Recomendados

viernes, 25 de junio de 2010

ALFREDO M. SEIFERHELD - NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY (1939/1945) / GOBIERNOS DE JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA e HIGINIO MORÍNIGO.

NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY
LOS AÑOS DE LA GUERRA
GOBIERNOS DE JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA
e HIGINIO MORÍNIGO (1939/1945)
por
ALFREDO M. SEIFERHELD
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
Revisión técnica: Alfredo Seiferheld
Corrección: Ada Rosa de Wehrle
Editorial Histórica.
Asunción-Paraguay 1986

.
NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY.
LOS AÑOS DE LA GUERRA, es la segunda parte de una trilogía que estudia la presencia e impacto de las doctrinas fascista y nacionalsocialista en el, Paraguay, desde, los años veinte hasta nuestros días. El libro, el undécimo título de Alfredo M. Seiferheld, completa su anterior visión sobre el nazi-fascismo en el Paraguay en vísperas de la guerra, publicada también bajo el sello de Editorial Histórica. Sus páginas abordan una década fundamental en la historia política mundial y local, tratada en forma metódica a partir del reducido panorama paraguayo, en el cual, como en los demás países, se repitieron parecidos fenómenos. El libro se inicia con la asunción a la presidencia por, el general José Félix Estigarribia; hecho casi coincidente con el estallido de la segunda guerra mundial, y prosigue con la evolución de la política internacional paraguaya; la que tras una vacilante neutralidad se vuelca paulatinamente al sector aliado, cuando menos en los papeles. La reciente desclasificación de importantes y desconocidos documentos de archivos norteamericanos y alemanes, ofrece sorprendentes revelaciones, para una historia que no podía escribirse antes de ahora.
.
INTRODUCCIÓN: El presente volumen es un intento por devolver a nuestros días un sobresaltado período de más de seis años de historia paraguaya, con acento en la penetración nazi-fascista operada dentro de sus fronteras. Quisieron las circunstancias que dos militares, los generales José Félix Estigarribia e Higinio Morínigo, dominaran el escenario político del Paraguay en aquel lapso bélico de 1939 a 1945; el primero por espacio de un año y unos pocos días, el segundo por todo el tiempo restante. De distinta concepción ideológica, ambos adecuaron con criterio dispar las circunstancias internas del país a los reclamos de la política internacional. Muerto Estigarribia en un accidente de aviación en septiembre de 1940, su sucesor respetó la neutralidad paraguaya, aunque oscilando en sus simpatías por el Eje. Pero la abierta presión norteamericana, acompañada de los resultados de la guerra y de una sustancial ayuda económica, lo llevaron a cambiar de rumbo, ya entrado el año 1942.
** El fascismo y el nacionalsocialismo no fueron, sin embargo, una creación de aquellos turbulentos años. Estas ideas totalitarias comenzaron a penetrar en el Paraguay a finales de los veinte, cuando se fundaron en Asunción, en 1928, la primera sección local del "fascio" y en la Colonia Independencia el primer partido nazi fuera de las fronteras germano-austríacas. (1)
** Ello sin olvidar la fundación, en ese mismo año, del Partido Comunista Paraguayo, al amparo -como los demás núcleos- de uno de los, más positivos períodos de democratización que vivió el Paraguay a fines del gobierno de Eligio Ayala y principios del de José P. Guggiari.
** Desde comienzos de los años treinta, Latinoamérica se sumerge en la efervescencia de las ideologías que pugnan por ganar terreno en sus naciones. La toma del poder por Adolfo Hitler en Alemania, en 1933, contribuye en favor de la derecha. El triunfo del Frente Popular Español, en los comicios de febrero de 1936, fortalece a la izquierda. Entretanto, el Paraguay y sus vecinos, especialmente aquéllos que contaban con fuertes minorías de origen germano, se ven invadidos por una sutil propaganda, dispersada por las Legaciones del Reich y por sus agentes políticos y comerciales. Frutos de ella, surgen también aquí las organizaciones nazis, con pretensiones de formar las quintas columnas en correspondencia con lo que ocurría en Europa. Los gobiernos del coronel Rafael Franco (1936-1937) y de Félix Paiva (1937-1939) no quedan al margen de la presión totalitaria ítalogermana, que hace también escuela en importantes sectores del Ejército y en algunos círculos políticos e intelectuales donde la disciplina, el orden y el trabajo son valores apetecidos.
** Durante el período abordado por este libro, se produjo en el Paraguay la paulatina clausura del Estado liberal, que a partir de 1940 derivó en un liberalismo autoritario, aunque todavía legalista. Con un modelo económico sin mayores variantes, el Estado fue asumiendo roles diferentes, absorbiendo los principios corporativistas del fascismo y encontrando características totalitarias más definidas. Su influencia, a través de la Constitución jurada en 1940, se proyectaría a la Carta Magna de 1967 y, con ella, llegaría luego a nuestros días.
** Si bien la fuerza había sido sólo excepcionalmente la norma de conducta de la mayoría de las naciones, el año 1939, en que la humanidad fue sumida en las tinieblas de una nueva guerra, demostró que una segunda naturaleza, la del odio, subyacía en el nazi-fascismo europeo, convertida en patrón de conducta de quienes, de otro modo, no habrían llegado a tales límites de barbarie y degradación. A lo cual se sumó el militarismo japonés, que extendió la pólvora en el lejano Oriente, con su cuota de muertos, desaparecidos, prisioneros y heridos.
** Nadie hubiera podido pronosticar, en los años veinte, que los gobiernos que desesperadamente buscaban entonces un orden diferente que les privara de los horrores de un nuevo enfrentamiento, volverían a caer en él apenas transcurridas dos décadas. Como tampoco nadie hubiera predicho que en medio del conflicto, un enorme genocidio sería llevado a cabo por el nacionalsocialismo y sus aliados contra pueblos y seres calificados de inferiores por el delirio de sus esbirros.
** La primera mitad de los cuarenta hasta el término de la guerra, fue para el Paraguay y para sus 1.100.000 habitantes, un período de inocultable expectativa. Con una tregua política vigente desde febrero de 1940, con una Constitución de dudosa validez y con diversas leyes restrictivas, las discrepancias ideológicas no se exteriorizaron hasta 1946, para eclosionar con fuerza al año siguiente. Fascistas y aliadistas argumentaban, en cambio, en lo político, aprovechando un terreno fértil pero inculto, en el cual el gobierno del general Higinio Morínigo, que había inicialmente apostado por el Eje, varió de conducta cuando los Estados Unidos, agredidos por el Japón en diciembre de 1941, volcaron todas sus recursos económicos y diplomáticas en favor de las aliados.
** Dominaban por entonces la escena internacional la propagación de una absurda teoría racial llevada a escala superlativa con el holocausto judío en Europa; la penetración a el totalitarismo en Sudamérica, las victorias iniciales del Eje, la dual actitud soviética y el posterior derrumbe de la maquinaria bélica alemana con el eclipse definitivo de su poderío. Durante casi todo ese tiempo, la infiltración nazi-fascista se hizo también presente en el Paraguay, incluso a través del antisemitismo, (El contagio antisemita de aquellos años contradecía el espíritu solidario que siempre habían mostrado los paraguayos. Nadie recordaba, aunque sólo fuese como anécdota, un episodio ocurrido en tiempos de la colonia, que pintaba aquella ancestral virtud. En 1735, derrotados los comuneros, un grupo de paraguayos era transportado en carretas a prisiones del Reino de Chile por la vía del puerto de Buenos Aires a Mendoza. Junto a ellos viajaban doce judíos portugueses, capturados en ese puerto, que tenían por destino el tribunal de la inquisición de Lima. Por el camino los paraguayos se amotinaron, redujeron a sus guardias y huyeron. Pero no lo hicieron solos. El padre jesuita Pedro Lozano afirmaría después, quejumbroso, que “lo más sensible de esta fuga" fue haber permitido que también escapasen los judíos portugueses. "Los fugitivos paraguayos, como tan malos cristianos, les dieron también libertad", se lamentaba Lozano. Dos siglos después, el mundo ya no era el mismo) a la espera de un resultado favorable en Europa. La cabecera de puente tendida a sus playas con el apoyo de un importante sector del Ejército y con las simpatías disimuladas de algunos políticos y periodistas, aguardó en vano ser utilizada: la guerra se definió en Stalingrado, Sicilia y Normandía; en el África, en Hiroshima y Nagasaki.
** El final del conflicto no puso término al enfrentamiento de las ideas, pero para la humanidad nacía una nueva época de esperanza. Aquel tiempo también se vivió en el Paraguay. Y si hoy pretendemos reconstruirlo es para recordar a quienes no estuvieron en favor de la justicia, cuando la civilización y la barbarie luchaban por prevalecer sobre la tierra.
** Varios años de investigación demandó la terminación del presente volumen. En su transcurso, desgraciadamente, no pudieron despejarse todas las incógnitas. A más de las fuentes de consulta obligada para este tipo de labor, fue remarcable el aporte del Archivo Nacional de Washington, cuyo "Record Group" número 59, del Departamento de Estado, es posiblemente el mayor repositorio mundial de documentos sobre la materia. Del mismo modo, los archivos de la sección política del "Auswaertiges Amt" Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania Federal, así como la biblioteca del Instituto Iberoamericano de Berlín, sirvieron para conocer las golpes de la otra campana, relativos al período de esta indagación.
** No fueron consultados, en cambio, los archivos del Foreign Office británico, como tampoco archivos franceses e italianos. Respecto de los primeros, cabe la excusa de que las informaciones norteamericanas contenían, a veces, referencias sobre el modo de pensar y actuar de los ingleses en el Paraguay, lo que en alguna medida evitó duplicar la información a partir de un mismo punto de vista. En cuanto a los despachos de diplomáticos franceses e italianos desde el Paraguay, ellos fueron limitados y también con enfoques coincidentes, esta vez con los alemanes; en el caso de Francia, tras la acreditación en el Paraguay del nuevo ministro de Vichy, en 1940. Dudamos que la consideración de estos documentos hubiese modificado sustancialmente las conclusiones a que se llega en la obra.
** Hemos realizado esfuerzos por investigar también en el archivo del Ministerio de Relaciones Exteriores del Paraguay, aunque sin éxito. Lamentamos su nula predisposición. Pretextando una prolongada mudanza, no se pudo indagar en él cuando por doquier este tipo de material es accesible a los investigadores para una aproximación con la verdad histórica. Tras mucho insistir decidimos finalmente prescindir de él, para no demorar la edición del libro, circunstancia ésta que habría ido en detrimento de su interés.
** En el curso de nuestras pesquisas tratamos asimismo de averiguar el paradero de los archivos alemanes que no habían sido destruidos aquí por la misma Legación del Reich, o por los bombardeos aliados sobre Alemania. Una parte de ellos pudo ser consultada, como podrá apreciarse en este libro. Pero la otra no llegó, aparentemente, a nuestros días. Un informe del Agregado Legal de la Embajada de los Estados Unidos de América, fechado en Asunción el 27 de mayo de 1946, indicaba que el 29 de mayo de 1945 el gobierno paraguayo permitió a los representantes diplomáticos de Estados Unidos e Inglaterra el acceso a las archivos de la Legación de Alemania. Estos constataron que todavía existían 158 biblioratos, aunque con seguridad ya expurgados. El material fue puesto a disposición del primer secretario y de los agregados militar, naval y legal de la representación diplomática americana, quienes hicieron un extracto de los nombres individuales citados en ellos, el cual hemos podido consultar. Indagado sobre este mismo particular, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Alemania Federal indicó en 1976 que desconocía el destino de los demás documentos. En cambio, los muebles, cuadros, mapas, tapices, libros y objetos que pertenecían a la Legación, pasaron en octubre de 1946, por decisión del gobierno paraguayo, a propiedad de la escuela de niños pobres Luis Guanella, de Asunción.
** Este libro, que pretende complementar en contenido y citas el anterior volumen relativo al nazi-fascismo en el Paraguay en vísperas de la segunda guerra mundial, va también dedicado a los paraguayos que tuvieron fe en la libertad, y que a más de cuarenta años del término del conflicto aún confían en ella.
** El triunfo de la civilización sigue siendo un compromiso de los hombres libres para evitar la obscuridad de aquella década de odio y destrucción, que estuvo a un paso de esclavizarla, haciéndola abdicar de sus más sagradas conquistas.
ALFREDO M. SEIFERHELD
(1) Los nazis tenían en el Paraguay dos motivos de orgullo. Al hecho de haberse formado aquí el primer partido nazi de América, podían añadir el primer intento, todavía en pleno siglo XIX, de establecimiento en estas tierras de la primera colonia "aria" del mundo, a cargo de Bernard Foerster. Su "Nueva Germania", fundada en 1887, no debía estar contaminada con sangre semita. Su cuñado, Friedrích Nietzsche, maldeciría aquella iniciativa negándose a acompañar a su hermana, con quien Foerster estaba casado, a vivir al Paraguay. "Probablemente tu difunto marido ha contaminado en tal forma el Paraguay con su plaga antisemita que debe ser un lugar tan malo para vivir como Alemania", le escribiría a ella el filósofo, en su peculiar estilo, poco después del suicidio del pionero antisemita, ocurrido en Paraguay en 1889.
.
ÍNDICE
PROLOGO - INTRODUCCION
I* EL GENERAL JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA ASUME LA PRESIDENCIA DEL PARAGUAY EN VISPERAS DE UNA NUEVA CONFLAGRACION
· La agresión a Polonia desencadena la guerra / "Keep out of war" / Los alemanes reaccionan en el Paraguay frente a la crisis mundial / El sol naciente resplandece también en el Paraguay
II* UN VERANO SIN RETORNO DEMOCRATICO EN EL PARAGUAY
· Estigarribia asume la totalidad de los poderes políticos / El nazismo se mantiene activo a pesar de su prohibición / Partidarios del Eje y de los aliados abren trincheras en el Paraguay / La colectividad italiana del Paraguay abandona gradualmente el fascismo / Repercute en Asunción la derrota de Francia / Ambigua actitud adopta la Misión Militar Francesa en el Paraguay / Se impone al país una nueva Constitución / El comunismo paraguayo busca acreditarse ante Estigarribia / Alemania fomenta intrigas en el Ejército paraguayo / El último vuelo del Potez 7
III* HIGINIO MORINIGO ES DESIGNADO PRESIDENTE PROVISIONAL
· Pasajero deterioro en las relaciones paraguayo-norteamericanas / El comercio exterior paraguayo toma un nuevo rumbo / Secuestro y prohibición de "El gran dictador" de Charles Chaplin / Morínigo consolida su gobierno provisional. Nuevas purgas en el Ejército / El comunismo pierde el control de la dirigencia obrera / Sectores judíos reaccionan en el Paraguay ante el acoso antisemita / La influencia nazi gana terreno también en el Paraguay / Muere en Asunción el ministro Buesing / La propaganda nacionalsocialista se intensifica en el Paraguay
IV* CRECE LA PREOCUPACION NORTEAMERICANA POR LA INFLUENCIA NAZI EN EL PARAGUAY
· "La propaganda alemana ha obtenido un triunfo en el Paraguay” / Los Estados Unidos entran en guerra con el Japón
V* EL PARAGUAY ROMPE RELACIONES CON EL EJE
· El gobierno de Morínigo adopta nuevas disposiciones contra los intereses del Eje / La Iglesia paraguaya declara su neutralidad en el conflicto / Movimientos nazis en el sur incomodan a los norteamericanos / El jefe del partido nazi permanece en el Paraguay / El gobierno paraguayo modifica su política obrera / Los judíos del Paraguay apoyan la causa aliada / Continuidad de Morínigo y viaje a los Estados Unidos
VI* EL TOTALITARISMO SE AFERRA EN EL PARAGUAY A UNA CAUSA PERDIDA
· En "Cañada" es asesinado un ferviente anti-nazi / El gobierno clausura la "Unión Germánica” / Identifican a agentes nazis con documentación paraguaya / Sugieren a Morínigo adoptar medidas contra los japoneses / Pervive el antisemitismo en un sector de la prensa paraguaya / Un inesperado sobresalto político agita el ambiente local
VII* EL PARAGUAY DECLARA LA GUERRA A LAS POTENCIAS DEL EJE
· Se adoptan medidas definitivas contra bienes y ciudadanos del Eje / Se conocen los alcances de la "solución final” / La caída de Berlín provoca en el Paraguay las primeras reacciones públicas contra el nazismo / La rendición del Japón suscita nuevas manifestaciones en el Paraguay / Epílogo: la historia cambia su curso para siempre
CITAS
APÉNDICE DOCUMENTAL
.
Enlace al libro:
(1936 / 1939)
VÍSPERAS DE LA II GUERRA MUNDIAL
GOBIERNOS DE RAFAEL FRANCO Y FÉLIX PAIVA
(1936/1939)
por ALFREDO M. SEIFERHELD
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
http://www.portalguarani.com/ )
Revisión técnica: Alfredo Seiferheld
Tapa: Jorge González Saborino
Editorial Histórica.
Asunción-Paraguay 1985
.
Visite la GALERÍA DE LETRAS
del PORTALGUARANI.COM
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.

ALFREDO M. SEIFERHELD - LOS ALEMANES REACCIONAN EN EL PARAGUAY FRENTE A LA CRISIS MUNDIAL / Fuente: NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY (1939/1945)

LOS ALEMANES REACCIONAN
EN EL PARAGUAY
FRENTE A LA CRISIS MUNDIAL
por ALFREDO M. SEIFERHELD
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
.
Cuando en septiembre de 1939 Europa se vio sumergida de nuevo en la guerra, el partido nazi del Paraguay ejercía un control indisimulado sobre la importante colectividad germana afincada en sus fronteras.( Un panorama más completo sobre el impacto del nacionalsocialismo en el Paraguay de los años treinta hemos ofrecido en la primera parte de nuestro trabajo, titulado "Nazismo y fascismo en el Paraguay. Vísperas de la II guerra mundial". 1936-1939, Editorial Histórica, Asunción, 1985, 224 páginas.)
Esta, posición de preeminencia era el fruto de un perseverante esfuerzo, resistido por la mayoría en sus comienzos. Cuando el grupo paraguayo del NSDAP ("NATIONALSOZIALISTISCHE DEUTSCHE ARBEITERPARTEI") o "Partido Nacionalsocialista Alemán de los Trabajadores", más conocido como el partido nazi, apareció en el Paraguay en 1928, muy pocos apostaron por él como el partido del futuro. En octubre de 1932 dicho sector, afincado todavía en la Colonia Independencia, adquirió la categoría de "ORTSGRUPPE" (grupo local), a pesar de haber sido ya reconocido en Alemania en 1929. Su principal gestor, FRUNO FRICKE, se apartó luego del nacionalsocialismo, para combatirlo con otros ex-adictos dentro de un denominado "Frente Negro". Fricke vivió en la segunda mitad de los años treinta recorriendo la Argentina, el Brasil, el Uruguay y el Paraguay, tratando de persuadir a sus conciudadanos de que el partido nazi no era el ideal de gobierno para su patria. Por entonces, sin embargo, era tarde: el nacionalsocialismo se había impuesto y pretendía ahora imponer su propia ideología a toda Europa.
Ya el 22 de junio de 1937 la Gestapo o policía secreta alemana describía a BRUNO FRICKE, en carta a la Legación germana en Asunción, como "cabeza de todo el movimiento de oposición a Hitler en Sudamérica", amén de ser el editor, juntamente con HEINRICH JUERGES, de la "difamatoria hoja" titulada "DIE SCHWARZE FRONT" (El Frente Negro). Por aquella época, Fricke vivía en colonia Hohenau, al sur del país. (12) En septiembre de 1939, la Legación, a cargo del ministro HANS KARL BUESING, escribía al cónsul alemán en Encarnación ordenándole conversar con Fricke para retirarle el pasaporte. El método sugerido era invitarlo al consulado, pedirle su pasaporte para una revisación y no devolvérselo. (13) Desconocemos el resultado de tal iniciativa.
La colectividad alemana sumaba en el Paraguay, a finales de los años treinta, unos 30.000 miembros, en mayoría nacidos aquí y portando la doble nacionalidad. A pesar de la distancia geográfica, mantenían ellos un permanente espíritu de cuerpo, congregados en torno de varias sociedades e instituciones, como las escuelas alemanas, la Iglesia Evangélica, la sociedad de canto, el hospital alemán, los clubes deportivos y las ramas juveniles del nacionalsocialismo. El denominado "DEUTSCHER VOLKSBUND FUER PARAGUAY", más conocido como "UNIÓN GERMÁNICA", administraba recursos financieros y era una entidad social dirigida por el partido nazi. A ello debían añadirse los comercios de propiedad alemana, estrechamente vinculados a la clase dirigente en el Paraguay, así como la Legación y los consultados a cargo casi exclusivo de hombres leales al NSDAP. Gracias a estas organizaciones, el nacionalsocialismo ganó adeptos no sólo entre los pobladores de origen germano, sino también entre aquéllos que no tenían sangre común. Los agentes nazis se movilizaban con suma facilidad en la zona fronteriza del Paraguay, la Argentina y el Uruguay, como fue denunciado entonces y quedó comprobado después. Los espías nazis, escribía a finales de los treinta el dirigente comunista argentino Ernesto Giudici, "siguen merodeando por el sur del Brasil, Uruguay, Paraguay, Bolivia y norte argentino-chileno... Los nazis que huyen del Brasil pasan a Misiones con armas y demás elementos; algunos siguen hasta Paraguay (Colonia Hohenau). (14)
Los ministros alemanes así como el personal superior de la Legación y algunos cónsules comprendían a su turno el papel que les tocaba desempeñar para promover los fines del nacionalsocialismo en la colectividad alemana, siguiendo a menudo las instrucciones de la cúpula de la "AUSLANDSORGANISATION" u "ORGANIZACIÓN PARA EL EXTRANJERO" que funcionaba en Berlín como departamento del Ministerio de Relaciones. Cuando en 1933 Hitler tomó el poder, el representante alemán ante el gobierno de Eusebio Ayala, RUDOLF VON BUELLOW, se declaró de inmediato partidario de aquél. A von Buellow sucedió el 14 de noviembre de 1934 el conde ERHARD VON WEDEL, quien aparentemente no demostró suficientes simpatías hacia el nacionalsocialismo. Tal fue, al menos, el contenido de una denuncia que hiciera al Ministerio de Relaciones Exteriores del Reich un activo miembro del partido, VALENTÍN O. KNAPKE, a la sazón administrador ad-honorem de la colonia Capitán Meza. En más de una oportunidad, Knapke -miembro activo del partido entre 1933 y 1936- reprobó a aquellos alemanes que no militaban en el partido, pero sus denuncias, aparentemente, no habían tenido eco en la Legación a cargo de von Wedel, lo que movió a aquél a descalificarlo a su turno ante Berlín por no contribuir con más énfasis a la construcción del nacionalsocialismo en el Para-guay. Von Wedel se defendió aduciendo que lo que Knapke buscaba era construir, él mismo, ese nacionalsocialismo. Poco después, por presión de la "Unión Germánica", Knapke renunció a su cargo y abandonó la colonia. Pero en febrero de 1937 von Wedel fue reemplazado por Buesing. (15)
El doctor HANS BUESING, acreditado durante el gobierno del coronel Rafael Franco, realizó especialmente durante el mandato de Félix Paiva (1937-1939) una activa labor en provecho de la causa alemana. Recomendó numerosas condecoraciones a miembros del partido nazi en el Paraguay, algunas de las cuales provocaron fricciones en la colectividad alemana porque, al parecer, no todos eran acreedores a ellas. En diciembre de 1939 Buesing realizó en Asunción una importante reunión de cónsules alemanes, invitando a ella a la cúpula del partido nazi local, como también a miembros prominentes de la colectividad germana.lb Fue ésta una de las primeras reacciones adoptadas por los alemanes en el Paraguay frente a las contingencias de la guerra y el papel que el nacionalsocialismo debía cumplir en los países neutrales.
El rol de los cónsules alemanes durante la guerra fue, empero, en algunos casos discreto, y en otros positivo para la causa. FRIEDRICH BRIXNER, cónsul en Villarrica desde 1929, adhirió al nacionalsocialismo fomentan dolo en las colonias alemanas de Colonia Independencia, Carlos Pfannl y otras. Según la Legación del Tercer Reich, Brixner "desarrolló una activa propaganda entre sus amigos paraguayos en favor de la nueva Alemania", (17) aunque por referencias de judíos que vivían en la zona, no adhirió al antisemitismo, que constituía uno de los pilares ideológicos del nacionalsocialismo. (18) Otros cónsules como EMILIO CLOSS y EUGEN FRANCK en Encarnación, ERWIN EBERHARDT REINIGER en Villeta y R.W. SEIFART en Concepción, no pertenecían necesariamente al partido, pues ocupaban sus cargos con anterioridad al advenimiento del nazismo al gobierno en Alemania. En los archivos nazis no destruidos en Asunción al término de la guerra, aparecen con mucha frecuencia rencillas y denuncias que ciudadanos alemanes tenían y se hacían entre sí -algunas referidas a los propios cónsules- por no ser los denunciados, en opinión de los denunciantes, lo suficientemente nacionalsocialistas para ocupar determinados cargos. Esta actitud de delación, propia del nacionalsocialismo, impidió muchas veces que miembros del partido nazi en el Paraguay fuesen condecorados por su gobierno y, en otras, suscitó diferencias y lucha de poder por los núcleos nazis en el país. Observaciones verbales sobre errores del Fuehrer en la conducción política y militar de Alemania eran también aquí suficientes para que el partido retirara a sus miembros la confianza y los cargos que tenían.
Si estas desinteligencias se dirimían en Berlín, a veces eran objeto de un especial interés. Subyacía, simultáneamente, otro tipo de discrepancia, de carácter más profundo, entre el Ministerio de Relaciones Exteriores y las diversas ramas de las organizaciones "AUSLAND" o exterior del partido. Cuando éste quiso someter a las instituciones preexistentes, como era el caso, comenzaron las fricciones entre funcionarios de carrera y los "PARTEIGENOSSEN" o "camaradas del partido", que buscaban escalar posiciones por méritos partidarios.
El avasallamiento por el NSDAP y sus miembros de las normas que regulaban la organización del Estado era propio del totalitarismo, el que a la vez de confundirse con aquél, pretendía asumir el rol de fiscalizador de sus actos. La colisión entre ambos aparecía como inevitable en la Alemania nazi, donde por anticipado se sabía quién impondría su decisión. Prácticos en el manejo de la intriga, los camaradas del partido fomentaban las discordias para luego constituirse en árbitros y dirimirlas en beneficio propio.
Al Paraguay también llegó la lucha por un mayor espacio entre el partido nazi local y la Legación del Reich. Una de sus primeras exteriorizaciones había sido resuelta en diciembre de 1937, cuando el "GAUGERICHT DER AUSLANDS-ORGANISATION" o "Tribunal de la Organización para el Extranjero" debió fallar en una controversia para la designación del "mediador" o "SCHLICHTER" del "LANDESGRUPPE" o "grupo-país" del Paraguay, tras el fallecimiento del último árbitro, el DOCTOR EBERT. El 11 de diciembre de 1937, el JUEZ KRANECK comunicaba al jefe del Departamento de Organización Extranjera en el Ministerio de Relaciones Exteriores, WILHELM BOHLE, que había decidido "levantar" una determinación anterior, que designaba como árbitro y comisario del grupo-país Paraguay al ministro Hans Buesing. La decisión consideraba "inoportuna" la designación de un jefe de misión diplomática como árbitro del partido, al tratarse éste de un cargo de mucha altura. "El jefe del grupo-país Paraguay fue instruido -decía la misma resolución tribunalicia- de no comunicar al ministro la decisión de su nombramiento, como tampoco de entregarle ningún documento perteneciente al fallecido árbitro, camarada del partido, doctor Ebert". (19)
Con el correr del tiempo, el Departamento de Organización Extranjera fue teniendo cada vez mayor peso dentro de las Relaciones Exteriores del Reich, en detrimento de la propia función diplomática. A comienzos de 1938 el mismo reclamaba que el grupo-país Paraguay se hallaba adeudando alrededor de 1.000 Reichmark en concepto de cuota partidaria para fines educativos, la que había sido fijada en 0,20 RM por afiliado. Las explica-ciones relativas a la mala situación financiera del grupo no satisficieron al encargado Hermann Luedtke, quien con fecha 10 de febrero se había opuesto, por pedido del camarada Alfred Hess, transferir al Paraguay 500 marcos asignados a los mismos fines. Con frecuencia, estos pagos bajo el rubro de "educación" ocultaban otro destino, que no debía hacerse demasiado visible. En este caso, el dinero debía utilizarse para un trabajo de filmación, y los medios eran aportados por el Ministerio de Propaganda del Reich. (20)
.

Facsimilar de un documento originado
en el Departamento de Organización Exterior de Berlín,
solicitando a comienzos de 1938
una decisión respecto de una transferencia de 500 Reichmark
para fines educativos, destinados al
"Landesgruppe Paraguay".
.
El 20 de mayo de 1938, poco más de dos meses después de la anexión de Austria al Tercer Imperio, el jefe del partido nazi en el Paraguay, REIMER BEHRENS, informaba a Alemania que en el Paraguay "todo estaba tranquilo" y que no se observaba "un peligro inmediato" para la causa. Para evitar problemas con el gobierno, el partido había decidido suspender cualquier actividad hacia afuera, depurando en el ínterin sus cuadros internos. La dirigencia del partido y de sus organizaciones como el denominado "OPFERRING" o "Anillo del Sacrificio", debían convertirse en núcleos exclusivos de alemanes naturales o "REICHSDEUTSCHE", eliminando paulatinamente de ellas a los "VOLKSDEUTSCHE" (ciudadanos de origen alemán, nacidos fuera de las fronteras austro-alemanas), así como a quienes tenían doble nacionalidad. El telegrama de referencia, cursado como era habitual por intermedio de la Legación, llevaba la "plena conformidad" del ministro Buesing. (21)
Behrens, un excombatiente alemán de la anterior guerra, se había hecho cargo de la conducción partidaria el año 1936, reemplazando al mayor S.R. REITZENSTEIN. Dos veces condecorado por el gobierno de Hitler, Behrens disimuló sus actividades desde el Banco Germánico, del cual era funcionario. En noviembre de 1940 la Legación de Alemania se dirigió a la cancillería elogiando el trabajo de Behrens, cuya habilidad y capacidad eran "tan grandes que incluso durante la guerra el NSDAP estuvo en actividad sin ninguna interrupción" (22)
Junto con Behrens, perseguían iguales propósitos varios otros prominentes simpatizantes del nazismo o afiliados a él. Entre aquellos se encontraba el pastor de la Iglesia Evangélica, KARL RICHERT, que hacía constantes viajes al interior promoviendo las ideas nacionalsocialistas junto a su labor religiosa. En mayo de 1940 el ministro Buesing lo recomendaba para una condecoración, significando que Richert, a la par de su misión religiosa, "es cada vez más activo en favor de los intereses de Alemania". Y al tiempo de calificar su trabajo de "ejemplar", indicaba que el pastor "vivía por el interés en su vieja madre patria, con discursos y exhibición de filmes". (23) El año 1934, según informe de la embajada norteamericana redactado en 1946, Richert se había ocupado del caso del ciudadano judío alemán RUDOLF HIRSCH, solicitando información sobre éste a la policía de Hamburgo. Richert quería probar que Hirsch, que había llegado al Paraguay, tenía razones para odiar a Alemania, las que no eran de orden racial como éste afirmaba. (24) El pastor Richert creó además un internado para jóvenes, en 1939, y siguió siendo cabeza de su iglesia hasta el año 1965, en que regresó a Alemania.
Conforme a los papeles de la Legación del Reich, otros dirigentes nazis vivían en el interior, entre ellos ALBERT SIEHR y GUSTAV VOLLING, jefes del partido en San Bernardino, desde 1937; también WALTER HAASE, que tenía igual cargo en la Colonia Independencia: Haase había sido incluso positivamente calificado por la Legación alemana por su activa participación en la promoción del germanismo en la colonia. En Capitán Meza resaltaba, por su parte, según aquellos archivos, ADOLF HANSEN, jefe del grupo local desde 1933 y promotor del nacionalsocialismo en la zona. En la colonia Carlos Pfannl era también citado FRITZ PFEIFFER, designado en 1939 como jefe de la juventud hitleriana del lugar, a la vez que director de la escuela alemana de Colonia Independencia. El 3 de marzo de 1940 el cónsul Brixner lo describía así: "Pfeiffer ocupa su puesto de jefe del NSDAP local con gran eficiencia y tiene particularmente una fuerte influencia en la juventud, a la que instruye cuidadosamente en la doctrina nacionalsocialista". Pero, según la carta, "tiene poca simpatía hacia los católicos fervientes" (25)
En la capital comenzaban también a incrementar su actividad otros afiliados, como el argentino-alemán CARLOS KLUG, KARL KNAUER (a quien la Legación describía en 1939 como "uno de los primeros que siempre ofrece su colaboración al partido"), LEONHARD SCHMULL y GEORG SCLULEIDER. Este ocupaba en 1939 el importante cargo de presidente de la UNIÓN GERMÁNICA DEL PARAGUAY, y en ese carácter cumplió un rol destacado en la promoción del nacionalsocialismo en el país. Su asistente y secretario, GERD VON SCHUTZ, así como la esposa de éste, GERTRUD, están también citados en los archivos alemanes por su labor en pro de "todas las aspiraciones alemanas", como afiliados al partido. (26)
Párrafo aparte merecen RUDOLF PETZ y FRANZ POWARZYNSKI, ambos maestros de escuela. Petz, que comenzó enseñando en Hohenau entre 1928 y 1930, se trasladó a Asunción e ingresó al partido nazi en abril de 1933, conforme a los archivos partidarios, con el número 1563-195. Profesor del colegio alemán de Asunción, Petz fue de febrero de 1934 a noviembre de 1935 tesorero del partido. Descripto como "indubitablemente leal a la causa del nacionalsocialismo y devoto de ella", Petz consiguió ciudadanía alemana antes de 1938, pero sus huellas se perdieron a comienzos de los años cuarenta. En cambio Powarzynski, también maestro del colegio, fue nombrado jefe de la juventud de la Unión Germánica a finales de los años treinta, afiliándose al partido por la misma época. Pero no tuvo mayor proyección dentro del nazismo, según indicaban sus superiores. (27) A muchos kilómetros de distancia, en el Paraguay, era fácil ser un activista nazi. Lejos del peligro de la guerra, con un océano separando los sufrimientos y las penurias, no se renunciaba a mucho mostrándose patriota. Por el contrario, era provechoso y recomendable. Los nacionalsocialistas del Paraguay, con escasas excepciones, fueron poco consecuentes, fanáticos durante el conflicto, no pensaron en presentarse a las filas de la WEHRMACHT, y abdicaron, en mayoría, de los principios nazis cuando el final de la guerra los puso en el bando de los derrotados.
Pero a finales del treinta y nueve y comienzos del cuarenta la euforia era justificada. Casi todos habían olvidado cómo Hitler se consolidó en el poder y qué precio había sido pagado por el pueblo alemán en esos años. En tal contexto, la mayor parte de sus integrantes se había unido en la guerra de agresión desencadenada en Europa. El Paraguay era apenas un reflejo de tanta inconsciencia. Aquí el nazismo, con sus cuadros formados, esperaba una oportunidad, en tanto debía mantener buenas relaciones con el nuevo gobierno y mostrarse insospechable de cualquier actitud antiparaguaya.
La designación del general Estigarribia no había sido del todo bien recibida por la WILHELMSTRASSE BERLINESA. El 16 de junio de 1939 su Legación informó respecto de la próxima asunción presidencial, recordando la actuación de Estigarribia en Washington y el hecho que su regreso debía hacerse "en uno de los más modernos aviones Pan-Air puesto a su disposición por Washington” (28) Estos antecedentes, si bien podían entorpecer el esfuerzo alemán por acercarse al Paraguay, estaban compensados con la creciente propaganda que el Reich había hecho durante esos años, penetrando sutilmente en diversos estratos con poder de decisión. Entre ellos estaba el Ejército, que había sido sensibilizado en provecho de los ideales “pacíficos” de Alemania por terminar, por una vez, con el viejo imperialismo británico, que mantenía enojosos enclaves en el Caribe, en Belice, en las Guayanas y en las islas Malvinas.
El 11 de septiembre de 1939, tres días antes de la declaración oficial de la neutralidad paraguaya, la Legación alemana en Asunción informaba detalladamente al Ministerio de Relaciones Exteriores en Berlín acerca de las medidas de emergencia tomadas por y para la colonia alemana en el Paraguay con motivo de la guerra. Siguiendo instrucciones precisas, la conducción del partido nazi decidió subordinarse, por razones de estrategia, al jefe de la representación diplomática, a fin de no dividir las fuerzas y crear, al mismo tiempo, una metodología única para la acción.
El informe de Buesing comenzaba señalando que "el jefe de la NSDAP en Paraguay, camarada REIMER BEHRENS, me manifestó, apenas estallada la crisis, que el partido se ponía con todas sus formaciones a disposición incondicional de la Legación". Indicaba además haberse puesto de acuerdo con Behrens en las iniciativas que debían tornarse en atención al decreto del Fuehrer, que subordinaba el partido a los jefes de misiones mientras durase la guerra. Estas medidas abarcaban también aspectos de la presencia y actitud alemanas en el Paraguay. La primera iniciativa consistió en la formación de un “KOLONIEBEIRAT" o "Junta Colonial" compuesta de ocho hombres, todos los cuales habían demostrado su lealtad "realizando exitosos trabajos en favor de Alemania". En su composición entraban dos comerciantes independientes, dos alemanes que vivieron en el Paraguay el desarrollo de la anterior guerra, dos empleados, un capataz y un representante campesino. Dos de los miembros habían combatido por Alemania de 1914 a 1918 y solamente cuatro en total, para no despertar sospechas, eran afiliados al partido, si bien los demás también simpatizaban con él. (29) Buesing aclaraba a Alemania que la junta tendría solamente voz, pero que él se reservaría la decisión final.
Simultáneamente, se decidía la creación de una caja denominada "DEUTSCHE HILFE" o "Ayuda a Alemania", que funcionaría en Asunción para colectar fondos de la colonia alemana en el Paraguay. Con ella, afirmaba Buesing, "pienso reemplazar la asistencia proveniente del Reich en la medida de lo posible", dadas las especiales contingencias del momento. El objetivo, añadía, "es comprometer a cada alemán a depositar un monto mensual en esta caja". Estos fondos debían emplearse en cuatro rubros principales: propaganda, N.S.V. ("Sociedad Nacionalsocialista de Auxilios"), las escuelas alemanas del Paraguay y los camaradas que, por la guerra, necesitaren de asistencia.
El tema de la propaganda, que la Legación calificaba de "particularmente importante", ocupaba un lugar destacado. "El perfeccionamiento del sistema de informaciones -declaraba Buesing- lo he tomado muy a pecho. El servicio de la Agencia Transoceánica fue montado para trabajar todo el día. Por lo demás, el mismo ha sido puesto a disposición de la prensa local escrita varias veces al día. Para ello fue necesario equipar una oficina propia, en la cual un camarada ordena los despachos y otro los dicta cuando hace falta. De esta manera, fue posible acercar cuanto antes el material de la 'TRANSOZEAN' en forma utilizable, varias veces a las redacciones de prensa. Para ello también se hacen las correspondientes traducciones", añadía Buesing. (30)
El mismo informe ponía énfasis en la importancia de la propaganda, agregando el ministro alemán: "He firmado con una emisora de onda corta local, que se oye bien en toda Sudamérica (inclusive en Alemania), un contrato para que ella transmita el primer y segundo servicio diario de la radio alemana en español, incluyendo boletines especiales. El mismo empresario posee aquí una radio de onda media, que durante el día trae noticias del servicio transoceánico... Por su parte, un miembro de la Junta Colonial tiene a su cargo el control y empleo del aparato de propaganda... El aparato de propaganda funciona a satisfacción” (31)
La Legación del Reich en Asunción se ocupaba también de cuestiones menores, aunque muy propias del nacionalsocialismo, como el tema de la lealtad de los alemanes residentes en el Paraguay. "En casos aislados pudo comprobarse -decía Buesing en la carta- que algunos comerciantes alemanes no se han mostrado dispuestos a seguir representando a firmas alemanas. He debido abstenerme de tomar medidas contra estos elementos para no perjudicar las muy importantes relaciones comerciales exteriores. Pero he ordenado la confección de listas negras en las cuales se incluyan a los comerciantes alemanes que han retirado sus depósitos del Banco Germánico, a los comerciantes que se han manifestado despreciativamente hacia la madre patria o hacia el Fuehrer, etc. En su oportunidad serán tomadas las decisiones para encontrar substitutos para estos indignos representantes” (32)
Buesing informaba, finalmente, haber convocado a la colonia alemana para el día 17 de septiembre de 1939 a una reunión en el Colegio Alemán de Asunción, a fin de realizar un acto de lealtad, a la vez de indicar las pautas a seguir por todos en la emergencia. "Hasta donde puedo juzgar, enfatizaba el informe, debo decir que la colonia alemana en el Paraguay cumplirá incondicionalmente sus obligaciones de lealtad hacia la patria". (33) Entre los leales, naturalmente no se encontraban aquellos pocos alemanes que por razones políticas permanecían en desacuerdo con el nacional-socialismo. Para la Legación y para el partido, se trataba de "traidores" que, oportunamente, recibirían el castigo de tales.
La movilización alemana en el Paraguay comenzó también a ser observada con mayor atención por la Legación de los Estados Unidos de América, a cargo del ministro FINDLEY HOWARD. Si bien los norteamericanos no estaban en guerra, veían con preocupación el avance de las ideas nacionalsocialistas y se disponían a combatirlas poniendo en juego, esencialmente, sus recursos financieros. Las primeras noticias sobre las actividades nazis en el Paraguay, de esa fuente, se habían transmitido al Departamento de Estado todavía en tiempos del presidente Felix Paiva, provenientes de Buenos Aires. Así, un informe redactado en abril de 1939 con carácter de "estrictamente confidencial" hacía especial referencia a los agentes nazis que operaban en la Argentina, el Paraguay y el Uruguay, así como a los simpatizantes del nacionalsocialismo, mimetizados en diversas corrientes "nacionalistas" que buscaban, en el caso del Paraguay, evitar la asunción de Estigarribia.
La información, suscripta por el cónsul general de los Estados Unidos en la capital argentina, DAVIS MONNETT, y dirigida al Secretario de Estado norteamericano CORDELL HULL, ponía el acento en las agrupaciones de rusos blancos, ex-oficiales zaristas, que todavía antes del acuerdo ruso-alemán de agosto de 1939 confiaban en que el Tercer Imperio alemán podía ser el vehículo para devolverles a su patria. Los datos contenidos en el informe provenían de ALEJO (ALEXIUS) PELIPENKO, un obispo católico de Buenos Aires, ciudadano de origen ruso que había militado en Múnich, por cuatro años, en el partido nazi en favor de una Ucrania independiente. Pelipenko, que seguía manteniendo vínculos con el nacionalsocialismo, se convirtió en informante del consulado norteamericano desde que en 1938 llegó a la Argentina como pastor de la Iglesia ucraniana para el Uruguay, el Paraguay y la Argentina. En una de sus relaciones sobre las actividades nazis, que decía conocer muy de cerca, Pelipenko afirmaba que "en Asunción existe un importante grupo de rusos blancos, ex-oficiales, algunos de los cuales se hallan en actividad en el Ejército paraguayo". Según este nacionalista ucraniano, estos hombres "eran susceptibles de promesas alemanas para una Ucrania independiente y para la restauración de la aristocracia ucraniana y constituían un terreno fértil para la corrupción nazi". Sus actividades consistían en esparcir las ideas nacionalistas entre los oficiales, "para socavar donde fuese posible la influencia del general Estigarribia... pues la aspiración de Alemania consiste en tener en el Paraguay un gobierno 'nacionalista' que pueda ser utilizado como centro para actividades en Sudamérica". (34)
El reporte que el cónsul Monnett recogiera de Pelipenko indicaba que entre los oficiales rusos que impulsaban la corriente nacionalista en el Paraguay se encontraban el general NICOLÁS ERN, su principal propiciador, así como el general JUAN BELEYEFF (sic) y otros de apellido TSCHRIRKIN, TERESZCZENKO, ROIBOUL, etc. Pelipenko también hacía alusión a un "Herr Thomas", que era uno de los responsables del BANCO GERMÁNICO DE ASUNCIÓN. Karl Thomas, pues de él se trataba, hacía, según la misma fuente, los contactos entre la Legación de Alemania, las organizaciones nazis de la Argentina y los rusos "fascistas" del Paraguay. (35)
Un punto importante de convergencia de estos elementos era la localidad de Clorinda, frente a Asunción, en territorio argentino; específicamente un hotel-restaurant de propiedad de un alemán que era el "Fuehrer" de Formosa, según Pelipenko. Este, que asistió a una reunión en ese lugar, supo durante el viaje que la aspiración de los nacionalsocialistas "era inducir al Ejército paraguaya a forzar a Estigarribia a seguir el programa del coronel Franco o a lograr una sublevación en contra suya para imponer un gobierno nacionalista subordinado a la influencia alemana". Pelipenko reveló que tal propósito debía ser alcanzado "inexorablemente y con rapidez". (36)
La postura de los muchos ex-oficiales zaristas del Paraguay era comprensible: habían sido despojados de sus bienes e influencias, y pretendían recuperarlos, no importaba si con razón o sin ella. El anticomunismo alemán les brindaba la última oportunidad, que no debía ser desaprovechada. En el Paraguay, todos ellos gozaban de un merecido crédito. Habían combatido con valor durante la guerra de 1932 a 1935 contra Bolivia, sin pedir nada a cambio. Varios habían caído y los demás ocupaban importantes cargos como instructores del Ejército, profesores de ingeniería y matemáticas, etc. Su presencia en los círculos "nacionalistas" opuestos al marxismo era vista como cosa natural. Estaban mucho más cerca del nacionalsocialismo que del liberalismo. Pero el pacto, ruso-alemán del 23 de agosto de 1939 fue una puñalada por la espalda para todos. Hasta que en junio de 1941 Hitler se lanzó sobre Rusia, reclutando de nuevo a muchos de aquellos ex-zaristas.
En el análisis de la situación política paraguaya entre 1939 y 1940 queda todavía por develarse el verdadero rol de la Legación del Reich en las inquietudes surgidas en el Ejército en contra del general Estigarribia.
Alemania disponía de recursos financieros para comprar periodistas, políticos y militares, como lo había hecho en naciones vecinas. Las posibilidades que disponía en el Paraguay la convertían en árbitro de una inestable política, que no atinaba el rumbo a tomar.
Pero la promoción del nazismo no se limitaba, para los Estados Unidos, a los ex-oficiales rusos. Otras cuestiones habrían de llamar su atención con el paso de los meses, si bien las noticias eran todavía relativamente tranquilizadoras en 1939. El 29 de noviembre Howard reportaba sobre la posibilidad que el Paraguay pudiera convertirse en el centro de la propaganda nazi en el continente, conforme a una denuncia recibida del titular de la Cámara de Diputados, GERÓNIMO RIART. El diplomático norteamericano se hacía también eco, ese mismo día, de una información recibida del canciller paraguayo Justo Prieto, quien en viaje a la conferencia de consulta de ministros de Relaciones Exteriores de ciudad de Panamá del 23 de septiembre al 3 de octubre, fue urgido por el secretario de la Embajada de Alemania en Santiago de Chile a presentar un proyecto de revisión de todos los tratados de fronteras en América, sugerencia que fue rechazada. (37)
Al día siguiente, el ministro Howard informaba a Washington sobre su conversación con Prieto, quien le había asegurado que en el Paraguay no existían sentimientos favorables al nazi-fascismo, pero que a pesar de todo sería emprendida una intensa campaña publicitaria para impedir los esfuerzos propagandísticos de las potencias totalitarias, hasta acallarlos. El 6 de diciembre del mismo año Howard comunicaba que el presidente Estigarribia había indicado que el Paraguay ya no toleraría ninguna propaganda nazi. Y el 20 de diciembre de 1939 se hacía eco de la circulación de diverso material propagandístico procedente de Buenos Aires, algunos de ellos colocados en correos de Asunción sin indicación de remitente. En otros casos, eran documentos oficiales alemanes, traducidos abiertamente y expedidos por la Legación en Asunción. Se trataría, según Howard, de un plan de distribución general de material propagandístico.
En este último caso, resultaba difícil impedir su circulación sin enturbiar las relaciones paraguayo-germanas. El Paraguay, como los Estados Unidos y toda América, permanecía neutral. La vinculación con la Legación de Alemania era cordial y no había motivos valederos para protestar. Era riesgoso distinguir entre un material de propaganda y otro informativo, aunque éste contuviese elementos de aquél. La única salida era enfrentar la situación con las mismas armas. Así lo comprenderían norteamericanos e ingleses en el Paraguay, un par de años más tarde.

CITAS
12) Informe del Agregado Legal de la Embajada de los Estados Unidos de América en Asunción del 27 de mayo de 1946, que transcribe extractos de los archivos de la Legación de Alemania en el Paraguay. Folio 21, p.4, Archivo Político del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania, Bonn
13) ídem, folio 20, p. 1.
14) Giudici, Ernesto, "Hitler conquista América", Editorial Acento, Buenos Aires, 1938, p. 244.
15) Informe del Agregado Legal de la Embajada de los Estados Unidos en Asunción, cit., folio 127, p.11 .
16) Idem, folio 27, pp. 1/2.
17) Idem, folio 24, p. 1.
18) Referencias de Bertoldo Seiferheld al autor.
19) Documentación de la Jefatura de la A.O. ("Auslandsorganisation"), Departamento de Organización Extranjera del Ministerio de Relaciones Exteriores del III Reich. Paraguay y Perú, 1937-1941, No. 28, documento No. 168682, Archivo Político del Ministerio de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania, Bonn.
20) Documentación de la Jefatura de la A.O., cit., doc. No. 168687.
21) Idem, doc. No. 168686.
22) Informe del Agregado Legal de la Embajada de los Estados Unidos en Asunción, cit., folio 24, pp. 1 y 4.
23) Idem, folio 24, p.4.
24) Idem, folio 101, p.5.
25) Idem, varios folios. 26) ídem, ídem.
27) Idem, folios 101, 24 y 158.
28) Documentación de la Jefatura de la A.O., cit., doc. No. 168691.
29) Idem, doc. No. 168702/05.
30) Idem, ídem.
31) Idem, ídem.
32) Idem, ídem.
33) Idem, ídem.
34) Archivo Nacional de Washington, Record Group 59, General Records of the Department of State, Washington, D.C., documento No. 800.20210/315.
35) Idem, ídem.
36) Idem, ídem.
37) Idem, doc. No. 800.20210/447 y 448
.
Fuente: NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY
(1939 / 1945)
LOS AÑOS DE LA GUERRA
GOBIERNOS DE JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA
e HIGINIO MORÍNIGO (1939/1945)
por
ALFREDO M. SEIFERHELD
Revisión técnica: Alfredo Seiferheld
Corrección: Ada Rosa de Wehrle
Editorial Histórica.
Asunción-Paraguay 1986
.
Visite la
GALERÍA DE LETRAS
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.

ALFREDO M. SEIFERHELD - EL GENERAL JOSE FELIX ESTIGARRIBIA ASUME LA PRESIDENCIA DEL PARAGUAY / Fuente: NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY (1939/1945)

EL GENERAL JOSE FELIX ESTIGARRIBIA
ASUME LA PRESIDENCIA DEL PARAGUAY
EN VISPERAS DE UNA NUEVA CONFLAGRACION
por
ALFREDO M. SEIFERHELD
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del

La mastica pacifista que alentó la constitución de numerosos
organismos jurídicos en el viejo continente, se halla vencida
por la firmeza de los nuevos métodos victoriosos,
bajo el imperio brutal de la fuerza;
pero el abandono de los principios generosos
y el fracaso del ideal de la justicia
entre las naciones representativas de viejas civilizaciones,
no pueden impedir que nosotros en América,
condenemos hoy como nunca la violencia y la guerra
como métodos para dirimir cuestiones internacionales...
JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA


.
El martes 15 de agosto de 1939 se hizo cargo de la presidencia de la República el general de Ejército JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA INSAURRALDE, sucediendo al doctor FÉLIX PAIVA, el último civil de extracción liberal que ocupó la primera magistratura. Desde que en 1912 el presidente EDUARDO SCHAERER oficializó el 15 de agosto como fecha de toma de posesión, era ésta la primera vez que un militar asumía, en ese día de la asunción de la virgen y de la fundación de la capital paraguaya, un mandato constitucional.
A los 51 años, Estigarribia era para muchos una esperanza que se había frustrado antes de colocarse en el pecho la banda presidencial. De antecedentes irreprochables, había sido el comandante del Ejército para guayo durante la guerra del Chaco y como militar supo mantenerse al margen de los movimientos levantiscos protagonizados por sus camaradas durante todo el siglo. Fuera de un remoto episodio de su juventud, Estigarribia siempre había defendido a los gobiernos constituidos. A consecuencia de ello conoció la prisión y el exilio en 1936, para, una vez reivindicado, ser el principal protagonista de la firma del acuerdo definitivo de paz, amistad y límites con Bolivia, en 1938.
.

TRANSICIÓN PACÍFICA.
El 15 de agosto de 1939 el general José Félix Estigarribia
reemplaza como presidente de la República al doctor Félix Paiva.
Por primera vez en la era de predominio liberal,
un civil proveniente de este partido entrega la banda presidencial
a un sucesor surgido de los cuarteles.


.
En el campo internacional, esta decisión lo acercó aún más a los Estados Unidos de América, país donde había ejercido el cargo de ministro plenipotenciario durante la presidencia de su antecesor. Aquella actitud, sumada a su previsible futuro político, le valieron la obtención de los primeros créditos norteamericanos para el Paraguay, en cuyas discusiones no estuvo ausente el factor geopolítico, ejemplificado en la presencia del Reich alemán, que había ofrecido empréstitos favorables al Paraguay y Bolivia, sin condiciones políticas visibles.
Era Estigarribia el único que ostentaba el grado de general de Ejército en las Fuerzas Armadas paraguayas, y su carrera a la presidencia contó con el apoyo de un sector del Partido Liberal, que la propició a despecho de otros grupos y partidos que propugnaban un gobierno amplio, no partidario. Con Estigarribia a la cabeza, compartiendo la fórmula de vice-presidente el doctor LUIS A. RIART -eterno candidato al cargo de presidente por el hasta entonces oficialista liberalismo- se abría un nuevo período en la historia política del Paraguay, signado por rivalidades internas y amenazas externas.
Descendía Estigarribia de una familia de campesinos de remoto origen vasco y había hecho estudios militares en Chile y Francia. De espíritu calmo, católico de convicción y origen, pertenecía a la masonería, actitud no incompatible y sumamente arraigada en la época. (Según Amadeo Báez Allende, hijo del ex-presidente Cecilio Báez y conocedor de cuestiones masónicas, Estigarribia se inició en la ciudad de Concepción, cuando era teniente 1º, en la logia "Perfecta Armonía", y siguió en la orden hasta su muerte. Otro miembro de la masonería, el ex-ministro Juan Francisco Recalde, fue en 1938 el primer civil en lanzar, en el Partido Liberal, la candidatura de Estigarribia a la presidencia. Fueron también masones, según Báez Allende, Justo P. Prieto y Justo Pastor Benítez, ambas ministros de Estigarribia. (l). El capitán Carlos Z. Torres, que conoció a Estigarribia en Concepción, confirma también la iniciación de éste en la logia norteña, por la época en que le atribuye Báez Allende. (2) Esta faceta de la vida de Estigarribia no ha sido hasta hoy abordada por ningún biógrafo suyo. La "Fraternidad Masónica" creó mucho tiempo después una condecoración con el nombre "Mariscal José Félix Estigarribia" en homenaje a uno de sus más destacados miembros.)
Esta postura, sumada a su indisimulada actitud pro-americana, le valieron de entrada la desconfianza del fascismo y el nacionalsocialismo, en momentos en que en España, Italia y Alemania se lanzaba al mundo, entre otras, la teoría de la conspiración judeo-masónica de dominación universal. Pero Estigarribia era el militar de espíritu más democrático con que contaban las Fuerzas Armadas en el Paraguay, predisposición para la cual mucho habían influido su formación francesa y su permanencia en los Estados Unidos. Los informes remitidos por la Legación de Alemania desde Asunción harían sucesivamente hincapié en este aspecto; una opinión que varió cuando en febrero de 1940 el general-presidente adoptó una forma autoritaria de gobierno, la que, si no tenía conexión con los totalitarismos europeos -aunque sí una inspiración- circunstancial- movilizó la propaganda alemana para hacer aparecer a los ojos del mundo al gobierno paraguayo como incorporando ideas del nacionalsocialismo a sus programas políticos y luego a su misma carta fundamental.
El flamante mandatario constituyó su gabinete con Justo Prieto en Relaciones Exteriores, Cipriano Codas en Hacienda, Efraím Cardozo en Justicia, Culto e Instrucción Pública, Pablo Max Ynsfrán en Economía y Alejandro J. Dávalos en Salud Pública. Lo completaban dos militares; Nicolás Delgado en la cartera de Interior y Eduardo Torreani Viera en Guerra y Marina. La distribución de cargos no satisfizo ni a tirios ni a troyanos. Los militares lo vieron como el incumplimiento de la palabra empeñada por Estigarribia, de conformar un gabinete nacional y no partidario, como era el caso a excepción de los dos uniformados. Parecida actitud adoptaron los seguidores del Partido Colorado de oposición, así como los simpatizantes del coronel Rafael Franco y el grupo de profesores universitarios e intelectuales conocidos como los "tiempistas", nucleados en torno del diario "El Tiempo". Comunistas e independientes prefirieron, en cambio, mantenerse en una expectativa positiva, en especial aquéllos, desde que los colorados habían definido el gobierno de Estigarribia como un "pacto líberocomunista". (3)
Entre los propios liberales tampoco hubo acuerdo, aunque por razones distintas. Mientras el ex-ministro de Justicia, Culto e Instrucción Pública, Juan Francisco Recalde, opinaba que la designación de un militar para la cartera del Interior era una "humillación" para su partido porque rompía una larga tradición de colorados y liberales que siempre habían tenido civiles para ese cargo, (4) otros como el ex-presidente de la República, José P. Guggiari (1928-1932), habían recomendado no hacer un gabinete liberal, sino uno más amplio y sin exclusiones. (5)
Pedro R. Espínola, ex-legislador liberal y uno de los que sostuvo, desde sus comienzos, la candidatura de Estigarribia, explicaría que aquella actitud se debía a que los jóvenes "teníamos que hacernos 'perdonar' en alguna medida nuestra adhesión a la candidatura militar del general Estigarribia, con la que muchos liberales no estaban conformes -sobre todo la gente que era antimilitarista- y para evitar que se nos tildara de 'militaristas' fuimos partidarios de hacer un gabinete liberal-civil". (6)
Esta postura abrió muy pronto una fosa entre militares y liberales, así como entre éstos y los demás grupos políticos. Lo que pretendió evitarse al prescindirse de un candidato civil liberal para la presidencia -el enfrentamiento entre el Ejército y el Partido Liberal- era paradójicamente la consecuencia del escaso tino político de agosto de 1939. La reparación que vendría en febrero de 1940, en que un nuevo gabinete fue designado, sería una tardía reacción ante el inevitable cisma.
Nadie sabía, en aquel momento, que se estaba a apenas 16 días del estallido de la guerra europea. Nadie, tampoco, que el nuevo gobierno solamente duraría poco más de un año. Y si bien el mandatario había señalado, el día de su asunción, que "no podían existir gobiernos providenciales que al conjuro de una palabra mágica resuelvan los problemas nacionales", un importante sector del país confiaba que él era el único que podía sacar al Paraguay del estancamiento político y del subdesarrollo económico.
Contaba el general dos palancas impulsoras: una confianza ilimitada en sus propias fuerzas físicas y morales, a las que debían sumarse las del pueblo, y con el apoyo crediticio norteamericano. El Paraguay, declaraba cinco días antes de su juramento, "va a recibir, como es de conocimiento público, en breve, el aporte de poderosos capitales norteamericanos, que representan las máximas garantías de seriedad y competencia, para la realización de grandes obras públicas, comenzando por los caminos". (7)
Con la canalización de los créditos a través de hombres de su absoluta confianza, como su yerno Horacio Fernández desde su cargo de ministro en Washington, y Pablo Max Ynsfrán, gestor de ellos con Estigarribia desde el Ministerio de Economía, el presidente tenía en sus manos la llave de su futuro político. No había calculado, sin embargo, con las turbulencias de la vida política nacional, que no podían resolverse -como no se resolvieron- con los créditos norteamericanos. Allí hacía falta, en cambio, un buen componedor, un político con argucias y dobleces. Estigarribia era demasiado legalista y en exceso militar para comprenderlo así. Lo comprendió, o dejaron que lo comprendiera, sólo cuando ya era tarde.

CITAS
CAPITULO I

1) Báez Allende, Amadeo, en "Cómo viven hoy", revista del diario "ABC Color", 7 de octubre de 1979, Asunción, pp. 14/16.
2) Torres, Carlos Z., en "Cómo viven hoy", cit., 27 de junio de 1982, pp. 15/17.
3) "Patria", Año I, No. 8, Asunción, 3 de mayo de 1939, p. 1.
4) Seiferheld, Alfredo M., "Estigarribia". Veinte años de política paraguaya, Editorial Laurel, Asunción, 1982, p. 379.
5) Idem, "Conversaciones político-militares", vol. II, Editorial El Lector, Asunción, 1984, p. 274.
6) Idem, pp. 275/76.
7) "Programa de Gobierno del Excmo. Sr. Presidente de la República General de Ejército Don José Félix Estigarribia". Publicación del Servicio Oficial de Prensa de la Secretaría de la Presidencia de la República, Imprenta Nacional, Asunción, 1939, pp. 263 y 327.
LOS AÑOS DE LA GUERRA
GOBIERNOS DE JOSÉ FÉLIX ESTIGARRIBIA
e HIGINIO MORÍNIGO (1939/1945)
Revisión técnica: Alfredo Seiferheld
Corrección: Ada Rosa de Wehrle
Editorial Histórica.
Asunción-Paraguay 1986
.
Visite la GALERÍA DE LETRAS
del PORTALGUARANI.COM
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.

jueves, 24 de junio de 2010

ALFREDO M. SEIFERHELD - LA PENETRACIÓN NAZI SE CONSOLIDA EN EL PARAGUAY / Fuente: NAZISMO Y FASCISMO EN PARAGUAY (1936/1939)


LA PENETRACIÓN NAZI
SE CONSOLIDA EN EL PARAGUAY
por
ALFREDO M. SEIFERHELD
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
.
Para 1939 existía en Sudamérica una incipiente red de espionaje nazi, que tenía en el Brasil su centro de operaciones. Dependiente directamente del "ABWEHR" en Hamburgo a cargo del almirante WILHELM CANARIS, los espías al servicio de Alemania reportaban informaciones militares, económicas y políticas que eran del interés del Reich. Los "VERBINDUNGSMAENNER" u hombres de enlace de la organización también trabajaban en el Paraguay, dependientes de las redes brasileñas. Como el país no tenía una posición económica importante ni una posición geográfica estratégica, la labor se limitaba a la propaganda y a la concientización.
Uno de los medios de propagación ideológica era el "DEUTSCHE ZEITUNG FUER PARAGUAY" (Diario Alemán para el Paraguay), que comenzó a aparecer en forma intermitente a finales de los años diez, obviamente con otro carácter. Mucho después pasó a formar parte de los instrumentos de divulgación del nazismo. Dirigido por el agente ADOLF BORSTENDORFER, su edición del 1° de noviembre de 1938 saludaba por ejemplo la ocupación nazi de los Sudetes en estos términos: "Europa se halla aún en formación. Aquellos dos grandes arquitectos, Mussolini e Hitler, se esfuerzan desde que llegaron al poder en dar a ese continente una nueva y sana estructura. Pero todavía no han llegado al fin de su programa; todavía queda mucho que debe ser limpiado. Los Balcanes tienen que desaparecer. El camino del Danubio y el Mar Negro muestra aquel 'DRANG NACH OSTEN' (impulso hacia el Este) que siempre ha sido el propósito y la misión de ambos pueblos". (21)
El mismo número se esforzaba por demostrar la participación decisiva que los alemanes habrían tenido en la historia de Sudamérica, como el mejor punto de apoyo para su actividad. El diario "CRÍTICA" de Buenos Aires, que comentaba diversas entregas del D. Z. P. de Borstendorfer, afirmaría en junio de 1939 que sus argumentos se exponían para "desarrollar en el espíritu de los alemanes residentes en el Paraguay la idea de que son 'una minoría injustamente oprimida', de que necesitan 'espacio vital', de que América es 'tierra de nadie' y de que la Gran Alemania, llamada a regir los destinos del mundo, está por supuesto señalada para regir los destinos de América" (22)
El diario bonaerense llamaba igualmente la atención sobre las actividades nazis en la zona fronteriza entre el Paraguay, la Argentina y el Brasil. "Puede decirse -sostenía 'Crítica'- que las colonias ale manas de Río Grande del Sur y Santa Catalina, en el Brasil; las del Paraguay y las de Misiones, constituyen una gran colonia nazi sudamericana. (La IX República de los Estados Unidos del Brasil, surgida violentamente en 1930 con Getulio Vargas, era hacía tiempo sospechosa, a los ojos de los Estados Unidos de América, de inclinación fascista. La Constitución de 1934 contenta elementos del corporativismo italiano y ese año una Asamblea Constituyente permitió a Vargas continuar en el cargo. En 1937 éste propugnó una nueva Carta política, centralizando aún más los poderes del Ejecutivo y posibilitando el dictado de decretos-leyes y la disolución parlamentaria. El "Estado Novo" estaba en marcha. La prensa norteamericana se alarmó, exageradamente, ante el inesperado viraje. "El eje nazi-fascista se extendió a las Américas" decía un diario en St. Louis. Para el New York Times, el Brasil aparecía como planteando "el problema de un gobierno fascista en este hemisferio". la revista Newsweek denunció que "Getulio Vargas convierte al Brasil en el primer Estado fancista".(24). La prensa alemana coincidió por vez primera con la americana en una parecida calificación al gobierno brasileño, aunque por razones diferentes. El propio Vargas se encargó, sin embargo, de desmentir las sospechas, argumentando que era "risible" que el gobierno del Brasil tuviera conexión con Roma, Berlín o Tokio. (25). E1 Brasil no era en esencia, ni nazista ni fascista, pero tampoco era democrático.)
El tráfico y tránsito entre ellas es continuo, lo que se ve favorecido por la falta de vigilancia de las fronteras respectivas. Cargamentos de armas, en camiones, pasaron el año pasado de Brasil a Misiones y de allí al Paraguay". (23)
Los Estados de Paraná, Río Grande do Sul y Santa Catarina tenían una importante población alemana -unos 100.000 habitantes- sin olvidar a los brasileño-alemanes (teuto-brasileiros) diseminados en el área en una proporción mucho mayor. Sus estrechas vinculaciones con el Paraguay y la Argentina los hacían además sospechosos, sobre todo ante los ojos del Ejército brasilero, de actividades antinacionales. Esta presunción militar creció aún más cuando en Europa se produjo la anexión de Austria y la absorción de Checoeslovaquia, sucesos en los cuales las minorías alemanas tuvieron decisiva participación.
La persistente propaganda nazi logró, por otra parte, que la política del gobierno paraguayo respecto del problema planteado por los judíos que buscaban refugio se mantuviese invariable. No obstante las diferencias entre Paiva y su antecesor, la actual administración hizo imprimir en noviembre de 1938 millares de copias del decreto-ley del 29 de marzo de 1937, promulgado bajo el gobierno de Franco, que contenía las primeras restricciones legales a esa inmigración. El documento, editado como "Cartilla de Propaganda N° 1" a través del Ministerio de Economía, fue profusamente distribuido para desalentar la llegada de nuevos contingentes.
El antisemitismo de los tardíos años treinta alcanzó también al Ejército, aunque mimetizado en un afán de exclusión de lo foráneo, para aparentemente privilegiar lo nacional. En una conferencia pronunciada por el coronel Higinio Morínigo el 24 de noviembre de 1938 en el Círculo Militar y Naval, el entonces Jefe del Estado Mayor General del Paraguay se refirió a la organización de las Fuerzas Armadas en tiempos de paz. Morínigo puntualizó en la ocasión que el Paraguay era para los paraguayos, alertando sobre la influencia negativa de la "masa judía". (En enero de 1939 Morínigo sería designado ministro del Interior, y el 17 de mayo de 1940 ministro de Guerra y Marina, ya en el gobierno de Estigarribia, a quien sucedería el 7 de septiembre del mismo año. Su discurso de noviembre de 1938 fue elogiosamente recibido en el Ejército, cuya filosofía era la del Jefe del Estado Mayor. Pero diez años después, y tras ocho de presidencia, Morínigo no había sido fiel a su palabra. "Cuando a su vez fije destituido -recuerda el capitán Federico C. Figueredo- más que en ninguna otra ocasión, más paraguayos eran extranjeros no solamente en su propia tierra sino fundamentalmente en el extranjero, a donde habían huido en busca de refugio". (28) Por otra parte, numerosos eran los inmigrantes polacos que tras llegar al Paraguay volvieron a salir rumbo a la Argentina y el Brasil, al carecer de posibilidades de trabajo. Alguno que otro comentario de entonces aludía a su falta de adaptación al país, sugiriendo la incorporación de vascos españoles huidos de la guerra civil, de aparente mayor capacidad de trabajo y mejores condiciones naturales que los europeos del Norte y Este.)
En forma generalizada, el futuro presidente de la República recomendó: "Cerremos nuestra frontera a los árabes, polacos, etc., y a cuantas inmigraciones indeseables aparezcan. No queremos esa raza heterogénea: judía, gitana, etc., sin patria y sin arraigo en ninguna parte, que cada día va en aumento en nuestro país. Está pues en peligro nuestra raza con sus virtudes tan preciadas” (26)
Las palabras de Morínigo eran reflejo de una mentalidad que iba cobrando vigor en importantes sectores de las Fuerzas Armadas, contagiadas con la disciplina alemana que exaltaba al nacionalismo como motor impulsor de los pueblos. En aquel ambiente preexistía una suerte de logia militar denominada "Frente de Guerra", la que, según Arturo Bray, nació durante el conflicto con Bolivia y, para otros, a mediados de 1938. De objetivos "totalitarios y reaccionarios", formaban parte de él, afirma Bray, entre otros, Heriberto Florentín, Luis Santiviago, Mutshuito Villasboa y Pablo Stagni, figuras que habrían de ser preponderantes durante el gobierno de Higinio Morínigo. (27)
El "FRENTE DE GUERRA" contaba con un periódico del mismo nombre, elaborado en una casa de las calles Teniente Fariña y Perú. Bray afirma que la actividad del mismo no fue más allá de la impresión de panfletos sobre la unidad nacional, con el empleo de argumentos del fascismo, cuya importancia se diluyó con el tiempo. Otros sostienen, en cambio, que el Frente fue una organización gravitante dentro del Ejército paraguayo, y que contó también con la influencia de varios elementos civiles. (El capitán Figueredo señala que Florentín y Stagni, así como los tenientes coroneles Bernardo Aranda y Victoriano Benítez Vera, también de decisiva actuación cuando la presidencia de Morínigo, profesaban el nazifascismo y adherían a las potencias del Eje. (29). Según Guillermo Enciso Velloso, "bajo el auspicio de los militares y jóvenes liberales influidos por las tendencias nazi-fascistas, se organizó en esta etapa (hacia 1939) el 'Frente de Guerra', núcleo netamente fascista". (30). Eugenio Jiménez y Núñez coincide con Enciso en que "en el partido gobernante (Partido Liberal) se conformó un sector autodenominado 'Frente de Guerra', nombre con el que se pretendía reivindicar un sentimiento nacionalista, aunque respondía a intereses meramente políticos" (34). Por su parte, el capitán Juan Speratti afirma: "Los deslumbrantes éxitos políticos y triunfos militares de la Alemania nazi y la Italia fascista influyeron en el ánimo de ciertos militares y civiles, determinándolos a declararse adeptos de tales regímenes. Esta posición adquirió la significación de una actitud política concertada con la formación del 'Frente de Guerra'... El 'Frente de Guerra' adquirió gran preponderancia política durante el gobierno del general HIGINIO MORÍNIGO, al asumir sus integrantes el mando de las unidades de Campo Grande: la Caballería y la Aviación, y la jefatura del Estado Mayor, los tenientes coroneles Victoriano Benítez Vera y Pablo Stagni y el coronel Bernardo Aranda, respectivamente" (35) Escritores liberales como Efraím Cardozo y Carlos Pastore rechazan, por su parte, cualquier vinculación del Partido Liberal con el "Frente".)
El día en que Morínigo pronunciaba su conferencia en Asunción, "EL PUEBLO" de la ciudad de Villarrica, nominado "El primer diario del interior de la República", se ocupaba una vez más de la afluencia de extranjeros en la capital del Guairá. "Vemos las calles de nuestra ciudad animadas por numerosos transeúntes extranjeros que dicen ser de nacionalidad judía", observaba aquél en ratificación de que la inmigración hebrea continuaba a pesar de las medidas legales. Y agregaba el diario: "Quisiéramos que esta gente de tendencia generalmente especulativa empiece por dar otra orientación a sus medios de vida, así como emplear sus actividades en el fomento agrícola, ganaderil, etc., industrias convenientes y adecuadas a nuestro país". (31). A comienzos de diciembre "El Pueblo" anunciaba, ocupándose del mismo tema, que la Dirección de Inmigración presentaría a consideración del gobierno un proyecto de creación de una gran colonia para la inmigración semita. La misma debía comprender una importante extensión de tierra, sobre la que estaría asentada una cooperativa dirigida por tres personas: un representante del gobierno, otro de los colonos y un último de la sociedad judía. (32)
El tema, debatido en Asunción, llegó también por aquellos días al parlamento. El diario "El País" se refería extensamente a él el 2 de diciembre de 1938, recordando la necesidad de brazos agrícolas -y no de otra índole- para el Paraguay. Según su criterio, el problema no era racial, sino de selección, conforme a los requerimientos del país. Había que poner coto a la llegada de obreros agrícolas que no eran tales, así como al tráfico o contrabando de inmigrantes que utilizaban el Paraguay para dar un rodeo e ingresar a la Argentina, su destino final. Para "El País", solamente un 4% de los judíos establecidos en el Paraguay se dedicaban, a finales de 1938, a la agricultura, lo que demostraba que no eran aptos para dichos menesteres. "No se trata pues de poner una barrera racial a la inmigración israelita, fundamentaba el diario, sino de adaptar ésta a las necesidades de nuestro país". (33)
Este criterio, sustentado con bastante altura, era comprensible siempre que no existieran prejuicios raciales, como acontecía con numerosas manifestaciones de orden moral o religioso. El caso de algunos espíritus emprendedores, como los Friedmann en Villarrica, era suficiente prueba de que también existía correspondencia entre el judío y la tierra. En Alemania muchos de ellos se dedicaban a la industria vinícola, o la compra-venta de ganado, a las pequeñas industrias, etc., sector migratorio que hubiera sido aconsejable para el Paraguay. Por lo demás, desde hacía varios años prosperaban en Palestina colonias agrícolas a cargo de inmigrantes europeos de origen hebreo. El fenómeno, que con el tiempo se haría mucho más tangible en un territorio árido como aquél, indicaba que el laboreo de la tierra también podía ser su oficio.
La problemática de la "inmigración indeseable" se trató nuevamente a comienzos de diciembre de 1938 a nivel gubernamental. ("La Tribuna" de Asunción escribía por entonces: "Con fecha reciente, el titular del Ministerio de Economía dirigió a su colega de Relaciones Exteriores una nota, en la que solicita que por conducto de dicho departamento de Estado se tomen las medidas necesarias para evitar la entrada al país de elementos que por sus condiciones puedan poner en peligro la nacionalidad. El coronel Elías Ayala, correspondiendo a dicho pedido, difundió entre los representantes consulares que el país tiene acreditado en Europa, instrucciones precisas en el sentido de no autorizar la visación de pasaportes de aquellas personas que sin acreditar en forma incontrovertible su calidad de agricultores, deseen venir al Paraguay". (37))
La política consistía ahora en tomar las previsiones en origen, para impedir el visado de los pasaportes de quienes querían trasladarse al Paraguay. Esto daría lugar, con el correr de los meses, a un inicuo comercio de visación ilegal en consulados paraguayos de Europa.
A pesar de la crítica situación política en el viejo mundo, las cifras de inmigrantes para el Paraguay seguían siendo reducidas. Ellas habían crecido en los últimos años, pero la afluencia no era proporcional a la que arribaba a otros países. Según estadísticas oficiales, en 1936 llegaron al Paraguay 2.484 inmigrantes; al año siguiente 4.775 y en 1938 eran 4.541. Para una población de 954.848 habitantes a finales de 1938, estos 11.800 inmigrantes representaban apenas algo más del uno por ciento. Durante 1938 llegaron 451 alemanes, casi todos judíos, pero el grueso estuvo conformado por polacos, que en número de 3.604 ingresaron en su casi totalidad al departamento de Itapúa. (36)
En diciembre de 1938 se celebró en Lima la VIII Conferencia Panamericana, durante la cual los Estados Unidos propusieron la firma de un pacto colectivo contra la agresión exterior, insinuando que ella sólo podía provenir de los totalitarismos europeos. La Argentina, el Paraguay y el Uruguay rechazaron adherirse a una manifestación indirectamente hostil hacia Alemania y sugirieron al proponente ampliar la referencia hacia una potencia continental o extracontinental. Para éstos y otros países latinoamericanos, la dominación anglo-americana sería tan peligrosa como la dominación nazi. (39)
Según Michael Grow, la Legación de los Estados Unidos en Asunción reportó que la interrogante básica de los dirigentes políticos paraguayos se limitaba a saber si se podía obtener, para sus naciones, una mayor prosperidad en un mundo bajo control alemán o bajo control anglo-franco-americano. "En sus puntos de vista, informaba el embajador norteamericano Findley Howard, es común que busquen conciliar a ambos poderes que jugarán un papel predominante en el futuro". (39)
Para Alemania, en cambio, la actitud norteamericana en Lima se explicaba por el carácter impulsivo de Roosevelt y por la influencia judía y masónica en la vida pública y económica de los Estados Unidos. El general Wilhelm Faupel, director del Instituto Ibero-Americano de Berlín, declaraba poco después que "la propaganda norteamericana ha inventado el peligro de un supuesto ataque alemán a Iberoamérica y su penetración ideológica por el fascismo y el nacional-socialismo", rechazando estas insinuaciones. Más adelante, Faupel se haría eco de recientes alusiones del presidente argentino Roberto Ortiz, "quien niega el peligro de una invasión alemana, militar o ideológica". (40)
La Conferencia de Lima no fue un completo fracaso para los Estados Unidos. Una de sus resoluciones rezaba que "cualquier persecución a causa de motivos raciales o religiosos que impida que un grupo de seres humanos viva decorosamente es contraria al sistema político y jurídico de América". Esta declaración ratificaba una vieja tradición americana de hospitalidad y tolerancia, pero no envolvía el compromiso de franquear el paso a los perseguidos.
Las discusiones en el seno de la Conferencia del Perú también tuvieron eco en Asunción, donde integrantes del Legislativo consideraron la cuestión de la afluencia judía. Pero casi todos desconocían la magnitud del problema y las dificultades con que tropezaban los inmigrantes para llegar hasta el Paraguay. Creyendo que se trataba de centenares de miles, se pusieron en guardia ante un peligro potencial para la nacionalidad, el que en realidad no existía. ("El Pueblo" de Villarrica, siempre bien informado en estos menesteres, escribía el 18 de diciembre de 1938 respecto de las repercusiones de la Conferencia: "Tendientes a solucionar el peligro de estas corrientes de inmigraciones que se dirigen a nuestro país, el Primer Magistrado de la Nación, Dr. Félix Paiva, recibió en audiencia a los Integrantes de las comisiones de Hacienda y de Asuntos Agrarios de las dos Cámaras Legislativas, donde fue tratado debidamente el problema inmigratorio y con especialidad el de la afluencia de gente de raza judía. Esta entrevista, aun cuando no se conocen detalladamente sus resultados, fue tendiente a tomar medidas urgentes con el objeto de restringir esta clase de inmigración, a menos que se trate de agricultores. Consideramos que sería una justa disposición gubernamental la que se tomará en este sentido de la selección de estas inmigraciones, pues ya estamos viendo en todo el país, así como en nuestra propia ciudad, que tenemos un avance de estos ciudadanos que, durante el tiempo de estada, se pasan sin procura de una ocupación y enteramente aislados del resto de la población". (42)

CITAS
CAPITULO VI

21) "El Pueblo", Año 2, N° 299, 9 de junio de 1939, p. 1. Reprod. de "Crítica" de Buenos Aires.
22) Idem, ídem.
23) Idem, ídem.
24) Hilton, Stanley E., opus cit., pp. 171/72.
25) Idem, p. 172.
26) Bellani Nazeri, Rodolfo, "Morínigo, un hombre de América", Editorial "Revista de las Américas", Santiago de Chile, 1946, p. 87.
27) Bray, Arturo, opus cit., vol. III, p. 56.
28) Seiferheld, Alfredo M., "Conversaciones político-militares", vol. II, Editorial El Lector, Asunción, 1984, pp. 227/28.
29) Idem, p. 229.
30) Speratti, Juan, opus cit., p. 301.
31) "El Pueblo", Año I, N° 141, 23 de noviembre de 1938, p. 1.
32) Idem, N° 149, 3 de diciembre de 1938, p. 1.
33) "El País", Año III, N" 446, 2 de diciembre de 1938, pp. 2/3.
34) Jiménez y Núñez, Eugenio, en "Cómo viven hoy", cit., 7 de junio de 1981,_ PP.14/16. 35) Speratti, Juan, opus cit., pp. 300/01.
36) "Anuario del Ministerio de Economía", 1938-1939, Imprenta Nacional, Asunción, 1939, pp. 20/23.
37) "El Pueblo", Año I, N" 150. 4 de diciembre de 1938. p. 1. Reprod. de "La Tribuna”, Asunción.
38) Grow, Michael, opus cit., p. 38.
39) Idem, pp. 38/39.
40) Labougle, Eduardo, opus cit., p. 118.
41) "Notas", Año 2, N° 50, 2 de julio de 1937, pp. 8/9.
42) "El Pueblo" Año I, N° 161, 18 de diciembre de 1938, p. 1.


.
Fuente:
NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY
VÍSPERAS DE LA II GUERRA MUNDIAL
GOBIERNOS DE RAFAEL FRANCO Y FÉLIX PAIVA
(1936/1939)
por
ALFREDO M. SEIFERHELD
Revisión técnica: Alfredo Seiferheld
Tapa: Jorge González Saborino
Editorial Histórica.
Asunción-Paraguay 1985
.
Visite la GALERÍA DE LETRAS
del PORTALGUARANI.COM
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.

ALFREDO M. SEIFERHELD - SE DESMORONA EL GOBIERNO DE LA REVOLUCION (GOBIERNO DE RAFAEL FRANCO) / Fuente: NAZISMO Y FASCISMO EN PARAGUAY (1936/1939)

SE DESMORONA EL GOBIERNO DE LA REVOLUCION
(GOBIERNO DE RAFAEL FRANCO)
por
ALFREDO M. SEIFERHELD
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
.
El Ejército y la Armada nacionales, conscientes de la inmensa responsabilidad contraída frente al pueblo de la Nación, han resuelto encauzar sobre bases más firmes y patrióticas la revolución de febrero, dentro del marco estricto del Acta Plebiscitaria. Se deja expresa constancia, en forma contundente y categórica, que el movimiento armado del 13 de agosto de 1937 no es ni será de exclusividad de ningún partido político del país.
RAMÓN L. PAREDES

En julio de 1937 el gobierno despachó al Chaco el grueso del Ejército, reducido por la desmovilización que siguió al armisticio. La División de Caballería, al mando del mayor DÁMASO SOSA VALDEZ, el R. I. 1 "2 de Mayo" y unidades del R. I. 3 "Corrales" se encontraron con que no existía allí un peligro inminente de agresión boliviana, como lo había sostenido el canciller JUAN STEFANICH. El ambiente de desconfianza y la gravitación de SOSA VALDEZ y del TCnel. RAMÓN L. PAREDES -comandante de aquel territorio militar y hombre desafecto a Franco- hicieron el resto. Soliviantadas las fuerzas contra el gabinete del coronel, sus promotores visibles firmaron el 2 de agosto, en el fortín López De Filippis, ex-Camacho, un acta juramentada por la cual decidían constituir un gobierno netamente militar, que no debía apoyarse en fuerza política alguna. Quedaba igualmente establecido que la presidencia debía serle ofrecida al CORONEL RAFAEL FRANCO. En caso de no contarse con su aprobación, se anulaba el Acta Plebiscitaria del 17 de febrero de 1936. El nuevo gobierno duraría un mínimo de seis meses y un máximo de doce, en cuyo lapso debía convocarse a elecciones. (1)
La sentencia de muerte del "gabinete Stefanich" había sido firmada en el Chaco, a espaldas del grueso del Ejército y de los excombatientes. Pero la hablan rubricado oficiales leales al franquismo, en coordinación con la Marina que en las inmediaciones de Asunción estaba a la espera de manifestarse. Si bien los firmantes contemplaron la posibilidad de que Franco, por lealtad, no habría de permitir tal menoscabo a su autoridad, supusieron que iría finalmente a continuar, aunque atado de pies y manos a los nuevos dueños de la situación.
Constituyó sí una sorpresa el vínculo que el TCnel. Paredes mantuvo durante la conspiración con dirigentes del Partido Liberal en el exilio, que se habían comprometido a respaldar la nueva situación, que de hecho les sería favorable pese al carácter apartidario invocado por el movimiento. A un Franco dubitativo, que quería conversar y resolver la situación amigablemente, se interpuso la habilidad de Paredes, que había convencido a sus camaradas de la supuesta predisposición del presidente por continuar en el cargo, inclusive prescindiendo de sus colaboradores inmediatos.
La reticencia del coronel por trasladarse al Chaco a calmar los ánimos, así como las dilaciones que Paredes dió a la cuestión, demoraron cualquier solución transaccional. Franco habría aducido que la realización del Primer Congreso Eucarístico por esos mismos días en Asunción, así como la presencia de invitados extranjeros con motivo del aniversario 400 de la fundación de la capital que debía celebrarse el día 15, hacían inconveniente cualquier movilización de fuerzas para enfrentar a las unidades sublevadas del Chaco.
La operación duró unos pocos días. Concepción fue ocupada por los levantados y SOSA VALDEZ, a la cabeza de su División y de otros siete regimientos, desembarcó sorpresivamente en Viñas-Cué y se dirigió al Parque de Guerra en Campo Grande. En la madrugada del 13 la Marina hizo algunos disparos desde el cañonero "Humaitá"', anunciando su estado de rebeldía. Como era lógico, Franco no aceptó imposiciones, a pesar de contar con la renuncia de su gabinete en pleno, y se solidarizó con él. El 13 DE AGOSTO DE 1937 se derrumbaban, sin el disparo de un tiro de fusil, los dieciocho meses de gobierno revolucionario.
Frente a una situación no aguardada, el Ejército se convirtió en árbitro de la situación y Paredes convenció a sus cuadros superiores de la necesidad de buscar un presidente que pudiera conducir al país hacia una inmediata convocatoria de elecciones. En la noche del 13 de agosto los altos mandos se dirigieron a la casa de FÉLIX PAIVA, Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, para ofrecerle la primera magistratura. Paiva, de 60 años, había militado en el Partido Liberal y ocupó entre agosto de 1920 y octubre de 1921 la Vice-Presidencia de la República en la fórmula con MANUEL GONDRA. Hombre honesto y de principios, puso una serie de condiciones para la aceptación del cargo, las que fueron admitidas por la comisión militar, sin mayor intención, por parte de ésta, de acatarla cuando así debía hacerse.
El día 15 de agosto, luego de sucesivas reuniones, los tenientes coroneles RAMÓN L. PAREDES y LEANDRO GONZÁLEZ, el mayor DÁMASO SOSA VALDEZ y los capitanes de corbeta PORFIRIO MACHUCA y RAMÓN E. MARTINO firmaron en representación del Ejército y la Armada un acta de compromiso con el DOCTOR FÉLIX PAIVA, para que éste acceda a la presidencia provisional gozando de "plena libertad de acción en el gobierno desde su constitución, dejando sin perjuicio de esto a los dirigentes del movimiento político la indicación de las personas que han de desempeñar los ministerios que tendrán a su cargo la tarea de asegurar el éxito, de dicho movimiento, tales las carteras del Interior y de Guerra y Marina, y siempre que el nuevo gobierno no haya de significar una mera continuación del gobierno anterior y, por el contrario, deba ser un gobierno restaurador del orden constitucional". (2)
El acta garantizaba el retorno a los principios de la Constitución de 1870 y la preparación de la vuelta a la normalidad institucional, la que no debía durar más de seis meses. Se aseguraba, asimismo, que seguirían subsistentes, en forma transitoria, los ministerios creados fuera de la Carta Magna, "hasta tanto que se tomen las providencias encaminadas a encomendar a otros órganos las importantes funciones que actualmente tienen a su cargo".
Todavía un día antes del viraje político, el TCnel. Paredes debió calmar los reclamos de los cuadros inferiores del Ejército, asegurándoles, por medio de una proclama, que por "voluntad unánime del Ejército y Armada, el eminente ciudadano coronel de la Nación don Rafael Franco continuará presidiendo el gobierno de este movimiento reivindicatorio de los ideales de febrero". (3). Para entonces, la realidad ya era otra y Paiva, aunque alejado hacía casi 16 años de la vida pública -había ocupado asimismo la cartera de Relaciones en 1912, luego la de Justicia, Culto e Instrucción Pública en los gobiernos de Eduardo Schaerer y Manuel Franco, y las del Interior y Guerra y Marina- mantenía sus vínculos con el Partido Liberal, como era de suponer. Sin embargo, su gabinete inicial fue integrado con total prescindencia del partido en el que militaba. Depositó su confianza para los cargos civiles en profesores de la Facultad de Derecho, quedando la competencia militar para este fuero. (Paiva juró como presidente provisional el 16 de agosto de 1937 y constituyó su primer gabinete con Cecilio Báez en Relaciones Exteriores, Luis A. Argaña en Justicia, Culto e Instrucción Pública, Luis P. Frescura en Hacienda, Ramón L. Paredes en Interior y Juan B. Ayala en Guerra y Marina (Defensa Nacional). Días después Francisco Rolón fue convocado a ocupar la cartera de Agricultura y Gerardo Buongermini la de Salud Pública. Durante los dos años del gobierno de Paiva dirigieron también la secretaría de Relaciones Luis A. Argaña y Elías Ayala, la de Instrucción Pública Justo Prieto y Juan Francisco Recalde, la de Hacienda Enrique Bordenave y Justo P. Benítez y la de Economía José A. Bozzano y Andrés Barbero. A Paredes sucedió en interior Arturo Bray y a éste Higinio Morínigo. El ministerio de Guerra y Marina lo ocuparon también Nicolás Delgado y José A. Bozzano.)
.

El derrocamiento del coronel RAFAEL FRANCO
reconcilió a la jerarquía eclesiástica con el
gobierno de FÉLIX PAIVA.
En la gráfica, el Arzobispo de Asunción,
JUAN SINFORIANO BOGARÍN,
con el presidente a su izquierda,
rodeados ambos de los principales jefes
del movimiento militar de agosto de 1937.

.
En julio de 1937 el gobierno despachó al Chaco el grueso del Ejército, reducido por la desmovilización que siguió al armisticio. La División de Caballería, al mando del mayor DÁMASO SOSA VALDEZ, el R. I. 1 "2 de Mayo" y unidades del R. I. 3 "Corrales" se encontraron con que no existía allí un peligro inminente de agresión boliviana, como lo había sostenido el canciller JUAN STEFANICH. El ambiente de desconfianza y la gravitación de SOSA VALDEZ y del TCnel. RAMÓN L. PAREDES -comandante de aquel territorio militar y hombre desafecto a Franco- hicieron el resto. Soliviantadas las fuerzas contra el gabinete del coronel, sus promotores visibles firmaron el 2 de agosto, en el fortín López De Filippis, ex-Camacho, un acta juramentada por la cual decidían constituir un gobierno netamente militar, que no debía apoyarse en fuerza política alguna. Quedaba igualmente establecido que la presidencia debía serle ofrecida al CORONEL RAFAEL FRANCO. En caso de no contarse con su aprobación, se anulaba el Acta Plebiscitaria del 17 de febrero de 1936. El nuevo gobierno duraría un mínimo de seis meses y un máximo de doce, en cuyo lapso debía convocarse a elecciones. (1)
La sentencia de muerte del "gabinete Stefanich" había sido firmada en el Chaco, a espaldas del grueso del Ejército y de los excombatientes. Pero la hablan rubricado oficiales leales al franquismo, en coordinación con la Marina que en las inmediaciones de Asunción estaba a la espera de manifestarse. Si bien los firmantes contemplaron la posibilidad de que Franco, por lealtad, no habría de permitir tal menoscabo a su autoridad, supusieron que iría finalmente a continuar, aunque atado de pies y manos a los nuevos dueños de la situación.
Constituyó sí una sorpresa el vínculo que el TCnel. Paredes mantuvo durante la conspiración con dirigentes del Partido Liberal en el exilio, que se habían comprometido a respaldar la nueva situación, que de hecho les sería favorable pese al carácter apartidario invocado por el movimiento. A un Franco dubitativo, que quería conversar y resolver la situación amigablemente, se interpuso la habilidad de Paredes, que había convencido a sus camaradas de la supuesta predisposición del presidente por continuar en el cargo, inclusive prescindiendo de sus colaboradores inmediatos.
La reticencia del coronel por trasladarse al Chaco a calmar los ánimos, así como las dilaciones que Paredes dió a la cuestión, demoraron cualquier solución transaccional. Franco habría aducido que la realización del Primer Congreso Eucarístico por esos mismos días en Asunción, así como la presencia de invitados extranjeros con motivo del aniversario 400 de la fundación de la capital que debía celebrarse el día 15, hacían inconveniente cualquier movilización de fuerzas para enfrentar a las unidades sublevadas del Chaco.
La operación duró unos pocos días. Concepción fue ocupada por los levantados y SOSA VALDEZ, a la cabeza de su División y de otros siete regimientos, desembarcó sorpresivamente en Viñas-Cué y se dirigió al Parque de Guerra en Campo Grande. En la madrugada del 13 la Marina hizo algunos disparos desde el cañonero "Humaitá"', anunciando su estado de rebeldía. Como era lógico, Franco no aceptó imposiciones, a pesar de contar con la renuncia de su gabinete en pleno, y se solidarizó con él. El 13 DE AGOSTO DE 1937 se derrumbaban, sin el disparo de un tiro de fusil, los dieciocho meses de gobierno revolucionario.
Frente a una situación no aguardada, el Ejército se convirtió en árbitro de la situación y Paredes convenció a sus cuadros superiores de la necesidad de buscar un presidente que pudiera conducir al país hacia una inmediata convocatoria de elecciones. En la noche del 13 de agosto los altos mandos se dirigieron a la casa de FÉLIX PAIVA, Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, para ofrecerle la primera magistratura. Paiva, de 60 años, había militado en el Partido Liberal y ocupó entre agosto de 1920 y octubre de 1921 la Vice-Presidencia de la República en la fórmula con MANUEL GONDRA. Hombre honesto y de principios, puso una serie de condiciones para la aceptación del cargo, las que fueron admitidas por la comisión militar, sin mayor intención, por parte de ésta, de acatarla cuando así debía hacerse.
El día 15 de agosto, luego de sucesivas reuniones, los tenientes coroneles RAMÓN L. PAREDES y LEANDRO GONZÁLEZ, el mayor DÁMASO SOSA VALDEZ y los capitanes de corbeta PORFIRIO MACHUCA y RAMÓN E. MARTINO firmaron en representación del Ejército y la Armada un acta de compromiso con el DOCTOR FÉLIX PAIVA, para que éste acceda a la presidencia provisional gozando de "plena libertad de acción en el gobierno desde su constitución, dejando sin perjuicio de esto a los dirigentes del movimiento político la indicación de las personas que han de desempeñar los ministerios que tendrán a su cargo la tarea de asegurar el éxito, de dicho movimiento, tales las carteras del Interior y de Guerra y Marina, y siempre que el nuevo gobierno no haya de significar una mera continuación del gobierno anterior y, por el contrario, deba ser un gobierno restaurador del orden constitucional". (2)
El acta garantizaba el retorno a los principios de la Constitución de 1870 y la preparación de la vuelta a la normalidad institucional, la que no debía durar más de seis meses. Se aseguraba, asimismo, que seguirían subsistentes, en forma transitoria, los ministerios creados fuera de la Carta Magna, "hasta tanto que se tomen las providencias encaminadas a encomendar a otros órganos las importantes funciones que actualmente tienen a su cargo".
Todavía un día antes del viraje político, el TCnel. Paredes debió calmar los reclamos de los cuadros inferiores del Ejército, asegurándoles, por medio de una proclama, que por "voluntad unánime del Ejército y Armada, el eminente ciudadano coronel de la Nación don Rafael Franco continuará presidiendo el gobierno de este movimiento reivindicatorio de los ideales de febrero". (3). Para entonces, la realidad ya era otra y Paiva, aunque alejado hacía casi 16 años de la vida pública -había ocupado asimismo la cartera de Relaciones en 1912, luego la de Justicia, Culto e Instrucción Pública en los gobiernos de Eduardo Schaerer y Manuel Franco, y las del Interior y Guerra y Marina- mantenía sus vínculos con el Partido Liberal, como era de suponer. Sin embargo, su gabinete inicial fue integrado con total prescindencia del partido en el que militaba. Depositó su confianza para los cargos civiles en profesores de la Facultad de Derecho, quedando la competencia militar para este fuero. (Paiva juró como presidente provisional el 16 de agosto de 1937 y constituyó su primer gabinete con Cecilio Báez en Relaciones Exteriores, Luis A. Argaña en Justicia, Culto e Instrucción Pública, Luis P. Frescura en Hacienda, Ramón L. Paredes en Interior y Juan B. Ayala en Guerra y Marina (Defensa Nacional). Días después Francisco Rolón fue convocado a ocupar la cartera de Agricultura y Gerardo Buongermini la de Salud Pública. Durante los dos años del gobierno de Paiva dirigieron también la secretaría de Relaciones Luis A. Argaña y Elías Ayala, la de Instrucción Pública Justo Prieto y Juan Francisco Recalde, la de Hacienda Enrique Bordenave y Justo P. Benítez y la de Economía José A. Bozzano y Andrés Barbero. A Paredes sucedió en interior Arturo Bray y a éste Higinio Morínigo. El ministerio de Guerra y Marina lo ocuparon también Nicolás Delgado y José A. Bozzano.)

El TCnel. RAMÓN L. PAREDES se convirtió en censor del denominado "GABINETE UNIVERSITARIO", y a través suyo hacía sentir su peso la División de Caballería, estratégicamente colocada en Campo Grande. No podría ya Paiva zafarse de la preeminencia militar heredada de su antecesor. Sus actos de gobierno, a pesar del acuerdo suscripto con el Ejército y la Armada, estuvieron en buena medida sujetos a la voluntad de Pare-des y Sosa Valdez. A pesar de ello, pudo Paiva imponer alguna autoridad y restablecer el orden constitucional que, como ex-profesor de Derecho Constitucional, significó su mayor preocupación.
Para el PARTIDO LIBERAL, cuyos dirigentes regresaron en masa del mismo exilio hacia el que ahora partían los adeptos al defenestrado gobierno, las cosas mejoraron ostensiblemente, aunque ya no recobraría el predicamento de que gozaba antes de febrero de 1936. Restaurado el equilibrio de poderes, el Legislativo volvió a integrarse en ambas Cámaras con participación exclusivamente liberal. El PARTIDO COLORADO, que inicialmente decidió concurrir a las elecciones, dio marcha atrás cuando su Convención fue atropellada por la policía. Adujo, en consecuencia, falta de garantías.
El GOBIERNO DE PAIVA debió hacer frente, a poco de su instalación, a una primera intentona cívico-militar por restablecer la situación pre-existente. El 7 DE SEPTIEMBRE DE 1937, en horas de la noche, tropas al mando del mayor JUAN MARTINCICH ocuparon la Jefatura de Policía a cargo del TCnel. ALFREDO RAMOS, haciéndose fuertes en sitios aledaños. El movimiento franquista fue sofocado horas más tarde con el concurso de la Caballería que SOSA VALDEZ, luego de vencer algunas dificultades internas, volcó sobre las calles de Asunción.
Dos semanas después fue hallado muerto, en aguas del río Paraguay, el estudiante FÉLIX H. AGÜERO, de filiación comunista. Días antes había sido sacado violentamente de la Central de Policía, sin autorización del TCnel. Ramos, por orden de la Caballería. El caso nunca fue del todo esclarecido, pero provocó la renuncia de Ramos y su reemplazo por el de igual grado ARTURO BRAY.

ARTURO BRAY: JEFE DE POLICÍA DE LA CAPITAL
Era el TCnel. ARTURO BRAY -y lo sería mucho más después- una de las plumas selectas de la literatura paraguaya. Hijo de un inmigrante inglés, combatió en la guerra europea por su segunda patria y regresó a su término para incorporarse al Ejército paraguayo. Aborrecía a Alemania en su despotismo y en su obediencia hacia el amo de turno, pero coincidía con la doctrina nazista en cuanto hacía a los judíos. Ferviente antisemita, nunca ocultó su antipatía por todo lo hebreo, que juzgaba despectivamente. Para Bray, detrás de un comunista había un judío, y detrás de un expoliador o un usurero, un antepasado semita.. La lista de por sí importante de judíos militantes de izquierda, sería ampliada por Bray con un criterio racial antes que político. Los hechos sangrientos del 23 de octubre de 1931, a consecuencia de los cuales fuera nombrado Jefe de Plaza de Asunción y virtual comandante del Ejército paraguayo, también tuvieron, en la mira de Bray, un acento judío-comunista. Del mismo modo, no conocía él la apropiación indebida de riquezas más que aquélla realizada por israelitas. (Según Bray, Manuel Kalish era, por ejemplo, un agente soviético en 1931. "A la Legación del Brasil -afirma en sus memorias- le constaba que el referido judío ruso Kalish recibió en determinada ocasión la suma de diez mil dólares de procedencia soviética, según un memorándum de dicha Legación, obrante en mi archivo". (5) Bray no arrima, desde luego, ninguna prueba sobre la autenticidad de la información. Asimismo, era para Bray "La industrial Paraguaya" una empresa "negrera", opinión casi coincidente en el Paraguay de la época. Correspondía entonces alguna injerencia judía en ella. Para Bray, por tanto, al frente "oficiaba el judío anglo-argentino Federico Thomas", quien, según nuestro autor, no contribuyó a la defensa del Chaco. "Si acaso lo hizo, dice Bray, el proverbial desinterés hebraico le habrá impedido darlo a publicidad, por excusables de recatada modestia, propia de los de sangre y raza circuncisa" (6). Otro caso: Durante el gobierno de Franco se procedió a la venta de una importante partida de armamentos, en cuya negociación intervino el ciudadano belga Erich Thorwald. Bray, que censura aquella operación, añade que Thorwald era "judío de origen y oficio, por más señas". Y sugiere que la compra se hizo con una dosis de deshonestidad, explicada en estos términos: "Es que los hijos de Israel suelen ser tan, pero tan insinuantes, cuando se trata de guarnecer sus bolsillos" (7). Abundan parecidos comentarlos que delatan el anti-semitismo del jefe de policía del gobierno de Félix Paiva.)
La muerte del estudiante Agüero y la precaria seguridad del gobierno hicieron que los ojos de éste se volvieran hacia Arturo Bray, que acababa de regresar de su exilio argentino. El 23 de setiembre el TCnel. Bray se hizo cargo de la policía, comprometiéndose a devolver la tranquilidad pública. El día 28 implantó el toque de queda en la capital a partir de las 24 horas. "Después de la hora citada, decía la resolución, el personal de vigilancia dará la voz de 'alto' a todo transeúnte o vehículo, con instrucciones de hacer fuego después de la segunda intimidación, si el 'alto' no es obedecido". El 2 de noviembre de 1937 Bray fue designado nuevamente Jefe de Plaza de Asunción, para hacer frente a posibles repercusiones de una sublevación militar que estalló en la víspera en Concepción. De manera inconsulta, dictó un bando policial que contemplaba el fusilamiento, "sin otro requisito que la presencia de un oficial del Ejército o la Armada", de toda persona que atentare contra las Fuerzas Armadas o la Policía o que realizare actos hostiles contra cuarteles y comisarías. (4)
Las drásticas medidas no llegaron a materializarse, pero Bray inició una deportación progresiva de opositores, de preferencia franquistas y comunistas. A éstos acompañaron también varios judíos. El caso más sonado afectó a los hermanos Pascual, Luis, Abraham y Mauricio Schvartzman, que habían llegado al Paraguay hacía un cuarto de siglo. En octubre de 1937 fueron expulsados a Clorinda, acusados de "comunistas". La información resultó fraguada, pero el daño estaba hecho. (" Refiere Gregorio Schvartzman, hermano de los afectados, que su familia nada tenía de comunista. "Jamás, dijo, nadie de nosotros tuvo algo que ver con la política de ningún país y menos, mil veces menos, de simpatizar con Rusia o algún comunismo". Según éste, todo se debió a la intriga de un supuesto amigo y al antisemitismo del TCnel. Bray. Gregorio narra haber obtenido inclusive una entrevista con el presidente Paiva, "un profesor muy conocido y persona muy correcta", quien prometió ocuparse del caso. Una semana después, Paiva hizo decir a Schvartzman que el caso estaba en manos de Bray y que nada podía hacer por sus hermanos. La cuestión cambió de curso cuando falleció el padre de éstos, el 18 de febrero de 1938, y tres de los hermanos regresaron. (8) Según Luis Chase Sosa, que fue uno de los mejores amigos de Bray, Mauricio Schvartzman "fue deportado de Asunción a raíz de una confidencial información del entonces Agregado Militar Argentino TCnel. Gregorio Tauber, quien cumpliendo instrucciones de Buenos Aires informó que el señor Schvartzman pertenecía a una importante célula del comunismo internacional". Según Chase Sosa, eminentes liberales y colorados como Gerónimo Riart, Eladio Velázquez, Manuel Giménez, César Vasconsellos, Leandro P. Prieto y Juan Manuel Frutos se ocuparon del caso, una vez que quedó demostrado que la Información de Tauber no se compadecía con la verdad. (9))
Bray continuó en el cargo hasta finales de octubre de 1938, en que Paiva le ofreció la cartera del Interior, la que ocupó por dos meses y medio, dimitiendo el 16 de enero de 1939. En ese tiempo, el coronel ARTURO BRAY debió enfrentar una creciente oposición estudiantil, alentada, desde afuera y adentro por el franquismo. Controló con rigor las actividades del Partido Colorado y censuró personalmente sus precarios medios de difusión. Poco antes de abandonar el Ministerio del Interior, alentó a un grupo de diputados liberales a presentar un proyecto de prohibición de inmigración semita, la que combatía denodadamente. Bray concluiría su vida pública como representante diplomático del general Higinio Morínigo ante el gobierno español de Francisco Franco, el año 1941.


CITAS
CAPITULO V
1) "Acta juramentada de los SS.JJ. y 00. que emprenden la revolución inspirados en un sano patriotismo e interpretando el sentimiento unánime del Ejército y Marina". Copia, archivo del autor.
2) Acta de aceptación de la presidencia provisional. Original, archivo Félix Paiva Alcorta.
3) "La Hora", Año 11, N° 349, 15 de agosto de 1937, p. 3.
4) Seiferheld, Alfredo M., "Estigarribia". Veinte años de política paraguaya, Editorial Laurel, Asunción, 1982, pp. 132 y 241/42.
5) Bray, Arturo, opus cit., vol. II, p. 37.
6) Idem, p. 135.
7) Idem, p. 56.
8) Schvartzman, Gregorio, "Reb Jaim". Historia de una familia, mecanograf. Asunción, 1980, pp. 103/14.
9) Luis Chase Sosa, a Atilio J. Benítez, carta personal, Buenos Aires, 30 de setiembre de 1979.
.
Fuente:
NAZISMO Y FASCISMO EN EL PARAGUAY
VÍSPERAS DE LA II GUERRA MUNDIAL
GOBIERNOS DE RAFAEL FRANCO Y FÉLIX PAIVA
(1936/1939)
por
ALFREDO M. SEIFERHELD
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )
Revisión técnica: Alfredo Seiferheld
Tapa: Jorge González Saborino
Editorial Histórica.
Asunción-Paraguay 1985
.
Visite la GALERÍA DE LETRAS
del PORTALGUARANI.COM
Amplio resumen de autores y obras
de la Literatura Paraguaya.
Poesía, Novela, Cuento, Ensayo, Teatro y mucho más.