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lunes, 2 de agosto de 2010

JUAN B. RIVAROLA PAOLI - LOS GOBIERNOS DE HERNANDARIAS / Fuente: LA ETAPA DE LA CONQUISTA


LOS GOBIERNOS DE HERNANDARIAS
Por JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE LETRAS del
www.portalguarani.com )

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LOS GOBIERNOS DE HERNANDARIAS
Hernandarias de Saavedra, fue varias veces Gobernador de la Provincia del Paraguay, desde 1522 en que fue electo por el voto popular, hasta 1619 en que abandonó por renuncia del cargo, llenando en todo ese espacio la escena del Río de la Plata. Profesaba "amor de patria" a su ciudad natal, la Ciudad de la Asunción, siendo notable la nutrida correspondencia legada.
Efraím Cardozo, expresa sobre Hernandarias: "El Triunfo de los Mancebos. Hernando Arias de Saavedra nació en Asunción en 1560, de padres españoles. Fue el primer criollo que llegaba al gobierno en las Indias. Su ascensión representó el triunfo final de la población mestiza, en que principalmente se apoyó durante su carrera política. Los "mancebos de la tierra" se habían apoderado primeramente de los oficios municipales en las ciudades dependientes, con sobresalto de los viejos españoles y de las lejanas autoridades virreinales, para luego imponer en el mando superior de la provincia a su más importante caudillo. En Lima se creyó perdida "tierra tan libre y separada", en manos de los "soberbios e inquietos mozos criollos y rnestizos". Pero ni Fernando de Zárate ni Juan Ramírez de Velasco, nombrados gobernadores por el Virrey, pudieron prescindir de Hernandarias, sin cuyo concurso ningún orden era viable en el revoltoso Paraguay. A 4 muerte de Ramírez de Velasco, en 1597, el caudillo paraguayo fue nuevamente electo por el voto popular, designación poco tiempo después confirmada por el Virrey, disipados los recelos en torno a la supremacía de los "mancebos" gracias a las virtudes ejemplares de Hernandarias".
"Apoteosis en Asunción. Con grandes solemnidades, –prosigue Cardozo–, el vecindario recibió en 1598 a Hernandarias y a su hermano, fray Hernando de Trejo, obispo de Tucumán, otro criollo triunfante. Las ciudades filiales enviaron delegaciones, y Asunción fue el asiento de asambleas y concilios donde se resolvieron materias de gobierno y se deslindaron jurisdicciones. Coincidió el apogeo político con los primeros atisbos de grandeza económica, merced a la utilización del puerto de Buenos Aires como centro de exportación de los productos de la vasta Provincia al Brasil y a España. Asunción comenzaba a resarcirse de los expendios y sacrificios que le ocasionara la obra fundadora" (706).
"Por la ausencia del Adelantado (Juan de Torres de Vera y Aragón), se juntó la ciudad de la Asunción, y en virtud de la cédula del señor emperador Carlos Quinto, hicieron elección de gobernador, y por pluralidad de votos, fue preferido entre todos, Hernandarias de Saavedra, nacido en la Ciudad de la Asunción, de padres muy calificados. Su padre fue Martín Suárez de Toledo, aquel que gobernó la provincia del Paraguay antes del adelantado Ortiz de Zárate y su madre doña María de Sanabria, hija del adelantado del Río de la Plata, Juan de Sanabria; sirvió a su Magestad desde tierna edad en todas las facciones que se ofrecieron con crédito de valeroso y ennobleció este valor con tan rara prudencia, que fue uno de los héroes más ilustres que han producido las Indias, de suerte que por esclarecido en las artes de la paz y de la guerra, hicieron los Ministros de la casa de contratación de Sevilla, se colocase su retrato en lugar honorífico entre los varones notables del nuevo mundo que adornaban unas de las salas de dicha casa. Sus hazañas, su valor, su celo, su cristiandad y su prudencia, pueden dar copiosa materia a una historia igual a la de muchos siglos".
"Fue padre amantísimo –prosigue el Padre Pedro Lozano–, y grande factor de las familias religiosas; pero nuestra compañía de Jesús, le debió un singularísimo afecto, favoreciendo con empeño nuestras cosas, que miraba como propias, dando en todas ocasiones señales del subidísimo aprecio que hacía de nuestro Instituto, y procurando el establecimiento de nuestras casas, para el colegio de la Asunción hizo varias mercedes de tierras en que fundar haciendas para su manutención, en el de Santa Fe, asistía personalmente para la fábrica, y no desdeñó el gran ejemplo del gran Constantino, de sacar en persona acompañada de sus hijas la tierra de los cimientos para nuestra Iglesia: tan lejos de abatir en el humilde ejercicio su decoro, que antes, se grangeó mayor estimación con esta acción religiosa. El colegio de Buenos Aires le debió también el mayor fomento de sus principios, las floridísimas misiones de los guaraníes que son la corona más gloriosa de esta provincia, y aun de toda la compañía, por sus ruegos y comisión, las emprendieron los jesuitas".
Su segundo Gobierno, desde el año 1612, lo tomó viviendo en Santa Fe, en donde según el P. Lozano, evidente admirador del Gobernador, renunció a todas las encomiendas de indios que tenía. Mandó cumplir las Ordenanzas de Alfaro y entró en ejercicio de su empleo por tercera vez de Gobernador por Cédula Real del 2 de mayo de 1615 (707).
"Sea en el gobierno o fuera de él, la influencia de Hernandarias –nos dice Prieto– se hace sentir durante más de treinta años (desde 1590 a 1620). Es el precursor y prototipo de político criollo –dictador o caudillo–, que es dueño de vidas y haciendas en razón de poseer el monopolio de la vida económica gracias a un rudimentario "aparato estatal" cuyos principales fundamentos estaban en sus vinculaciones con la Corte lejana, el apoyo jesuítico y su dinamismo, tenacidad y pocos escrúpulos sumados a su habilidad demagógica. Con certera intuición adivinó las futuras consecuencias de la creciente impopularidad de las "encomiendas" y planeó un "nuevo orden" que aseguraría el triunfo de sus ambiciones. Para ello Hernandarias se valió de los jesuitas y los jesuitas se valieron de é1".
"Nada más favorable para el hábil gobernador que combatir aquellas costumbres dando a su política el sentido de un plan para reconstituir el hogar y defender la propiedad privada, convirtiendo el derecho de "vaquear" en un monopolio a su favor".
En otro orden, –prosigue el Dr. Prieto–, la confusión no era menos grande. Los extranjeros eran perseguidos en mil formas. De esta manera el acaudalado gobernador favoreció también el propio monopolio de la producción, venta y tráfico fluvial de la yerba mate. Por manos de este infatigable, inteligente y dinámico mercader, el Paraguay quedó aislado del comercio extranjero y éste, como organización permanente, quedó dentro de la férrea órbita de los jesuitas".
La caída de Hernandarias al cabo de treinta años de poder, fue un golpe a la política monopolista que se desarrollaba en la Colonia en perjuicio de los intereses generales".
"Decisivo fue el viraje que comportaron para la historia de América aquellas medidas económicas precursoras del cercenamiento de la Provincia Gigante a cuyo rededor se había trazado ya el cinturón de hierro que debía formar un pequeño Paraguay asfixiado en la mediterraneidad. Hernandarias pasó a la posteridad como un gran gobernante. Los intereses que sirvió le habían asegurado una propaganda y un prestigio secularmente perdurables" (708).
Arturo Bray, uno de sus biógrafos, da cuenta de que Hernandarias entre otras cosas prestaba su concurso incondicional a los religiosos de San Francisco y con especialidad a la labor catequizadora de Fray Luis de Bolas. Tampoco negó Hernandarias su apoyo a los religiosos de la Compañía de Jesús, si bien en este caso parece haber existido algún interés material de por medio.
"Con todo, no es el señor Hernán un espejo de cartuja austeridad –prosigue Bray–. Su respetable fortuna –era dueño de estancias y propiedades urbanas, cofres cargados de joyas y metales preciosos, una bonita suma en patacones de oro y plata y sesenta y cuatro esclavos– hacía de él todo un señor de horca y cuchillo, no desprovisto de un acendrado espíritu mercantilista, factor que contribuiría en no escasa medida a su ulterior proceso y encarcelamiento, sin duda a raíz de celos y envidiejas".
"Muy de acuerdo con su mentalidad de conquistador, el ideal no estaba reñido con Hernandarias con el enriquecimiento temporal; tampoco tuvo reparos en obtener pingües beneficios del tráfico negrero, cuyo emporio de renombre continental era Buenos Aires, por donde pasaban los esclavos africanos para ser subastados en Potosí como contrabando humano, pues ese comercio se hallaba rigurosamente prohibido –en teoría– por las leyes en vigor. Su propio hermano –el obispo Trejo y Sanabria– era uno de los traficantes de esclavos, según se desprende de un real oficio fechado en 1603. Escasas dudas existen asimismo de que fue uno de los primeros en comercializar la yerba mate, negocio que compartió con los hijos de Loyola" (709).
Hernandarias "fue alternativamente gobernador cinco veces, hasta el 10 de noviembre de 1618; tres veces como gobernador provisorio y dos con el cargo efectivo, designado por la Corona. Sus gobiernos escalonados sumaron, en total, casi veinte años".
"En premio a sus largos y valiosos servicios –narra Carlos Zubizarreta –, el rey ordenó la inclusión de su retrato en la Sala de Ilustres Varones de Indias de la Casa de Contratación en Sevilla y le otorgó el real privilegio de poseer "casa con cadenas". Esto significaba que a su morada no podía penetrar la justicia por la fuerza ni prender en ella a quienes se refugiasen".
"Hernandarias murió el año 1643, septuagenario, en su "casa con cadenas" de la ciudad de Santa Fe. La historia recuerda a este criollo asunceno como una de las más ilustres figuras de la época colonial" (710).
NOTAS
706) CARDOZO Efraím. Breve Historia del Paraguay. Buenos Aires: EUDEBA. Editorial Universitaria de Buenos Aires, 1965. p.18 ss.
707) LOZANO, Pedro. Historia de la Conquista del Paraguay, Río de la Plata y Tucumán. Buenos Aires: Imprenta Popular, 1874. T 3. p. 286 ss.
708) PRIETO, Justo. Paraguay, la Provincia... Ibídem, ib. pp. 70, 71.
709) BRAY Arturo. Hombres y épocas del Paraguay. 4ed. Asunción: El Lector, 1983, T 2. pp. 18, 19.
710) ZUBIZARRETA, Carlos. Cien Vidas Paraguayas. Ibídem, ib. pp. 51.

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Fuente:
JUAN BAUTISTA RIVAROLA PAOLI
COLECCIÓN:
Tratado de Historia Económica del Paraguay.
© Juan Bautista Rivarola Paoli
Edición al cuidado del autor
Talleres gráficos de Editora Litocolor
Versión digital:
BIBLIOTECA VIRTUAL DEL PARAGUAY
Asunción, Paraguay, 1986.
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