autoabastecimiento / El comercio a través de Itapúa / Las ráfagas de la Revolución Industrial en el Paraguay / La economía destruida por la guerra / La reconstrucción y una economía con rostro de mujer / La post guerra y la restauración económica</div><div style="text-align: justify;">LA ERA LIBERAL : El incidente del Chaco y la restauración de post guerra</div><div style="text-align: justify;">LA ECONOMÍA DE LA DÉCADA DE LOS 40 Y 50 : La reconversión monetaria / El régimen preferencial de cambios / La formación de focos de producción con rostro extranjero</div><div style="text-align: justify;">LAS REFORMAS DURANTE 35 AÑOS DE GOBIERNO DE ALFREDO STROESSNER : Los planes de desarrollo económico (1950-2010) / La intervención estatal en la economía / El régimen de cambios en los 70 y 80 / El ingreso al FMI / Los efectos de Itaipú: el milagro de los 70</div><div style="text-align: justify;">LA DÉCADA PERDIDA : La liberalización económica / El ingreso al MERCOSUR / La reforma tributaria en los La crisis financiera de los años 90 / Reformando el Estado Paraguayo en el siglo XXI / Planes de desarrollo con rostros de pobreza / El repunte de la década del 2000 / La estabilidad macroeconómica como fortaleza económica / Las cooperativas y el desarrollo socio económico / El rol del sector privado en el crecimiento</div><div style="text-align: justify;">RECOMENDACIONES FINALES</div><div style="text-align: justify;">ANEXOS</div><div style="text-align: justify;">LA AUTORA</div><div style="text-align: justify;">FUENTES CONSULTADAS</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">PRÓLOGO</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">El último volumen de la colección La Gran Historia del Paraguay, analiza la evolución económica de nuestro país desde la Independencia hasta nuestros días. La autora es la economista Zulma Espínola González, quien gracias a su sólida formación explica en forma sencilla los cambios que se produjeron en los aspectos económicos en los dos siglos anteriores.</div><div style="text-align: justify;">La autora nos advierte que "Detallar la historia económica paraguaya en todo su espectro demandaría enciclopedias de tratados, no obstante; este trabajo pretende ofrecer un breve análisis de los 200 años de una vida independiente, resaltando algunos eventos muy importantes y con rastros en la actualidad económica nacional". Por lo tanto el esfuerzo emprendido por la misma para lograr una síntesis del devenir económico de nuestra sociedad es más que loable.</div><div style="text-align: justify;">El análisis de la Profesora Espínola es sumamente esclarecedor en cuanto nos demuestra las características económicas durante la primera república, los planes del gobierno de Carlos A. López en organizar y dinamizar la economía nacional a través de la introducción de las tecnologías más avanzadas de la época. Así mismo nos describe las consecuencias de la guerra contra la Triple Alianza, y los esfuerzos que se realizaron con el fin de reorganizar las fuerzas productivas que fueron devastadas por el conflicto bélico, en este sentido la Profesora Espínola nos menciona que la economía adquirió un rostro de mujer en este período, situación no menos cierta, pues fueron las valerosas mujeres paraguayas quienes sostuvieron e iniciaron la reorganización productiva paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">Posteriormente describe las peculiaridades del régimen económico bajo el régimen liberal y los cambios que se sucedieron cuando ingresamos al período autoritario, durante el cual el estado intervino fuertemente en regular el mercado y en participar a través de empresas estatales de servicios y de producción. Así mismo no deja de estudiar el fenómeno de Itaipú, el ingreso de Paraguay al FMI y al MERCOSUR.</div><div style="text-align: justify;">El libro concluye con el estudio de la reforma tributaria de los años 90 y de las crisis financieras que azotaron al país en aquellos años, así mismo analiza la primera década del siglo XXI que finaliza en el presente año, así como dos apartados finales sumamente significativos como el rol del sector cooperativo y del sector privado en el crecimiento económico de los últimos años.</div><div style="text-align: justify;">La obra aporta una visión necesaria para complementar el estudio histórico de la economía paraguaya y permitir al lector adquirir una visión más amplia sobre nuestra historia.</div><div style="text-align: justify;"><span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=679" href="javascript:void(0)/*265*/"><span style="color: red;"><strong>HERIB CABALLERO CAMPOS</strong></span></a></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">INTRODUCCIÓN</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">Detallar la historia económica paraguaya en todo su espectro demandaría enciclopedias de tratados, no obstante; este trabajo pretende ofrecer un breve análisis de los 200 años de una vida independiente, resaltando algunos eventos muy importantes y con rastros en la actualidad económica nacional.</div><div style="text-align: justify;">Con la ayuda del método histórico de investigación, se describe las condiciones en que las políticas económicas han evolucionado y dar a conocer así los hechos, sucesos y fenómenos de carácter económico en su verdadero significado y en relación con todas las demás áreas del desempeño humano. De hecho, para vislumbrar la evolución de dos siglos de la economía paraguaya es preciso comprender a diversos factores que jugaron y juegan un papel preponderante en el área económica, tales como la situación geográfica de mediterraneidad del Paraguay; las condiciones climáticas con fuerte impacto en la principal actividad económica paraguaya; factores culturales y políticos; las guerras y revoluciones que enfrentó el Paraguay; las costumbres cortoplacistas influyendo en los actos económicos, entre otros. En el mismo sentido, se hace referencia al marco institucional que limitan o alientan la actividad económica, a saber: las instituciones jurídicas, políticas, sociales, educacionales, financieras, monetarias y otras que han dado lugar a reformas económicas en pro del bienestar.</div><div style="text-align: justify;">El análisis de los dos siglos muestra la fuerte interdependencia entre lo político y lo económico. Las metas logradas y los deberes para la sociedad en el campo económico son innumerables, por ende, es preciso tomar el escenario de los 200 años y visualizar el Paraguay económico que se desea heredar para las generaciones futuras.</div><div style="text-align: justify;">El presente documento describe el desempeño histórico de la economía paraguaya enmarcado en los gobiernos de cada periodo, resaltando las reformas básicas emprendidas en el campo económico. El escenario temporal de análisis - 1811 a 2010-, muestra a un Paraguay ávido de crecimiento económico, que ha tenido oportunidades brillantes pero que fueron socavadas por guerras, conflictos internos civiles y políticos. No obstante, la lentitud en el proceso se acrecienta considerando las limitaciones estructurales, que están bien identificadas y que deben servir de alerta para el mapeo de un progreso económico futuro del Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">ZULMA ESPÍNOLA GONZÁLEZ</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">Autora</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">La autora agradece a todos los colegas que han brindado información en la presente obra y una gratitud especial a mi gran mentor: Prof. Dr. Julio César Bonzi, formador de investigadores económicos y al Dr. Carlos Fernández Valdovinos y al Dr. Carlino Velázquez por sus sugerencias.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">RECOMENDACIONES FINALES</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">La economía paraguaya, caracterizada por ser pequeña y muy abierta, con amplia dependencia de su comercio exterior, y cuyo modelo económico está basado en la producción y exportación de pocos rubros agrícolas y carne, así como también en el comercio de importación y re-exportación de productos de consumo, la mayoría de los cuales ocurre en el sector económico informal. El fuerte éxito en el logro de la estabilidad macroeconómica es opacado por el creciente aumento de la informalidad y de la pobreza extrema. El crecimiento económico es una condición necesaria pero no suficiente para el desarrollo. Un crecimiento económico sin desarrollo económico está llevando al Paraguay a acrecentar la desigual distribución de la riqueza con sectores muy pobres.</div><div style="text-align: justify;">La descripción de los hechos económicos y el marco institucional vigente en cada espacio temporal analizado, muestra la fuerte correlación entre los actores políticos, tomadores de decisiones y las reformas económicas. El aspecto político, lejos de ser un aliado para el crecimiento, es una limitación para las necesarias medidas económicas, que muchas veces se ven resignadas por caprichos de los políticos. Por otro lado, la historia económica no recuerda a un economista o un grupo de economistas sobresaliendo en el diseño de levantar al país (tales como los ejemplares Chicago Boys de Chile). Los planes y medidas son implementados por funcionarios con cargos públicos en el Ministerio de Hacienda o en el Banco Central.</div><div style="text-align: justify;">Otra característica singular, es que la mayoría de las reformas económicas han sido reactivas, posteriores a las crisis o eventos cruciales, y casi siempre con fuerte apoyo o presión de organismos internacionales, y en especial del Fondo Monetario Internacional. El rol del FMI, como un agente activo en el delineamiento de la economía paraguaya, es justificable por dos razones. Primero, todos los organismos internacionales utilizan los informes y el relacionamiento con el FMI para poder calificar a un determinado país. Y por otro lado, considerando el gran rol de los actores políticos que por naturaleza deben defender posturas propias de sus gremios, la presencia de un tercero externo de posición neutral, como lo es el FMI, ayuda a la implementación de las reformas.</div><div style="text-align: justify;">Lo más serio del análisis, es que en 200 años de independencia política no se visualiza en ningún periodo la existencia de un "Plan Maestro" que enfoque seriamente el crecimiento económico. Existieron varios planes y programas de gobierno con metas muy loables y estrategias realistas pero no implementadas y no traducidas en pilares para un crecimiento sostenible de largo plazo. En cada periodo analizado hay posturas, planes y programas de muy corto plazo y a veces incluso abandonados en su etapa de implementación. Debe existir una mejor coordinación de las políticas públicas en dos dimensiones principales: una, la interacción del gobierno con las restantes fuerzas políticas, económicas y sociales que permita concertar sobre los temas puntales y, otra, la coordinación que debe realizarse al interior del gobierno para alcanzar en tiempo y forma los objetivos trazados. Ambas dimensiones son imprescindibles para orientar el desarrollo con dirección estratégica, independientemente de la corriente económica y política, el crecimiento debe ser un estandarte único que todos abracen.</div><div style="text-align: justify;">Reconociendo el conflicto entre las políticas que buscan alivianar la pobreza invirtiendo en una mano de obra no calificada y las políticas que tratan de incrementar el bienestar social a todos, la búsqueda del equilibrio y de la efectividad en materia beneficio/costo debe ser premisa principal. Y al efecto, lo que no se ve en los planes públicos de desarrollo la consideración del "todo" -económico y social- con miras al crecimiento respetando la heterogeneidad del habitante paraguayo urbano y rural. Los programas han sido de corto plazo, más bien limitados al espacio temporal de cada gobierno y con instrumentos financieros y productivos muy aislados. Obviamente, que todas las estadísticas y diagnósticos muestran que las mayores falencias, los más bajos niveles de ahorros y educacionales se ha visto en el sector rural, por lo que la concepción del sujeto rural como sujeto económico capaz de aprovechar y aportar a un proyecto de desarrollo conlleva a la necesidad prioritaria en los programas públicos de compensar su relativa inferioridad y el no acceso al crecimiento. Asimismo, todas las políticas sectoriales para el sector urbano deben estar encaminadas a otorgar un escenario donde se premie la formalidad, y la capacidad de los actores económicos urbanos.</div><div style="text-align: justify;">El gran deber económico en este bicentenario es la reducción de la pobreza y de la desigualdad promoviendo el desarrollo y bienestar del paraguayo. Es una tarea no imposible, muchos países lograron incluso en 4 décadas (como el caso de Corea del Sur). Toda la sociedad debe estar comprometida y los hacedores de políticas deben aprovechar el actual marco de estabilidad macroeconómica, empezando a diagramar un Plan Maestro de Crecimiento de largo plazo que aglutine los esfuerzos no sólo del sector público sino también del sector privado.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">FUENTES CONSULTADAS</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;">*. Banco Central del Paraguay, Memorias Anuales. Varios números (aòos 1982, 1988, 1989, 1990, 2000 al 2008).</div><div style="text-align: justify;">----- (1944) Ley Orgánica del Banco del Paraguay y Ley de Bancos. La Colmena S.A. Asunción</div><div style="text-align: justify;">------ (2001). Banco Central. Una Introducción. Editor: Carlos Fernández Valdovinos.</div><div style="text-align: justify;">----- (1949). Plan de ajuste de cambio y disposiciones normativas. Noviembre 1949.</div><div style="text-align: justify;">*. Banco Interamericano de Desarrollo (2007). Estrategia de país 2004-2008.</div><div style="text-align: justify;">*. Banco Mundial (2010). Doing Business 2010. Disponible en: <a _cke_saved_href="http://www.doingbusiness.org/" href="http://www.doingbusiness.org/"><span style="color: red;">http://www.doingbusiness.org/</span></a></div><div style="text-align: justify;">*. Barreto Cesar. La pobreza y los ODM en Paraguay: escenarios y políticas públicas. Proyecto Invertir en la Gente. Editoria Litocolor SRL. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. Borda, Dionisio y Fernando Masi. Bases Institucionales para un Crecimiento Equitativo en Paraguay. Working Paper No 2.</div><div style="text-align: justify;">*. Cardozo, Efraín (1987). Apuntes de Historia Cultural del Paraguay, Editor Carlos Shaumann.</div><div style="text-align: justify;">*. Comisión Europea, PARAGUAY- DOCUMENTO DE ESTRATEGIA PAIS 2007-2013. 11.04.2007 (11.04.2007 (E/2007/614)</div><div style="text-align: justify;">*. Equipo Económico Nacional. Varios informes.</div><div style="text-align: justify;">*. Espínola González, Zulma y Ana Maria Fuertes (2003) Towards the Early Signalling of Banking Crises: the Case of Paraguay. Documento de Trabajo. Disponible en: <a _cke_saved_href="http://www.bcu.gub.uy/autoriza/peiees/jor/2006/iees03j3080806.pdf" href="http://www.bcu.gub.uy/autoriza/peiees/jor/2006/iees03j3080806.pdf"><span style="color: red;">http://www.bcu.gub.uy/autoriza/peiees/jor/2006/iees03j3080806.pdf</span></a></div><div style="text-align: justify;">*. Espínola González, Zulma y Myriam Schaerer (2004). Economía y Gestión 3. Editorial Don Bosco.</div><div style="text-align: justify;">*. Espínola González, Zulma (2001). Educación y Ahorro: variables claves para el despegue del Paraguay. Evidencia de la Encuesta Integrada de Hogares del Paraguay. Revista de Análisis Economía y Sociedad N° 4, Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos, Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">--------- (2007) .Corea-Paraguay. Un puente para el desarrollo. Editora: Asociación de Profesionales Coreanos del Paraguay. Asunción. Disponible en Google books <a _cke_saved_href="http://books.google.es/books?id=OvVHwf_M_mEC&printsec=frontcove&dq=corea+paraguay" href="http://books.google.es/books?id=OvVHwf_M_mEC&printsec=frontcove&dq=corea+paraguay"><span style="color: red;">http://books.google.es/books?id=OvVHwf_M_mEC&printsec=frontcove&dq=corea+paraguay</span></a></div><div style="text-align: justify;">*. Fernández Valdovinos, Carlos G. y Alexander Monge Naranjo (2004). Economic Growth in Paraguay. Edición: Washington: BID, 2004.</div><div style="text-align: justify;">*. Fernández Valdovinos, Carlos G. Inflación e Incertidumbre bancaria. . Documento de Trabajo. Disponible en: <a _cke_saved_href="http://www.bcp.gov.py/gee/investman/INFLACION_INCERTIDUMBRE_INFLACIONARIA.pdf" href="http://www.bcp.gov.py/gee/investman/INFLACION_INCERTIDUMBRE_INFLACIONARIA.pdf"><span style="color: red;">http://www.bcp.gov.py/gee/investman/INFLACION_INCERTIDUMBRE_INFLACIONARIA.pdf</span></a></div><div style="text-align: justify;">*. Fernández, Pedro (1984). Análisis de la Historia Bancaria y Monetaria del Paraguay. Tomo II. Ida. Edición. Talleres de Ybu Artes Gráficas. Asunción</div><div style="text-align: justify;">*. Fernández, Pedro (1986). Análisis de la Historia Bancaria y Monetaria del Paraguay. Tomo I. 2da. Edición. Imprenta Eleve SRL. Asunción.</div><div style="text-align: justify;">*. Gaceta Oficial (1880 -1890- 1995-1996). Varios números.</div><div style="text-align: justify;">*. Insfrán Pelozzo, José Aníbal. El Sector Financiero Paraguayo. Evaluando 10 Años de Transición (Liberalización y Crisis). Documento de trabajo. Banco Central del Paraguay. Disponible en: <a _cke_saved_href="http://www.bcp.gov.py/gee/investman/lasa_columnas.pdf" href="http://www.bcp.gov.py/gee/investman/lasa_columnas.pdf"><span style="color: red;">http://www.bcp.gov.py/gee/investman/lasa_columnas.pdf</span></a></div><div style="text-align: justify;">*. Nickson, Andrew (2005). Resumen periodístico del capítulo publicado en el libro Estado, Economía y Sociedad (2005). Editor: Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).</div><div style="text-align: justify;">*. Presidencia de la República (2001). Plan Estratégico Económico y Social. Para transformar la crisis en oportunidad. Marzo 2001. Asunción-Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">*. Presidencia de la República. Varios Programa de Gobierno</div><div style="text-align: justify;">*. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo PNUD (2007). Documento del Programa para el Paraguay 2007-2011.</div><div style="text-align: justify;">*. Rojas, Darío (2001). Itaipú y el crecimiento económico de Paraguay. Documento de Trabajo. Disponible en: <a _cke_saved_href="http://www.bcp.gov.py/gee/investman/dario/itaipu.pdf" href="http://www.bcp.gov.py/gee/investman/dario/itaipu.pdf"><span style="color: red;">http://www.bcp.gov.py/gee/investman/dario/itaipu.pdf</span></a></div><div style="text-align: justify;">*. Secretaria Técnica de Planificación (1966). Segundo Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social. Bienio 1967-8. Anexo I. Sector Agropecuario y Foresta. Asunción. Agosto, 1966.</div><div style="text-align: justify;">---- (1966). Segundo Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social. Bieno 1967-8. Anexo III. Sector Transporte y Comunicaciones. Asunción. Agosto, 1966.</div><div style="text-align: justify;">----- (1967). El Desarrollo Nacional y la Planificación. Nociones Generales. Asunción, Mayo 1967</div><div style="text-align: justify;">---- (1982). El esfuerzo nacional y el financiamiento externo. Comportamiento socioeconómico reciente y perspectivas. 1976/81 -1982-85. Asunción. Setiembre, 1982</div><div style="text-align: justify;">--- (1984). Plan 1985. Resumen, Conclusiones y Recomendaciones (Versión preliminar). Asunción. Diciembre, 1984.</div><div style="text-align: justify;">*. The Heritage Foundation/ Wall Street Journal (2010). 2010 Index of Economic Freedom (Índice de Libertad Económica, 2010). Disponible en: <a _cke_saved_href="http://www.heritage.org/Index" href="http://www.heritage.org/Index"><span style="color: red;">www.heritage.org/Index</span></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: lime;">DOCUMENTOS RELACIONADOS EN ABC COLOR :</span></strong><span style="color: lime;"></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">HISTORIA ECONÓMICA DEL PARAGUAY, ÚLTIMO LIBRO DE UNA GRAN COLECCIÓN</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">“Historia económica del Paraguay”, de la economista y docente universitaria Zulma Espínola González, es el libro número 20 de la Colección La Gran Historia, elaborada por la editorial El Lector y distribuida por ABC Color.</div><div style="text-align: justify;">Esta obra aparecerá con los ejemplares de nuestro diario el próximo domingo, en el cierre de esta extraordinaria serie bibliográfica, la más completa en su género editada en nuestro país, y que a través de sus 20 volúmenes abarcó desde la época de la preconquista hasta nuestros días, en una visión amplia, rigurosa y moderna de nuestra historia nacional.</div><div style="text-align: justify;">El último volumen de la colección La Gran Historia del Paraguay analiza la evolución económica de nuestro país desde la independencia hasta nuestros días. La autora es la economista Zulma Espínola González, quien gracias a su sólida formación explica en forma sencilla los cambios que se produjeron en los aspectos económicos en los dos siglos anteriores.</div><div style="text-align: justify;">La autora nos advierte que “detallar la historia económica paraguaya en todo su espectro demandaría enciclopedias de tratados; no obstante, este trabajo pretende ofrecer un breve análisis de los 200 años de una vida independiente, resaltando algunos eventos muy importantes y con rastros en la actualidad económica nacional”. Por lo tanto, el esfuerzo emprendido por la misma para lograr una síntesis del devenir económico de nuestra sociedad es más que loable.</div><div style="text-align: justify;">El análisis de la profesora Espínola es sumamente esclarecedor en cuanto nos demuestra las características económicas durante la primera República, los planes del gobierno de Carlos A. López en organizar y dinamizar la economía nacional a través de la introducción de las tecnologías más avanzadas de la época. Asimismo nos describe las consecuencias de la Guerra contra la Triple Alianza, y los esfuerzos que se realizaron con el fin de reorganizar las fuerzas productivas que fueron devastadas por el conflicto bélico, en este sentido la profesora Espínola nos menciona que la economía adquirió un rostro de mujer en este período, situación no menos cierta, pues fueron las mujeres paraguayas quienes sostuvieron e iniciaron la reorganización productiva paraguaya.</div><div style="text-align: justify;"><br />
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<strong><span style="color: cyan;">LA ECONOMÍA LIBERAL</span></strong></div><div style="text-align: justify;">Posteriormente describe las peculiaridades del sistema económico bajo el régimen liberal y los cambios que se sucedieron cuando ingresamos al período autoritario, durante el cual el Estado intervino fuertemente en regular el mercado y en participar a través de empresas estatales de servicios y de producción. Asimismo no deja de estudiar el fenómeno de Itaipú, el ingreso del Paraguay al FMI y al Mercosur.</div><div style="text-align: justify;">El libro concluye con el estudio de la reforma tributaria de los años 90 y de las crisis financieras que azotaron al país en aquellos años, asimismo analiza la primera década del siglo XXI que finaliza en el presente año, así como dos apartados finales sumamente significativos como el rol del sector cooperativo y del sector privado en el crecimiento económico de los últimos años.</div><div style="text-align: justify;">La obra aporta una visión necesaria para complementar el estudio histórico de la economía paraguaya y permitir al lector adquirir una visión más amplia sobre nuestra historia.</div><div style="text-align: justify;"><strong>Fuente: <a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/nota/170140-historia-economica-del-paraguay-ultimo-libro-de-una-gran-coleccion/" href="javascript:void(0)/*266*/"><span style="color: red;">HISTORIA ECONÓMICA DEL PARAGUAY, ÚLTIMO LIBRO DE UNA GRAN COLECCIÓN</span></a><span style="color: red;">.</span> Fuente: <a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/" href="http://www.abc.com.py/"><span style="color: red;">http://www.abc.com.py/</span></a> – 16 de agosto de 2010.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">PROCESO DE LA ECONOMÍA NACIONAL, NARRADO DE UN MODO APASIONANTE</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">Desde 1811 hasta el 2010, el proceso de la economía de nuestro país ha vivido avatares singulares conforme los sucesos de las distintas épocas. En un libro realmente apasionante, la doctora Zulma Espínola relata ese proceso de una manera llana y amena que hace que el lector tenga una visión completa de lo que ocurrió en el Paraguay en estos 200 años en términos económicos. “Historia económica del Paraguay 1811-2010”, como se titula el libro, aparecerá el domingo próximo con el ejemplar de ABC Color.</div><div style="text-align: justify;">Con esta obra, la número 20, culminará la Colección La Gran Historia del Paraguay, la notable serie historiográfica editada por El Lector.</div><div style="text-align: justify;">Su autora es Zulma Espínola González, máster en Economía por la University of Kansas, Estados Unidos. Economista (mejor egresada de la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables de la UNA) y actual directora de la carrera de Economía de la Universidad Católica Nuestra Señora de La Asunción,<br />
Esta es la primera parte de la entrevista mantenida con ella sobre el contenido de su libro.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Qué caracterizó a la vida económica del Paraguay durante el gobierno de Francia?</span></strong></div><div style="text-align: justify;">Durante el gobierno de Francia, el Paraguay se vio forzado a vivir una economía cerrada debido a un elemento político fundamental: el no reconocimiento de la soberanía de la nación paraguaya. Y confinados los paraguayos a este tipo de sistema económico, con base en el trueque y el autoabastecimiento, aparece una externalidad positiva: la creación de una marca nacional. Además, con las confiscaciones y otros recursos, el Estado contó con abundante reserva de metal precioso, permitiendo esto su característica como un Estado mercantilista y proteccionista. Esto último fue fundamental para el régimen económico posterior.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Cuáles fueron los cambios más significativos durante el gobierno de C. A. López?</span></strong></div><div style="text-align: justify;">–Tres pilares caracterizan la política económica de don Carlos. Primero: el aumento de ingresos estatales debido al incremento de flujo comercial tras la liberalización de las fronteras. Segundo, la inversión en industria pesada de la época en fábricas metalúrgicas y comunicaciones y que impuso una adaptación en territorio paraguayo del modelo de crecimiento de la Revolución Industrial. Tercer pilar fue el uso inteligente de la estrategia diplomática de encuentro e interés promoviendo productos paraguayos y publicitando la independencia de una nación soberana.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Qué efectos económicos tuvo la guerra contra la Triple Alianza?</span></strong></div><div style="text-align: justify;">–Paraguay no solo sufrió la humillación de la guerra, sino el saqueo y la destrucción de la riqueza pública y privada y estancando al Paraguay a los designios de pobreza y humillación no solo política, sino económica. Los recursos capitales más importantes del Paraguay: toda la infraestructura que había colocado al Paraguay como país líder en Latinoamérica y la fuerza laboral masculina habían desaparecido.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Podría explicar qué monedas se usaron durante ese periodo final de la guerra?</span></strong></div><div style="text-align: justify;">–Durante y después de la guerra, circularon monedas metálicas y papel moneda paraguayos y las monedas y billetes de Brasil, Argentina, Uruguay, Inglaterra y de otros países europeos. Entre 1866 y 1869 circularon fragmentos de moneda de oro y plata de distintas formas y tamaños, se dividían en 2, 4 y 8 partes para representar con ellos monedas de esos valores estampados en cada fragmento, unas veces una inicial y otras una simple cifra. Las monedas cortadas fueron retiradas de circulación por decreto del 24 de febrero de 1872.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–En el libro usted sostiene que la economía tuvo un rostro de mujer. ¿Por qué se dio ese fenómeno?</span></strong></div><div style="text-align: justify;">–El rol protagónico de la mujer paraguaya en los procesos productivos y de reconstrucción económico aparece al finalizar la guerra. Quedando el Paraguay con una estructura poblacional mayoritaria de mujeres y niños entre la población sobreviviente, y en la que los pocos hombres que volvieron del exilio más extranjeros se encargaron de la reconstrucción política; las jefas de hogares empezaron a abrir industrias caseras artesanales en especial de tabaco, miel, dulce y tejidos, dando así vida al flujo comercial e industrial. De aquí que es loable realzar la labor productiva y ejecutiva de las mujeres de aquella época a la par de las figuras de las Residentas y guerreras durante el conflicto.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">–¿Cómo funcionaba la economía durante el periodo liberal?</span></strong></div><div style="text-align: justify;">–En el Paraguay, la Revolución de 1904 inauguró la etapa liberal y fruto de la inestabilidad política hubo 25 presidentes en el periodo comprendido entre 1904 y 1936, todos de un mismo partido, el Liberal, y con un promedio de duración en el cargo de 2 años o menos. Debido a la corta duración en el gobierno, ninguna reforma económica fue profunda sino solo las coyunturales y necesarias.</div><div style="text-align: justify;"><strong>Fuente: <a href="javascript:void(0)/*267*/" target="_blank"><span style="color: red;">PROCESO DE LA ECONOMÍA NACIONAL, NARRADO DE UN MODO APASIONANTE</span></a><span style="color: red;">.</span> </strong><strong>. Fuente: <a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/" href="http://www.abc.com.py/"><span style="color: red;">www.abc.com.py</span></a> –18 de agosto de 2010.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
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</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">OBRA HISTÓRICA ANALIZA EL ROL DEL SECTOR PRIVADO EN EL CRECIMIENTO ECONÓMICO</span><span style="color: lime;"></span></strong></div><div style="text-align: justify;">Un pasaje de dicho libro analiza ampliamente un aspecto trascendental: el rol del sector privado en el crecimiento económico nacional desde los años 90. Un tema económico de repercusión cultural.</div><div style="text-align: justify;">He aquí parte del capítulo dedicado al análisis actual de nuestra economía enfocado específicamente en el sector privado.</div><div style="text-align: justify;">Debido a que la naturaleza del tema del crecimiento económico es de carácter macroeconómico, se requiere de una fuerte intervención del Estado con planes y programas guiando y estructurando el proceso.</div><div style="text-align: justify;">No obstante, al no reinar en el Paraguay una economía centralista, a lo largo de la historia económica no se puede desmerecer el papel que el sector privado ha desempeñado y en particular desde la liberalización económica a inicios de los 90.</div><div style="text-align: justify;">Si bien se cuenta con la historia de un sector privado monopolista, latifundista con baja competitividad, es justo mencionar que en la actualidad el sector privado paraguayo es mucho más organizado, más competitivo y más expansivo en el campo económico.</div><div style="text-align: justify;">En las medidas económicas, ya empiezan a tener voz y conductas proactivas los gremios empresariales más importantes: la Asociación Rural del Paraguay (ARP), el Centro de Importadores del Paraguay (CIP), la Federación de la Producción, la Industria y el Comercio (Feprinco), la Asociación de Bancos del Paraguay, la Unión Industrial Paraguaya (UIP), la Cámara Paraguaya de la Industria de la Construcción (Capaco), la Cámara Paraguaya de Exportadores de Cereales y Oleaginosas (Capeco), la Cámara Paraguaya de la Carne.</div><div style="text-align: justify;">A la par de estos aparecen entidades intragremiales tales como la Unión de Gremios de la Producción y la Cámara de Anunciantes del Paraguay (CAP). Estos gremios son respetados y consultados en carácter de órganos asesores y han colaborado con las autoridades nacionales en la elaboración de leyes y reformas en sus áreas representadas. El Estado paraguayo, a través de los últimos gobernantes y autoridades económicas, también ha madurado en el sentido de buscar el método de la alianza público-privada en sus planes y programas más importantes.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">SECTORES PRINCIPALES</span></strong></div><div style="text-align: justify;">Los principales sectores que han empujado a la economía paraguaya pertenecen al sector agropecuario, en especial en el rubro de carne y soja, que son actividades muy concentradas del tipo de capital intensivo. Según datos de Capeco, los agronegocios del sector cereales y oleaginosas (sistema soja, trigo, maíz y girasol), actualmente representan el 81% del PIB agrícola y el 55% del ingreso de divisas por exportaciones, US$ 3.000 millones en inversiones y 250.000 puestos de trabajo. Por su parte, el sector exportador de la carne ha registrado una entrada de US$ 579 millones, representando el 18% de las exportaciones registradas a fines del 2009.</div><div style="text-align: justify;">Es dable destacar que el sector privado no se dedica únicamente a la producción de bienes, sino también a la generación de servicios. Al cierre del año 2009, los servicios representaban prácticamente el 53% del PIB a precio comprador y, restando los servicios del Gobierno más el de agua y electricidad, queda que el sector privado genera cerca del 44% del PIB%.</div><div style="text-align: justify;">Estos indicadores se sitúan realmente en la media de los países emergentes, aunque en los países altamente desarrollados la contribución supera el 70%. Por otra parte, el efecto de la globalización y la continua expansión del sector privado constituyen un rasgo diferencial de la economía paraguaya. Esto se debe al aumento de gastos de las familias y empresas en servicios, ya se trate de transportes, comunicaciones, servicios personales, comercios, finanzas, viviendas, educación, servicios a las empresas, hoteles y restaurantes con el consiguiente valor agregado generado en pro del crecimiento.</div><div style="text-align: justify;">Bajo estas características propias del sector privado paraguayo, las políticas de crecimiento económico deben converger a considerar el aspecto microeconómico de los sectores que están transformando y creciendo en el país.</div><div style="text-align: justify;">Por ello es aconsejable seguir con el modelo de economía mixta, de respeto a la propiedad privada y de competencia en un marco de alianza pública y privada.</div><div style="text-align: justify;"><strong>Fuente: <a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/nota/historia-economica-paraguay-contemporaneo/" href="javascript:void(0)/*268*/"><span style="color: red;">OBRA HISTÓRICA ANALIZA EL ROL DEL SECTOR PRIVADO EN EL CRECIMIENTO ECONÓMICO</span></a>. Fuente: <a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/" href="http://www.abc.com.py/"><span style="color: red;">www.abc.com.py</span></a> –20 de agosto de 2010.</strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">LLEGA HOY A SU FINAL LA COLECCIÓN DE LIBROS LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">Con el libro “Historia Económica del Paraguay 1811-2010”, de la Dra. Zulma Espínola González, concluye hoy la Colección La Gran Historia del Paraguay, editada por El Lector y distribuida por nuestro diario. Son 20 títulos.</div><div style="text-align: justify;">Durante 20 domingos consecutivos hemos venido presentando al público igual número de libros que contienen la memoria histórica de nuestra nación desde los tiempos de la preconquista hasta nuestros días. Los quince primeros libros estuvieron dedicados a una historia cronológica, para luego, en los siguientes cinco, editar obras que abordaban aspectos específicos, tales como la cultura, el pensamiento, las relaciones internacionales y la economía.</div><div style="text-align: justify;">Justamente, en el último volumen de la serie, que aparece hoy, el tema es la economía de nuestro país desde los tiempos de la independencia hasta hoy. Su autora, Zulma Espínola González, es máster en Economía de The University of Kansas, Estados Unidos. Economista (mejor egresada de la Facultad de Ciencias Económicas, Administrativas y Contables de la UNA) y actual directora de la carrera de Economía de la Universidad Católica Nuestra Señora de La Asunción.</div><div style="text-align: justify;">A continuación, un extracto del libro, específicamente del capítulo dedicado a los planes de desarrollo “con rostros de pobreza” que hubo en el Paraguay desde 1989.</div><div style="text-align: justify;">Con la liberalización económica y política en 1989, se entretejieron propuestas, programas de gobierno y planes de desarrollo económico, entre ellos: el Plan Estratégico Económico y Social del año 2001 (PEES), el Plan de Crecimiento con Equidad Paraguay 2011, la Estrategia Nacional de Lucha contra la Pobreza 2006, Estudio para el Desarrollo Económico del Paraguay 2000 (EDEP), que constituyen los más publicitados y difundidos en el afán de supeditar las acciones económicas a las necesidades sociales, en especial a la reducción de la pobreza en el Paraguay.</div><div style="text-align: justify;">La Secretaría Técnica de Planificación fue reestructurada en noviembre del 2004. La STP perdió espacio como ente rector de los planes de desarrollo económico y social. En medio de la no credibilidad en los planes de desarrollos elaborados anteriormente, aparecieron documentos con carácter “oficial” con auspicios de organismos internacionales, como la Agencias de cooperaciones (la japonesa –JICA–, la coreana –KOICA–, la Unión Europea –UE–, etc.) y documentos de organismos multilaterales, como las del Banco Mundial, del BID, del PNUD que fueron tomados como puntales en el proceso de implementación de planes.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">AUMENTO DE LA POBREZA</span></strong></div><div style="text-align: justify;">Entre 1995 y el 2001, el porcentaje de la población total bajo la línea de pobreza subió de 30,3% a 33,8% y paralelamente, el porcentaje en situación de pobreza extrema aumentó de 13,9% a 15,4% y casi todo el incremento ocurrió en la zona rural.</div><div style="text-align: justify;">Con estos indicadores, surgió a partir del año 2000 una peculiaridad en la planificación económica y social del Paraguay, ya que se tomaron como base de estrategias los programas de los gobiernos que asumían y, por otro lado, se los conectaba al financiamiento de los planes, apareciendo las entidades antes mencionadas como coautores o auspiciantes en los distintos documentos oficiales de planificación.</div><div style="text-align: justify;">El gobierno de Nicanor Duarte Frutos adoptó las metas propuestas en la Estrategia Nacional de Reducción de la Pobreza y la Desigualdad (ENREPD) y que fuera complementada con el Informe Nacional de Desarrollo Humano 2003, que incorporó el primer Atlas de Desarrollo Humano del Paraguay. El Plan de Crecimiento Económico con Equidad-Paraguay 2011 incluyó el tema de pobreza con proyectos para llegar a los pobres extremos.</div><div style="text-align: justify;">Por otro lado, el Documento sobre el Programa para el Paraguay (2007-2011) del PNUD siguió los lineamientos establecidos en el “Plan de Crecimiento con Equidad 2011” y en otros documentos gubernamentales, entre ellos la “Estrategia Nacional de Reducción de la Pobreza y la Desigualdad”.</div><div style="text-align: justify;">Asimismo, se ajustó al Marco de las Naciones Unidas de Asistencia para el Desarrollo (MANUD) para el periodo 2007- 2011, la Evaluación Común para el País y los informes de 2003 y 2005 sobre los Objetivos de Desarrollo del Milenio en el Paraguay, donde el interés radicaba en las medidas de mitigación de pobreza a través de indicadores que miden el bienestar humano.</div><div style="text-align: justify;">Hay dos hechos fundamentales que timonean a los planes y las estrategias de desarrollo a nivel de países en vías de desarrollo, como el Paraguay: la Declaración del Milenio en el año 2000 y la Declaración de Nuevo León (2004).</div><div style="text-align: justify;">Por la Declaración del Milenio, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en setiembre del 2000 32 principios respecto a siete esferas principales y con una meta específica de reducir a la mitad, para el año 2015, el porcentaje de habitantes del planeta cuyos ingresos fueran inferiores a un dólar por día y el de las personas que padecieran hambre; igualmente, para esa misma fecha, se pensaba reducir a la mitad el porcentaje de personas sin acceso a agua potable o que no pudieran costearlo.</div><div style="text-align: justify;"><strong>Fuente: <a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/nota/gran-historia-paraguay-abc-lector/" href="javascript:void(0)/*269*/"><span style="color: red;">LLEGA HOY A SU FINAL LA COLECCIÓN DE LIBROS LA GRAN HISTORIA DEL PARAGUAY</span></a>. Fuente: <a _cke_saved_href="http://www.abc.com.py/" href="http://www.abc.com.py/"><span style="color: red;">www.abc.com.py</span></a> – 21 de agosto de 2010.</strong></div><div style="text-align: justify;"></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-66193783673006196132010-10-22T15:26:00.000-07:002010-10-22T15:26:07.596-07:00ADELINA PUSINERI - FUENTES DOCUMENTALES, BIBLIOTECAS PÚBLICAS Y PRIVADAS EN EL PARAGUAY PARA EL ESTUDIO DE LAS DOS GUERRAS / Fuente: REVISTA DE ESTUDIOS PARAGUAYOS. VOLS. XXVI Y XXVII, N°S. 1 Y 2. 2008-2009 (242 páginas).<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh24VuvHzbiDNboMkfmFxnw-_XhDGN2Dap-Harm-4P7yqSqKlfaszpL-UA-ONREd0Yrib8irv6GptX01IpIgRW6wpp3e8HL-M5S6OhhVwsVZbzXWYopfoz81-IF-SpAQdPK0fb1CDw4vKQ/s1600/estudios+paraguayos+XXVI+-+XXVII+adelina+pusineri.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="400" nx="true" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh24VuvHzbiDNboMkfmFxnw-_XhDGN2Dap-Harm-4P7yqSqKlfaszpL-UA-ONREd0Yrib8irv6GptX01IpIgRW6wpp3e8HL-M5S6OhhVwsVZbzXWYopfoz81-IF-SpAQdPK0fb1CDw4vKQ/s400/estudios+paraguayos+XXVI+-+XXVII+adelina+pusineri.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><div style="text-align: center;"><span style="color: lime;"><strong><span style="font-family: inherit;">FUENTES DOCUMENTALES, BIBLIOTECAS PÚBLICAS Y PRIVADAS</span></strong></span></div><div style="text-align: center;"><span style="font-family: inherit;"><span style="color: lime;"><strong>EN EL PARAGUAY PARA EL ESTUDIO DE LAS DOS GUERRAS</strong></span><strong></strong></span></div><div style="text-align: center;"><strong><span style="font-family: inherit;">Ensayo de </span><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=966"><span style="color: red; font-family: inherit;">ADELINA PUSINERI</span></a></strong></div><strong><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="font-family: inherit;">(Enlace a datos biográficos y obras</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong><span style="font-family: inherit;">en la GALERÍA DE LETRAS del</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;"><span style="font-family: inherit;">www.portalguarani.com</span></span></a><span style="font-family: inherit;"> )</span></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"></span> </div></strong><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> Revisar y reelaborar la historia paraguaya y en especial las de ambas guerras inscriptas para siempre en nuestro destino, es una tarea que ya no debe tratarse solamente de batallas, héroes y fechas, sino de un paisaje general de presente a partir del pasado.</div><div style="text-align: justify;">Tanto la historia y la geografía americana, como las letras o las representaciones literarias, los mitos y las leyendas, las sociedades, la antropología, los actores y personajes mítico/legendarios y héroes, la mujer, el imaginario general y local, la memoria colectiva de los pueblos involucrados, la lengua, las empresas y la economía, la tecnología, los viajantes, las curiosidades, la música, los monumentos y lugares históricos, la vida cotidiana, la imagen, tanto el grabado como la fotografía y el cine, las joyas y el oro, la muerte y los cementerios, la cultura popular, el folklore y en fin todo lo que podamos ver, consultar, interpretar y recrear, están relacionados con las dos grandes guerras que tuvo que librar el Paraguay en los siglos XIX y XX.</div><div style="text-align: justify;">Limitar las fuentes para el estudio de las dos guerras solo a los archivos, bibliotecas, museos y colecciones privadas en el Paraguay es hoy el «pasado», pues casi todo investigador accede a nuevos medios y soportes que facilita la tecnología.</div><div style="text-align: justify;">Este trabajo será siempre provisorio y corregible, porque se tendrá acceso a fuentes hasta hoy desconocidas y porque se limitará a las fuente editas y documentales, quedando para un trabajo posterior las fuentes iconográficas, como la fotografía, el cine, la pintura, los monumentos y lugares históricos, etc.</div><div style="text-align: justify;">El método mayormente utilizado fue la entrevista no estructurada, por los lugares, las personas encargadas de los centros de investigación, los coleccionistas y bibliotecas privadas que hizo más abierta y coloquial la comunicación. Además se ha utilizado la información o medio de difusión de los diferentes centros, como trípticos, folletos, hojas sueltas, los sitios web, catálogos y la bibliográfica sobre la historiografía paraguaya y en especial de las guerras.</div><div style="text-align: justify;">Se analizó el trabajo ya existente sobre el tema, el de Carlos A. Pusineri Scala: Archivo Nacional de Asunción, bibliotecas, colecciones y museos del Paraguay,(1) primero editado como Museos y Colecciones del Paraguay.(2) Hemos continuado fielmente su legado, el que sirvió de gran orientación para recorrer numerosos lugares y fuentes que cita, así como los museos, bibliotecas, repositorios y colecciones privadas, pero tomando las notas de los testimonios sobre las dos guerras.</div><div style="text-align: justify;">Se revisó en las bibliotecas la bibliografía relacionada con las dos guerras, teniendo en cuenta especialmente aquellas que reseñan la historiografía paraguaya. Pioneros y de larga data son los trabajos de Rafael Eladio Velázquez, quien escribió Los estudios históricos en el Paraguay (3) y una buena y sintética Paraguay. La Historiografía. (4) En 1973, tanto Margarita Kallsen (5) como John Hoyt Williams (6) han escrito trabajos guías donde consultar la historia paraguaya. John Hoyt Williams señala con razón y consideramos que es el título adecuado para el presente trabajo: Guías para el estudio de la Historia del Paraguay. (7) El referido artículo de Margarita Kallsen fue actualizado como: Paraguay. Bibliografa. Guerra de la Triple Alianza (1865-1870) (8) y Referencias bibliográficas de la Guerra del Chaco (9). Alfredo Viola, en su Apuntes de Historiografía Paraguaya, (Alfredo Viola (1994), Mecanografiado, Asunción, 1994, p. 129) llega hasta un poco más de la Independencia.</div><div style="text-align: justify;">No podemos dejar de citar la Propuesta de la Academia Paraguaya de la Historia para la reforma de programas y textos escolares de la materia, (11) para estudiar los manuales de Historia, evaluarlos y proponer a la reforma educativa métodos, principios y contenidos de los currículos y textos de historia paraguaya. (12) Se encuentra en anexos: Listado de temas para la reforma de textos y currículums, Bibliografía recomendada y Fuentes Iconográficas, (13) citando en este último, los museos, colecciones y bibliotecas en su mayoría privadas donde encontrar fotos, grabados, mapas, óleos, etc.</div><div style="text-align: justify;">Entre otros el de Liliana M. Brezzo es el trabajo más actualizado en historiografía paraguaya, La Historiografia Paraguaya: Del aislamiento a la superación de la mediterraneidad (14) como presente en el Resumen:</div><div style="text-align: justify;">Este trabajo examina las circunstancias y características historiográficas que rodearan el nacionalismo que llamamos Nueva historiografía sobre la guerra de la Triple Alianza. Para eso partimos de una recapitulación de las interpretaciones que de ella nos ofrecen las diversas construcciones, desde fines del siglo XIX, en los países actores del conflicto, particularmente en el Paraguay. En un segundo momento se muestran las líneas historiográficas que están emergiendo a partir de 1990 (15) (traducción libre de la autora).</div><div style="text-align: justify;">Presenta una muy buena reseña de la bibliografía reciente sobre la Guerra Grande, producida tanto en Paraguay, como en el exterior, sin dejar de lado las clásicas y las nuevas formas como las literarias, la imagen, los cambios sociales, la cultura popular, etc. (16) Con otro enfoque, pero sobre el mismo tema: La guerra de la Triple Alianza en los límites de la ortodoxia. Mitos y Tabúes (17), la autora analiza también la producción bibliográfica sobre la guerra, considerando como «mitos y tabúes»: las causas y consecuencias de la guerra, López el «tirano» o el «traidor» y los «antilopistas» o los «lopistas» o la teoría imperialista sobre la guerra, etc, recorriendo el panorama de lo producido en los países involucrados así como en otros, incluyendo las literarias, iconográficas, los periódicos, la lengua guaraní, etc.</div><div style="text-align: justify;">Otros importantes materiales que complementan los trabajos historiográficos para orientar la investigación, son los catálogos, índices, listados, etc. de los archivos y bibliotecas. En la Biblioteca Nacional y en otras bibliotecas, se conservan el Catálogo de la biblioteca perteneciente a Enrique Solano López. (18) Catálogos de las microfilmaciones del Archivo Nacional de Asunción, sus secciones (Catálogo del Archivo Nacional de Asunción, por Secciones y microfilmaciones) y publicaciones, otros como el Catálogo de la Colección « Gondra» (20) o Catálogos del Museo Mitre y del Museo Histórico Militar. (21)</div><div style="text-align: justify;">Para un ordenamiento lógico de las fuentes y repositorios, presentamos primeramente la revisión general de los Archivo Públicos, entendiendo los que son dependientes del Estado paraguayo y de los respectivos Ministerios.</div><div style="text-align: justify;">La Ley de Archivo General de la Nación está en estudio para su ordenación y funcionamiento. (Comunicación del Director del Archivo Nacional de Asunción, Lic. Ramón Rolandi, en la Embajada Argentina, 18 08 2005, en ocasión del Seminario sobre la cooperación «Fondo Argentino para la Cooperación Horizontal (FO-AR)», quien presentó las actividades que con dicha cooperación se están realizando.)</div><div style="text-align: justify;">El Archivo Nacional de Asunción, que es eminentemente histórico, tiene documentos solo hasta 1870 y carpetas sueltas de fechas posteriores. Todo el resto de la documentación posterior a 1870, producida por los respectivos Ministerios e instituciones públicas, está en sus propios Archivos, haciendo muy difícil la consulta. Tomando las expresiones de John Hoyt Williams «El estudio de la historia paraguaya es más difícil de lo que debería ser, debido a una virtual ausencia de guías para orientar al estudioso... » (23), pretendemos esbozar este trabajo como una guía para ayudar a los estudiantes e investigadores en sus labores y afanes por la historia paraguaya.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">1. Carlos A. Pusineri Scala (1995), Archivo Nacional de Asunción, bibliotecas, colecciones y museos del Paraguay, Asunción: Imprenta Nacional, 1995, p. 83.</div><div style="text-align: justify;">2. Carlos A. Pusineri Scala (1987), Museos y Colecciones del Paraguay, Asunción: Ministerio de Educación y Culto, 1987, p. 56.</div><div style="text-align: justify;">3. Rafael Eladio Velázquez (1956), “Los Estudios históricos en el Paraguay”, in: Estudios Americanos, Sevilla, vol. XI, nº 52, 1956, pp. 65-79.</div><div style="text-align: justify;">4. Rafael Eladio Velázquez (1961), “Paraguay: La Historiografía”, in: Anuario de Estudios Americanos, Sevilla, vol. XVIII, 1961, pp- 167-179.</div><div style="text-align: justify;">5. Margarita Kallsen (1973), “Referencias bibliográficas de la historia paraguaya: Guerra contra la Triple Alianza, Guerra del Chaco”, in: Estudios Paraguayos, Asunción, vol. 1, nº 1, 1973, pp. 87-137.</div><div style="text-align: justify;">6. John Hoyt Williams (1973), “Del calor al frio: Una visión personal de la historiografía paraguaya in: Estudios Paraguayos, Asunción, vol. 1, nº 1, 1973, pp. 139-163.</div><div style="text-align: justify;">7. Ibídem, pp. 139 y 162.</div><div style="text-align: justify;">8. Margarita Kallsen (2004), Paraguay: Bibliografía. Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), Asunción: 2004, p. 86.</div><div style="text-align: justify;">9. Margarita Kallsen (1982), Referencias bibliográficas de la Guerra del Chaco, Asunción: Centro de Publicaciones de la Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción", 1982, 2º ed, p. 68.</div><div style="text-align: justify;">11. Documento elaborado por Margarita Durán Estragó, Milda Rivarola y Margarita Prieto (1996), Historia Paraguaya, Asunción, vol XXXVI, 1996, pp. 255-293.</div><div style="text-align: justify;">12. Ibídem, p. 255.</div><div style="text-align: justify;">13. Ídem, pp. 267-293.</div><div style="text-align: justify;">14. Liliana M. Brezzo (2003), «La Historiografía Paraguaya: Del aislamiento a la superación de la mediterraneidad», in: Diálogos, Maringá: Departamento de Historia, Universidade Estadual de Maringá, vol. 7, 2003, p. 157-175.</div><div style="text-align: justify;">15. Ibídem, p. 157.</div><div style="text-align: justify;">16. Brezzo, op. cit., p. 175.</div><div style="text-align: justify;">17. Liliana M. Brezzo (2004), «La Guerra de la Triple Alianza en los límites de la ortodoxia: Mitos y tabúes», in: « Guerra y paz en el Cono Sur», Universum, Talca: Instituto de Estudios Humanísticos Juan Ignacio Molina, Universidad de Talca, 2004, vol. 1, n° 19, pp. I1-27.</div><div style="text-align: justify;">18. Catálogo de la Biblioteca Paraguaya Solano López, Asunción: Talleres Nacionales de H. Kraus, 1906, p. 984 (en Biblioteca Nacional y Biblioteca Museo A. Barbero).</div><div style="text-align: justify;">20. Carlos Eduardo Castañeda & Jack Autrey Dabbs (1952), Calendar of the Manuel E. Gondra. Manuscript Collection. The University of Texas Library, México, Jus, 1952, p. 467.</div><div style="text-align: justify;">21. En Museo A. Barbero: Catálogo Museo Mitre, Sección Paraguay, República Oriental del Uruguay y República Argentina, Buenos Aires, pp. 313-460 y Primer Catálogo General Museo Histórico Militar, Asunción, Ministerio de Defensa Nacional, 1958, p. 27 (mecanografiado).</div><div style="text-align: justify;">23. Williams, op. cit., 1973, p. 162.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVOS, TANTO PÚBLICOS COMO PRIVADOS (Algunas instituciones citadas además de archivos, son museos o guardan colecciones diversas)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO NACIONAL DE ASUNCIÓN (25)</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En el Archivo Nacional de Asunción, actualmente dependiente del Ministerio de Educación y Cultura, Vice Ministerio de Cultura, Dirección General de Patrimonio Histórico y Cultural, se guardan documentos fechados en España en 1534, siendo el más antiguo, el Título de Gobernador y Capitán General para Don Pedro de Mendoza. (26)</div><div style="text-align: justify;">La creación del Archivo data del 26 de julio de 1544, en que se ordena por primera vez hacer «un arca con tres llaves» para guardar todos los papeles, (27) en tiempos del primer Gobernador Domingo Martínez de Irala.</div><div style="text-align: justify;">Los diferentes índices y catálogos del Archivo sirvieron para revisar su contenido, en especial los referidos a la Guerra Grande de la que hay más documentos. En Carpetas Sueltas se encontraron documentos de la Guerra del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Están accesibles casi todos los volúmenes y documentos en diferentes formas, como cajas con folios sueltos, carpetas y la Colección Río Branco, cuyos papeles han sido restaurados. Suman aproximadamente 7.000 volúmenes y más de 2.500.000 expedientes, ordenados por Secciones.</div><div style="text-align: justify;">La mayor cantidad de documentación relacionada con la Guerra contra la Triple Alianza se encuentra en la Sección Historia, que consta de 449 volúmenes y en la Sección Nueva Encuadernación. Esta cuenta con un catálogo de 23 libros, en el que se detalla cada documento de los 3.417 volúmenes, el orden no es cronológico, por lo que se hace lenta la consulta, aunque no difícil, pues cada documento está debidamente identificado. De estas dos secciones se tienen microfilms, (28) aunque no todos están disponibles por deterioro.</div><div style="text-align: justify;">De las Secciones Testamentos y de Propiedades, los catálogos están ubicados por orden alfabético y cronológico.</div><div style="text-align: justify;">El Catálogo de la Colección Río Branco (29) se presenta ordenado cronológicamente. Los documentos están numerados y tienen un índice onomástico y de procedencia, sean nombres de personas, ciudades, indios, lugares geográficos, etc. y por tanto de fácil consulta.</div><div style="text-align: justify;">Otras colecciones: Caja con Planos, diseños y mapas, que fueron separados de las Carpetas Sueltas; tiene un listado. (Ana María Argüello (1996), Catálogo de Mapas y Planos, Croquis y Diseños, Asunción: ANA, Parte 1, 1996.)</div><div style="text-align: justify;">Los tres grandes volúmenes son Libros Mayores en los que están consignados los nombres de personas por ciudades, detallando las joyas y alhajas donadas para la Guerra Grande.</div><div style="text-align: justify;">En las Carpetas sueltas se encuentran documentos procedentes del Ministerio de Relaciones Exteriores y de otros orígenes, algunas con la aclaración de «secreta».</div><div style="text-align: justify;">Se destaca como un importante proyecto del Archivo Nacional de Asunción mediante la cooperación del FO-AR (Fondo Argentino de Cooperación Horizontal), la Publicación de Documentos de la Colección Estanislao Zeballos, (31) digitalizando el fondo documental que se encuentra en el Museo Histórico Militar del Ministerio de Defensa Nacional y que procede de la colección del investigador Juan Bautista Gill Aguínaga, cuyos descendientes han donado sus colecciones al Estado paraguayo.</div><div style="text-align: justify;">Este importante rescate, que evita la pérdida de más carpetas, fue gracias a la gestión del Lic. Ramón Rolandi y la asesoría técnica de la Dra. Liliana Brezzo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> 25. Ramón Rolandi, entrevista con el Director y funcionarios, 07-07-2005/10-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">26. Archivo Nacional de Asunción, Material informativo, s/p.</div><div style="text-align: justify;">27. Ibídem, p. 7.</div><div style="text-align: justify;">28. ANA, Catálogo de Microfilms.</div><div style="text-align: justify;">29. ANA, Catálogo da Coleçáo Vizconde do Río Branco, Ministerio das Relaçoes Exteriores, Instituto Rio Branco, vol. I, p. 508.</div><div style="text-align: justify;">31. CDrom: Una mirada inédita de las relaciones entre Paraguay y Argentina: Estanislao Zeballos y la Guerra de la Triple Alianza. Vols. 1 y 11, Proyecto FO-AR N° 4869, «Publicación de documentos de la Colección Estanislao Zeballos», Lic. Ramón Rolandi, Director ANA y Dra. Liliana Brezzo, Asesora Técnica, Asunción, 2004.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">INSTITUTO DE HISTORIA Y MUSEO MILITAR DEL MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL (32)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> Inaugurado el 13 de agosto de 1958 en el Ministerio de Defensa Nacional. Se reunieron las colecciones durante la Guerra del Chaco con trofeos tomados al enemigo y otros devueltos por los países involucrados en la Guerra Grande, además de donaciones. (33)</div><div style="text-align: justify;">Son de mucha importancia las colecciones del material bélico, pinacoteca, fototeca, mapoteca y biblioteca.</div><div style="text-align: justify;">La Biblioteca temática tiene catálogo de libros de la Guerra contra la Triple Alianza y la Guerra del Chaco. Otros documentos: Carpetas de sumarios de Auditores y Tribunales Militares de la Guerra del Chaco, lista de fallecidos y Sección copias de documentos.</div><div style="text-align: justify;">Donación de la colección privada del Cap. Juan Melgarejo: contiene libros y volúmenes encuadernados de transcripciones del Segundo Cuerpo de Ejército, de fuentes originales de los Partes de la Guerra del Chaco, detallando cada batalla librada.</div><div style="text-align: justify;">Desde 1990, la Colección Juan Bautista Gill Aguínaga, donada al Estado por sus herederos, se encuentra en esta Biblioteca. Catalogada y ordenada en 197 carpetas, contiene: Colección Estanislao de Zeballos publicada en dos CDrom, Colección de la Asociación Paraguay en Buenos Aires y Legión Paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">La Fototeca contiene colección de fotos de la Guerra Grande, de batallas, originales de W. Bate y Cía. De la colección Gill. Otras fotos: de la filmación de la película Cerro Corá, de producción nacional, dirigida por Guillermo Vera y otras.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> 32. Hugo Mendoza, Director, entrevista 05-07-2005 y con el Lic. Ramón Flores y otros funcionarios. Ver: Sitio web: Organigrama: <a _cke_saved_href="http://www.mdn.gov.py/" href="http://www.mdn.gov.py/"><span style="color: red;">www.mdn.gov.py</span></a>.</div><div style="text-align: justify;">33. Pusineri Scala, op. cit., 1995, pp. 62-63.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO CENTRAL DEL MINISTERIO DE DEFENSA NACIONAL (34)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Este archivo histórico está ordenado en volúmenes y catalogado. La documentación procede de la base reglamentaria del gobierno: órdenes generales o especiales o de grupos organizados para el servicio militar y de las guerras. Aunque la documentación es considerada aún «reservada», se puede acceder para su consulta.</div><div style="text-align: justify;">Los volúmenes están encuadernados y por secciones: inicia en 1869/70 con sueldo y planillas de excombatientes de la Guerra Grande. El encuadernado es original desde que se inició el archivo.</div><div style="text-align: justify;">De la Guerra del Chaco, son de importancia los documentos relativos a los preparativos años 1926/28, 1929, 1930/31. Informes secretos sobre compra de armamento, informes y cartas de espías de frontera y de guardias de fortines. Los documentos tienen sellos de «Secreto» y «Reservado».</div><div style="text-align: justify;">Volúmenes con telegramas oficiales entre 1927 y 1934, en los que se puede leer la guerra al instante, cada día y cada hora y algunos están cifrados.</div><div style="text-align: justify;">Volúmenes con ordenes generales y ministeriales durante la guerra del Chaco y Colección casi completa de los Registros Oficiales desde 1871. En este Archivo se conservaba el Censo de 1870/1871, hoy desaparecido.</div><div style="text-align: justify;">34. Walterman Acosta, Jefe de Departamento Archivo Central, entrevista 04-08-2005.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO DE LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACIÓN (35)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Este Archivo cuenta con documentación de suma importancia, aunque su ordenación es sumamente precaria. Es el Archivo Central de las Fuerzas Armadas con sede en el Estado Mayor Conjunto. Inicia la documentación aproximadamente en 1905.</div><div style="text-align: justify;">Contiene las órdenes militares por Cuerpos y Divisiones. Documentos originales de la Guerra del Chaco no clasificados, ni ordenados; por tanto, no tiene índice ni catálogo.</div><div style="text-align: justify;">Tiene colecciones de la Revista de las Fuerzas Armadas, cajas con correspondencia oficial y confidencial, mapas, informes de todas las Unidades Militares en el país.</div><div style="text-align: justify;">35. Depende del Departamento de Informaciones de las Fuerzas Armadas de la Nación.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO DEL TRIBUNAL MILITAR</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Dependiente del Comando en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación. Poco conocido y de acceso restringido.</div><div style="text-align: justify;">Este archivo es muy importante para la historia política; está ordenado y fichado. Los expedientes que se conservan en buen estado y datan de 1913, son los sumarios, juicios, testifícales de las revoluciones y de la Guerra del Chaco, hasta nuestros días.</div><div style="text-align: justify;">Sin embargo, los expedientes judiciales previos al período mencionado, desde 1870 hasta 1910, se encuentran en el Archivo Central del Ministerio de Defensa Nacional.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">CENTRO DE DOCUMENTACIÓN Y ARCHIVO Y BIBLIOTECA JURÍDICA DEL PODER JUDICIAL (36)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Archivo histórico se encuentra en el subsuelo del Palacio de Justicia y se puede consultar.</div><div style="text-align: justify;">Van a este centro los expedientes de todas las secciones del Tribunal, del crimen, civil, laboral, litigios, propiedades, juicios de sucesión y toda la documentación de las secretarías, Corte Suprema de Justicia. En cuanto a la Guerra Grande y la del Chaco, son muy importantes las causas sobre reclamos de tierras, herencias, litigios, etc.</div><div style="text-align: justify;">En el 8° piso del Palacio de Justicia se encuentran una biblioteca y hemeroteca.</div><div style="text-align: justify;">36. Ver Organigrama del sitio web <a _cke_saved_href="http://www.pj.gov.py/" href="http://www.pj.gov.py/">http://www.pj.gov.py/</a>.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVOS DEL CONGRESO DE LA NACIÓN</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">Ambas Cámaras del Congreso tienen sus Archivos. La Cámara de Senadores (37) cuenta con un Archivo y Biblioteca en la planta baja de su nueva sede donde guardan los Diarios de Sesiones, documentos de las comisiones, correspondencia desde 1948. También se conservan los Diarios de las Plenarias de las Constituyentes de 1967 y de 1992.</div><div style="text-align: justify;">Es dependiente de esta Cámara el nuevo Centro Cultural de la República, (38) antigua sede del Congreso y edificio histórico más conocido como el Cabildo.</div><div style="text-align: justify;">En la Cámara de Diputados, (39) también se conservan documentos de Informes de Comisiones, notas recibidas y remitidas, los libros taquigráficos de apuntes de las sesiones. Tanto el Archivo como la Biblioteca están ordenados y el acceso es libre, funciona en la plata baja de la actual sede del Congreso.</div><div style="text-align: justify;"> 37. Sitio web <a _cke_saved_href="http://www.senado.gov.py/" href="http://www.senado.gov.py/"><span style="color: red;">www.senado.gov.py</span></a>. Director Lic. Carlos Feltes.</div><div style="text-align: justify;">38. Sitio web <a _cke_saved_href="http://www.senado.gov.py/" href="http://www.senado.gov.py/"><span style="color: red;">www.senado.gov.py</span></a>. Creación del Centro Cultural de la República.</div><div style="text-align: justify;">39. Sitio web <a _cke_saved_href="http://www.camdip.gov.py/" href="http://www.camdip.gov.py/"><span style="color: red;">www.camdip.gov.py</span></a>. Directora/bibliotecaria Lic. Angelina Cabrera.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;"> ARCHIVO GENERAL DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES (40)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> La Dirección de Documentación y Biblioteca (41) todavía funciona en el Edificio Museo Godoi, ex sede de la Cancillería, pues aún no fue trasladada al Palacio Benigno López, la nueva sede. La consulta es restringida, previo pedido por nota.</div><div style="text-align: justify;">Los volúmenes, encuadernados y numerados, contienen notas recibidas y remitidas, sin ningún orden cronológico, cartas y diferentes documentos oficiales. (42)</div><div style="text-align: justify;">Muchos volúmenes son muy importantes, contienen los Tratados y convenios internacionales desde 1811 hasta nuestros días, pues se sigue sumando toda la documentación oficial de las Embajadas y Consulados del Paraguay en el mundo.</div><div style="text-align: justify;">40. Maximina Suárez, Directora, entrevista 20-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">41. Sitio web <a _cke_saved_href="http://www.mre.gov.py/" href="http://www.mre.gov.py/"><span style="color: red;">www.mre.gov.py</span></a></div><div style="text-align: justify;">42. En el volumen n° 457 se encuentran notas procedentes de Bolivia desde el año 1871.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO DE LA DIRECCIÓN DE TRATADOS DEL MINISTERIO DE RELACIONES EXTERIORES (43)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">En este Archivo se conservan todos los Tratados vigentes. La documentación del Tratado de Asunción que crea el MERCOSUR y todo lo concerniente a este Tratado, porque Paraguay es sede del Archivo y del Tribunal del MERCOSUR.</div><div style="text-align: justify;">Los Tratados vigentes, tanto los Bilaterales, como los Multilaterales y los del MERCOSUR pueden ser consultados en el sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores. (44)</div><div style="text-align: justify;">43. Sitio web: <a _cke_saved_href="http://www.mre.gov.py/tratados:Bilaterales/Multilaterales/Mercosur" href="http://www.mre.gov.py/tratados:Bilaterales/Multilaterales/Mercosur"><span style="color: red;">www.mre.gov.py/tratados:Bilaterales/Multilaterales/Mercosur</span></a> .</div><div style="text-align: justify;">44. Ibídem.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">DIRECCIÓN DE PUBLICACIONES OFICIALES (45)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Más conocida como Imprenta Nacional, es la encargada de todas las publicaciones oficiales y dependiente del Gabinete Civil de la Presidencia de la República.</div><div style="text-align: justify;">Son sus publicaciones: Registro Oficial, Gaceta Oficial, publicaciones de Decretos y Leyes, a más de ediciones facsimilares de libros antiguos de historia paraguaya. Pueden ser consultados en su Archivo los Registros Oficiales desde 1869 en adelante, aunque está incompleta.</div><div style="text-align: justify;">45. Sitio web: <a _cke_saved_href="http://www.presidencia.gov.py/" href="http://www.presidencia.gov.py/"><span style="color: red;">www.presidencia.gov.py/</span></a> presidencia y <a _cke_saved_href="http://www.gacetaoficial.gov.py/" href="http://www.gacetaoficial.gov.py/"><span style="color: red;">www.gacetaoficial.gov.py</span></a>.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO DE LA POLICÍA NACIONAL (46)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Departamento de Identificaciones (47) de la Policía Nacional data del año 1906, aunque la expedición de cédulas de identidad recién se reglamentó en 1921, conservándose los prontuarios desde esta fecha. Son importantes los documentos sobre filiación, genealogía, lugar de procedencia de connacionales y extranjeros, etc. Su consulta es restringida.</div><div style="text-align: justify;">46. Sitio web: <a _cke_saved_href="http://www.policia.gov.py/" href="http://www.policia.gov.py/"><span style="color: red;">www.policia.gov.py</span></a><span style="color: red;">.</span></div><div style="text-align: justify;">47. Sitio web: <a _cke_saved_href="http://www.policia.gov.py/organización/Depto.ldentificaciones" href="http://www.policia.gov.py/organización/Depto.ldentificaciones"><span style="color: red;">www.policia.gov.py/organización/Depto.ldentificaciones</span></a></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO DE LA DIRECCIÓN DEL REGISTRO CIVIL</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Es una Dirección dependiente del Ministerio de Justicia y Trabajo. Fue creada en 1880, durante el gobierno de Bernardino Caballero. (48) Ha sufrido deterioros y pérdidas por incendio. Actualmente está en proceso de restauración, en especial los volúmenes más antiguos.</div><div style="text-align: justify;">48. Milda Rivarola (1998), La República liberal: Crónica ilustrada del Paraguay. Paraguay independiente, Buenos Aires: Distribuidora Quevedo, 1998, 2° ed, t.11, p. 589.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO CENTRAL DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN (Sitio web: <span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.mec.gov.py/" href="http://www.mec.gov.py/"><span style="color: red;">www.mec.gov.py</span></a></span><a _cke_saved_href="http://www.mec.gov.py/" href="http://www.mec.gov.py/"></a> )</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Es una Dirección (Esther Chamorro de González, Directora, entrevista 20-08-2005) del Ministerio de Educación y Cultura. Su fondo documental data del año 1920 en adelante y son planillas de calificaciones de las escuelas y colegios nacionales de todo el país.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO DEL INSTITUTO NACIONAL DE DESARROLLO RURAL Y DE LA TIERRA (INDERT) (Sitio web:<span style="color: red;"> <span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.indert.gov.py/" href="http://www.indert.gov.py/"><span style="color: red;">www.indert.gov.py</span></a> </span></span>)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Actualmente es una entidad estatal autónoma y autárquica de reciente creación. Le antecedieron el Instituto de Bienestar Rural (IBR, dependiente del Ministerio de Agricultura y Ganadería), el Instituto de Reforma Agraria (IRA), que sustituyó al Departamento de Tierras y Colonización en 1951 (Carlos Pastore (1972), La lucha por la tierra en el Paraguay, Montevideo: Antequera, 1972, p. 414.). Se conservan en el Archivo expedientes desde el año 1960.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVO DEL ARZOBISPADO DE LA SANTÍSIMA ASUNCIÓN (52)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Tiene su sede en la Curia Metropolitana de Asunción.</div><div style="text-align: justify;">Su fondo principal y especial es referente a la Iglesia. Libros de Actas de matrimonios, bautismos, defunciones, certificado de soltería, confirmaciones, impedimentos matrimoniales, dispensas de matrimonios, demandas de divorcio (pasó a los Tribunales Civiles, pues la iglesia ya no entendía en este tema), legajos de alumnos del Colegio Seminario Metropolitano, correspondencias, tanto remitidas, como recibidas en el Arzobispado y anteriores a su creación, libros de Cofradías, carpetas de Obispos y Mayordomías, etc.</div><div style="text-align: justify;">El Archivo no está informatizado, aunque se microfilmaron una gran mayoría de los volúmenes de documentos. En el año 1980, «La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los últimos días» (Mormones) (Rosa Marecos de Cáceres, entrevista con la responsable, 19-08-2005) microfilmó y entregó copias para este Archivo. Algunos libros se deterioraron totalmente, quedando sólo las cintas microfilmadas para la lectura. Para consultar este fondo se cuenta con un catálogo y tiene un buen lector.</div><div style="text-align: justify;">En los Libros de Certificados de Soltería del año 1870 hay tres volúmenes y en solo uno de ellos, se encuentran 43 certificados de soltería a brasileros (sic), especificando que son soldados. Los volúmenes de los años posteriores a la Guerra Grande están llenos de nacionalidades y apellidos extranjeros, solicitando casarse con paraguayas. Estos libros tienen una importancia crucial para estudiar la formación social del Paraguay de postguerra.</div><div style="text-align: justify;">Volúmenes de Sacerdotes procesados desde 1812-1885. Pastorales del Obispo Manuel Antonio Palacios años 1865-1866. Dimisorias y Orden Sacro de todos los sacerdotes ordenados: años 1845-1865.</div><div style="text-align: justify;">Cuatro volúmenes de Comunicación del Arzobispado correspondientes a los años 1932-1935, donde hay notas relativas a pedidos de Capellanes militares para la Guerra del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Siete volúmenes titulados Guerra del Chaco, con notas de Mons. Bogarín solicitando la devolución de prisioneros de guerra, lista de prisioneros enviados al Nuncio Apostólico de Buenos Aires para mediar su devolución.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">CÍRCULO DE OFICIALES RETIRADOS DE LAS FUERZAS ARMADAS DE LA NACIÓN: SALÓN DE BRONCE</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Salón de Bronce fue declarado Monumento Nacional por Ley N° 473 en octubre de 1974. Está en el 4° piso de la sede de dicho Círculo. Fue concebido y ejecutado por el Cnel. Diplomado de Estado Mayor Juan Manuel Torres Villanueva.</div><div style="text-align: justify;">Se plasmaron más de 200.000 letras en bronce con los nombres de los combatientes con grados de Oficial, sumando 8.500; con Orden de Batalla, Ejército, Armada, y Aviación. En los nombres se leen los que sirvieron voluntariamente, como médicos, enfermeras, choferes, radio operadores, entre los que se destacan muchos extranjeros.</div><div style="text-align: justify;">El Círculo tiene una Biblioteca de acceso libre, con fichero, pueden consultarse las revistas del Círculo y del Ejército. La temática es variada, aunque se destacan los libros sobre la Guerra del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">El Archivo es muy completo. Están registrados todos los Oficiales que pasaron por el Ejército y muchos ex combatientes de la Guerra del Chaco, que aún viven, ocupan cargos de en la directiva del Círculo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECAS, TANTO PÚBLICAS COMO PRIVADAS (56)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA NACIONAL (57)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Dependiente del Ministerio de Educación y Cultura, Vice Ministerio de Cultura, Dirección General de Patrimonio Histórico y Cultural.</div><div style="text-align: justify;">Las bibliotecas que se salvaron del saqueo cuando los aliados entraron en Asunción en 1869, dieron origen a la creada el 21 de setiembre de 1887 como Biblioteca y Museo Nacional, haciéndose cargo de ellos una Comisión Nacional en 1893. La biblioteca contenía 1.324 volúmenes. (58)</div><div style="text-align: justify;">Según el material informativo, (59) son sus ...Colecciones</div><div style="text-align: justify;">«Colección Enrique Solano López (compra)</div><div style="text-align: justify;">Colección Eduardo Víctor Haedo (dejado por testamento para el Paraguay)</div><div style="text-align: justify;">Colección Juan E. O'Leary</div><div style="text-align: justify;">Registros Oficiales</div><div style="text-align: justify;">Diario de Sesiones</div><div style="text-align: justify;">Libros Paraguayos (antiguos y nuevos por el depósito legal)</div><div style="text-align: justify;">Folletos Paraguayos</div><div style="text-align: justify;">Obras de siglos XVI, XVII y XVIII; nacionales y extranjeras</div><div style="text-align: justify;">Publicación de las Naciones Unidas</div><div style="text-align: justify;">Periódicos Paraguayos</div><div style="text-align: justify;">Obras Internacionales</div><div style="text-align: justify;">Revistas Paraguayas ... » (60)</div><div style="text-align: justify;">El catálogo más antiguo que se conserva es un listado numerado, indicando inclusive el estante en el que se encontraban los libros: Catálogo de la Biblioteca Nacional del Paraguay (61) de 1904, anterior al Catálogo de la Biblioteca Paraguaya Solano López, (62) comprada por el Estado paraguayo a Enrique Solano López en 1906 con más de 5.000 ejemplares. (63) Este catálogo está por autores, detallado por tema y orden cronológico.</div><div style="text-align: justify;">La Hemeroteca tiene un listado de los periódicos paraguayos desde La Regeneración (1869-70) donde se consigna para consultar como Microfilmado o Fuera de circulación, los de consulta restringida por encontrarse en mal estado. También se conservan originales de los periódicos de la Guerra Grande: Cabichu’í y La Estrella, El Centinela y el Cacique Lambaré son ediciones facsimilares.</div><div style="text-align: justify;">Colecciones más notables relativas a las dos guerras y hechos relevantes de la historia paraguaya son: Colección de Grabados del siglo XIX de Alfredo Demersay y Adolfo Methfessel (64) que forman parte de la Colección Solano López.</div><div style="text-align: justify;">En la Colección O'Leary se conservan documentos originales de las cartas intercambiadas entre Mitre y el Mcal. López, cartas de Gregorio Benítes «le uso restringido solo a investigadores, álbumes con fotografías del Mcal. López y de generales tanto de la Guerra Grande como la del Chaco. Tiene un listado de los documentos. Esta colección llegó a la Biblioteca Nacional luego de muchas vicisitudes y con faltante de la colección original.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">56. Ver más bibliotecas en: Pusineri Scala, op. cit., 1995, pp. 30-43.</div><div style="text-align: justify;">57. Petrona Alvarenga, entrevista a funcionaria 12-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">58. Pusineri Scala, op. cit., 1995, pp. 30-33.</div><div style="text-align: justify;">59. Ministerio de Educción y Cultura, Biblioteca Nacional, Asunción, s/f s/p, Tríptico.</div><div style="text-align: justify;">60. Ibídem.</div><div style="text-align: justify;">61. Catálogo de la Biblioteca Nacional del Paraguay, Asunción, Imprenta y Encuadernación de El País, 1904,p.87.</div><div style="text-align: justify;">62. Catálogo de la Biblioteca Paraguaya Solano López, op. cit., 1906, p. 984.</div><div style="text-align: justify;">63. Pusineri Scala, op. cit., 1995, p. 35.</div><div style="text-align: justify;">64. Albero Duarte de Vargas, Demersay y Methfessel, Obras restauradas, Asunción, Biblioteca Nacional, MEC, 2003, s/p.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">MUSEO GRAL. BERNARDINO CABALLERO (Ana María Argüello, Directora, entrevista 30-06-2005)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Dependiente del Ministerio de Educación y Cultura, Vice Ministerio de Cultura, Dirección General de Patrimonio Histórico y Cultural.</div><div style="text-align: justify;">Casa de la Familia Bedoya, esposa del Gral. Bernardino Caballero y viuda del Presidente Juan Bautista Bill, donde se conservan objetos personales del Gral. Caballero y su familia, además de documentos de su pertenencia y de su hijo Francisco Caballero Álvarez, conocido como Pancholo, héroe de la Guerra del Chaco. En el local funciona una Biblioteca.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BANCO CENTRAL DEL PARAGUAY: MUSEO Y COLECCIONES ORO DE LA GUERRA (66)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El museo y la exposición permanente del Banco Central, data del 26 de noviembre de 2001, que se formó a partir de las colecciones tanto numismáticas como de joyas y alhajas de la Guerra Grande, así como de bienes sin herederos que quedan al Estado. (67)</div><div style="text-align: justify;">66. Esta exposición permanente puede ser consultada en sitio web del Banco: <a href="http://www.bcp.gow.py/"><span style="color: red;">www.bcp.gow.py</span></a> .</div><div style="text-align: justify;">67. Banco Central del Paraguay (2001), Exposición Numismática permanente y de Joyas, Asunción, 2001,p.4.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ACADEMIA PARAGUAYA DE LA HISTORIA: BIBLIOTECA FÉLIX DE AZARA (68)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El nombre de la biblioteca fue dado por el Dr. Julio César Cháves, quien en 1955 reactivó el Instituto de Investigaciones Históricas.</div><div style="text-align: justify;">La Biblioteca de la Academia es la más completa en la temática de la Historia del Paraguay, por su fondo, las colecciones donadas y en custodia.</div><div style="text-align: justify;">La colección de la biblioteca de la Academia tiene catálogo/listado y fichero de libros, revistas, folletos copias de documentos, mapas antiguos. Publica periódicamente el Anuario Historia Paraguaya, cuyos artículos están relacionados con las dos guerras, en especial las últimas publicaciones de documentos de la Guerra Grande.</div><div style="text-align: justify;">Por Escrituras Públicas, se recibieron colecciones privadas en donación como depositaria. Estas se conservan como fondos separados, sin que se sumen a la colección de la Academia y son:</div><div style="text-align: justify;">Colección Dr. Rafael Eladio Velázquez, donada por la familia del Dr. Velázquez en el año 1998.</div><div style="text-align: justify;">En esta colección se encuentran tres rollos de microfilms, del periódico Semanario de avisos y conocimientos útiles, más conocido como El Semanario de los gobiernos de don Carlos A. López y de Francisco Solano López. (69) Procede de la colección de la Biblioteca Nacional de Montevideo Uruguay, además de libros, revistas de historia paraguaya colonial y americana. Se conservan las fichas de sus trabajos de investigación no catalogadas.</div><div style="text-align: justify;">Colección Archivo del Liberalismo de la fundación Friedrich Neumann y el Partido Liberal, reunidos por el historiador Alfredo Seiferheld. Está en custodia en la Academia desde el año 2002.</div><div style="text-align: justify;">Entre sus colecciones: Registro Oficial desde el No 1 de 1869/72 hasta 1990 y otros.</div><div style="text-align: justify;">Biblioteca del Dr. Carlos Pastore, recibida en el año 2004, entregada por sus herederos por escritura pública, en virtud de un decreto de compra por el Estado en el que se establece como depositaria a la Academia Paraguaya de la Historia. El Dr. Pastore catalogó y fichó su colección. Están listados los volúmenes de folletería, importante colección de materiales sobre variados temas, muy antiguos. Los libros de historia, economía, política, temas jurídicos y casi toda la bibliografía clásica de las dos guerras producidas tanto en el extranjero como en el Paraguay. Archivo personal en carpetas, todas con índice.</div><div style="text-align: justify;">Biblioteca del Dr. Manuel Domínguez entregada en donación por su hija Doña Nelly Domínguez de Poletti, en el año 2004 por escritura pública. Son en su mayoría libros de historia universal y diccionarios antiguos.</div><div style="text-align: justify;">Colección del Dr Gustavo Riart mapas de la Guerra del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">Colección de Documentos Personales correspondencia privada del Dr. Justo Pastor Benítez con Pablo Max Insfrán.</div><div style="text-align: justify;">Colección de Documentos Personales correspondencia del Dr. Benjamín Vargas Peña con el Presidente José P. Guggiari.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">68. Roberto Quevedo, ex Presidente y Bibliotecaria Elisa Ramírez Cousiño, entrevistados 23-07-2005 y Dr. Washington Ashwell actual Presidente de la Academia Paraguaya de la Historia, entrevista 22-072005.</div><div style="text-align: justify;">69. Según rótulos cada microfilm contiene: 1. años 1853/1858 (falta 43); 2. 1858/1863 (faltan varios números); 3. 1863/1865 (faltan 557, 558).</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA PABLO VI (70)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Es la biblioteca Central de la Universidad Católica Nuestra Señora de la Asunción, con sede en el Campus de la Universidad.</div><div style="text-align: justify;">Es una biblioteca general. Sus colecciones principales provienen de donaciones y compra de importantes bibliotecas privadas. Están todas catalogadas y encuadernadas y pueden ser consultadas. Existen además libros, revistas, folletos, etc.</div><div style="text-align: justify;">Sección Hemeroteca, con revistas paraguayas muy completa y actualizada y periódicos antiguos, colección incompleta.</div><div style="text-align: justify;">En la colección general se puede encontrar bibliografía clásica y actualizada sobre la historia de las dos guerras.</div><div style="text-align: justify;">La Biblioteca está informatizada, los libros, folletos están por autor, título y tema.</div><div style="text-align: justify;">70. Margarita Kallsen, Directora, entrevista 27-07-2005.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA ROOSEVELT DEL CENTRO CULTURAL PARAGUAYO AMERICANO (71)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Por su naturaleza es una biblioteca general, totalmente informatizada, cuyo catálogo electrónico está al servicio del público.</div><div style="text-align: justify;">La Colección Paraguaya: se puede consultar en el sitio web, (72) en Centro de Recursos.</div><div style="text-align: justify;">La bibliografía paraguaya y extranjera de libros referente a las dos guerras está al día. Tiene colección completa de Registro Oficial, microfilms en cintas de la Colección de documentos del Dr. Natalicio González de la Universidad de Kansas: Kenneth Spencer Research Library. De uso restringido.</div><div style="text-align: justify;">Por convenio del CCPA con la Biblioteca Nacional se han microfilmado en microfichas diarios antiguos de esa colección, desde 1870 hasta aproximadamente 1900 especialmente los que estaban en mal estado y casi destruidos.</div><div style="text-align: justify;">Colección Especial: aún no se puede consultar, pues se halla sin encuadernar: fotocopia del Censo General de 1870/1871... Archivo del Ministerio de Guerra y Marina hecho por Cándido Bareiro por instrucción de Cirilo Antonio Rivarola, es un ejemplar fotocopiado y donado por Jerry W. Cooney, cuyo portador fue el Dr. Thomas Whighan. (73)</div><div style="text-align: justify;">71. Ana María Gaona, Coordinadora, entrevista 09-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">72. Sitio web: <a _cke_saved_href="http://www.roosevelt.ccpa.edu.py/biblioteca" href="http://www.roosevelt.ccpa.edu.py/biblioteca"><span style="color: red;">www.roosevelt.ccpa.edu.py/biblioteca</span></a></div><div style="text-align: justify;">73. República del Paraguay (1870-1871) que utilicé en mis investigaciones sobre la historia de aquel período durante mi visita a la Asunción en 1998. En la ocasión de mi visita los documentos se encontraban en el Archivo del Ministerio de Defensa Nacional en dicha ciudad capital. Firmado Jerry W. Cooney, Marzo 14, 2003 Universidad Lousville, Ky...</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA DEL CENTRO CULTURAL PARAGUAYO JAPONÉS (Dependiente de la Dirección General de Cultura de la Municipalidad de Asunción.)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Es una biblioteca general, se encuentra alejada del centro de Asunción.</div><div style="text-align: justify;">En custodia, pero como fondo separado, se encuentra la Biblioteca de la</div><div style="text-align: justify;">Fundación Yma Guaré, grupo documental y bibliográfico que perteneció al Dr. Edgard L. Insfrán. Es una colección muy importante para la historia paraguaya y en especial la política, por la folletería y panfletos de agitación, así como manuscritos y libros muy antiguos. Está catalogada.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA DEL CENTRO CULTURAL «JUAN DE SALAZAR» (Dependiente de la Dirección General de Cultura de la Municipalidad de Asunción.)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Cuenta con una muy buena biblioteca general. En la colección paraguaya se encuentran los libros de historia, tanto clásicos como modernos.</div><div style="text-align: justify;">El fondo más importante donde se encuentra mucho material referente a las dos guerras es la colección del antropólogo Miguel Chase-Sardi, quien en vida donó una gran parte de su biblioteca. Se conserva individualizada para su consulta.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA VIRTUAL PARAGUAYA (Biblioteca exclusivamente en sitio web: <span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.bvp.org.py/" href="http://www.bvp.org.py/"><span style="color: red;">www.bvp.org.py</span></a></span><a _cke_saved_href="http://www.bvp.org.py/" href="http://www.bvp.org.py/"></a> )</span></strong><span style="color: cyan;"></span></div><div style="text-align: justify;">Esta Biblioteca Virtual Paraguaya está en la línea desde el año 2003. Es una importante iniciativa del Arq. Manuel Rivarola Mernes, quien es autor intelectual y coordinador del sitio.</div><div style="text-align: justify;">Tiene títulos muy antiguos e importantes de la historia paraguaya, con la posibilidad de consulta ágil. Se pueden bajar los libros en forma gratuita. Está interrelacionada con bibliotecas del mundo virtual.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA Y COLECCIONES DEL MUSEO ETNOGRÁFICO «DR. ANDRÉS BARBERO» DE LA FUNDACIÓN LA PIEDAD (Sitio web. <span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.museobarbero.org.py/" href="http://www.museobarbero.org.py/"><span style="color: red;">www.museobarbero.org.py</span></a> </span>)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Colección privada de la Fundación La Piedad, continuadora de la obra filantrópica del Dr. Andrés Barbero y sus hermanas Josefa y María Barbero.</div><div style="text-align: justify;">En el año 1931 toma la dirección del Museo y la Biblioteca el Dr. Max Schmidt, quien aportó su biblioteca y algunas de las colecciones etnográficas proceden de sus viajes al Chaco en el año 1935, con el fin de acompañar el éxodo de un grupo de Chiriguanos y Tapieté de Macharetti, como consecuencia de la guerra chaqueña.</div><div style="text-align: justify;">La Dra. Branislava Susnik llegó al Paraguay en 1951 para proseguir los trabajos de la ordenación del museo. Realizó varios viajes de campo para tomar contacto con las comunidades indígenas, completando la colección etnográfica y acrecentando la biblioteca. Tanto Schmidt como Susnik dieron al museo y a la biblioteca la orientación etnológica, con especialización en antropología paraguaya y americana, así como la historia y la geografía.</div><div style="text-align: justify;">La sección de la Biblioteca paraguaya, tiene libros muy importantes para la historia de las dos guerras del Paraguay. Folletería antigua, álbumes gráficos, registros oficiales, anuarios estadísticos, colección de revistas antiguas, colección de Tratados de Límites, Protocolos y una interesante colección de Leyes, Decretos, Reglamentos y otros.</div><div style="text-align: justify;">Cabe destacar que en el año 2005, se ha recibido la donación del Archivo de documentos del historiador fallecido Alfredo Seiferheld, con una importante colección de documentos privados de muchos excombatientes, listado de documentos en poder de excombatientes y una colección de 125 casetes de grabaciones de excombatientes y políticos. Estas grabaciones son inéditas, no fueron incluidas en sus cuatro Tomos de Conversaciones político-militares, (78) siendo un valioso material como grabaciones realizadas en el exilio al ex presidente Gral. Higinio Morínigo, al gran músico Herminio Giménez, también en el exilio y a otros políticos, etc.</div><div style="text-align: justify;">78. Alfredo M. Seiferheld (1984/87), Conversaciones político-militares, Asunción: El Lector, 1984, t. 1 y II, & El Autor, t. IV, 1987.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">MUSEO «JUAN SINFORIANO BOGARÍN» (79)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Dependiente de la Conferencia Episcopal Paraguaya. Es un museo de Arte Sacro. Tiene su origen en las colecciones que recogió Monseñor Juan Sinforiano Bogarín en sus giras pastorales realizadas por toda la República.</div><div style="text-align: justify;">Tiene una sala dedicada a los López con objetos personales. Otra con trofeos de las guerras.</div><div style="text-align: justify;">Los demás salones son exclusivamente de colecciones del arte sacro paraguayo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">79. Revisión del Catálogo y de las colecciones 08-08-2005.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA DEL INSTITUTO SUPERIOR DE ESTUDIOS HUMANÍSTICOS Y FILOSÓFICOS DE LA COMPAÑÍA DE JESÚS (ISEHF)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Se encuentra bajo la custodia del P. Bartomeu Meliá (SJ), (80) también conservador testamentario de los manuscritos y la biblioteca del etnógrafo León Cadogan. Por su naturaleza, es una biblioteca especializada en lengua y antropología guaraní.</div><div style="text-align: justify;">Los manuscritos del archivo personal del P. Meliá son copias de sus investigaciones sobre el Paraguay en el Archivo del Vaticano. Sobre capellanes de guerra, copias de cartas, fusilamiento del Obispo Palacios, (81) y muchos otros documentos del clero paraguayo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">80. Bartomeu Meliá, entrevista 02-09-2005.</div><div style="text-align: justify;">81. Bartomeu Meliá (1983), «El Fusilamiento del Obispo Palacios». Documentos Vaticanos, in: Estudios Paraguayos, Asunción, vol 21, n° 1, 1983, pp. 25-50.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">CENTRO DE ARTES VISUALES/MUSEO DEL BARRO (Propiedad de Fundaciones privadas)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Documentos y archivo de acceso restringido. (Ticio Escobar, entrevista 16-08-2005) Foto documental de la Guerra contra la Triple Alianza de la colección Dr. José Antonio Vázquez. Originales de Bate y Cía.</div><div style="text-align: justify;">Tacos originales de los grabados/xilografías originales del periódico en combate el Cabichuí (dos colecciones) y El Centinela, también de la Guerra Grande.</div><div style="text-align: justify;">Colecciones de joyas de oro y platería de la Fundación Carlos Colombino Lailla. (Carlos Colombino (1999), Oro y plata en el Paraguay, Asunción: Departamento de Documentación e Investigación, Centro de Artes Visuales & Museo del Barro, 1999, p. 81.)</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">BIBLIOTECA PRIVADA DEL DR. MAURICIO TOMÁS OSUNA (85)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">El Dr. Osuna escribió sobre la Guerra del Chaco para el diario Ultima Hora, reseñándola día a día. Se inició desde el 15 de junio de 1977 hasta el año 1981.</div><div style="text-align: justify;">Para ese fin, fue coleccionando y creó una biblioteca especializada en la Historia de la Guerra del Chaco, sus prolegómenos, así como de la historia paraguaya y regional en general, geografía, antropología, literatura, llegando ti tener una muy buena biblioteca privada.</div><div style="text-align: justify;">Estas reseñas se editaron en ocho tomos. El primer tomo fue en coautoría con el historiador Benigno Riquelme García y el Lic. Osvaldo Masi Pusineri. (86)</div><div style="text-align: justify;">Colección de periódicos paraguayos que salieron durante la Guerra del Chaco, colección original de Telegramas cifrados enviados desde el Comanchaco (Villa Militar, López de Filipis y Reconquista) al frente, al Destacamento de Ingavi, hoy Gabino Mendoza, años 1934-1935.</div><div style="text-align: justify;">Colección de copias de Partes del Frente de Guerra cifrados y radiogramas recibidos en el puesto de combate del Comando en Jefe. Cartas personales de excombatientes. Fotos de la Guerra de diferente origen, por compra o donación de excombatientes. Álbumes sobre la Guerra del Chaco. (87) Colección completa del periódico Trinchera, (88) Colección de periódicos y revistas conmemorativas a la Guerra del Chaco. (89)</div><div style="text-align: justify;">Revista curiosa: 30 años después, Carmenes y vestigios de la épica jornada chaqueña. Redactado en castellano y guaraní, (90) a los 10 años cambió de nombre: 40 años después, luego 50 años después. Para setiembre de 1998 salió, el Año XXXIII, N° 319 con el nombre de 60 años después, llegó hasta el Año XXXVII, N° 452 del 2002, cuyos volúmenes tenían el apoyo de la biblioteca Osuna, dado que el redactor/propietario había agotado sus temas referentes a la guerra.</div><div style="text-align: justify;">Colección de Radio prensa, informativo oficioso de Comanchaco con fines propagandísticos. Los tres primeros informativos fueron escritos por el Dr. Eusebio Ayala y el resto por el Dr. Julio César Cháves. Salió el N° 1 el 18 de julio de 1934 y se enviaba a los periódicos, teniendo algunos cuatro o más publicaciones en un día. (91)</div><div style="text-align: justify;">Colección de grabaciones de conferencias dictadas por excombatientes. Colección editadas de mapas de la Guerra. Informe original del Gral. Juan Belaieff. Fichas de excombatientes, casi completa. Memorias inéditas de Rufino Gorostiaga sobre su actuación en la Guerra del Chaco. Escritos inéditos de excombatientes que entregaron a la biblioteca. Todo el material se halla fichado por Autor, Titulo, separada por Guerra del Chaco y por biblioteca general.</div><div style="text-align: justify;">Colección de vainillas-cápsulas servidas de balas de distinta procedencia, que traían los combatientes como recuerdo del frente.</div><div style="text-align: justify;">Colección de las Condecoraciones de la Guerra contra la Triple Alianza. Colección de las Condecoraciones de la Guerra del Chaco.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">85. Osvaldo Masi Pusineri, entrevista 12-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">86. Mauricio T. Osuna, Benigno Riquelme García & Osvaldo Masi Pusineri (eds.) (1988/94), De la epopeya del Chaco, Asunción: Litocolor, t.1, desde 15 de junio de 1932 hasta 23 de octubre de 1932, 1988, 446 p. Compilación revisada y ampliada de los artículos publicados en el diario Ultima Hora de Asunción, Mauricio T. Osuna y Osvaldo Masi Pusineri, desde el t. 11, 1988; t. 111, 1989; t. IV, 1991; t. V, 1992; t. VI, 1993; t. VII, 1993; t. VIII, 1994, en el último tiene un índice general onomástico y toponímico. Cada tomo tiene mapas.</div><div style="text-align: justify;">87. Gran Enciclopedia Fotográfica de la Guerra del Chaco, t. I y 11, editado con fotos del periódico Trinchera, Álvaro Ayala Producciones, s/f.</div><div style="text-align: justify;">88. Juan Blas Ojeda, Director, sobre temas de la Guerra del Chaco. Su primer número data del 29 de setiembre de 1969 y salieron 27 números.</div><div style="text-align: justify;">89. Chaco-Ré, Año 1, n° 1, del 12 de Junio de 1962. Vocero oficial de la Unión paraguaya de excombatientes de la Guerra del Chaco. Director Leandro Aponte y otros más, pues tuvo cuatro épocas, el último número fue el 54, sin fecha.</div><div style="text-align: justify;">90. Feliciano González, Director Propietario, Lisiado de la Guerra del Chaco, Camet n° 3755, cuyo n" I del Año 1 salió en enero de 1965, costando Gs. 50.</div><div style="text-align: justify;">91. Trabajo inédito de Mauricio T. Osuna y Osvaldo Mas¡ Pusineri, basado en estos informes Anotaciones a radio-prensa.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">MUSEO Y BIBIOTECA DE LA «FUNDACIÓN CARLOS ALBERTO PUSINERI SCALA»</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Como Museo: colecciones de trofeos de ambas guerras, recuerdos de prisioneros bolivianos, un ala de madera de avión, uniformes militares, de enfermeras, etc. En la Sección numismática: condecoraciones, distintivos, medallas, botones, de ambas guerras.</div><div style="text-align: justify;">Biblioteca: colección de documentos, siendo una de las muy consultadas por investigadores las carpeta de correspondencias del Presidente Juan Bautista Gill. Cartas personales de Mme. Lynch y de Emiliano López, algunos documentos persónales de excombatientes, cartas personales de prisioneros bolivianos, cartas de madrinas de la Guerra del Chaco, archivo completo de la Comisión de Damas del Hospital Naval durante la Guerra del Chaco, libros antiguos, álbumes, fotos.</div><div style="text-align: justify;">Colección de periódicos paraguayos desde 1869: colección completa de La Regeneración, y muchos otros periódicos y revistas varias, raros y curiosos como El Látigo, y una colección de Periódicos Chaqueños: (Carlos A. Pusineri Scala (1984), «Periódicos chaqueños», in: Historia Paraguaya, Asunción, vol. XXI, 1984, pp. 101-129) Colección de libros de lectura y de texto antiguos para la educación, desde fines del siglo XIX.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"> </div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">OTRAS BIBLIOTECAS Y COLECCIONES PRIVADAS (93)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">Biblioteca Municipal «Augusto Roa Bastos», (94) Biblioteca Nacional de Agricultura (Bina) «Dr. Moisés S. Bertoni», (95) Biblioteca Central de La Universidad Nacional de Asunción, (96) Biblioteca de la Facultad de Filosofía de la UNA, Instituto Cultural Paraguayo Alemán: Biblioteca «Ulrich Schmidl», (97) Biblioteca «Juan Bautista Alberdi», (98) Biblioteca del Club Centenario. (99)</div><div style="text-align: justify;">Existen obras bibliotecas y colecciones privadas de acceso limitado, cuyo contenido en volúmenes y títulos desconocemos. El destino futuro de estas fuentes documentales es impredecible. Entre ellas mencionamos: Biblioteca del Dr. Efraím Cardozo, biblioteca privada del Dr. Washington Ashwell, (100) del periodista Luis Verón, (101) del Arq. Jorge Rubbiani, (102) del Capitán Jaime Grau, (103) biblioteca y archivo de Don Raúl Amaral, el Dr. Leandro Prieto Yegros tiene una buena biblioteca y la colección de la Revista Cuadernos Republicanos. Tal vez la biblioteca privada más rica en Paraguay sea la del Dr. Manuel Riera Ferraro, un «bibliómano», (104) ya fallecido quien invirtió su fortuna en comprar en todo el mundo libros referentes al Paraguay y libros paraguayos, tanto antiguos como de reciente publicación. Especializada en cartografía es la biblioteca del Dr. Alfredo Boccia Romañach. Investigación y biblioteca sobre la inmigración y participación en la guerra del Chaco de los rusos blancos de la Arq. Lucia Giovine Gramachikof. Existe además en cada familia de descendientes de excombatientes, de oficiales, conductores, uniformes, armas, objetos en general, documentos, cartas de madrinas de guerra, etc., que hace infinitamente imposible acceder a todas ellas.</div><div style="text-align: justify;">El Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos tiene una Biblioteca del Centro Paraguayo de Documentación social y una publicación periódica: Revista del Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, con más de 35 años de continua aparición. El Centro de Estudios Antropológicos de la Universidad Católica «Nuestra Señora de la Asunción», cuya revista Suplemento Antropológico cumplió en el 2005 cuarenta años de continua aparición. Ha editado también la Revista Estudios Paraguayos bajo la Dirección del Dr. Adriano Irala Burgos, dedicada a la historia general y paraguaya en especial. Cuenta con dos colecciones: Biblioteca Paraguaya de Antropología y Biblioteca de Estudios Paraguayos.</div><div style="text-align: justify;">El Archivo y Biblioteca de los Padres Salesianos, bajo la dirección del P. Carlos A. Heyn. El Archivo de los Padres Oblatos de María Inmaculada. El Archivo y Biblioteca de la Iglesia Anglicana en Paraguay, por sus misiones evangelizadoras entre los indígenas en el Chaco de preguerra.</div><div style="text-align: justify;">Para la música y la danza paraguaya del siglo XIX, se destacan las recientes investigaciones de Luis Szarán (105) y Celia Ruiz de Domínguez, (106) respectivamente, sin olvidar a los grandes investigadores y músicos que les precedieron como Manuel Mosqueira, Juan Max Boettner, Mauricio Cardozo Ocampos, Julian Rejala, Cayo Sila Godoy, entre otros.</div><div style="text-align: justify;">Para la música popular del siglo XX, un archivo privado y casi único en Paraguay es el de Félix Trujillo, fundador de la Revista Ocara Poty cue mi,</div><div style="text-align: justify;">«... durante la Guerra del Chaco... miles de ejemplares fueron enviados para alentar a los combatientes en el frente». (107)</div><div style="text-align: justify;">Mario Rubén Álvarez, (108) ha publicado en el diario Ultima Hora, las vicisitudes de las composiciones populares de distintos autores, hoy editadas en cuatro volúmenes. De Víctor Barrios Rojas (109) son las recopilaciones de «compuestos», algunos recreando temas de la Guerra Grande.</div><div style="text-align: justify;">Música, bandas y músicos en la Guerra del Chaco: Herminio Jiménez, Emiliano R. Fernández, P. Ernesto Pérez Acosta, Darío Gómez Serrano, Julián Alarcón, César Medina, etc.</div><div style="text-align: justify;">Una tesis de Maestría en Letras en curso es la del investigador Lic. Ricardo Pavetti, titulada: El cancionero épico de Emiliano R. Fernández. Imaginario y simbólica, abre un nuevo panorama de la historia, frontera con otras ciencias.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">93. Ver más bibliotecas en: Pusineri Scala, op. cit., 1995, pp. 30-43.</div><div style="text-align: justify;">94. Zaida Caballero, Directora, entrevista 16-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">95. Maximina Simbrón de Díaz, Directora, entrevista 16-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">96. Pusineri Scala, op. cit., 1995, p. 36.</div><div style="text-align: justify;">97. Catalina Ehrsam, Responsable, entrevista 11-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">98. Director Ángel Alfredo Alfonso López.</div><div style="text-align: justify;">99. Sitio Web <a href="http://www.clubcentenario.org.py/www/bliblioteca"><span style="color: red;">www.clubcentenario.org.py/www/bliblioteca</span></a> , Catálogo.</div><div style="text-align: justify;">100. Washington Ashwell, entrevista 22-07-2005.</div><div style="text-align: justify;">101. Luis Verón, entrevista 23-08-2005.</div><div style="text-align: justify;">102. Jorge Rubiani, entrevista 27-07-2005.</div><div style="text-align: justify;">103. Jaime Grau, entrevista 04-08-2005, su especialidad es la marina de la guerra contra la Triplo Alianza y de la historia de la marina paraguaya.</div><div style="text-align: justify;">104. Washington Ashwell, entrevista 22-07-2005.</div><div style="text-align: justify;">105. Luis Szarán (1997), Diccionario de la música en el Paraguay, Asunción: s.e., 1997, 507 p; y Luis Szarán (2000), Paraguay siglo XIX.- Los Años dorados, Asunción, 2000 Cd grabado en base a la recopilación de Luis Szarán de la Partitura de la Gran Polea Militar «El 10 de Noviembre» y de la Caja de Música de Colección Fundación Carlos A. Pusineri Scala.</div><div style="text-align: justify;">106. Celia Ruiz de Domínguez (2000). Danzas tradicionales paraguayas: Método de enseñanza. Reseña histórica de la danza en el Paraguay y nociones sobre el folklore, Y ed, Asunción, 2000, 318 p.</div><div style="text-align: justify;">107. Ibídem, p. 413.</div><div style="text-align: justify;">108. Mario Rubén Álvarez (2003/2004). Las Voces de la memoria: Historia de canciones populares paraguayas, Asunción, 4 vols., ver Sitio web: <a _cke_saved_href="http://www.musicaparaguaya.org.py/" href="http://www.musicaparaguaya.org.py/"><span style="color: red;">www.musicaparaguaya.org.py</span></a>.</div><div style="text-align: justify;">109. Víctor Barrios Rojas (2002), Motivos populares tradicionales del Paraguay, Asunción: Fondee/ Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní, 2002, p. 64, más un Cd.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><strong><span style="color: cyan;">ARCHIVOS, BIBLIOTECAS Y COLECCIONES EN EL INTERIOR DEL PAÍS (110)</span></strong></div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">La Entidad Binacional Yacyreta creó un museo para resguardar los objetos arqueológicos que afloraron con la construcción de la represa y de objetos de la cultura de la zona de Itapúa. Su director, el Lic. Alberto Delvalle, (Alberto Delvalle, Director del Museo de la Entidad Binacional Yacyretá en Ayolas, entrevista 1206-2005) organizó el Museo de la Entidad con dichas colecciones arqueológicas, históricas y de ciencias naturales. También creó un museo de la Guerra del Chaco en Encarnación con la Unión PeChaco. (112) Sus miembros donaron documentos, trofeos y objetos personales, incluso condecoraciones.</div><div style="text-align: justify;">También la Entidad Binacional Yacyreta ha restaurado los cuarteles de López de Isla Umbú, Paso de Patria y Humaitá en Ñeembucú.</div><div style="text-align: justify;">El Lic. Delvalle (113) ha comprado en Pilar de un heredero de excombatiente de la Guerra Grande, una colección de 13 láminas con representaciones de la guerra, de grabados pintados por el suizo Adolfo Methfessel, quien fue con tratado por Estanislao Zeballos (114) para ilustrar su gran proyecto de escribir la Guerra contra la Triple Alianza en base a testimonios de excombatientes tomados en Asunción, Montevideo y Buenos Aires, entre los años 1887 y 1920, quedando inconclusa a su muerte. Su archivo y «...25 acuarelas y 11 cepias (sic) de A. Methfessel... », fueron entregadas en donación al Museo Colonial e Histórico de la ciudad de Luján. (115)</div><div style="text-align: justify;">El Museo de la Tierra Guaraní, de la Entidad Binacional Itaipú de Hernandarias, fue recientemente reestructurado.</div><div style="text-align: justify;">La Municipalidad de la ciudad de Concepción tiene una biblioteca, archivo y museo histórico.</div><div style="text-align: justify;">La ciudad de Villarrica tiene un muy importante Archivo del Obispado de la Diócesis del Guairá y un Museo Municipal.</div><div style="text-align: justify;">En el Chaco central, en Filadelfia, el Museo Jakob Unger (116) guarda objetos de la colonización menonita y cuenta con un Archivo y una Biblioteca. Reiteramos que este trabajo está incompleto porque no se pudo acceder a tantas bibliotecas y colecciones privadas, o ignoramos tal vez muchos otros centros de documentación, así como bibliotecas o lugares históricos del país y porque no se incluyeron las fuentes iconográficas, las que serán tema de un próximo trabajo.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: justify;">110. Ver más bibliotecas en: Pusineri Scala, op. cit., 1995, pp. 40 y 71-76.</div><div style="text-align: justify;">112. Unión Paraguaya de Ex combatientes de la Guerra del Chaco.</div><div style="text-align: justify;">113. Ibídem.</div><div style="text-align: justify;">114. Cf. Miguel Ángel Cuarterolo (comp..) (2000), Soldados de la memoria: Imágenes y hombres de la guerra del Paraguay, Buenos Aires: Planeta, 165 p.</div><div style="text-align: justify;">115. CDrom: Una mirada inédita de las relaciones entre Paraguay y Argentina: Estanislao Zeballos y la Guerra de la Triple Alianza, vol. 1 y 11, Proyecto FO-AR N° 4869, «Publicación de documentos de la Colección Estanislao Zeballos», Lic. Ramón Rolandi, Director ANA y Dra. Liliana Brezzo, Asesora Técnica, Asunción, 2004, vol. I, Presentación.</div><div style="text-align: justify;">116. Museo Jakob Unger, Filadelfia, Tríptico Informativo, s/f, s/p.</div><div style="text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>Fuente: </strong></div><div style="text-align: center;"><span style="color: red;"><a _cke_saved_href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13567" href="javascript:void(0)/*265*/"><span style="color: red;"><strong>ESTUDIOS PARAGUAYOS. </strong><strong>REVISTA DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA</strong></span></a></span><a _cke_saved_href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13567" href="javascript:void(0)/*265*/"><strong></strong></a></div><div style="text-align: center;"><strong>"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN"</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>DEPARTAMENTO DE CIENCIAS SOCIALES</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>VOLS. XXVI Y XXVII, N°S. 1 Y 2</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>ASUNCIÓN DEL PARAGUAY</strong></div><div style="text-align: center;"><strong>2008-2009 (242 páginas)</strong></div></span>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-45162032822612999832010-10-18T16:55:00.000-07:002010-10-19T08:43:36.409-07:00JUAN CARLOS HERKEN - FERROCARRILES, CONSPIRACIONES Y NEGOCIOS EN EL PARAGUAY (1910 – 1914) / ARTE NUEVO EDICIONES, 1984.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSDEkoeK6-AaeKmSQGBj3KsnJyXmsEdbAN_3epNey41h9fbPTIKmtxKUxUhyrFIC7Hn0TFK1BaJlLoU45ybCNRc4gDohT0b9FwC8VpPbfH28ekp3VENDvdGK8-a06zb2iGsR6p_sY6vrU/s1600/juan+carlos+herken+ferrocarriles+tapa+1984.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ex="true" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiSDEkoeK6-AaeKmSQGBj3KsnJyXmsEdbAN_3epNey41h9fbPTIKmtxKUxUhyrFIC7Hn0TFK1BaJlLoU45ybCNRc4gDohT0b9FwC8VpPbfH28ekp3VENDvdGK8-a06zb2iGsR6p_sY6vrU/s400/juan+carlos+herken+ferrocarriles+tapa+1984.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>FERROCARRILES, CONSPIRACIONES</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>Y NEGOCIOS EN EL PARAGUAY </strong></span><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>(1910 – 1914)</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>Obra de <a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=448"><span style="color: red;">JUAN CARLOS HERKEN</span></a></strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>(Enlace a datos biográficos y obras</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>en la GALERÍA DE LETRAS del</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><a href="http://www.portalguarani.com/"><strong><span style="color: red;">www.portalguarani.com</span></strong></a><strong> )</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>ARTE NUEVO EDICIONES</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>Serie Historia Nº 4</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>Asunción – Paraguay</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><strong>1984 (191 páginas)</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: lime;"><strong>INDICE</strong></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Notas Preliminares </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">PREFACIO </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: cyan;"><strong>I.- PARAGUAY CENTRAL RAILWAY Y MANUEL RODRÍGUEZ:</strong></span> "Inmensamente impopular en todo el país". </span><br />
<span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">NOTAS AL CAPITULO I</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: cyan;"><strong>II.- PERCIVAL FARQUHAR:</strong></span> "Una invasión ferroviaria del Paraguay y Sudamérica Central". </span><br />
<span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">NOTAS AL CAPITULO II</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: cyan;"><strong>III.- POLÍTICOS PARAGUAYOS:</strong></span> "Un genio afortunado para la intriga política". </span><br />
<span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">NOTAS AL CAPITULO III</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: cyan;"><strong>IV. LA CONSPIRACION RADICAL:</strong></span> "El Paraguay se está incendiando". </span><br />
<span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">NOTAS AL CAPITULO IV</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: cyan;"><strong>V.- FARQUHAR, DEUDAS Y CONCESIONES:</strong></span> "Una cosecha de oro". </span><br />
<span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">NOTAS AL CAPITULO V</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: cyan;"><strong>VI. FARQUHAR, LA CUMBRE DEL PODER:</strong></span> "...no tienen país, no tienen patriotismo, no tienen compasión". </span><br />
<span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">NOTAS AL CAPITULO VI</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: cyan;"><strong>VII. EL COLAPSO FARQUHAR.</strong></span> </span><br />
<span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">NOTAS AL CAPITULO VII </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">BIBLIOGRAFÍA BASICA </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">APÉNDICE DOCUMENTARIO INDICE DE NOMBRES</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">INDICE DE DOCUMENTOS ILUSTRATIVOS</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: lime;"><strong>NOTAS PRELIMINARES</strong></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">El ferrocarril es hoy en el Paraguay, el testimonio de un pasado que se respira en el hermoso edificio de su estación central y en sus severas oficinas de dirección. Pero la poca gente que viaja en sus achacosos trenes y la que ni siquiera los ve porque en cierto modo quedaron al margen de los caminos del progreso (1), difícilmente pueda imaginar la gravitación que tuvo en la vida y en la política del país desde 1870 hasta la década del 20. Además, la historia de este tiempo, permanece para las generaciones presentes de paraguayos, en medio de una semi penumbra, iluminada de tanto en tanto por el destello de una revolución, o por la mención de un caudillo o un dicho popular gravado en la memoria del archivo folklórico. (Aipoa ará tera pa Jara; O penane José Gill ovagarrahaguá Corrientes; Perudilla, batatilla, Chirife pohá roysá, etc.). Y si el conjunto de esta historia permanece poco menos que olvidado para los especialistas, la historia del ferrocarril y su presencia político-social lo está aun más.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">El ferrocarril es desmantelado por el Ejército paraguayo en retirada para evitar su uso por el enemigo, los ejércitos de ocupación en 1869 tratan de inmediato de rehabilitarlo para su empleo y progresivamente lo recupera y pone en servicio a partir de 1870. Pero los años 1889 y 1890 se revelan llenos de acontecimientos ferrocarrileros. Se libra al servicio el tramo Paraguarí-Sapucay de la línea en construcción hasta Villa Rica. El 1º de Julio de 1889 se aprueban los estatutos de la THE PARAGUAYAN CENTRAL RAILWAY COMPANY LIMITED, que por escritura del 1º de octubre de 1889 compraría el Ferrocarril Central.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">El mismo año se otorga al Sr. D. Leonce Madave de Masogne el privilegio de explotación de una línea que desde Asunción, pasando por Arroyos y Esteros, San Estanislao e Ygatimí, llegue al Atlántico por el puerto de San Francisco do Sul (hoy Santos, Brasil).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Al señor Antonio Pelaez, se le otorga concesión para explotar un ferrocarril desde Villa Franca hasta Pella Vista, pasando por Carapeguá, Ybytymí, San Estanislao, etc. hasta llegar a la frontera norte.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">El señor Adeodato Gondra, en nombre de un sindicato de capitalistas contrata un ferrocarril que una Villa Rica con Villa del Pilar, pasando por Villa Florida y otra línea de ese punto a Paraguarí.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Campell P. Ogilvié, es autorizado a prolongar su línea de tranvías de Villa Morra hasta San Lorenzo del Campo Grande.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Delirante empuje de emprendimientos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Pero el tema del ferrocarril que funcionaba, y que como veremos es por donde caminaba el país, fue desde el principio de la concesión motivo de acre disputa.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">En efecto, la prensa ventila el problema; "La Democracia", publica el 3 de abril de 1893 artículos que se difunden en separatas, en las que se transcribe el proyecto de factibilidad y todo el material destinado a la prospección de acciones para la PARAGUAYAN CENTRAL RAILWAY CO. recientemente fundada (2). En el apéndice documentario de esta edición transcribimos in extenso dicho material, de él extractamos algunos párrafos de la correspondencia del Ing. Henry Valpy fechada el 7 de febrero de 1893 en Londres. Debe aclararse que Valpy y el Ing. Burrel eran miembros del Instituto de Ingenieros Civiles de Londres, de destacada actuación en el Paraguay durante la época de Don Carlos y Francisco Solano López (3); había participado entonces de la construcción del ferrocarril y habían sido contratados nuevamente para la realización de sus extensiones de línea. En un pintoresco castellano, dice al respecto de la Compañía ferrocarrilera: "si algún engaño ha sido intentado, no era de parte del Paraguay sino de Londres -en mi humilde opinión" (sic). En una palabra la extensa correspondencia, critica y describe las falsedades en que incurre la compañía concesionaria, en el propósito de obtener ventajas ocultas de los accionistas y deventuristas cuyos capitales pretendía captar para emprender la reactivación del ferrocarril y su extensión. Como se trasunta en estas publicaciones, el contrato con la compañía desató pronunciamientos hostiles de la opinión pública. En Concepción, encabezados por el diputado Martín González, se firma un pronunciamiento que dice: "Los suscriptos adhieren a la protesta formulada por el público asunceno contra la cesión indebida del ferrocarril a una compañía inglesa representada por el Sr. Enrique White y así lo declaran en Villa Concepción, Agosto 15, 1896". En la misma época podemos leer otro pronunciamiento que dice: "Los residentes extranjeros domiciliados en el territorio de la República, nos adherimos al memorial dirigido a la H.C. de Diputados, por ciudadanos paraguayos pidiendo investigaciones previas para solucionar convenientemente la cuestión ferrocarrilera sometida a la consideración del Congreso. Al proceder de este modo creemos ejercitar un derecho que nos acuerda la sabia Constitución Nacional, dada la circunstancia de tener intereses vinculados con los ciudadanos paraguayos. </span><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">Fdo. R. B. Croskey, H.E. Stanley, C.J.M. Featherston, A. P. Thorp, G. Urrutia, S. Chiriani, A. Pecci, M. Quaranta, y siguen firmas". </span><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(sic) (4).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">La cuestión ferrocarrilera desemboca finalmente en 1907 mediante un acuerdo definitivo con la PCRC, en memorables debates ampliamente discutidos en el Congreso, en donde se ventilan todas las cuestiones de la economía y la política nacional, asisten a las sesiones, durante prácticamente un año, además de los parlamentarios, los Ministros de Relaciones Exteriores, Interior y Hacienda, Dres. Cecilio Báez, Manuel Benítez y Don Adolfo Soler. Las acusaciones, réplicas y contra réplicas son el recuento de los 40 años de vida constitucional precedentes. A despecho de las afirmaciones citadas de Valpy, que declara engañosa y fraudulenta la acción de la Cía. ferrocarrilera, el Dr. Báez, Ministro de Relaciones Exteriores decía en una de las sesiones del Congreso: "Es necesario reconocer que al capital inglés se deben casi todos los progresos de América del Sur y del Norte. El capital inglés es el más aventurero, el más audaz y el más generoso del mundo..." (5). La réplica de Cardús Huerta es inmediata; "Si catorce años atrás el Doctor Báez defendió desde estas mismas bancas lo que él creía sinceramente entonces, los derechos fiscales, no veo que, sin sacarnos la última ilusión en nuestros hombres, pueda venir ahora desde estas mismas bancas a impugnar esos mismos derechos" ... "invocando el nombre de la misma juventud que hace catorce años ha sido castigada en esa plaza por seguirle a él" (6).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Con estas citas, solo queremos transmitir el ambiente de tensión que, en política, rodeó la cuestión del ferrocarril. La materialidad de su presencia en la economía, puede verse claramente no obstante, en las Memorias y Balances Comerciales del mismo. Según los datos del año 1898, en el período 1896-97, el ferrocarril transportó 494.742 personas y 79.875 toneladas de carga y en el período 1897-98, 557.334 pasajeros y 74.868 toneladas (7). El 91 % del tráfico de pasajeros es de 3ra. clase. Estas cifras son particularmente elocuentes, si se comparan con los resultados del censo de 1889, que dan a la población del Paraguay 263.750 habitantes de los cuales 23.304 residían en Asunción; cualquier reserva que se tenga respecto a la exactitud del censo y al incremento habido en 10 años no destruyen la importancia del ferrocarril en la vida nacional. Según el Álbum Gráfico del Paraguay, para 1910, tenia 250 kilómetros de vía, 31 coches de pasajeros, 20 locomotoras y 229 furgones de carga que produjeron un ingreso total de $F 7.308.365 (8).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">En el plano internacional, concesionarios de la Estrada de Ferro desde Asunción al Puerto Atlántico de San Francisco do Sul decían al Congreso brasileño en 1891 estas frases reveladoras: "Si esta línea estuviese construida en 1865, es probable que se evitara la guerra (raticida entre hermanos americanos, en caso de que no pudiese ser evitada, es probable que terminara en poco tiempo, y no estaría Brazil forzado a hacer del Río de la Plata su base de operaciones, que lo obligó a gastos enormes, cuyo importe hubiera cubierto al Brazil de un benéfico manto de entradas" (9).</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">La euforia de expansión que se revela en las concesiones de 1889, digna de los más fantásticos sueños del western en los EE. UU., en su dimensión transcontinental pasa obligadamente por el corazón de América del Sur, Paraguay, y en un momento dado, 1908, se convierte de pronto en el punto de encuentro de dos fuerzas económicas en expansión, en América, como analiza y documenta Juan Carlos Herken en este libro, pugna que hemos de comprender mejor si la vemos como proyección o reedición de "la era del ferrocarril" de los EE. UU. cuya historia de aventureros, visionarios, pioneros, bandidos y banqueros hizo nacer y morir imperios como nos mostró muchas veces el cine, para dejar finalmente un gran país en movimiento.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Volviendo al ámbito histórico político del Paraguay, cuando se recorre el tiempo que sigue a enero de 1869, recordaremos que los últimos actos de la tragedia de la Guerra Grande, se superponen con los primeros del drama de la reorganización del Paraguay. La ocupación de Asunción, por los ejércitos aliados el 5 de enero de 1869, no puso término a la guerra y no acabó con la resistencia que se prolongó por más de un año.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">En el Arsenal (10), que había sido trasladado a Caacupé por ferrocarril en 1868, seguían realizándose trabajos de reparación de armas y fundición de los últimos cañones y proyectiles de la guerra.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">López, forzado a abandonar Asunción, instaló una capital provisional en Luque y luego en Piribebuy, después la vía crucis de su ejército que siguió con él hasta las últimas consecuencias. El 17 de mayo de 1869, el ejército brasileño destruye los Altos Hornos y las instalaciones de El Rosado de Ybycuí. Del 7 al 14 de agosto se combate en Valenzuela, Piribebuy y Caacupé, que finalmente son ocupados tras el exterminio de sus defensores. Mientras tanto en Asunción, donde la actividad política se reanudó inmediatamente después de la ocupación, el día 5 de agosto, un comité surgido del Congreso convocado por los representantes de los ejércitos aliados, propone la nómina del primer gobierno provisional de post-guerra, siendo designados Carlos Loizaga, Cirilo Antonio Rivarola y José Díaz de Bedoya. Este triunvirato se instala y entra en funciones el 15 de agosto de 1869, al día siguiente, el 16 de agosto se libra la batalla de Acosta Ñú, en la que tras ocho horas de lucha mueren más de 3.000 niños y adolescentes, soldados del Ejército Paraguayo.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">El Mariscal continúa su marcha hacia el norte y sus perseguidores finalmente le dan muerte el 1º de marzo de 1870. Un mes después, el 1º de abril, el triunvirato convoca a elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente, que inicia sus deliberaciones el 15 de agosto de 1870. El 31 del mismo mes, la Convención disuelve el Triunvirato y elige Presidente Provisional al Dr. Facundo Machaín, quien el mismo día es derrocado y sustituido por Cirilo Antonio Rivarola, mediante un complot dirigido por Cándido Bareiro.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">El 25 de noviembre se jura la Constitución y la Asamblea Nacional Constituyente, designa a Cirilo Antonio Rivarola la misión de gobernar bajo el imperio de la nueva Carta Magna.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Dura en el gobierno hasta el 18 de diciembre de 1871 y le suceden después:</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">SALVADOR JOVELLANOS<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>- 18/XII/71 al 25/XI/74</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">JUAN BAUTISTA GILL - 25/XII/74 al 12/IV/77, asesinado en plena vía pública. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">HIGINIO URIARTE<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>- 12/V /1877 al 25/XII/78</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">CÁNDIDO BAREIRO - 25/X1/78 al 4/IX/80 </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">BERNARDINO CABALLERO - Pres. Prov. 4/IX/80 al 25/ XI/82</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">BERNARDINO CABALLERO - Pres. electo 25/XI/82 al 86</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">GRAL. PATRICIO ESCOBAR - 25/X1/86 al 1990</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">JUAN B. GONZÁLEZ - 25/X1/90 al 9/VI/93</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">MARCOS MORINIGO - Vice Pte. 9/VI/83 al 25/ XI/84</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">JUAN B. EGUSQUIZA - 25/XI/94 al 25/XI/98</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">EMILIO ACEVAL - 25/XI/98 al 9/I/902</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">ANDRÉS HECTOR CARVALLO - Vice Pte. 9/I/902 al 25/ XI/902</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">JUAN A. ESCURRA<span style="mso-tab-count: 1;"> </span>- 25/X1/902 al 19/XII/904, derrocado por la revolución </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">JUAN B. GAONA - 19/XII/904 al 9/XII/905</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">CECILIO BÁEZ - 9/XII/905 al 25/XI/906</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">BENIGNO FERREIRA - 25/XI/906 al 4/VII/908</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">El 2 de julio de 1908, estalla un sangriento movimiento militar, encabezado por el entonces Mayor Albino Jara, provoca la renuncia del Pte. Benigno Ferreira instalándose el gobierno de Emiliano González Nave ro, que durará del 4 de julio de 1908 al 25 de noviembre de 1910. Es electo Manuel Gondra, asume el 25 de noviembre de 1910 y gobierna hasta el 17 de enero de 1911 cuando lo derroca un golpe de estado que lleva a la presidencia al ahora CNEL. ALBINO JARA, DEL 17 de enero de 1911 al 5 de julio de 1911, durante el breve y agitado gobierno de Jara es preso y fusilado Adolfo Riquelme, cuyo cadáver desaparece. Estamos ya instalados en el tiempo histórico del libro...</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Desde los archivos del FOERING OFFICE y las columnas de la prensa Anglo-Americana de la época, Juan Carlos Herken abre una amplia ventana por donde entra luz para comprender la raíz de algunos hechos del conflictivo acontecer de los aòos que corren entre 1908 y 1915.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: cyan;"><strong>NOTAS</strong></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(1) No obsta a ello el renovado interés recientemente demostrado por algunos sectores.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(2) Ver en el apéndice la reproducción completa.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(3) Josefina Plá, "Los Británicos en el Paraguay" ARTE NUEVO. 1984.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(4) "La cuestión ferrocarrilera en el Congreso Nacional". H. KRAUS. 1907. 682 pp. Sesión del 18 de julio de 1907. pág. 340. Discurso del Senador Lara Castro.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(5) Idem. Pág. 375. Dr. Cecilío Báez.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(6) Idem. Pág. 385. Sen. Cardús Huerta.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(7) Balances Comerciales de la Compaòía. Ver Apéndice documentario.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(8) Álbum Gráfico del Paraguay (1911). Edición Original.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(9) A Estrada do Ferro Brasil-Paraguay. Ver apéndice documentario.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">(10) Josefina Plá. Obra citada idem 3.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;"><span style="background-color: orange;"></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: lime;">PREFACIO</span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Entre 1910 y 1912 el Paraguay atravesó una etapa de aguda inestabilidad política. Los resultados de estas luchas intestinas entre paraguayos fueron más allá de los miles de muertos y heridos dispersos en casi todas las zonas del país. Los liberales consolidaron su dominio político del estado, obtenido en 1904, y se mantuvieron en el poder hasta 1940, salvo el interregno de 1936-37. Paralelamente, el desenlace ulterior de estos eventos explica en gran parte las características de la estructura económica del Paraguay hasta comienzos de la segunda mitad de este siglo.. La interpretación tradicional de las conflagraciones civiles entre 1910 y 1912 ha puesto el acento sobre rivalidades inter e intrapartidarias y, en ocasiones, sobre los intereses geopolíticos de Argentina y Brasil. Un conjunto respetable de documentación diplomática británica inédita, así como otras fuentes norteamericanas y europeas, permite ahora reconstruir esa etapa crucial de la historia moderna del Paraguay con una perspectiva diferente y más profunda. La conclusión que emerge de esta reconstrucción es que, por debajo de la trama tradicional de conflictos entre caudillos y grupos políticos, existió una conspiración de profundas ramificaciones internacionales y ligada a poderosos intereses comerciales y financieros. El presente trabajo no tiene la intención de juzgar moralmente a aquellos políticos nacionales que estuvieron envueltos, de una u otra manera, en este proceso. Pero al mismo tiempo, la desmitificación de la visión histórica consuetudinaria es un requisito fundamental para comprender el pasado y el presente. Si la destrucción de los mitos es un proceso doloroso, no menos doloroso -y más peligroso- es la glorificación de los mismos.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">Londres, marzo de 1983.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;"></span><br />
<div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;"><span style="color: lime;"><strong>BIBLIOGRAFÍA BÁSICA</strong></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. ARAMAYO ÁVILA, C. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Ferrocarriles Bolivianos: Pasado-Presente-Futuro.</b> La Paz, 1959.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. BORGHT, Richard van der.<b style="mso-bidi-font-weight: normal;"> Das Wirtschaftsleben Südamerikas, insbesondere in seinem Beziehungen zu DeutschIand</b>. Cöthen, 1919. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. BRADY, George S. y LONG, <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">W. R. Railways of South America.</b> </span><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Washington, 3. Vol. 1916-1920.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. BRAY , Arturo. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Armas y Letras.</b> Vol. 1. Asunción, 1981. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. </span><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">DIRECTORY OF RAILWAYS OFFICIALS. London. 1905-19201. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. DUNCAN, J. S. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Public and prívate operations of railways in Brazil</b>. </span><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">New York, 1932.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. FREIRE ESTEVEZ, G. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Historia contemporánea del Paraguay</b>. 1870-1920. Asunción, 1921.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. GAULD, Charles A. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">The Last Titan: Percival Farquhar. American Entrepreneur in Latin America.</b> Stanford, 1964.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. GONZÁLEZ, Teodosio. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Infortunios del Paraguay. </b></span><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">Buenos Aires, 1931. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. HALSEY, F.M. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Investments in Latin America,</b> Washington, 1918. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. HANSON, Simon G. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">The Farquhar Syndicate in South America. Hispanic America Historical Review, </b>August, 1937.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. HERKEN KRAUER, J.C. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">El Paraguay Rural entre 1869 y 1913</b>. Centro Paraguayo de Estudios Sociológicos, Asunción, 1984. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">---------------- <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La revolución liberal de 1904 en el Paraguay: El trasfondo socio-económico y la perspectiva británica.</b> Revista Paraguaya de Sociología, 56, 1983.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">----------------- <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Ferrocarril, Política y Economía en el Paraguay: el acuerdo de 1907 entre PCRC y el estado paraguayo.</b> Ibero Amerikanisches Archiv, Berlín, 1983.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. IRALA, Antolín. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Negociaciones Paraguayo-Argentinas. Sus antecedentes</b>. Asunción, 1912.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. JAEGLI, A. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Albino Jara: un varón meteórico.</b> Buenos Aires, 1963. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. KILLIK, S.H.M. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Manual of Argentine Railways.</b> </span><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">London [1908-191</span><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">4]. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. KLEIN, H.S. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Parties and Political Change in Bolivia (1880-1952). </b></span><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">Cambridge, 1964.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. LUFFT, A.A.L. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Die nordamerikanische Interesse in Südamerika vor dem Krieg</b>. Jena, 1916.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. LA CUESTIÓN FERROCARRILERA EN EL CONGRESO NACIONAL. Debates Parlamentarios referentes a la aprobación del Contrato entre el Estado Paraguayo y la Paraguay Central Railway Company, 1906/1907. 682 pp. Talleres H. Kraus. 1907.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. PASTORE, Carlos. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">La lucha por la tierra en el Paraguay.</b> </span><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">Montevideo, 1972.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. RAILWAY YEAR-BOOK. London, [1898-1932].</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. RIPPY, J.F. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">German Investments in Latin America</b>, Journal of Business of the University of Chicago, XXI, 65, 1948.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">-------. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">French investments in Latin America.</b> Inter American Economic Affairs, V. 2., Autumn, 1948.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">-------. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">British Investments in Latin America</b>. </span><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">1882-1949. Minneapolis, 1959.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. SCALABRINI ORTIZ, R. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Historia de los ferrocarriles argentinos.</b> Buenos Aires, 1957.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. SCHURZ, W.L. Paraguay<b style="mso-bidi-font-weight: normal;">. A commercial Handbo</b></span><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">ok. </span></b><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">Washington, 1920. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. THE SOUTH AMERICAN YEARBOOK. </span><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">London, 1913, 1915.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-size: 12pt; mso-no-proof: no;">*. VITTONE, L. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Dos siglos de política nacional</b>. Asunción, 1975. </span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. WARREN, H.G. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">The Paraguay Central-Railway. 1856-1889; 1889-1907.</b> Inter American Economic Affairs; 20, Spring, 1967; 21, Summer, 1967.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">---------. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">The Paraguayan Revolution of 1904.</b> The Americas, XXXVI, January, 1980.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">---------. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Brazil and the Cavalcanti Coup of 1894 in Paraguay</b>. Luzo-Brazilian Review, 1982, XIX.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span lang="EN-US" style="font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US; mso-no-proof: no;">*. WRIGHT, W. <b style="mso-bidi-font-weight: normal;">Foreign awned railways in Argentina. A case study in economic nationalism. </b>Business History Review, 41, 1967.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong>Visite la </strong><a href="http://www.portalguarani.com/letras_paraguay.php" target="_blank"><span style="color: red;"><strong>GALERÍA DE LETRAS</strong></span></a><br />
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<strong>Amplio resumen de autores y obras<br />
de la Literatura Paraguaya.<br />
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.</strong></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-61021990435748528462010-10-11T08:04:00.000-07:002010-10-11T08:10:04.789-07:00JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA - CARLOS ANTONIO LÓPEZ. OBRERO MÁXIMO. LABOR ADMINISTRATIVA Y CONSTRUCTIVA. / Edición digital: BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYE7psh8PXa5Lb9tGpFGENc5rc4-SuivKgP7kAEQzQZCt1oYfYfn6RPAEWqaIiP19qixyGJyQSTVwUv8_o0Q30g-KOsy3LwMw75vmQN07azoraVGfvEYGPBC32djnVRW6v7_XL_QsjNRg/s1600/juan+perez+acosta+carlos+antonio+lopez+obrero+tapa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ex="true" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYE7psh8PXa5Lb9tGpFGENc5rc4-SuivKgP7kAEQzQZCt1oYfYfn6RPAEWqaIiP19qixyGJyQSTVwUv8_o0Q30g-KOsy3LwMw75vmQN07azoraVGfvEYGPBC32djnVRW6v7_XL_QsjNRg/s400/juan+perez+acosta+carlos+antonio+lopez+obrero+tapa.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>CARLOS ANTONIO LÓPEZ. </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>OBRERO MÁXIMO. </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><strong><i><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">LABOR ADMINISTRATIVA</span></i><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"> <i>Y CONSTRUCTIVA</i>. </span></strong></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Obra de </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1677"><span style="color: red;">JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA</span></a></strong></span></div><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"></span><br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Edición digital a cargo de </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/detalles_museos.php?id=29"><span style="color: red;">BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY</span></a> </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>sobre la base de la edición 1948 de </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>EDITORIAL GUARANIA </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>ASUNCIÓN-PARAGUAY.</strong></span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Teniendo en cuenta el carácter educativo de esta versión digital y a fin de no sumar confusión se ha actualizado gran parte de la ortografía y eliminado las abreviaturas en las notas. Sin embargo, se ha respetado la sintaxis, la gramática, las mayúsculas, la grafía guaraní y la toponimia utilizada. (Nota de la Ed. Digital).</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>Enlaces a la edición digital en la BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY:</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><a href="http://www.blogger.com/goog_1536322663"><span style="color: red;"><strong>INDICE - </strong></span></a></span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/indice.pdf"><span style="color: red;"><strong>VER EL SUMARIO</strong></span></a> , </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">DOS PALABRAS <span style="color: #f3f3f3;">por JUAN F. PÉREZ ACOSTA</span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>PRIMERA PARTE - DEFENSA NACIONAL</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO I <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_01.pdf"><span style="color: red;"><strong>INDUSTRIAS VARIAS</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO II <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_02.pdf"><span style="color: red;"><strong>ADQUISICIONES DIVERSAS</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO III <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_03.pdf"><span style="color: red;"><strong>FUNDICIÓN DE YBYCUI</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO IV <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_04.pdf"><span style="color: red;"><strong>ARSENAL Y ASTILLERO</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO V <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_05.pdf"><span style="color: red;"><strong>FERROCARRIL</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO VI <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_06.pdf"><span style="color: red;"><strong>TELÉGRAFO</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO VII <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_07.pdf"><span style="color: red;"><strong>SANIDAD MILITAR</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO VIII <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_08.pdf"><span style="color: red;"><strong>MARINA DE GUERRA Y MERCANTE</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO IX <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_09.pdf"><span style="color: red;"><strong>VIAJES DEL “TACUARI”</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO X <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_10.pdf"><span style="color: red;"><strong>MARINA MERCANTE PRIVADA</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XI <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_11.pdf"><span style="color: red;"><strong>ESTUDIANTES A EUROPA</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>SEGUNDA PARTE - EPISODIOS</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XII <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_12.pdf"><span style="color: red;"><strong>EL CONFLICTO DE 1855</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XIII <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_13.pdf"><span style="color: red;"><strong>ANTE LA VISITA DE URQUIZA</strong></span></a>.</span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XIV <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_14.pdf"><span style="color: red;"><strong>CORRESPONDENCIA RESERVADA</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XV <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_15.pdf"><span style="color: red;"><strong>BOCETOS</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>TERCERA PARTE - ENSEÑANZA - RELIGIÓN</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XVI <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_16.pdf"><span style="color: red;"><strong>ENSEÑANZA PRIMARIA</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XVII <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_17.pdf"><span style="color: red;"><strong>ENSEÑANZA</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XVIII <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_18.pdf"><span style="color: red;"><strong>PRENSA - LIBROS - TEATRO</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XIX <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_19.pdf"><span style="color: red;"><strong>EL EPISCOPADO</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XX <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_20.pdf"><span style="color: red;"><strong>EL VIEJO CLERO - TEMPLOS</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CAPITULO XXI <span style="color: black;">- <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/perez_cal_21.pdf"><span style="color: red;"><strong>CRÓNICAS Y PASTORALES</strong></span></a></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE - <a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/apendice.pdf"><span style="color: red;"><strong>NUESTROS MONUMENTOS</strong></span></a></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>REGISTROS AGRÍCOLAS (EN IMÁGENES)</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">1. BENEFICIADORES DE YERBA MATE</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">2. BENEFICIADORES DE YERBA MATE</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">3. BENEFICIADORES DE YERBA MATE</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. BENEFICIADORES - RESUMEN</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. PRODUCTOS AGRÍCOLAS VARIOS</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. ALGODÓN</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>ENLACE PARA ACCEDER A LAS IMÁGENES:</strong></span> <span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><a href="http://www.blogger.com/goog_1536322663"><span style="color: red;"><strong>INDICE - </strong></span></a></span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/perez_ca_lopez/indice.pdf"><span style="color: red;"><strong>VER EL SUMARIO</strong></span></a> , </span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>MAGISTERIO Y PRENSA :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CARLOS ANTONIO LÓPEZ<span style="color: black;"> / </span>JUAN PEDRO ESCALADA<span style="color: black;"> / </span>NATALICIO DE MARÍA TALAVERA<span style="color: black;"> / </span>JUAN CRISÓSTOMO CENTURIÓN<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>TELÉGRAFO :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">ROBERTO VON FISCHER TREUENFELDT<span style="color: black;"> / </span>SATURIO RÍOS<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>ARQUITECTURA :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">ARQ. ALEJANDRO RAVIZZA<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>ASTILLERO :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">ANDRÉS SCALA<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>FUNDICIÓN DE YBYCUI :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">EDUARDO MISCH<span style="color: black;"> / </span>GRAL. ELIZARDO AQUINO<span style="color: black;"> / </span>VISTA GENERAL<span style="color: black;"> / </span>CROQUIS<span style="color: black;"> / </span>CAÑÓN CRISTIANO.<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>ASTILLERO Y ARSENAL :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">ANDRÉS SCALA<span style="color: black;"> / </span>GRUPO DE TÉCNICOS INGLESES<span style="color: black;"> / </span>CHARLES HENRY THOMPSON<span style="color: black;"> / </span>MAPA ARSENAL Y DEFENSAS<span style="color: black;"> / </span>VISTA DEL ARSENAL<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>FERROCARRIL :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">WILLIAM WEELWRIGHT<span style="color: black;"> / </span>PRIMERAS LOCOMOTORAS<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>INFANTERÍA – INGENIERÍA :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">GRAL. FRANCISCO S. LÓPEZ<span style="color: black;"> / </span>CNEL. JEORGE THOMPSON<span style="color: black;"> / </span>MAYOR SEBASTIÁN BULLO<span style="color: black;"> / </span>CNEL. ING. FRANCISCO WISNER DE<span style="color: black;"> </span>MORGESTERN<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>MARINOS :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">PEDRO IGNACIO MEZA<span style="color: black;"> / </span>AMÉRICO BENÍTEZ<span style="color: black;"> / </span>GEORGE FRANCIS MORICE<span style="color: black;"> / </span>CTÁN. DE FRAG. REMIGIO CABRAL<span style="color: black;"> / </span>CTÁN. DE NAV. MANUEL A. ORTÍZ<span style="color: black;"> / </span>TTE. ANDRÉS HERRERO<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>ARTILLERÍA :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CNEL. JOSÉ MARÍA BRUGUEZ<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>SANIDAD MILITAR :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">DR. </span><span lang="EN-US" style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-ansi-language: EN-US;">JEORGE P. BARTON<span style="color: black;"> / </span>DR. FREDERIC SKINER<span style="color: black;"> / </span>DR. </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">JUAN FOX<span style="color: black;"> / </span>DR. GUILLERMO STEWART<span style="color: black;"> / </span>GEORGE MASTERMAN (FARMAC.)<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>POLÍTICO - <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>DIPLOMÁTICOS :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">DR. JUAN ANDRÉS GELLY<span style="color: black;"> / </span>CÁNDIDO BAREIRO<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>CLERO :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">MONS. GREGORIO URBIETA<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="color: black; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>OBRAS CIVILES Y TEMPLOS :</strong></span> </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">CASA DE GOBIERNO<span style="color: black;"> / </span>TEATRO<span style="color: black;"> / </span>ESTACIÓN “SAN FRANCISCO”<span style="color: black;"> / </span>CATEDRAL DE ASUNCIÓN<span style="color: black;"> / </span>TEMPLO DE LA ENCARNACIÓN<span style="color: black;"> / </span>TEMPLO DE SAN ROQUE<span style="color: black;"> / </span>TEMPLO DE TRINIDAD<span style="color: black;"> / </span>TEMPLO DE LA RECOLETA<span style="color: black;"> / </span>PALACIO DE F. S. LÓPEZ (SUR)<span style="color: black;"> / </span>PALACIO DE F. S. LÓPEZ (NORTE)<span style="color: black;"> / </span>ORATORIO<span style="color: black;"></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;"><b><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;">DOS PALABRAS</span></span></b></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Para que estas breves líneas, que van a guisa de prólogo, sean también una verdad, como la que se ha procurado que prevalezca en esta obra, ellas se limitan a decir dos cosas:</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">1º. Este trabajo no tiene pretensión biográfica alguna. Desde luego, la figura del primer presidente paraguayo es ampliamente conocida, dentro y fuera del país, a través de un gran número de publicaciones, nacionales y extranjeras, aparecidas algunas en nuestros mismos días, sea en forma de libros o de artículos, que se han ocupado, incluso en Europa, de su personalidad como gobernante, como estadista, internacionalista, hombre de cátedra o de prensa. Una nueva exposición sobre este aspecto fuera excusada repetición de juicios o de cosas bien sabidas. Por ello estos apuntes se contraen de preferencia a recalcar documentalmente su .labor administrativa y constructiva., según reza el título, labor ciclópea que, por lo general, sólo ha sido tratada en forma esporádica y deficiente y a grandes rasgos en rápida mención de los más salientes.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">2º. Esta compilación es fruto de la investigación personal del autor, reforzada con citas justificativas complementarias. Ellas fueron iniciadas, en su mayor parte, en el transcurso de los años 1922 y siguientes, y como colaboraciones de prensa o en revistas han visto la luz en forma fragmentaria y dispersa. No tienen otra autoridad que la que emana de la documentación compulsada en los archivos, hecha con espíritu ecuánime e imparcial, como el que debe presidir todo trabajo de este género, si aspira a ser una contribución útil al mejor o más completo conocimiento de tan excepcional período de la historia patria.</span></div><div class="MsoNormal" style="line-height: normal; margin: 0cm 0cm 0pt; mso-layout-grid-align: none; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Se publica este libro por gentileza de la ilustrada Dirección de la “Editorial Guarania”, la que años atrás encomendó al autor la ordenación metódica de dicho material, en el compartido propósito de que pudiera constituir un homenaje más en el Centenario de la Primera Presidencia del Paraguay.</span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; line-height: 115%;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1677"><span style="color: red;">JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA</span></a></strong></span></span></div><div class="MsoNormal" style="margin: 0cm 0cm 10pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>JUAN FRANCISCO PÉREZ ACOSTA (Cerro León, Pirayú, 1873- ? ),</strong></span> fue uno de los más laboriosos, abnegados y fervorosos obreros de la cultura paraguaya. Se matriculó en el Colegio Nacional de la Asunción. Trabajó como taquígrafo en los agitados debates parlamentarios de aquel tiempo. Más tarde ocupó diversos cargos en la administración pública. Sucedió a Manuel Gondra en la secretaría general de la Universidad Nacional, en 1903; en 1905 fue director general de la Oficina de Estadística y, luego, juez en lo civil; en 1908 desempeñó la jefatura de la policía de la capital, y, poco después, la dirección general de Correos y Telégrafos. Asistió a innumerables congresos internacionales científicos, geográficos o políticos, oficiando de compilador y redactor. La Universidad Nacional le expidió diploma de honor, en reconocimiento de su labor. Fundó el renombrado “Instituto Paraguayo”. En el periodismo, su actuación se inició en 1891, en La Democracia, El Independiente y otros periódicos de esa época. Tuvo parte en la fundación de El Diario, en 1904, y de El Liberal, en 1913. Fue director de El Orden, desde 1923 hasta 1930. En ellos publicó gran número de artículos y colaboraciones. De 1903 a 1905 dirigió también los Anales de la Universidad Nacional. Desde 1940 fue director del Boletín mensual informativo de la Cámara de Comercio Argentino-Paraguaya. Investigador paciente, abnegado y prolijo, la mayor parte de su vida pasó hojeando infolios y antiguas ediciones. La personalidad del dictador Francia inquietó su espíritu, deseoso siempre de saber y averiguar. Publicó valiosos documentos inéditos referentes al magro solitario de Ybyray. En este afán, su obra sólo es comparable, y quizás sea superior, a las de Manuel Domínguez, Fulgencio R. Moreno y Blas Manuel Garay. Entre los trabajos publicados de Pérez Acosta citaremos: El Dr. Francia y la influencia de Córdoba; La Época del Dr. Francia: su política exterior e interior; El Doctor Francia y la música; Las viejas maestranzas; El Doctor Francia, el Cabildo y los Congresos – artículos son éstos aparecidos en diversos periódicos –; Francia y Bonpland; Gaspar Rodríguez de Francia y Pedro Ferré; Los Archivos de la Asunción del Paraguay; Repercusión en el Paraguay de las invasiones inglesas; Los Contingentes paraguayos de 1806 y 1807 (complemento del anterior); Una gestión de Pedro de Ángelis en el Paraguay; Quinta columna en Buenos Aires y Asunción (1811 y 1812); Sus peligrosas actividades, López y Rosas; Relaciones iniciales (1842-1844); Los auxilios del Paraguay y su consiguiente empobrecimiento; Prolegómenos de la revolución de Mayo; Paraguarí y Tacuarí; Himno Nacional Su letra y su música; Fechas y emblemas patrios del Paraguay; Vieja fraternidad. Argentina-Paraguay; La conducta de Bolivia a la luz de las “reversales”; Reforma de la enseñanza secundaria (en colaboración con Pedro Bruno Guggiari); La instrucción pública en el Paraguay; El Paraguay y América (estos dos resúmenes para el Congreso Científico de Washington); Colaboración en el libro Paraguayans of today (biografías de paraguayos contemporáneos); Homenaje a Juan Manuel Sosa Escalada; memorias diversas y otras colaboraciones. En Carlos Antonio López, obrero máximo se hace mención de unos 378 técnicos que actuaron en el Arsenal y Astillero, Fundición, Marina nacional, Ferrocarril, Telégrafo, Sanidad militar y otros ramos, de los que 231 eran extranjeros contratados y 147 hijos del país, que hicieren su aprendizaje en Europa o al lado de aquéllos. Se da la nómina de 307 barcos de diverso tonelaje que estuvieron al servicio del país o lo visitaron en distintas misiones (241 de matrícula extranjera y 66 nacional) y la lista de 306 navegantes de la marina de cabotaje (233 extranjeros y 73 nacionales). En las secciones dedicadas a la cultura y religión se da noticia de 149 miembros del magisterio (126 nacionales y 173 del clero (148 nacionales).</span></div><br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Enlace recomendado</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/detalles_museos.php?id=29"><span style="color: red;">BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY</span></a> </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>en <a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;">www.portalguarani.com</span></a> </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><br />
</div><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong></strong></span><br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><strong>Visite la </strong><a href="http://www.portalguarani.com/letras_paraguay.php" target="_blank"><span style="color: red;"><strong>GALERÍA DE LETRAS</strong></span></a><br />
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<strong>Amplio resumen de autores y obras<br />
de la Literatura Paraguaya.<br />
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.</strong></div><br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">(Enlace a datos biográficos y obras</span><br />
en la GALERÍA DE LETRAS del</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;"><strong>www.portalguarani.com</strong></span></a><strong> )</strong></span></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-89138085961957625052010-10-08T15:29:00.000-07:002010-10-08T15:32:21.201-07:00MARTÍN DOBRIZHOFFER - HISTORIA DE LOS ABIPONES - VOLUMEN II / EDICIÓN DIGITAL: BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY.<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqqSqxHlIUtrjosImsnIyTe0qGpTsm8WS13DzvJMbTY7kCDXgyfWP3H2gZoAwfVK_7E3bshw6HF42IVglAekYEgTAUemuQyfO32grY2aeQRf2hC46LkY_NYMSmIkSKo81UywLUChn7HOo/s1600/martin+dobrizhoffer+historia+de+los+abipones+II+tp.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ex="true" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiqqSqxHlIUtrjosImsnIyTe0qGpTsm8WS13DzvJMbTY7kCDXgyfWP3H2gZoAwfVK_7E3bshw6HF42IVglAekYEgTAUemuQyfO32grY2aeQRf2hC46LkY_NYMSmIkSKo81UywLUChn7HOo/s400/martin+dobrizhoffer+historia+de+los+abipones+II+tp.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>HISTORIA DE LOS ABIPONES - VOLUMEN II</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Padre <a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=1673"><span style="color: red;">MARTÍN DOBRIZHOFFER</span></a>,</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">(Enlace a datos biográficos y obras</span><br />
en la GALERÍA DE LETRAS del</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;"><strong>www.portalguarani.com</strong></span></a><strong> )</strong></span><br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Traducción de la Profesora CLARA VEDOYA DE GUILLÉN</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>UNIVERSIDAD NACIONAL DEL NORDESTE</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>FACULTAD DE HUMANIDADES</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>DEPARTAMENTO DE HISTORIA</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>RESISTENCIA (CHACO) – 1968.</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
<strong>EDICIÓN DIGITAL: BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY ( </strong><a href="http://www.bvp.org.py/"><strong><span style="color: red;">www.bvp.org.py</span></strong></a><strong> )</strong></div><br />
<span style="font-family: Verdana;"></span><br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><span style="color: lime;"><strong>HIPERVINCULOS </strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/dobrizhoffer2/dob2_1_13.htm"><span style="color: blue;"><strong><span style="color: red;">Capítulos del I al XIII</span></strong></span></a><strong> - (268 kb.)</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/dobrizhoffer2/dob2_14_25.htm"><span style="color: blue;"><strong><span style="color: red;">Capítulos del XIV al XXV</span></strong></span></a><strong> - (294 kb.)</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/dobrizhoffer2/dob2_26_34.htm"><span style="color: blue;"><strong><span style="color: red;">Capítulos del XXVI al XXXIV</span></strong></span></a><strong> - (268 kb.)</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/dobrizhoffer2/dob2_35_45.htm"><span style="color: blue;"><strong><span style="color: red;">Capítulos del XXXV al XLV</span></strong></span></a><strong> - (233 kb.)</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/dobrizhoffer2/dob2_ind2.htm"><span style="color: blue;"><strong><span style="color: red;">Índices Onomástico, Toponímico y De voces indígenas.</span></strong></span></a><strong> - (124 kb.)</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><strong><span style="color: lime;">VOLUMEN II</span></strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/dobrizhoffer2/advertencia.htm"><span style="color: blue;"><strong><span style="color: red;">Advertencia</span></strong></span></a><strong><span style="color: red;"> </span></strong><a href="http://www.bvp.org.py/biblio_htm/dobrizhoffer2/advertencia.htm"><span style="color: blue;"><strong><span style="color: red;">de la Edición Digital sobre la grafía</span></strong></span></a><strong><span style="color: red;">.</span></strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo I - El territorio de los abipones, su origen y sus diversos nombres.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo II - Sobre el color nativo de los americanos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo III - Sobre la forma de los abipones y la conformación de su cuerpo.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo IV - De las deformaciones hereditarias y comunes.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo V - De los labios y las orejas perforadas de los bárbaros.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo VI - Sobre la firmeza y vivacidad de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo VII - ¿Por qué los abipones son tan sanos y vivaces?</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo VIII - Sobre la religión de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo IX - Sobre los magos de los abipones, los hechiceros y los ancianos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo X - Conjeturas sobre por qué los abipones tienen al mal espíritu por abuelo suyo y a las Pléyades por su imagen.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XI - Sobre la división del pueblo abipón, su escasez y la principal causa de ello.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XII - Sobre los magistrados de los abipones, capitanes, caciques y régimen de gobierno.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XIII - Sobre el modo de vida de los abipones y otros asuntos económicos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XIV - Sobre la forma y material de los vestidos, y la fabricación de los demás utensilios.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XV - Sobre los usos y costumbres de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XVI - Sobre la lengua de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XVII - Sobre otras propiedades de la lengua abipona.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XVIII - Distintos tipos de lenguas americanas.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XIX - Sobre las nupcias de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XX - Sobre el matrimonio de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXI - Las cosas más notables del parto de las mujeres abiponas.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXII - Juegos genetlíacos por el nacimiento de un hijo varón del cacique.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXIII - Sobre las enfermedades, los médicos y las medicinas de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXIV - Sobre cierta enfermedad peculiar a los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXV - Sobre las viruelas, el sarampión y la peste de los ganados.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXVI - Sobre los médicos y los medicamentos de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXVII - Sobre los ritos que acompañan y siguen a la muerte de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXVIII - Sobre el luto, las exequias y las ceremonias fúnebres de los abipones</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXIX - Sobre solemne traslado de los huesos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXX - Sobre las serpientes más conocidas.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXI - Más cosas sobre el mismo tema y acerca de otros insectos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXII - Sobre los remedios contra las picaduras venenosas de los insectos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXIII - Sobre otros insectos dañinos y sus remedios.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXIV - Continuación del mismo tema sobre los insectos</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXV - Sobre el ingenio militar de los abipones</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXVI - Sobre las armas de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXVII - Sobre los espías y consejos bélicos de los abipones.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXVIII - Sobre la partida y travesía hasta el enemigo y sobre los campamentos de los abipones</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XXXIX - Sobre el ataque y las actividades que lo preceden.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XL - De qué modo los abipones se hacen temibles, y cuando en verdad habría que temerlos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XLI - Algunos soldados españoles vendrían de nombre a Paracuaria.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XLII - Alguna suerte de sacrificios entre los abipones vencedores.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XLIII - Sobre las armas de los abipones y la manera de atacar cuando luchan con otros bárbaros.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;"><span style="font-family: inherit;">Capítulo</span> XLIV - Sobre los aniversarios de las victorias y los ritos de los brindis públicos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-language: ES;">Capítulo XLV - Sobre los ritos de los abipones cuando se consagran a alguien merecedor de honra militar o se proclama a un cacique.</span></div><br />
<div style="text-align: center;"><strong></strong><br />
<div><div style="text-align: center;"><br />
</div></div></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>SÍNTESIS :</strong></span> La publicación de la traducción castellana de estos relevantes tres tomos, que recoge un tesoro de información sobre la vida, la lengua y la historia de los abipones, se debe al esfuerzo de la Universidad del Nordeste - Resistencia, y complementa otros títulos sobre la historia del Gran Chaco. Las crónicas de Dobrizhoffer han inspirado a Robert Southey a escribir el poema “A Tale of Paraguay”, publicado en Londres en 1826. El poema consta de cuatro cantos, con un total de 224 estrofas de nueve versos. Anota Efraím Cardozo: "comprende todas las facetas del complejo cultural abipón; se adentra en su psicología, escarba sus orígenes étnicos, analiza su organización familiar, sus juegos, vestimenta, bebidas, higiene, y se asoma al mundo de las hechicerías y supersticiones". Lafone Quevedo escribió a su vez: "Confieso que Dobrizhoffer me ha dejado enamorado de los abipones, ni quiero preguntar si es cierto todo lo que dice, y como los abipones son los primeros indios que van desapareciendo, prefiero suponer que por mejores les sucederá así". Sin ser una novela, ni mucho menos, tiene todo el atractivo de la novela: y a pesar de estar escrito en un latín rústico y de sacristía, lleno de cláusulas pedregosas y de párrafos expresados a la alemana, subyuga al lector y no le deja abandonar la lectura, una vez comenzada. Martín Dobrizhoffer nació en Friedberg, Alemania Occidental en 1718. Había terminado los estudios humanísticos a los 18 años cuando ingresó en la Compañía de Jesús, en octubre de 1736. En Viena estudió lógica o primer año de filosofía, y acabado el trienio en este estudio, fue destinado al Colegio de Linz, donde enseñó latín y griego, en los cursos inferiores. Al año, fue destinado al Colegio de Steyer, y, durante medio año, fue profesor de sintaxis latina, y durante la otra mitad del curso, enseñó también retórica. En 1747 y 1748 le hallamos en Gratz, cursando teología, y como ayudante del director de la Congregación Mariana de los estudiantes mayores, cuando, a su pedido y en vísperas de su ordenación, fue destinado al Río de la Plata. Hombre de buenas fuerzas físicas, reservado, de buen criterio y espíritu, nos dicen que era apto para enseñar y para gobernar. Esas dotes lo hicieron elegible para misionero entre infieles. No llegó a ser lo que él había deseado y lo que de él esperaban sus superiores, aunque haya sido un hombre heroico, un varón santo y un gran historiador, etnógrafo y filólogo. Durante dos años estuvo con Brigniel en el pueblo de San Jerónimo, y allí aprendió el abipón y el medio de doblegar a los belicosos indios abipones. Destinado a la reducción de San Fernando, ubicada donde en la actualidad se halla la ciudad de Resistencia, capital de la provincia del Chaco, subió Dobrizhoffer desde lo que es ahora Reconquista, por río a su nuevo destino. También se encontró allí con otro alemán de la pasta de Brigniel, el P. José Klein. "Lo que trabajó y sufrió durante unos veinte años, asevera Dobrizhoffer acerca de Klein, es cosa más fácil de ser imaginada que de ser escrita. Pudo vencer todos los peligros y miserias, despreciando los primeros con gran valentía y sufriendo las postreras con indecible paciencia. Gracias a los subsidios, que anualmente recibía de los indios de las Reducciones Guaraniticas, pudo establecer una magnífica estancia sobre la costa opuesta del Paraná. Con los productos de la misma se alimentaba y vestía toda la población" "El pueblo estaba rodeado de esteros, lagunas y bosques demasiados cercanos; el aire era ardiente de día, y de noche; la casa del misionero era tal que no tenía ventana alguna, aunque sí dos puertas y con un techo de palmas, tan mal hecho, que llovía adentro igualmente que afuera. El agua potable se sacaba de una zanja vecina donde todos los animales bebían y a donde iban a parar no pocas basuras del pueblo." "Mi mal comenzó por no poder dormir, a causa de los mosquitos. Me levantaba de noche, me ponía a caminar de un extremo a otro del patio. Así no dormía, y tampoco podía comer. Me puse tan delgado y pálido que parecía un esqueleto, revestido de piel. Se opinaba que no viviría yo sino dos o tres meses más, pero el Provincial me salvó la vida, enviándome a las tranquilas y encantadoras Reducciones Guaraníticas". Una vez restablecido, se le destinó a la nueva reducción de indios Itatines y Tobas, llamada San Joaquín de Tarumá (entre los ríos Monday y Acaray), al este de la Asunción, donde actuó durante seis años. La reducción, aunque distante como cuarenta leguas al norte de los pueblos de Guaraníes, era un oasis, en comparación con los turbulentos pueblos de Abipones. En 1763, cuando ya existían las reducciones abiponas de Concepción, San Jerónimo y San Fernando, se fundó una cuarta mucho más al norte, sobre el río Paraguay y en lo que es ahora la Provincia de Formosa. Una parcialidad de Abipones, cansados de sus guerras contra los españoles, y contra los guaraníes de las Reducciones, enviaron a tres delegados para pedir al Gobernador de la Asunción que les formara pueblo y diera misioneros. José Martínez Fontes, que era Gobernador a la sazón, acogió el plan con entusiasmo y sobre todo el comandante Fulgencio Yegros aplaudió y apoyó la idea. Esta reducción se llamó de San Carlos, o del Timbó, o del Rosario, que con los tres apelativos fue conocida. Allí se asentó Dobrizhoffer, en aquella soledad, rodeado de salvajes y de fieras, "confiando tan solo en la protección de Dios", y con algunos presos paraguayos que le habían acompañado desde la Asunción, obligados a trabajar en la construcción de la iglesia y casas. A fines del año 1765, como queda dicho, o a principios del siguiente, volvió Dobrizhoffer a la reducción de indios Itatines, denominada de San Joaquín, donde había estado años antes y asumió el gobierno de la misma "Entre éstos neófitos Itatinguas del pueblo de San Joaquín pasé primero seis años y después otros dos (1765-1767) no sin placer y contentamiento de mi parte". Las tribulaciones sufridas en el Timbó, y los sucesos adversos de 1767-1768 (expulsión de la Compañía), le postraron en el lecho, e impidieron embarcarse con los otros 150 jesuitas. A fines de marzo del año 1768 pudo Dobrizhoffer unirse, a bordo de la fragata La Esmeralda, con sus hermanos de religión. Dobrizhoffer y los demás jesuitas alemanes fueron recluidos en el convento de los Padres Franciscanos en Cádiz, y de ahí partieron, unos con rumbo a Holanda, y otros en dirección a Italia. En agosto de aquel mismo año de 1769, llegó Dobrizhoffer a su querida ciudad de Viena. Desde el primer momento, se alojó en la Casa profesa que, en esa ciudad, tenía la Compañía de Jesús, y comenzó a trabajar con ardor y asiduidad en todos los ministerios espirituales, pero muy particularmente en la predicación. La reina María Teresa, que conoció y trató a nuestro ex - misionero, gustaba grandemente de su conversación, y de oírle contar sus peripecias y aventuras en tierras americanas. Fue ella quien indujo a Dobrizhoffer a poner por escrito sus recuerdos y dar al público las valiosas noticias etnográficas e históricas que tenía atesoradas en su privilegiada memoria. Felizmente cumplió Dobrizhoffer los deseos de la cultísima reina y, entre 1777-1782, escribió su “Historia de Abiponibus” en tres nutridos volúmenes, aunque no llegó a publicarla hasta el año 1784. (extractos de la advertencia editorial del Prof. Ernesto J. A. Maeder y de la noticia biográfica del Académico R. P. Guillermo Furlong S. J.).</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><strong>Visite la </strong><a href="http://www.portalguarani.com/letras_paraguay.php" target="_blank"><span style="color: red;"><strong>GALERÍA DE LETRAS</strong></span></a><br />
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Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.</strong></div></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-83493541907170501742010-10-08T11:23:00.000-07:002010-10-08T11:23:45.738-07:00NORBERTO LEVINTON - EL ESPACIO JESUÍTICO-GUARANÍ - LA FORMACIÓN DE UNA REGIÓN CULTURAL / BIBLIOTECA DE ESTUDIOS PARAGUAYOS – VOLUMEN 80 (CEADUC)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLJUCXxKGoIZjsJ7OQcsMQ6T6wa_EyGNfNKvQh7wfxk4DNMcpbGzHjFL5paGx-6Oyf5OIcYYHHbOO16VqTCfc-Xp5YhyldFV-GbXtO6pNiPD48bLKMEI2Z4cspblGLnHmJsamwCwF5lqs/s1600/norberto+levinton+espacio+jesuitico+guaran%C3%AD+tapa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ex="true" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhLJUCXxKGoIZjsJ7OQcsMQ6T6wa_EyGNfNKvQh7wfxk4DNMcpbGzHjFL5paGx-6Oyf5OIcYYHHbOO16VqTCfc-Xp5YhyldFV-GbXtO6pNiPD48bLKMEI2Z4cspblGLnHmJsamwCwF5lqs/s400/norberto+levinton+espacio+jesuitico+guaran%C3%AD+tapa.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><strong><span class="art-postheader"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">EL ESPACIO JESUÍTICO-GUARANÍ </span></span></strong></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><strong><span class="art-postheader"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">LA FORMACIÓN DE UNA REGIÓN CULTURAL</span></span></strong></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Obra de NORBERTO LEVINTON</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Biblioteca de Estudios Paraguayos </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Director: JOSÉ ZANARDINI,</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Colección Bicentenario a cargo de</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>IGNACIO TELESCA</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>BIBLIOTECA DE ESTUDIOS PARAGUAYOS – VOLUMEN 80</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>CEADUC – CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN" </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Página web: </strong></span><a href="http://www.ceaduc.uca.edu.py/"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><span style="color: red;">www.ceaduc.uca.edu.py</span></strong></span></a><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong> </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Asunción – Paraguay.</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>CONTRATAPA DEL LIBRO (<i>COLECCIÓN BICENTENARIO</i>):</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Hace 22 años comenzamos a investigar una experiencia de intercambio cultural con características profundamente conmovedoras.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Los miembros de la Compañía de Jesús, representantes de lo más granado de la intelectualidad europea, se contactaron con un grupo étnico portador de una cultura perfectamente adaptada a la ecología de la región. Para estos indígenas la religión era parte de la vida cotidiana y lo metafísico o la presencia de lo sagrado estaba en todas partes.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Tenían agudas normas de convivencia y un respeto a ultranza por sus propias tradiciones. Los jesuitas lograron comprender que estaban ante una cultura con una gran percepción metafórica de la realidad y estructuraron un proyecto de adaptación de los indígenas a la situación colonial.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El objetivo de este libro, la Tesis de Doctorado, fue señalar la compleja mecánica de los procesos de intercambio cultural entre los jesuitas y los guaraníes concluyendo que hubo cambios, adaptaciones de distinto tenor e inclusive continuidades. En este contexto distinguimos la permanencia de una estructura antropológica de significación de los determinantes históricos, inclusive los ajenos a la experiencia jesuítico-guaraní.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Esperamos que el resultado de estas reflexiones sean del interés de todos los especialistas en el tema.</span></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><b><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';">Fuente: <a href="http://www.ceaduc.uca.edu.py/"><span style="color: red;">http://www.ceaduc.uca.edu.py/</span></a> </span></b></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><i><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';"></span></i></b><br />
</div><div style="text-align: center;"><strong></strong><br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Enlace al espacio del:</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="color: red; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/detalles_museos.php?id=53"><span style="color: red;">CEADUC – CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS</span></a></strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN" </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>en <a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;">www.portalguarani.com</span></a> </strong></span></div></div><div style="text-align: center;"></div><div style="text-align: center;"><strong><span style="color: black;">.</span></strong><br />
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<strong>Amplio resumen de autores y obras<br />
de la Literatura Paraguaya.<br />
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.</strong></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-23671924965712063742010-10-08T07:09:00.000-07:002010-10-08T07:57:37.653-07:00MARÍA LAURA SALINAS - DOMINACIÓN COLONIAL Y TRABAJO INDÍGENA. UN ESTUDIO EN LA ENCOMIENDA EN CORRIENTES COLONIAL / BIBLIOTECA DE ESTUDIOS PARAGUAYOS – VOLUMEN 81 (CEADUC)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic0YaKG0Sl2yznwyskshHRTvdCfX94olyeoXRrqUf-3SjUoPChW92gPnj6OFc-Ess4TbYSpkwf-w2sUyA05K9wWxRa5O3w-L_gCOqmRuP88NiO4zPEe_VA7_elvOLFwag0lixHo68lHxc/s1600/maria+laure+salinas+dominacion+colonial+ceaduc+tapa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" ex="true" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEic0YaKG0Sl2yznwyskshHRTvdCfX94olyeoXRrqUf-3SjUoPChW92gPnj6OFc-Ess4TbYSpkwf-w2sUyA05K9wWxRa5O3w-L_gCOqmRuP88NiO4zPEe_VA7_elvOLFwag0lixHo68lHxc/s400/maria+laure+salinas+dominacion+colonial+ceaduc+tapa.jpg" width="400" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><strong><span class="art-postheader"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">DOMINACIÓN COLONIAL Y TRABAJO INDÍGENA </span></span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"></span></strong></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>UN ESTUDIO EN LA ENCOMIENDA EN CORRIENTES COLONIAL</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Obra de MARÍA LAURA SALINAS</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Biblioteca de Estudios Paraguayos </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Director: JOSÉ ZANARDINI,</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Colección Bicentenario a cargo de</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>IGNACIO TELESCA</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>BIBLIOTECA DE ESTUDIOS PARAGUAYOS – VOLUMEN 81</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>CEADUC – CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN" </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Página web: </strong></span><a href="http://www.ceaduc.uca.edu.py/"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><span style="color: red;">www.ceaduc.uca.edu.py</span></strong></span></a><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong> </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Asunción – Paraguay.</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><span style="color: lime; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';">CONTRATAPA DEL LIBRO (COLECCIÓN BICENTENARIO):</span></b><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';"></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';">La historiografía sobre la América española es vastísima, dominada constantemente por dos aspectos que caracterizan todas las preguntas y los problemas de los historiadores: antes que nada el encuentro imprevisto y arrollador entre culturas que documentaron en modo diferencial advenimientos y significados y, por ende, repiten el interrogante inacabable sobre la visión de los vencidos, sobre qué sentido tuvo para ellos la tremenda tragedia que destruyó su civilización, al tiempo que suprimía a millones de individuos, instituciones, imágenes, creencias, objetos y modos de vida. </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';">El otro aspecto es la extraordinaria máquina burocrática activada por el imperio español para organizar su dominio pero al mismo tiempo para conocer e interpretar realidades tan diferentes y sin embargo leídas con la opresiva voluntad de ordenar, cristianizar, explotar el nuevo mundo, pero siguiendo un orden y un método que apuntaban a imponer también un control sobre los propios súbditos europeos, atraídos por las posibilidades de enriquecimiento y de aventura que se habían abierto. </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';">Un historiador como yo, habituado a las, en el fondo, relativamente reducidas dimensiones de los hechos que gobiernan la historia social de Europa, lee con un estupor insuperable la historia inacabable de estas vicisitudes. Y el libro de María Laura Salinas significa una vez más vivir este shock cultural: crueldad y atención burocrática, explotación y rebelión individual, sufrimiento y aquiescencia, proyecto urbano y cotidianeidad indígena se funden en esto que la autora define una microhistoría.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><b><i><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';">GIOVANNI LEVI.</span></i></b></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><b><i><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';">Fuente: <a href="http://www.ceaduc.uca.edu.py/"><span style="color: red;">http://www.ceaduc.uca.edu.py/</span></a> </span></i></b></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><b><i><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt; mso-fareast-font-family: 'Times New Roman';"></span></i></b><br />
<div style="text-align: center;"><strong></strong><br />
<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Enlace al espacio del:</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="color: red; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/detalles_museos.php?id=53">CEADUC – CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS</a></strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN" </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>en <a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;">www.portalguarani.com</span></a> </strong></span></div></div><div style="text-align: center;"></div><div style="text-align: center;"><strong><span style="color: black;">.</span></strong><br />
<strong>Visite la </strong><a href="http://www.portalguarani.com/letras_paraguay.php" target="_blank"><strong><span style="color: red;">GALERÍA DE LETRAS</span></strong></a><br />
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<strong>Amplio resumen de autores y obras<br />
de la Literatura Paraguaya.<br />
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.</strong></div>PortalGuarani.comhttp://www.blogger.com/profile/05279022704011066291noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-6454736877264210899.post-20292225956896289562010-10-08T05:18:00.000-07:002010-10-08T11:28:13.559-07:00IGNACIO TELESCA - TRAS LOS EXPULSOS. CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y TERRITORIALES EN EL PARAGUAY DESPUÉS DE LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS / BIBLIOTECA DE ESTUDIOS PARAGUAYOS – VOLUMEN 76 (CEADUC)<div align="center"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh60kGfVbPDFHukp896r0lUJ_qRTKLnAvxLoFp3cRMeEzM5W1V8Md1cJPFX-LACUyGBSFSNU0tF_jomYs18fyp3hTNvlnaJ_RjSFWiOFzwhfeo2B0JV6TN5srbyCVvP93hAvoj_da_Z7U/s1600-h/telesca+igna+expulsos.jpg"><img alt="" border="0" id="BLOGGER_PHOTO_ID_5410999705705389506" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgh60kGfVbPDFHukp896r0lUJ_qRTKLnAvxLoFp3cRMeEzM5W1V8Md1cJPFX-LACUyGBSFSNU0tF_jomYs18fyp3hTNvlnaJ_RjSFWiOFzwhfeo2B0JV6TN5srbyCVvP93hAvoj_da_Z7U/s320/telesca+igna+expulsos.jpg" style="cursor: hand; display: block; height: 320px; margin: 0px auto 10px; text-align: center; width: 320px;" /></a> <strong><span style="color: #33ff33;">TRAS LOS EXPULSOS.<br />
CAMBIOS DEMOGRÁFICOS Y TERRITORIALES<br />
EN EL PARAGUAY DESPUÉS DE LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS.</span><br />
Autor: <span style="color: red;"><a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=820"><span style="color: red;">IGNACIO TELESCA.</span></a></span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"></span></strong><br />
<span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>(Enlace a datos biográficos y obras</strong></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><strong></strong></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><strong>en la GALERÍA DE LETRAS del</strong></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;"><strong>www.portalguarani.com</strong></span></a><strong> )</strong></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><strong>BIBLIOTECA DE ESTUDIOS PARAGUAYOS – VOLUMEN 76</strong></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>CEADUC – CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN" </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Página web: </strong></span><a href="http://www.ceaduc.uca.edu.py/"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><span style="color: red;">www.ceaduc.uca.edu.py</span></strong></span></a><span style="color: red;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"> </span></span><strong>Asunción-Paraguay 2009, 442 pp.</strong></div></div><div align="justify"><br />
<strong><span style="color: lime;">ÍNDICE<br />
Agradecimientos - Introducción. Un punto de llegada</span></strong><br />
<strong><span style="color: cyan;">Capítulo I: NECESITA REDENCIÓN EL PARAGUAY". PARAGUAY DEL SIGLO XVIII</span></strong><br />
I.- La organización del espacio: indígenas, encomiendas y tributos / Las encomiendas de San Ignacio Guasú Encomiendas y mandamientos<br />
II.- Población, territorio y economía / Diezmos y Yerba / Puerto preciso y tabaco<br />
III.- El Paraguay en armas / Tras la tormenta / Pobreza y presidios<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>Capítulo II: "COMO DOLOR DE TRIPAS-. EL COLEGIO DE ASUNCIÓN DEL PARAGUAY ENTRE LAS REVUELTAS COMUNERAS Y LA EXPULSIÓN.</strong></span>Introducción / Los jesuitas del colegio de Asunción / El colegio y sus cuentas / Esclavos y estancias / Reacción de los esclavos / Pastoral del Colegio / Misiones entre indígenas dependientes del colegio / La expulsión de los jesuitas / Para concluir<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>Capítulo III: “LOS QUE OLVIDANDO SU CALIDAD DE TAL... " LA POBLACIÓN DEL PARAGUAY DESPUÉS DE LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS. EL PROBLEMA DE LA IDENTIDAD: ¿MESTIZO, ESPAÑOL O INDÍGENA?</strong></span><br />
Introducción / Fuentes / El problema del Mestizaje / Las dificultades del gobernador Alós / Estrategias de los afrodescendientes / Estrategias desde el centro / La cofradía de San Baltasar. / Mezclados en la misma devoción / Movilidad Social e identidad<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>Capítulo IV: EL PARAGUAY REDIMENSIONADO: NUEVOS TERRITORIOS PARA UNA NUEVA ELITE</strong></span><br />
Introducción / El territorio del Paraguay hasta la expulsión de los jesuitas / Los últimos pueblos jesuíticos / Nuevas tierras después de la expulsión / Las nuevas poblaciones norteñas / Villa de Nuestra Señora del Pilar de Ñeembucú / Los Pueblos misioneros y sus estancias / Para concluir<br />
<br />
<span style="color: cyan;"><strong>Capítulo V: ESCLAVOS, ESTANCIAS Y ELITE. TIERRAS Y POBLACIÓN EN PARAGUARÍ TRAS LA EXPULSIÓN DE LOS JESUITAS</strong></span><br />
Introducción / La estancia de Paraguarí / Actividades económicas de la estancia de Paraguarí / Esclavos y arrendatarios / Elite y propiedad en Paraguarí<br />
<a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13472"><span style="color: red;"><strong>CONCLUSIÓN. UN PUNTO DE PARTIDA</strong></span></a><br />
<a href="http://www.portalguarani.com/detalles_museos.php?id=17"><span style="color: red;"><strong>MEDIDAS, EQUIVALENCIAS Y PRECIOS</strong></span></a><br />
<span style="color: cyan;"><strong>ARCHIVOS, FUENTES Y BIBLIOGRAFÍA ANEXOS</strong></span><br />
<br />
.<br />
<strong><span style="color: lime;">INTRODUCCIÓN UN PUNTO DE LLEGADA</span></strong><br />
Esta obra, finto de mi tesis doctoral, trata sobre los cambios a nivel demográfico y territorial que se produjeron en la provincia del Paraguay luego de la expulsión de los jesuitas del imperio español en 1767. Estos cambios, es nuestra hipótesis, afectaron de una manera determinante al Paraguay.<br />
A nivel poblacional porque un número muy grande de los habitantes de los pueblos controlados por los jesuitas, las conocidas MISIONES JESUÍTICAS, pasaron a engrosar la población de la provincia pero no ya como indígenas sino considerados bajo la categoría censal de español. A nivel territorial porque las tierras que ocupaba la Compañía de Jesús, ya sea bajo el dominio de los pueblos de indios o de las estancias, se distribuyeron de tal manera que dio origen a la formación de grandes concentraciones de tierras en manos, esta vez, de particulares.<br />
Consideramos además que lo ocurrido tras la expulsión de los jesuitas no sólo nos sirve para comprender mejor el siglo XVIII paraguayo. También nos permite comenzar a escudriñar en la conformación de la identidad del Paraguay que no se auto-reconoce como mestizo, mucho menos indígena, sino como español o paraguayo; y al mismo tiempo comprender que el origen del latifundio en el Paraguay, o de la realidad latifundiaria, no se dio recién después de la venta de las tierras públicas entre 1883 y 1885 -una vez finalizada la guerra contra la triple alianza- sino ya a fines del siglo XVIII.<br />
El tema de nuestra investigación fue cobrando cuerpo a medidas que éste se iba desarrollando. Nuestro interés primero era amplio, comprender la sociedad paraguaya que experimentó el proceso de independencia en 1811. Habíamos optado como puerta de entrada a esta sociedad su religiosidad y ésta expresada a través de sus cofradías.<br />
Este abordaje lo creímos pertinente luego que, después de un período en el Archivo General de Indias, habíamos encontrado material importante sobre este tema. Pensábamos que con los documentos del Archivo Nacional de Asunción podríamos completar el panorama y sumergirnos en la sociedad. Nada de esto ocurrió. No pudimos hallar más que datos sobre un par de cofradías, de las más de treinta que citaba el legajo del AGI, y éstos no eran seriables ni permitían ir más allá del documento en sí.<br />
Sin embargo, lo que sí encontramos fue una cantidad grande de documentación referente a los afrodescendientes, especialmente en el fondo Civil y Judicial. No es que éste fuera un tema desconocido, ya Josefina Pla había abordado esta cuestión a principios de los 70; pero generalmente se toma a los afrodescendientes como un grupo aparte de la sociedad, que tuvo su propio desarrollo y desapareció con la guerra de la triple alianza. Muy poco se había mirado a la sociedad paraguaya como conformada también por los descendientes de los esclavos. Las fuentes judiciales nos hablaban de una interacción entre los afrodescendientes, españoles e indígenas que le daban una fisonomía nueva a esta sociedad de fines del XVIII.<br />
Esta aproximación a la sociedad paraguaya nos resultó motivante y con un peso específico propio para dar cuenta de la sociedad del Paraguay. Decidimos concentrar nuestro foco en la zona Paraguarí por varias razones. En primer lugar porque al estar relativamente cerca de la capital, setenta kilómetros, nos brindaría la posibilidad de ir viendo el mundo de los afrodescendientes tanto a nivel rural como urbano. Por otro lado Paraguarí tenía la particularidad que había sido una estancia jesuítica con población exclusivamente esclava, y viendo los censos posteriores a la expulsión nos dábamos cuenta que la población paraguariense si iba complejizando a medida que avanzaban los años. Creíamos entonces, y lo seguimos creyendo aún, que en esos años pos jesuíticos se podrían ver todo tipo de interacción entre los diferentes grupos de la sociedad.<br />
De la mano del trabajo de Ernesto Maeder recurrimos al Archivo General de la Nación en Buenos Aires para sumergirnos en los legajos de las temporalidades del colegio jesuítico de Asunción. Los archivos siempre deparan sorpresas. Los expedientes eran mucho más que un cúmulo de números e inventarios. Había una realidad social y económica sorprendente detrás de cada página. Además en el AGN no sólo estaba la documentación referente a las temporalidades, se encuentran también todos los libros de caja de la Real Hacienda del siglo XVIII, además de los legajos de la intendencia del Paraguay.<br />
Al mismo tiempo, un aspecto demográfico no terminaba de cuajar. No hay muchos censos coloniales en el Paraguay, y por lo general sólo nos informan de números generales. Pero una realidad específica, que ya había sido señalada tanto por Garavaglia como por Maeder, necesitaba ser comprendida con mayor profundidad, y era el cambio poblacional que se produjo a fines de siglo entre la cantidad de indígenas y españoles. La pregunta era simple, cómo podía ser que en 1761 el 60% de la población fuera considerada indígena y veinte años más tarde, en 1782, sólo el 30%; y lo mismo ocurría, pero a la inversa, con la población considerada española, de una 30% pasó al 60%. Mientras que la población total había tenido un crecimiento normal de un 14%, la población considerada española había crecido un 99%.<br />
La respuesta más sencilla era la del mestizaje; pero a ojos vistas más que un proceso de mestizaje lo que se dio fue una indigenización de la sociedad, aunque ésta no se reconocía ni como mestiza ni como indígena, sino como española. ¿Qué pasó? ¿Cómo pudo darse este paso?<br />
Estas cuestiones rondaban al tiempo que nos sorprendíamos de descubrir un colegio jesuita en Asunción que no sólo se dedicaba a sus ministerios espirituales en una sociedad tradicionalmente pobre y olvidada por las respectivas metrópolis. El colegio tenía al momento de la expulsión más de mil esclavos, estancias y un intercambio comercial con los oficios de Buenos Aires y Santa Fe difícil de igualar por ningún comerciante asunceno de la época.<br />
El golpe de gracia a la orientación de nuestra tesis lo dio la lectura de la obra de Nidia Areces sobre Concepción y la región norteña. Areces mostraba como se fue expandiendo la frontera norte a partir de la fundación de la Villa Real de la Concepción en 1773. Nos interesaba el tema porque muy cerca de esta fundación funcionaba una de las últimas misiones iniciadas por la Compañía de Jesús, Nuestra Señora de Belén con las indígenas Mbayá. Lo que nos llamaba la atención en un principio era esta alta concentración de tierras en pocas manos.<br />
Siguiendo una sospecha fuimos investigando qué había pasado en los otros pueblos que se fundaron por esos años. Descubrimos que tanto en la fundación de San Pedro del Ycuamandyju (1784) y Nuestra Señora del Rosario del Cuarepotí (1785), poblaciones cercanas a otras misiones jesuíticas con los tarumá (San Joaquín y San Estanislao), como en la de la Villa del Pilar del Ñeembucú (1779), en territorios bajo el dominio de las misiones jesuíticas, se había seguido la misma pauta: grandes propiedades en pocas manos.<br />
No era solamente que en los nuevos poblados se dio esta concentración de tierras sino que exactamente a partir de estas fundaciones se inició la expansión del territorio paraguayo. De una provincia limitada geográficamente por los ríos Manduvirá al norte y Tebicuary al sur, extendió sus fronteras hasta el Apa hacia el norte, y hasta el Paraná hacia el sur. La superficie bajo el control de Asunción se había más que duplicado.<br />
Lo que nos resultaba ya definitivo para la orientación de nuestra tesis es que esta expansión territorial haya ocurrido al mismo tiempo del cambio demográfico y ambas realidades después de la expulsión de los jesuitas del territorio español. No podía ser pura coincidencia.<br />
La expulsión de los jesuitas, de una manera u otra, afectó a toda la corona española. Lo mismo ocurrió en el Virreinato del Perú, y a la provincia del Paraguay este extrañamiento de la Compañía la afectó grandemente.<br />
La expulsión de la Compañía de Jesús se considera como el buque insignia de las reformas borbónicas, lo mismo que el aseguramiento de las fronteras e incluso la homogenización poblacional. Sin embargo, creemos que lo que se dio en la provincia del Paraguay se puede comprender no como una consecuencia exclusiva de estas reformas sino como consecuencia también, y sobre todo, de la propia dinámica interna de la provincia que se vio confirmada por las decisiones tomadas en la metrópoli.<br />
Veremos que ya en las revueltas comuneras, 1721-1735, aunque no fue lo que dio origen a las mismas, uno de los reclamos que estuvo sobre la mesa fue el de disponer de la mano de obra indígena de las misiones jesuíticas para que fuera encomendada. En la segunda fase de estas revueltas, ya más bajo el control de los milicianos que de la elite encomendada, a este primer reclamo se añadirá el que los jesuitas abandonen el territorio entre el Tebicuary y el Paraná y quede disponible para ser ocupado por la población carente de tierras.<br />
Estos mismos reclamos los veremos de parte de los habitantes de Curuguaty una vez que se funden los pueblos de San Joaquín y San Estanislao en la década del 50 del siglo XVIII.<br />
Nuestro propósito es mostrar que si bien la expulsión de la Compañía marcó un punto de inflexión, los procesos que se desarrollaron después ya estaban siendo incubados en la sociedad paraguaya décadas antes. Es por eso que nuestro marco cronológico se expande desde las revueltas comuneras hasta fines de siglo, desde 1720 hasta 1790.<br />
La bibliografía sobre el siglo XVIII paraguayo no es abundante. En parte porque hacer historia en Paraguay es aún una tarea decimonónica, en que sólo puede hacerse gracias al apoyo de mecenas o bajo el amparo de una buena posición económica. No existe la carrera universitaria en cuanto el docente sea al mismo tiempo investigador ni tampoco para las ciencias sociales y humanas una institución del estilo CONICET o CNPq. De hecho la carrera de historia existe sólo en dos universidades: en la Universidad Nacional de Asunción y en la Universidad Católica "Nuestra Señora de la Asunción". De esta última sólo terminó su tesina de licencia una alumna en los últimos quince años. Todos los doctores en historia del Paraguay han egresado de la Universidad Nacional, aunque ya hace cinco años que se cerró también este doctorado.<br />
Al mismo tiempo, Paraguay sigue siendo un país periférico incluso como objeto de estudio. Sólo los temas en donde están implicados los modernos países limítrofes se han estudiado con más detenimiento: la guerra contra la triple alianza y fundamentalmente las misiones jesuíticas. Estas últimas, sin embargo, han dejado de lado la provincia 'civil' del Paraguay, salvo en lo referente a las revueltas comuneras.<br />
De los estudios producidos en el Paraguay lo más importante, sin lugar a dudas, es la obra de BRANISLAVA SUSNIK, antropóloga eslovena que llegó al Paraguay en 1951 para ponerse al frente del Museo Etnográfico abierto por Andrés Barbero y que hoy lleva su nombre. Susnik fallece en 1996 y durante estos cuarenta y cinco años ocupó su vida en la investigación de los pueblos indígenas y a partir de ellos de la sociedad colonial. Su obra es abundante y podemos tomar su trilogía UNA VISIÓN SOCIO-ANTROPOLÓGICA DEL PARAGUAY, como su trabajo culmen para una historia social del Paraguay hasta la guerra contra la triple alianza. Esta trilogía es sin duda la obra más importante que se ha escrito sobre el tema en Paraguay. Rompe con esquemas ya demasiados fijos implantados por un historia de corte nacionalista en donde se quería ver la originalidad con todos los atributos positivos posibles del ser paraguayo.<br />
RAFAEL ELADIO VELÁZQUEZ, historiador prolífico paraguayo fallecido en 1994, trabajó fundamentalmente en Archivo General de Indias la historia colonial del Paraguay. Sus primeros trabajos consistieron en el rescate de figuras que participaran de las revueltas comuneras para luego profundizar en aspectos demográficos y sociales. Fue el primero en resaltar el impulso poblador del siglo XVIII, pero para Velázquez este impulso comienza ya con las fundaciones de Villeta (1714) y Curuguaty (1715). Si bien es cierto que después de la retracción territorial que se experimentó en el siglo anterior estas fundaciones marcaron un empuje hacia delante, habrá que esperar, sin embargo, hasta 1773 para que se funde Villa Real de la Concepción. En lo que se refiere a la historia social representa un avance respecto a la versión nacionalista, haciendo hincapié en la figura del español pobre, en la 'gente rei'. Estos dos investigadores se presentan como puerta de entrada fundamental para la comprensión del Paraguay colonial.<br />
La obra de BARTOMEU MELIÀ siempre me ha resultado inspiradora. Desde el estudio de la lengua ha venido proponiendo interpretaciones novedosas sobre el proceso de mestizaje y de construcción de la identidad nacional.<br />
Al mismo tiempo, su abordaje de las misiones jesuitas ha significado para mí una nueva mirada, ni pro ni anti, diferente.<br />
Fuera del Paraguay, el historiador más importante para nuestra temática es sin lugar a dudas JUAN CARLOS GARAVAGLIA. Su obra MERCADO INTERNO Y ECONOMÍA COLONIAL se ha convertido en un clásico, de referencia obligada, para el estudio de la región. Marca pautas y señala senderos por donde seguir profundizando. Esta obra estaba enmarcada en la línea de comprender los mercados internos de la América colonial, y para estudiar cómo la yerba mate, producto central de la economía paraguaya, se comercializaba se vio obligado a entender el Paraguay de la yerba mate. Fue además uno de los primeros en relacionar las misiones jesuíticas con la provincia paraguaya dando luz a una nueva comprensión de esta última. Desgraciadamente para la historiografía paraguaya Garavaglia cambió de objeto de estudio en los '80.<br />
Una obra de consulta aparecida recientemente es el trabajo de JAN KLEINPENNING. Este autor holandés, procedente de la geografía humana, realiza un resumen de la historia, no política ni institucional, del Paraguay hasta la guerra contra la triple alianza. No utiliza fuentes primarias sino que trabaja con las obras ya publicadas. Si bien éste es el punto débil de los dos volúmenes, se presenta como un estado de la cuestión muy actualizado.<br />
Hay dos autoras que creo importante mencionar porque significaron en el proceso de elaboración de esta tesis una aproximación más crítica a la historia paraguaya. En primer lugar BARBARA POTTHAST. Esta historiadora alemana trabajando el tema de la mujer y la familia nos ayudó a relativizar el tema de las continuidades y rupturas. Ella había demostrado que la guerra de 1864-1870 no había implicado un cambio en la manera de comprender el rol de la mujer y la familia en el Paraguay de lo que se tenía previamente.<br />
Luego, la ya citada NIDIA ARECES quien a través de su obra sobre Concepción nos mostró una narración historiográfica no centrada en Asunción y en sus prohombres. Al mismo tiempo, es uno de los pocos estudios de historia regional, no restringido exclusivamente a lo referente al Paraguay sino incluyendo la realidad del otro lado del río Apa.<br />
Otro autor que marcó nuestra línea de investigación fue JERRY COONEY quien se especializó en la intendencia del Paraguay, ese período que va desde 1784 hasta 1811. Él nos puso en la pista de comprender el surgimiento de una nueva elite ligado al latifundio y a la ganadería.<br />
A nivel más general, fuera de las fronteras de la investigación sobre el Paraguay, nos sentimos deudores del investigador sueco MAGNUS MÖRNER. Pocos historiadores fueron tan importantes para la historiografía latinoamericana como Mörner, y en lo que respecta a este trabajo su obra ha sido de capital importancia. En todos los temas que abordamos, el jesuítico, el étnico y el de las estancias y latifundios él ha sido pionero. En su addenda sobre el siglo XVIII que añadió en la versión castellana de su clásico libro ACTIVIDADES POLÍTICAS Y ECONÓMICAS DE LOS JESUITAS EN EL RÍO DE LA PLATA encontramos referencias y nuevas preguntas que orientaron la comprensión de la Compañía de Jesús en este siglo.<br />
La obra de ERNESTO MAEDER también fue fundamental para comprender no sólo a la Compañía de Jesús aún en actividad sino también a sus obras una vez expulsados los jesuitas El censo de 1799 por él encontrado entre los documentos del Fondo Lamas en el AGN, nos permitieron seguir un proceso demográfico desde 1761 hasta finales de siglo.<br />
Los archivos consultados han sido fundamentalmente el Archivo Nacional de Asunción en Paraguay y el Archivo General de la Nación en Buenos Aires, y en menor medida el Archivo General de Indias en Sevilla.<br />
En el AGI hemos consultado esencialmente los informes oficiales tanto civiles como eclesiásticos. Para la documentación referente a la Compañía de Jesús que se encuentra en este archivo nos hemos valido de la monumental obra de Pablo Pastells continuada por Francisco Mateos. Desgraciadamente nuestra estancia fue breve y no hemos podido aprovechar mucho más este riquísimo archivo.<br />
En el AGN hemos hecho un uso extensivo de varios fondos. De la sala IX todos los legajos sobre la Compañía de Jesús y las temporalidades. De esta última sección hemos obtenido invalorable documentación que por sí solo ameritarían varios trabajos doctorales. En lo que respecta a las temporalidades del Paraguay la información es bastante completa. También de esta misma sala son los legajos referentes a la intendencia del Paraguay que para nuestro beneficio no se iniciaba en 1784 sino en el 1740.<br />
En la sala XIII de este mismo archivo se encuentran, como ya dijimos, las cajas de la Real Hacienda que funcionaba en Asunción desde 1740 en adelante y resúmenes de períodos previos. También los libros de los oficios jesuíticos de Buenos Aires y Santa Fe que nos permitieron ir siguiendo la dinámica comercial del colegio asunceno. El fondo de la Biblioteca Nacional nos deparó la sorpresa de encontrar dos cartas anuas escritas por el rector del colegio de Asunción que nos informa de sus actividades desde 1758 hasta 1765. Otro de los documentos jesuíticos encontrado es el libro de consultas del provincial del Paraguay de 1731 a 1747. Además el informe del gobernador Joaquín de Alós que para nuestra tesis resultó de vital importancia.<br />
También fueron consultados los diversos fondos de la Sala VII que contiene material importante sobre la provincia del Paraguay, uno de ellos es el ya mencionado censo de 1799, el cual hemos utilizado ampliamente ya que Maeder sólo traer los datos generales del mismo. En el fondo Gras hemos releído el informe del gobernador Pinedo de 1775.<br />
El Archivo Nacional de Asunción fue también de muchísima utilidad. Más desorganizado que los anteriores y con un estado de conservación bastante pobre, igualmente nos brinda un caudal de información fundamental.<br />
Este archivo tiene dos secciones centrales, la Sección Historia y la sección Nueva Encuadernación. La primera, mejor catalogada y cronológicamente ordenada, aborda fundamentalmente los aspectos gubernativos, reales cédulas, bandos, las actas capitulares entre otras cosas. La sección Nueva Encuadernación es como un baúl de sastre de donde puede salir de todo. Para realizar esta encuadernación no se siguió ningún orden ni temático ni cronológico y el catálogo es bastante incompleto. Lo que generalmente es motivo de frustración puede convertirse en una alegría enorme al encontrar un documento vital y no catalogado, como fue el padrón de la encomienda de San Ignacio Guasú en el volumen 61.<br />
Otros fondos de este archivo muy importantes para nuestra investigación fueron la Sección Civil y Judicial y la de Propiedades y Testamentos. Esta documentación nos permitió comprender la interrelación entre los diferentes grupos de la sociedad, y también comprobar y ratificar quién era quién dentro de la elite paraguaya.<br />
En Asunción también hemos hecho uso del Archivo de la Arquidiócesis de Asunción que guarda toda la información eclesiástica del Paraguay del siglo XIX. Nos hemos centrado en el fondo Impedimentos Matrimoniales.<br />
Las cartas anuas de la provincia del Paraguay del siglo XVIII no han sido aún publicadas y hemos podido consultar la copia de las mismas que se encuentran en el Instituto de Investigaciones Geohistóricas en Resistencia.<br />
Este trabajo lo hemos subdividido en cinco capítulos siguiendo un orden cronológico temático. En el primero de estos capítulos nuestro objetivo es el presentar al Paraguay de mediados de siglo, antes de la expulsión de Compañía de Jesús en 1767/8. El acontecimiento más importante en estos años es sin lugar a dudas las revueltas comuneras (1721-1735). Nuestra primera intención era partir de este punto para llegar hasta 1767, pero nos dimos cuenta que se necesitaba, y aún se necesita, dar mejor cuenta de lo ocurrido hasta 1735. Tradicionalmente se toman estas revueltas como una confrontación entre asuncenos y jesuitas, y creemos que es una mala versión de los hechos. En primer lugar porque es claro que se inició como una típica confrontación entre sectores de la elite por el botín del comercio, de las encomiendas, y de los beneficios yerbateros. Con la llegada de José de Antequera y Castro el conflicto tomó otro cariz, pero habría que verlo en el contexto de las disputas entre la Real Audiencia y el virrey. ¿Podía la Real Audiencia nombrar un juez pesquisidor que quede como gobernador si es que el pesquisado fuese encontrado culpable? El nuevo cabildo asunceno, temiendo las consecuencias, se opone a las órdenes de Lima de reestablecer al anterior gobernador y ahí se inicia la primera fase. Resulta prioritario comprender de qué vivía el Paraguay, qué significaba la encomienda en esa precaria economía donde no circulaba la moneda.<br />
Paraguay era una provincia pobre, alejada de Lima, en la frontera no sólo con pueblos indígenas no sometidos sino también con el imperio portugués y sin ninguna ayuda de parte de la metrópoli al punto que los propios habitantes tenían que correr con los gastos de la defensa de dichas fronteras. Pobre, abandonada y sitiada. La situación no era muy agradable y los recursos eran escasos.<br />
La Compañía de Jesús entra a participar en estar revueltas cuando el virrey le pide al provincial que envíe a soldados de las misiones para sumar a las fuerzas que han de entrar en Asunción. Además, la base de operaciones de este ejército serán las misiones al sur del Tebicuary. No queremos significar con esto que las relaciones con los jesuitas se hayan descompuesto recién con este hecho. El amor-odio entre asuncenos y jesuitas se inició desde la misma instalación de la Provincia Jesuítica del Paraguay y las ordenanzas del oidor Alfaro. Este nuevo acontecimiento fue una gota más en el vaso de agua ya varias veces derramada.<br />
Si las revueltas no pueden ser comprendidas sin estas rivalidades intraelite, tampoco sin la composición del resto de la sociedad empobrecida. Por un lado los pueblos de indios sujetos a encomiendas y mandamientos, y por el otro el campesinado pobre que se iba formando cuyo trabajo fundamental será en el beneficio yerbatero y en los presidios fronterizos. Ante un varón que permanece la mayor parte del tiempo fuera de su chacra, será la mujer quien se encargue de ésta.<br />
En este primer capítulo entonces nos dedicaremos a comprender los límites geográficos, las características poblacionales y las actividades económicas más importantes de esta sociedad de frontera que era la provincia del Paraguay.<br />
En el segundo capítulo ya nos centramos exclusivamente en el colegio jesuítico de Asunción. Parece sorprendente que este colegio no haya merecido hasta la fecha la atención de ningún investigador y no haya un sólo artículo publicado sobre el mismo, salvo lo referente a sus temporalidades. Descubrimos un colegio no sólo rico en sus quehaceres pastorales, sean éstos los educativos o los estrictamente espirituales, sino económicamente poderoso. Dueño de dos estancias ganaderas y tierras en los alrededores de Asunción que arrendaba a los vecinos, además de 1.002 esclavos, el colegio estaba inmerso de lleno en la vida económica de la provincia. Alquilaba mulas y vendía toros, vacas y cueros para los beneficios yerbateros. Cultivaba su propio algodón para la vestimenta de sus esclavos, además de los productos para la alimentación diaria. ** Con lo ganado en las operaciones económicas, fundamentalmente de yerba y tabaco, y en menor medida en azúcar, mantenían el colegio -que en el momento de la expulsión tenía una biblioteca tan importante como la del colegio de Córdoba- y las misiones que se iban abriendo como la de Belén con el pueblo Mbayá y la de Timbó con los abipones.<br />
El colegio era una de las instituciones económicas más importantes del Paraguay y el hecho que hayan sido echados de Asunción dos veces durante las revueltas comuneras no sólo se debe a la labor de la Compañía con los guaraníes en sus misiones sino también a su rol jugado en la sociedad. Pero todo esto concluyó en 1767.<br />
El tercer capítulo analiza las transformaciones poblacionales que se produjeron en esos años posteriores a la expulsión de los jesuitas. Hemos hecho uso del censo de 1761 confeccionado por el obispo Manuel Antonio de la Torre y de los realizados por los gobernadores Melo de Portugal en 1782 y Lázaro de Ribera en 1799. Los datos nos hablan claramente de esta transformación que mencionábamos al inicio, la población considerada española en los censos creció en veinte años un 100%.<br />
Nuestra intención además de mostrar el hecho es analizar cómo y por qué se puede producir este cambio tan notorio. Comprender cuáles fueron las estrategias utilizadas por los indígenas y afrodescendientes para dejar de ser considerados bajo esta categoría, evitando así las discriminaciones que las mismas llevaban aparejadas, y ser tenidos u agrupados bajo otra columna categorial.<br />
Estos pasos se dieron a lo largo de toda la América colonial pero notamos que en Paraguay es no sólo muy importante sino muy rápido. Creemos que lo que facilitó este salto fue la situación de pobreza sufrida por la mayoría de la población sin distinción de categoría étnica, y por el uso generalizado de la lengua guarní. El Paraguay colonial era fundamentalmente monolingüe guaraní.<br />
Esta situación nos obliga a referirnos al tema del mestizaje. Este concepto es uno de los más difíciles de asir porque es el más elusivo para de-finir. Son de esos conceptos quede tan claros pareciera no necesitasen explicación, pero exactamente por eso no son operativos. ¿Qué significa ser mestizo en el Paraguay del siglo XVIII? ¿Cuáles son los referentes de ese mestizaje? ¿Qué es ser español, qué indígena, qué negro, en ese Paraguay tardo colonial? Además, ¿por qué utilizar una categoría que no era usada ni en los censos ni en la sociedad? Corremos el riesgo de caer presos del uso que del término se le dio en la primera mitad del siglo XX para justificar conceptos esencialistas de nación. El concepto de mestizaje puede resulta muy ambiguo y hasta traicionero porque detrás de él se oculta un mundo de violencia y discriminación. Hubo mestizaje sin lugar a dudas en el siglo XVI, entre el conquistador y la mujer indígena, a costa de violación y explotación de la misma y asesinatos de los varones.<br />
Es muy peligroso hablar de una sociedad mestiza cuando el fruto de esas relaciones no se identifica ni como mestizo ni como indígena sino como español, en el siglo XVI y en el XVIII. Esta identificación como español no es un uso de su libre capacidad de elección sino una estrategia de sobrevivencia.<br />
Esta realidad va a configurar de una manera muy particular la identidad que se irá gestando en la provincia del Paraguay. Toda conformación identitaria implica un asumir y un negar, y en la conciencia nacional del Paraguay existe una negación del ser indígena y afrodescendiente.<br />
En el capítulo cuarto nos detenemos a comprender la expansión territorial que se irá dando en las décadas siguientes a la expulsión de los jesuitas. Como dijimos previamente, el territorio controlado desde Asunción creció más que el doble en estas décadas, ocupándose espacios que estaban previamente bajo le égida de la Compañía de Jesús.<br />
Además de dar cuenta de esta realidad, queremos profundizar en la manera en que se repartió este nuevo territorio y ver quiénes fueron los principales beneficiarios. Comprobamos que grandes porciones de tierra se repartieron, a través de mercedes reales, entre pocas manos, a miembros de la elite paraguaya. Si bien esto puede ser natural que pase en la sociedad colonial, también es importante tomar conciencia que desde Buenos Aires llegaban recomendaciones para que se repartiese la tierra no a manera de latifundios sino en pequeñas propiedades para que puedan ser cultivadas. Estos latifundios se relacionaron con la actividad ganadera, subsidiaria fundamentalmente de los beneficios yerbateros. En estos años se experimentó un gran crecimiento en la producción de la yerba mate que necesitaba de más cueros para confeccionar los tercios y de vacas para alimentar a los peones.<br />
No es nuestra intención trasladar a estos lares el debate sobre qué fue más importante en el siglo XVIII si la ganadería o las actividades agrícolas ni tampoco presentar nuevos territorios llenos de vacas y vacíos de gente. El mineral del Paraguay era la yerba mate, y su beneficio era la actividad central de la provincia.<br />
Finalmente, el capítulo quinto se propone analizar los cambios demográficos y territoriales en la zona de Paraguarí donde funcionaba la estancia del colegio jesuítico de Asunción. Comprobamos que la población afrodescendiente también acá utilizaba sus estrategias para intentar subir el peldaño categorial y que los puestos de estancias que el colegio tenía no fueron vendidos sino alquilados a miembros de la elite asuncena, incluso a quien administraba las temporalidades.<br />
En síntesis, consideramos que la provincia del Paraguay se transformó después de la expulsión de Compañía de Jesús del territorio español en 1767, y esta transformación se dio tanto a nivel demográfico como territorial. Procesos que se venían gestando en las décadas previas cobran fuerza y se efectivizan con la salida de los jesuitas de la provincia. Tras los expulsos queda una nueva provincia, nuevas tierras para nueva gente.<br />
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<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Enlace al espacio del:</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="color: red; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/detalles_museos.php?id=53"><span style="color: red;">CEADUC – CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS</span></a></strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN" </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>en <a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;">www.portalguarani.com</span></a> </strong></span></div><div style="text-align: center;"></div><div style="text-align: center;"><strong><span style="color: black;">.</span></strong><br />
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de la Literatura Paraguaya.<br />
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<div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>LO QUE EL RÍO SE LLEVÓ</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>ESTADO Y COMERCIO EN PARAGUAY Y CORRIENTES, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span></strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="mso-spacerun: yes;"></span><strong>1776-1870</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Obra de <a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=833"><span style="color: red;">THOMAS WHIGHAM</span></a></strong></span></div><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong></strong></span><br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><strong>(Enlace a datos biográficos y obras</strong></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><strong>en la GALERÍA DE LETRAS del</strong></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="http://www.portalguarani.com/"><span style="color: red;"><strong>www.portalguarani.com</strong></span></a><strong> )</strong></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">Biblioteca de Estudios Paraguayos - Volumen Nº 75 </div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Director: <a href="http://www.portalguarani.com/autores_detalles.php?id=742"><span style="color: red;">JOSÉ ZANARDINI</span></a> ,</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Colección Bicentenario a cargo de</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>IGNACIO TELESCA</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Biblioteca de Estudios Paraguayos</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>CEADUC – CENTRO DE ESTUDIOS ANTROPOLÓGICOS</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>DE LA UNIVERSIDAD CATÓLICA </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>"NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN" </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Página web: </strong><a href="http://www.ceaduc.uca.edu.py/"><strong><span style="color: red;">www.ceaduc.uca.edu.py</span></strong></a><strong> </strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>Asunción – Paraguay</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: center;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><strong>2009 (372 páginas).</strong></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El estudio de Thomas Whigham sobre el comercio en la región del Alto Plata ofrece un examen matizado de fenómenos regionales factores que unificaron y factores que lo desmembraron-. Los historiadores querrán examinar los detalles de su relato con ojo cuidadoso. Los lectores casuales probablemente verán algo enteramente distinto: que la historia del Alto Plata amerita un estudio como región coherente y no sólo como frontera. Esta obra es un decidido paso adelante, no solamente para entender cómo la historia del Paraguay encaja en la historia más amplia de América del Sur, sino cómo la región entera se inserta en la historia del mundo.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>AGRADECIMIENTOS :</strong></span> El presente trabajo tuvo sus orígenes en mi tesis doctoral que terminé en la Universidad de Stanford en los últimos meses de 1985. Con el lapso de muchos años, el contenido de esta primera obra ha sido republicado en varias formas, y con correcciones y ampliaciones, con el resultado de que el estudio actual es muy distinto de lo que escribí hace más de veinte años.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">En la preparación de las diversas versiones, conté con los consejos de varios estudiosos a los que quiero agradecer directamente, y haciendo notar obviamente que el estudio no podría tener ningún éxito en la ausencia de sus esfuerzos. Todo les debo a ellos. En este sentido quiero mencionar a Jerry W. Cooney, Domingo Rivarola, Ignacio Telesca, Ernesto J. A. Maeder, Juan Carlos Herken Krauer, Alberto Rivera, Milda Rivarola, Ricardo Scavone Yegros, Guido Rodríguez Alcalá, Luc Capdevila, Liliana Brezzo, Hendrik Kraay, Bárbara Potthast, Carlos Palma, Tulio Halperín Donghi y los siempre recordados Alberto “Tito” Duarte y Aníbal Solís. En mi propio “libro de héroes”, éstos son los nombres que cuentan.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">T.L.W. ATHENS, GEORGIA MARZO DE 2009</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>ÍNDICE</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. AGRADECIMIENTOS</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13454"><span style="color: red;">INTRODUCCIÓN. LA PERSISTENCIA DEL REGIONALISMO, JERRY W. COONEY</span></a>. </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. PUNTOS DE PARTIDA</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>I- EL NEXO COMERCIAL Y LA REALIDAD POLÍTICA (1776-1870)</strong></span> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. ASPECTOS GEOGRÁFICOS</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. LA SOCIEDAD</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL PROCESO COLONIZADOR </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL VIRREINATO</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. LA RUPTURA CON ESPAÑA </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. CORRIENTES BAJO LOS ARTIGUISTAS </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13456"><span style="color: red;">EL COMERCIO PILARENSE</span></a></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13458"><span style="color: red;">ITAPÚA Y EL COMERCIO BRASILEÑO</span></a> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13459"><span style="color: red;">EL COMERCIO CORRENTINO: DESAFÍOS</span></a></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>II- EL DESARROLLO COMERCIAL (1840-1865)</strong></span> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL RÉGIMEN DE CARLOS ANTONIO LÓPEZ </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. PROBLEMAS EN EL ESTE</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. DISPUTAS SOBRE LA LIBRE NAVEGACIÓN EN EL RÍO PARANÁ</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. LA INTERVENCIÓN ANGLO FRANCESA: REPERCUSIONES EN EL ALTO PLATA </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. CONFLICTOS EN EL RÍO URUGUAY, 1845-1852</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL ESTABLECIMIENTO DE LA LIBRE NAVEGACIÓN </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL PARAGUAY LOPISTA</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL MATO GROSSO SE ABRE </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. CORRIENTES EN TIEMPOS DE PUJOL </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. VÍSPERAS DE LA TRAGEDIA</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL DESASTRE</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>III.- YERBA MATE</strong></span> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13461"><span style="color: red;">ORÍGENES</span></a> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL TRABAJO EN LOS YERBALES</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL CRÉDITO Y LA CRISIS DE LA INDEPENDENCIA </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. NUEVOS CAMBIOS</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. LA "LIBERACIÓN" DE LOS PUEBLOS DE INDIOS</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. UN NUEVO COMIENZO: LA DÉCADA DE 1850-1860 </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>IV.- TABACO</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.blogger.com/goog_1180291872"><span style="color: red;">CULTIVO - </span></a></span><a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13464"><span style="color: red; font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">LA RENTA DE TABACOS - </span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: red;">EL TABACO EN TIEMPOS DE FRANCIA</span></span></a></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. TABACO: LA CONEXIÓN CORRENTINA </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL COMERCIO LIBRE DEL TABACO</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL TABACO Y LA POSIBILIDAD DEL DESARROLLO </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>V- GANADERÍA</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13465"><span style="color: red;">LA CRÍA DE GANADO A COMIENZOS DEL PERIODO NACIONAL</span></a> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. MEJORÍAS EN CORRIENTES</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. ALGUNOS CONTRATIEMPOS </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. RECUPERACIÓN DE CORRIENTES </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. GANADERÍA EN LA FRONTERA BRASILERA </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.blogger.com/goog_1180291844"><span style="color: red;">GANADERÍA PARAGUAYA: LA ERA DE LÓPEZ - </span></a></span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13465"><span style="color: red;">LA DÉCADA DE 1860</span></a> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. EL GANADO: UN COMERCIO SECUNDARIO </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>VI.- MADERA E INDUSTRIAS ASOCIADAS</strong></span> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.blogger.com/goog_1180291849"><span style="color: red;">RECURSOS NATURALES - </span></a></span><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13467"><span style="color: red;">MÉTODOS DE EXPLOTACIÓN</span></a> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13469"><span style="color: red;">LA INDUSTRIA MADERERA ALTOPLATENSE: LA DIMENSIÓN COMERCIAL</span></a> </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. LA CONSTRUCCIÓN DE BARCOS</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. CARROS Y PRODUCTOS ELABORADOS </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">*. MADERAS: UN COMERCIO MALOGRADO </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>CONCLUSIÓN</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE I : EXPORTACIONES PARAGUAYAS DE TABACO. ÉPOCA DE LOS LÓPEZ.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE II : ESTADÍSTICAS GANADERAS, CORRIENTES, 1832.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE III : ESTADÍSTICAS GANADERAS, CORRIENTES, 1834.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE IV : COMERCIANTES EXTRANJEROS EN ITAPÚA, 1841.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE V : COMERCIANTES EXTRANJEROS EN PILAR, 1841, 1849.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE VI : COMERCIANTES BRASILEÑOS EN SANTO TOMÉ, 1845.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE VII : BUQUES MERCANTES EN EL MERCADO DE ASUNCIÓN, 1853-1861.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE VIII : COMERCIANTES EN CORRIENTES, 1855.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE IX : BUQUES MERCANTES EN EL MERCADO DE CORRIENTES, 1853-1861.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">APÉNDICE X : BUQUES MERCANTES EN EL RÍO URUGUAY, ENTRE SALTO Y SÃO BORJA, 1855-1864.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong><a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=7036"><span style="color: red;">BIBLIOGRAFÍA (PRIMERA PARTE)</span></a> // <a href="http://www.portalguarani.com/obras_autores_detalles.php?id_obras=13470"><span style="color: red;">BIBLIOGRAFÍA (SEGUNDA PARTE)</span></a></strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: lime;"><strong>CONCLUSIÓN </strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>Llevan una vida de violencia y letargo </strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>alternados, con un plácido desprecio </strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>por la opinión externa.</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: right;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><span style="color: cyan;"><strong>KATHERINE ANNE PORTER</strong></span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El Alto Plata tomó una ruta difícil hacia el desarrollo económico. Pese a la riqueza de sus recursos naturales, la región era cautiva de su política y de su geografía. El bienestar económico del Alto Plata dependía de su acceso a los mercados de las provincias de abajo particularmente al de Buenos Aires- pero la política hizo casi imposible ese acceso.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">En las últimas décadas del período colonial la región experimentó un "boom" exportador. El rápido crecimiento estuvo asociado con las políticas de la reforma borbónica y con la actividad de capitalistas peninsulares, la primera élite mercantil de la región. Esos comerciantes introdujeron dinero en el Alto Plata, abriéndolo a la economía monetaria. También aportaron tecnología e instituciones de crédito. La influencia de esos comerciantes sobre los funcionarios reales-entre ellos el propio Virrey de Buenos Aires-prometía aún mayor éxito económico en el futuro.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El resultado fue asombroso: las exportaciones de yerba mate altoplatense excedieron las 150.000 arrobas anuales y la región entera no sólo los comerciantes- se benefició con ello. El deseo de aumentar las ganancias hizo que los chacareros abandonaran los cultivos de subsistencia para emplearse como yerbateros, vaqueros, jornaleros o estibadores del puerto. Los que quedaron en sus chacras también se beneficiaron del creciente comercio con el cultivo del tabaco de exportación. Llegaron nuevos inmigrantes y ocuparon posiciones destacadas como artesanos, pulperos, carpinteros de ribera, etc. El final de la colonia fue la edad de oro para el Alto Plata.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">La región, que había tenido hasta entonces un rol periférico en la economía sudamericana, pudo entonces hacer llegar sus productos a todos los consumidores del Plata e incluso a los de los países andinos. En esa nueva situación, las élites tradicionales del Alto Plata terratenientes, encomenderos y estancieros- debieron compartir su poder local con los comerciantes. Muchos de estos últimos lograron establecer vinculaciones provechosas, pero en general las élites altoplatenses estaban distanciadas de los recién llegados, que no eran plenamente aceptados por la sociedad local. La prosperidad local enmascaró en parte esa separación, que sin embargo siguió existiendo.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Sin duda, la estabilidad política era necesaria para mantener el crecimiento económico en el Nuevo Mundo; en ausencia de ella no podían desarrollarse el comercio, las inversiones de capital ni otras actividades económicas. Las regiones políticamente estables después de su independencia -como Chile- se beneficiaron con el surgimiento de mayores oportunidades para el comercio. Sin embargo, fueron más frecuentes las situaciones similares a la del Alto Plata, donde las rencillas políticas provocaban la destrucción de las burocracias y de las estructuras de crédito, el subsiguiente colapso económico y finalmente el retroceso hacia modalidades más primitivas, como el mercantilismo y el trueque.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Los inicios del período nacional en el Alto Plata presenciaron la continuación o restauración de actitudes y prácticas coloniales. Eso satisfizo a muchos sectores conservadores de los chacareros o de la tradicional élite rural, que temían tanto las tendencias centralistas de los revolucionarios porteños como a los realistas locales. Ninguna tendencia política pudo ganar la plena aceptación en los pueblos del nordeste. Las guerras civiles que se sucedieron después de 1811 aumentaron aún más el aislamiento de la región.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">¿Cómo sobrevivieron los comerciantes altoplatenses en medio dé tantas limitaciones? Gracias a su habilidad natural. Para enfrentar W desafíos presentados por las guerras civiles del sur, los comerciantes establecieron nuevas rutas comerciales que evitaban las zona¡ de conflicto, y con frecuencia falsificaban los documentos sobre la procedencia de las mercancías. Olvidando el comercio de ultramar y de larga distancia, se limitaron a los mercados cercanos como Montevideo y Buenos Aires; eso les permitía una modesta ganancia, con la cual mantenían sus actividades dentro de los límites permitidos por la realidad política. Aún así, la posición de los comerciantes correntinos continuó siendo riesgosa.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Los gobiernos del Paraguay y Corrientes hicieron grandes esfuerzos para promover el comercio y beneficiarse con sus ingresos, pero manteniendo el intercambio cuidadosamente subordinado a sus objetivos políticos. Las contradicciones entre esos dos objetivos eran inevitables. En Corrientes, el gobierno mostraba una curiosa combinación de políticas liberales y prácticas de mercado conservadoras. A diferencia de muchas provincias argentinas, aquella evitó el largo ciclo de los regímenes militares de los caudillos. El Gobierno de Corrientes quedó en manos de una élite de comerciantes prósperos y de hacendados que trataron de mantener a flote el comercio correntino.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Aquella élite tuvo un cierto éxito entre 1820 y 1830. Sin embargo, sólo alcanzó un progreso muy limitado en las tres cuestiones prioritaria; la protección de las industrias artesanales locales; la prohibición del ingreso ilimitado de productos extranjeros en los mercados provinciales y la apertura permanente de los ríos a los buques comerciales extranjeros. </span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Buenos Aires, que por razones egoístas tenía poco apego a los proyectos mercantilistas de las provincias del litoral, se opuso a esos tres proyectos. Debido a tales diferencias, por mucho tiempo, Corrientes se alejó de una inicial postura porteñista y con el paso del tiempo, se convirtió en un franco partidario de la autonomía provincial. Esto a su vez, transformó a Corrientes en un campo de batalla, y solamente hacia 1850 se logró la estabilidad económica.<span style="mso-tab-count: 1;"> </span></span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">En el Paraguay, Francia restringió el comercio externo a dos puertos periféricos, Itapúa y Pilar. Limitando los contactos externos, el Dictador controlaba cuidadosamente el cobro de impuestos, obedeciendo a un clásico principio mercantilista. Irónicamente, esa escrupulosa inspección no evitó la presencia extranjera, ya que en las dos localidades los comerciantes (brasileros o correntinos) dominaban las transacciones. La correcta relación de Francia con estos comerciantes reveló que él no era indiferente al comercio, pero que consideraba más importante la política.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Francia no era un bonapartista, ni un revolucionario popular y protosocialista, ni el fundador de un modelo de desarrollo alternativo para el Paraguay. El gobernó su país según las líneas patrimoniales, como un hábil administrador borbónico; reglamentó estrictamente el comercio para fortalecer su régimen, pero dejó intacta la estructura básica de la sociedad paraguaya. De esa manera, él aseguró la independencia de su país, aunque a un alto precio. El paternalismo de Francia fue un obstáculo para el desarrollo económico.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Por supuesto que el Dictador podía justificar su peculiar absolutismo con el largo período de paz instaurado en el Paraguay, mientras en el resto del Plata corrían ríos de sangre, debido a los conflictos internos y la crisis internacional. Sin embargo, la paz no era una garantía para el progreso. El Paraguay experimentó escaso desarrollo hasta después de la muerte de Francia; la autosuficiencia tan frecuentemente elogiada en la literatura dependentista no substituyó satisfactoriamente el desarrollo económico.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El aislamiento del Alto Plata a principios del siglo XIX se debió más al estado desordenado en que se encontraba la política platense que a la obstinada actitud de Francia. Buenos Aires trató de desempeñar un papel hegemónico en el Litoral. Las provincias respondieron considerando el Estado argentino como una superestructura creada por los porteños para mantener sus privilegios económicos. Esas dos posiciones encontradas dejaban poco o ningún espacio para un compromiso. Buenos Aires continuó controlando las aduanas y recibiendo los beneficios del comercio mundial. El Alto Plata continuó aislado, pero preservó de modo fortuito la mayoría de los contactos comerciales existentes durante el período virreinal.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Los habitantes de la región tuvieron pocas dificultades para adaptarse a la reducción de los contactos con el exterior. La fertilidad del suelo prometía un satisfactorio nivel de vida, y la ausencia de grandes conflictos de clase garantizaba un tranquilo e indolente entorno social. Aunque eso fuera suficiente para muchos, no se lo puede considerar progreso. No existían mecanismos que alentaran al crecimiento económico.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Por razones políticas, los gobiernos de la región se negaron a abrir el comercio de las provincias de abajo. Por eso la población del Alto Plata tuvo pocas oportunidades de recibir mercaderías del exterior y debía conformarse con los artículos de producción local. La población no bastaba para conformar un gran mercado, y en consecuencia, con el correr de los años decayó la habilidad de los comerciantes nativos. El desarrollo económico significativo debió esperar tiempos nuevos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">La ruptura del aparente aislamiento sobrevino sólo a fines de la década de 1840, con el bloqueo anglo-francés a Buenos Aires. Con la caída de Rosas en 1852, los comerciantes extranjeros entraron -como nunca- en gran número en el Alto Plata, trayendo consigo una enorme cantidad de mercaderías y nuevas perspectivas para el comercio fluvial. Con los ríos abiertos y la Argentina finalmente resignada a la independencia paraguaya, las oportunidades para el comercio parecieron extraordinarias: en cuestión de meses, las exportaciones altoplatenses se cuadruplicaron.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Esos acontecimientos causaron un cambio económico básico en la región. Los granjeros y hacendados -acostumbrados a largos años de aislamiento- se orientaron prontamente a la producción de rubros comerciales, y poco quedó de la inicial reticencia a participar en una economía más amplia.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Como antes, la yerba llevó la delantera, aunque nunca recuperó la posición predominante ocupada en el pasado. La yerba brasilera se había ganado una enorme aceptación en Buenos Aires desde 1820 y el producto paraguayo ya no podía desplazar a ese competidor; los consumidores porteños ya estaban acostumbrados al producto brasileño más barato.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Aun admitiendo que la yerba paraguaya era superior en calidad, los consumidores se rehusaban a pagar su alto precio. El Gobierno de Asunción nunca comprendió que la demanda de la yerba era relativamente flexible, y que sin una política de precios más moderados, poco progreso podía hacerse en los mercados de las provincias de abajo, ni en los antiguos mercados coloniales de Chile.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El tabaco era otra cuestión. Con ese producto, el Alto Plata tenía posibilidades de ampliar su participación en el mercado de Buenos Aires, pero siempre y cuando no hubiera una molesta interferencia del Estado. Con la apertura de los ríos, los cosecheros paraguayos se apresuraron a dedicarse al tabaco, el principal cultivo de renta de la región. Por lo menos en dos ocasiones, durante la década de 1850, la exagerada producción para la exportación motivó una fuerte caída de los cultivos de subsistencia, subsanada solamente con la acción directa del Gobierno.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">Sin embargo, aquellas auspiciosas perspectivas para el productor individual no suponían automáticamente un mercado de, exportación equilibrado. Otros productos como la madera y el cuero (como el sebo, naranjas y piezas de alfarería) tuvieron poco peso en el potencial exportador de la región. No obstante, esas exportaciones menores hubieran prosperado si la política gubernamental del Alto Plata hubiera mostrado mayor comprensión de las prácticas comerciales modernas.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El Gobierno del Paraguay no manifestó ningún entusiasmo por el libre comercio. Interesado en asegurarse un porcentaje considerable en el mercado de exportación, Carlos Antonio López legalizó las vagas nociones de Francia sobre la autoridad del Estado en el comercio. Creó monopolios de Gobierno sobre la exportación de la yerba y la madera y mantuvo altos costos para las guías de importación y exportación. Mientras Francia había limitado intencionalmente sus vínculos comerciales con el exterior, López se jactaba de su programa de modernización basado en las ganancias de los emprendimientos comerciales del Estado.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">A pesar de los defectos y la falta de perspicacia de ese programa, la nueva actitud fue notablemente diferente. A diferencia de su predecesor, López insistió en que el comercio externo debía ser alentado, porque beneficiaba directamente al fisco. Sin embargo, su excesivo apego a las políticas mercantilistas impidió el surgimiento de una clase de comerciantes nacionales -exceptuados los miembros de la familia López-. Para Carlos Antonio López, el mercantilismo era, antes que una ideología, un medio para disfrazar el nepotismo. El Paraguay hubiera experimentado mayor desarrollo económico si el Estado no se hubiera inmiscuido en el comercio con tanta frecuencia.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">En Corrientes, el gobierno de Pujol rechazó el mercantilismo de López y dio en cambio la bienvenida a un mercado más amplio, estableciendo escasos controles sobre el comercio. Pujol tenía buenas relaciones con los comerciantes extranjeros y con los políticos nacionales, e incluso patrocinó un proyecto de colonización de franceses en el norte de su provincia. Este último esfuerzo fue un franco reconocimiento de que Corrientes necesitaba superar su escasez de trabajadores. La buena voluntad de Pujol para cooperar con el gobierno nacional garantizó a los correntinos una pequeña participación en el tranquilo comercio ribereño durante toda la década de 1850.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El comercio regional registró un activo tráfico durante los primeros años de la siguiente década. Los comerciantes, funcionarios gubernamentales, cultivadores, hacendados y los habilitados estaban de acuerdo con esa tendencia. Nadie pidió volver a una "economía cerrada". De hecho, los habitantes del Alto Plata empezaron a diversificar su producción: el algodón volvió a cultivarse como cosecha comercial y se crearon curtiembres saladeros, e industrias totalmente nuevas, como las de destilación de naranjas y licores de palma. En todo sentido, la región se encontraba en un proceso de desarrollo económico donde el comercio exterior proporcionaba el estímulo necesario.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">La guerra de la Triple Alianza fue un momento decisivo en la historia del Alto Plata. La interpretación dependentista sobre este conflicto presenta un Paraguay valiente y que defiende su autonomía económica (y su vía alternativa hacia el desarrollo) de los voraces capitalistas del Brasil y Buenos Aires, manipulados por los británicos.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">No existió tal autonomía. Hacia 1860 el Paraguay -como el resto del Plata- dependía casi completamente del mercado porteño y nadie, menos aún Francisco Solano López, quería ver cortado por mucho tiempo aquel valioso vínculo comercial. El Mariscal pensó que lograría la adhesión de los argentinos y uruguayos adversarios de Mitre y que vencería a los brasileros con una corta campaña militar. Hubiera alcanzado sus objetivos mediante una victoria fácil, pero calculó mal, y ese error condujo la región al desastre.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El comercio del Alto Plata en el período de 1780-1870 estuvo muy influido por factores ajenos a la oferta y la demanda. En circunstancias normales, la región podía beneficiarse con la existencia de un mercado estable -e incluso próspero- en las provincias de abajo. Pero los trastornos se convirtieron en lo habitual alrededor de 1815, y el sistema de relaciones establecido cuidadosamente para el comercio interregional no resistió a las agitaciones políticas. Los vínculos comerciales que habían permitido el crecimiento económico del Alto Plata se vieron deshechos una y otra vez, dejando a los gobiernos de la región pocas opciones, salvo la de un extremo conservadurismo fiscal.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;">El desarrollo nunca fue generado internamente. El verdadero cambio económico sólo sobrevino a fines del siglo XIX, cuando la demanda Norte-atlántica, acompañada de las masivas transferencias de capital y tecnología, transformaron el comercio regional, vinculándolo aún más directamente con el mercado porteño y logrando grandes beneficios en el proceso. A fin de cuentas, la integración del Alto Plata en la configuración mayor del desarrollo de Latinoamérica fue solamente una cuestión de tiempo.</span></div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><br />
</div><div class="MsoNoSpacing" style="margin: 0cm 0cm 0pt; text-align: justify;"><span style="font-family: 'Times New Roman','serif'; font-size: 12pt;"><br />
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